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Terrenos del Ateneo


Thoth
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Era extraño comenzaba nuevamente en la Universidad, al parecer los presupuestos cada vez eran menor para las prácticas de la clase de Maestría con las Escobas, en ese sentido tenía a mi disposición recursos de segunda mano, un material para la elaboración no muy bueno, en verdad no daban ánimos de impartir la cátedra, sin embargo era algo creativo para explorar las habilidades de quienes en mis manos comenzaban a caer. Por ello, le había solicitado a mi estudiante único la siguiente lista de materiales por medio de una carta.

Ministerio de Magia y Hechicería

Universidad

Estudios de Maestría de la Escoba

 

Reciba un cordial saludo, quien suscribe: Luxure, D. en esta oportunidad me dirijo a su persona con la intencionalidad de solicitarle de buscar en la brevedad posible los siguientes ingredientes para la elaboración de la escoba que utilizará en esta clase, por tal motivo está prohibido traer consigo una escoba elaborada, como también aquellos implementos para su mantenimiento. Por esa razón tendrá que localizar y encontrar los siguientes ingredientes:

 

  1. Rama de un árbol (Recuerde que cada madera traerá atributos diferentes a su escoba, como por ejemplo el Sauce Llorón, crea escobas muy inestable a la hora de volar, pero resultan ser muy veloces. En cambio, otras traen propiedades similares a las de las varitas, por lo que no es extraño ver materiales muy repitentes en las grandes marcas de renombre)

 

  1. Material Núcleo (Es importante evocar, así como las varitas son leales a su amo, también las escobas lo son y ello es debido al núcleo espiritual del cual están hechos, a diferencia de varios objetos mágicos, las escobas poseen cierto espíritu animal, pero tenga cuidado estos seres resultan ser muy caprichos, tímidos y unos peligrosos.)

 

  1. Material de unión (No olvides conseguir un mineral, vegetal que pueda permitir la unión del material núcleo con la rama de árbol y los filamentos de paja, por lo que la elección de este te permitirá no solo establecer la pronto unión con tu escoba, sino también le dará cierto estilo a vuestra escoba.)

 

  1. Filamento de paja (en verdad es muy difícil conseguir, dado que la debes extraer de una criatura poco conocida, la cual suele habitar en la cercanía de grandes fuentes de agua. Sin embargo, solo sale con luz de luna y reflejándola al agua, es algo caprichosa y pareciera ser un caballo, pero cuando toca tierra toma la figura de un espantapájaros. El cual te va a probar con acertijos para que así consigas algo de este extraño material, el cual se deteriora rápido)

 

 

Después de finalizar de enviar dicho documento a quien se había inscripto en el mes de febrero del presente año para la clase, termine de alistarme y salir de la oficina que me habían asignado, como siempre esta se encontraba en la torre, pero ahora que lo pensaba debería hablar con el profesor de Transformaciones ¿Pero dónde se localizaba ese sujeto? Aunque, no estaba del todo seguro si debería ir en este momento o esperar que terminara la clase, mientras tanto caminaba y atrás de mí venía mi elfo con un armario que lentamente se movía, era curioso, este poseía ciertos objetos que me serían útiles para lo que le iba enseñar.

 

-¡Maldición!

 

Al parecer llegare a la reunión con mi estudiante, dado que se me había escapado ciertas criaturas, pero ahora que lo pensaba si ella lograba conseguir los ingredientes para la elaboración de la escoba, luego le enseñaría la forma correcta de unión y los estilos de vuelo, no obstante si era muy posible que para aprobar le diera la tarea como prueba final capturas mis criaturas, claro a un practica de un deporte muy poco conocido y era muy similar a los utilizados por los muggles.

 

-Cronos, notifica por medio de aviso que accidentalmente se escapado por el terreno de la Universidad un Kelpie que le gusta habitar en zonas con abundante agua, dos hipogrifos que suelen jugar con espíritus animales y son custodios de la mismos, sin contar una gran variedad de serpientes venenosas descansan en una variedad de árboles.

 

En ello me llega un mensaje ministerial sobre los hechos ocurridos, en verdad el Departamento de Criaturas Mágicas me sigue los pasos por los incidentes lamentables ocurridos en meses pasados.

 

- Creo que debí acordar con la estudiante el lugar donde nos veríamos al finalizar la recolección, aunque será divertido como en cada localización, existirá una pista del lugar. Aunque, no estoy seguro que logre decifrar.

 

Finalizando esa expresión con una sonrisa, me dirijo al rumbo donde me encontraría con aquella persona, preparando algo especial para nuestro encuentro, esperando que alguna de mi joyería logre funcionar.

 

Off.

 

Valoro la creatividad, los aportes que puedas traer y espero que disfrutes la clase, para iniciar te coloque una pequeña búsqueda de tesoro, algo al estilo de mi pj. Y si el encuentro cuando termine de recolectar tu pj, lo dejo a tu elección pero debe estar relacionado a esa búsqueda.

 

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Estaba en la mansión Vladimir cuando recibí una carta de la Academia. La firmaba el maestro Luxure. Me llenó de alegría porque me admitían en el Ateneo para cursar la asignatura de Maestría en Escobas. No me esperaba, sin embargo, que me dijeran que trajera de casa todo el material para la clase. ¿Es que el material no ven´´ia incluido en la matrícula? Era la primera vez que me pedían traer el material de casa.

 

- ¿Por qué tengo que traer yo el material? - protesté. Leí con atención aquello que se suponía que tendría que conseguir... - Una rama de árbol... Un material para el núcleo... ¡Pero si no es una varita? ¿Me habré confundido de asignatura?

 

Giré el papel por si ponía que era para otra persona pero no, iba dirigido a mí. Seguí leyendo:

 

- Material de unión que puede ser mineral o vegetal... Qué raro...

 

Cada vez estaba más convencida que aquello no era nada habitual pero después, al leer lo último que pedía, casi me desmayé del susto.

 

- ¿Filamento de paja extraída de un animalito que sale con la luz de la luna? ¿Es que dará Maestría de Escobas o Cuidado de Criaturas Mágicas? No entiendo nada...

 

Me entraron ganas de no presentarme a la clase. No había entendido así la filosofía de la asignatura cuando me había apuntado. Después de desayunar, el estómago lleno me permitió valorar un poco más lo que me pedía el profesor.

 

- Bueno, no me dice donde conseguir este material, ¿qué hago, Montmeló?

 

Mi elfo era muy amable, siempre atendía mis peticiones, así que se ofreció a ayudarme.

 

- Empecemos por lo primero de todo, la rama de un árbol...

 

El profesor no me daba fecha límite para llevarle todo aquello ni el lugar de la cita, por lo que seguramente sería en la clase, en el Ateneo. Me preocuparía cuando lo tuviera todo.

 

- No voy a cortar ningún árbol, Montmeló. Soy sacerdotisa, no talamos vida. Así que vamos a los jardines, a ver si, tras la tempestad de ayer, hay algún árbol del que podamos recoger alguna rama del suelo.

 

Los jardines de la Mansión Vladimir no eran tan grandes como las de mi familia en la Potter Black o la Potter Blue. Teníamos buenos árboles y uno de ellos estaba afectado por un rayo. La tormenta había sido fuerte y había desgajado varias ramas. Montmeló, muy atento, recogió por mí una de las ramas, que no era posible trasplantar. Yo me dediqué a curar los estragos del rayo e unir las otras ramas con pequeños injertos que sirvieran de unión para que la salvia fluyera de nuevo. Tardé un poco pero la espera merecía la pena. El árbol parecía como nuevo cuando dejé los jardines. Una ardilla correteó a mi lado y supe que me estaba dando las gracias por arreglar su hogar.

 

La tomé con la mano y la acaricié. Me encantaban todas las criaturas y ellas parecían darse cuenta que era una sacerdotisa. Pareció olfatearme los dedos y después saltó de mi mano hacia el árbol curado.

 

- ¡Oh, mira, me ha dejado pelo de su colita! Pues tengo ya el material del punto 2, ¡qué bien!

 

El material de unión también fue muy fácil de encontrar, puesto que la mansión Vladimir, hogar de sacerdotisas, tenía muchas enredaderas, cuyas lianas servirían para ello. Así, tomé una maceta y desplanté, con mucho cuidado, una mata de hiedra, que fui enrollando con pausa para evitar que se rompiera.

 

- Montmeló, ¿puedes llevar estas tres cositas a la clase de Maestría de Escobas? No sé donde está pero pueden preguntar en la recepción del Ateneo, que te informarán. Si encontraras al profesor, dile que voy a buscar el cuarto elemento. Mientras, yo iré a la biblioteca a informarme más sobre esa criatura ... Me parece que es más una leyenda que una criatura real. ¿Tú que crees? Aunque quien más sabe de criaturas es la Tía Sagitas. Si ese animal existe, ella lo conocerá.

 

Mi elfo recogió con cuidado los tres materiales primeros de la lista y se fue hacia la clase de enseñanza mientras yo me dirigía en búsqueda de información sobre esa criatura extraña.

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Era el segundo mes del año, y mi segunda clase. Acaso se había renovado el interés de los magos y brujas de Ottery por la transformación? Probablemente, y eso me gustaba. Aquella mañana me había levantado con ganas de caminar. Asi qeu una vez me di una buena ducha de agua caliente, elegí como vestuario un pantalón oscuro, botas negras y una camisa azul claro, además de una chaqueta de punto de color negro.

 

Para cuando me despedí de todos en casa y tomé la mochila que solía llevar al Ateneo, al contener cosas qeu utilizaría en mi clase, noté que el cielo, aunque dejando ver un bonito sol invernal, parecía cambiante...

 

Sería aquello un condicionante para el día?

 

MI alumna, @@Monica Malfoy Haughton habría recibido unos días antes una lechuza, informándole de qeu la clase tendría lugar en las gradas junto al lago, en los terrenos del ateneo. Divisé ya el lugar y dibujé una media sonrisa. La carpa estaba extendida, de forma que pudiera proteger aquellos asientos del mal tiempo, aunqeu siendo sinceros, probablemente hoy no íbamos a pasar demasiado tiempo alli debajo.

 

Mientras dejaba mi mochila sobre el escritorio, me pareció ver cierto movimiento en los terrenos...y en el agua.

 

No, algo me decía que no íbamos a tener una clase demasiado tranquila.

- Montmelo? - pregunté, viendo a un elfo conocido pasar. Y yo, siendo alguien no demasiado sociable, conocía a pocos elfos. Aquel era de mi prima, @Xell Vladimir. Montmeló detuvo su avance, y me miró. Iba cargado con diferentes materiales, de lo más variopintos.

- Que llevas ahí? - pregunté con curiosidad

- Son materiales de la amita Xell para su clase - me contestó, antes de continuar su camino.

 

Lo observé alejarse, mientras me cruzaba de brazos. Si...Xell me había comentado algo pero...no recordaba que en Maestría de escobas tuvieran qeu fabricar cosas.

Editado por Matt Blackner

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-¿Cuánto tardara?

 

Me encontraba acostado en grama rodeado de algunas criaturas mágicas, entre ellas mi Kelpie, sin embargo, ella había adoptado la forma de una gran serpiente blanca. En ese momento opte por mandar una lechuza a la bibliotecaria, dado que no deseaba ponerle fácil la prueba.

 

Ministerio de Magia y Hechicería

Universidad

Estudio de la Maestría en Escobas

 

Reciba un cordial saludo, quien suscribe: Luxure, D. en esta oportunidad le escribo para dejarle un libro para que se lo entregue a @@Xell Vladimir Potter Black , claro pero antes de sacarlo expóngale que debe sacar en un dado con el número. Cuando lo consiga, aparecerá cercano a su persona, el libro de las Míticas Criaturas Mágicas de la Universidad, el cual fue escrito por un autor desconocido

 

.

 

Luego de enviarla, en mis manos reposa aquel libro, el mismo era de un color indefinido y tejido por filamentos de paja, los cuales eran muy celoso para compartir la información, por lo que se debería pagar un precio para sacar algo de información, en ocasiones era una adivinanza o un chiste, pero conversando con aquel objeto había optado que para esta oportunidad ella debería responder un acertijo.

 

6/2 (1+2)

 

 

 

Después que ella expresará la respuesta, el libro se abriría una única página, dado que ese era el trato que había hecho con este, mostrando la poca información que existía sobre la peculiar criatura que le había mando a buscar, aunque ya el tiempo restaba, por lo que también a ella le había mando un vociferador.

 

-Señorita.- Expresaba el vociferador cuando aparecía donde ella se encontraba. –Al parecer a resuelto conseguir tres de los cuatros ingredientes, sin embargo, le comento que la madera de árbol a ser impactada por un rayo, presenta cierta imperfecciones, la opción de buscar o quedarse con ella quedará en su decisión. No obstante, le recuerdo que a partir de ahora le restan doce minutos para terminar de recoger todos los materiales.- Le saco la lengua y se rompió en miles de pedazos.

 

--

Míticas Criaturas del Ateneo

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Un omulu es una criatura humanoide cubierta de paja dejando solo visibles brazos y piernas. Se desconoce qué esconde bajo ese matojo de paja, pero se sabe que esconde el secreto de la vida y de la muerte.

 

Esta relacionado con la tierra caliente y seca, con el calor del fuego y del sol, y con las enfermedades infectocontagiosas. Domina completamente las enfermedades que rige, y al mismo tiempo que las causa, tiene poder de curar sobre ellas.

 

Es protector de los humildes y de los animales y plantas (suele curar a quien lo necesita si es de alma pura), vive en los cementerios y controla las almas.)

 

Pag. 2019

 

 

 

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Aún sentía los pasos cuidadosos de mi elfo, saliendo de la mansión, cuando yo dirigí mis pasos hacia la biblioteca. Teníamos una habitación muy grande llena de libros. Casi nunca había entrado en la biblioteca. Apenas estaba en mi mansión, siempre vacía, visitando de forma casi eterna la de mi tía y mi primo, la Potter Black. Sin embargo, sabía que la biblioteca de la casa había pertenecido en su día a mi tía Hayame, alguien versada en libros prohibidos y magia cuestionable.

 

Cualquier cosa que se saliera de lo normal, mi familia tendría información. Así, supe que la información la conseguiría a través de mis tías. Acudí a la biblioteca de Hayame y me maravillé, había miles de libros en ella. Lo peor fue que no sabía cómo buscar el que necesitaba.

 

- ¿Qué es lo que quiere el profesor en concreto? - Lo dije en voz alta mientras me sentaba en una mesa de la biblioteca, donde estaba el archivo de los libros que mi tía había dejado en la casa.

 

Filamento de paja (en verdad es muy difícil conseguir, dado que la debes extraer de una criatura poco conocida, la cual suele habitar en la cercanía de grandes fuentes de agua. Sin embargo, solo sale con luz de luna y reflejándola al agua, es algo caprichosa y pareciera ser un caballo, pero cuando toca tierra toma la figura de un espantapájaros. El cual te va a probar con acertijos para que así consigas algo de este extraño material, el cual se deteriora rápido)

 

Lo releí un par de veces, aún no me creía que hubiera una criatura nocturna que pareciera ser un caballo y en tierra fuera un espantapájaros, sobre todo porque un espantapájaros es una cosa, un objeto, una criatura no se transforma en objeto. Pero no podía dudar del profesor y me puse a buscar.

- Un libro de criaturas nocturnas - salieron un montón de fichas que se esparcieron por encima de la mesa. Demasiadas... - Que haga acertijos...

El montoncito aligeró el número; las rechazadas volvían al fichero de forma ordenada. Pero aún eran muchas.

- Que... Que... ¿Se convierta en espantapájaros?

La pregunta me salió con la desesperación de pasarme mucho tiempo ojeando libros. Vi desfilar todas las fichas de nuevo al fichero. Me sentía ridícula cuando me llevé una sorpresa. Una ficha seguía en la mesa. Sólo una ficha.

- ¡Lo que necesito! - grité. Con la varita toqué la ficha y un libro salió aleteando de un estante muy alto de la librería. Lo cogí con cuidado. - "Diario mágico de Mis viajes por la incógnita África" por David Livinstone.

Empecé a ojearlo. Era fácil de leer aunque en un inglés algo arcaico, victoriano, pero muy comprensible. Narraba sus constantes exploraciones por el continente africano, al principio movido por su vocación de misionero. Llevaba un detallado listado de las criaturas mágicas y las sociedads tribales que había conocido. Recordé a Babila y la magia sencilla pero muy antigua que nos enseñaba en el Departamento de Accidentes.

La lectura era emotiva, así que el tiempo pasó sin darme cuenta, aunque no encontré nada que se refiriera a lo que buscaba. Hasta que...

- ¡Oh, oh, está aquí! ¡Esto es...!

"Perdido y a punto de fallecer, la magia no era suficiente para sobrevivir en aquel ignoto paraje. La contradicción reinaba en el lugar: suelo requemado y muerto junto a imprevisibles charcas de agua peligrosa, llena de criaturas mortales sólo al mirarlas... La tribu que me acogía nunca salía de noche por miedo a lo que ellos llamaban Omulou, un hombre de paja. Yo no sentía miedo. La paja es fácil de incendiar, así que salí a su encuentro, en un intento patético de mostrarme superior a los hombres tribales. Me arrepentí en cuanto lo vi. Le temían por algo. Era un hombre paja, propulsor de enfermedades, controlador de almas... Sólo sobreviví porque..."

Ahogué un suspiro, poniéndome las manos en la boca para que nadie lo oyera. No iba a Africa por ninguna clase de conocimientos, mejor suspenderla. Mamá Reena no me dejaba salir de noche y no me daría tiempo de ir y volver a tiempo. Desanimada, cerré el libro y lo puse encima de la mesa. Me sorprendió ver uno de los espejos comunicadores de la tía Sagitas. Me atreví a preguntarle.

- ¡Tía, tía, tia Sagis...! ¿Conoces los Omulou? Son criaturas paja de Africa. ¡Necesito uno!

La tía apareció enseguida y me contestó que no, que no había visto ninguno. Mi rostro languideció. Entonces me dijo que sabía de ellos por Babila, el negrito recepcionista, pues trajo un montón de ingredientes para sus pociones y le había mostrado la paja recolectada y conservada en un baúl de madera. Mi rostro volvió a sonreír, sobre todo cuando dijo que lo buscara en el negocio del primo Matt, "Mega Ayudas"

Salí corriendo de la casa y usé la aparición para llegar a la puerta del negocio. El primo Matt no estaba pero Harpo, el elfo, sabía a lo que se refería la tía. Él mismo había llevado los ingredientes peligrosos desde la mansión, para evitar problemas con el Ministerio. Me dio el cofre y lo abrí. Estaba lleno de paja que olía muy mal. Cerré la tapa.

Tuve que sujetar con fuerza el objeto que contenía la paja necesaria para montar la escoba porque un Howler se puso a gritar casi a mi oído. Era un mensaje del profesor:

- ¡12 minutos! ¡Tengo 12 minutos para llegar!

Otra vez a correr. Mientras mis tacones sonaban por los adoquines de la calle, mis pensamientos iban hacia lo que decía sobre la madera que había recolectado. ¡Como es que no sabía que la madera de los árboles sagrados nunca muestra imperfecciones y que los elementos naturales, como los rayos, la fortalecía.

Me aparecí un par de veces para ir más rápida hasta que llegué al Ateneo. No sabía donde era la clase y corrí. ¡Cinco minutos! Vi el lago de reojo pero el pelo rojizo de mi primo Matt me hizo parar. Ahogada, me acerqué a él.

- ¡Primo, primo! ¿Sabes dónde se estudia Maestría de Escobas? Tengo cuatro minutos para llegar a la clase... No sé porqué tengo que llegar antes de que se acabe el tiempo...

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Me encontraba sentado sobre mi escritorio, jugando con una pequeña pieza de color rojo, una moneda para apostar al poker. A veces me gustaba jugar con ella para distraerme, haciéndola aparecer aqui y allá. Solo era un poco de habilidad y juegos de manos, pero aun asi eran entretenidos, sobre todo para los más pequeños de la casa, que solían mirarme embobados y luego, intentaban imitarme sin éxito.

 

A mi alrededor, en el escritorio, había dejado un par de cosas. Un dragón de madera, pequeño, un juguete para niños, y una manzana, roja y brillante. Esperaba a que mi alumna @@Monica Malfoy Haughton, llegara hasta las gradas para asi, poder comenzar con nuestra clase de Transformaciones.

 

Me entretenía en lanzar la ficha desde mi mano izquierda a la derecha para luego hacerla rodar entre mis dedos, cuando una respiración ahogada me sobresaltó. Cuando miré, vi a la pobre @@Xell Vladimir Potter Black, casi ahogada por la carrera, acercándose hacia mi. Eso me hizo recordar a su elfo Montmeló, cargado de cosas. Demonios! viendo el tono tan rojo de su cara, temí que se desmayase.

 

- Maestría de Escobas? - parecía tener un límite de tiempo, y este se acabaría en breves. - He visto a tu profesor, Demian. Ve por alli - le dije, indicando con la mano hacia el otro lado de los terrenos. Solo tendría que ir en línea recta, a no ser qeu Demian hubiera decidido cambiar de lugar en el último momento, y eso hubiera quedado fuera de mi campo visual.

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Mis orbes se comenzaban a llenar de una oscuridad y mi sortija de la Nigromancia comenzaba a brillar, en ese momento mi paciencia se había terminado y con ello el tiempo, en ese instante opto por levantarme e invocar ante mi presencia los padres biológicos de @@Xell Vladimir Potter Black .

 

-Al parecer Xell.- Cuando mencionaba su nombre aquellos espíritus me clavaron la mirada. –llega tarde, eso deberá tener una consecuencia, y vosotros quieran o no me van ayudar con mi cometido.

 

Una sonrisa se comenzaba a dibujar en mi rostro y mi anillo le hacía permanecer en aquel lugar, no pretendía regresarle la vida, dado que ese costo de la magia tendría significar un precio, no obstante me pareció oportuno darle con ellos un escarmiento y hacerle ver que la puntualidad es importante.

 

-Mientras que ella se digna en llegar, les ordeno a vosotros ocultar su rostro. No hablar y estar aquí esperándola, además de no mostrar ningún gesto con ella.- Aquel anillo de la Nigromancia les comenzaba a doblegar su voluntad.

 

Con un leve movimiento de varita creo un árbol africano, en el cual dejo escrito en el lenguaje muerto de los elfos domésticos las instrucciones precisa de cómo elaborar la escoba, aunque para ello debería aniquilar un animal y profanar su cuerpo. En verdad esta prueba pretendía colocar en un dilema moral, no obstante, existía un segundo instructivo en esos seres espirituales que en caso que ella pudiera reconocerles ellos hablarían, incluso lo que le cubría el rostro se desaparecía.

 

-¡A ver qué camino le conduce los Dioses!

 

Mientras que la esperaba me sentaba a la lejanía, dejando dos instructivos, uno de los cuales exigiría más de lo que ella pudiera dar, ese encuentro y conflicto de sus creencias me pareció divertido. Y cerrando los orbes concentraba todo mi poder para que los familiares biológicos de Xell no rompieran esos impedimentos.

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¡Así que era él el autor de la carta! No había visto el nombre del Profesor de Maestría de Escobas y me llevé una sorpresa al saber que era Demian. Cuando me apunté a la clase, aún no había ningún docente.

 

- ¿Por allí? ¡¡Gracias, primo!!

 

Corrí hacia el lugar que me indicara Matt... Tres... Dos... Corrí más aprisa y, por fin, vi a mi elfo y al profesor. Salté, feliz y jadeante por el esfuerzo.

 

- ¡Llegué, profe...!

 

Pareció un espejismo. Justo cuando yo le veía, dejé de verle. Estaba tan confusa que se me olvidó lo cansada que estaba de tanto correr. Giré sobre mis pies y no, no estaba. Pero... Pero...

 

- ¿Montmeló? ¿No estaba aquí...?

 

El elfo asintió. Iba muy cargado, con todos los objetos que le había dado para llevar a la clase. Le pregunté si la había encontrado.

 

-- respondió el elfo. - Encontré la clase donde se implemente Maestría de Escobas, en la torre. Pregunté al recepcionista del Ateneo y dijo que estaba en los Terrenos del Ateneo, junto al Anfiteatro donde su primo también enseña. Pero llegó un aviso de que se habían escapado unos animales peligrosos, me dejó y se fue a la búsqueda.Por eso vine a buscarla y la encontré.

 

Como soy una buena chica, tomé la enredadera y la llevé yo en los brazos. Miré hacia un lado y supe que algo iba mal, que alguien más estaba con nosotros.

 

-¿Ves algo? Parece como... si hubiera... Bah, no hay nadie.

 

Acaricié la enredadera, parecía gustarle porque sus hojas temblaban bajo mis manos. Entonces me fijé en un árbol especial. No parecía ser corriente, al meno no había ningún otro ejemplar como aquel en ese lado del Ateneo. En los terrenos. los árboles eran más bajos y más verdes. Aquel parecía negro. Me produjo rechazo. ¿Qué pasaría para ello? Tal vez mi alma pura de sacerdotisa detectaba algo que yo no podía ver?

 

Con la planta entre los brazos, me acerqué a él. Alargué la mano. La retiré. Me producía escalofríos tocarlo.

 

- Bueno, Montmeló. Vamos a buscar al profesor, llego tarde... - Pero el elfo no se movía. - ¿Qué pasa?

 

-Ahí están las instrucciones para montar una escoba, Amita. - Mi elfo señalaba la corteza. Yo no veía nada. - Está en nuestro lenguaje antiguo. Los elfos domésticos tenemos un idioma propio.

 

Estaba muy sorprendida pues yo seguía sin ver nada mientras él relataba los pasos para elaborar una escoba. ¡Era increíble, nunca había pensado que pudieran tener lenguaje propio! Eso significaban que no eran animales ni criaturas. Eran seres vivos con una sociedad cultural propia, como indicaba su lenguaje.

 

- Espera, repite... ¿Qué es lo que acabas de leer? - Otra vez esa sensación de no estar a solas, de sentirme vigilada. Pero era tal el grado de susto que tenía encima que ni me preocupé por ver qué era lo que producía eso. - ¡No puede ser!

 

Mi elfo parecía tan confundido como yo.

 

- ¿Matar a un pobre animalito? ¿Por qué? ¿Qué tiene que ver el matar con Maestría de Escobas?

 

Me sentí tan mal que casi lloro. Retrocedí un par de pasos y me negué. Retrocedí sobre mis pasos, rascando la plantita, como si fuera un dulce Kneazle. Llegué cerca del primo Matt y me acerqué a él. Jugaba con algo en la mano, aburrido. Me senté a su lado y me puse a llorar, de rabia.

 

- ¡Suspendí la asignatura, Matt! No pienso matar a nadie por el gusto de aprender a montar una varita. ¡Con todas las que tenemos en casa!, ¿por qué tengo que matar?

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-Interesante.

 

Mencione cuando mi estudiante se alejaba, quizás ella no me pudo escuchar y de cierta forma había aprobado esa etapa de la clase.

 

-Son libres y vayan al encuentro de ella, denle el segundo pergamino.

 

Y así lo hicieron, yo en cambio me comienzo a levantar preparando la segunda prueba, esperando que para el regreso de ella pudiera.

 

“Debo admitir que la sacerdotisa es fiel a su creencia, y creo que es suficiente para seguir con el segundo momento de la clase.”

 

Mientras que esperaba su regreso, montaba con algo de magia vegetal todo para celebrar desde hace algún tiempo un partido de Shuntbumps. Para este objetivo, me montaba en mi escoba de color oscuro. Estando el cielo pude observar todo el entorno, para esta ocasión, deseaba ver que tan hábil era ella.

 

-A ver si continua con la clase o no.

 

Solté una carcajada y algo del público se comenzaba a elaborar, entre los presentes algunos comenzaban a realizar apuestas en mi contra y dándole cierta ventaja a Xell, pues se habían enterado de mi treta, de cómo ese enojo le pudiera dar ese combustible de furia para este curioso juego. Aunque, en verdad el que me hubiera gustado jugar era Creaothceann.

*

.*.*Pergamino*.*.*

 

Felicidades @@Xell Vladimir Potter Black , en verdad eres una gran sacerdotisa y todas las pruebas para la elaboración de una escoba en contra de tu naturaleza fue un fracaso, aunque, este procedimiento existe, es un arte prohibido, la recolección y profanación es un arte oscuro en cómo elaborar una escoba, ese texto inusual es africano y en muchos países el procedimiento es ilegal. A continuación te dejo las siguientes instrucciones, para que desde tus conocimientos previos la puedas elaborar.

 

1. Eliminar todo rastro de posible magia oscura en cada filamento de paja, pues al ser una criatura con dominio con la muerte, ciertas energías pueden habitar en ella.

2. Realizar un ritual de purificación con cada ingrediente.

3. Precisar el mapa de la constelación de hoy, para que puedas identificar donde vas a fijar el material de unión con el núcleo.

4. Tocando tres veces cada filamento de paja purificada esta se unirá a la escoba, la cual se encontrará en un modo salvaje.

5. Establecer una unión con la escoba.

6. Nombrar la escoba.

 

Nota: En ocasiones las escobas pudieran hablarte y darte consejos.

 

--

 

Juegos con la Escoba.

 

Stichstock era un juego en donde se tenía que pinchar, con la afilada punta de las escobas, una vejiga de Dragón inflada. El juego terminaba cuando era pinchada la vejiga o el guardia de la vejiga derribaba a todos los atacantes.

 

Aigingein, juego en el que se debía atrapar la Dom o pelota y pasar a gran velocidad entre toneles ardientes colocados a gran altura sobre postes. La Dom se arrojaba a través del último tonel y ganaba el jugador que lo hiciera en menos tiempo y sin quemarse.

 

Creaothceann, de Escocia. El juego consistía en atrapar rocas, que flotaban en el cielo, con los calderos que se amarraban a la cabeza. En el año de 1762 éste juego se volvió ilegal.

 

El Shuntbumps era un juego donde se tenía que derribar a los adversarios de las escobas. Ganaba el último en quedar sobre la escoba.

 

En el Swivenhodge lo jugadores se subían al revés en la escoba, viendo hacia el cepillo y golpeaban una vejiga inflada de un lado a otro, cuando un jugador no conseguía devolverla, se sumaba un punto a su rival. El primero en juntar 50 puntos ganaba.

 

Nota: Deseo jugar uno de estos juegos con vos.

 

 

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  • 2 semanas más tarde...

Estaba infeliz, he de reconocerlo. Con lo fácil que era montar en una escoba en la mansión, juguetear con los niños... Nunca más montaría en escoba, sabiendo que su construcción implicaba la muerte de alguien vivo. Me imaginaba volar sobre la sangre de una vida arrancada y no podía seguir, nono, lloraba aún más fuerte. Me calmé de a poquito y pude ver que el primo Matt seguía muy solo en aquella clase. ¿No tendría alumnos? ¿Por qué no habrían venido?

 

Noté una brisa amiga, de esas que notas que las mueve la esencia de algún ser querido, una espiritualidad positiva...Estaba sorprendida pues no tenía a nadie que pudiera reconocer de esa manera. Busqué pero aún tardé en reconocerlos...

 

- ¿Papá...? ¿Mamá...?

 

No llegué a saber si eran ellos porque sólo sentí una calidez que me inundó por dentro y que desapareció tan rápido como había aparecido, dejando sólo un pergamino que caía, ondulándose en el aire cual pluma ligera. Lo tomé.

 

- ¿Qué será? - le pregunté a Matt, aunque éste parecía ensimismado en la ausencia de su clase, supongo.

 

Lo leí con atención y solté un suspiro de alivio al comprobar que no era necesario ningún sacrifico para montar una escoba. Me quejé en voz alta.

 

- No tuvo gracia, casi muero del disgusto. - Pero me sentía feliz en aquel momento.

 

Re-leí las instrucciones y mi sonrisa creía al ver lo fácil que era.

 

- ¡Esto puedo hacerlo! ¡Es muy fácil!

 

Me levanté de un salto y corrí hacia la mesa de mi primo. La vacié de un manotazo, al fin y al cabo, él no estaba dando clase. Le dije a mi elfo para que trajera todos los ingredientes y me puse a montarla.

 

Limpié de restos de magia las hebras de aquella criatura, orando también oraciones de sacerdotisa que limpiaba el aura de todo lo que tocaba. Notaba que el aura cambiaba y se hacía más pura. El ritual de purificación de mis hermanas de clan era muy fuerte. y funcionaba muy bien.

 

Lo del mapa de la constelación era algo más difícil porque era de día pero tenía un simulador que me había regalado la tía Sagis y que guardaba entre mil cosas de mis bolsillos. con eso, conseguí crear una simulación de como sería la constelación de hoy y, ¡maravilla! pude identificar sin ninguna duda el lugar donde fijar el núcleo. Toqué la paja con mucha paciencia, una por una, tres veces, como indicaba la nota y conseguí que se uniera a la escoba...

 

Seguí al pie de la letra todas las indicaciones y ¡Lo tenía! Una linda escoba lucía entre mis manos.

 

- ¡La llamaré "La Sinforiosa"! ¿Te gusta, Matt? - Pero él atendía a otros pensamientos y no me contestaba. - Esta bien, se la enseñaré a mi profesor, a ver si le encuentro. ¡Vamos, Sinforiosa!

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