Jump to content

Animalizando a la Directora


Keaton Ravenclaw
 Compartir

Publicaciones recomendadas

eghKNwE.jpg

 

La primavera, la maldita primavera. Keaton en verdad odiaba aquella época, sobre todo por la cantidad de feromonas que tanto animales mágicos, muggles y humanos soltaban al aire por aquel deseo carnal provocado por la temporada. Esto hacía que su olfato, desarrollado en demasía por su vampirismo, resultara severamente afectado, porque claro, la sangre de cualquier ser viviente siempre iba a ser muchísimo más apetecible entre más caliente estuviera. Pero ni modo, debía de estar preparado, porque aquello iba a durar por los siguientes tres horrendos meses y no podía encerrarse en una burbuja sin ir a trabajar, dar clase, atender sus negocios y a parte, mantener un matrimonio.

 

Precisamente por ello, cuando le llegó la notificación de parte de la Dirección del Ateneo de Conocimientos anunciándole que impartiría Cuidado de Criaturas Mágicas para abril, sus ojos se pusieron el blanco. Se planteó la maravillosa idea de, al menos por aquella ocasión, mudar la clase al hemisferio sur, donde estarían en otoño, pero después, una maravillosa idea se le vino a la mente. La que le había dado la mala noticia era Candela, ¿no? aquella horrorosa mujer que era más mala que la carne de puerco, así que ella pagaría el haberle hecho salir de su calmada morada.

 

—¡Lancy! —Keaton llamó a su elfo doméstico —Hazme el favor de ir a la Magic Mall y robarte un frasco de Poción Animalis. Me la llevas al Ateneo, estaré en mi salón. Seguramente, te toparás con los hechizos de defensa que Emmet y yo pusimos la semana pasada, por lo que tardarás un rato, así que cuando llegues al Ateneo seguramente estaré ya con mis estudiantes, te pido que menciones que es mi medicamento, no digas lo que contiene el frasco —Ordenó a su sirviente y éste desapareció como succionado por la nada.

 

~+~+~+~

 

 

La mañana era radiante en la Universidad, el sol daba de lleno en las altas amplias construcciones que componían los diversos Ateneos, provocando así que cualquiera que la visitara por primera vez, quedara maravillado, además de que, claro, los árboles estaban soltando sus más hermosas flores y estas dispersaban por el lugar un aroma maravillosa; cosa que desde luego, Keaton no podía percibir por el hostigante aroma de las feromonas que parecían incitar al vampiro a lanzársele al primero que pasara a su lado.
Para evitar esto, el ojiverde había optado por llevar un casco burbuja durante todo el día de clase, de hecho, estaba pensando seriamente no retirárselo durante aquellos tres meses, con lo cual, si bien el aroma no desaparecía, de mínimo lo minimizaba. Con ello, daría la finta de estar enfermo, por lo que la llegada de Lancy con el "medicamento", no iba a ser tan rara y no levantaría sospechas. Ya vería cómo haría tragar la poción a Candela.
Entró pues a su aula, aquel magnífico recinto, donde tenía varios especímenes disecados, algunos fetos en frascos con formol, además de que del techo colgaba el esqueleto de un Nundu. Era un lugar exquisito, el problema era que no iban a estar demasiado tiempo allí, apenas el necesario para que llegaran sus tres estudiantes llegaran (que eran nada menos que el Ministro, una Warlock y la Directora de la Universidad, que además ya también era una Warlock [aborazada, la mujer]) y de que Lancy llevara la poción.
—Este clase será de lo más divertida —Dijo con malicia en su voz mientras veía llegar por la ventana a su Ave del Trueno, la cual, mediante un rayo, hizo llegar a sus pupilos la nota de que los esperaba a las 10:00 am en el Aula de Criaturas Mágicas con ropas cómodas.
Editado por Keaton Ravenclaw

YTJke.gif  ~+~ uGSfO2w.gif

LMqjPAM.jpg

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¿Ropas cómodas? ―preguntó cuando llegó al Ateneo y se detuvo a la puerta del aula donde se encontraba Keaton.

 

Candela se había observado en el espejo de su habitación, en el castillo Triviani, y no pudo encontrar nada más cómodo lo que traía; no podía imaginar, con el estilo adoptado tras años de costumbre, otros trapos que la dejaran moverse a su antojo como lo hacía. Claro que eran pocos los escondrijos en la ropa que podrían llegar a servirle. Por ejemplo, tras leer la nota enviada por el Ravenclaw, la bruja la guardó en uno de los bolsillos rotos y éste se deslizó hasta sus pies apenas se hubo movido. No, no. Si no era importante, pues daba igual dónde lo guardase.

 

Por mucho que se esmerase, parecía que siempre era la primera en llegar a sus clases. Hacía algunos meses se había encontrado también con quien ahora haría de su profesor, y llegó antes que él al invernadero de Emmet. Se preguntaba si es que su sentido de responsabilidad estaba alto, porque de ser así tendría que revisarlo, ya que pretendía todo lo contrario.

 

Buenos días, Keaton. ―saludó, con algunos rayos del sol molestando sobre su pálida piel. Le fastidiaba ese tipo de días en especial, era cuando su aspecto enfermizo sobresalía y llamaba más la atención.― Que sepas que he venido porque me interesa ver los ejemplares que tienes para mostrarme. Llámame ladrona honesta. ―hizo una media broma― Pronto saldrá un arcoiris y destilaré bondad, es lo que provocan estos días, ¿no?

 

Mintió. A la gitana no le gustaban esos días, en absoluto. Ella prefería la lluvia, el clima frío... Combinaba mejor con su humor de rutina y su rostro demacrado.

 

― Por cierto, ¿nos saltamos la parte en la que te recito mi nombre o lo necesitas igual? ―ladeó la cabeza, a la espera de una respuesta. No entendía la manía de algunos profesores por hacer anunciar, con nombre y quizás cargo incluidos, a sus alumnos. Más cuando se lo sabían de memoria. Esperaba que Keaton no fuese uno de ellos, o tendría que recordarle que duerme con uno de sus hijos.

d9apmla-81cee8e5-ae8e-4972-ae18-a8b27455ry0MviC.gifCazador-TT.gif

y3QqRim.png

~ Mosquito ~          Ianello 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Crazy se había levantado con ganas de salir al exterior y dar un paseo mañanero, así que decidió viajar en su forma animaga de águila real. Cuando se transformaba no lograba evitar recibir cierta influencia del animal, de forma que sus pequeños ojos oscuros oteaban de forma constante el firmamento en busca de alguna presa. Había visto unas cuantas en el trayecto, pero se forzó a ignorarlas para no llegar tarde y con un conejo entre los dientes a la clase. Al fin divisó los magníficos edificios blancos de la universidad mágica en medio de una campiña verde, por lo que aleteó una última vez y se lanzó en picado, aterrizando suamente en uno de los múltiples jardines a la vez que recuperaba su forma humana.


Le habían especificado que llevara ropa cómoda, de forma que portaba una sencilla túnica de viaje de color gris con runas mágicas grabadas a lo largo de las mangas y unas botas altas de cuero marrón. El sol proyectaba su resplandor radiante sobre los jardines floridos como si se esforzara por dar la bienvenida a la primavera, dibujando una estampa bucólica y llena de colorido que Crazy no podía menos que disfrutar tras tantos meses de frío, viento y lluvia.


La universidad también estaba llena de vida. Aquí y allá había magos y brujas apresurándose para llegar a sus respectivas clases con expresiones de expectación ante el mes de aventuras y descubrimientos que tenían ante sí. Un par de ellos lo saludaron al pasar y se apresuraron a estrecharle la mano antes de proseguir su camino. Tras una breve caminata llegó al ateneo de conocimientos, un edificio bajo, alargado y repleto de ventanales cuya fachada de color blanco azulado se caracterizababa por estar adornada por gárgolas de piedra exquisitamente talladas.


El buen humor que le había provocado aquel espléndido tiempo se veía acrecentado por la perspectiva de profundizar sus conocimientos sobre criaturas mágicas, su tío Abraxas le había enseñado a criar basiliscos con cinco años insistiendo en que su vínculo sería más fuerte si ambos crecían juntos. De aquellos experimentos surgió su basilisco Ares, al cual siguieron otros muchos animales fantásticos que endulzaron su infancia y lo habían acompañado desde entonces.


- Hola, soy Crazy -dijo entrando en el aula- ¿Hace un día maravilloso, verdad?

Sapere Aude - Mansión Malfoy - Sic Parvis Magna

e9fce1927d8e31c2469fa7dab945ea54o.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Un día espléndido, sí. -sorprendió al mago por la espalda-. Como para ir a tomar algo al aire libre.

 

Abrió la puerta a las diez en punto, justo cuando Crazy estaba acabando de presentarse. Había llegado al menos tres horas antes del inicio de la clase, montada en su hipogrifo para recluirse en la biblioteca de Alejandría. Las horas de espera pasaron rápidamente entre textos antiguos, tanto, que casi olvidó por completo la clase de Cuidados de las Criaturas Mágicas. Entró y cerró la puerta tras de sí al ver que estaban todos los alumnos y el profesor presentes. Esta vez conocía el listado de alumnos, de hecho, esa era una de las razones por las que había elegido el conocimiento ese mes en particular. Naturalmente le interesaban las criaturas y su cuidado, pero esta era la primera vez que sentía una necesidad real de profundizar más en el tema por culpa de Crazy.

 

Iba vestida con pantalones de paño de montar grises, una blusa de algodón blanca y una capa gris marengo de lana sobre los hombros, además de botas de cuero en los pies. Llevaba ropa cómoda, según las instrucciones del profesor, aunque no distaba mucho de lo que usaba a diario.

 

- Creo que ya estamos todos -dijo mientras repasaba con curiosidad los frascos con especímenes disecados - Por cierto, soy Beltis.

 

Miró el casco que llevaba el profesor, extrañada ante lo inusual de la estampa ¿qué diantres hacía con eso? A saber qué les tenía preparado ¿Había cogido todo lo necesario? Llevaba sus pociones, anillos y amuletos guardados a buen recaudo en bolsillos ocultos por si surgía algún problema. Finalmente, se acercó al Malfoy.

 

- Qué casualidad encontrarnos otra vez.

Editado por Beltis

HakOva6.jpg?1


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

― Bueno, no es que sea necesario, pero a cómo estamos, podrías decirme cómo te llame el día de hoy. Tienes muchos apodos, ¿cual usamos? ― Dijo tras las llegada de su suegra al aula. Sí para su desgracia aquella maldita mujer iba a hacer una de sus alumnas aquel día.

 

La sonrisa de Keaton se ensanchó detrás del casco burbuja que cubría parte de su rostro, aquella oración cargada de sarcasmo por parte de la Directora de la Universidad le venía como anillo al dedo. Había planificado la clase para poder darle su merecido y como sabía que estar al aire libre no era del agrado de la Triviani había decidido darles un grato recorrido por la Reserva Mágica.

 

Antes de que Candela pudiera contestarle el resto de la clase entró por la puerta. ― Bienvenidos a su clase de Cuidado de Criaturas Mágicas ―Dijo algo emocionado por lo que se traía entre manos ahora que ya habían llegado todos. ― Mi nombre es Keaton Ravenclaw ― comentó a modo de presentación, la cual iba directamente dirigida a Crazy y Beltis.

 

Caminó un poco por el aula esperando la llegada del maldito elfo, no sabía con exactitud qué había hecho con la poción que era para su suegra, aquella mujer tan desagradable iba a ser su conejillo de indias para aquella clase y estaba seguro que todos se iban a divertir. Un sonido leve lo sacó de sus pensamientos.

 

―Está todo listo, Amo Keaton ― Justo a tiempo, por fin aquel elfo hacía todo lo que le pedía, lo único que faltaba era que todo marche según lo acordado, y según lo que el vampiro tenía en mente ―. Excelente ― Exclamó mientras se giraba hacia sus alumnos. ― Como bien saben, es día esplendido y ¿qué mejor que estudiar a las criaturas mágicas en la Reserva?

 

Y, antes de que alguno pudiera cuestionar su ida, el vampiro aplaudió, invocando a su Ave Fénix quien los envolvió en llamas y los hizo desaparecer para materializarlos en aquel sitio. Aquella excursión iba a ayudar a sus alumnos a conocer la mayor parte de las criaturas que se encontraban en dicha reserva, al vampiro le encantaba pasar horas recorriendo aquel recinto explorando la infinidad de sus pasillos, no podía decir que la conocía como la palma de su mano, pero sabía uno que otro secreto oculto.

 

Para ese entonces, el elfo seguía con el grupo, sosteniendo una canasta apenas podía levantar. Le dedicó una sonrisa cómplice a su amo y empezó a repartir unos bocadillos de chocolates a los estudiantes, especialmente a Candela. Desde donde estaba podía percibir el delicioso aroma a chocolate que se desprendía, volviéndolo casi irresistible al gusto. ―Por favor, adelante, coman―. Los invitó mientras tomaba de la cesta el propio y se lo llevaba a la boca.

 

El único que contenía la poción Animalis era el de Canedela, quien al momento de consumirlo iba a actuar en un escarbato, en este caso ya que era el animal que se encontraba más cerca por el momento. Aquello sí que no había sido pactado, pero por lo visto hasta el destino sabía que aquel animal la iba bien con el perfil de la bruja.

 

 

@@Candela Triviani @@Crazy Malfoy @Beltis

YTJke.gif  ~+~ uGSfO2w.gif

LMqjPAM.jpg

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Antes de que Beltis pudiera abrir la boca para consentir o negarse, se vio envuelta en las llamas del fénix. Frente a la sorpresa se agarró a la capa de Crazy con un respingo y cerró los ojos ante el torbellino de colores cegadores que los rodeó por completo, el suelo desapareció en lo que le pareció un eterno segundo de inestabilidad y caos. Pocas cosas detestaba tanto como las sorpresas y verse despojada del control sobre su propio cuerpo. No tenía especialmente algo en contra de la desaparición, aunque no era su medio de transporte favorito justamente porque durante un breve momento se sentía arrojada al vacío.

 

- Lo siento, tenías una araña en la capa -Se soltó inmediatamente en cuanto volvió a sentir tierra firme bajo sus pies.

 

Actuó como si no hubiese estado a punto de romper de un tirón la capa del mago o de maldecir a viva voz a Keaton y a toda su ascendencia. Cuando se hubo recuperado del susto contempló la reserva, una isla que contenía todos los climas y flora del mundo para adaptarse a las necesidades de sus numerosos y distintos habitantes. Sin duda, era una pequeña maravilla, sobre todo para los amantes de las criaturas mágicas. Incluso Beltis, con su limitado interés por las bestias, lograba ver algo especial en aquel lugar. Tal vez era simple curiosidad -habitual en ella- o se trataba, más bien, de una atracción genuina que comenzaba a despertar en su interior.

 

Por ahora veía escarbatos entre la hierba esperando al más mínimo descuido para lanzarse a por cualquier cosa brillante. La bruja llevaba el anillo de la escucha y el anillo de amistad con las bestias en una mano, el resto iban a buen recaudo en un bolsillo interno. Se le acercó el elfo de Keaton con una canasta y una sonrisa traviesa en el rostro. Rebuscó en el interior de la cesta y se rascó detrás de las orejas con gesto dubitativo. Giró la cesta sin dejar de mirar el interior como si intentara determinar el origen del universo con cada movimiento. Finalmente se resignó y sacó un bocadillo que entregó a Beltis con el labio tembloroso. Repartió el resto del los bocadillos, todos con igual envoltorio, entre Candela, Crazy, mientras que Keaton sacó el suyo directamente. El elfo miró a su amo con una sonrisa tensa e intentó llamar su atención.

 

- Uff. Me apetecía volver a desayunar -Beltis olió el chocolate sin quitar el envoltorio.

 

Con ese día le apetecía vino y queso. ¿Era muy temprano para comenzar a beber? Le quitó el envoltorio al bocadillo al igual que el resto. No le apetecía demasiado comer chocolate, pero tenía que admitir que olía fenomenal. Los demás comenzaron a comer y el elfo se llevó una mano a la boca y con la otra comenzó a dar tirones más fuertes a la ropa de Keaton. Beltis le dio un mordisco a su bocadillo.

 

- Creo que me confundí, amo Keaton -dijo con un hilillo de voz casi inaudible.

 

 

HakOva6.jpg?1


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Ah, la Reserva Mágica. Candela llevaba muchos días queriendo escabullirse dentro para sacar a Silas, su más reciente mascota. Quizás la excusa de una excursión 'estudiantil' le serviría para robarse al dragón, aunque sospechaba que no llegaría muy lejos. Una de esas bestias podía esconder, dos le sería imposible; y ya tenía cautivo al dragón que había robado del circo de Sagitas.

 

Otro dato a tener en cuenta era, sólo en caso de que se planteara seriamente llevarse a Silas, que el mismo Ministro de Magia se encontraba acompañándolos. De repente le apetecía sacarle los ojos a su jefe para que no se diese cuenta de lo que haría ella como Warlock. Ya, que bastaba con hacerle algún encantamiento, pero la Triviani nunca elegiría el modo más fácil.

 

Bueno, ―la bruja se frotó las manos, en un intento por darle un respiro a sus pensamientos.― ¿qué vamos a ver hoy?

 

Pero la sucia ratita que acompañaba al Ravenclaw, desde la Universidad, decidió interponerse en Candela y la respuesta a su pregunta. Todo para repartir unos... ¿Chocolates? Vio cómo repartía los bocadillos a Beltis y Crazy, luego de haberle dado uno a ella misma -y otro más a Keaton-, y contuvo el impulso de largar una patada. Es que, elfo que veía, era perfecto para propinarle golpes. No, no, que era civilizada... O al menos, lo aparentaba.

 

La primera en probar la golosina fue Beltis, mientras Candela copiaba el gesto de la bruja y olía el chocolate que tenía en la mano. Tenía un aroma agradable, sí, pero algo de ello la estaba molestando. Sobre todo porque, si habían sido sacados de Honeydukes, el negocio de su profesor, era para desconfiar. La Triviani ya había estado en ese lugar y, por el tiempo, se dedicó a estudiar todo el local, incluso las oficinas privadas. Así que era normal que se mostrase recelosa.

 

Y justo cuando había decidido decir que era alérgica al chocolate, se fijó en Beltis y en el gesto de terror del elfo de Keaton.

 

Eso... ¿Es normal? ―la señaló, como si estuviese frente a un fenómeno de la naturaleza recién descubierto.

d9apmla-81cee8e5-ae8e-4972-ae18-a8b27455ry0MviC.gifCazador-TT.gif

y3QqRim.png

~ Mosquito ~          Ianello 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Arrugó la nariz y volvió a envolver el bocadillo. Su cara de asco debió de ser monumental para que Candela la señalara con tan poca educación, así que enseguida recuperó la compostura. No quería ser descortés con Keaton, después de todo, se había preocupado tanto para que la clase fuera un éxito que incluso les había traído bocadillos a la expedición.

 

- Es normal si no te gusta la mezcla del chocolate con pan -Comenzó a buscar entre su capa algo para beber- Creo que paso, lo siento Keaton, el chocolate no es lo mío.

 

Lo había intentado por cortesía. El elfo seguía mirando extrañado la escena, ¿era un dejo de alivio lo que veía en su rostro? Continuó con la búsqueda de licor pero un rugido temible hizo que el suelo bajo sus pies temblara. Se quedó quieta tratando de averiguar el origen del rugido, recordando que no estaban en un sitio seguro ni tranquilo para hacer una merienda al aire libre. El ruido parecía provenir de los montes que estaban a su espalda, se escuchaba todavía lejos de ellos. Se giró para otear e hizo aparecer una petaca cubierta en cuero en sus manos al ver que no la llevaba encima como acostumbraba.

 

- ¿Y bien? ¿Van a comerse los bocadillos o estaremos aquí toda la eternidad? -se volvió hacia el grupo.

 

Destapó la petaca y bebió. Tal vez no se había inscrito muy convencida pero ver la reserva había surtido efecto, ahora estaba deseando estudiar a todas las criaturas que allí habitaban para poder irse a casa y comer bien. Bebió nuevamente y otro rugido hizo eco a lo lejos. ¿Dragones? eso esperaba ¿Cuándo iban a ponerse en marcha? Iba a sentarse en la hierba cuando dio un manotazo a lo que parecía un pájaro negro flacucho y desproporcionado que iba directamente a su cabeza. Se alejó pero enseguida regresó al ataque, y esta vez Beltis pudo ver mejor de qué se trataba antes de espantarlo nuevamente. Pelaje negro, alas, figura humana. Era un Hada mordedora. Y no estaba sola, una nube de Doxis salían de algún sitio entre la maleza en la dirección del grupo.

 

 

HakOva6.jpg?1


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Crazy se alegró de que hubieran aterrizado en una cálida zona de praderas de hierba verde que se agitaba suavemente al compás de la brisa, y no en la insoportable zona húmeda de los kelpies o los áridos desiertos en los que solo había arena y cosas venenosas. No es que desconfiara del fénix que los había traído, pero nunca le había gustado usar animales como medio de transporte.

 

El profesor les regaló un bocadillo, lo cual supuso un agradable cambio respecto a otras clases donde los profesores solían agasajarlos con hostilidad, peroratas y diversas posibilidades de morir. Se disponía a comérselo cuando un ejambre de Doxys surgió de la nada llenando el aire con un zumbido atronador y logrando tirarle al suelo su apetitoso bocadillo a base de mordiscos y arañazos. ¿Quién diablos era el idi*** que había decidido guardar Doxys en la reserva?

 

Harto de aquella molesta plaga se abalanzó hacia delante transformándose en águila a través de su animagia, batiendo sus alas rápidamente hasta lograr elevarse a una altura donde no pudieron seguirlo. Disfrutando de la tranquilidad de los cielos planeó trazando un amplio círculo mientras observaba la reserva que se extendía bajo él. Veía más criaturas de las que hubiera creído, y se preguntó cómo lograban los cuidadores mantener una mínima armonía entre tantas... Sus pensamientos se detuvieron abruptamente al divisar un enorme basilisco de escamas color parduzco deslizándose a gran velocidad sobre la hierba, provocando que el resto de animales huyeran despavoridas a su paso.

 

- ¡Ares! - pensó al reconocerlo -

 

Aquel basilisco lo había acompañado desde su infancia, en la que había sido una especie de protector para él, de forma que supo de inmediato por su forma de moverse que algo no estaba bien. Temeroso de que terminara por provocar una estampida en el resto de criaturas, se lanzó en picado para transformarse de nuevo en mago una vez estuvo a un par de metros del suelo. Ares se giró amenazadoramente al detectar el movimiento mediante un sinuoso y rapidísimo giro, pero se detuvo al reconocer a su dueño.

 

- Joven colmillo - siseó la criatura a modo de saludo, sonando lo más cercano a la alegría que era capaz de entonar aquella voz gutural -

 

Crazy sonrió divertido ante la idea de que alguien lo considerara joven, a pesar de todas sus arrugas y canas.

 

- Aresss viejo amigo - le respondió en pársel con cuidado de no mirarlo a los ojos - ¿Qué te ocurre?

 

- Shhhhh - siseó con furia la criatura - Cazadoresss... Asesinosss que bussscan magia y obtendrán muerte en su lugar

 

¿Cazadores furtivos? Si bien era cierto que en la reserva estaba repleta de criaturas cuya sangre, pelaje o diversas partes del cuerpo alcanzaban un gran valor en el mercado negro, resultaba sorprendente que nadie fuera tan osado de intentarlo en un lugar tan altamente vigilado. Sin embargo conocía a Ares lo suficiente para saber que sus enfados nunca eran injustificados y que los siglos de vida le habían dado una inteligencia fuera de lo común en una criatura.

 

- Cálmate y deja de correr, vasss a aplasstar a alguien

 

Preocupado, se giró hacia donde había dejado a sus compañeros de clase. Tenía que avisarlos.

Sapere Aude - Mansión Malfoy - Sic Parvis Magna

e9fce1927d8e31c2469fa7dab945ea54o.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.