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Prueba de Parsel #10


Lawan Nguyen Thanh
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Abrió los ojos al sonido deslizante que hacía la serpiente para anunciar la llegada de su alumno. Cierto era que había pasado mucho tiempo desde la última vez que se vieron, cuando el señor Tonks fue en busca de las habilidades del vietnamita, y lamentó, en cierta parte, el hecho de que no se haya presentado a la prueba final. Se convenció de que el momento no era propicio y que, si bien el avance del muchacho había sido sobresaliente, no significaba, necesariamente, que estuviese listo para lo que iba a enfrentar en aquella segunda segunda ocasión.


En la orilla del afamado lago -una de las primeras paradas en la prueba, seguida de un exótico laberinto, y como meta, la pirámide- habían tres cestas, cada uno de ellos con un contenido diferente. Lawan estaba seguro de que no era la primera habilidad del Tonks, ni la primera prueba, por lo que suponía que debía saber para qué servía cada cesta. En la primera de ellas, el alumno debía depositar su varita. Sólo se valdría de lo aprendido durante el tiempo en que le hizo compañía. Nada de magia con varita. Sin embargo, por este 'presente', la cesta le daría una linterna a cambio. La luz de la linterna era del tipo fosforescente, poco común.


En la segunda cesta, depositaría los amuletos u otros objetos que trajese consigo; al fin y al cabo, cada paso dado en el trayeto hacia la pirámide, le proporcionaría de lo necesario para llegar al final del camino. La cesta, intercambiaría con él unas mangas de cuero, ideal -dirían unos- protejerse de las mordidas de algunas serpientes que, seguramente, encontraría en la selva, próxima a pisar.


-- Bienvenido. --dijo a modo de saludo, pero el Tonks ya no miraba a Lawan.


El viejo vampiro sonrió cuando fijó la mirada en la tercera cesta y leyó mentalmente la leyenda sobre la tapa. Lo único que pedía ésta era un soplo. Que Niko soplase dentro de ella. Mas lo que la canasta no advertía era que, una vez que soplase dentro, el muchacho perdería la capacidad de comunicarse mediante palabras humanas. Solamente sería capaz de emitir los sonidos sibilantes que correspondían con el lenguaje universal de las serpientes; lenguaje que, si bien era bueno en la práctica, allí no tendría ayuda de ningún tipo y resultaría mucho más complicado, porque no todas eras muy conocidas por gustarles cooperar con los alumnos del arcano. Como recompensa, le dio el anillo provisorio de la habilidad.


Por supuesto, ninguna de las tres canastas era opcional. Todas eran obligatorias.


-- Mi querida amiga, ¿crees que sea, ya, la hora? --preguntó a la serpiente que había trepado hasta su hombro, rodeando su brazo. Ésta respondió, casi en un susurro, una afirmación y fijó la profunda mirada en el recién llegado. Lawan volvió a hablar, pero para dirigirse a su alumno.-- Cuando cruces el lago y sortees los peligros de la selva, lo estaré esperando al pie de la Pirámide, señor Tonks. Hasta entonces, espero que llegue entero y con los rasguños suficientes como para suponer que no ha hecho trampa. --lo pensó un segundo más.-- Aunque no imagino cómo podría estafar estos obstác.ulos. --tras sus palabras, desapareció.


¡Ah, la famosa barca!


Había una pequeña barquilla sobre el agua, transporte que debía utilizar para cruzar hasta la otra orilla. Allí, se encontraría con un pozo, no más grande que una bañadera, llena de serpientes (venenosas y no); tendría que elegir a dos de ellas para que lo acompañasen a la siguiente fase. El truco de ésta primera, era que tendrían que ser las más 'opacas', pues casi todas eran de colores muy brillantes.

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- ¿En qué momento concluí que sería una buena idea aprender Parsel? - El Tonks seguía sin entender en qué momento se le había ocurrido que era una gran idea para él ir a tomar esa clase con Lawan. En todos los momentos la había odiado, tanto que había preferido huir de la prueba anterior y obtener un intento fallido por primera vez en su vida académica. Un detalle no muy bueno para un ex Director de la antigua Universidad Mágica que estaba por llegar a su final y mudarse a una nueva escuela mucho más agradable y adecuada para las actividades escolares.

 

Su elfo como siempre se encontraba con él pero en este caso estaba siendo más como un psicólogo encargado de evitar que el Tonks tuviera un nuevo colapso nervioso a consecuencia de las serpientes y todo lo que tendría que pasar - Joven Niko, sé que hará muy bien todo en la prueba. Por algo ha logrado acumular tantos conocimientos y habilidades hasta el momento - Definitivamente su acompañante sabía cómo subirle el ánimo y el rubio le sonrió en señal de aprobación.

 

- Hasta acá puedes venir conmigo - El elfo debía abandonarlo y se lo hizo saber. Lawan le dio la bienvenida sin que Niko lo mirara. Sus ojos fueron en dirección a las 3 cestas que no había visto antes pero que comenzó a analizar rápidamente para determinar su función y poder comenzar a atravesar por el lago que lo llevaría hasta la zona de la pirámide y poder dar inicio a su prueba de la habilidad. En ese momento su mayor motivación era terminar con todo y no tener que volver a ver o hablar con una serpiente en su vida.

 

- Mi varita y mis amuletos - Las dos primeras cestas eran fáciles de determinar porque él mismo conocía las reglas y sabía que no podía llevar nada con capacidad de realizar magia a la pirámide, solo podría llevar su magia interna, sus conocimientos y habilidades. En la primera cesta colocó su varita y a cambio recibió una bella linterna que no parecía muy útil. En la segunda cesta pudo tomar unas mangas de cuero que sabía perfectamente lo que significaban - Estaré en demasiado peligro - Pensó en tono de resignación.

 

La última solo indicaba que debía soplar acto que hizo el joven Tonks para luego perder su capacidad de hablar - Pero qué acaba de ocurrir - Su cara de sorpresa no se podía ocultar y por su mente pasaban demasiadas cosas que no podía comunicar por lo ocurrido y otras que agradecía no poder comunicar porque no eran muy buenas y dirigidas al arcano. Lawan se había ganado su fastidio y no su respeto lo cual no era nada bueno.

 

Aún resignado decidió subirse a la barca que lo llevaría hasta el otro lado en donde sabía tendría que hablar con serpientes y tendría que pasar por varios retos que Lawan había dejado en el camino - Espero salir vivo de esta - Si moría la familia Tonks perdería a uno de sus patriarcas y eso no sería nada bueno para nadie en la misma. No obstante, haría todo lo posible por salir vivo de dicha prueba y con el anillo que previamente le había dado Lawan pero ya no como el de un aspirante.

 

- ¿Un pozo? - Fue lo primero que pasó por su cabeza al observar que había algo adelante suyo al bajarse de la barca. Lentamente se acercó para encontrarse con un montón de serpientes de muchos colores y suponía tendría que tomar un par para poder continuar - Esta trampa ya me la hizo una vez y no será dos veces igual - Lawan lo había envenenado con serpientes de colores brillantes durante la clase y sabía que no tendría que tocarlas ni molestarlas.

 

El Tonks se colocó las mangas de cuero y rápidamente metió las manos para tomar dos serpientes de colores opacos y comenzó a hablarles - Tranquilas que no les haré daño - Como sus palabras humanas se habían perdido era claro que las serpientes le entendían y se calmaron. El Tonks las colocó en el piso para que lo acompañaran y siguió caminando sin saber muy bien qué lo esperaría más adelante.

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  • 2 semanas más tarde...

Las serpientes seguían el paso del nuevo aprendiz. Ninguna intentó hacer nada peligroso, las palabras del muchacho bastaron para provocar en ellas un efecto relajante. Sisearon, como convencidas de que la tarea que les había sido asignada por el maestro Lawan era de las más importantes, la razón de que existiesen en ese ínfimo momento. Ambas permanecieron en un silencio sepulcral mientras acompañaban al Tonks, sólo se escuchaba el ligero ruido que producían en la gravilla al deslizarse.

 

El terreno cambió tras unos metros, de la arena y gravilla que rodeaba la orilla del lago, dio paso a un ralo césped. Conforme avanzaban, el lugar invitaba a los tres seres a un imponente laberinto de muros naturales. Árboles unidos, enredaderas a ambos lados del muchacho. ¿Cuál era el camino correcto si, apenas entraba, se dividía en cuatro senderos? Por supuesto, sólo uno de ellos sería el indicado. Para saber elegir, era fácil y sencillo lo que había que hacer, descubrir cómo usar a las serpientes para que le indicasen el camino.

 

Una vez llegado al final, se alzaba una gran puerta de acero. No tenía picaporte, no podía ser abierta por la fuerza y, menos que menos, podía usarse magia en ella. A la mitad, del lado derecho, tenía una pequeña abertura por la que, se adivinaba, podría caber una llave. Mas no había llave en ningún lado, al menos no a simple vista. Así que, una vez más, el joven alumno tendría que elegir de qué manera utilizar a la serpiente que lo acompañaba para poder abrir esa puerta.

 

Lejos, fuera de la vista de Niko, Lawan aguardaba a su llegada, al pie de la pirámide. Realizaba garabatos inentendibles en el suelo con la vara de cristal, mientras esperaba. ¿Se le habría complicado el camino al aprendiz? El vietnamita consideró que se había tardado un poco más de lo debido. Claro que no todos sorteaban la prueba de la misma manera, y la paciencia era una virtud que había logrado cultivar con el tiempo.

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  • 2 semanas más tarde...

El rubio siguió caminando en compañía de las serpientes que acababa de tomar para poder llegar hasta el lugar en el que realizaría la prueba de Hablantes de Parsel. Sí, esa misma que tanto le había tomado y sin lugar a dudas podría ser considerada la habilidad que más le había exigido a él como mago. No había sido un camino fácil y poder terminar dicha prueba sería algo muy gratificante para el patriarca de la Tonks y de paso podría retomar su vida normal, lejos de las serpientes que le daban un poco de miedo.

 

De repente el entorno cambió por completo y el césped comenzó a hacerse presente a medida que caminaban hasta que todo se comenzó a ver verde por completo y apareció ante los ojos del Tonks el famoso laberinto - Ya lo he visto pero esto es diferente a lo de siempre - Llevaba varias pruebas en su vida académica y sabía bastante bien lo que tenía que hacer pero esta vez había 4 caminos y no 1 como siempre había sido así que inmediatamente miró a las serpientes para poder buscar algo de ayuda con sus instintos animales.

 

- Es una pena que no pueda usar mi forma animal - Pensó, estaba allí para demostrar que podía usar parsel y no que era un buen animago - Por favor, usen su capacidad de sentir las vibraciones del piso y sus instintos para decirme cuál es el camino correcto - Las serpientes eran muy buenas moviéndose por el piso y sabía que podrían ayudarle a determinar el camino más adecuado solo siguiendo su propia naturales y sus propios instintos.

 

Los animales comenzaron a moverse lentamente por el piso con mucha cautela para tomar buenas decisiones. Tenían claro que si ellas cometían un error y algo malo les pasaba tembién se verían afectadas, tal vez no les importaba tanto el Tonks ni lo que le pasara. Niko se limitó a seguirlas sin perderlas de vista, era la primera vez que tenía que recorrer el laberinto de esa manera pero le agradaba no ser el encargado de tomar las decisiones sobre el camino.

 

- ¿Y ahora qué? - La puerta que les permitía salir estaba totalmente cerrada y de acuerdo a las serpientes esa era la salida. El Tonks tenía que confiar en ellas para poder llegar hasta la pirámide y sabía que tendría que buscar la manera de abrir esa puerta - Seguro están encantadas - Niko sabía que se podía esperar cualquier cosa de los arcanos y seguramente las serpientes no eran de verdad, eran magia hecha por Lawan y estaba a punto de confirmarlo.

 

El Tonks tomó las serpientes con sus manos, una en cada lado, y lentamente las comenzó a acercar hasta unirlas por completo. Inmediatamente como si de magia muy poderosa se tratara comenzaron a cambiar de forma hasta generar una simple llave - Eso era - Niko tomó la llave del aire y abrió la puerta inmediatamente para poder ingresar al lugar en el que se encontraba el arcano. No extrañaría a sus amigas serpientes pero las prefería a ellas por encima de Lawan.

 

- He llegado - No tenía ganas de hablar con dicho arcano así que fue lo único que se limitó a decir aún en lenguaje de las serpientes porque seguía sin poder hablar bien.

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El vietnamita lo vio acercarse con serenidad, no tenía rasguños, ni rastros de haber sufrido muchas complicaciones; se peguntó entonces si no había sido demasiado bondadoso con las pruebas que le hubo impuesto al muchacho. Descartó la posibilidad de hacerle padecer una más, siendo que, una vez dentro de la pirámide era posible que no saliese muy bien parado. Se dijo, se convenció más bien, que la última prueba era la más difícil y que tendría suficiente con ella.

 

La mente humana era un laberinto en sí misma. Se desplazaba por la misma memoria, por los recuerdos que más hincaban en la personalidad, en el carácter, para tomar decisiones que podrían o no favorecer su camino. El señor Tonks estaba por experimentar la enrevesada conciencia propia.

 

Eso veo —replicó Lawan, al escuchar a su alumno anunciar su llegada. Dejó a un lado los garabatos que se había dedicado a hacer en el suelo, arrastró el pie sobre ellos para borrarlos y guardó la vara de cristal, su única compañía hasta un minuto atrás.— Nos encontramos en el punto clave de esta última fase de su aprendizaje,señor Tonks. ¿Desea continuar?

 

Lawan no esperaba una negativa. El tono de su voz evidenciaba que, realmente, esperaba que el chico terminase la habilidad. Ya mucho tiempo había pasado desde que llegó a su guarida para ser instruido en el arte del habla de las serpientes, el Arcano consideraba que era ya momento de finalizar esa etapa. Si bien disfrutaba, en cierta medida, del padecimiento de sus alumnos en el contacto con sus amigas rastreras, también lo hacía cuando marchaban un poco más sabios.

 

De ser así, recuerde que una vez dentro no podrá salir hasta haber terminado con la última gota de lo que supone SU prueba personal. Espero que esté consciente de eso. —advirtió, y la puerta a la pirámide se abrió.— Estaré esperando por usted.

 

Lo cierto era que, en caso de algún evento desafortunado, Lawan se vería obligado a sacarlo. Aunque no estaba muy seguro de si tendría que sacarlo entero.

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- Claro que lo estoy - El Tonks estaba cansado de ver a Lawan, pocas veces había odiado tanto a un arcano como al hombre que daba la clase de Parsel. Sin duda sus clases favoritas habían sido con las arcanas porque con los arcanos se había sentido muy mal. Deseaba terminar la prueba lo más pronto posible para poder adquirir por completo el poder de la habilidad y de paso para no tener que volver a ver a dicho arcano en su vida.

 

Niko caminó lentamente en busca del portal que lo llevaría a su prueba de la habilidad. Además esta sería la última prueba que tendría al menos hasta que nuevas habilidades pudieran ser desarrolladas y nuevos arcanos llegaran a la escuela mágica. Siempre se había negado a tomar Nigromancia como habilidad dado que atentaba contra su visión de vida y sus propias creencias así que nunca iría en busca de dicho arcano para aprender sus conocimientos.

 

- Esto es diferente - Sin pensarlo el portal lo llevó a otro lugar y como siempre no sabía si era o no verdad lo que estaba ocurriendo pero sabía que tendría que tener mucho cuidado para evitar morir en el intento. Lo último que deseaba era fracasar en la prueba de dicha habilidad, en especial después de todo el tiempo que había tenido que invertir en ella y de haber tenido que soportar a un arcano tan odioso que no le agradaba ni un poco.

 

- El MACUSA no va a estar muy feliz al saber que el Canciller mágico inglés ha entrado en territorio de los Estados Unidos sin previo aviso - Reconoció rápidamente que no estaba en el Reino Unido ni en los terrenos de la escuela mágica. El portal lo había llevado hasta Estados Unidos a un parque natural pero no entendía muy bien qué era lo que tendría que realizar en dicho lugar o qué era lo que tendría que encontrar para cumplir con la prueba.

 

Dark Hollow Falls era el lugar en el que se encontraba dentro del Shenandoah National Park, un sitio frecuentado por los muggles durante el verano. Un llugar lleno de animales incluyendo una gran variedad de pájaros que tendrían algo para enseñarle o tal vez no. El agua fluía continuamente y su sonido le daba mucha tranquilidad al rubio, aunque aún seguía sin saber muy bien qué era lo que debía realizar y en especial sin su varita.

 

- Deseo tomar un poco de agua - Se acercó lentamente hasta la fuente de agua para tomar un poco y beber, estaba haciendo mucho calor y lo comenzaba sentir en todo su cuerpo - Creo que no tengo la ropa adecuada para este tipo de sitios - Definitivamente no había seleccionado buena ropa para ello pero tendría que olvidar ese pequeño detalle y continuar con su prueba.

 

El agua comenzó a moverse de una forma demasiado rara hasta que se abrió una cueva detrás de la fuente de agua - Esto es algo que seguramente solo los magos podemos ver - No sabía si el MACUSA tenía conocimiento de dicha cueva ni mucho menos si conocía de los secretos que allí había pero tendría que ingresar porque era lo que le indicaba el portal. El Tonks caminó rápidamente para ingresar y permitir que el agua volviera a su estado original.

 

- Cascabeles - Las podía sentir y escuchar de paso. La clase con Lawan le había permitido desarrollar una conexión con las serpientes y la capacidad de entenderles. Era claro que la cueva estaba llena de ellas y que todas podían atacarlo con su veneno pero sabía que no lo harían o al menos intentaría evitarlo de alguna manera - Siento que una está enferma - Sus palabras solo pasaron por su mente pero sabía que tendría que encontrar alguna serpiente en busca de ayuda.

 

- Por favor me pueden guiar - Solo las serpientes conocían los caminos dentro de la cueva y le pidió ayuda a dos de ellas para que lo guiaran. Las siguió con confianza al saber que no lo atacarían ni ellas ni ninguna de las otras serpientes del lugar. Ellas sabían la ubicación de la serpiente que tendría que ayudar en su prueba.

 

Niko no tenia nada para ayudarla pero tendría que encontrar alguna forma de hacerlo para poder terminar la prueba. Así que en el camino comenzó a pensar en distintas formas de ayudarla, aunque primero debía saber cuál era la causa de la enfermedad de la misma - ¿Saben qué le ha pasado? - Las serpientes no le contestaron y no entendía por qué pero se limitó a seguirlas tal como ellas deseaban o al parecer eso era lo único que debía hacer en dicho momento.

 

- Acá es - Las serpientes lo dejaron solo y al final del lugar en el que se encontraba estaba la serpiente. Se acercó lentamente aunque con un poco de cautela para tocarla y poder ayudarla. Al entrar en contacto con la misma el lugar se llenó de mucho poder y magia y un destello blanco hizo que la pared de rocas comenzara a moverse para dar paso a otra fuente de agua: Las Overall Run Falls.

 

- No entiendo, no estaba enferma. ¿Entonces cuál ha sido la prueba? - La prueba había sido justamente tener la capacidad de comunicarse y sentir a las serpientes pero no solo a través del lenguaje. Debía sentir el veneno y sus sentimientos como le había indicado Lawan, efectivamente había desarrollado una conexión con dichos animales y ahora podía sentirlas desde lejos incluso sin tener que hablar con ellas que era lo que buscaba la habilidad en últimas.

 

- Creo que lo he comprendido - Niko comenzó a caminar para atravesar la fuente de agua y llegar hasta el otro lado. Sus pasos eran firmes porque sabía que todo estaba a punto de terminar o al menos eso era lo que sentía en dicho momento. Al atravesar el agua todo comenzó a cambiar de nuevo y volvió hasta la Pirámide en donde se encontraba el arcano. Ya no se encontraba en el Parque Nacional, todo había terminado.

 

- He terminado mi prueba - Eran las últimas palabras que tendría con Lawan porque no deseaba volverlo a ver. Su anillo del aprendiz cambió de forma indicando que ya no era más uno aprendiz de la habilidad, ahora tenía 6 anillos diferentes que indicaban su capacidad y sus conocimientos con respecto a las mismas.

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