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Robo de fragmento desconocido del Libro de Thot


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Derhorm. una semana antes.

 

Sin lugar a dudas no le gustaba el verano. Demasiadas caras alegres para su gusto y por supuesto, hermosos dias de mucho sol y cielo azul para pasear en pareja. Exactamente no se podria decir que fastidiaba mas a Derhorm si el hecho de que con tanto sol su piel blanca fuese demasiado visible, casi brillante, lo que lo hacia dificil pasar desapercivido (como le gustaba pasar para sus negocios) o el asunto de pasear en parejas. Acostumbrado como estaba a esta dimension no es que pudiese hacer algo para remediar su fastidio, o sea nada de crear cielos nublados, lluvias torrenciales, neblinas espesas, en fin todo lo que pudiera hacer lugrube y deprimente un lugar, tenia que aguantarse. De hecho lo unico que le alegraba el dia (generalmente noches) eran sus trabajos, los planes bien trazados y el mover las piezas bajo su mando como si fuese ajedrez. Claro de esto actualmente habia poco, con una guerra en ciernes y la seguridad ocupada al maximo mejor no tentar la suerte a no ser que la paga valiese la pena.

 

Bajo la influencia de estos pensamientos Derhom farfullaba sentado en un viejo sofa en un habitacion bastante despoblada. Tomando en cuenta la inercia de dias anteriores hoy de seguro no habria mucho cambio y el viejo ya entraba casi en modo cascarrabias. Pero, la suerte? vino en su ayuda y de estar desanimado en ese sofa se alzo como accionado por un resote cuando recibio por el medio de comunicacion caracteristicos un encargo del Simposio de los Ladrones.

 

El encargo no es que fuese nada del otro mundo a priori, una foto en cuestion de un baul mediano de madera recubierto en oro, una tarjeta con el nombre Zabini y la remuneracion por el servicio si este se llevaba a cargo sin problemas. La cara de Derhorm en ese momento era algo feo de ver, en ese rostro palido de muerto habia aflorado una sonrisa (o mueca) que junto al brillo de los ojos daban una imagen perturbadora. Sin lugar a dudas no era un rostro para hacerlo reir. Pero regresando al tema que lo habia puesto de mejor humor, pues el anciano tomo una frasco de metal hecho las pistas en el y con un chasquido de dedos estas comenzaron a incinerarse. Sin mas se vistio y salio a disfrutar el verano a su manera.

 

Mentalmente ya habia separado sus misiones. primero averiguar sobre los Zabini, sus movimientos y el lugar de residencia. A fin de cuentas mientras mas informacion mas detallado podria ser el golpe. Lo segundo seria movilizar a los apoyos necesarios, cuanto menos mejor, en estas cuestiones las ratas callejeras atrapadas tendrias a revelar informacion, tal vez necesitaria ayuda. Si, habia mucho por hacer.

 

Derhorm, hora del suceso.

 

Derhorm sonrio viendo, desde un lugar apartado cerca de una darsena del puerto de Poole, como se acercaban los encargados de llevar la operacion de traslado. A el no le gustaban mucho los negocios de contrabando, pero sin duda alababa la habilidad de su colega para realizarlos. Una lastima que ahora mismo estuviesen en extremos opuestos y que el supiera quien saldria perdiendo.

 

A pesar de la poca informacion que llego en el encargo y que presagiaba un desafio a su intelecto, nada mas comenzo a estudiar a las victimas y todo fue cayendo en su lugar por lo que el esfuerzo de planificacion fue casi nulo. Por lo descubierto y ante el escenario de una guerra los Zabini se repatriaban a Italia asi que para mover sus pertenencias sin percances y lo mas rapido posible habian visitado el negocio de cierta bruja de pelo violeta, la cual pidio ayuda a mi colega para evitar estrictos controles adueneros tanto magicos como muggles y ya con esta informacion y la experiencia adquirida, Derhorm sabia como actuar. Solo fue vigilar a algunos de los contactos que manejaba su colega para estas situaciones y ya esta, ya tenia el lugar de salida. Y aqui estaba, con un grupo de acolitos para asaltar el convoy.

 

Veinte minutos fue lo que duro y ya tenia en su poder el cofre. Para dejar entrever que habia sido un robo generalizado dejo que sus compinches se llevaran el resto, algo que agradecieron en gran manera, evidentemente lo que se llevarian les harian facil la vida unos cuantos meses y si lo lograban canjear bien incluso hasta años. Asi el palido ser dejo la escena del crimen y cuando llego a un lugar seguro miro con detenimiento el cobre que tenia ante si. Tenia curiosidad y aunque sabia que no era correcto hurgar tambien conocia que en las indicaciones no prohibian hacerlo. Honor entre ladrones????. Nah eso no existe. Sin mas se apresuro a abrir con cuidado el cofre, sabiendolo magico utilizo todas sus destrezas hasta que pudo vislumbras su contenido.

 

-Que???.....pero si es......-dijo Derhorm sorprendido ante lo que veia y si la sonrisa no lo hacia nada atractivo su rostro, la sorpresa menos.

 

Ante si tenia un fragmento original del famoso Libro de Thot, Derhorm lo conocia, de hecho lo habia investigado como una posible via para regresar a su dimension, pero al estar sus fragmentos disgregados por el mundo y con una pieza faltante pues habia perdido sus esperanzas. Sin embargo ahora tenia un pedazo frente a ti y daba por seguro que este era ese pedazo faltante. Ahora mismo estaba ante un gran dilema, cumplir el contrato y entregar el fragmento del Libro o buscar su propio bienestar y regresar a casa. Una vez mas paso por su mente la misma idea que antes Honor entre ladrones????. Nah eso no existe.

 

 

Aqui dejo el link al topic organizativo, donde se tendra un resumen actualizado de la trama.

Editado por Sean di Spinneto IV

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QNXIdPO.jpg El Circ dels Joglars, cinco días antes:

 

El ruido atronador de los aplausos dejó paso al ruido de los tambores y las trompetas. Realmente, no sé porqué tanta fanfarria para una función nocturna en el Circo en un día laborable. Hubiera preferido tener libre este día, sobre todo porque el ambiente de Guerra se respiraba en toda Ottery y la gente tenía miedo de salir de casa. Algo muy normal, las familias se preparaban para un futuro incierto en el que, si el ejemplo de las otras guerras que los más mayores habían vivido y contaban a sus nietos, el enemigo podría estar entre los vecinos.

 

Pero el espectácul0 debe continuar y una ha de vivir con sus trabajos y si hay gente que paga entrada, hay que ofrecerle los servicios por los que pagan. Era por ella que aquella noche, ella había actuado ya como payasa pitonisa y, ahora, iba a llevar a cabo otro tipo de su trabajo, tal vez no tan conocido por el resto de convecinos.

 

Entré con paso rápido en la roulotte y miré a los lados antes de cerrar la puerta. No hizo falta poner ningún hechizo de protección porque éstos ya rodeaban el Circo. Aún así, no pude evitar echar un vistazo hacia la ventanita de madera que agujereaba la pared sobre la que se apoyaba el diminuto catre, con las sábanas arrugadas y un montón de ropa encima de ellas. No sé cómo lo hacía pero estaba segura que Sean ya estaba allá, tras haber burlado las defensas de mi reducido habitácul0. Medio sonreí cuando le sentí. No había faltado a la cita.

 

-- Te hubiera citado en el despacho de la Agencia de Viajes pero me temo que no hubiera sido tan glamouroso como este lugar, querido Sean.

 

¿Querido? ¿Desde cuándo trataba así a su futuro-nongrato marido de su hija Perenela? Pero las relaciones familiares son una cosa y otra muy distinta el trabajo donde esperaba sacar un dinerito extra. Y hay que saber separar, así que me volví hacia Sean, sabiendo que él no dudaría en aprovechar su vestimenta para lanzarme algún "cumplido".

 

-- Al grano, que aún me queda una función de apoyo al Escapista. Por si falla y tenemos algún espectador perdido en el limbo... -- Volví a sonreírle; seguro que eso le pondría en alerta. Yo nunca le sonreía. -- Necesito tus servicios.

 

Una alarma sonó a lo lejos. El Circo estaba lo suficientemente lejos del pueblo como para que todo pareciera muy lejano pero hasta allá llegaban las señales de escaramuzas que se sucedían en Ottery; en toda Londres en realidad. Sacudí la cabeza en un gesto enérgico y mi pelo volvió a ser violeta y mi cara volvió a la propia, sin esa máscara de payasa que solía llevar (transformada, en realidad) en mis actuaciones. Sólo el vestido y los adornos recordaban que acababa de actual en el Circo ante un público exigente.

 

-- He pensado en ti porque se parece bastante a esos chanchullos de contrabando en los que te mueves. -- Levanté un dedo para atajar la protesta simbólica de Sean. -- Ni lo intentes, que nos conocemos. Los dos. Sabemos demasiado el uno del otro para disimulos. Estamos en guerra. O casi. Bulgaria, los Países Bajos, Italia... Algún país más se unirá a ellos antes de que acabe la semana y estaremos en peligro, si no lo estamos ya.

 

Me senté en un pequeño taburete, indicándole que podía hacerlo él también en la cama. Estaba segura que, a pesar de sus conocidos escarceos amorosos en miles de flores femeninas, nunca asimilaría ese gesto como una invitación a algo más íntimo. El gesto de mi ceja era claro, que ni lo pensara por un momento. Teníamos trabajo.

 

-- La Familia Zabini tiene orígenes italianos y tal vez su apoyo no sea tan leal a Inglaterra como debiera. -- Me encogí de hombros, cada quien era libre de apoyar a quien quisiera. -- Temen represalias o, sencillamente, temen la guerra, como todos debiéramos temer. Van a trasladar parte de su hacienda a ese país y temen encontrar problemas en la Aduana. Es por eso que han recurrido a mí y yo recurro a ti.

 

Guardé un momento de silencio para que Sean entendiera por donde iba. Después, proseguí.

 

-- Yo tengo las rutas de salida, gracias a la Agencia de Viajes "El Fenix Aventurero" y tú los contactos que faciliten la salida del país. Si accedes, nos pagan el 10% del valor de lo que saquen así como una cantidad fija por el traslado de los miembros de la familia que lleguen a destino. Es una cantidad de galeones importante pero también... es una aventura interesante. Cuento contigo, Sean... Ya que eres un miembro de la familia sabrás que la familia "trabaja" unida, así que... ¿Cómo montamos la ruta de escape?

 

Me crucé de piernas y jugueteé con una carta del tarot. Fruncí el ceño. El Hierofante... No parecía muy apropiada en aquel momento.

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Ministerio de Magia. Piso del nuevo Accidentes. (Actualidad)

Definitivamente no se terminaba de acostumbrar a ello.

Habían tenido que mudar toda la oficina, sillas, sillones, escritorios, los globitos parlantes, su piraña y sus hermanas, todo lo que habían ajustado de las nuevas oficinas a unas todavía más nuevas y que la hacían sentir escalofríos, como si ahora estuviesen expuestos todo el tiempo; no, definitivamente para los vampiros el gusto por el cambio tenía que ser suave, ligero y discreto pero aquel había sido tan rápido que aún se sentía como si tuviera que correr con su caja de cosas, como si hubiera sido despedida.

Ahora se encontraba de pie delante de lo que era su nueva oficina, una que se complementaba con lo que era la habitación normal de cualquier Jefe de Departamento... pero con el título cambiado de "Jefa de la División de Indebidos" a "Jefa Especialista en Pociones"

Si, recordaba haberle dicho a Matt que de haber ese puesto, lo querría pero ahora tenerlo delante...

Sus ojos rojos vagaron por toda la habitación hasta detenerse en la discreta puerta al fondo del lado derecho, cerrada bajo cerrojo y con los suficientes hechizos para detener a cualquier listo que intentara ingresar sin su expreso permiso.

Daba a lo que parecía ser un cambio total, un largo entramado de escaleras de piedra que descendían hasta finalmente, terminar en otra puerta estilo calabozo y luego, abrirse a un laboratorio gigante con el material suficiente como para envenenar a China si así lo desearan sus líderes. Debido a que era un trabajo en el Ministerio, el laboratorio tenía que ser suficientemente grande y preparado para todas las investigaciones que involucraran al Departamento de Accidentes, así que...

Sacudió la cabeza con los ojos cerrados

Lo mejor sería que tomara un poco de aire antes de comenzar con sus nuevas labores o aquel día sería muy, muy pesado

Se dirigió a su viejo escritorio ahora localizado en un nuevo piso (esa palabra "nuevo" seguía haciéndole sentir escalofríos) y colocó la última caja con sus cosas, cuando notó aquel pergamino encima de su bandeja de deberes

Lo tomó entre los dedos y frunció el ceño

Tan rápido y ya había trabajo?

-Alguien sabe si Matt ya ha llegado!? -preguntó en voz alta, desenrollando aquello para comenzar a leerlo mientras trataba de ignorar los pasos apresurados de los magos y brujas que, en el exterior de aquel piso iban de un lado a otro por algunas cuestiones que ella todavía no preguntaba

Al menos si tenía que informarle de aquello porque estaba segura, de que no faltaría mucho para ser llamados

Editado por Hayame Snape Potter Black
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Sean, hace 5 dias. Circ dels Joglars

 

No me gustaba lo que ya se estaba volviendo costumbre. Mire de nuevo el mensaje y me encogi de hombros. Tendria que ir al Circo de mi casi-suegra y esperaba que esta vez para hablar de temas mas gratos que el catering de la boda, que dicho sea de paso aun mentenia pese a que mencionarlo le aumentara la vena en la sien a Sagitas. Me vesti y sali sin apuro aunque el trayecto por via convencional, no magica, se demoro su poco. Asi algo entrada la noche llegue al lugar y mezclandome con el personal me adentre en el circo. Como es caracteristico pase desapercivido..aunque no algunas chicas en mallas y letex que vi a hurtadillas, claro no me podia demorar ahi asi que segui camino hasta una puerta con imagen de payaso. No conocia a Sagitas en esa faceta, pero sabia que era su hobbie de ratos libres asi que sacando unas ganzuas adecuadas para todo tipo de usos entre y para mi poca sorpresa....en serio un monton de ropas sobre el catre....que desorden...asi no se le podia dar un uso adecuado con las chicas que habia visto antes..mal..muy mal. Sonrei, no era que me importase mucho el desorden pero al menos asi podia tirarle a Sagitas. Ya adentro lo unico que faltaba era esperar.

 

Por suerte los aplausos meindicaron la culminacion de un acto y montando una pose gallarda mientras me apoyaba en la pared para generar efecto espere por la llegada de anfitriona. Esta no demoro mucho pero su estrafalaria indumentaria me hicieron morderme la lengua para no soltarle unas sonoras carcajadas. Sagitas no parecio impresionarse de que ya estuviese ahi y me dio saludo cargado de ironia, si iba a empezar la guerra de puyas....es bueno que ya avisara.

 

-Querido Sean???...lugar glamouroso???...este...supongo que con esa indumentaria todo se te perdona...incluso las lagunas mentales.-dije en broma y en serio, cualquiera que la viera no la reconoceria. Y sobre este antro....pues combinaba con ella y con el glamour saliendo por la ventana.

 

Pero claro, no estabamos ahi por un debate intelectual de ver quien molestaba mas a quien, algo que parece que una alarma que sono le hizo entender asi que fue directo al punto. Salvo la obviedad que cuando hablabamos de negocios nos entendiamos bastante bien y el hecho de que discordara con el termino "chanchullos de contrabando" la introduccion fue satisfactoria. Y ya llegado al desarrollo sonrei. Al parecer aun en guerra uno podria hacer galeones ilicitamente. Preste atencion mientra hacia mis anotaciones mentales.

 

Si, con el hecho de esta "guerra" andando, los controles de seguro que serian muy estrictos, posiblemente fronteras cerradas y mas con alguien oriundo o de ascendencia italiana. Por lo que entendia que el negocio se hiciese bajo el telon. Ya en este tipo de trabajos Sagitas y yo teniamos experiencias, pero si era casi mudar una familia requeria de alguna logistica adicional.

 

-Podrias ahorrarte el tema de la familia, aun si no lo fuera aceptaria el trabajo.-dije ante esa insinuacion que dudaba de mi profecionalidad. y ya que preguntaba por la salida pues mejor adelantarle algunas ideas. -Bien, hace falta que una de esas "vias de escape" haga escala en el puerto de Poole. No es muy importante y no tiene mucho trafico, por lo que en la madrugada y antes del cambio de turno (hora en que casi siempre muchos se encuentran durmiendo sean autoridades del puerto o no) pueda con embarcaciones pequeñas evitar el control.

 

Respire profundo dejando los detalles para mas adelante.

 

-Bien ya creo que tenemos un plan- dije sonriendo- y.....aqui no hay bebidas para brindar por los negocios???

 

 

Sean Actualidad. Una hora despues del atraco.

 

Algo habia salido mal y me molestaba el no saber que. Instantes despues de que ocurriera el hecho habia sido avisado y sin esperarlo dos veces me persone en el lugar antes de que cualquier otra cosa hubiera sucedido. De los que pertenecian al convoy no saque informacion utilizable y solamente modifique en algunos aspectos sus memorias para evitar un mal mayor. Yo no le habia dicho a nadie de esta ruta, ni siquiera a Sagitas y no queria creer que fuese una casualidad, no...las casualidades no existen.

 

Medite un poco mientras mandaba a poner en buen resguardo lo que habia quedado. Tendria que ver a Sagitas, a fin de cuentas era ella la que daba la cara a los Zabini. Me carcomia la duda y para estas cosas era quisquilloso...contando con que de los implicados habia verificado bien sus memorias y nadie parecia saber nada, que yo no habia dicho nada solo dejaba una opcion. Que me hubiesen puesto una cola...si...eso podria ser....pero que traerian los Zabini tan importante como para un trabajo tan conciensudo???....eso era lo primero que habia que averiguar.

 

Media hora despues abria la puerta de la Agencia de Viajes presidida por Sagitas para encontrarmela tras un buro- Sagi, malas noticas -ahora venia la parte ironica del asunto- nos han robado.

 

 

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Ministerio de Magia. Piso del nuevo Accidentes. (Actualidad)

La bruja estaba de un humor horrendo.

Nadie del departamento había llegado todavía y aunque eso era común desde que tenía memoria, en aquellos momentos donde estaban re-organizando a todo el Ministerio de Magia necesitaba de forma urgente a sus empleados o al menos, a sus compañeros jefes o a su director para la toma de decisiones acerca de lo que iba a seguir; pero en algunas ocasiones la pelirroja se daba cuenta de que, bueno, era Accidentes, lo que significaba que entre tantos locos las opciones estaban bastante limitadas a si no se había atravesado un duende de las alcantarillas que necesitara alimento o el intentar procurar una poca más de luz de sol... 30 pisos más abajo de lo necesario.

Eso se traducía en dificultades para llegar a acuerdos entre ellos mismos a menos que surgieran emergencias de verdad que los volvieran locos (en una locura no producida por ellos) por lo que en esos momentos, la Snape se las iba a tener que bastar a solas para resolver aquel entuerto

El pergamino que había recibido era acerca de un asunto donde se les pedía ser discretos. Mucho.

Alguien había dado un pitazo sobre una agresión (sin especificar demasiado) y habían visto a un pariente de ellos por el lugar.

Al parecer el que les había enviado el informe lo había hecho con la intención de que el departamento de accidentes atendiera antes de que empezara a correrse la información como la pólvora encendida y tenía sentido, porque si las cosas eran como lo decía aquel papel, los malentendidos no iban a ser suficientes para salvar nada.

Se hizo el largo cabello hacia atrás y buscó entre sus cajones la vieja insignia de la División de Indebidos

Aquello no tenía nada que ver con las pócimaspero siempre podía excusarse de investigar rumores acerca de uso de Magia Indebida cerca del sitio del siniestro, por lo que se caló su vieja capa de viaje y salió del departamento, después de dejar al menos treinta notas entre Matt y el resto de Accidentosos para que la fuesen a buscar con lo ocurrido.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Unas horas mas tarde, se encontraba en la casa de su hermana con un par de elfos donde uno la veía nerviosamente y el otro, como siempre, parecía que odiaba a la Snape desde la punta de sus zapatos hasta el último de sus cabellos.

Ella y harpo jamás habían conseguido congeniar

-Qué quieres decir con que mi hermana no está aquí!? -le chilló la pelirroja al elfo doméstico, agitando fuertemente el pergamino en su mano -que es una emergencia, j---r!!!

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Agencia de Viajes "El Fenix Aventurero", en la actualidad:

 

Me salía la vena de pitonisa al estar ordenando los catálogos en los diferentes mostradores y noté que los había dispuesto como una tirada de cartas del tarot. Enarqué la ceja, divertida al darme cuenta que uno estaba de lado, fuera del montoncito. Lo tomé y, extraña, arrugué el ceño. ¿Una excursión a las islas de Poole Harbour entre los panfletos de excursiones internacionales? Aquel debía ir a excursiones del país, no en aquel... ¿Por qué aquel lugar precisamente?

 

No quise darle ninguna connotación negativa. Sólo un error de clasificación. Aún así, aquel nombre se me atragantó mientras esperaba el regreso de mi autobús privado. Sabía que había ido a un cierto lugar que no conocía y en una misión que sólo intuía pero... Me quedaba un regusto acre de intranquilidad que perduró toda la jornada. Los panfletos ordenados, algunos clientes despistados que pasaron a mirar excursiones locales... La gente no estaba para nada más grande viendo la situación política del país. ¿Quién se iba a arriesgar a un crucero por la antigua magia de las islas griegas si en cualquier momento podía estallar la guerra? Eso daba miedo. Yo no había vivido aquellas anteriores guerras mágicas aunque había oído hablar tanto de ellas que prefería no vivir ninguna.

 

Sonó un estallido por algún lugar cercano y aquel regusto volvió de nuevo a mi boca. Supongo que eran los nervios. Los Zabini habían partido en algún momento a algún lugar, con mis bendiciones de sacerdotisa y con unas cuantas bolsas de galeones de menos que habían pasado a mi poder. Eran una parte mínima del pago que nos pertocaría cuando todo acabara. Las lágrimas de una de las mujeres, con el bebito en los brazos, me hizo sentir un poco mala persona por aceptar el dinero en aquel momento de desesperación pero untar a ciertos funcionarios y pagar a los que acompañaban a Sean en sus fechorías no era nada barato.

 

Sonreí al abrirse la puerta. Hablando del Gusamoco de mi casi-si-no-lo-impido futuro yerno, allá estaba. Es que se olía el dinero y seguro que venía a pedirme su parte. Sin embargo, la sonrisa fue desapareciendo a medida que se acercaba; noté que algo malo pasaba.

 

-- Sagitas, plis. No me gusta que me acorten el nombre. ¿Cómo que...? ¿Nos han robado? ¿Dónde...? ¿En casa...? ¿En qué casa...? -- El estómago se me revolvió de repente. Supe la respuesta en un flash de esos que visionaba mi mente. No era una pitonisa de tres al cuarto. Era una gran Vidente aunque no quería dar muestras de eso en público. Me puse la mano en la boca y un montón de panfletos cayó al suelo. El de Poole Harbour volvió a darse la vuelta hacia nosotros, boca arriba. -- ¿Cómo que nos han robado? ¿Cómo han podido robar...? ¡Los Zabini me matan!

 

Me temblaban las piernas y tuve que sentarme.

 

"Cuando la noche sea más negra..." Me asusté al sentir eso en mi cabeza... ¿Qué demonios pasaba?

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Agencia de Viajes "El Fenix Aventurero", en la actualidad

 

Reconocer mi fracaso no molaba nada. Podia ser bastante ligero en cuanto a insultos sobre mi persona pero tenia en buena estima mi labor como ladron y contrabandistas. Asi que lo menos que espere es que Sagitas estallara y lo hizo, aunque por alguna razon me parecio que ya algo se olia. Mantuve la calma e intente crear mi version de los hechos. Eso si antes me acerque al buro, tome un vaso de cristal y me servi un poco de liquido ambar que habia en un minibar en un rincon de la oficina, mejor aclarar la garganta.

 

-La unica explicacion posible es que estaban vigilando a los Zabini desde antes. Asi que estuvieron al tanto de nuestros movimientos.- me rasque la cabeza y me apoye en el asiento- y que nos maten los Zabini es la menos de nuestras preocupaciones..ya estaran lejos asi que aun nos da tiempo a actuar. Eso si, necesito un listado de lo que se estaba moviendo, porque tras algo iban....-medite un poco mis palabras- ademas necesito la lista para moverme en bazares, casas de subastas y casas de empeño para ver si aparece algun objeto y capturar al insensato que intenta venderlo, creeme que no lo pasara bien.

 

Me incline y mire un poco el techo. Buena limpieza, nada de telarañas.

 

-De todas maneras ya tome medidas para que el asunto no trascienda ministerialmente, borre alguna que otra memoria.- bebi un sorbo de nuevo de la bebida que me habia servido- eso si....cuando se enteren llos Zabini no dudo que sea otra pizca de combustible en las llamas de la guerra....-mejor alejar ese pensamiento- bueno tienes o no el listado???

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Mansión Potter Blue. Actualidad

La bruja se pasó una mano por el rostro, era evidente que Harpo se lo estaba pasando bomba haciéndoselas largas para que no fuera a encontrar a su hermana, que entre las dos tenía una vena de paciencia muy superior a la de la Snape; y sí, la gente no se la creía pero la realdiad era esa, Sagitas tenía mucho más paciencia que la pelirroja para ciertas situaciones y en especial, aquellas que involucraban a los familiares

-Harpo... si no me dices lo que quiero saber... -comenzó a decir retorciendo los dedos

Era evidente que al elfo las amenazas de la Snape no le importaban mucho por las caras que le ponía así que esta finalmente, apuntó a la elfina que a un lado, mantenía una expresión de susto por lo que pasaba: evidentemente, esta se encontraba de visita ya que pertenecía a la familia Vladimir

-Tú. Sagitas -ordenó a Zapphyre, quien continuaba conectada en cierta manera a quien fuera su antigua dueña

La pequeña elfina se inclinó rápidamente y con voz chillona comenzó a contestar

-Creo que está en el negocio del Fenix Aventurero, mi señora -dijo con fuerte y estridente voz, terminando por molestar a Harpo porque obviamente, al elfo no le iba a gustar que semejante vampiro manejara de esa manera a una elfina que técnicamente, ya no le pertenecía

Pero Hayame no se iba a esperar a respuestas o reclamos del elfo, con un revuelo de su enorme capa se dió la media vuelta y partió, ansiosa y algo acelerada por el hecho de tener que encontrar a su hermana antes de que aquello siguiera corriendo de esa manera; si no lo hacía ella, alguien se podría adelantar y leugo ya no tendrían manera de detener lo que podría ser que se les viniese encima

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*Paso muy rápido porque mi gente se va a levantar de un momento a otro y cerraré el móvil*

 

Estaba en pleno sueño con un chico en una situación muy comprometida cuando sentí los gritos. No iba a menudo a la mansión de mi tía, en la Ojo Loco pero allá era muy agradable dormitar en los jardines, tomando el sol, con el cuidado de los elfos y los juegos de mi primo Ithilion. Reconocí enseguida a la tía Hayame y me asusté. No por ella. Era porque hoy tocaba cambiar los trastos de la vieja oficina de ACC hacia la nueva de la OPAM donde nos habíamos situado ahora. Habíamos quedado todos para hacerlo y... ¡se me había olvidado!

 

Me levanté de la tumbona, aún azorada por el sueño persistente, con algo de pena porque acabara así de forma tan repentina, y me lavé la cara con el agua del estanque. Una ranita me croó, enfadada por la interrupción. No sé si era la mascota de la tía o alguna otra pariente.

 

- No protestes, a mí también me despertaron.

 

Salí en busca de la tía Hayame para presentar mis disculpas cuando... ¡No estaba! ¡Pero si hacía un segundo que estaba gritando allá mismo!

 

- ¿Dónde está la tía? ¿O lo soñé? - No, soñaba con un chico guapo que me mecía entre sus brazos. A la tía Hayame no la había soñado.

 

Harpo parecía enfadado y le daba la espalda a la elfina Taga, quien me había seguido desde la Vladimir para cuidarme. Creo que lo hacía por orden de mi madre, quien estaba ausente de la mansión pero quería protegerme a toda costa.

 

- Buscaba a la Ama Sagitas y se fue en cuanto supo que estaba en el negocio de la Agencia de Viajes.

 

Estaba confusa. ¿Buscaba a la tía Sagitas? Entonces tal vez podría librarme de la regañina si iba al Ministerio a reccoger las cosas, tal como habíamos quedado. Pero los gritos de la tía Haya parecían indicar que pasaba algo y así se lo pregunté a Taga.

 

- ¿Pasó algo?

 

- Pasa todo, amita Xell - me contestó la elfina. - Es esta maldita guerra que nos tiene a todos desquiciados, que si estamos, que si no estamos... Su tía Sagitas siempre se mete en problemas, se lo digo yo.

 

Dejé que Harpo y Taga se pelearan, el primero defendiendo a la tía Sagitas con total lealtad y la segunda enfadada por lo que podía suponer si la pillaban. Miré hacia la puerta de la entrada y me pregunté qué habría hecho Sagis esta vez para levantar tal pasión. Intenté decidirme, ¿Ministerio o Agencia de Viajes? Tenía que reconocer que hoy el mundo era un poco más peligroso que hacía unas semanas.

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Y vinieron con los vientos que trajeron las dunas del desierto.
Eran siete, como siete fueron las puertas del Ouroboros
que conducían al Uno y daban luz a la Gran Obra.
Y del Uno nacieron los Veinticuatro
y de los Veinticuatro los Cuarenta y dos
y a ellos se entregaron los Siete.
Siete versos en siete esencias,
siete palabras en siete cadencias.
Siete magias arcanas,
Siete sabios.
Siete.

Del poema Arcanum
(Uno de los escritos más antigüos que se conservan en la Biblioteca de Alejandría)

 

El Arcano parecía haber envejecido mil años en aquella última semana. Algunos de los Arcanos ya habían iniciado el viaje. Compañeros de Destino, la forma de llegar a él implicaba caminos variados que se cruzarían o no según la forma que habían elegido para iniciar el éxodo.

Porque se iban. Gran Bretaña ya no era hogar para ellos. Los Arcanos habían obedecido a la Srta. Malfoy, quien les había obligado mediante el Segundo Contrato a impartir clases sobre sus Habilidades y a los Uzzas sobre sus Poderes; ahora, sabiendo que había cedido su puesto por motivos que ellos no juzgaban ni pretendían entender, y el poder del Ministerio quedaría en manos de un candidato que no llevaba la sangre de Merlín, ya no tenían nada que los atara en aquella zona. Aquellas Guerras por Venir no les competían a ninguno y las rivalidades entre los Arcanos y los Uzza se habían desbordado. Ellos tenían sus propias guerras que perpetuar, sus propias alianzas que crear, sus propias venganzas que satisfacer.

- Alguna guerra que se solapará con las suyas - dijo en voz alta, mirando el paisaje que se veía por el ventanal de su antigua vivienda en la Universidad.

Habían decidido irse aún antes que la misma señorita Mackenzie Malfoy firmara el pergamino de su renuncia. Eran Siete Sabios. Eran Siete Habilidades unidas. Sabían de antemano lo que iba a suceder, sabían de su sacrificio aunque ellos también dudaban que los humanos a quienes protegía con ese acto entendieran el alcance concreto del mismo. Se pusieron en marcha sabiendo que se iniciaba una etapa oscura, en que la noche sería mucho más negra y que aciagos acontecimientos marcarían un inicio del final, predichos con tres profecías que habían permanecido guardadas por demasiado tiempo. Pocos conocían su existencia.

- Alguna ha estado ahí siempre sin entendimiento. Alguna ha estado sin ser vista. Alguna es desconocida...

No tenía mucho equipaje que empacar, el sitar de su adolescencia, el cofre de su familia repleto de hierbas y plantas, sus libros... Llevaba sus sandalias usadas y un kurta de algodón en un tono pardusco, con un pantalón también oscuro, todo muy sencillo y cómodo para el largo camino que le esperaba. El único color que se permitió fue el botón rosado que una vez le dio una chiquilla, en su niñez, ya desaparecida en el tiempo pero nunca de su memoria. Así dispuesto para el viaje, dudó si esperar un poco más. Su Visión le había facilitado los peligros que le esperaban, a él y a los suyos y a cualquiera que supiera de su existencia. No dudaba de sus discípulos. Todos los Videntes que él había despertado en su corta estancia en aquella Universidad sabrían defenderse, sabrían atacar, sabrían reaccionar. Nadie fallecería por el ataque de los espías egipcios que les buscaban.

 

Ellos volvían a su hogar de origen, donde la magia ancestral ahora languidecía por un tercer peligro que pocos tenían en cuenta. Antiguos sacerdotes-magos egipcios había sobrevivido a lo largo de los siglos, descendientes que no sabían apenas nada de la Magia que habían disfrutado en los tiempos originales, desdeñados tras la caída por aquellos seres antiquísimos que dejaron la sabiduría en los 7 Anillos que guardaban los Arcanos. No eran muchos. No eran casi nadie. Pero habían conseguido llegar al Gobierno Egipcio y obtener un poder político ficticio y ajeno al real. Y en su rencor guardado en rincones oscuros y en secretos templos malditos, habían aprovechado la ocasión: cuando los ríos revueltos amedrentaron la paz entre los diferentes países, ellos decretaron la persecución de los que que habían robado los conocimientos y poderes que, según ellos, les pertenecían.

 

Los Arcanos estaban en peligro (los Uzzas no eran peligro para ellos ni les importaban si los Egipcios les perseguían. Eran sus enemigos aunque... las alianzas, a veces, pueden pactarse ante enemigos comunes...), no porque sintieran miedo de aquellos viles inmisericordes que pretendían perseguirles. Los Arcanos sabían que el verdadero peligro estaba en los fragmentos del Libro de Toth que estaban desperdigados por muchos países en fragmentos que poco podían poder generaban así. Berlín, París, Viena, Florencia, Copenhague, New Haven... Muchos países que, sin saberlo, protegían en débiles museos y colecciones el Saber de los Saberes. Si alguien lograba reunirlos...

 

- Dicen que contiene 2 grandes conocimientos en su interior que darán el poder sobre todo el Mundo conocido.

 

Sajag sonrió un poquito ante la casi nula perspectiva de los llamados "expertos", humanos cortos de miras que creían que una vitrina de vidrio irrompible o alarmas ruidosas podrían impedir el latrocinio de aquellas piezas.

 

- El contenido del libro, de encontrarse, dará el conocimiento para descifrar todos los secretos de todos los mundos, conocidos y desconocidos, permitirá dominar Tierra, Mar, Aire, Espacio, Tiempo... Sus encantamientos permitirán ir en busca de los Originales que destruyeron la madrassa de los viles magos-sacerdotes - había informado el Arcano de la Videncia a sus otros compañeros Arcanos.

 

No hizo falta decir mucho más en aquella última reunión de los Arcanos en los terrenos de la Universidad. Todos supieron, como Uno sólo, lo que iba a suceder. Los Anillos de Vinculación estaban en peligro. Los necesitaban para usar el Ouroboros. Los Arcanos decidieron que las Guerras por Venir eran un mal menor para los Magos de aquel país y se dividieron en caminos distintos. Los 7 anillos estarían en lugares lo más distantes posibles hasta reunirse en la Cuna de la Magia escondida en antiquísimas dunas egipcias.

 

Así, Sajag miró por última vez aquella estancia que había sido casi un hogar durante aquellos años. Después salió sin cerrar la puerta. No dejaba atrás nada que echara de menos. Lo importante, lo vital, lo llevaba consigo. Sobre el Libro de Toth no podían hacer nada. El último fragmento había aparecido. El Destino había hablado y aquella historia ya no les pertenecía a ellos.

 

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