Transformaciones IX

[Matt Blackner]

El verano me ponía de buen humor. Era algo qeu en casa sabían. Asiq eu me había vestido con una camisa de color negro, remangada sobre los hombros, y unos pantalones de color azul claro. Tenía de nuevo clase en el ateneo, una dinamica que había retomado este año tras meses sin tener qeu dar clase.

 

Además, este mes sería una clase más concurrida que las últimas, al menos en principio. Asi qeu había salido un poco más temprano, con una taza de café humeante en la mano. Mi lugar de clase habitual, las gradas en el jardín, junto a la orilla del lago, esperaban preparadas, esperando a mis alumnos. Aunqeu esta vez, poco haríamos alli. Dejé la taza sobre mi escritorio, y alli, retiré la tela de color rojo que siempre permanecía, cubriendo un misterioso objeto. Observé la puerta, con una leve sonrisa.

 

Este mes lo pasaríamos bien.

 

Dejé mi bolsa sobre el escritorio, donde preparé tres rollos de pergamino, uno por cada alumno: @ @@djvash Asturias y una oyente, @ . No tenía un oyente desde...mi primera clase. Y eso había sido siglos atrás. Los chicos debían haber recibido la nota de la academia, donde además, figuraba un pequeño aviso, que esperaba siguieran. Ojalá utilizasen ropa cómoda, o puede que no lo pasaran muy bien en clase.

 

Asi, em senté sobre mi escritorio, con el café en la mano, a esperar.

[djvash Asturias]

Había recibido la nota del Ateneo, en esta ocasión no perdería la oportunidad de cursar la asignatura como se lo había propuesto, además de que no estaría solo, su mejor amiga y su sobrina preferida estarían en la misma, una como alumna y la otra como oyente. El rubio había elegido un pantalón deportivo junto con una playera negra de tirantes, según la nota anexa debía de estar cómodo para cursar la misma. Suspiro después de revisar que se veía bien y partió camino a donde le darían sus clases. Recordaba que el mes pasado su elfo lo había escrito a la misma clase sin consultarlo y por los tiempos había perdido la oportunidad de cursarla, y bueno este era su tercer intento si la memoria no le fallaba.

 

Caminaba despacio pues aun tenia los efectos de las bebidas que un dia anterior habia estado tomando, por su mente pasaba beber una nueva copa, aunque fuera pequeña, pero su conciencia le decía que no, debía de estar sobrio si quería pasar la asignatura que había elegido, Transformaciones no seria dificil despues de todo lo que ya había puesto en práctica y todo lo que usaba a diario, si bien lo que quería era adentrarse más en el tema aún tenía la sensación de que algo le faltaba por aprender. Suspiro pensando en el sabor del ruso blanco y enfocándose en lo que le vendría de frente.

 

No pasó mucho tiempo cuando se dio cuenta que se encontraba cerca del lugar asignado para su clase. Suspiro una vez más *Espero no sea muy tarde aun* pensaba el Asturias sin dejar de mirar el suelo mientras andaba, llegó a la orilla del lago y observó las gradas que se encontraban un poco más frente a donde él estaba, al parecer era el primero en llegar pues solo vislumbraba a una persona en ese lugar. *Bien será mejor que me acerque* su mente le decía pero su cuerpo no respondía, con un poco más de pesadez se acercó al lugar.

 

--Buenos días profesor... -- se quedó callado, él era Matt, hijo de su prima si no mal lo recordaba, --Espero no llegar tarde-- finalizó tomando asiento en una grada un poco alejada del Potter Black.

[Valky]

Kaori.

Mansión Black Lestrange

Ese día Delacour se despertó muy temprano en la mañana, hizo ejercicio cerca del lago, lugar que desde que vivía en la mansión de la familia de su esposo, se había convertido en su favorito, era un lugar tranquilo y el aire puro. Regresó a la habitación en donde tomó más tiempo del necesario en bañarse, cuando salió del cuarto de baño cubierta únicamente por una bata blanca, descubrió que uno de los elfos había dejado sobre la mesita de noche el desayuno acompañado de una rosa roja y una nota.

Una sonrisa se posó en los labios de la bruja al tomar la rosa y apercibir el agradable aroma. No hacía falta ser adivina para saber que la nota era de su esposo, quien a pesar de estar lejos se las ingeniaba para hacerle saber que la amaba, que estaba al pendiente de ella y de lo que hacía. Dejó la nota junto a la rosa y con toda la paciencia del mundo se sentó a desayunar, después de todo aún tenía tiempo.

Ateneo

Estaba llegando tarde y lo sabía, a pesar de haberse levantado temprano se le había hecho tarde y es que la puntualidad no era uno de sus puntos fuertes, de hecho, Kaori nunca llegaba a tiempo a ninguna parte. Vestía pantalón de mezclilla azul claro, unos zapatos ballerina en color blanco a juego con la blusa que llevaba puesta, blanca con escote en V, sin mangas.

—Siento llegar tarde profesor…—se disculpó la pelinegra cuando llegó al lugar designado para la clase. No era la primera en llegar y tampoco la última. En el lugar estaba únicamente Dj, al parecer a su prima se le habían pegado las sabanas o quizá se le presentó algo en el trabajo y no podría acompañarla.

—Hola lobito… —saludó de forma cariñosa al Asturias mientras se sentaba juntó a él y le plantaba un beso en la mejilla —¿Me he perdido de mucho? —preguntó acomodando la cartera que llevaba sobre sus piernas.

El profesor no les había adelantado nada con respecto a la clase, pero estas solían tornarse peligrosas así que Kaori había guardado un par de cosas en su cartera que quizá le fueran de ayuda. En su mano izquierda llevaba puesta únicamente una pulsera con varios dijes que en realidad eran cada uno de los amuletos que había ido reuniendo en las clases de los Uzzas.

[Matt Blackner]

Apuré los restos del café cuando el primero de mis tres alumnos apareció. @@djvash Asturias era primo de Sagitas, asi qeu, aunque fuera de forma lejana, no dejábamos de ser familia, y tras varios intentos al fin conseguía acudir a mi clase.

 

- No, tranquilo, llegas a tiempo. - apenas acababa de decirlo, cuando al segunda de mis alumnas hizo acto de presencia. @ llegó saludando al joven, tomando asiento junto a él.

 

- En realidad, señorita Karkarov, no se ha perdido nada. Si tienen alguna duda, espero que la formulen antes de comenzar con la clase. - dije, con tono animado, mientras em ponía de pie. La gran lona roja descansaba sobre la mesa, y mientras sostenía un pergamino en cada mano, señalé con uno de ellos hacia la puerta, qeu se alzaba a un par de metros de mi escritorio, solitaria, con la madera negra recortando la vista del lago.

 

Tendí un pergamino a cada uno de mis alumnos, para que lo tomasen.

- Podéis estar tranquilos, os observaré de cerca. Espero qeu estéis preparados para utilizar vuestro ingenio y valía. - les dije. - Porque vuestra clase tendrá lugar al otro lado de esa puerta. No os preocupéis - afirmé. - Tan solo tenéis que encontrar las puertas, ellas os traeran de vuelta hasta aqui

 

Asi, me alejé de ellos y abrí la puerta, dejando ver solo oscuridad, nada de lo que hubiera al otro lado sería visible desde aqui.

- Será mejor qeu nos dejéis los pergaminos. - les dije.

 

 

Si los leían ahora, solo verían papel en blanco, y nada más. Sería una vez que cruzaran, qeu las primeras palabras aparecerían.

 

 

 

La transformación es un arte que se basa en la concentración, en la fortaleza mental y el convencimiento de quien la usa. Desde qeu tomamos la varita aprendemos un hechizo básico, el morphos. Pero este arte va mucho más allá de él.No tener claro sobre que vamos a actuar, o que es exactamente lo qeu queremos obtener, puede provocar desde divertidos defectos como un ratón con algunas letras marcadas en el pelaje, hasta terribles consecuencias sobre el ser humano.

 

En la transformación, encontramos 3 niveles de dificultad. El primero, la magia que transforma unos objetos en otros. El segundo, aquella que afecta a los animales y criaturas para convertirlas en objetos, y viceversa. Y la tercera, aquella que nos afecta diferctamente a los seres humanos.

 

Pero como todo, la transformación también sigue una serie de normas. Asi qeu espero que conozcan las Leyes de Gamp

 

 

Una vez atravesaran la puerta, esta se cerraría tras ellos, y no podrían volver a abrirla desde el interior. Al caminar unos pocos pasos, las antorchas prenderían, iluminando una gran estancia, con dos taburetes altos frente a un gran tapiz. La tela, de fondo azul cielo y bordes plateados, se encontraba grabada con gran variedad de figuras, escenas donde diferentes personas y animales parecian representar distintas personas y animales, escenas de caza y recolección, amores no correspondidos que tras una invitación sospechosa a una copa parecían ser incondicionales. El pago de una deuda que parecía salir mal puesto qeu uno de ellos parecía acabar siendo asesinado. Un gran señor que degustaba una manzana y moría de asfixia o de como los muertos no querían volver a la vida.

 

Pero justo en el centro de todo aquello, una puerta, pequeña, indiferente de toda escena pero de la que al parecer, fluía toda acción de la tela.

[Valky]

Kaori Matsudaira, adoptando la forma de Valkyria.

 

Su profesor no tardó en responderle, aunque claramente la estaba confundiendo con su ya fallecida amiga Valkyria. Aquello le llamó la atención ya que físicamente no tenían nada en común, ella era pequeña en comparación con los más de 1.70 que medía Valky, su cabello era negro como la noche misma, mientras que el de la Karkarov era castaño y ondulado, no definitivamente no tenían nada en común.

 

—No me parezco en nada a Valky, ¿Verdad? —preguntó la joven de descendencia japonesa mientras cambiaba a voluntad las facciones de su rostro. Ahora junto al Asturias se encontraba sentada una mujer de piel canela, llamativos ojos color miel y cabellera castaña. Le sonrió y al hacerlo unos pequeños hoyuelos aparecieron en las mejillas. Era como estar viendo a la fallecida matriarca Karkarov.

 

Kaori dejó de jugar cuando el profesor, Matt, siguió dando indicaciones y le tendió un pergamino a cada uno, lo tomó mas no volvió a adoptar su verdadera forma, cambiar para ella era tan natural como respirar y a pesar de que su apariencia era diferente, se seguía sintiendo como ella misma. Abrió el pergamino, pero este no contenía nada, ninguna indicación adicional a las que ya el profesor les había indicado.

 

—Vamos lobito… ni creas que voy a entrar ahí sola… —dijo poniéndose en pie y empezando a caminar hacía la puerta, cuando llegó se tomó unos instantes para buscar con la mirada a su prima, había quedado en acompañarla a su clase y al final nunca apareció —Creo que Memi no vendrá… será mejor seguir sin ella —sentenció y abrió la puerta.

 

El interior estaba completamente oscuro, la única luz que se podía ver era la que dejaba entrar la puerta abierta, más cuando esta se cerró, la oscuridad lo rodeo todo. Dio un par de pasos temiendo encontrarse con alguna cosa desagradable, para suerte de la ojimiel no fue así. Unas antorchas se fueron encendiendo iluminando un angosto pasillo que daba a un gran salón en donde había un manto azul.

 

—¿Alguna idea de como salir de aquí? —preguntó al mago de cabello rubio — ¿Ves alguna puerta? O algo — preguntó olvidando por completo que el profesor Blackner había hecho mucho hincapié en que no debían olvidar el pergamino.

 

@@djvash Asturias

Editado 11 de Junio del 2019 por Valkyria Karkarov B.L

[djvash Asturias]

Él Asturias se encontraba nuevamente pensando en si había sido o no una buena idea inscribirse al Ateneo, o mejor dicho si haber vuelto daba lo mejor de él, se había enfocado tanto en sus cosas que no escuchó nada solo después de sentir los labios de Kaori en su mejilla volvió al lugar en que estaba. -De nada, vamos empezando le comento con una sonrisa en su rostro.

 

Apenas se estaba acomodando para hablar con la pelinegra cuando el profesor tomó la palabra, después de dar varias explicaciones escuchó como confundía a Kaori con Valkyria y por un momento le dio risa su descuido más cuando está le dijo que no sentía parecía nada a su amiga, le iba a responder cuando por un instante quedó anonadado. Era cierto Kaori dominaba la metamorfomagia y su aspecto ahora era otro.

 

Se negó con la cabeza pues sabía que era solo la visión más no la persona, tras recibir el pergamino de parte de Matt vio que la Delacour lo abrió y no tenía nada, probablemente el hechizo solo sería visible después de entrar a aquella puerta. Y bueno ahora le habían dicho que no lo dejarían ahí.

 

-Vamos le dijo con un poco de ánimo, tras cerrar la puerta la oscuridad que el lugar emanaba fue dejado atrás por las antorchas que se encendieron con los pasos que daban. El manto azul en el fondo con esas imágenes que para él no tenían sentido lo envolvió en verlo más a a detalle, pero nuevamente la voz de su amiga lo hizo volver en si.

 

Sus preguntas fueron seguidas por su nivel de análisis que siempre mostraba cuando se encontraba en momentos difíciles, buscar una salida era algo que no había pensado desde que entraron pero que ahora sus sentidos se habían activado para buscar una solución. Sin dejar de mirar sintió que en su mano algo le estorbaba, pero al verlo supo que no era algo que le estorbara mejor dicho era algo que necesitaban. -Aún traes el pergamino verdad le dijo coló afirmando algo, era momento de leerlo.

 

Tras abrirlo entendió de que se trataba esto, más después de que vislumbró en el fondo lo que era una puerta que salía de contraste con las imágenes de la tela. -Vaya creo que ya entendí de que va esto, conoces las leyes de ? le pregunto mientras él recordaba que en alguna ocasión cuando se hizo cursar transformaciones las había visto -Sin temor a equivocarme creo que con ellas saldremos de esto, cada puerta que abramos nos traerá un reto sobre las leyes, o eso quiero suponer y acertando a todos lograremos encontrar la salida

 

En ocasiones el Asturias se sentía muy Bien al ser analítico de todas las situaciones en las que se encontraba, pero en otras se sentía mal de ser así, y en esta le pasaba la segunda, no quería suponer que sus vidas dependían de las leyes de las transformaciones.

 

-Madame, voy detrás de usted le dijo a Kaori tomando el pomo de la puerta y girándolo para dar paso al siguiente nivel, para su sorpresa este no giró, y la puerta en lugar de dejarlos pasar debió más no pequeña, ahora lo entendía, si quería salir de aquí debían de hacer algo con esa pintura que arriba estaba, pero él tenía problemas no quería encontrarse lidiado en las leyes de gamp, no por el momento.

Editado 11 de Junio del 2019 por djvash Asturias

[Valky]

Kaori Matsudaira, adoptando la forma de Valkyria.

No le gustaba estar en un lugar así, todo cerrado y sin mayor conocimiento de donde estaban. La puerta por la que habían ingresado desapareció tan pronto ellos la cruzaron y ahora estaban ahí atrapados en aquella extraña estancia, sin nada más que una gran mesa, un manto azul sobre ella…dos taburetes y… ¿Eso era una puerta?

—Mira lobito … —llamó la atención del mago quien le había preguntado por su pergamino y si conocía las leyes de Gamp —Si, aquí lo tengo y si… las conozco —respondió a las dos preguntas mientras rodeaba la mesa observando los grabados de la tela, todos parecían provenir de la pequeña puerta y todos contaban una historia diferente.

Leyó el pergamino entregado por el profesor y si, su amigo tenía razón, aquello tenía que ver con las leyes y al leer sobre los niveles, le hizo suponer que, si lograban descubrir como pasar por tan pequeña puerta, encontrarían más. Guardó el pergamino y volvió a centrar su atención en el manto.

—No creo que ninguno de los dos demos por esa puerta…—dijo riendo ante la invitación del mago que intentaba abrirla sin mucho éxito. — Las leyes son la clave… —murmuró mirando nuevamente la tela que parecía estar bordada con hilos de plata liquida, que se arremolinaban dando formas.

La castaña apenas rozó con la yema de los dedos una de las figuras y la historia que contaban pareció absorberla. Los ojos miel se quedaron mirando a la nada mientras la mente de la bruja se llenaba con la imagen de un recuerdo, uno muy vivido.

***Flash Back***

Se encontraba en una sala cuya tenue luz provenía de una única lampara colgada de lo alto del techo, había una mesa y un hombre que lucía bastante nervioso sentado frente a ella. La única puerta que había se abrió y entró una joven de cabello negro como la noche y piel blanca como la nieve, no tendría más de 15 años. Se trataba de Kaori.

—Por favor diles lo que desean saber…— susurró antes de que hombre moreno y muy alto ingresara. Kaori estaba ahí tan solo para obtener una respuesta, pero para ello tendría que ingresar a la mente de aquel infortunado mago y arrebatársela.

Varias horas más tarde salió de la habitación con una bolsa llena de oro, en su mente secretos de aquel mago cuyo final ya estaba escrito, jugar con los miembros del simposio era cosa seria y pagar deudas con riquezas que no existían era algo que ellos no perdonaban.

 

***Fin Flash Back***

—Maldición… —se quejo la bruja que apartó de inmediato la mano, aquellos recuerdos quería dejarlos por siempre ocultos en su memoria y le parecía una mala broma tener que revivirlos de esa forma. —Mira… —dijo señalando a la puerta que creció un par de centímetros.

—Toque las figuras y recordé algo que tiene que ver con una de las leyes… esa que dice que no se puede crear riqueza si no se tiene… conocí a alguien que lo hizo, al final se descubrió el fraude —le contó sin dar demasiados detalles.

 

Faltaban cuatro más lo que significaba que tendría que volver a tocar el manto, se estremeció tan solo de pensarlo.

 

@@djvash Asturias

 

[djvash Asturias]

Si había parecido un tonto, la castaña se reía de que le rubio había intentado entrar por tan pequeña puerta, y tras mencionar que las leyes eran la clave suspiro, no quería ver cómo podrían traspasar esa puerta sin tener que hacer algo en aquel momento. Para su buena o mala suerte, Kaori ya había empezado a tratar de descifrar el manto. El ojiverde no dejo de mirarla, parecía que se había perdido en sus recuerdos después de tocar el manto, era algo así como un pensadero, en el que debían de ver las leyes pero como. Tras unos instantes la joven volvió en sí.

 

*Así que debemos de tocar el manto para saber qué es lo que describe, vaya lío en el que nos hemos metido* pensaba el Asturias mirando a la ojimiel y nuevamente el manto, si ella había tenido un recuerdo vivido con las leyes que le esperaba a él. Había tenido muchas veces contacto con la transformación que no recordaba en cual no se usaran dichas leyes. Suspiro y se decidió a actuar.

 

--Bueno creo que ahora es mi turno, veamos que sale de esto-- le dijo y sin pensarlo tocó el manto.

 

>>Flash Back<<

 

--Es hora vamos-- Se escuchaba la voz de una persona gritando a lo lejos, si en efecto era su madre, dj la pudo reconocer por sus ojos, a lo lejos se veían dos pequeños corriendo uno de ellos era el rubio, con su melena de color rojizo, el otro era un joven de cabello castaño casi rubio, no recordaba quien era, solo sabia que debía de tener no más de once años. Los pequeños llegaron corriendo a donde Amelie se encontraba. Al parecer la comida estaba lista,

 

--Gracias-- dijeron los dos al unísono y empezaron a comer sin reparar nada. La joven bruja los observaba, era como una película, el Asturias maduro no pudo evitar que le brotaran un par de lágrimas por los ojos, ahora sabia que dia era. Este dia habia cambiado por completo su vida, fue el momento en que emprendió su camino a donde el viento lo llevara.

 

--Donde esta, que ha pasado-- Un mago de aspecto respetable gritaba a todos en el castillo, nadie le daba razón de lo que pasaba, no puede ser, necesitamos llevarla al médico, vamos, no puede pasar esto-- gritaba el patriarca Asturias --Tranquilo cariño todo estará bien-- las palabras de la bruja calmaban el ansia de su marido, Djoser y Amelie, los padres de djvash estaban en la recamara, ella tendida en la cama y él de rodillas, la rubia había enfermado, y estaba agonizando, el pequeño djvash los observaba desde la puerta, y las últimas palabras de su madre quedaron ahí para el. --Dj, no olvides que te amo, cuida a tu padre quieres te va a necesitar-- y la vio desplomarse, un grito fuerte de su padre se escuchó, la escena desapareció y un viejo Djoser se postraba entre miles de artículos, si debo de hacerla volver, si, es momento de traerla a la vida.

 

Soltó el manto alejándose lentamente, como en aquella ocasión lo había hecho, dejo solo a su padre como cuando joven y no pudo sentir culpa por no cumplir con el último pedido de parte de su madre.

 

>>Fin Flash Back<<

 

--Si tienes razón, creo que es sobre las leyes de Gamp-- le dijo a su acompañante tratando de ocultar su rostro para secar las lágrimas que en él tenía. --mi recuerdo fue sobre la vida, no la puedes originar donde no la hay así como no puedes revivir a los muertos.

 

Estas últimas palabras las dijo con un tono de voz más bajo, suspiro y levanto la mirada nuevamente. La puerta había aumentado un poco de tamaño.

 

--Vamos por buen camino-- trato de bromear mostrando una sonrisa aunque algo falsa en su rostro. Esperaba que Kaori no hubiese visto su recuerdo, pues nadie sabia nada de sus padres, él se guardaba ese misterio.

 

 

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[Valky]

Kaori Matsudaira, adoptando la forma de Valkyria.

Apenas el mago tocó el manto, al igual que ella, entró en una especie de transe que duró el tiempo suficiente para que el mago recordara algo referente a las leyes de Gamp. Kaori, aun luciendo como Valkyria se acercó al Asturias cuando él finalmente retiró la mano y volvió en sí, parecía muy afectado a causa del recuerdo.

—Oh…—susurró la bruja al escucharlo, le bastó eso para suponer que no fue para nada agradable lo que el manto le mostro —Ya faltan pocos… —comentó la castaña conteniendo el impulso de abrazarlo para darle consuelo. —Mi turno… — dijo parándose juntó él no sin antes rozar el brazo de Dj para infundirle algo de ánimo.

Temía lo que el manto le enseñara, pero quería salir de ese lugar así que tras dar un suspiró lo volvió a tocar.

***Flash Back***

Sintió el frio como si de verdad estuviera ahí, era tanto que le calaba los huesos. Sabía exactamente en donde estaba. Dejó que el recuerdo fluyera pues mientras más rápido terminara era mejor. Era parte de un grupo de búsqueda liderado por Gabriel, Kaori tendría unos dieciocho años en ese entonces, había visto muchas cosas para ese entonces, pero los niños siempre serían su debilidad.

—Con razón nunca volvió…—dijo el mago quien revisaba el cuerpo sin vida de uno de sus compañeros, cerca había otros dos cuerpos de un mago y una bruja. Al parecer llevaban varios días así pues el olor nauseabundo que desprendían era muy fuerte.

Observó a su alrededor, parecía una cabaña abandonada en donde probablemente la pareja de magos solo buscaba refugio del mal tiempo. Pasó a la siguiente habitación y un pequeño ruido hizo que sacara la varita, grande fue la sorpresa de la joven cuando en un rincón, ocultos entre unas canastas viejas se encontraban dos niños, el mayor quizá de ocho años y uno más pequeño que seguramente bordeaba los cinco.

—Shhhh— la pelinegra les hizo señas para que guardaran silencio, no quería lastimarlos. Cuando salieron, la joven inventó una escusa para volver y poder hablar con los pequeños. Intentó convocar algo de comida, pero al parecer no había absolutamente nada. Con mucho pesar a la joven no le quedó más remedió que dejarlos ahí, indefensos y hambrientos.

—Volveré por ustedes… lo prometo…—había dicho la bruja con la firme intención de cumplir su palabra. Más el clima de los siguientes días y el no poder simplemente ausentarse de la mirada de Gabriel, se lo dificultó.

Cuando finalmente regreso a la cabaña… era demasiado tarde.

*** Fin Flash Back***

—La comida es otra de las leyes… me atrevería a decir que la más conocida y la que más odio —comentó la ojimiel sin poder ocultar la tristeza de su voz .

La puerta de donde provenía todo, se hizo más grande, pronto podrían salir de aquel lugar, lo que aun desconocía era si volverían a donde estaba su profesor o a otro lugar peor que ese. > pensó para darse ánimos, pues sabía que tendría que tocar nuevamente el manto.

 

@@djvash Asturias

[djvash Asturias]

El sentir el rose de su piel hizo que el Asturias recordara que estaban en medio de una prueba y que sin dudas iban por el camino correcto tras sus últimas palabras el trance volvió a ella, agradecía el haber estado con ella en esta sala y no con otra persona porque en definitiva no sabía cómo podía reaccionar estando con alguien más. Pasaron unos minutos y ella regresó, sus comentarios siguientes fueron sobre la ley de Gamp y la comida, si esa ley era una de las peores pues si no existiera le hubiese ayudado en muchas ocasiones.

 

Al igual que ella era una que más odiaba, suspiro era su momento, si mal no lo contaba faltaban dos y bueno a ella le tocaría una más, suspiro y la miro un poco más aliviado, esperaba que las que siguieran no fueran recuerdos tan malos, lo que pensaba era lo que más temía -Bien voy yo le dijo tocando su rostro, fue por inercia que lo hizo, se sentía en confianza con ella y eso le ayudaba. Tras tocar el manto todo desapareció.

 

>>Flash Back<<

 

-Entiéndelo no podemos hacer eso- decía una voz a lo lejos, el rubio se acercó más al lugar donde procedía la misma, era una joven bruja que él recordaba haber visto hacia mucho tiempo, y en la cama un joven pelirrojo estaba inconsciente, la joven hablaba con otra un poco mayor a ella -se que me amara, él me quiere porque no lo entiendes Elizabeth, se que es así- le decía -sabes que es imposible que te quiera Penelope, él está enamorado de otra persona y además tiene familia-

 

Las voces de las jóvenes despertaron al dj joven, al abrir los ojos las vio algo confundido, las conocía habían sido parte de una de sus misiones, él sabía que la pelinegra estaba enamorado de ella pero no le podía corresponder a su amor ya que él en ese momento estaba a punto de casarse con... *Valeria* pensó el rubio, ahora recordaba ese momento, las jóvenes habían sido parte de una misión de rescate, y la más joven se había enamorado de él, pero nunca le correspondió por que no sentía lo mismo.

 

-Penelope, Elizabeth, que ha pasado?-les preguntaba mientras se trataba de poner en pie -No otra vez, Penelope por favor entiende eres muy linda pero no me pueden retener aquí- les decía tratando de incorporarse -se que me quieres dj admítelo y te dejaré ir-

 

Esas palabras dieron paso a una explosión en la que un par de Erupents irrumpieron en la habitación, Elizabeth corrió y Penelope se quedó pasmada, el pelirrojo tomó su varita y los alejo como pudo, -llévatela y no vuelvan, estaré bien-

 

Fueron las últimas palabras del mago, la imagen se hizo borrosa y cuando pensaba que estaba libre de su recuerdo uno nuevo se presentó ante su asombro.

 

-Señor, usted no puede solo tener el conocimiento que quiere, debe de conocer las bases y sobre todo tener fundamentos- le decía el pelirrojo a un mago de edad avanzada que con varita en mano mencionaba unos hechizos contra el -por favor se puede hacer daño, maestro-

 

Estas palabras quedaron en el aire, una explosión y el chico salió despedido a unos cuantos metros de donde se encontraba, el mago de edad avanzada, su mentor había querido romper las leyes del conocimiento sin tener el fundamento de lo que necesitaba saber.

 

Cuando se puso de pie nuevamente el recuerdo se hizo borroso y uno nuevo se presentó ante sus ojos.

 

-Porque Valkyria, porque lo hiciste yo la amaba, ahora sin ella no soy nada, llévame donde ella, no quiero vivir sin ella hazlo ahora.

 

Un par de magos, unos peliblanco y la castaña que tanto conocía estaban frente a él, una risa y su alma se desprendió de su cuerpo para ser sellada en un medallón con la persona que era la dueña de su corazón Valeria. Sus manos se separaron lentamente del manto y volvió a la sala con el manto.

 

>>Fin Flash Back<<

 

-No puedes tener la sabiduría sin tener bases, no la puedes crear en ti. le dijo a la castaña recordando como uno de sus maestros había perdido la vida jugando a tener la información que no poseía.

 

-No creo que sea necesario que toques el manto de nuevo le dijo mirándola con los ojos nuevamente cristalinos -la última ley de Gamp habla del Amor, no lo puedes crear donde no existe este, ahora entiendo todo

 

Le dijo recordando su último recuerdo, que en realidad no mostraba nada en contra de esta ley pero si le mostraba que el amor solo puede existir donde hay amor. Probablemente por eso él no había podido lograr que Kaori se enamorara de él, quizás por eso Valkyria había decidido irse puesto que ella amaba a su esposo y no a un dj que la conocía. Ahora todo tenía sentido.

 

Miro la puerta y está se hizo más grande, ahora podían pasar tras ella, era de un tamaño normal para que ellos prefieran ingresar.

 

-Vamos le dijo el ojo verde a la castaña sonriendo.

 

 

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