Jump to content

Historia de la Magia ~ Conocimiento de Maldiciones


Anne Gaunt M.
 Compartir

Publicaciones recomendadas

ehrrBzb.gif

 

No, ¡no, es que no puede ser!

 

Los elfos ni siquiera alzaron la vista para observar a una enfadadísima mujer, quien incluso había dado un golpe en la pared para acentuar su molestia al encontrarse aquel panorama en su aula de clase. Se había presentado a primera hora de la mañana, como acostumbraba a hacer cada vez que le tocaba impartir clase, y se había encontrado con un montón de elfos domésticos limpiando la habitación.

 

El problema no era solo ese, sino que habían desmontado todo el decorado que ella había preparado con el tiempo. Los cuadros, tallas, bustos y recreaciones en miniatura habían desaparecido y aguardaban a ser colocados cuando los elfos terminasen su limpieza.

 

¡Pero no lo entiendo! ¡La directora no me ha comunicado nada!

 

Los elfos, quienes ya le habían explicado la situación, habían pasado a ignorarla por completo para centrarse en su trabajo.

 

— Esto es increíble... me quejaré, me quejaré y mucho. Esto no es justo... demonios.

 

Se giró para alejarse del aula pero antes dejó una nota flotando ante la puerta, indicando que estaría en un aula cercana a la suya. Cuando abrió la nueva puerta, se fijó en que era la sala del Conocimiento de Maldiciones. No sabía quién la impartía, pero ya tenía el discurso preparado para pedirle permiso para pasar un ratito allí. Total, ella nunca permanecía durante toda la clase en el Ateneo, siempre tomaban un portal para viajar.

 

Decidió no ser demasiado invasiva y se quitó la capa junto al último pupitre, cercano a la puerta de entrada. La dejó sobre una silla y se remangó la camisa oscura que se había puesto aquel día, junto con un pantalón vaquero claro y ceñido que marcaba sus caderas. Tras echar una ojeada a su alrededor, se sentó en el pupitre y esperó.

AYlDcNN.gif


oizsVNM.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

maIxeVm.jpg

 

Jocker no recordaba si alguna vez, desde su regreso a las aulas, había utilizado el salón de clases para enseñar algo y es que, hasta entonces, había escogido diversos sitios tanto como de la Universidad como otros lugares más alejados. Esta vez, sin embargo, haría algo un tanto distinto.

¿Te aseguraste de enviar la lechuza? —le preguntó a Sunev, su elfo doméstico mientras la tibia arena calentaba sus pies descalzos.

Sí, amo. El Señor Ministro recibirá la carta diciendo que debe presentarse en el salón de clases y que debe seguir las pistas que allí encontrará —comunicó el ser mágico, mirando atento a su interlocutor.

Jocker asintió con la cabeza, guardando silencio. Había dejado sobre su escritorio una nota explicativa que, la verdad, no explicaba nada. La nota, que se encontraba junto a una pequeña estatuilla de un zorro, se limitaba a preguntar ¿Cuál es la diferencia entre un hechizo y una maldición? ¿Quién define lo correcto y lo incorrecto?

Solo si Crazy verbalizaba su respuesta, la estatuilla azotaría la cola contra la mesa, dejando caer una habichuela de color verde que, al tacto, comenzaría a proyectar en una especie de holograma a un mago realizando 5 maldiciones, una tras otra y en un bucle infinito.

Cuando Crazy identificara las 5 maldiciones que veía, el mago le haría entrega de indicaciones de cómo continuar solo después de ofrecerle duelear tras una genuflexión exagerada.

Mientras ocurría esto, Jocker se encontraría rumbo a una cabaña en donde llevaría a cabo verdaderamente la clase. Aquel lugar encantado, estaba fuera de todo registro de las autoridades y de los mapas mágicos. Solo era posible llegar caminando y sin la ayuda de magia.

אהבה מושלמת באה במהירות, וכל השקרים צורחים מושתקים


DQn80iG.gif


9dFDuOU.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¿Por qué se había inscrito justo a esa clase? Bueno, Maida Yaxley solía hacerle caso a sus corazonadas, a sus impulsos emotivos, a dejarse guiar por las emociones y confiar en que al final del día, no se hubiera equivocado. Aunque claro, el mayor porcentaje de esas decisiones terminaban en una gran equivocación. Cursar Historia de la Magia tenía su truco, los ojos azules de la bruja estarían buscando pistas, lugares, cosas que evoquen un recuerdo que día con día se desvanecía más, y se incrustaba en su piel, en su sangre, pero se iba de su memoria. Parecía que la gente tenía razón y nadie terminaba siendo eterno.

 

Caminó por los pasillos con la ansiedad marcando el ritmo de su corazón, y para cuando llegó al aula se llevó la primera decepción, todo estaba desordenado y los rincones dónde ella pretendía refugiarse ese día, no serían aquellos, estaba repleto el lugar de elfos domésticos. Uno de ellos le indicó que la profesora Anne, estaba en otra aula. Agradeció con un gesto de la cabeza y prosiguió el camino, dándose cuenta que a lo mejor, aquello era una señal. Dejar de buscar para tal vez así encontrar. Entró al salón y se topó con una bruja a la que conocía de reuniones prohibidas, pero con la que poco o nada había tratado realmente.

 

Buenas, ¿aquí será la clase de Historia de la Magia? Soy Maida Yaxley, una de las alumnas de este mes, supongo —se presentó.

 

Ingresó sin esperar recibimiento alguno y dedicó los siguientes dos minutos a alisar alguna que otra arruga inexistente como para pasar el rato menos incómoda de lo que se veía. La profesora tenía cara de querer matar a lo primero que encontrase, y mucho temía la Yaxley, que lo primero en su camino, fuera justamente ella.

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No levantó la mirada cuando sintió que alguien cruzaba el umbral de la puerta. Era una mujer a la que conocía de vista, de su época de mortífaga, pero con la que apenas había tenido trato alguno. Tardó al menos un par de minutos en levantar la mirada y, cuando lo hizo, lamentó enormemente que los cuadros de su aula estuvieran descolgados y desordenados a saber dónde. Y lejos de allí. Al menos le servían para romper el hielo cada vez que llegaban sus alumnos y no sabía por dónde comenzar.

 

Se levantó del pupitre con pesar e intentó sonreir para destensar un poco la situación.

 

Hola, Maida. Puedo tutearte, ¿cierto? Hazlo tú también conmigo. Bienvenida a la clase de Historia de la Magia en la que, por cierto, serás la única alumna este mes. Qué entretenido, ¿eh? —comentó, encogiéndose de hombros. Si bien le había costado arrancar, ahora iba ganando confianza. Se pasó una mano por el corto cabello plateado, desordenándoselo—. ¿Qué te ha traído hasta aquí? Quiero decir, sé que mi asignatura no es de las más populares dentro del Claustro, así que siempre os pregunto porqué venis. La mayoría lo hacen por su trabajo, porque lo necesitan para ascender o porque alguien los obliga a venir. Muy pocos lo hacen porque verdaderamente aprecien lo importante e interesante que es la historia de nuestra sociedad y de nuestros antepasados. Así que, cuéntame, ¿cuál es tu caso?

 

Aguardó entonces a que la mujer pudiera dar una respuesta, y entonces recordó que había olvidado algo.

 

¡Ah! También quiero saber... ¿te interesa algún hecho o personaje histórico concreto? ¿Alguna época? Sería interesante también delimitar ese tema porque, como podrás imaginar, es muy difícil abarcarlo todo. Y menos en una sola clase. Así que procuro que nos centremos en algo y... trabajemos solo con eso.

 

Sonrió de forma misteriosa, pues su forma de "trabajar" la historia era más bien práctica. Y un poquito ilegal, desde el punto de vista fiscal. Candela le permitía usar aquellos métodos porque, hasta la fecha, todo había ido como la seda. Aunque lo que la directora no sabía es que a la Gaunt le había costado mucho mantener esa apariencia. Mucho esfuerzo, riesgo y... galeones en algunos casos. Esperaba que aquel día no tuvieran que pasar por ningún mal trago de ese tipo.

 

 

@

AYlDcNN.gif


oizsVNM.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Miró a Anne un poco sorprendida, no se esperaba alguien tan abierto a nuevos métodos de enseñanza justo en una clase como aquella, dónde, en teoría, todo debía estar estructurado. La bruja meditó ambas respuestas, porque lo peor es que quizá ninguna de ellas consiguiera satisfacer la curiosidad de la profesora, pero decidió ir por la honestidad, aunque quedara mal.

 

— Quise estudiar Historia de la Magia, por nostalgia —dijo entonces y volvió a sonreír mientras se ataba el cabello en una cola alta—. No tengo ningún interés particular en volverme historiadora o bibliotecaria, pero solía conversar largar horas sobre el tema con una persona en particular, y lo disfrutaba. Pensé que inscribiéndome en la clase, lograría mantener fresco el recuerdo. Aun siendo magos, tenemos la memoria frágil y siento que incluso su rostro se escapa de mí, como arena entre los dedos.

 

¿Le escocían los ojos? Miró al suelo un segundo mientras tragaba saliva y se recomponía toda. Pobre chica, se la pasaba sin saber qué hacer, si dejar ir, si quedarse con lo poco que tenía. Si ir a trabajar como un ogro, o quedarse en casa llorando, y ahora encima de todo, se sinceraba con una completa extraña. ¿A quién debía culpar de todo eso? Ya estaba grande para chantárselo todo a sus lados adolescentes, ella jamás había sido así. Nadie la describiría como una bruja débil y sensiblera.

 

— Perdona, digo muchas tonterías cuando me levanto muy temprano —se aclaró la garganta una vez más y continuó, tratando de despejar la mente a la vez que movía la cola de caballo que se había hecho—, pues, ya que lo dices, me gustaría saber un poco más acerca de la Genealogía de Ottery. El origen de los Malfoy, Black, Potter Blue, Dumbledore, Gaunt, he vivido en este lugar del mundo poco más de tres años y me gustaría saber acerca de ello. Quiero saber porque la tercera guerra entre mortífagos y seguidores del fénix se dio justamente aquí, ¿qué tienen de especial estás tierras?

 

Giró un poco en el salón, tratando de sentirse tan cómoda como hacía un instante, y sin embargo sabía que no lo lograría. Anne había sido mortífaga igual que ella, y aunque las pérdidas eran distintas, la Yaxley se preguntó si también su profesora caminaba por un duelo del que nadie estaba hablando a grandes voces.

 

— Digamos mejor, que estoy interesada en algo así como “LA historia contemporánea de la Magia” —se rió luego de decir aquello.

 

@

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La respuesta de Maida no fue precisamente lo que había esperado en un primer momento. Se la quedó mirando, en silencio, Las ganas de ahondar un poco más en aquel tema parecían devorarla por dentro, pero hizo de tripas corazón por mantenerse rígida en su postura y, simplemente, dejar que la mujer pasara aquel trago lo más dignamente posible.

 

Esbozó una suave sonrisa cuando achacó todo aquello a haberse levantado temprano y asintió con la cabeza cuando preguntó por las grandes familias de Ottery St. Catchpole. Ese era un tema mucho más fácil de tocar que cualquier otro.

 

Oh, de acuerdo, me gusta ese tema. Aunque bueno, me temo que hablar de cada familia nos llevará un buen rato... sobre todo porque, en realidad, de esas son muy pocas las que tienen su origen en el pueblo. Pero bueno —comentó, mientras se dirigía a la parte frontal del aula y sacaba su varita. «Fulgura Nox», pensó.

 

El aire vibró de repente y una especie de sustancia líquida plateada fue apareciendo ante la bruja, conformando un portal en pocos segundos por el que podían pasar ambas con facilidad. Anne lo señaló con la cabeza mientras sonreía a la mujer.

 

Bueno, se me ocurre que podríamos visitar el Ottery de hace un siglo y que, desde ahí, podemos movernos a otras localizaciones si lo vemos preciso, ¿te parece? Cuidado con tu ropa, será mejor que no llamemos la atención. Un viaje en el pasado siempre es un riesgo, porque podemos hacer algo que cambie nuestro presente. O nuestro futuro —le resumió—. Así que, pase lo que pase y veas lo que veas, no intercedas. Lo mejor es que nos mantengamos al margen para evitar cualquier desastre, ¿vale? Venga, yo te sigo.

 

Tomó de nuevo su capa y se la echó sobre la ropa para cubrirla mientras su pelo se oscurecía lentamente hasta adoptar su color castaño oscuro natural. No cambió el corte, a pesar de que estaba segura de que no era muy común ver a una mujer con el pelo corto, pero eso le daba un poco igual.

 

Cuando atravesó el portal tras Maida, apareció en la plaza de un Ottery bastante más antiguo y, a la vez, mucho más alegre. Varios niños pasaron corriendo por su lado persiguiendo lo que parecía un pájaro de papel mientras un par de señoras caminaban tras ellos, sonrientes. Una de ellas las miró y las saludó con normalidad, gesto que Anne correspondió intentando mostrarse amable y agradeciendo haber hecho desaparecer el portal justo a tiempo de que no lo vieran. Se agarró mejor la capa para evitar que se viera la ropa que tenía debajo y luego hizo un gesto a la Yaxley para que caminara a su lado.

 

En esta época... creo que el pueblo tiene una mezcla de familias mágicas y no mágicas que viven en armonía. Las familias mágicas que hay por aquí y perduran en nuestro tiempo son los Weasley, por ejemplo. Y hasta hace poco los Diggory y los Lovegood, aunque creo que actualmente ya no queda nadie con ese apellido en el pueblo —miró a su alrededor, con curiosidad, mientras hacía memoria sobre los apellidos que conocía—. Los Dumbledore no sé de dónde vienen en sus orígenes, pero el dato más antiguo que conozco es de cuando se mudaron al Valle de Godric, a finales del siglo XIX o principios del XX, aproximadamente. Los Black provienen de Londres, siempre han sido más urbanos. Los Malfoy, sin embargo, habían preferido las mansiones a las afueras de las ciudades antes de asentarse en Ottery. Y los Gaunt... bueno, mi familia tiene un origen incierto y tan antiguo que es complicado hallar un punto concreto del que partir. Actualmente tenemos parte en Ottery, como sabes, pero también hay parte en norteamerica. Así que... una vez estamos aquí, concretemos un poco más para continuar, ¿te parece?

 

Y esperó para ver qué llamaba más la atención de Maida después de aquella charla improvisada de la Gaunt mientras caminaban por la antigua plaza.

 

 

@

AYlDcNN.gif


oizsVNM.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Crazy se pasaba tanto tiempo en la Universidad últimamente que a sus más de ochenta años empezaba a sentirse un poco como en su época de Hogwarts, emocionado por aprender algo nuevo sobre la magia cada día. En aquellos últimos meses deambulando por el ateneo en la eterna persecución del conocimiento había llegado a conocerse bien aquellos pasillos, de forma que encontrar el salón de clases no le resultó difícil y estuvo allí a la hora acordada. Le sorprendió encontrarla vacía.

 

- ¿Soy el primero? - reflexionó en voz alta - Nunca he llegado el primero a ningún sitio, creo

 

¿Se había equivocado de camino? Quizás no conociera la Universidad tan bien como creía. Echó un vistazo a su alrededor, confundido, pero descartó la idea con rapidez. Sabía perfectamente dónde estaba y las instrucciones eran claras. De forma que o se habían ido sin él o aquello era una prueba, como de costumbre. Se acercó al escritorio del profesor y vio un pequeño sobre al lado de una estatuilla con forma de zorro, que no dudó un instante en abrir.

 

- ¿Así que esto va de diferencias? - dijo en voz alta a la sala vacía -

 

Reflexionó la respuesta unos instantes, una de ellas era una pregunta difícil, compleja por sus muchas respuestas posibles. La otra era simplemente difícil de responder con sinceridad.

 

- Bien, la diferencia entre hechizo y maldición es puramente académica - dijo prosiguiendo con su soliloquio - Siete categorías artificiales que los magos hemos creado para organizar la magia que canalizamos de una forma que nos parezca más comprensible y su insondable misterio no termine por abrumarnos. Así que mi respuesta es que no existe ninguna diferencia en su esencia, son diferentes caras de un mismo polígono

 

Observó a su alrededor preguntándose porqué le gustaba tanto hablar solo, quizás fuera cosa de la vejez. O quizás Jock estuviera escondido en uno de los armarios, escuchando su perorata.

 

- Lo que es correcto lo determina el paradigma moral dominante, que es impuesto por la élite que controle la sociedad mágica - los recuerdos acudieron a su mente y sonrió con cierta nostalgia - ¿No es esa la esencia del conflicto mágico? ¿Qué son los mortífagos sino un grupo rebelde que cuestiona la brújula moral imperante y busca sustituirla por la propia? ¿Deben los muggles dominar el mundo como hasta ahora o deben ser los magos? ¿Debe la magia ser secreta? ¿Justifica el fin los medios? El privilegio de responder a esas preguntas corresponde a los ganadores

 

En cuanto hubo pronunciado la última palabra la pequeña estatua se abrió, dejando caer una habichuela que nada más tocarla comenzó a reproducir una especie de proyección astral de un mago haciendo magia. Dedujo que había superado la primera prueba, así que la hipótesis de que el profesor estuviera dentro de uno de los armarios comenzó a cobrar fuerza en su mente. Sin embargo los hechizos que la figura mágica iba lanzando en bucle captaron su atención.

 

- La maldición cruciatus - musitó en voz baja - Vaya, esta clase va a ser interesante...

 

Varias décadas luchando al frente de aquella guerra interminable lo habían obligado a trabajar estrechamente con ese tipo de magia pero no esperaba verla allí, tenía amigos que habían sido encarcelados solo por hablar de ella.

 

- La maldición del fuego demoníaco, la corruptora, la paralizante - enumeró - .... Y, por supuesto, la asesina

 

Al escuchar la última palabra la figura se detuvo, parando en el aire el movimiento ascendente de su varita y quedándose un instante completamente rígida, antes de arrodillarse y cruzar los puños sobre el pecho, dibujando un gesto de invitación al duelo que Crazy estaba seguro que llevaba sin usarse al menos dos siglos.

 

- ¿Quieres pelear?

 

La figura asintió.

 

- ¿Vas a pagar tú los desperfectos? Lo primero que rompo suele ser el techo

 

La figura no respondió, resultando todo lo indecisa que una proyección astral sin rostro definido podía llegar a parecer.

 

- Me lo imaginaba, entonces no hay duelo, dime dónde está Jock

Sapere Aude - Mansión Malfoy - Sic Parvis Magna

e9fce1927d8e31c2469fa7dab945ea54o.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

Sarah Gaunt ~

 

Los pasillos del Ateneo de Conocimientos eran unos absolutos desconocidos para la joven Gaunt, que no podía cerrar la boca desde que había puesto un pie en la institución. Sus amplios pasillos junto con su aire solemne y antiguo hacían del lugar un objetivo de lo más llamativo para la muchacha, que llevaba un rato dando vueltas por los terrenos sin recordar el motivo por el que estaba allí.

 

¿Buscas algo, joven?

 

Sarah se giró, sobresaltada, y se encontró frente a un hombre de cabello canoso y no mucho más alto que ella. Posiblemente era algún profesor de la Universidad, dedujo.

 

Ah, hola... sí, lo cierto es que venía buscando... —su voz, cantarina y aguda, vaciló en el último momento porque no recordaba porqué había ido hasta allí. De repente se le encendió la bombilla—. ¡Ah, sí! Venía buscando a mi madre, o a mí tío Emmet en su defecto. Hemos tenido... bueno, que tengo que contarles una cosa. ¿Puede ayudarme? —finalizó aquella explicación con la mejor de sus sonrisas, sabiendo que aquello le daba un aire inocente y dulce prácticamente irresistible.

 

— ¿Has dicho Emmet? Él quizás esté en los invernaderos, o en algún aula, aunque no sé si se está impartiendo herbología este mes. Tu madre entonces será la señora Gaunt, ¿no?

 

— Señorita, señorita Gaunt. Si oye eso de señora, es usted hombre muerto. Quiero decir, que no le sentaría muy bien, no me malinterprete —corrigió sobre la marcha fingiendo una risita inocente no muy convincente que no consiguió calmar el rostro alarmado del hombre. Su madre no tenía buena fama social... eso era un hecho, y también un hándicap para ella y para su hermano desde que nacieron.

 

Ella... bueno, lo cierto es que procuramos no cruzarnos en su camino, pero suele moverse por las aulas de esta parte del edificio —el hombre señaló con la mano la dirección que Sarah debía seguir—. Suerte en tu búsqueda.

 

— Gracias, ¡muy amable!

 

Sarah le dio la espalda y salió dando saltitos hacia la edificación que tenía a su espalda, y entró por la parte que aquel desconocido le había indicado. Una vez entró en un empedrado pasillo amplio y bien iluminado, se detuvo. ¿Y ahora qué hacía?

 

Ni corta ni perezosa, empezó a tocar puertas y a asomarse al interior de cada estancia, la mayoría de las cuales estaban cerradas o desocupadas. Pero de una de ellas salía ruido, parecía que alguien hablaba con otro alguien. O quizás estaba hablando solo. Un hombre.

 

Sarah empujó la puerta despacio y descubrió a un hombre atractivo y entrado en años que hablaba a una imagen extraña, una especie de proyección astral. Frunció el ceño, ¿qué era eso? ¿Y quién era él? Su rostro le era un poco familiar...

 

Aguardó tras la puerta un poco, viendo cómo aquella imagen hacía una exageradísima inclinación ante el hombre quién, entendiendo el gesto, se negó a mantener un duelo con él.

 

Joper, pues vaya aburrimiento... sería interesante ver cómo mantienes un duelo contra esa... cosa. ¿Qué es eso? —exclamó sin poder contenerse, entrando en la estancia y sin apartar la mirada de la proyección. Luego miró al hombre, que seguía sonándole mucho—. Oye, tu rostro me es familiar... ¿nos conocemos de algo? La verdad es que salgo poco de casa, mi madre dice que soy un peligro público. Pero juraría que te he visto en alguna parte... En fin, ¿qué haces aquí?

 

 

@@Crazy Malfoy

AYlDcNN.gif


oizsVNM.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La figura fantasmal lo miraba con sus ojos vacíos, inmóvil con una actitud que parecía querer transmitir "tengo todo el tiempo del mundo, las proyecciones no nos morimos". Crazy seguía sin saber dónde se hallaba su profesor, ni si su ausencia se correspondía con laguna clase de prueba. Había pensado lo de los armarios en broma, pero, ¿Y si...? Decidió salir de dudas y fue abriendo los muebles uno por uno, para comprobar que su hijo no lo estuviera espiando por alguna mirilla mientras se esforzaba por dialogar con un fantasma mudo. No hubo suerte, de forma que se giró hacia la proyección astral mientras se daba un masaje en las sienes, confundido.

 

- Eres un tipo callado, así que te voy a llamar Loro

 

Por toda respuesta la figura volvió a esbozar aquel anticuado gesto de invitación al duelo.

 

- Y cabezota también eres, desde luego

 

En ese momento entró una chica de talante alegre. Después de haberse pasado los últimos veinte minutos inmerso en un soliloquio con una especie de grabación mágica, la concatenación de frases que le dirigió como saludo le dejó algo aturdido. Su rostro le sonaba de algo, como si la hubiera visto en algún sitio, pero los rostros jóvenes tendían a confundirse en su memoria por la falta de práctica, ya que todos sus amigos eran unos vejestorios.

 

- ¿Un duelo contra Loro? Yo solía dirigir ejércitos a la batalla, ¿Sabes? Vivía cotidianamente en la fina línea que divide la vida y la... ¡¡Ay!!

 

La proyección le había lanzado una especie de maldición por la espalda que le dejó el brazo izquierdo entumecido, no había emitido sonido alguno al hacerlo pero el no pronunciar los embrujos no le restaba un ápice de poder, al parecer.

 

- Serás tramposo, maldita rata de alcantarilla...

 

La figura no se detuvo y le lanzó un nuevo hechizo, que Crazy se vio obligado a detener con un hechizo deflectante. Trazó un rápido arco con la varita y una llamarada de fuego esmeralda salió despedida hacia Loro, dejando a su paso una estela de humo púrpura suspendida en el aire. Su contrincante la hizo desaparecer con un intrincado movimiento de varita que Crazy nunca había visto antes.

 

- ¡Oye! - le dijo a la muchacha recién llegada - ¿Te apetece una llevarte esta mascota mágica? Es como un fantasma, solo que más pesado

 

 

Sapere Aude - Mansión Malfoy - Sic Parvis Magna

e9fce1927d8e31c2469fa7dab945ea54o.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Sarah Gaunt ~

 

La joven necesitó varios segundos para procesar las primeras palabras que aquel hombre le dirigía. Se le quedó mirando con rostro inexpresivo, pensando en quién demonios sería Loro. Sarah abrió la boca para responder pero, justo entonces, aquella especie de fantasma atacó al hombre por la espalda, haciendo que la muchacha soltase un gritito de emoción.

 

Ay sí, señor dirigente de ejércitos, ¡dale una paliza a esa cosa! O me parece que la fina línea la vas a cruzar tú en breves...

 

Él se defendió en el segundo ataque, aunque parecía tener cierta molestia en un brazo. Arqueó una ceja, tampoco es que fuera su problema. Con pasos rápidos, se alejó de ellos y se sentó sobre un pupitre pegado a la pared lateral para no perder detalle de la contienda, aunque parecía que no duraría demasiado porque el hombre, aunque viejo, parecía bastante diestro en aquel tipo de magia.

 

¡Vamos, fantasma raro! ¡Un poco de acción! ¡Que el abuelete no se salga con la suya!

 

De repente se acordó del motivo por el que había ido al Ateneo. ¡El desastre de la sala de estar de la planta baja del castillo! La impaciencia por contarle a su madre el accidente que había provocado su hermano mellizo con sus experimentos la había llevado hasta allí en lugar de esperar a la noche. Debía seguirla buscando... o no. Aquella clase también estaba interesante, sobre todo porque tenía curiosidad por ver cuál era el punto débil de una creación como aquella.

 

Las palabras del hombre la sacaron de sus pensamientos. Y se lanzó a tutearlo

 

¿Llevarme eso como mascota? Tú quieres que mi madre me eche a patadas de casa, ¿cierto? —se llevó una mano a la cara teatralmente, sin perder detalle del nuevo maleficio que volaba directo hacia aquel tipo cuya cara seguía resultándole familiar—. Si aparezco con una cosa así... buah, no conoces a mi madre. Es una bicha. Pero bueno, no deja de ser mi madre y la quiero igual. Además... ¿cómo piensas exactamente vencer a esa especie de fantasma? Es muy raro... ¿y cómo sabe lanzar hechizos? No sabía que los fantasmas pudieran hacer eso. Que nadie se lo cuente al del castillo Gaunt, por Merlín... lo que nos faltaba.

 

 

 

@@Crazy Malfoy

AYlDcNN.gif


oizsVNM.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.