Transformaciones IX

[Valky]

Kaori Matsudaira, adoptando la forma de Valkyria.

La castaña se quedó en silenció mirando hacia la puerta, las imágenes de aquellos niños a los que no pudo ayudar se habían quedado en su mente, atormentándola. No fue hasta que el licántropo hablo que ella volvió a la realidad. Le sonrió y guiño un ojo para infundirle ánimo, sabía que él tampoco quería tocar el manto, pero que debía hacerlo pues solo así saldrían de aquel lugar.

Finalmente, el mago lo tocó, sin embargo, esta vez con forme pasaba el tiempo en su rostro se veía reflejada la angustia, como si estuviera sufriendo por algo. Preocupada Kaori hizo algo que quizá luego se arrepentiría, pero si Asturias necesitaba ayuda tenía que saber que estaba pasando por su cabeza en ese momento. Haciendo uso de su habilidad la pelinegra se “toco” la mente de Dj, para su sorpresa se sentía muy familiar.

Pronto vio lo que el mago estaba presenciando en ese momento, haciendo un esfuerzo para que el no notara su presencia, Kaori observó la escena en donde reconoció claramente a dos magos que cuando estuvieron con vida los consideró sus amigos, cuando terminó de ver aquello intentó alejarse, más la curiosidad fue más fuerte. Se enteró de lo que había sucedido con Valeria, Valkyria y su esposo y lo mucho que habían lastimado al Asturias. También confirmo los sentimientos que él tenía por ella...

—Gracias por evitar que tuviera que volver a tocar esa cosa —dijo mientras salía de la mente del mago, tan sutilmente que él jamás se enteraría que estuvo ahí. —Si… salgamos de aquí —dijo atravesando la puerta.

No sabía a donde la llevaría, solo sabía que no quería estar ahí y que tampoco quería seguir luciendo como su amiga, tan solo con pensarlo sus facciones volvieron a ser las de siempre, cabello negro, piel blanca, pequeña, ojos azules, volvía a ser ella misma.

 

@@djvash Asturias @@Matt Blackner

[Matt Blackner]

Sonreí levemente, complacido con la situación. Mis dos alumnos eran listos, lo suficiente como para darse cuenta que aquella pequeña puerta que se dibujaba con el hilo de plata en el centro del tapiz solo les cedería el paso si enumeraban las leyes de Gamp...

Los dos habían ido tocando las imágenes, y ellas mismas los habían llevado a sus propios recuerdos, situaciones en las que, de una forma u otra, habían puesto a prueba esos preceptos. La puerta acabó tomando, tras las palabras de Djvash, el tamaño suficiente para que los dos pudieran pasar en busca de su siguiente prueba, al mismo tiempo que el pergamino revelaba nuevos conocimientos.

Además del morphos, hechizo de transformación más conocido y utilizado, existen otros hechizos específicos que corresponden a los distintos niveles de transformación. Además, es fundamental la concentración, tener bien claro qeu vamos a transformar y cual queremos qeu sea el resultado final. Cualquiera de estos hechizos puede detener sus efectos con un Finite Incantatem o causando en ellos un daño importante, de forma que volverían a su estado original.

Primer nivel: transformación de un objeto en otro: estos hechizos afectan al aspecto y forma de los objetos, transformándolos en otros.

Duro: convierte un objeto en piedra
Glisseo: vuelve la superficie de los objetos resbaladiza
Incarcifors: transforma un objeto en una jaula.
Scribblifors: transforma los objetos en plumas.

Segundo nivel: transformación de un objeto en ser vivo y viceversa: estos hechizos tienen más dificultad, dado que esta vez no cambiaremos simplemente el aspecto, sino qeu además haremos que un objeto pase a ser un ser vivo o al contrario. Un fallo podría tener consecuencias cómicas....o muy graves.

Draconifors: convierte una estatua de un dragón en el dragón real al que representa.
Fera Verto: transforma un animal pequeño en una copa de agua
Lapifors: transforma un objeto pequeño en un conejo
Snufflifors: transforma libros en ratones

 

Esta vez, no aparecerían juntos. El primero que atravesara la puerta, se encontrarían en una gran biblioteca, atestada de libros y estanterías que parecían casi llegar al techo. Entre todas ellas, en algún lugar, había una puerta, si....pero dibujada sobre un gran pergamino. Aunque lograra hacerla física, tendría un segundo problema...y es que esta solo se abriría con su llave.

 

Al llegar, un cartel le daría la clave: "Encuentra la puerta y encuentra a tu compañero"

 

Y aqui entraba el segundo que atravesara la puerta. Este acabaría en un almacén, entre cajas, contenedores y demás maquinaria. Un extraño aleteo podría escucharse si se prestaba atención, suave, y casi metálico...Sería quien debería encontrar la llave, y además, ambos deberían unirse para, formando equipo, atravesar esa puerta y pasar a la siguiente sala.

 

Su cartel, sin embargo, le diría: "Da con llave, y busca a tu compañero"

 

Quien acabaría en cada sala? POdrían resolver sus cometidos?[/i]

[Valky]

Kaori Matsudaira.

La luz la segó por completo por varios segundos. A diferencia de donde había estado anteriormente, esa habitación le pareció demasiado luminosa, con paciencia esperó a que sus ojos se adaptaran, cuando lo hicieron, descubrió que estaba en medio de un largo pasillo con estantes llenos de cajas > pensó y se giró en busca del Asturias.

—¿Dónde crees que estamos…? —preguntó al aire, pues nadie más estaba con ella y la puerta por donde había entrado había desaparecido sin dejar rastro.
Llamó a su amigó en varias ocasiones y no obtuvo respuesta alguna. Intentó usar su habilidad para buscarlo, llegando a la conclusión de que estaba sola. > recordó entonces y sacándolo del bolso, que era donde lo había guardado, descubrió que más indicaciones habían aparecido, con suma atención comenzó a leerlo.

No tenía ni idea de como salir de ahí sobre todo porque no veía ninguna puerta, tan solo cajas, contenedores y maquinaria que parecía estar en desuso. Suspiró mientras recorría los pasillos. Mientras más se acercaba a lo que suponía era el norte, pudo escuchar una especié de aleteos. Deseando con todas sus fuerzas de que no se tratara de algún animal raro, se acercó a investigar. Sonrió al descubrir que se trataba de llaves con alas, eran muchas y si estaban ahí significaba también debía haber una puerta.

—Incarcifors—Dijo sin dudar en dirección a una de las cajas que tenía más cerca, esta se transformo en una jaula que la pelinegra hizo flotar hacía donde volaban las llaves. Repitió la operación hasta que las atrapo a todas, una tarea que, aunque era fácil le tomó algo de tiempo realizar.

—¿Y ahora? ¿Qué puerta abren ustedes? —Preguntó. Había recorrido todo el lugar y no vio ninguna y realmente estaba cansada —Duro —dijo apuntando hacia una de las cajas para convertirla en piedra y que sea lo suficientemente fuerte como para sentarse y volver a leer el pergamino, quizá había pasado por alto algún detalle.

 

Mientras esperaba no pudo evitar pensar en donde estaría su amigo en ese momento, esperaba que a él le estuviera yendo mejor que a ella, que estaba atrapada en aquel almacén > pensó cuando su estómago hizo ruido a causa del hambre, había perdido la noción del tiempo desde que atravesó la primera puerta.

 

@@djvash Asturias

[djvash Asturias]

Apenas atravesaron la puerta el Asturias se volvio a sentir raro, como si algo le faltara, era una sensación que estaba tratando de ocultar, ahora se sentía un poco mejor pero siempre tenía en mente que lo mejor era quedar a solas. El lugar donde había entrado no era más que algo parecido a una biblioteca, era uno de sus lugares preferidos, pero ahora no estaba ahí por querer si no por el hecho de que estaba cursando las pruebas impuestas por su profesor de transformaciones. Suspiro y antes de hablar se dio cuenta que estaba solo, no fue solo su presentimiento, en realidad se había quedado así sin nadie.

 

El rubio respiro con algo de calma pensando en que tendría que hacer mientras tomaba el pergamino y lo desenrollaba para leer el contenido, entendía que ese pequeño trozo de papel eran las indicaciones que debían de seguir para poder salir de aquí. Tras terminar de leer el pergamino se propuso buscar una salida, si no mal se equivocaba el profesor les dijo que debían de buscar la salida, tras tomar a Zharr fuertemente la apunto a un estante lleno de libros y pronunció >>Scribblifors<< las cosas superiores cayeron con un sonido muy grotesco, dos partes de una alacena se convirtieron en plumas y el peso de las cosas superiores lo hizo venirse abajo.

 

*Será difícil encontrar algo aquí* pensaba el ojiverde mirando a todos lados, apuntaba con su varita a los libros que se encontraban obstruyendo parte de la pared y pronunciaba >>Snufflifors<< la columna de libros desaparecieron y en su lugar una docena de pequeños ratones aparecieron, quería quitar los objetos lo más rápido que pudiera, un rayo más tras pronunciar >>Lapifors<< las cajas más pequeñas adoptaron la forma de conejos. Ahora ya no estaba solo, las cosas que lo rodeaban tenían forma.

 

Cuando estaba por rendirse logro vislumbrar un pergamino que tenía dibujada una puerta. Sería esa la salida, la cuestión era como la atravesaría, y no solo eso, ahora se estaba preocupando por su amiga. Sin pensarlo corrió a donde se encontraba este pergamino, lo tomo y pronunció >>Engorgio<< este se hizo más grande, de hecho más de lo que él hubiese querido. tomo un par de ratones y tras apuntarles dijo >>Fera Verto<< en su lugar dos copas de agua aparecieron.

 

--Bien creo que es momento de pensar como salir de aquí-- se dijo para sí mismo mirando el pergamino que ahora parecía una puerta recargado sobre una pared.

 

 

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[Valky]

Kaori Matsudaira.

No sabía cuánto tiempo había pasado ahí desde que atrapo las llaves, pero se estaba empezando a desesperar y a sentir claustrofobia, definitivamente no le gustaba estar encerrada y aunque tenía espacio de sobra, empezaba a sentir que le faltaba el aire. Volvió a recorrer el almacenen busca de una puerta, pero no encontró absolutamente nada. Frustrada volvió a colocar las jaulas en el piso.

El volar de las llaves era errático, iban de un lado a otro buscando una salida, era un poco hipnótico verlas revolotear, hasta que se quedaron estáticas por un momento y luego todas volaron hacia un lado de la jaula. Kaori miró de inmediato al lugar a donde querían ir, en una de las paredes apareció de la nada una puerta que parecía estar dibujada. La pelinegra rio emocionada y se encaminó hacia el lugar.

Cuando llegó a la puerta en la parte superior rezaba una leyenda que decía que, si encontraba la llave, encontraba a su compañero, eso solo podía significar que encontraría a Dj al atravesarla, suspiró aliviada, no solo porque saldría de ese almacén, sino porque su amigo estaba bien. La puerta era muy grande por lo que apilo un par de cajas en forma de esalera y luego apuntó con la varita mientras decía —Duro—para convertirlas en piedra y que aguantaran su peso. Le llevó algo de tiempo encontrar la llave correcta, pero finalmente lo hizo.

—Que alegría verte…—dijo la pelinegra cuando, tras atravesar la puerta, se reencontró con Asturias —Acabo de descubrir que soy un poco claustrofóbica —le comentó sonriente —Bien… ¿y ahora como salimos de aquí? — preguntó.

Estaban en una biblioteca o lo que quedaba de ella, al parecer Dj había hecho unos pequeños cambios mientras buscaba una salida. Ahora había muchos ratones correteando por el lugar y la misma cantidad de conejos. Tomó uno pequeño en sus manos y empezó a acariciarlo, era muy esponjoso y suavecito.

 

@@djvash Asturias @@Matt Blackner