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Idiomas


Gabrielle Delacour
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Idiomas

 

 

Por más que el día fuera perfecto ella prefería la primer lección en el aula. Había llegado temprano para poder escribir las preguntas sobre la pizarra y dejar sus cosas en el escritorio; no era de llevar bolso o algo similar pero el tan solo dejar la capa de viaje encima y poderse subir cual niña era parte de su rutina.

 

Por las ventanas podía colarse la luz del sol haciendo que aquella fría aula fuera un poco más cómoda y menos tétrica a su gusto, aunque eso quedaba en segundo plano ya que, a final, tan solo durarían unos minutos dentro.

 

¿Faltaría mucho?

 

En su cabeza tan solo repasaba de manera exacta el segundero del reloj. Se cruzó de piernas y sus manos sujetaron fuerte la orilla de la mesa, ella misma parecía la alumna con aquella actitud tan infantil; aquel día había tomado una falda a cuadros grises y una camisa blanca, un vil y sencillo uniforme escolar. Tan solo faltaba el moño al cuello.

 

Y mientras pensaba en dejar el tiempo correr, los alumnos habían llegado.

 

Bonjour, mi nombre es Gabrielle Delacour y soy su profesora de Idiomas- dijo sonriendo, enderezó la espalda pero seguía firme en quedarse sentada sobre el escritorio.– Son, bueno, bastantes. Aprovechando que cada uno tendrá diferente punto de vista quiero que respondan la pregunta en el pizarrón ¿Qué es un lenguaje?

 

Miró a los chicos y complementó.

 

Me gustaría que lo respondieran de manera personal, es decir, para ustedes ¿Qué es? ¿Para qué? ¿Qué importancia tiene?

 

 

 

 

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La Delacour vestida con unos jeans azules y una blusa rosa palo se ató el cabello en una cola alta, ese día empezaba su clase de Idiomas y estaba bastante nerviosa por lo que se levantó temprano desayuno y ya estaba vestida antes de la hora. Por lo general siempre llegaba tardé y en ese momento verse lista desde muy temprano le dio una extraña sensación, mala no sino extraña.

 

Sacudió la cabeza para despejarse, tomó su varita por cualquier eventualidad, <<es idioma>> se dijo, lo más seguro es que fuera una clase tranquila en el aula. El sol del día la ánimo bastante, besando a su esposa que aún dormía y a su hijo que descansaba con la Snegovik desaparecio de su cuarto rumbo a la Universidad.

 

Aunque era profesora también no conocía todas las aulas, había compartido antes idiomas pero cómo alumna y había sido junto a pociones por lo que desconocía dónde estaba el lugar, preguntó a un par de alumnos que la guiaron en el lugar indicado. Cuándo entró se encontró con la profesora trajeada en una falda y camisa blanca, no había nadie más salvó ellas dos.

 

-Buenos días- saludó a la joven.

 

Fue y tomó asiento justo en ese momento fueron llegando también sus compañeros y asi la profesora empezó la clase, Alessandra se sintió cómo en Hogwarts cuándo los profesores preguntaban y debía responder levantando la mano ya que la suya estaba medio levantada. Le daba vergüenza ser la primera en responder pero era tardé para bajarla.

 

- El lengua son un conjunto de señas que uno tiene para expresarse y hacerse entender cuándo desea decir algo a otra persona- terminó esperando que alguien más hablará.

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Un soleado y maravilloso día, pensó la Delacour cuando se asomo a la ventana de su habitación aquella mañana. Uno de sus pocos días libres y ese era perfecto para pasarlo en cualquier lugar menos en un aula de clase, pero que más podía hacer. Ella misma era quien se había inscrito a aquella clase de Idiomas aún cuando ese mes parecía no darle tiempo ni para respirar, así que fue su decisión y como tal ahora debía afrontarla y sacrificar el poco tiempo libre del cual disponía.

 

Después de una ducha revitalizante se preparó con un jean negro y un buzo con capucha azul claro, zapatos deportivos negros y el cabello suelto con las puntas terminadas en ondas. Tomó su varita y la coloco en el bolsillo de su pantalón ya que nunca salia de casa sin ella así fuera a tomar una sencilla clase. Sobre su mesa de noche su elfo le había dejado el mapa de la universidad donde le había pedido que marcara el sitio al cual debía llegar ya que no quería desviarse del camino y llegar tarde. Cuando estuvo todo listo uso la aparición para llegar a los terrenos de la Universidad mágica.

 

Camino con ritmo pausado ya que iba bien de tiempo, conforme se acerco al salón vio que ya estaban llegando los estudiantes, entro al aula y vio que su profesora estaba sobre el escritorio, primera vez que observaba a una de sus profesoras tan relajada dentro de su clase. — Buen día — saludo a los presentes mientras se dirigía a tomar asiento cerca a su sobrina Alessandra.

 

Escucho como la profesora se presentaba y su nombre le causo cierta curiosidad, Delacour, familia quizás? aunque no recordaba haberla visto nunca en ningún cuadro familiar. Ya después le preguntaría a su sobrina o a su prima. Seguido de su saludo vino la primera interrogante del día a la cual su sobrina respondió de pronta manera.

 

— El lenguaje es lo que nos permite entendernos con las demás personas, no solo de nuestra misma comunidad sino a nivel mundial. Podemos manejarlo tanto oral, escrito o por medio de señas. Es aquello que nos da la oportunidad de poner nuestros pensamientos e ideas al alcance de los demás por medio de alguna de esas formas y por lo tanto lograr que fluya un entendimiento o relación entre diversas partes — dijo tratando de explicar lo que significaba para ella — Sin el lenguaje estaríamos aislados de los demás y no podríamos avanzar ni crecer como personas — termino diciendo, esperando haber captado el objetivo principal de lo que se le preguntaba.

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Los demonios duermen poco… me repetía mentalmente mientras jugaba con una pelota de goma, la cual lanzaba al techo y volvía a tomar con la mano. Hacía cinco horas que mis dos hijas pequeñas dormían, pero yo sencillamente me rehusaba a descansar, si es que así podía llamar ese momento de sólo quedarme quieta, cerrar los ojos y olvidarme de todo a mi alrededor por un par de horas. Toda mi vida había sido siempre así, mas debía admitir que tras ser madre mis pesadillas quedaron recluidas para mis momentos más endebles.

 

Suspiré, dejé que la pelota de goma cayera y rodara bajo la cama. Me incorporé y observé la habitación donde, junto a Emma y Dalí, nos habíamos hospedado. Después de meditarlo por tres días había decidido que las tres pasáramos mi corta estancia estudiantil en un hotel, la razón era porque seguía sin acostumbrarme a esa nueva realidad, a ese nuevo despertar y realmente quedarme en la habitación del castillo me traía demasiados recuerdos y no deseaba que nublaran mi juicio.

 

Así que me dirigí al baño, me desnudé, me metí a la ducha y deje que el agua resbalará por todo mi piel mientras mi mente discurría entre recuerdos y verdades que dolían pero eran sumamente necesarias. Había instantes que omitía mi monótona existencia y sólo me concentraba en mis hijas. Así que tras desayunar con ellas, darle instrucciones a Dunkel y Said sobre de no dejar solas a las niñas salí a mi clase de Idiomas.

 

Era extraño volver a la escuela, pero una parte en mi interior lo agradecía enormemente por lo que aquel día había elegido un atuendo en tonos rojos, iniciando por una blusa ligera de color rojo, un abrigo negro, un pantalón de vestir entallado del mismo tono y unos botines que fueran a juego. Además había optado por llevar el cabello en una coleta alta, tal cual lo había usado durante mi paso en la academia.

 

Las instalaciones indudablemente habían sido remodeladas, sin embargo, gracias a la ayuda de un grupo de magos y brujas logré dar con el salón. Dos segundos antes y habría logrado alcanzar a Dennis, a aquella bella bruja de cabello rubio mas cuando entré al salón sonreí –buen día –, tomé asiento y presté atención a lo que la maestra decía. Parecía que gustaba de vestir formal o que al menos disfrutaba de su estancia en las aulas.

 

Después de escuchar a mis compañeras, supuse que era mi turno –el lenguaje es una forma de expresión por demás complicada –dije con sencillez –ciertamente es importante para mantener una comunicación con otro ser, sin embargo es importante remarcar que no siempre se da la interpretación adecuada –guardé silencio y esperé a que alguien más hablará.

 

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Connor Karkarov

 

Se levantó temprano en la mañana, la verdad era que no había podido dormir, extrañaba la comodidad de su cama, su cuarto, su casa. La seguridad que había tenido cuando abandono su antigua ciudad, con el pasar de los días desapareció y es que ahí no conocía a nadie. ¿Qué rayos te pasa Connor?, tú no eres así. Se regaño a si mismo por aquella actitud tan negativa que lo invadía los últimos días.

 

Sus esfuerzos por averiguar sobre su supuesta familia habían sido en vano, al parecer con la muerte de los dos patriarcas, el apellido Karkarov poco a poco estaba desapareciendo, a tal punto que hasta el momento le estaba resultando imposible dar con alguno de los hijos de la pareja. Totalmente frustrado y molesto, el joven mago se adentró en el cuarto de baño. Tenía una clase a la cual asistir.

 

Minutos más tarde, aun con el cabello castaño mojado, ya se encontraba cambiado y listo para salir. Una camiseta manga corta color azul, como sus ojos, y un pantalón de mezclilla fueron lo único limpio que encontró y la verdad es que no le quedaban mal. Consciente de que tenía el tiempo justo para llegar a su clase, giró sobre sí mismo desapareciendo de la habitación de la posada en donde se estaba quedando por el momento.

 

El Ateneo de Conocimientos resultó ser enorme y por tal motivo le resultó algo lioso encontrar la clase. Luego de preguntar un par de veces al fin llegó, ya era tarde y aunque la puerta estaba abierta prefirió tocar suavemente antes de ingresar. En el interior ya había varias personas, cuatro brujas para ser precisos. Observó las preguntas en la pizarra y dado que era una clase de idiomas, supuso que debía responderlas.

 

—Buenos días y mil disculpas por llegar tarde... este lugar es enorme — dijo el joven de cabellos castaños —El lenguaje es el sistema por medio del cual los seres humanos o los animales expresan sus ideas o sentimientos —respondió, al haber llegado tarde no sabía si alguna de sus compañeras ya había dicho algo similar. —La importancia del lenguaje es innegable ya que sin este complejo sistema base nos sería imposible vivir en comunidad, comunicarnos entre si — añadió.

 

Al parecer iba a ser una clase concurrida y a juzgar por el asiento vació que estaba a su izquierda, aún faltaba una alumna o alumno por llegar. El saber que no era el último le hizo sentir un poco mejor.

Editado por Valkyria Karkarov B.L

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~Benjamin Karkarov

 

Cierra el diccionario que reposa sobre el escritorio. Le gustan los idiomas, conoce varios. Entre ellos, por supuesto, se encuentra el pársel. También habla de manera fluida Ruso, inglés y español. Pero piensa que, de alguna forma, todo ello no le servirá. En realidad no tiene ni la más remota idea sobre el enfoque de la clase ¿Es una clase enfocada en conocer lenguas no mágicas o lenguas mágicas? Le preocupa lo siguiente, no tiene idea de sirenio ni nada parecido.

 

—¿Para que necesitas conocer más lenguas? —pregunta la serpiente que está enrollada en su brazo.

 

—Simplemente necesito conocerlas

 

Viste camisa y pantalón negro sencillas. Por encima, una capa de viaje blanca encantada provista de varios bolsillos interiores. En la mano derecha sostiene la varita mágica. Acaricia la cabeza de la serpiente y le ordena que se esconda. En cuanto lo hace, desaparece rumbo al ateneo.

 

Se pierde en la enormidad de la universidad. En varias ocasiones tiene que rehacer lo andado luego de tomar el camino incorrecto. Pero finalmente da con el sitio indicado. Por supuesto para cuando lo hace la clase está ya empezada e inclusive algunos de sus compañeros de clase ya hablaron. Por lo que escucha entiende la pregunta realizada ¿Qué es lenguaje?

 

—Buenos días, disculpen la tardanza; me perdí. Mi nombres Benjamin Karkarov, y considero que el lenguaje es simplemente una forma en que podemos comunicarnos. Aunque adentrándose en reglas, sintaxis y demás cosas que pueden llegar a ser complejas; el lenguaje en si es sencillo: yo transmito un mensaje y tú lo recibe. Puede darse en personas y animales.

 

Es cuando la serpiente se asoma y vuelve a envolverse en su brazo por fuera de la capa de viaje. Ben aún no dice ninguna palabra en Pársel. Se sienta. Y solo cuando se sienta es que se fija en los rostros de las demás personas de la clase. Observa el cabello castaño de un mago bastante atractivo. Es quién estaba hablando cuando él ingresó a la clase. Se fija en sus facciones, en su mirada, y en su cuerpo. Especialmente en su cuerpo. Contiene un suspiro, sin embargo no deja de verlo.

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Fijó la mirada en la primera que había decidido participar y asintió levemente con la cabeza, la mayoría de sus compañeros comenzaron a complementar la definición. Sonrió a los recién llegados y negó con la cabeza tratando que entendieran que aquello no tenía importancia, les escuchó y, a pesar de haber llegado con atraso, el último chico había logrado terminar la definición.

 

Al menos tenían el conocimiento necesario, sabían las bases y eso le tranquilizaba, de ahora en adelante la mayoría del conocimiento sería tan solo práctica.

 

– Exacto, tal y como cada uno dijo la finalidad es la comunicación. Pueden ser un conjunto de palabras, gestos, señas, signos, el objetivo es transmitir.

 

La mirada de la Black se desvió por escasos segundos a la ventana, era temprano y, al juzgar por la luz era casi medio día. Perfecto horario para el siguiente punto dentro de su agenda.

 

De un salto se bajó del escritorio y sacó del escritorio tres cajas, cada una contenía un destino diferente: Las orillas de El Cairo; Lyon, Francia y Varsovia. El objetivo era el mismo: Bebida. Su mirada se volvió hacia los alumnos y una media sonrisa se dibujó en su rostro, ahora aprenderían a llevar a cabo lo principal de la lección: Comunicar.

 

Tal y como dijeron, tenemos que comprender o dar a conocer un mensaje; para poder comprender los Idiomas tenemos que estar atentos a cada uno de los gestos, señas y comportamientos de quien nos quiere transmitir el mensaje...- cerró los ojos tratando de no perder el hilo, palabras de más y eso podría alargarse.– Cada caja contiene un destino diferente, aprovechando que son varios me gustaría que formaran grupos y de esta manera entre ustedes pueden ayudarse y complementarse.

 

Un poco más fácil a su punto de vista ¿Cierto? Sabía que quedaría tal vez una caja sin elegir pero aquello era lo que menos le importaba.

 

Su única misión es encontrar la manera de traer una bebida de allá y regresar al aula, que al regresar les tengo el examen final. No importa si la bebida es típica o no y no quiero trampas, no vale si van al callejón a comprar algún té, lo sabré.- levantó la ceja desafiante pero de inmediato sonrió.– Bueno ¿Listos? Go!

 

 

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Alessandra sonrió a Dennis cuándo ingresó al aula, ver una cara conocida la relajó bastante porque sus demás compañeros no los conocía a ninguno, al menos tendría con quién charlar y llevar a cabo cualquier actividad en conjunto que su profesora les haga hacer. Después de haber dado su opinión sobre la pregunta de la profesora había asentido con la cabeza y cada uno de los recién llegados fue dando su opinión sobre el lenguaje lo cuál no diferenciaba de nada con lo suyo, quizás fueran más extensos o mejor explicado pero todos tenian lo mismo en común. La forma de comunicarse con otra persona.

 

Cuándo todos fueron respondiendo a la s preguntas escritas en el pizzaron de la profesora comenzó a hablar afirmando lo dicho por todos después de un momento de silencio se puso de pié y comenzó a sacar ¿cajas? De su escritorio. Entendía que cada profesor tenía su forma de dar clases pero ¿porque cajas? Se preguntó, por un momento pensó que quizás debían traducir algún idioma antiguo de ellas lo que emocionó mucho a Alessandra, su mente divagaba con lo que podían hacer hasta que las palabras, "contiene destinos distintos" "formar grupos".

 

Sus fantasías se congelaron para mirar a Dennis de reojo, se preguntó dónde irían y para que sería hasta que levantó una ceja al escuchar que debían llevar una bebida, sin duda no se esperaba eso pero la entusiasmo más que la traducción, era la primera clase que pedía aquéllo y más que no dijera que no a las bebidas alcohólicas.

 

- Más vale que vengas conmigo- le pidió a su tía en un susurro.

 

Pensó en los lugares que irían y en las bebidas que pedirían, podrían hacer una mini compra con su tía para después de la clase. Algo exótico, sin duda, fuerte y que no lo hayan probado antes. Alessandra se puso de pié tirando de su tía para tocar la primera caja de un bonito marrón brillante con diseños geográficos, ambas lo tocaron y sintieron el tirón en el ombligo.

 

Alessandra apareció de pié en ¡¡Lyon, Francia!! conocia el lugar porque de niña su madre la llevaba de paseo. Soltó un gritó de alegría justo en ese momento pasaban un par de personas que la miraron con molestia - Désolé (lo siento)- se disculpó apenada.

 

- Ven vamos- tiró de Dennis dónde pasaron con varias personas -Salut bon après midi (Hola, Buenas tardes)- saludó a una mujer adulta que pasaba a su lado.

 

- Para dónde vamos? - le preguntó a su tía al ver que a unas calles había un bar, una licoreria y una cafetería.

 

 

 

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La Delacour dio su explicación sobre lo que consideraba significaba para ella el lenguaje, era lo que tantas veces había escuchado y puesto en practica y supuso que no estaba errada cuando los compañeros que fueron llegando daban definiciones muy parecidas a la ya dicha por ella anteriormente. Fue grato ver que al menos de sus compañeros de clase conocía a dos personas, Alessandra y Kutsy, los dos últimos jóvenes en llegar no los había visto antes.

 

Después de que todos terminaron de dar su aporte la profesora complemento lo que era el lenguaje en sus propias palabras, por un momento fijo su mirada en el exterior para luego continuar con la actividad que les tenía preparada al grupo. Cuando saco las cajas la rubia no pudo evitar colocar una expresión de confusión, no entendía el porque de eso, cuando hablo de bebidas le pareció algo bastante informal para una clase de idiomas pero confiaba en las razones de su profesora para decidir hacerlo de esa manera.

 

No pudo evitar sonreír ante la petición de su sobrina que sonaba más a una orden, pero así era Ale, siempre tan pendiente de todo y sin perder un minuto de tiempo para organizar las cosas. Asintió a su pedido y luego sintió el tirón que la rubia le hacía para llevarla hasta el frente de la caja que había escogido su sobrina — Hasta luego Profe...— fue lo único que alcanzo a decir antes de que el jalón del traslador la transportara hasta un sitio que nunca había visto.

 

Pero al menos su sobrina parecía que conocía el lugar y se desenvolvía bastante bien. Por lo que pudo entender era francés lo que estaba hablando, ella conocía algunas palabras pero no lo dominaba mucho ya que cuando tenía sus clases de francés por parte de sus tutores prefería perderse en los jardines jugando. Si su madre se enterara de eso de seguro la retaba por haber desperdiciado el tiempo.

 

Cundo su sobrina le pregunto a donde irían se detuvo para observar las diferentes opciones. Se fijo en los letreros del lugar y sus figuras — Supongo que no hay mucha prisa, que tal si tomamos un café con algunos deliciosos postres franceses y luego vamos a la licorería por alguna bebida para regresar? — dijo con una sonrisa, la verdad es que estar en Francia y desperdiciar la oportunidad de probar su repostería era una tontería enorme. Igual no tomaria más de un par de minutos y luego seguirían con su tarea.

 

 

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Alessandra le alegraba visitar Francia, siempre amaba regresar a su origen, de niña su padre Esteve le mostró lugares de toda Francia por lo que conocía y se preguntó si los demás compañeros también llegarían ahí.

 

La Delacour tenía la misma debilidad que su padre, los postres franceses, Mousse de chocolate,Tiramisu y los Profiteroles pero solo los que tenían chocolate, aunque no se quejaba de las tartas de frutillas también las amaba. Esperó a que su tía eligera que quería hacer mientras por dentro esperaba que fuera alguna cafetería para refugiarse del clima frío, la nieve cubría todo lo verde pero le daba todo una sensación de hogar.

 

- Me parece bien que tomemos algo caliente- le dijo tomando su brazo y cruzarlo con el suyo. - Sabes hace mucho que no teníamos una salida asi- le comentó.

 

Caminaron con tranquilidad por las calles llenas de nieve, los niños corrían con cuidado y otros se deslizaban en unas tablas de nieves. Alessandra le gustaba eso y esperaba que Richard cuándo creciera le gustará la nieve cómo a ella. Llegaron a la cafetería más acercana llamada " Equilibres Café".

 

El lugar era pequeño pero acogedor, las paredes eran de maderas pintadas de colores entre azules y amarillos pero era bastante mezclado con distintos cortés en la madera. Las mesas eran también de madera al igual que todo los muebles que había, las puertas eran de vidrio al igual que un par de ventanas al rededor, le gustaba el lugar. Fueron a una esquina dónde tomaron asiento en ese momento llegó el mecero para tomar su pedido.

 

-Bonjour, comment allez vous? (Hola, que tal?)- saludo al mozo que se le acercó a pedir su orden- Je veux un café avec six morceaux de gâteau au chocolat, Merci!!. (quiero un café y seis trozos de tarta de chocolate, Gracias!!) - le dijo después de ver las cartas.

 

- Y tu tía que quieres? O pido pido por ti?- hasta ese momento no se dio cuenta si Dennis sabía francés pero no le molestaba en ayudarla si lo necesitaba.

 

 

 

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