Leyes Mágicas + Historia de la Mágia

[Marabella Rambaldi G.]

Los minutos se hacían eternos para la pelirroja , miraba una y otra vez su reloj para ver si asi podría avanzar el tiempo, su alumna aun no llegaba y solo faltaba diez minutos para las ocho en punto , si todo salia segun lo planeado y si su estudiante no demoraba, pronto estarian en el lugar donde se impartirá la clase.

Para muchos Leyes magicas es una materia bastante aburrida y por que no decir monótona, ya que es repasar las leyes principales por las que se rigue el mundo mágico ¿ Pero que pasa si se infringe esas leyes? Poco conocen la consecuencia que lleva pasat por algo aquellas leyes que mantiene la paz y el equilibrio entre los dos mundo , es por eso que la demonio preparo una xlase fuera del aula donde no solo enseñaría uan de las leyes quizas más importante para mantener a ambos mundos , magico y muggle en equilibrio , si no que mostraría las consecuencias si se infringia.

El reloj apuntaba las ocho en punto y su alumna hacía ingreso al salon , Marabella no pudo evitar ver la tristeza que embargaba la Lockhart en su rostro, era de imaginarse debido a la reciente partida del ex director del profeta que a su vez era su abuelo.

— Buenos dias Kyttara — fueron las palabras de la joven pelicastaña aue trataba de sonreir mientras tomaba asiento en el pupitre que estaba delante del escritorio del prefesor.

— Buenos dias Bodrik— dijo la pelirroja acercándose a ella — mi más sentído pésame por ... — las últimas palabras no le salieron a la pelirroja ,quizas el sentimiento de culpa debido a la distancia que había tomado con la familia la hacían sentirse extraña — se que el te cuidará, donde quiera que se encuentre — le dijo en un tono suave mientras le daba unas palmadas en la espalda y regresaba a su escritorio.

—Bueno, se que quizás no estes con muchos ánimos para cursar , pero a lo que nos convoca en este salón— dijo tratando de sonar comprensiva — lo primero que quisiera saber es ¿ Que es para ti Leyes mágicas? Y ¿ Que conoces de esta materia? Desde ahi podré conenzar con nuestra lección- le comento a la castaña mientas la niraba a los ojos sonriendo .

Si bien sabia que la joven estaba aun de duelo , tenia que intentar de algún modo mostrarle su empatía aunque le costará, la pelirroja no era de las personas que demostrará cariño y menos en aquellas situaciones, pero por su mala suerte Kyttara era lo contrario a ella y en situaciones cómo estás era donde más afloraba su empatía y carisma.

" Gracias por intentarlo" le dijo en sus pensamientos Kyttara a la demonio , la cual esperaba la respuesta de su alumna , no podia distraerse por lo que no le respondió a la Vampiro , tenía aue hacer una actuación perfecta asi la Lockhart ,asi no sopecharia nada fuera de lo normal en ella , no podia darse ese lujo o sensillamente terminarían por descubrir su secreto.

 

@Bodrik

[Bodrik]

Sabía que muchas de las razones para alejarse de Kytta habían sido culpa de ella misma, pero en ese momento no tenía cabeza para eso, así que cuando la pelirroja de acercó para darle el pésame el sonrió tímidamente pues sabía que en algún momento la mujer había llamado padre a su abuelo y que tal vez eso se rompió por diversas circunstancias entre las que estaba la dimisión de Ishaya de la Orden del fénix. Ella misma había intentado razonar con él en ese momento y aunque prometió no unirse al grupo de enmascarados, ella tenía serias dudas que hubiera cumplido tal promesa.

 

De modo que entendía un poco; aunque no estaba del todo segura, que Kytta si sentía la muerte de su abuelo – Muchas gracias, Estoy segura de ello. Siempre lo hizo y espero que lo haga aun ahora. - dijo por fin y decidió caminar para tomar asiento en los primeros puestos sabiendo que era la única alumna de la clase.

 

Sonrió de nuevo – Lo sé, esa es la razón de inscribirme- respondió y después escucho las preguntas de la Rambaldi. Y se tomó unos minutos para intentar responder de la mejor forma posible que le ayudara un poco con la clase.

 

-Bueno para mí las leyes mágicas son todas las leyes relacionadas con nuestro mundo, desde leyes relacionadas con criaturas mágicas, la protección el secreto, leyes relacionadas con la cooperación internacional y de más. - empezó – conozco un poco las leyes básicas como la del secreto, pero a decir verdad no manejo el tema con total propiedad y es por ello que decidió anotarme al curso, intentando profundizar en ellas y manejarlas.

 

Tenía pena, nunca le había prestado demasiado demasiada atención a la ley anteriormente pues siempre pensó que eso les interesaría solo a aquellos que realmente trabajaban con ellas, pero los últimos meses se había dado cuenta que las necesitaba más de lo que había admitido antes.

[Marabella Rambaldi G.]

La pelirroja escuho atentamente las respuestas de su alumna, como era de esperarse tenia los conocimientos basico de las leyes y como la bruja menciono una de las principales era mantener el secreto de los muggles , claro está que aquella ley abarcaba otras , entre esas las que correspondian a la cooperación internacional .

 

-bueno si tienes algunos conocimientos, hoy nos centraremos en la que haz mensionado sobre mantener el secreto del mundo muggle , y tambien sobre el uso indebido de la magia , para eso necesito que tomes el panda qje tienes en el escritorio y nos veremos en segundos- al terminar la pelirroja espero a que su alumna desapareciera y segundo después ella hizo lo mismo tomando otro panda que era un traslador.

 

Solo pasaron unos segundos y ambas brujas se encontraban en el atrio específicamente en el departamento de misterios donde se haría un juicio , en alquel la pelirroja podria explicarle a la Lockhart sobre las leyes que el acusado había quebrantado.

Editado 21 de Enero del 2019 por Kytta Gryffindor Rambaldi

[Rory Despard]

El estilo casual y muggle iba dar problemas ya que viajaríamos al pasado, así que con un movimiento de la varita lo mudé por una túnica verde botella, y sobre ella ajusté la capa gris que traía. Hecho eso, crucé el portal que Anne había conseguido abrir con relativa facilidad (todo un ejemplo de manejo, porque en mi caso abrirlos implicaba siempre terminar agotada), y agradecí que salvo un ligero dolor de cabeza, no tuviera ninguna otra reacción negativa al viaje.

 

¿Dónde estamos? tal cual Mel lo había preguntado en voz alta yo también observé atentamente alrededor para saber.

 

- Quedarnos quietas aquí solo levantará más sospechas, así que pongámonos en marcha.

 

Ya de por sí el olfateo de Mel había sido extraño. Yendo abajo por la calle principal, pronto se hizo más y más notorio que el ruido que habíamos oído al llegar provenía de un local ubicado más allá de la oficina postal, que en cuanto cruzamos corroboró la intuición de que se trataba de Hogsmeade, un poblado más pequeño y con muchos menos habitantes que el actual, pero dónde ya funcionaban los bares de Las Tres Escobas y Cabeza de Puerco.

 

- Tres escobas, que recuerdos- dije añorando las visitas al pueblo como alumna e Hogwarts- ¿deberíamos en...?

 

Antes de terminar mi sugerencia, un cuerpo salió expulsado a través de las puertas. Era pequeño y barbudo, y pronto comprendí que se trataba de un duende. Tenía parte de la ceja rota, y de la boca inflamada manaba un hilillo de sangre. La visión, tan grotesca, me produjo tan honda impresión que apenas fui capaz de notar que tras él habían asomado a la puerta un puñado de magos empuñando varitas. El más corpulento de ellos sostenía entre sus manos una varita de roble la cual partió en dos en ese momento, y luego rompiéndola en muchos más pedazos, lanzó por encima de la cabeza del golpeado duende.

 

- Agradece que te dejamos con vida, asquerosa alimaña. Y no lo olvides ¡las varitas son para magos, no remedos de ellos!

 

El resto de magos que acompañaban al mago estallaron en risas, y dándose palmaditas en la espalda pronto volvieron al interior del local.

 

¿Que debía hacer? Sentía un impulso de acercarme y ayudarlo, pero Anne ya nos había advertido que eso era imposible de hacer.

 

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[Anne Gaunt M.]

No tuvo que esperar mucho a que sus alumnas emergieran del portal. La primera en hacerlo fue Melrose, que se había preparado para la ocasión en cuanto a vestimenta y demás. Anne no había tenido en consideración avisarlas sobre ello suponiendo que caerían en la cuenta de que no podían viajar en el tiempo sin modificar un poquito su apariencia para no llamar la atención de los habitantes de las épocas antiguas.

 

— Pues... —pensó en la respuesta que debía darle a la Moody. Una cosa era lo que ella quería o haría si fuera sola; otra muy distinta era actuar como debía hacerlo en calidad de profesora—. Intentaremos no tener que mezclarnos mucho con la gente de la época para evitar situaciones difíciles. Una vez casi matamos a Alejandro Magno... y en otra clase, Merlín nos descubrió. Menos mal que ese mago era de mente muy abierta —añadió, recordando con una suave sonrisa el acontecimiento—. Podemos preguntar, fingiendo haber llegado al pueblo recientemente. Tu acento nos ayudaría a hacernos pasar por extranjeras... bueno, que lo somos. Al menos tú y yo. Pero en general será mejor observar, ¿oyes esas voces? Las aguas están revueltas por aquí.

 

Bel apareció con ellas pronto y se pusieron en marcha, pues su sugerencia de moverse y no permanecer estáticas era de lo más prudente. Se acercaron al pueblo y enseguida comprobaron que se trataba de Hogsmeade. Las Tres Escobas y el Cabeza de Puerco ya estaban allí, en una versión antigua pero fiel a la que había conservado hasta la época de la que provenían ellas.

 

Un duende salió despedido por la puerta y cayó en la calle con una postura poco ortodoxa. Evidentemente lo habían expulsado. La Gaunt abrió mucho los ojos y aguardó mientras un grupo de personas se burlaban de la criatura y rompían una varita. El duende observó aquello en silencio y, cuando los humanos se introdujeron de nuevo en el local, escupió en el suelo y se levantó a duras penas del suelo. Las tres mujeres se habían quedado anonadas en el sitio. Inconscientemente, Anne había empezado a morderse el labio inferior en algún momento durante aquel abuso que acababan de presenciar.

 

— Me dan unas ganas tremendas de entrar y partirle la boca de una patada —masculló, rabiosa, intentando que solo la escuchasen sus alumnas. Pero el duende se percató de sus palabras y la miró fijamente con sus ojos oscuros. Tenía la cara marcada, parecía haber recibido una paliza.

 

— ¿Vais a uniros al grupo? ¿Me pegaréis también? Haced lo que queráis... no os queda mucho tiempo —escupió cada palabra con rabia, dándoles la espalda para alejarse de allí.

 

— ¡Espera! —lo llamó. Nada más decirlo se mordió la lengua, pero el duende ya había detenido su caminar y las miraba con curiosidad. La Gaunt se mordió la lengua con fuerza, ya no había marcha atrás—. Nosotras no vamos a hacerte daño.

 

— ¿Ah, no? —respondió él, frunciendo su maltrecho ceño—. ¿Y qué queréis entonces? ¿Qué hacéis aquí cuando está a punto de estallar una guerra de razas?

 

 

 

 

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[Melrose Moody]

Mel se queda de piedra. No sólo por la escena que se desarrolla con rapidez ante ella si no también por las respectivas reacciones de las personas a su alrededor. Para ellas, es algo bastante regular. Su profesora al menos es más consciente, al igual que Bel, cosa que hace que se sienta parcialmente aliviada. Por supuesto, también es una cuestión de épocas. Cuando el duende grita en su dirección, Mel no se inmuta. Sabe perfectamente que la clase de frustración que él carga no va a ser aliviada con un poco de buenas intenciones. La malicia en su expresión es evidente, mezclada con el resentimiento. Mel se siente obligada a recordarse que quizá sus palabras, aunque con la mejor actitud, sólo podrían hacer más mella en su ego. No es que los duendes sean criaturas arrogantes pero Mel sabe que tienen en un alto concepto de lo relativo a su propia raza y su posición en el mundo mágico.

 

En su lugar, recoge aquello que él ha estado pisoteando: un maltratado ejemplar de un diario mágico. El logo en la parte frontal no pertenece a "El Profeta" pero no es eso lo que llama su atención, si no lo que dice allí:

 

¿Los duendes al descubierto? Una próxima guerra de razas de no ponerse en evidencia la superioridad humana.

Mel bufa. Es ridículo. Ella sabe que muchas personas opinan que los humanos son superiores aún en la actualidad, especialmente cuando se trata del uso de la magia pero un titular así en su época no sólo sería sido reportado si no probablemente también multado. Es descerebrado provocar a una entera comunidad sobre la base de una pelea sobre quien la tiene más grande. Al alzar la vista, puede ver los ojos del duende, escrutándola.

 

—Como si fuésemos a informarles sobre aquello que vamos a hacer —su tono es de lástima y a pesar de que se dirige a las tres, Mel no aparta la vista pues él la mira a ella directamente. Le da la sensación de que él ha visto enseguida qué es ella—. Los humanos se creen el centro del mundo... pero no lo son.

 

El duende tuerce la boca y lanza un último escupitajo acompañado de uno de sus dientes para luego alejarse. Mel no está segura de qué decir o si de realmente se espera que diga algo. En su lugar, se da cuenta que el aire todavía huele a humo. Alza la naricilla una vez más para detectar el lugar de donde proviene y entonces se da cuenta por qué sus sentidos habían sido engañados en cuanto a la dirección: parece tratarse de un encantamiento atmosférico, nubes que se agolpan de forma antinatural sobre ellas, en un perímetro de un kilómetro a la redonda, más o menos.

 

Fuera de dicho perímetro, Mel alcanza a ver el fuego.

 

>>Por supuesto, esto es una distracción<<.

 

Un animal ruge y Mel se da cuenta que sólo puede ser un dragón. Enseguida, puede más el instinto que su razón. Antes que ninguna de las tres tenga oportunidad de reaccionar ella ha sacado la escoba de la bolsa y se dispone a montar cuando se acuerda que está junto a otras dos personas. No tiene una escoba para Anne pero está segura de que ella podrá alcanzarlas más rápido, por lo que prioriza a Bel, quien parece estar de todo, menos feliz de montar en una. Sin embargo, no le da oportunidad de discutir. El dragón es la prioridad. Se despide de Anne indicándole hacia donde va a ir y por qué y luego da una fuerte patada al suelo para alzar el vuelo sobre su saeta.

 

Cuando alcanzan el emplazamiento de donde provienen las llamas la escena ante ellas es más que desalentadora: es inverosímil.

 

Es un dragón con riendas. Mel nunca ha visto nada igual. La manufactura sin duda está hecha por duendes, con incrustaciones de plata, oro y piedras preciosas sobre cuero endurecido y otro material maleable y brillante cuyo origen o composición no es capaz de determinar a simple vista. Además de ello, un grupo de runas parece haber sido grabado en sus bordes pero Mel alcanza a distinguir todo eso tan sólo porque la montura está demasiado cerca. Retrocede junto a Bel hacia un grupo de casas que todavía no ha sido alcanzado por el fuego y nota como un grupo de magos intenta aturdir al dragón sin éxito, por lo que sólo se limitan a intentar apaciguar las llamas con chorros de agua amplificados, de su varita. Es un milagro que el fuego no haya pegado a más casas o que los ojos del dragón no la viesen en pleno vuelo.

 

Una risa maliciosa se oye entonces.

 

Un duende monta al dragón en cuestión. Las riendas rechistan y el dragón alza vuelo. Entonces Mel entiende que lo que acaba de presenciar no puede estar separado de lo que acababa de ocurrir al otro lado de Hogsmeade. Sin duda, el duende que ellas vieron no fue más que un enviado destinado a desviar la atención del plato principal. Pensó en ello como una posibilidad pero el presenciar todo lo demás, hace que confirme su primera idea.

 

—La magia es un derecho universal —grita el duende desde su montura mientras otra llamarada sale despedida de la boca del galés verde, hacia un grupo de carteles. Cuando Mel se vuelve para verlos, se da cuenta de que eso tampoco ha sido casualidad. En los carteles, puede leerse con claridad a pesar del fuego:

 

Manufactura de duendes. Pagada, con oro de magos.

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[Rory Despard]

El rugido del dragón me sacó del ensimismamiento en que había caído tras las palabras del duende, y aquel titular horripilante. ¿Cuántas veces no me había quejado de la hipócrita sociedad mágica fingiendo creer en una igualdad que estaban lejos de defender en sus espacios privados? Y sin embargo, quizá por esa misma revuelta es que titulares como esos eran condenados y prohibidos en los tiempos actuales.

 

Negué con la cabeza frenética al ver que Melrose sacaba una saeta de fuego y se montaba en ella. Quería balbucearle un "yo no sé volar" pero fue inútil oponer resistencia, porque con aquella fuerza bruta típica de los licántropos tiró de mí cual si fuera una muñeca de trapo. Un nuevo rugido terminó de poner en marcha mis sentidos, y asiendo con fuerza el mango de la escoba, nos elevamos por los aires.

 

Cerré los ojos del puro pavor, pero me obligué a abrirlos al percibir humo en el ambiente. Varias casas bajo nuestros pies ardían, pero lo más impresionante de ver era el dragón llevando un arnés y el duende montado en él. Un grupo de magos lanzaba hechizos para aturdir al dragón, pero el duende mostraba un dominio magnífico del animal, algo que jamás había visto en ningún magizoólogo contemporáneo.

 

Un nuevo movimiento del dragón nos puso peligrosamente cerca de él. Melrose dio un giro brusco entonces, para que pudiésemos alejarnos, y al dar una última mirada al duende, lo reconocí.

 

- Es Ug el informal- exclamé recordando su cromo en las ranas de chocolate.

 

Según recordaba, Ug era famoso por haber generado el fraude del Derby Demiguise y estafar con oro leprechaun. Tras ser atrapado, su encarcelamiento había disparado la revuelta.

 

¿Pero por qué ningún libro hablaba de como el sujeto había vuelto victorioso y montado en un dragón? Lo que presenciábamos era una auténtica carnicería de habitantes de Hogsmeade. Hombres y mujeres (algunas con bebés en brazos) que corrían despavoridas, para no ser alcanzados por las hachas y espadas de hoja corta que los duendes llevaban.

 

Aparté la mirada, al contar la décimo tercera víctima.

 

- Ahora entiendo por qué hablaban que este hecho había sido...tan sangriento.

 

La batalla era campal, cuando de repente desde Tres Escobas un contingente de magos salió. La ropa y la insignia que llevaban en su pecho los delataban como miembros del cuerpo de seguridad.

 

- Esto se pondrá peor Mel- una parte de mí quería ver el desenlace de todo eso, pero de otro lado no me veía con las fuerzas para presenciar más muertes- Creo que lo mejor será volver con Anne ¿o prefieres ver esto hasta el final? Ver porque...no podemos intervenir.

 

Y la rabia impregnada en las últimas tres palabras se hizo evidente.

 

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[Bodrik]

Estaba realmente sorprendida de recordar algo relacionado con las leyes y más sabiendo que su maestra aprobaba un poco lo que sabía, así que se limitó a asentir con la mención de la Rambaldi y entonces decidió tomar el panda que se le indicó y sin esperar nada lo tomó y aunque estaba acostumbrada a la utilización de los mismos, Bodrik no dejaba de detestar la sensación de mareo que provocaba la utilización de trasladores.

 

Estaban en el atrio de misterio, un departamento que Bodrik no visitaba pues sabia las grandes restricciones que tenía, pese a que muchas veces trabajaba con su director, a quien realmente no conocía muy bien pero que siempre la involucraba en un sin número de casos que a ella no le agradaban del todo, pero que se veía obligada a aceptar por su papel como directora de San Mungo.

 

Un juicio mágico se llevaría acabo en ese lugar y Bodrik no reconocía a nadie por lo que supuso que se trataba de un punto de la historia diferente al actual y seguramente seria en un pasado que ella no pudo vivir, aunque no podría determinar cuánto habían viajado, pero se acomodó en un asiento tratando de pasar desapercibida y espero a su profesora que seguramente tenía un plan para ese momento.

 

-Vaya, cuantos magos- comento en un susurró cuando la pelirroja apareció a su lado.

 

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[Marabella Rambaldi G.]

La sensación que le dejaba el tralador era algo que la demonio odiaba por completo , pero al no tener la licencia de aparición no podia utilizar aquel medio para su traslado, estaba en la hora el juicio contra Stefano Vianni un joven mago de nacionalidad italiana la cual estaba acusado de quebrantar las leyes internacionales y sobre todo revelar el secreto de nuestro mundo ante una aldea la cual habia casuado muchos disturbios.

 

- Si mucha gente a decir verdad , bueno creo que deberias acompañarme ya que soy testigo en este caso y veras por qué es tan importante saber hasta la mas insignificante ley que nos rige- le comentó la pelirroja a su alumna mientras la conducía por entremedio de la multitud , a pesar de ser un juicio simple , para la demonio era bastante interesante ver como magos y brujas de Italia habian venido a dar su apoyo al joven , el cual Marabella habia averiguado que pertenecía a una de las familias mas prestigiosas en la rama de magos y brujas , por decirlo asi era de sangre pura.

 

-Bueno lo primero que debes entender, es que para llegar a esta situación se deben tener muchas pruebas que acrediten que se a quebrantado las leyes , en este caso el joven Vianni gue visto en una aldea haciendo magia oscura y no solo eso , se le acusa de haber usado uno de los hechizos prohibidos ante un muggle y su familia , quienes se cruzaron en su camino - le explicaba la Rambaldi mientras su alumna la escuchaba atentamente.

 

El turno de la Rambaldi para atestiguar aun no llegaba por lo que prosiguió explicando - cuando se investigó sobre lo sucedido en la aldea , hubo muchos vestigio y rastros de magia y varios muggles atemorizados , gritando y escondiéndose , realmente fue un caos y lamentablemente fue mucho el trabajo que se hizo para poder desmemorizar a cada aldeano - le comento a la Lockhart mientras miraba a los testigos que pasaban uno por uno.

 

@@Bodrik

[Bodrik]

La adolescente Lockhart se sorprendió muchísimo al enterarse que su maestra seria testigo en aquel juicio y por tanto no se trataba de algo del pasado como ella pensaba hasta ese momento, sino que el juicio era bastante actual, solo que Bodrik no reconocía a nadie de los que estaban presente y en ese momento se le cruzo por la mente que muchos de los empleados del departamento de misterios permanecían en el anonimato.

 

-ya veo- comentó y se puso de pie cuando la pelirroja lo hizo para caminar en medio del lugar hasta legar al lugar más adecuado para ella y de ese modo Bodrik tendría mejor vista de lo que acontecía- Esta en graves problemas entonces – a ella la magia oscura nunca le había agradado, pero era consiente que muchas personas sentían fascinación por ellas, aunque la pelinegra siempre las asociaba con los enmascarados llamados Mortifagos.

 

¿Es un seguidor de Voldemort entonces? - Bodrik conocía a Kyttara desde hacía ya varios años y por eso se sentía en libertad de hacer aquella, pregunta, pero debido a la cantidad de personas de alrededor, temía usar la palabra mortifago para no causar algún tipo de problema.

 

-Me alegra que la Ley castigue tales actos de Barbarie- dijo-Se debe ser una perna de mente muy fría para utilizar tales hechizos contra los muggles que obviamente no tienen como defenderse- agregó.

 

Bodrik conocía perfectamente la intención de aquellos que desean la limpieza de la sangre y el gobierno de los magos sobre los muggles, pero pensaba que eran pensamientos retrógrados y de mentes muy cerradas. -Estuvo en peligro el secreto- agregó.

 

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