Historia de la Magia ~ Conocimiento de Maldiciones

[Crazy Malfoy]

- ¿Y tú cómo sabes que no conozco a tu madre, niña? Si yo te contara a la cantidad de guateques a los que fui en mis tiempos, era todo un Don Juan

 

La joven bruja enarcó una ceja con incredulidad. No es que Crazy no fuera un hombre atractivo, sin embargo a ciertas edades cualquiera que supere la treintena es percibido como un vejestorio con medio pie en la tumba. Bendita juventud.

 

La proyección reclamó su atención lanzando un nuevo hechizo, que rechazó con un protego mientras evaluaba la situación. Había probado todo tipo de ataques físicos, incluyendo varias maldiciones declaradas ilegales en la mayoría de países, y sin embargo Loro era intangible y se había limitado a ignorarlas. Había intentado también hechizos de parálisis, y hasta un hechizo egipcio que servía para expulsar espíritus, con idéntico éxito.

 

Los ataques de la proyección seguían viniendo uno detrás de otro, rechazaba la mayoría pero había dejado que uno le impactara a propósito, para tratar de entender su tipo de magia, pero no había obtenido más que una tomara. Para más inri, la joven espectadora había juzgado apropiado ponerse del lado del fantasma, jaleando sus aciertos con algarabía. No es tampoco que esperara ningún tipo de ayuda, pero hubiera agradecido al menos cierta neutralidad.

 

- Enfócalo como un rompecabezas - murmuró para sí mismo -

 

Puso la mente en blanco y se esforzó por ver y no solo mirar, abstrayéndose de las distracciones que lo rodeaban. Trató de analizar la proyección astral, detectar su naturaleza, el tipo de magia que la generaba, las pistas o remanentes mágicos que su creador pudiera haber dejado. ¿Había sido Jock? De ser así, ¿Porqué había elegido aquel tipo de prueba en concreto?

 

- Diablos, no eres un fantasma sino una maldición, ¿Verdad?

 

Loro no respondió, pero su impertérrita expresión parecía a punto de esbozar una sonrisa. Crazy recorrió la sala con la vista, sabiendo que las maldiciones más poderosas - y aquella lo era - solían estar ligadas a objetos de los que emanaba su poder, por ejemplo ese había sido el caso del celebérrimo diario de Tom Ryddle que su inepto predecesor como patriarca había malgastado en una adolescente.

 

- ¿Lo he tenido delante desde el principio, verdad?

 

Lanzó un furioso latigazo con su varita de madera quemada y una sinuosa serpiente de fuego maldito voló hacia la figurita con forma de zorro que había sobre la mesa del profesor, devorándola en apenas un instante. Loro se detuvo entonces, cincunspecto, y elevó la varita al rostro en un rígido gesto de despedida que no se usaba desde el siglo pasado.

 

- Ha sido agradable luchar con alguien más viejo que yo - dijo imitando su anticuado gesto -

 

La proyección estalló en volutas de humo, dejándolo solo en la compañía de aquella chica tan maja que había animado a su rival.

 

- Creo que no me he presentado, soy Crazy Malfoy - dijo extendiendo la mano - ¿Me acompañas a la salida? Creo que estábamos hablando de tu madre...