Historia de la Magia ~ Primeros Auxilios

[Emmet Haughton Gaunt]

El lugar era un caos por donde sus ojos miraran. La Sala de Emergencias del hospital estaba rebasada de camillas, pacientes, médicos, enfermeros y familiares que corrían de un lugar a otro para poder averiguar si su pariente había sido ingresado al mismo y el nivel de gravedad de las heridas que tenían.

 

Un televisor en el fondo, casi mudo, mostraba el noticiero. Una explosión en un restaurante conllevó a un incendió y, la mayoría de los comensales, habían salido heridos y estaban siendo derivados a todos los hospitales de la ciudad; se parecía a la serie muggle Grey´s Anatomy que al vampiro solía gustarle ver cuando estaba entre los no mágicos.

 

Muchos de los accidentados llegaban con quemaduras, pedazos de vidrios incrustados y algunas que otras cortaduras en diferentes partes de su anatomía.

 

La docente y el vampiro estaban en una de las salas en donde aparecieron gracias al portal que aquella había abierto. Ninguno de los presentes había notado la presencia de los magos porque quizás ya estaban acostumbrados a que los medi-magos se aparecieran así y, mucha más, antes un accidente de tal magnitud. La mujer se apresuró a atender al muchacho mientras que al vampiro le tocaba ocuparse de la chica que se había descompensado en el suelo.

 

- ¡Una camilla por aquí!

 

Dos enfermeros aparecieron enseguida, levantando a la muchacha del suelo y colocándola allí.

 

Tenía una camisa blanca, que lo había dejado de ser, toda rasgada y manchada por la sangre que había brotado de las heridas producidas por los pedazos de cristal incrustados en la piel de la misma. Había recordado lo que tenía que hacer en primer lugar y era la evaluación de la consciencia pero, en este caso, su paciente estaba inconsciente. La muchacha no tenía los ojos abiertos, no respondía ante los estímulos verbales y la respuesta motora era muy pobre por lo que el vampiro determinó que algo mucho más complejo estaba pasando en esta chica.

 

- Hay un traumatismo bastante grave quizás provocado por una caída o un fuerte golpe en la cabeza ocasionado por la explosión - hablaba mientras cortaba las prendas de la misma - Antes de avanzar con los estudios, tenemos que ocuparnos de retirar los cristales y cerrar las heridas - ordenó sus siguientes paso de manera mental para saber qué es lo que tenía que pedir - He localizado algunas quemaduras en su cuello por lo que voy a necesitar algunas vendas ¿Pueden conseguirlas? - y ambos enfermeros salieron del cuarto.

 

En total eran siete pedazos de cristales clavados en el cuerpo de la muchacha. Uno de ellos estaba bastante profundo por lo que iban a tener que evaluar si había daño interno.

 

- Anapneo - conjuró rápidamente para poder despejar las vías respiratorias de la chica y así aumentar el paso de oxígeno por sus pulmones.

 

Emmet fue retirando uno a uno los cristales. El más grande fue el complicado debido a que un poco de sangre saltó sobre su bata manchándola.

 

- Episkey ... Episkey ... Espiskey.

 

Era lo único que salía de la boca del vampiro para que cada herida cerrara correctamente y que no se escapara ni una gota más de sangre.

 

- Accio Esencia de Murtlap.

 

Dijo levantando su varita hacia las estanterías logrando que un frasco saliera volando hacia las manos del vampiro. En eso, los enfermeros habían llegado con las vendas. El vampiro comenzó aplicando el medicamento sobre las heridas cerradas y sobre las quemaduras en el cuello de la muchacha. Eso iba a bastar para que no se infectaran y aguantarían mientras le hacían los otros estudios.

[Jock]

El patriarca de los Black Lestrange se limitó a sonreír de vuelta cuando Anne se disculpó por lo ruidoso que estaban siendo los personajes de los cuadros que adornaban el salón de clases.

—La verdad es que he venido a esta clase porque sabía que eras tú quien la dictaba y quería saber algunas cosas que seguro tú sabrás —dijo sin tapujos el ojimiel.

Aunque en ese momento, para ser honestos, Jocker hubiese deseado poder contar con el poder del libro de la fortaleza que le daba la posibilidad de activar el anillo de salvaguardia de oídos indiscretos y poder hablar directo y sin tapujos de sus verdaderos motivos. Sin embargo, al darse cuenta que los personajes de los cuadros finalmente habían guardado silencio, no porque Anne se los hubiese pedido sino porque estaban curiosos por descubrir lo que Jocker quería preguntar.

—Y ya que mencionas tu método de enseñanza… que, por cierto, me parece sumamente interesante… hay dos temas que me interesan: el primero es el Estatuto Internacional del Secreto Mágico que parecen más bien una actividad de Leyes Mágicas o de incluso Estudios Muggles; el segundo: la caída de la Marca Tenebrosa y la Orden del Fénix.

Jocker se acomodó en el asiento para poder ver de reojo las reacciones de los personajes de los cuadros que no se hicieron esperar. Hubiese querido poder contarle a la mortífaga que no mucho tiempo antes del último evento mencionado él se había puesto en comunicación con las líderes para hacer su reingreso oficial… lamentablemente eso nunca pudo llegar a concretarse.

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[Anne Gaunt M.]

Anne no solía sorprenderse con las motivaciones de sus alumnos, sobre todo porque algunos le habían confesado que lo hacían movidos por la obligación o el simple hecho de no saber qué estudiar y utilizar su materia como un mero entretenimiento. Jamás le había importado porque a ella lo que le interesaba era descubrir cosas nuevas con cada lección; entender un poco mejor el mundo con cada viaje. Había dedicado tanto tiempo en su juventud a leer libros e historias del pasado que ahora que podía vivirlos por sí misma no podía dejar de hacerlo, a pesar de que se había metido en problemas varias veces y había prometido al Ministerio y a la Institución del Ateneo que dejaría de hacerlo. Pero no podía: viajar por el pasado era una adicción mayor a cualquier otra para ella.

 

Sin embargo, escuchar a Jock decir que se había anotado a Historia de la Magia sí que la pilló por sorpresa. Parpadeó varias veces antes de saber cómo reaccionar a eso, un poco recelosa.

 

— Uhm... —murmuró, rascándose la cabeza distraída. Notó que algo no terminaba de encajar con la historia a juzgar por el gesto del Black Lestrange, y los retratos parecieron notarlo también porque, de repente, todos observaban con atención al hombre esperando el resto de cosas que tuviera que decir. Y soltó el bombazo.

 

La primera opción resultó algo medianamente conocido y normal para ella pero, al escuchar la segunda cuestión de interés para Jock, sintió una punzada en el pecho que resultaba todavía dolorosa. Instintivamente, apretó la mano izquierda y tensó la musculatura de todo el brazo.

 

— Oh... —carraspeó con la garganta ligeramente y miró a Jock con una pizca de indecisión en sus ojos grises—. Son dos temas que tienen poco que ver y no estoy del todo segura de poderte ayudar con la segunda cuestión. Pero sí podemos hablar un poco sobre ella, claro —caminó unos pasos al frente de la clase y terminó acercándose al hombre—. Me temo que tendrás que decidir entre uno y otro tema. Si se trata del primero, podemos darnos una vuelta por el pasado para ahondar un poco más en esa cuestión. Si escoges la segunda bueno... no estoy segura de cómo afrontarlo, pero podemos buscar un lugar tranquilo para hablar de esto. Incluso se me ocurre... —hizo una pausa, pensativa—. Podemos hacer nuestro viaje histórico para investigar sobre el Estatuto Internacional del Secreto Mágico y, a la vez, podemos hablar de ese tema porque... bueno, porque nadie podrá escucharnos si estamos de paseo por el pasado. ¿Qué me dices? ¿Te animas?

 

No aguardó respuesta, sino que empezó a prepararse para invocar el portal que los trasladaría al siglo XVII, unos años antes de que se aprobara la ley por la que se había interesado Jock. Murmuró las palabras fulgura nox y una especie de materia líquida apareció ante ella expandiéndose en el aire para formar una puerta que lanzaba pequeños destellos de luz, como invitándoles a entrar. Miró al Black Lestrange, esperando su respuesta para saber si atravesarían el portal o si debería sellarlo para después de la clase. Porque ella ya tenía claro que aprovecharía un ratito de su día para pasear por aquella convulsa época.

[Jock]

Era evidente para patriarca de los Black Lestrange que había pillado por sorpresa a Anne. Tampoco había que ser un experto en semiótica o en lenguaje no verbal para darse cuenta. Los cuadros parecían estar más callados que nunca, testeando el analizando el ambiente que parecía haberse vuelto un poco tenso en medio de la tranquilidad de ambos mortífagos.

Jocker se preguntó si es que acaso algo más les había llamado tanto la atención antes, como aquello lo estaba haciendo. Seguramente sí, pero había seguramente también había pasado mucho tiempo y cualquier cosa que oliera a chisme o a aventura, les interesaría.

Tras meditar un poco y pensar en voz alta, Anne finalmente dio con la mejor opción para llevar a cabo la clase, considerando ambas propuestas hechas por el animago Black Lestrange.

—Me parece una excelente idea —sentenció Jocker al tiempo en el que se ponía de pie y se acercaba hasta el portal que comenzaba a nacer y crecer en frente de sus narices.

Con una rápida sonrisa dedicada a los personajes de los cuadros que seguíamos mirando al duo, atravesó el portal, reapareciendo en medio de una de las calles de Londres del siglo XVII. Anne, que apareció a los breves segundos después, seguramente había escuchado parte de las quejas de los cuadros, que de un momento a otro se quedaron sin saber mucho más de las intenciones del patriarca de los Black Lestrange.

Puntualmente, el par de mortífagos había aparecido frente a una plaza pública en donde tres hombres con unas antorchas encendidas pretendían quemar a una familia entera, pues, se trataban de magos y brujas culpables de haber quemado la casa de una de las familias adineradas de la zona.

 

—Ciertamente estos muggles son unas bestias —exclamó Jocker.

[Bodrik]

Bodrik asiente al ver la rápida reacción de su alumno que aparentemente estaba haciendo las cosas adecuadamente mientras observaba el nivel de conciencia de la muchacha que obviamente estaba muy grave pues no abre los ojos, pero Bodrik puede darse cuenta que el mago ha asimilado muy bien la información preliminar y luego cuando lo escucha pedir ayuda y va desarrollando todo esta apunto de felicitarlo, pero la situación es complicada.

 

Bodrik estaba con la adrenalina a ciento por ciento pues de verdad el paciente que atendía tenía quemaduras completamente fuertes por lo que decide después de verlo respirar mejor comenzar el tratamiento con Esencia de Murtlap para las quemaduras que se veían bastante fuertes y aprovechando la llegada de los enfermeros Bodrik decidió que podían ayudarle también a trasladar al hombre al Box – ayúdame Edward para llevar a este hombre de inmediato – rápidamente el enfermero comenzó a levitar la camilla en dirección del Box 1que era el mismo donde llevan a la mujer.

 

Una vez los heridos fueron trasladados para su atención Bodrik observó las Acciones de Emmet aprobado lo que hacía – Aplica el Ungüento amnésico del Doctor Ubbbly- Sugirió sabiendo que la mujer debía estar adolorida. Este sobre todo disminuye cicatrices emocionales.

 

y mientras tanto la Medimago se dedicó a poner poción para quemaduras en su paciente alternándolo con El hechizo episkey – al final podemos poner un poco de Aleo vera para terminar de calmar sus heridas- dijo.

[Anne Gaunt M.]

Al ver que Jock estaba de acuerdo, Anne le indicó que podía pasar por el portal para iniciar oficialmente la clase. Los cuadros habían vuelto a murmurar, a lo que la mujer respondió con un gesto de desdén antes de seguir al Black Lestrange hacia el Londres del siglo XVII. Reaparecieron en un lugar que no supo identificar.

 

— Jock, antes de nada... quisiera recordarte que no podemos alterar el pasado bajo ninguna circunstancia. Quiero decir: veas lo que veas o escuches lo que escuches, no puedes tomar partido. Cualquier acción que realicemos puede alterar enuestro mundo... así que hay que ser cuidadosos, ¿de acuerdo? Dicho esto... busquemos alguna plaza, creo que es la forma más sencilla de iniciar la excursión.

 

Se puso en marcha tras modificar su vestimenta y hacerla más afín a la época. Se dejó pantalón y el pelo corto, que no era común en esos años, pero cubrió todo con la capa negra. Esperaba que su acompañante imitara su gesto.

 

El caminar de ambos los condujo hasta una multitud bastante agitada que parecía manifestarse por algo en concreto, pero de forma más bien poco pacífica. A los oídos de Anne llegaron las palabras "bruja", "muerte". "Hoguera". "Magia". Hizo un gesto de desagrado con la cara y le indicó al Black Lestrange que la siguiera para mantenerse a una distancia prudente del grupo.

 

— Mantén bien escondida tu varita —susurró—. Espero no tener que presenciar ninguna ejecución, será muy difícil mantener el control ante una situación así.

 

Aguardó un poco, en silencio. Un grupo de personas pasó por su lado con la cabeza gacha y, aparentemente, evitando a la muchedumbre. Posiblemente eran magos, o simplemente se trataba de personas que no tenían interés alguno por lo que se gestaba en aquel lugar.

 

— ¿Qué has oído sobre la disolución de los bandos, Jock? ¿Qué quieres saber y qué crees que puedo contarte yo?

[Emmet Haughton Gaunt]

- Accio Ungüento anestésico del Doctor Ubbbly -

 

Un frasco de vidrio con un líquido espeso de color azulado salió despedido de la estantería que estaba a la izquierda del vampiro. Pasó por en medio de los dos enfermeros y se depositó en la mano del vampiro. No había escuchado nunca acerca de este ungüento pero parecía tener efecto inmediato ya que, apenas lo colocó sobre las quemaduras de la muchacha, ésta dejó de quejarse.

 

Así es. Había recobrado la conciencia pero la respuesta a los estímulos de dolor era muy alta por lo que no podía descartar que se le hicieran otros estudios para poder quitar de en medio la idea de algún daño interno mucho más severo de lo que demostraba por fuera.

 

- Ha respondido correctamente al tratamiento pero deben llevarla para que le hagan un análisis completo de sangre, para saber si sus valores están bien, y estudios complementarios de cabeza, tórax y columna para que descartemos daños internos y luego, cuando nos demos cuenta, no sea tarde.

 

Le dijo a los enfermeros. Luego se dedicó a aplicar algunos Episkey más para terminar de cerrar algunas quemaduras más grandes y le dio el visto para que los enfermeros llevaran a la muchacha a otra sala así comenzaban con los estudios.

 

Se quitó los guantes de látex, giró sobre sí y miró a la educadora.

 

- Vaya día, ¿no?

 

@Bodrik

[Jock]

Para Jocker era difícil acatar las instrucciones que la docente le había dado respecto de no intervenir en los hechos que estaban presenciando. En primer lugar, porque ya de por sí el Black Lestrange sentía un profundo rechazo y hasta desprecio por los muggles simplemente por el hecho de ser criaturas sin la habilidad de generar magia; y, en segundo, porque estaban a punto de presenciar un intento de crimen que el Ministerio de Magia había decidido ignorar.

«Con unos cuantos movimientos de varita todos estos asquerosos muggles estarían rindiéndonos honores o suplicando por sus asquerosas vidas» pensaba sin tapujos.

—¿Qué has oído sobre la disolución de los bandos, Jock? ¿Qué quieres saber y qué crees que puedo contarte yo?

Aquellas preguntas le ayudaron a no concentrarse en lo que estaba viendo. Por lo que agradeció a Anne el cambio de conversación, aunque de reojo veía a la turba de gente extasiada por lo que estaban a punto de hacer.

—He oído lo que ha oído todo el mundo. Que tanto la Marca Tenebrosa como la Orden del Fénix han desaparecido. Los líderes están inubicables y los altos rangos perdieron sus poderes de un día para otro, sin previo aviso.

Jocker se detuvo, midiendo las palabras que a continuación iba a lanzar.

—Creo que el Ministro y la Viceministra tienen algo que ver al respecto —sentenció —Aunque tú y yo sabemos que ambos pertenecían a la Marca… o al menos, pertenecieron en algún momento y debido a su influencia, los fenixianos nunca pudieron hacer mucho contra ellos…

[Bodrik]

El día había comenzado en un aula de la Universidad mágica enseñando pura información teórica sobre primeros auxilios y los primeros cuidados que se deben tener en situaciones de emergencia, aun así, Bodrik no estaba satisfecha y planeo una especie de excursión para darle un vistazo de una situación real a su único alumno buscando despertar el interés del vampiro para aprovechar su única oportunidad de enseñar primeros auxilios dentro de la universidad mágica.

 

Emmet se manejaba con destreza y eso alegraba a la pelinegra pues algo había tenido que aprender de ella, por lo menos la parte que tenía que ver con el conocimiento médico – Ohm sí, no es muy conocido, pero a mí me resulta muy útil y sobre todo para sanar las heridas relacionadas con los traumas que dejan las situaciones de emergencias- comentó refiriéndose al ungüento.

 

Los enfermeros se llevaron a la paciente para realizar los exámenes correspondientes que determinarían el procedimiento a seguir y mientras tanto Bodrik continuaba usando díctamo en las quemaduras del hombre seguido por el uso de su amuleto de curación para que dejara de sangrar – Él está casi listo sus quemaduras y heridas están prácticamente cerradas. -

 

Bodrik adoraba su profesión y no se veía en otro lugar que no fuera San Mungo pues realmente odiaba la burocracia relacionada con el ministerio de magia y las oficinas administrativas y como auror no se veía mucho, aunque le agradaba un poco la parte investigativa, pero en el hospital siempre buscaba la manera de actuar como tal y sobre todo cuando se trataba de casos relacionados con la Orden del Fénix que era el bando al que perteneció desde el día de su graduación.

 

La orden del Fénix para ella significaba todo y allí tuvo la oportunidad de conocer muchas personas valientes y esforzadas con quienes tuvo oportunidad de convivir en lugares y momentos muy importantes para el desarrollo de la adolescente y uno de ellos había sido su propio abuelo a quien extrañaba sin remedio. Lamentablemente para el ministerio la orden siempre fue considerada como delincuentes.

 

-Uff... no sabes lo común que son este tipo de días en el hospital – dijo sonriendo – Lo has estado haciendo muy bien, te Felicito. Puedes irte si lo deseas- agregó.

Editado 21 de Febrero del 2019 por Sagitas E. Potter Blue
Quitar alusiones que han de ir por PM a Admon. + bandera

[Anne Gaunt M.]

El rostro de Jocker parecía un libro abierto en el que podían leerse todos los pensamientos que surgían en su mente, y Anne sabía que el suyo estaría en condiciones similares. Hizo de tripas corazón para evitar la tentación de utilizar la legilimancia con él para poder decirle que debía calmarse y confió en que el hombre cumpliría con la advertencia que le había dado un poco antes.

 

El ambiente en la plaza comenzó a caldearse hasta el punto que la estancia allí empezó a hacerse insoportable. ¿El Ministerio no intervendría para salvar a los acusados? La voz del Black Lestrange la sacó de aquella sucesión de pensamientos que amenazaban con alterar la supuesta tranquilidad que había conseguido reunir en los últimos minutos.

 

Asintió ante sus palabras pero luego vio que el hombre iba a decir algo más, así que esperó. Y cuando soltó la última frase, frunció el ceño.

 

— ¿Ministro y viceministra? Eso me parece hablar por hablar, lo siento —gruñó Anne en voz baja—. Es triste que te hayas unido al rumor que los quieren incluir de por medio. Los bandos desaparecieron porque la guerra quedó en stand by, sin más. ¿Crees que ellos, después de tantos años sin poder hacer nada, tienen algo que ver? Tonterías. No sabremos qué pasó hasta que los culpables alcen la voz. No obstante... considero que van a volver. Porque la sociedad nos necesita, ¿sabes? O si no... ¿dejaremos que la sangre mágica se mezcle con la de los muggles? ¿O con la de los traidores? Yo no puedo ni pensarlo, y estoy segura de que muchos piensan como yo.

 

Sus palabras sonaron tajantes, si bien no perdió el tono amable en ningún momento. No culpaba a Jock de las dudas que podía tener la respecto, pero era un tema delicado para todos los que habían vivido la guerra mágica de cerca. Ella, que había estado inmersa en aquella batalla durante siete años, sentía que le faltaba algo... pero, por el momento, había guardado su máscara para más adelante. No tenía prisa mientras las cosas se hicieran bien hechas, sus ideales seguían intactos.

 

— No es tanto el causante como la causa, a mi parecer. Pero sobre ésta poco te puedo decir porque la desconozco. Demonios, sígueme —murmuró de repente, cuando vio que la turba que vociferaba en la plaza aumentaba ligeramente tanto en cantidad como en bullicio—. Parece que van a ejecutar a alguien... no me apetece verlo, menos porque no podemos hacer nada.

 

Le guió para alejarse de la multitud y se apoyó luego en una pared, cerrando los ojos por un momento.

 

— Como ves, estamos en una época muy convulsa respecto a la cuestión que me comentabas. El Estatuto Internacional del Secreto nació para intentar evitar estas cosas, pues los muggles tenían la costumbre de erradicar aquello que no entendían. O que les atemorizaba, posiblemente. De hecho, estoy convencida de que seguirían haciéndolo si no fuésemos tan cuidadosos como somos —añadió—. Por eso considero que tenemos que erradicarlos nosotros a ellos. O someterlos, para que no subestimen a sus superiores. Pero ésa es otra cuestión. El Estatuto fue necesario porque había magos y brujas que no tenían cuidado de ocultarse. Eso provocó oleadas de asesinatos en los que murieron muchos magos y también muggles. Nuestros dirigentes de esta época decidieron que debían parar todo esto y... bueno, ya sabes, crearon esta ley. Pienso que podría haberse hecho de otra forma, pero ellos pensaron que ésta era la correcta. ¿Qué opinas tú? —le preguntó, intentando concentrarse en algo distinto a los gritos de la plaza.