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Prueba del Libro de La Fortaleza XXVIII


Dennis Delacour
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Desde que habían escapado con ayuda de aquella explosión en las catacumbas se dedicaron a recorrer el intrincado camino de aquel laberinto, la magia funcionaba hasta cierto punto pero cada vez que intentaba usar la aparición no obtenía ningún resultado, alguna magia protege aquellos muros subterráneos de que pudieran salir de allí mediante esa forma. O acaso era la forma de los guerreros Uzza de indicarles que hasta que no se hubiese superado del todo la prueba no podrían dejar aquel lugar.

 

Varita en mano caminaba seguida de la Granger, el lugar reducido y oscuro dejaba muy poco espacio para moverse y menos para respirar profundamente sobre todo algo que no fuera polvo y resquicios de muerte acumulada a través de siglos de existencia de aquel lugar. De pronto conforme sus pasos avanzaban el sitio fue ampliando su sendero, a cada paso que daban el espacio aumentaba hasta salir de los túneles para encontrarse de frente con lo que parecían ser las fuentes de agua de aquel lugar que en un comienzo había oído.

 

Catacumbas subterráneas sumergidas en agua, Si bien era cierto que el agua no estaba por encima de sus tobillos era algo incomodo moverse en ese sitio, al entrar en esos terrenos el lugar se iluminó dejándoles ver columnas ubicadas a lo largo y ancho de esa cueva de gran tamaño, así como rocas de formas y tamaños variados dispuestas por todo el lugar, lo que se habían cruzado en el camino había sido con el único fin de dirigir a las brujas en aquella dirección y la única forma de salir de aquel lugar era llegando hasta el final.

 

Se giró hacia su alumna con tranquilidad — Es hora de probar si eres capaz de usar los conocimientos del libro — dijo con amabilidad y luego varita en mano hizo una leve reverencia para estar lista a lo que habría de venir.

 

 

*****************************************

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Reglas:

 

  • Las Reglas son las mismas que para duelos
  • Pueden emplear todos los hechizos que deseen (Esto es Neutrales, Neutrales Graduados, los del Libro del Aprendiz de Brujo y los del Libro de la Fortaleza, con énfasis en este último)
  • Pasadas 24 horas, si su rival no responde, pueden crear una bestia mediante Morphos para atacarle, y los hechizos se considerarán impactados. Después de 48 horas sin respuesta se considera abandono y habrán reprobado.
  • En el tercer posteo de cada uno, van a ser atacados por un Basilisco. Deben sortearlo rolisticamente, no se considerará como acción dentro del duelo su defensa.
  • Hechizos resaltados con negritas y/o cursivas. De no hacerlo, la acción será inválida.
  • La prueba durará desde ahora (18/03/2019) hasta el 25/03/2019. Por favor se agradece la constancia.
  • No se permiten los OFF ni tampoco la edición de posteos. Cualquier duda en el topic de consultas. Link
Editado por Candela Triviani

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Tenía unas ganas inmensas de marcharse de ahí en ese momento; sin duda todo lo vivido en las catacumbas no era algo que estuviera esperando. Sabía perfectamente que podía curarse, que tenía muchas cosas que podían ayudarla, pero no creía que todo aquello fuera planeado por su profesora. De todo aquello podía concluir que Dennis tenía conocimiento de que aquel lugar era un peligro inminente ¿pero hasta qué punto? Había cosas que estaban más allá de lo planeado, eso le quedaba claro a la joven de ojos violetas.

 

Lograron escapar, sin embargo, ninguna de las dos podía ocupar algún hechizo para desaparecerse; habían caminado en silencio, como si estuvieran buscando algún lugar en el que la magia pudiera surtir efecto. Valeskya comenzaba a sentirse ansiosa, pensando en lo extraño que resultaba el no poder marcharse y sin embargo, podían utilizar cualquier clase de hechizos que implicaran defensa. ¿De eso se trataba todo? ¿El lugar estaba diseñado para poner a prueba la valía de todos aquellos que se aventuraban a tener el conocimiento del libro de la fortaleza?

 

Cuando creyó que aquel oscuro camino parecía no tener fin, alcanzó a ver una luz, aunque no lo suficientemente clara, lo que podía indicar que llegarían a un espacio más amplio. Alzó la varita, lista para enfrentar cualquier ataque, aunque al llegar, se sorprendió al ver unas catacumbas subterráneas. Avanzó hasta situarse en el extremo opuesto de donde habían entrado y vio que una serie de piedras pequeñas se encontraban a ambos extremos de las paredes de donde las brujas se encontraban. Se quedó de pie, justamente en medio de dos enormes pilares, mientras miraba el agua tranquila y cristalina que la cubría de los tobillos.

 

Cruzó los brazos, visiblemente incómoda al escuchar que ahora tendría que probar que era digna de poseer el conocimiento y la magia de aquel libro. “¿Y ahora? ¿Qué harás?” Dijo la voz dentro de la mente de la Granger, con ese tono de sarcasmo que solía usar habitualmente para burlarse de su hermano. Lo cierto era que no recordaba ni cuándo ni cómo había sido la última vez que había tenido un duelo y el mayor temor, independientemente del tener que equivocarse, era que al final no fuera “apta” para poder manejar la magia que se explicaba en el libro.

 

- ¡El libro! – Exclamó la ojivioleta mientras se percataba que ya no traía su bolso. Seguramente lo había dejado en alguna parte del laberinto que habían recorrido. Quiso regresarse, pero primero tenía que cumplir con dar una buena batalla al menos. Suspiró y apuntó hacia la joven Delacour y exclamó:

 

- ¡Expelliarmus! – Exclamó, viendo que una luz roja resplandeciente que pretendía golpear la mano de Dennis y lanzar su varita a dos metros hacia el lado izquierdo de donde ella se encontraba. Así al menos Valeskya lograría ganar tiempo y ver si podía recordar algo acerca de los hechizos que podrían resultarle útiles.

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La rubia observaba a su alumna y ahora oponente en aquella prueba a la espera de sus movimientos, por un instante se le vio incluso algo confusa ante la situación en la cual se encontraba justo en ese momento, cuando la escucho nombrar al libro se preguntó qué estaría pasando por la cabeza de la Granger en aquel momento, ahora no podía tener el libro a su disposición para leer de aquel pero si podía disponer de aquellos hechizos los cuales ya había podido emplear durante la pequeña aventura que habían tenido tratando de sobrevivir bajo tierra ese día.

 

Después de un par de minutos fue como si la bruja encontrará la calma que necesitaba para llevar a cabo la asignación que ahora le correspondía y que era enfrentarla a ella para ver si podría vincularse con aquel libro guardián de una poderosa magia que podía ser muy útil si era bien manejada. Escuchó cuando la ojivioleta mencionó su primer hechizo y sonrió, era hora de comenzar al fin.

 

Vio el rayo salir en su dirección recorriendo los dos metros que las separaban ya que la Granger se había situado al extremo opuesto de donde habían entrado y donde la Delacour estaba ubicada ahora. Con su varita en mano dijo fuerte — Protego — e inmediatamente un escudo la cubrió haciendo que éste absorbiera el rayo lanzado por la bruja evitando desarmarla como había sido su plan.

 

Sin demora alguna levantó su varita en dirección de su estudiante y dijo — Sectusempra — y de su varita salió un rayo en dirección del pecho de su oponente que de impactar causaría heridas sangrantes en su cuerpo que de no ser atendidas representarían un grave daño a la integridad de la bruja llevándola incluso a la muerte. Después de lanzar el hechizo quedo atenta a los movimientos de su contrincante.

 

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La situación que estaba llevándose a cabo resultaba un tanto extraña para Valeskya, aunque no estaba segura del por qué. Aunque el rostro de ella no mostraba ningún tipo de emoción, solo estaba en alerta constante de que pudiera aparecer algo más ante ellas en ese lugar: alguna clase de esqueleto reanimado, otras criaturas peligrosas como las que se habían encontrado u otro tipo de sorpresa que aguardaba aquel extraño lugar. No sabía si era por su paranoia, pero habría jurado que había escuchado un ruido proveniente de las profundidades de aquellas catacumbas.

 

Intentó concentrarse en el duelo que estaba llevando a cabo, notó como Dennis se protegía contra el hechizo que le había lanzado con la finalidad de desarmarla. “Si tan solo me hubiera mostrado cómo hacerlo”, fue el pensamiento que llegó de forma inevitable a la mente de la ojivioleta, seguido con una punzada que ya tenía mucho tiempo que no sentía: cuando extrañaba a alguien mucho más de lo que ella hubiera deseado reconocer. Sacudió la cabeza, mientras se veía forzada a concentrarse y antes de que la joven rubia lanzara su ataque, alzó su varita y pensó.

 

“Salvaguarda mágica”.

 

No pudo evitar sonreír, al ver que el sectusempra lanzado hacia ella simplemente pasaba a través de ella sin causarle ningún tipo de daño, impactando en una pared que se encontraba muy al fondo de donde estaba de pie; la sonrisa que se había dibujado en el rostro de la ojivioleta no era de burla, sino más bien porque pensó en que ese hechizo de intangibilidad se convertiría en su favorito si al final lograba vincularse con el libro de la fortaleza y todo el conocimiento, y por supuesto, la magia que éste contenía. La mente de la ojivioleta trataba de hacer memoria de algún hechizo que pudiera resultarle útil en ese momento.

 

”Embrujo punzante”, pensó, al tiempo que empuñaba su varita y apuntaba hacia Delacour, con la intención de que el hechizo que acababa de lanzar, impactara de lleno en el rostro de su contrincante y comenzara a alterar su forma, como si le provocara una reacción alérgica. La joven Granger se mantuvo con su varita firme y en alto, aguardando la reacción de su contrincante; al tiempo que creyó escuchar un movimiento de piedras a lo lejos, nuevamente.

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La Delacour observaba con una sonrisa como la bruja frente a ella se defendía de aquel ataque usando uno de los hechizos del libro que estaba cursando, siempre era satisfactorio observar los avances de quienes querían vincularse con el libro y por lo visto no era la única que sonreía ya que la ojivioleta también lo hacía después de haber pasado el efecto de aquel hechizo.

 

Se mantenía alerta y con su varita en alto a la espera del próximo hechizo de la Granger, pero nada fue pronunciado por ella pero pudo observar cuando el rayo salió de su varita en dirección de la rubia, — Salvaguarda Mágica — pensó rápidamente antes de que el rayo la alcanzara haciendo que la atravesara sin causar daño alguno, había sido muy astuta en usar un hechizo que no requiriera decir palabra alguna y sin saber qué conjuro había lanzado en su contra agradecia el que no hubiese impactado.

 

La ojiazul apuntó a una de las rocas más grandes que había en el lugar — Morphos — dijo con claridad haciendo que la roca se transformara en un león a la cual le dio la orden de atacar a su oponente. Quedó alerta a cualquier respuesta de su rival al tiempo que empezaba a tener la sensación de que no estaban solas en aquel sitio.

 

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Sin duda el hechizo de Salvaguarda Mágica era el nuevo favorito, a pesar de ser algo bastante simple y de usarse más que nada para protección, en lugar de ser dañino; le gustaba la infinidad de utilidades que podía tener, aparte de un duelo como ese, claro está. Valeskya vio que su embrujo punzante no había dado resultado, ya que su contrincante, al volverse intangible, había resultado inmune y el rayo se había disipado más allá de donde se encontraba. “Al menos he durado más de lo esperado”, pensó de una forma casi triunfal y deseando poder contarle lo que había vivido a él, en cuanto pudiera verlo.

 

Otra vez. Volvía a estar en sus pensamientos, lo cual comenzaba a hacerse un tema casi molesto; suspiró, pensando en que al menos había sido más breve que la última vez y que solamente sería cuestión de tiempo el poder olvidarlo, si es que no volvía a aparecerse en su vida. ¿Cuál era el problema de tener que jurar un amor eterno si sabía que no podría cumplir una promesa? Solo había pedido completa sinceridad y ahora no sabía qué pensar; pero al menos esta vez sería diferente para ella, se sentía fuerte para afrontar casi cualquier cosa. Se sorprendió al ver que volvía a sonreír, quizás eran nervios o la adrenalina al creer que lo estaba haciendo medianamente bien, en el momento.

 

La Granger notó que la joven de ojos azules apuntaba hacia una pila de rocas y apuntó rápidamente hacia ella, antes de que pudiera decir algo, empuñó su varita y señalando en su dirección, exclamó - ¡Silencius! – Con lo cual el hechizo que pretendía lanzar Dennis, no había surtido ningún efecto, ya que había quedado temporalmente incapacitada para poder pronunciar algo. Antes de que la ojivioleta pudiera lanzar otro hechizo, había escuchado otra vez el crujir de las rocas, como si algo se aproximara cada vez más hacia ellas, incluido el eco que resonaba en las catacumbas, el cual provocaba aún más temor.

 

- ¡Petrificus totalus! – Exclamó la joven, apuntando hacia la chica Delacour. Un rayo se aproximó hacia ella con la intención de inmovilizarla totalmente y que le impidiera a la vez tener que lanzar algún hechizo, si es que no lograba protegerse o contraatacar aquel maleficio.

 

Al final la joven de cabello negro se dio cuenta de que no se había estado imaginando aquel ruido, sino que había algo que lo estaba ocasionando: un enorme basilisco apareció por una de las entradas a lo lejos; había leído sobre ellos y nunca se le hubiera ocurrido que alguna vez tendría la oportunidad de “ver” alguno en vivo y a todo color [?]. Reconoció el verde brillante de la piel de aquel reptil, el cual le ocasionaba entre miedo y asco. La regla consistía en no mirarlo directamente a sus enormes ojos amarillos y eso era parte de su preocupación: saber que podía acabar muerta en ese instante y la terrible tentación de poder admirar una criatura tan fascinante en todo su esplendor.

 

Ahí estaba esa criatura, que inmediatamente se aproximó hacia donde ella estaba, o eso quiso pensar. “¿Qué debo hacer?”, la mente de la ojivioleta trabajaba a toda velocidad, mientras miraba hacia el lugar donde Dennis debería de estar, aunque no logró verla. Un estruendo de polvo y rocas comenzó a llenar el lugar, provocado por el deslizamiento torpe, pero veloz, de aquel basilisco. Cerró los ojos, pero no podía hacer mucho: si se guiaba por el reflejo del agua, podría mirar accidentalmente aquellos mortales ojos amarillos, así que decidió acercarse a uno de los dos pilares que estaban cerca de ella y aguardó, a que la peligrosa criatura se aproximara hacia ella y al intentar atacarla, simplemente rodeó el pilar lo más rápido que pudo, provocando que se estrellara contra el pilar que se encontraba justo enfrente.

 

Un estruendo retumbó en el lugar, cayeron varias rocas y había mucho polvo, lo que le permitió a Valeskya correr en dirección opuesta hacia donde había visto al basilisco la última vez. No sabía qué iba a ocurrir a continuación, solo sabía en que aquella zona ya no era un lugar seguro.

 

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La rubia estaba disfrutando de aquella prueba, si bien era cierto que hace rato no había tenido la oportunidad de llevar a cabo un duelo sino que simplemente había tenido que supervisarlos esa era la ocasión para distraerse en uno ya que sus mentores se hallaban muy lejos de Londres por ese tiempo para poder practicar con ellos un poco más. Además otra de las razones de que este lo estuviera llevando tan bien era por el hecho de que su rival parecía estarlo disfrutando sin duda alguna de igual manera que ella.

 

El morphos que había tratado de invocar había quedado a mitad de camino cuando la bruja le había lanzado un hechizo impidiendo que terminara de pronunciar las palabras necesarias, el ruido dentro de aquel lugar le indicaba que muy pronto tendrían más sorpresas y más por el brillo de su anillo detector de enemigos en su mano. Intentó mirar alrededor pero tuvo que regresar su atención a la oji violeta cuando la escuchó pronunciar otro hechizo. — Salvaguarda mágica — pensó de inmediato evitando que el rayo la impactara atravesando su ahora intangible ser. Iba a levantar su varita para atacar a la bruja cuando un ruido detrás suyo la hizo girar, pero antes de que pudiera observar que era, un golpe la levantó del suelo estrellándose contra una de las columnas haciendo que maldijera por lo bajo debido al dolor.

 

Pudo observar el cuerpo de un basilisco moviéndose entre rocas y columnas, sabía que no podía levantar más la mirada porque sería su fin, por lo levantando su varita en dirección a donde estaba el cuerpo de la criatura que venía hacia ella pronunció — Incendio — de su varita salieron llamas contra el cuerpo de la criatura que empezó a replegarse por donde había venido hasta que saliera del lugar.

 

Retomando su atención a donde había estado su oponente no la observó, sin embargo la vio correr en dirección opuesta donde había estado antes. Levantando su varita hacia la columna en ruinas más cercana a la Granger dijo — Confringo — el rayo salió disparado contra la columna causando que explotara en montones de rocas de diversos tamaños, esperando que aquellas rocas impactaran contra la bruja desestabilizandola y lastimandola un poco, al menos para poder retomar el control de la situación.

 

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Entre todo el polvo ocasionado por la caída de las rocas, Valeskya pudo notar un leve resplandor proveniente de su cuello. Se trataba de uno de los anillos que colgaban de su cuello, junto con el amuleto de la curación. Escuchó la voz de Dennis, exclamando un hechizo, seguido de un chillido agudo y terrorífico, lo que le hizo suponer a la ojivioleta que se trataba del basilisco; la curiosidad se apoderó de ella al escuchar el posible alejamiento de la criatura y abrió los ojos. Una silueta a lo lejos, le confirmó que el peligro había desaparecido, aunque probablemente era algo momentáneo. Tendrían que acabar el duelo lo antes posible o seguramente ninguna de las dos brujas saldría airosa de esa situación en una segunda ocasión.

 

El hecho de que Delacour estuviera de pie, y que de paso hubiera ahuyentado al basilisco, significaba que de algún modo había logrado salir inmune del hechizo que la joven pelinegra había lanzado. No pudo evitar pensar en la trágica posibilidad de que el hechizo hubiera impactado y que no hubiera tenido oportunidad de defenderse del ataque del basilisco; Valeskya no se consideraba una buena persona, pero sin duda no intentaría hacer algo dañino contra alguien con quien no tenía ninguna clase de problema, caso contrario, un par de nombres llegaron a su mente y sin dudas hubiera dado una buena cantidad de galeones para que también estuvieran ahí experimentando una aventura de primera mano con el basilisco.

 

Volvió a centrar su atención en que el duelo aún no había terminado y buscó un nuevo lugar dónde acomodarse para poder continuar, pero el basilisco había dejado todo el lugar con restos de piedras, algunas no más grandes que una snitch. Sin embargo, algunas de las gruesas columnas habían quedado más dañadas que otras, así que buscó nuevamente colocarse entre un par de pilares que estaban cerca y alzó su varita, apuntándola hacia la joven de ojos azules, la cual se encontraba unos cuantos metros más enfrente de ella, y exclamó:

 

- ¡Desmaius! –

 

Un rayo salió despedido hacia Dennis, aunque pudo ver que no solamente la ojivioleta había atacado. Por primera vez desde que había iniciado el duelo, pudo ver que su hechizo había impactado en su objetivo: la joven rubia había caído y ahora se encontraba inconsciente. Aunque la Granger no tuvo tiempo de hacer algo más, ya que una de las columnas había explotado y varias rocas cayeron cerca de ella. Pudo sentir un inmenso dolor sobre su hombro derecho: había intentado cubrirse de la caída de las rocas y una de considerable tamaño había logrado lastimarla.

 

“Curación”. Pensó la ojivioleta con rapidez, viendo que su amuleto emitió un destello y el dolor cesaba por completo. Aunque podía sostener su varita con la otra mano, decidió que lo más efectivo era curarse pronto y quizás así poder tener una ventaja en el futuro. La Granger volvió a apuntar con su varita hacia la joven de ojos azules, aunque estaba incosciente, la pelinegra deseaba terminar ese duelo lo antes posible y, sintiendo una leve punzada de culpa, exclamó:

 

- Sectusempra. – Ya estaba hecho. El rayo impactaría de lleno hacia el cuerpo de la joven Delacour, provocándole varias heridas sangrantes. Tendría que curarse inmediatamente o moriría pronto.

 

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Aquel duelo estaba tornándose más entretenido de lo que hubiese podido pensar, su alumna se había defendido muy bien y usado cada uno de los hechizos del libro con gran éxito, no pudo evitar sonreír ante el hecho de que la bruja estaba logrando cumplir su objetivo y pronto estaría vinculada con los poderes que aquel libro podía ofrecerle.

 

Su hechizo había salido y la columna cerca a la Granger había explotado, esperaba que causándole algún daño. Pero concentrada en eso no vio el rayo que lanzó en medio de su ataque y así como su rayo había impactado el de su rival también haciendo que de un momento a otro todo se volviera negro ante sus ojos.

 

Cuando retomo la conciencia sentía dolor y pudo ver varias heridas sangrantes en su cuerpo lo que le hizo pensar en que había perdido al menos una acción en medio del duelo al quedar inconsciente, mientras se ponía en pie pensó — Curación — y de inmediato sus heridas cerraron dejando de sangrar y ayudándola a recuperarse.

 

Levantó su varita en dirección a la ojivioleta diciendo — Expelliarmus — de su varita salio un rayo color rojo que iría hacía su oponente con la intención de desprenderla de su varita, esperaba de esa manera tener un poco más de tiempo para poder recuperarse por completo más adelante de las heridas que le habían infligido.

 

La verdad la había sorprendido su alumna ya que nunca pensó que le lanzara un ataque de esa índole estando inconsciente pero bueno al parecer esto iba más en serio de lo que pensaba.

 

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