Elecciones

[Hayame Snape Potter Black]

En camino

A pesar de la idea del uso de una lechuza, al final... qué podía ser más tranquilizador para una bruja que necesita saber acerca de lo que pasa donde su hermana, que usar a una criatura fiel, leal, poderosa mágicamente al grado de que los magos les temían o les subestimaban sin ser capaces de comprender el gran daño que podían hacer si se lo proponían y que además, hablaba en su idioma, como lo era un elfo doméstico tal cuál?

El viejo Esparta realmente había sabido lo que hacía al entregar el elfo en las manos de una de sus nietas, al parecer, la que el anciano mago consideraba que requería de una vigilancia un poco más especial ya que ni Sagitas ni Ashley eran de las que necesitasen de un vigilante para asegurar su comportamiento

O quizás era porque el viejo y poderoso mago conocía los secretos que su nieta intentaba esconder, nadie lo sabía

El caso era que el viejo elfo que había dejado donde la Snape sabía muy bien lo que su ama estaba planeando, los experimentos que esta se encontraba llevando a cabo y era consciente de lo que podía pasar si a la mujer se le daba alguna victoria

Pero también entendía la preocupación de esta por su hermana y por tal motivo, se había dispuesto inmediatamente para ser él mismo quien fuese a ver a la Potter Blue y tratase de averiguar si esta se encontraba bien o si requería de algún tipo de asistencia de la familia Snape, cualquiera que fuera el caso

Aún le resultaba gracioso pensar en todos los ataques que había sufrido la pobre mujer en los últimos días pero al mismo tiempo...

-Los gusanos -suspiró el elfo con expresión cansida y fastidiada -huele a gusano el aire. Seguro que lloverá pronto...

Era la forma en que los elfos hablaban a veces para anunciar que todo se sentía inseguro, incluso cuando salían de sus propios hogares.

Conforme se fué acercando a la mansión Potter Blue, pudo notar que algo no estaba del todo bien. Dejando de lado algo de destrucción en sus alrededores (cosa que su ama Hayame solía hacer por diversión, así que tampoco era algo que lo alertase del todo), podía sentir las presencias mágicas de la propiedad y todos estaban bien

Y sentía a la señorita Tamarindo, lo que redoblaba la tranquilidad del elfo aunque... porqué estaba sellada la mansión al mismo tiempo?

Mejor que viese la forma de entrar y averiguar qué demonios estaba pasando en ese lugar

[Aaron Black Yaxley]

 

Tras el discurso y el vitorear de muchos ingleses afanados habían transcurrido un par de horas, tiempo en que seguramente Anne -prometedora líder (en ese instante)- tendría a Sagitas entre sus redes. La gente me saludaba mientras les regalaba una falsa sonrisa, levantando una que otra mano para corresponderles al tiempo que iban enfilando hasta las chimeneas para devolverse a sus hogares; algunos contentos, otros con cara de perro callejero... ¡no siempre salían las cosas como queríamos!, y a pesar de ser el gusto de algunos, sabía que también no era el de otros.

 

En ese corto lapsus, el par de horas, había tenido una pequeña reunión con los inquisidores que me habían sido fieles hasta el final; después de todo, para entrar al gremio debían de ser mortífagos, ¡sangres puras al menos!. Busqué a Grelliam entre ellos pero no le hallé, suponiendo que tan solo había escapado de mi vista entre tantos allí, en medio de un salón ministerial custodiado por fuertes sortilegios, mientras los informativos mágicos daban el humo blanco de que en el centro gubernamental ya había alguien a la cabeza. Todos hablaban y cotilleaban entre ellos, pues la noticia para quienes estábamos en el Ministerio había sido de ipso facto. Pude divisar a Ashura y a Maida, dos brujas inqusidoras que no portaban una nacionalidad inglesa, ¡debía mover las papeletas muy rápido por ellas!....

 

...Entregaba la última sonrisa a un grupo que me siguió con fotografías y vuelaplumas que anotaban cada paso que iba dando hasta la puerta al fondo de un iluminado pasillo...

 

-Con su permiso, gracias...- cerré la puerta dejándolos atrás (malditos amaraillistas, pensé) y me volteé a mi gente. Si había algún mortífago, fenixiano o infiltrado allí, lo desconocía, ¡obviamente eran bienvenidos!, de cualquier manera no era tan sonso de hablar sobre mis ideales oscuros en aquél sitio. Mi rostro, falsa simpatía, volvió a ser duro y parco ante ellos, multitud que guardó silencio entre miradas que me acorazaron, pues y a pesar de quienes estuviesen presentes allí, la reunión era para inquisidores- ¡El ministerio es nuestro!...- exclamé y se escuchó un grito de celebración, uno que apacigüe con ambas manos- gracias, gracias muchachos, damas...-me referí a las brujas en cuanto crucé miradas con Akiza- ... ¡Juntos cambiaremos al gobierno inglés!. No fue necesario tomar el poder por la fuerza bruta, ¡sino por la de las palabras!...-hubo un silencio (sí, me gusta hacer referencias al mundo potterrico "pa eso es ésto"(?)- nuestra fuente inagotable de magia, nuestra arma de guerra canalizada a través de ésto...-enseñé la varita con cierta indiferencia y la guardé en el bolsillo de la túnica; me gustaba alardear con las manos cuando hablaba- ¡Es momento de cambiar!, la guerra es inminente y mientras unos pocos hagamos el cambio el resto nos seguirá o simplemente caerá en el camino...-me dispuse a decirles-... ¡salgan a las calles!, ¡control de identidad!, ¡toque de queda!... ¡vamos a limpiar Londres!...

 

Dicho tal, muchos enardecieron fieles a sus raíces mientras que otros se miraban dudosos pues como dije, nada podía ser perfecto. Me acerqué hasta Maida, momento en el que me percaté del cosquilleo que ya había sentido en el discurso a la comunidad, tenía un corte que sané a través del amuleto de curación, ¿cómo me había hecho eso?...

 

-Yaxley...- acaparé la atención de la bruja, sonreí y tomé su mano cuán embaucador de emociones- gracias...- ¿porqué?, ni yo sabía, ¡ah sí!, la famosa vuelapluma- necesito saber todo sobre la guerra, aliados de uno y otro. Enviaremos un mensajero a Rumania para conocer su posición...- le tomé por los hombros y me acerqué sutilmente a su oído- debes cambiar tu nacionalidad, habla con Ashura, que haga lo mismo...hoy...

[Valeskya Granger]

Cafetería enfrente del Ministerio de Magia.

Antes de saber que Aaron resultara elegido.

- ¡Claro! ¡No puede esperarse menos de nuestra líder vitalicia! –

Valeskya soltó una risotada, sin importarle que casi todo el local se quedara en silencio al notar la poca educación que demostraba al hablar y reír sin ninguna clase de discreción. Lo cierto es que por algo le gustaba estar cerca de su familia, ya que así podía mostrarse tal cual era en todo su esplendor. Y es que parecía que hubiera escuchado solo buenas noticias de parte de Zahil mientras veía las cosas a través de aquella esfera de cristal; sin embargo, a pesar del negro panorama que pintaba tanto para ellas como para el resto de la comunidad mágica, las predicciones solían emocionarla más de la cuenta.

- ¿Debemos irnos tan pronto? ¿No deberíamos quedarnos al menos para saber quién será la persona que nos traerá tanta desgracia? – Preguntó la ojivioleta, visiblemente decepcionada. Si bien poco le interesaba saber el rumbo que tomaría ese evento político de gran magnitud, la incertidumbre de saber si su prima se equivocaría por primera vez en una predicción, ocasionaba que ella insistiera en que se quedaran. - Pero si no tenemos opción…- Dijo finalmente, mientras se encogía de hombros.

Pocas veces solía llevarle la contraria a su prima, más cuando se trataba en decisiones familiares; cualquier cosa que haya visto entre las nieblas escondidas de aquella esfera de cristal, era lo suficientemente inquietante como para que ella quisiera regresar a proteger al resto de los Granger, lo que quedaba de la mansión y los negocios. La pelinegra suspiró, ya tendría el tiempo suficiente para preguntarle a su prima con detalle lo que había visto.

- Un placer vernos nuevamente, Eileen. – Exclamó la joven con excesiva cortesía. - Espero que tengamos la oportunidad de reunirnos nuevamente, en un panorama más optimista que este.- Dijo misteriosamente al tiempo que se levantaba y se marchaba de ahí.

Ottery Fitness.

Callejón Diagon.

Después de la elección y el discurso de la muerte [?].

- Qué conmovedor. –

Exclamó secamente la pelinegra mientras terminaba de leer las últimas palabras que venían impresas en el periódico. Formaban parte del discurso que había dado el ahora Primer Ministro, junto con una fotografía suya. La bruja examinó cuidadosamente a la persona que se movía en aquel pedazo de papel impreso; le resultaba difícil encontrar algo positivo en su persona, aunque supuso que era por las palabras que había dicho Zahil. Tampoco lo conocía, al menos no recordaba haberlo visto antes ¿Él sería la persona de traer toda la oscuridad nuevamente? Era algo que le resultaba difícil de creer.

- ¿Crees que se trate del títere de alguien? – Exclamó en voz alta, mientras escuchaba refunfuñar a la rubia mientras apuntaba con su varita hacia el exterior del local. Desde que había visto la esfera de cristal, se encontraba de un mal humor. - La imagen que proyecta el tal Aarón parece ser de todo, menos de alguien que pueda abrir la caja de Pandora. – Agitó el periódico, el cual había recogido desde muy temprano y no había dejado que nadie más lo leyera antes que ella.

- ¿No deberíamos considerar el irnos de aquí para siempre? Quizás sea lo mejor… no me agrada la idea de tener que estar escondiéndome como si fuera una delincuente. – Se puso de pie y observó aquella capa que parecía formarse encima de Ottery Fitness, casi invisible. - Esto cada vez se pondrá más difícil para nosotros ¿cierto? –

A medida que la Granger hablaba, el tono de su voz iba bajando cada vez más. Conocía a su prima lo suficiente para saber cómo reaccionaría ante la propuesta de tener que irse. Pero al menos no perdía nada con intentarlo.

@ @

[Thoth]

La elección del inquisidor llegó incluso hasta la celda de tortura que me encontaba, evocaba el momento de mi captura y no recordaba que ninguno de ellos me desarmara. El Guardián de votos me cubrió de cuerdas y luego fui encadenado, si así lo deseaba podía marcharme, no obstante no estaban en los planes. Aunque, para este instante los Smith debería estar muertos y eso me complacía.

 

-Al parecer. - Comenta un guardia. -Los demás fueron a lamer las botas de su nuevo Ministro. - Comenzaba a descender. -Curioso Luxure...- Me apunta con su varita. -Por un momento sospeche que este eras un digno oponente.- Me escupía y yo solo le miraba.

 

-Crucio.- Pronunció y esa maldición me impacto, ese cosquilleo era un deleite. Así, lo repitió un par de veces más. Hasta que mi cuerpo se volvía intangible y de mi mano aparecía la daga de sacrificio, la cual arrojaba contra el pecho de aquel hombre. Este intentó transmutar en algo más y le fue inútil.

 

-¿Por que no te liberaste antes?- En ello la estructura tiembla, ello me indico que en verdad se había pronunciado el nombre del Ministro. -Ya esta lista la primera fase, me acerqué a su cuerpo, saque mi daga u se la volvía a clavar en varias oportunidades.

 

-Tic...- Hice pausa. -Tac, al fin hizo bum.- Solté una carcajada. En este momento me refería a la bomba que había colocado en la fuente y la explocion que género.

 

-Ya que no necesitas tu varita.- La tome. En este punto no sabia si me había liberado por mi poder o porque quien conjuro laa cadenas había muerto, estaba más seguro que era lo segundo.

 

-¡Bombarda Máxima!- Repetía varía veces y habría la celda. En ello recogí mi daga y caminaba por los túneles de la prisión, en el camino escuche la alarma de mi escape y varios aurores fueron a mi encuentro, lastima que varios murieron.

 

-¿Ministro o Ministra?- Y alce mirada, mientras busco una celda, en ella se encontraba a quien @ no logro despertar.

 

-Vaya, que curioso magos y brujas enemigos del inquisidor.- Y en ello lanzaba una ráfaga de hechizos para liberarlos. -Salgan y sean libres, tomen esas varitas y hagan lo que quieran. - Solté una carcajada y seguía con mi camino.

[Alyssa Black Triviani]

- No me estoy escondiendo – farfulló la Triviani al tiempo en que salía de su escondrijo detrás de una columna.

 

En medio de la multitud se incorporó al grupo que conformaban sus familiares como si allí nada hubiera pasado, como si no llevara meses desaparecida y esta fuera la primera vez que se mostraba en público. Se quitó la capucha al tiempo en que su atenta mirada escaneaba el lugar en busca de potenciales amenazas, el tiempo y su historia le habían vuelto desconfiada y hasta un tanto paranoica. Eventos como este tampoco ayudaban a su estado mental; un amontonamiento de gente, reunidos por cuestiones políticas en medio de una guerra entre las potencias de Europa. Sin duda el escenario perfecto para perpetrar un atentado.

 

- Estoy siendo discreta que es diferente – agregó colocándose junto a su sobrina – A veces olvido lo pequeña que eres – comenta esbozando una media sonrisa haciendo referencia a su altura. – No deberías haber dimitido ¿Acaso no pensaste en los beneficios que podríamos obtener al tenerte como Ministra? – la Black chasqueó su lengua en desaprobación mientras observaba al nuevo dirigente – Al menos Aaron no está tan mal, servirá.

 

Sin duda alguna estaba mucho más a gusto con la victoria del Black que con su alternativa; si Sagitas hubiera ganado su negocio habría sufrido un gran contratiempo. No le gustaba depender de otros, pero en el arte del contrabando no le quedaba otra opción, los vínculos de poder eran muy importantes para este tipo de transacciones. Pensar en ello trajo a su mente un asunto aun mas urgente que debía tratar con su sobrina. Lanzó una rápida mirada hacia atrás reparando en los dos muchachos que les escoltaban, ambos hijos de Candela claramente y a quienes recordaba tras su última visita en el castillo.

 

- Hay un tema que debemos discutir y que nos afecta a todos como familia – mientras hablaban fueron desplazándose entre la multitud hasta colocarse en un rincón dentro de todo aislado – Si Italia se pronuncia contra Inglaterra en esta guerra tendrá serias consecuencias sobre nosotros y nuestros negocios. Debemos evitar que esto pase a cualquier costo…, pero nuestros contactos en el gobierno italiano nos están fallando. Alguien debe ir allí a reafirmar nuestra presencia en el parlamento.

 

Manteniendo un significativo intercambio de miradas con su sobrina esperaba que esta notase que la Black hacia referencia a sí misma, puesto que no confiaba en nadie más para llevar a cabo tan importante tarea.

 

- Aunque te encantará saber que alguien vendrá a cubrir mi lugar aquí – agregó la Triviani esbozando una misteriosa sonrisa – Estos son tiempos de guerra y los Triviani debemos permanecer unidos.

 

@@Candela Triviani @ @

 

#2

[Tamarindo]

Cocina de Ojo Loco

 

En la cocina estaba todo en orden, el conejo flamingo flamengo se habia convertido en animalito y comía en las zanahorias despacio pero sin pausa, si que tenía hambre el bichito, serguo que la Sugus hacía tiempo que no le daba de comer... raro es que tengan poca cosa en la cocina para darle, pero al menos un par de zanahorias si que encontré.

 

Más dificil iba a ser encontrar algo para mi... que mis trimas rugían que daba miedo, competían con los gritos y ruidos de bombas que se oían por fuera y por otras partes de la mansion.. A saber qué estaba pasando en todo el luar, pero yo tengo miedo y hambre, y primero es comer antes de hacer nada heróico.

 

Eché un vistazo por todo y descubrí una caja algo aplastada en la encimera, al otro lado o estremo de donde estana flamingo flamengo comiendo placidamente. Abrí la caja y para mi sropresa, era una tarta, un poco choff por el aplastamiento que había sugrido la caja, pero una tarta que tenía una pintaza maravillosa... pero qué buena pinta tenia!!!!!!

 

Pasé un dedo por la decoración de nata y me lo llevé a la boca... Esto solo había empezado... ahora tendría que buscar un tenedor y comermela toda. Era mi tradición. NO podía evitarlo...

[Hayame Snape Potter Black]

Mansión Ojo Loco

El elfo Czésar hacía todo lo posible por no llamar la atención de nadie, todavía con sus enormes ojos observando con sospecha aquella zona de la mansión Potter Blue que, podía sentirse cómo mágicamente estaba aislada del resto de la casa; el viejo elfo gruñó, una de las energías mágicas era la de la hermana de su ama, Sagitas, pero a la otra presencia no la reconocía pero sabía que era poderosa y al menos, por el bienestar general en esos momentos no debía de perturbar lo que sucedía en aquellos momentos

Con sus pequeños pies fué dando saltitos en las enormes rajadas que había en el suelo de los jardines y que abrían zurcos que al menos para los elfos, eran bastante profundos y podían hacer daño

Se detuvo al borde de uno de estos y miró en el interior antes de negar con la cabeza y chasquear un par de veces con la lengua, con gran desaprobación

-Definitivamente, esto no tiene la firma del ama hayame, ella habría partido la tierra en dos y hasta los magos podrían caer adentro... pero alguien lo intentó, eso es seguro

Murmuró el viejo elfo y continuó su andanza rumbo a la mansión

Comenzaba a cansarse, podía ser todo lo mágico que quisiera pero de todas maneras era muy pequeño y todas esas idas y venidas lo agotaban, pero finalmente pudo llegar a la cocina de la mansión; de toda la protección que había en aquella casa, esa era la zona donde la magia adelgazaba más por lo que no le sería difícil al elfo intentar colarse, aunque...

La presencia mágica que reconocía familiar, estaba en aquel lugar

Se acercó a la puerta que daba la salida y entrada de la cocina y tocó un par de veces, esperando que la bruja que se encontraba en el sitio pudiese permitirle el paso; ya se encargaría la magia del elfo el hacer el esfuerzo de traspasar lo que estaba del otro lado de la puerta, era una ventaja que los magos siempre subestimasen la magia de las especies que no eran humanas

[Hessenordwood Crouch]

Grelliam Ollivander (corrompido).
Cuartel de Inquisidores. Elemento adjunto.

 

Se movió una vez más por entre las multitudes que se agrupan alrededor de Black, Garry tiene el cuidado de mantenerse silencioso como siempre y solo observando a la distancia para no ser notado ahí mientras vigila los movimientos de cada extraño que se acerca a Aarón, es difícil entre tanto periodista intrépido y cámaras fotográficas obstruyendo la vista con sus flashes ruidosos, pero no es imposible y él ya se ha amañado; lo que sea para asegurar la espalda del Black, aun cuando conoce al hombre más que capaz de deshacerse de alguna alimaña que intente cualquier cosa contra él.

 

Sin embargo ahora es Aarón Black el centro de las miradas y él solo es un hombre gris que se escabulle entre los magos y brujas sin ser notado.

 

Mantiene la varita apenas escondida entre las largas túnicas negras de su uniforme como inquisidor, es consciente de que, dado a los últimos cambios sufridos en el ministerio de magia británico tras la declaración de guerra búlgara, ahora (supone que por sus aptitudes) le corresponde dividir sus servicios también como medimago en las instalaciones de San Mungo y en el campo. No obstante, no encuentra mejor forma de mostrar su lealtad hacia el brillante nuevo ministro de magia que portar el uniforme de inquisidor donde aún funge como elemento adicional al cuartel, como si fuera una especie de guardia personal.

 

―Con su permiso, lamento el retraso-, soltó apenas mientras ingresaba a la sala solo algunos segundos detrás de Black. Reservadamente, se abrió camino hasta ocupar un lugar del otro lado del salón y se arrinconó entre una de las columnas que sobresalen de los muros. No lo parece, pero está casi ansioso por escuchar lo que el mago tiene para decirles, aun cuando ya se puede dar una idea de que va todo aquello. La mirada de Garry nunca ha sido tan pálida antes, en ella solo resaltaban las agudas pupilas negras enfocando a nadie más que a Aarón Black, al frente y al centro de aquella sala.

 

A pesar de que las cicatrices en su rostro hacen que el gesto sea casi imposible, sonrió tras escuchar la primera conclusión de Black que arremataba contra todo en una sola oración. Sintió que no debía o no quería escuchar nada más luego de eso, pero encuentra que cada palabra que el mago añade a su discurso es como si recargara sus ánimos, su energía. Era inspirador, alentador. Sin duda, el mago presume de ingenio a través de sus palabras. Garry apenas aplaudió al compromiso del director inquisidor, motivado por el resto de brujos ahí que comparten su entusiasmo, sus ideales.

 

El mensaje ha sido breve y claro, Black finalmente ha dado la orden 66 y algunos de ellos salen vigorosamente a las calles sin perder más tiempo, otros se quedan aun ahí para seguir compartiendo conversaciones sobre lo adecuado que resulta ser el plan de Black. Garry en cambio permaneció silencioso, pensativo; ¿cómo puede él cumplir con la noble tarea que el nuevo ministro les ha asignado? La sonrisa de apoco se aminoro en su rostro, pero aún le quedaba algún rastro escondido en la comisura de la boca, el indicio del retorcido objetivo que tiene disponible desde su inadvertida posición.

 

Que tragedia por aquel sangre sucia o expatriado que no fuera de la gracia de Black y que, para su infortunio, se cruzara por el camino del menor de Ollivander. Por aquellos que terminaran entre sus manos, ahora corruptas, ya casi siente pena.

 

Dedicó un último vistazo al salón para encontrar a Aarón el cual ahora mantiene una conversación con la anterior jefe del cuartel de inquisidores, Maida Yaxley, no piensa interrumpirlos, se imagina todo el trabajo que les queda al par de brujos por delante, ya más tarde, cuando la euforia del cierre de elecciones termine, quizá pueda presentarle a Black su trabajo. Compartió una venia pronunciada con el mago apenas sus vistas se cruzaron y después de eso Garry buscó la salida, tan silencioso como siempre.

 

[Thoth]

Entre hechizos y maleficios me daba paso por esa mazmorras, los presos recién liberados tomaban las varitas de los cadáveres e intenta salir, otros en cambio me siguen, pues desean liberar a más como ellos, seres injustamente acusados delitos, crimenes contra Gran Bretaña y cualquier otro delito, como en cualquier lugar éramos clasificados según nuestro riesgo, por lo que al ir avanzando o bajando más y más se liberan seres más perversos que los primeros. Entre ellos los más perturbados magos que esperaban sentencia de muerte, no podía estar lejos de ellos y a muchos conocía más de lo que deseaba.

 

-Bien.- Baje la mirada y oleada de hechizo para pasar esas defensas era pronunciado o pensado , por suerte habían peones para que murieran a nuestro camino. Al momento que más aurores e inquisidores morían se le tomaba la varita, lo malo es que el objetivo que buscaba no se encontraba allí.

 

En aquel momento habia llegado al ala de máxima seguridad, tenia que aquel momento debía admitir que fue gracias a los dioses que podíamos pasar, pero no todos los que iniciamos el camino, algunos quedaron calcinados, otros envenados y los última mutilados.

 

-¿Quien es el?- Indague y me quede pensando cómo ese anciano era el mayor peligro para la sociedad ¿acaso sería tan letal? Su cabellera era tan larga que no dejaba ver su rostro.

[Tamarindo]

Cocina de la Ojo Loco

 

Sin duda este volvía a ser mi momento de gloria. Tenía una tarta para mi sola y una guerra en la otra habitación de la casa. Se repetía la boda y yo tenía, eso si, una tarta mas pequeña, pero creo que por lo que pone la tarta, esta vez no es una boda (menos mal porque entonces no me habían invitado y me sentíria un poco mal) sino que era un cumpleaños. Y creo que sorpresa, pero la gran sorpresa es que la tarta, toda estropeada, me la iba a comer. Si en el fondo estaba haciendoles un favor, esta tarta no se podía entregar a nadie que celebrasos sus años porque la iba a deprimir... Estaba peor que esa famosa tarta que una ves Hagrid le llevó al joven Potter... Mira que se hizo "viral" (como diria mi Colter) la fama de esa tarta que además, no estaba bien escrita. Sé que yo no acabé mis estudios como Hagrid, pero al menos sé escribir bien si me lo propongo... Tengo un minimo de conocimientos T_T Jopeeeeee

 

Seguí comiendo con un tenedor poco a poco la tarta, hasta que me doy cuenta que suena la puerta ¿La puerta? Con todo lo que está pasando y llaman a la puerta?

 

--HOla? Quién hay ahi? NO sé si puedo abrir esta puerta.

 

Dije todo esto desde la isla de la cocina metiendome tarta y hablando con la boca llena porque claro, pasara lo que pasase, yo no podia dejar la tarta a medio comer, sería un crimen para mi no acabar con este delito.