Prueba del Libro de los Ancestros

[Valky]

Kaori.

Lo que le dijo el mago, que ahora sabía que se llamaba Aries, se quedó grabado en su cabeza. ¿Había dicho esposo? Si, lo había dicho, no era posible que ella se lo hubiera imaginado, de eso estaba segura. ¿Acaso el intenso calor lo estaba afectando? ¿Porque le decía esas cosas? ¿Para distraerla? Y si ese era el objetivo, muy a su pesar estaban funcionando pues mientras ella analizaba lo que le dijo, fue presa del hechizo “maldición” y la daga del sacrificio únicamente la había lastimado a ella y no a su oponente, que en ese momento estaba lidiando con los cangrejos de fuego.

El brazo le dolía y la sangre aun manaba copiosamente de la profunda herida que ella misma se había hecho. > pensó y al hacerlo sintió alivio, la sangre dejo de brotar y al poco rato en el lugar en donde estaba el corte, tan solo quedo una cicatriz. Estando completamente sana, volvió la mirada hacia el mago, algo dentro de ella la impulsaba a seguir atacándolo y otra parte le suplicaba que se detuviera.

—Expelliarmus — dijo moviendo su varita que para ese entonces ya había regresado a la normalidad, el rayo iba directo al Black Lestrange con el objetivo de desarmarlo. —Silencius —añadió para limitar en algo el accionar del joven en el siguiente turno, pues el efecto de su hechizo evitaría que pudiera lanzar algún hechizo verbal.

>repitió las palabras del mago. En ese momento su mente intentó despejarse, como si quisiera despertarse de un largo y feo sueño. Aquella sensación que tenía desde que empezó el enfrentamiento, intentaba apoderarse de ella nuevamente, era una lucha interna que hizo que la joven cayera de rodillas en la arena.

Fue entonces cuando unas palabras vinieron a su mente, como si de un hechizo se tratara. > murmuró. Fue como si una venda cayera de sus ojos, su mente se despejo por completo, sabía en donde estaba y lo que estaba haciendo, asustada, con lágrimas en los ojos levantó la mirada hacía Aries.

—Lo siento… —Murmuró. Sin saber si él entendería sus palabras, quizá Aries aún estaba siendo presa del extraño encantamiento que el Uzza les había puesto, un encantamiento que los hacia verse como enemigos.

[Ky.]

—¿Lo sientes?

Le preguntó al momento que su varita volaba a un metro de donde él estaba. Aquel ataque no se lo había esperado, aun así, le tomo varios segundos llegar hasta su varita, cuando la tuvo en sus manos se acercó a Kaori, tenía una gran necesidad por besarla en ese momento que así lo hizo sin que ella pudiera negarse. Aquel beso había sido tan salvaje, pero con todos sus sentimientos que ahora la recordaba. Kaori era más que la persona con la que tenía un duelo, era su esposa y tenía tanto tiempo que no la besaba que cuando tuvo la oportunidad de besarla ahora que la recordaba así lo hizo.

Fue un beso corto, pero lleno de todos los sentimientos que tenía guardados en su corazón durante la batalla, mientras aquel beso ocurría, en su cabeza pensaba episkey, sanando las heridas provocadas por las flechas de fuego. Al momento de que sus labios y los de su amada se separaron este se echó a reír recordando la primera vez que habían cruzado algo más que miradas, en el jardín de la mansión Delacour.

—Al parecer hasta bajo una influencia de magia muy poderosa siempre termino enamorado de ti.

Le volvió a besar sin dejar de rodear el cuerpo de la fémina con sus brazos para mantenerlos juntos.

—Es mejor terminar el duelo antes de que nos mate el Uzza, por cierto, ¿Dónde está?