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Runas Antiguas & Estudios Muggles


Thoth
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Era un desatino el comprender que me pudiera gustar y enseñar los estudios muggles, en esta oportunidad me parecio oportuno y beneficio para mis bolsillos dar aquella asignatura en la Universidad, por tal motivo opte en esta oportunidad darla fuera de los terrenos y ámbito común, por esa razón ir a Transilvanía y cercar en todo aquel territorio varios encantamientos para que ningún tipo de magia, habilidad extraordinaria funcionara.

 

“A ver si llega mi estudiante.”

 

Pensaba y evocaba como los acuerdos internacionales prohibían aparecerse de Gran Bretaña a otro país, además que la estar trabajando en la Oficina del Ministro y SAW le solicite a los organismos mágicos de esta región permite compartir con los no magos. En ese momento, tomaba la determinación de enseñar desde la vivencia practicas, quizás quien fuese mi estudiante pudiera tener conocimiento de este mundo de lo cotidiano.

 

“¿En que transporte llegará?”

 

Bajaba la miarada y caminaba por las calles, aquel ruido y las luces de esos establecimientos muggles a veces me cegaban, en verdad odiaba como eliminaba la belleza del encanto nocturno, respiraba profundamente y me dirigía a un hotel, no evocaba el nombre, pero si recordaba que al llegar redacte un mensaje enviado por un telegrama a la Universidad de Gran Bretaña, en aquel sitio se conectaba aún bajo ese sistema, al menos mi secretaria de mi oficina de la Maestría de la Escoba.

 

Al llegar el mensaje le notificarían a la estudiante el lugar exacto donde me vería, además dejarle claro que no podía usar ningún tipo de magia para llegar, que al momento que se llegase este comunicado por medio de una carta, se activaría un hechizo vigilante que le seguiría todo el paso desde su traslado de Gran Bretaña a Transilvanía, y que sí usaba la magia para llegar o trasladarse de donde se encontraba perdería el curso, de igual forma su varita quedo hechizada a tal punto que no le permitiría usar magia para guardar su ropa o cualquier objeto para el viaje.


--

 

Edito. Por acuerdo con la estudiante.

 

Mismo criterio de evaluación, creatividad y apego al personaje.

 

Cualquier duda, pregunta o sugerencia, ya conoces el medio de comunicación. (M.P)

Editado por Demian Luxure

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Estmidado @,

Mañana deberá presentarse a primera hora en el aula de Runas Antiguas para iniciar su adiestramiento. Sea puntual, no se tolerarán retrasos de ningún tipo. Asimismo, se le recuerda que debe traer dos metros de pergamino en blanco y que solo se permitirá el uso de tinta negra. Favor de no desechar esta carta, será necesaria durante su formación.

Sin más que agregar, un formal saludo.

Leah Snegovik.

 

 

A las siete menos quince, sus ojos se desviaron a la copia de la carta que había enviado en la tarde anterior, reposada en un platillo metálico que reducía levemente el nivel de humo que generaba el papiro al consumirse. Más de la mitad del pergamino se había consumido hasta el momento, lo que dejaba a la vista las últimas tres líneas del texto, su saludo y la elegante firma en la tinta verde que solían usar en el Ministerio de Magia para firmar documentos importantes. Antoni descubría con inmediatez que, si no llegaba a tiempo, la carta se desintegraría por completo y se quedaría sin material para trabajar, tal como había redactado.

 

Torció una ligera sonrisa y se separó del escritorio, acercándose a las pesadas cortinas del salón. Al moverlas, una voluta de polvo se esparció por el aire, generando que sus cientos de partículas multicolor brillaran ante los rayos de sol de aquél día de verano. Las apartó del todo, permitiendo que la luz entrara por completo. El salón de Runas Antiguas era una sala amplia, con muchas estanterías repletas de libros y unos cuantos pupitres en el centro, regados como si nadie hubiese sido capaz de ponerlos en orden desde la creación de la misma. Sus paredes eran claras, manchadas por el tiempo con distintas tonalidades de amarillo, recordaban a los textos más antiguos de Hogwarts, con sus múltiples antorchas apagadas cumpliendo la función de asemejarse a la tinta. Era, sin duda, un lugar destartalado. Pero no dejaba de parecerle acogedor.

 

El proceso que conllevó colocar los pupitres en una sola fila alineada a la perfección y quitar el polvo con un movimiento de varita, logró arrebatarle otros cinco minutos. No le sorprendió que en ese momento, a lo lejos, pesados pasos empezaran a rezonar por el pasillo que llevaba desde el Ateneo al salón. Torció una pequeña sonrisa de satisfacción. Entendía perfectamente el apuro de Antoni e incluso podía compadecerlo, sabiendo lo que significaba, como estudiante, tener que enfrentarte a una situación donde algo tan sencillo puede complicarse de semejante manera. Se giró en el momento justo para verlo entrar.

 

—Buenos días, Antoni. Toma asiento, por favor —señaló el pupitre que estaba frente a su escritorio y lo esperó a que lo hiciera para imitarlo. A pesar de no sonreír, se notaba la diversión en sus actos—. Me sorprendería si no hubieses notado ya, que tu pergamino no ha dejado de consumirse desde ayer por la tarde y me sorprendería, aún más, que no trataras de detenerlo de alguna forma.

 

»Bien, no podrías haberlo hecho, porque no hay forma posible de detenerlo, a menos que lo hagas con el uso de las Runas Antiguas. Al enviar la carta, dibujé una runa en él, ligado a un hechizo simple de tiempo. Tu tarea, ahora mismo, es frenarlo. En aquella estantería, encontrarás el libro "Runas Antiguas, la noción básica de una historia mágica", el cual te servirá para una investigación rápida. Deberás encontrar la runa relacionada al fuego y escribirla, al revés, con el uso de tu varita. Es muy, muy, importante, la pronunciación que utilices. Por lo tanto, no te va a salir a la primera y, me temo, el tiempo corre.

 

Chasqueó los dedos y un pequeño reloj de arena se posó entre los dos, sobre su escritorio, junto a la copia de la carta, que ya había perdido otra línea y seguía consumiéndose a una velocidad que, para Antoni, debía ser vertiginosa.

 

—Mi nombre es Leah Snegovik y seré tu profesora de Runas Antiguas, mucha suerte —esbozó una pequeña sonrisa para él y lo apuró, dando un par de palmaditas cortas para motivarlo.

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-- ¿A llegado Kautet? -- Pregunte a mi amigo Abizaid cuando nos encontramos en la recepción de nuestro hotel. Estaba por retirarme esa tarde pero tenía esperando noticia de la Universidad respecto a la inscripción que realice semanas atrás. La expectativa me tiene ansioso, nada mejor que un aparato misterioso para despertar mi curiosidad por un estudio más profundo sobre las Runas antiguas.

 

Abizaid me respondió negativamente sobre mi halcón peregrino pero estaba recordando que al parecer mi amigo, había ido alguna vez al local de mi amiga Samantha Sokal, una bruja apasionada por las runas...claro que con su viaje a su tierra natal, la rubia joven cerró el local y esa era la razón de porque no había podido acudir a ella, así que asistir a la Universidad mágica, era la mejor opción para mi.

 

Ahora lo que debía decidir, era a donde marcharme, en esas estaba cuando llego una misiva, como respuesta a mi ansiedad sobre este conocimiento en especial y porque como bien me dijo mi tía Sagitas "Nunca digas nunca", eso en relación a mi postura de que no tomaría ninguna otra clase mágica....y de vuelta caí en que tenía que rectractarme. Suspiré al recordarlo....mejor sería responder algo menos cortante, tal vez: "Por ahora no tengo interes por nada en especial, ya lo dira el tiempo."

 

Como ahora que me interesa sobremanera al presentarse el caso de Ángel, un amigo extranjero de Abizaid Mondragón y al cuál he decidido ayudar, sobre todo por el misterio que se levanta en su país de origen y no puedo evitar inclinarme a iniciar la investigación. Ensimismado en esos pensamientos, no me percate como llego la misiva, pero en ella se mencionaba que la clase sería al día siguiente, así que mejor salir a comprar el pergamino que se solicitaba, di de nuevo lectura a la carta, la doble y se la encargue a mi amigo Abizaid y yo salí para visitar el local de mi primo Matt, que precisamente vende material escolar,

 

La tarea de compra fue muy amena, no solo por saludar a mi primo, sino también a mi prima Heliké que también estaba en el local con Matt y que sirvió para ponernos al día en las buenas nuevas. Con los metros de pergamino blanco y la tinta negra, regrese de nuevo al hotel, el movimiento de clientes era el acostumbrado, pero note en la cara de Abizaid, que se sentía abrumado por el número de personas que se reunieron en la recepción, así que dispuse de mi tiempo para ayudarle y ambos atendimos a los huéspedes. El hotel va muy bien, aún mejor que el atelier o de la renta de cabañas en "Augurio de Itomory´Floy", Me llena de satisfacción, así que la buena racha me acaba por convencer de no cerrar ninguno de mis locales.

 

Por la noche me despedí de Abizaid, tome la carta enviada por mi profesora Snegovik y me retire a mi habitación en la cuarta planta del hotel, cansado por la jornada del día, ya no hice nada más esa noche.

 

El canto de los pajaros me indico que ya era un nuevo día, la carta especificaba que me presentará a primera hora, por lo que me aliste para vestir un saco gris osford, mi camisa de manga larga verde esmeralda, pantalones oscuros como mi capa negra que cruce sobre mi hombro izquierdo, tome el bolso de piel de moke que me obsequiaron en uno de mis últimos cumpleaños, para meter en el, un juego de runas que me aconsejo adquirir mi prima heliké, la tinta y los dos metros de pergamino debidamente enrollados. Luego fue tomar la carta. Entonces una genuina alarma descompuso mi cara...¡la carta se estaba consumiendo!

 

-- ¡Y se supone que debo conservarla para la clase!-- De inmediato trate de detener su consumación con un aguamenti, ¡pero nada! a la rapida use otro par de hechizos, pero tampoco fueron efectivos. Solo me quedaba ir a la clase y en el camino pensar en como evitar que desapareciera. El fulgura Nox ayudo a llegar relativamente rapido (El pergamino se consume más rapidamente de lo que se aleja de mi gusto) Por lo menos se bien como llegar al aula de Runas y me apresuro a llegar a la misma.

 

El predicamento en que me hallo, me hace sentir que el tiempo "vuela", así que me alegra ver abierta la puerta del aula y en cuanto entro, veo a una joven bruja de cabello blanco algo ondulado, los ojos verde esmeralda se cruzan con los miel de mi persona cuando me mira y me saluda cordial. Respondo de inmediato y me dirijo a el pupitre que me señala, el primero frente al escritorio.

 

--Buenos días, gracias profesora. --Algo nervioso tomo asiento, coloco la carta sobre el pupitre, mientras escucho a la profesora, que habla con calma pero afirmandome que ningún hechizo habría podido detener lo que le sucede a mi carta, sino es empleando precisamente una runa...¡Debía haberlo adivinado!

 

Me muevo inquieto, ella sigue explicandome el ejercicio que ha planeado desde el momento en que escribio la carta....sería estupendo imitarla y hacer lo mismo con las notas que les envió a los inefables...

 

Algo en sus ojos me parece que ella está divertida por el predicamento en el que me tiene, así que me levanto para ir a realizar la investigación rapida y al dirigir a ella una pregunta, la veo que es muy calculadora con su actuar, aparece un reloj de arena y me da las ultimas indicaciones.

 

--¿He de grabar la runa en el cuerpo de la carta?-- Tras su respuesta, ella me da su nombre y me apresura para iniciar mis pesquisas en el libro indicado, además de ofrecerme unas palmaditas como queriendo que me ponga en movimiento de inmediato.

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Se miro al espejo por ultima vez mientras su elfo le daba la mochila donde tenia todo lo que ocuparía en el viaje que le esperaba. Como se había imaginado, pues todos los profesores de Estudios Muggles tenían esa costumbre, este no había sido la excepción, no la dejarían usar magia. La vampira de cabello bicolor no sabia si asistir o no, era demasiado predecible como había empezado la clase aunque también lo había sido el cambio de profesor a última hora.

 

- al final huyo, tal como lo esperaba, es tan predecible que lo dije que pasaría ocurrió - el brillo de triunfo en sus ojos era imposible de ocultar, se sonrió a si misma al espejo con un gesto que denotaba que estaba disfrutando la situación. Odiaba a la gente cobarde y disfrutaba exponiéndolos ante los ojos de todos. Su misión estaba cumplida, todos sabían ahora que no le habia podido dar batalla, que habia preferido esconderse que enfrentarla, ahora solo tocaba decidir si valía la pena viajar tan lejos por una clase - Transilvania es lo que es España para Latino America en lo que a los vampiros se refiere y creo que no tendré otro tiempo libre para conocer la madre patria vampirica, solo por eso, iré.

 

Se puso la gorra para tapar un poco su cara pálida, se colgó la mochila a la espalda y le pidió a una de sus primas que la acercara a King Cross, de ahi tomaría un tren, el mago le había prohibido usar magia para llegar, pero no le había prohibido a su familia hacerlo, así que llegaron enseguida a la estación en la moto voladora de la casa. Iba vestida con un pantalón negro de mezclilla, una blusa sin mangas, negra igualmente bajo una chamarra de mezclilla del mismo color que el resto, unos tenis convers y la gorra. Había vivido en mugglelandia, como le solían decir algunas personas al mundo paralelo sin magia de los humanos sencillos, por lo que sabia mas o menos como vestirse y moverse en su mundo. En realidad había tomado aquella clase para dos cosas, tenerla en su curriculum y porque quería ver como veía el Ministerio el mundo de los humanos sin magia, si era igual que en cuanto a las arcaicas leyes que había estudiado en su clase anterior, estaban fritos y acabados. El mundo avanzaba pero el Ministerio no, no era de extrañarse que se estuviesen extinguiendo.

 

Pensó sobre todo ello mientras el tren que la llevaría cerca del aeropuerto llegaba, era un viaje corto que hubiese sido mas corto apareciéndose, pero de nuevo la prohibición le hacia la vida difícil, así que mejor se hizo a la idea. en cuanto estuvo dentro se dedico a repasar sus cosas. Boletos de avión, pasaporte, dinero muggle en efectivo, no quería pelearse con los cajeros y un poco de comida, escondida en una botella de refresco, la tomaría antes de subir al avión para no tener que alimentarse en el camino. Subir al avión no fue nada del otro mundo y finalmente llego a Rumanía. Se había ido un día antes por lo que antes de que comenzara la clase, ella ya estaba en el lugar, en un hostal en pleno centro, después de todo, estaba en su papel de mochilera londinense, aunque el avión no contaba, no podía mochilear en todo su esplendor pues la luz aunque no la mataba, la incomodaba mucho. En cuanto anochecio de nuevo sobre la vieja transilvania, la rubiroja, que ahora lucia un conjunto un poco menos oscuro pero identico al anterior salvo por el color que ahora era una combinación de tonos grises, salio de su hostal y con una bicicleta que había comprado durante el día, se acerco al hotel donde la había citado. Dejo su transporte en la entrada bien asegurada con cadenas y se introdujo en el hotel

 

- busco al señor Luxure, tengo una cita con el en este lugar - le dijo al recepcionista que asintió con un movimiento de cabeza y le indico a un hombre que se encontraba en el lobby

 

- buenas noches, soy Zahil Aranel Granger - le dijo al hombre que estaba de espaldas a ella

 

off: no pusiste en tu rol en que parte del hotel estabas, así que te he puesto en el lobby, me pareció lo mas lógico, gracias por el cambio del rol

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Pesadamente me di la vuelta, camine al lado de aquella hilera de pupitres alineados al centro del aula para dirigirme a la estanteria llena de libros...ahora que recordaba, hace mucho que no visito la librería de Seba y Darla...tampoco he revisado muchos libros sobre runas y en la época en que estudie lo básico de runas, fue el profesor Dalky quien nos proporciono la información en una clase bastante interesante (aunque quizás es que siempre me agradaron todas las clases que tome).

 

El nombre del libro que debo consultar es de lo más fácil de recordar: "Runas antiguas, la noción básica de una historia mágica". Que este la palabra "historia" en el título, me hace tener esperanza, puesto que la historia mágica es la asignatura que más me gusta, tanto así que he tomado como una seis clases como oyente y muy pronto aumentare ese número, verdad de Dios.

 

La lectura tambén es algo que me apaciona bastante pero el caer de la arena de ese reloj que utiliza la profesora, le roba a mi natural curiosidad, el deleite que suele despertarme la búsqueda de conocimiento. Realizó una expiración profunda para calmar mis nervios, y mis ojos miel recorren los lomos de los ejemplares que descansan bien ordenados en la estanteria. Hay muy buenos volumenes, tan interesantes como los que hay en la Biblioteca de la Universidad o la que poseemos en Misterios...es casi como uno de esos misteriosos casos, donde el caos está por desatarse y lo que menos tenemos es tiempo...

 

Cualquiera diría que debería alejarme de tal tensión a mis sentidos, el latir de mi corazón es rapido, pero aunque es algo doloroso, es precisamente lo que me atrae, la yema de mis dedos recorre el borde de los libros mientras leo los títulos, enmedio de un par de libros encuadernados en piel clara, encuentro el que la profesora me indico, lo tomo con cuidado, no es un ejemplar nuevo, sus hojas algo amarillentas, revelan con claridad el largo tiempo que fue elaborado. A solo dos volumenes de este, también distingo otros libros bastante reveladores: "Silabario de Spellman", "Jeroglificos Mágicos y los Logogramas" además de un Diccionario. Los miro por unos segundos, pero aparto la vista de ellos para consultar el que la profesora Leah me menciono. Abro el libro y localizo el índice después del prológo, hay un capítulo completo de como se crearon, otro que especifica sus usos, otro más que tiene apartados de los lugares donde se localizan sitios misticos y me pregunto a mi mismo, en cual de esos capítulos he de buscar la runa que me ayudará a detener el deteriodo de la carta...

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—Sí, claro, ha de ser en el cuerpo de la carta —afirmó, levantando la propia. Al igual que la de Antoni, la suya se consumía con una velocidad vertiginosa—. Las runas se graban en el lugar deseado y luego, en una pura manifestación de magia, desaparecen, cumpliendo su función.

 

No había forma de hacerle una demostración sin revelarle la runa que debía usar, así que decidió hacerle un favor y regalarle, de la lista de runas que iba a encontrar en el libro que le había indicado, una que no le serviría de nada. Se puso de pie y avanzó hasta las cortinas.

 

—Las runas comenzaron como el alfabeto rúnico de las lenguas germánicas antiguas. Los vikingos solían utilizarlas para comunicarse, dando un sonido similar a las letras que usamos en la actualidad. Sin embargo, cada runa posee un significado y no es cosa del azar. Las brujas de aquél entonces usaban las runas para realizar hechizos, hechizos simples que hoy en día podrían interpretarse como encantamientos. Si una runa cumple una función, esta misma runa podría anularla. Era particularmente útil en momentos de aprietos, como cuando necesitabas fuego o iluminar alguna cosa...

 

Miró por encima de su hombro, puesto que le daba la espalda a su estudiante. Mientras hablaba, Antoni revoloteaba por el salón en busca de algo que pudiera ayudarlo a completar la tarea, nervioso y algo estresado, si no se equivocaba. Rió por lo bajo, divertida con la expresión de consternación que se le quedaba al chico al pasar las viejas páginas de pergamino amarillento. Con un chasquido de sus dedos, las páginas se tensaron y se separaron en el capítulo indicado, donde la lista de runas resplandecía con suavidad gracias a una tinta púrpura, sin relación con el resto de la estética del libro.

 

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—La gracia de las runas, es su simpleza. Puedes hacer grandes cosas con runas, esconder secretos, interpretar hechizos que, con una apariencia burda, pueden ser espectaculares... Pero para ello, debes despejar tu mente y encontrar los secretos de lo sencillo —se giró otra vez hacia las cortinas.

 

Con una elegante floritura, trazó la runa de "fuego" en el aire mientras la pronunciaba a la perfección. La runa se desplazó hacia atrás y se fundió con la cortina hasta hacerse invisible. Las cortinas, de inmediato, empezaron a arder; no como la carta, que iba consumiéndose con lentitud, soltando apenas una cantidad considerable de humo, no, éstas ardían con peligrosas llamaradas rojas y naranja, chisporroteando con la amenaza de incendiar todo lo demás. Tal como había hecho en principio, trazó con elegancia la misma runa, ésta vez al revés, para eliminar su función. Las llamas se apagaron, dejando atrás solo el olor a quemado y el negro manchando la tela.

 

No habían ardido el tiempo suficiente como para ser inservibles, pero sí para ser más feas de lo que habían sido en un principio. Mientras que la cortina más alejada rozaba el suelo, la que había sido víctima de su ejemplo estaba recortada un palmo. Ahí donde solía rozar, había un montículo de cenizas negras y grises, similar a los residuos del cigarro cuando empieza a consumirse. Volteó a ver a Antoni. La runa que había utilizado en la carta no había sido la de fuego, ahora era su turno descifrarlo.

 

—Cuando las cosas se queman... —dejó la pista verbal y la física así como estaban, antes de reparar las cortinas con un despreocupado zigzag de su mano izquierda.

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Estoy seguro que se nota mi nerviosismo...Cindy me repite seguido, que suele "leer mi alma porque parezco un libro abierto", emito un suspiro...mis dedos pasan las páginas del libro mientras leo los subtítulos del primer capítulo. Adentrarse en los libros, no siempre es perdida de tiempo, aunque lo que enfrento es encontrar algo adecuado, hacer uso de lo que logre obtener de esta rápida investigación, es como...si, es aprender más que practicar...

 

Estaba asustado...si...de boca de mi amiga y compañera Sam, sé que otros magos han recorrido un mundo de libros para descifrar las runas y ver que mi pergamino se va consumiendo renglón a renglón, bueno...la verdad, no es que le reste importancia a los datos contenidos en aquel volumen de Runas antiguas...es que me produce bastante inquietud en fracasar en la tarea...

 

La tarea asignada por la docente ahí presente, deja entre ver que la joven utiliza una estrategia poco usual para enseñar las runas antiguas y lo que prevalece en mi pensamiento, es que sea efectivo, que es lo que de verdad interesa...

 

Escucho su voz calmada y alecionadora, me explica lo que son las runas, no le veo mientras sigó haciendo una lectura rapida, pasando aquellas páginas amarillentas, de pronto sucede algo inucitado, se siente que se apartan y se abren en un sitio en especial, la página donde se ilustran las runas...un poco de suerte que así ocurriera, las veo como si fuesen rostros que se han perdido en el tiempo...si, hace mucho que el profesor Dalky me pidio hacer una transcripción, así que unas se me hacen conocidas. Repaso la vista por ellas, mirando primero su forma o figura, luego siento que una me hace un guiño.

 

Esa runa en especial la siento como una amiga o algo que me hace sentir "vivo" que me impulsa, me atrae...veo su nombre: peorö - p

Mi mente vuelve sobre las palabras de la profesora Leah..."las runas comenzaron como el alfabeto runico...cada una posee un significado...la función puede ahora interpretarse como un encantamiento...."

 

Me giro a ver a la joven de ojos esmeralda, justo entonces las cortinas se prenden con un fuego muy hermoso, mis ojos miel se extasian con aquel bello espectáculo...me agrada el danzar del fuego, sus movimientos que en cierta forma es como si me hipnotizara, siento una repentina alegría, es como cuando el profesor Aries me permitió usar la piromancia...el fuego desaparece dejando un rastro de cenizas, algo menciona a medias la profesora, lo que no puedo develar de inmediato al estar bajo el encanto del fuego que vi.

 

Hay una runa que miro al rebotar en mi memoria la palabra "simpleza".....si, eso es lo que menciono la señorita Leah..."La gracia de las runas, es su simpleza" y algo en mi, me grita que es la que me puede ayudar en este preciso momento, sacudo mi brazo, "cobra" se desliza a mi mano diestra, es trazar la runa sobre el pergamino de la carta para hacer que actue en ella, la runa is- i que el libro indica que su función es otorgar tiempo extra a tu favor para lograr obtener tu deseo. así que actuo de inmediato y pronuncio aquella runa al tiempo que la dibujo usando mi varita mágica.

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Fue curioso la forma que había optado para espiarle, aquel hechizo me permitía ver y solo a mí lo que ocurría, como si fuera un cine. En verdad era un reto la estudiante y me cuestionaba lo que le debía enseñar, el dominio del contenido teórico lo poseía e incluso el práctico ¿Por qué tomo esta clase? ¿Cómo debería dirigir la clase?

 

-Bien.- Le exprese a ella, no tenía la remota idea de quien era y eso no me importaba, al saber mi apellido era mi única prueba que era mi estudiante. –Al parecer es hora y momento de continuar, en este lugar existe una antigua leyenda sobre el origen de ciertos seres, por lo que debes ir al castillo tan famoso, pero cuidado los bosques se encuentran impregnados de peligros que aúllan a la luna y rodean aquella morada.- Esto lo decía, porque existía una guerra. –Plata y ajo te pueden ser útil para tu camino, pero lastimosamente no poseo ninguno de ello.- Cerraba los parpados. –Bueno, el ajo no es tan útil y la plata puede ser que no te garantice nada, en verdad es curioso como ahora no es necesario la luna llena, pues ciertas comunidades no la necesitan.- Abría nuevamente los parpados. –Le deseo buen camino, seguiré aventurándome en este lugar.

 

Esto lo decía por mi linaje en Egipto y sabía como algunos primos de segunda (esta demonización es por no presentar la licantropía en ellos, pero sus hijos la pudieran presentar y heredar nuestros genes de no necesitar la luna llena para su transformación y con altos estudios en las artes se puede cambiar incluso en el día, por ello es conocido nuestro linaje en el mundo entero).

 

Margot Sinuo

Licántropo – Jefa del Clan del Norte

Allí me encontraba reunida con los otros cuatro lideres de clanes, era extraño que por primera vez una loba lideraba una manada. -¿Acaso será verdad el rumor?- pregunto uno de los lideres. –Sí él se encuentra en nuestro territorio, nuestra sangre nos lo indica.- Le contestaba. –Pero no va actuar, se encuentra limitado por su cargo.- Bajaba la mirada y dudaba que él se uniera a la batalla, algunos rumores indicaba que su licantropía ahora se encontraba dormida. –Pero más que un cargo, esta nuestra sangre.- El líder más anciano asevero. – Además, también llego una depreciable extranjera.

 

La discusión giro en comentario en contra de @ y Demian Luxure, fue extraño como ambos seres se encontraba frente a frente sin matarse, al parecer el rumor indicaba que algo extraño ocurría con el egipcio ¿Por qué buscaría él en llega en estos momentos? Al menos habia mandado alguien para que fuera a su encuentro. En los limites del poblado me llegaban reporte de que mi agente comenzaba a perder sus cualidades de su naturaleza.

 

Demian Luxure

Quizás ella seguía aún y fue cuando un hombre de gran hermosura, lugareño y con una ropa algo ajustada, al parecer no le pertenecía ingresaba al lugar donde me encontraba, al notar algunas de las cicatrices en su rostro, comente y quizás al viento. –Me disculpa, debo atender otros asuntos.- Me marchaba de aquel sitio, por desgracia no podía ocultar la conversación. –Me sigues, deseo descansar.- Le indique y este se sorprendió, porque le había invitado directamente a mi habitación. En el trayecto a la misma me comento. -¿Acaso le escuchado bien?- Se sorprendió, porque en en ese sitio donde me quedaba no eran muy tolerantes con ciertas relaciones. –Si, ya me encargado de todo y no me molestarán.- Aquello, lo decía por poseer inmunidad diplomática como Egipcio y la autoridad representaba en Gran Bretaña. –¿Acaso no deseas hablar?

 

En ese momento no me importo mucho la respuesta del hombre o de mi estudiante, igual ya le había dado instrucciones para una tarea algo suicida, deseaba saber como se arreglaría ante una situación de peligro. Por otro lado, antes de subir las escaleras en espiral hasta mi habitación fui abordado por otro ser, de igual forma era un hombre. –Bien.- Le exprese a ese ser. –Si deseas también me puedes acompañar, pero tengo advertir que no permitiré que se lastimen.- Ello lo manifestó porque era un vampiro. Aunque, el no se encontraba por mí, sino por ella y por eso se marcho en su búsqueda. –Es una lastima, en fin ya me ocupare de este lee asunto más tarde.

 

Augusto Cobb

Italiano – Vampiro

 

 

“¿Quién era ese hombre?” Pensaba al verle subir en compañía de un pulgoso, este era un territorio neutral, quizás su presencia significaría algo más. No obstante, quien dirigía nuetro clan me habia indicado de traerla con vida al castillo.

 

-¿Dónde estará?

 

Cuestionaba y la buscaba con desespero. El tiempo de la noche se acabaría y deberías cruzar una gran distancia, quizás deberíamos quedarnos en casas subordinadas a nuestra causa, eran de seguro de algunos seres sin magia, pero el dinero y las influencias milenarias nos ha permitido crear alianzas comerciales.

 

Reunión de Magos y Brujas Locales

Localización Desconocida

Isabel Allsburg

Todos nos encontrabamos reunidos y ante la guerra de las viejas especies nos permitio sentir un alivio del control de los vampiros, en verdad nos encontrabamos limitado por la gran bruja que se habia aliado con esos seres malditos de la sangre. Aunque, algunos de ellos podían resistir el sol por unos anillos, pero no me cabia como esa hermana nuestra de nuestro aquelarre sea nuestra carcelera y nuestra magia se encuentre limitada.

 

-El Ministerio de Magia y Hechicería.- Baje la mirada. –Debe actuar de una vez y libernos de esta opresión. Al menos, ahora nuestra magia se encuentra limitada, el extranjero logro y nos dio paz, creo una zona neutral, quizás el pueda acabar la guerra al menos por un tiempo y podamos regresar a nuestro resplandor. – En mi rostro brotaban lagrimas. – Los no magos temen por los horrores nocturnos, ellos saben quien son los responsables y temen, esto es un alto peligro para el secreto de la magia. – Me sentía indignada.

 

Demian Luxure

 

Al fin había llegado a mi habitación y en ese momento me llega un comunicado del Minsiterio de Magia y Hechicería de este país.

Reciba un cordial saludo, quien suscribe: Lestrange, J. Es para informarle que debe asegurarse que no se presente ningún hecho lamentable con la comunidad muggle a la cual le fue conferida, esto incluye los limites del pueblo. No obstante, si nos pudiera ayudar con el conflicto que existe le sabríamos agradecer.

 

Julio Lestrange

Ministro de Magía

 

 

A penas si la leía y esta se quemaba al instante, aunque ya mi acompañante se encontraba intrigado con lo que leía. -¿Qué ha sido eso?- Aunque, le conteste de forma sin mucha importancia. –Algo de trabajo, pero dime ¿Qué quieres?- En eso este trago saliva, ya que mientras que hablaba con algo de titubeo yo me comenzaba a devestir, igual nos encontrábamos entre caballeros. –Espero que no te moleste.- Le comente y este se encontraba ruborizado. -¿Sucede algo?- Al estar casi desnudo se me acerca con una respiración algo agitada, yo pase mi mano por su rostro. –Y bien dime ¿Qué quieres? – Al parecer mi actual forma de vestir le había distraído de la misión y a mí por un tiempo de ocuparme la forma que le debería enseñar.

 

No obstante, mientras que esperaba respuesta ya mi mente había ideado la forma correcta de enseñarle la clase y de esa forma cumplir con mi deber en este país, era simple era más fácil que ella aprendiera la importancia y el peligro existe al ser de su naturaleza, que sin magia sus hermanos y hermanas se encuentran expuestos a peligros, pero también pudiera existir la posibilidad de que una manera u otra no importará la apreciación que tenga alguien sobre los muggles, sino las leyes que nos rigen y más si estas aseguran el secreto de nuestras comunidades. No osbtante, si era el deseo de ella sabría de una forma u otra que el estudio de los muggles se encuentra vinculado al como cada Ministro, Regente, Presidente o el nombre que se le de guarde dicho secreto y tenga buenas relaciones con esos seres sin magia.

 

Por otro lado, el desafío de enseñarle alguien que pudiera conocer a ciencia cierta todos los objetos y conocimientos de ese mundo, no bastaba para aprobar si no comprendía el equilibro que debe existir, bueno al menos que se doblegue las voluntades y ellos nos sirvan, pero no todos compartían esa premisa y más bien ciertas leyes parecieran proteger a los sin magia. Sin embargo, existen objetos que atenta contra la magia y los cuales con el favor de los Dioses se encuentran perdidos.

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Sus pasos silenciosos la llevaron junto a Antoni, casi sin que este se percatara, sobre todo porque estaba demasiado nervioso para prestar atención a lo que hacía. Se inclinó por encima de su hombro para ver el resto del pergamino que le quedaba y lo vio trazar la runa. El símbolo de la runa "Hielo" se unió pergamino, desapareciendo, y tras un momento de expectativa, pequeñas particulas de hielo aparecieron por encima del papiro. Pero no dejó de consumirse. Esbozó una sonrisa y acercó el pupitre más cercano, tomando asiento junto a su estudiante. En ese momento, la copia de la carta se acercó a su mesa y se posó en la superficie de madera.

 

—Tampoco tan simple. Si se consume, es porque algo la ha hecho consumirse. El hielo congela, esto quiere decir que no es la runa que necesitas; lo mismo que la runa de fuego, que es la que usé en las cortinas hace un momento. Entonces...

 

Todo lo que hacía parecerse moverse gracias a la magia. No había usado las manos ni una vez para hacer nada, ni siquiera para acercar el pupitre. Cómo estaba manejando la carta, era un misterio. Sus manos estaban quietas, la varita sobre la mesa, plácidamente sostenida entre la mano izquierda. No obstante, todo parecía responder a su voluntad.

 

Æsc-æ —tal como le había indicado al muchacho, trazó la runa al revés y esperó.

 

Tras un momento de incertidumbre, su carta dejó de consumirse. A ambos les quedaba solamente la última línea de texto, en donde había firmado. Pero la de Antoni, a pesar de estar congelada, continuaba soltando trocitos de pergamino que se asemejaban más al hielo picado. Lo ayudó a enderezarse, encontrar la tranquilidad de su postura también ayudaría a encontrar las respuestas más fáciles en el bloqueo inicial.

 

—Concéntrate, relaja la mente. Encuentras la simpleza no en lo lógico. Si arde, lo apagamos, pero la función de las runas es única y al ser única, solo pueden anularse a sí mismas. Entonces, las "Cenizas" —señaló las cenizas que habían quedado al prender las cortinas, la pista que había intentado darle en principio—, se anularán a sí mismas y el "Hielo" hará lo mismo. Traza ambas runas, una primero que la otra, al revés. Voz clara, mano firme.

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Veo como aquella figura de la runa se une al pergamino, espero con esperanza que funcione. Al transcurrir unos segundos, el pergamino se cubrió de hielo. algo que me sorprendió porque yo había comprendido que se detendría, o al menos eso pensé. De cualquier modo el descubrimiento fue revelador, lo inquietante fue ver que la carta seguía consumiendose...coloque ambas manos sobre el pupitre y entre ellas se encontraba el trozo que aún queda de la carta.

 

 

Cierro los puños ante aquel resultado...siento sobre los hombros un peso que me hace inclinarme...solo entonces percibo la presencia de la profesora cerca de mi. Habla con paciencia hacia mi y repito sus palabras en mi mente...una sonrisa de lado se dibuja en mis labios y de reojo la veo mientras pienso animado: "un enigma....¡si!...veamos, tengo varias pistas ¿cierto? ....mi cuerpo y mente sienten algo así como un impulso electrificante...

 

 

Aquellos segmentos de frases danzan en mis oidos, dan vuelta en mi mente como si desearan ser vistas más detenidamente... "algo la a hecho consumirse...la runa de hielo y la runa de fuego no son las runas que necesitas..." ¡seguro que ahí está la respuesta!

 

De imprevisto es como si escuchará la voz de su padre adoptivo Reacon....: "Mantén tu cabeza fría".....no puede desesperarse, debe calmarse....en cuanto lo piensa, siente como Leah lo ayuda a enderezarse, esa acción le hace relajarse más facilmente. Cierra los ojos unos instantes y luego abre los párpados cuando una imagen acude a su memoria: "El día que hubo ese ataque...un rayo cayó sobre aquel tocón del jardín...humeaba y ahí en ese punto donde impacto, había cenizas...

 

Esperaba que fuese la respuesta, tomó su varita de arce, si está era la runa, se anulará a si misma....ambas lo harán! Pasó saliva antes de ejecutar el trazado al reves de la runa de hielo...-- is - i --después fue momento de dibujar con la varita, la runa del rayo....también al reves, esperando que se detuviera al igual que lo hizo el pergamino de la profesora Leah.

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