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Elecciones


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Toloveus Clearandbrightly

Guardián de los Votos

 

Mientras las bolas de fuego y los cuernos de erumpent asolaban el exterior del Ministerio, Toloveus Clearandbrightly se afanaba en su interior por organizar unas elecciones con toda la normalidad que la guerra pudiera permitir. No era tarea fácil, hacía dos días que los primeros ministros búlgaro, italiano y holandés habían confirmado, oficialmente, sus respectivas declaraciones de guerra y aquella misma mañana se les habían unido Rumanía, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia y Serbia con sendas declaraciones de guerra oficiales. También Alemania y Francia se habían involucrado en la guerra, aunque en estos casos, sus pronuncionamientos habían sido a favor de la alianza con Inglaterra, por lo que, desde exactamente las 12 del mediodía, Inglaterra ya no luchaba sola en aquella guerra.

 

La situación era caótica y los rumores traían, cada día, novedades nada halagüeñas. Si no era suficiente con 12 naciones involucradas en una guerra mágica, la pesadilla podía extenderse aún mucho más. Existían claros rumores de que España, Grecia y Ucrania tomarían partido en contra de Inglaterra a no mucho tardar, aunque la mayor amenaza era la posición que llegara a tomar Rusia, pues no estaba nada claro si permanecería neutral o si tomaría partido por cualquiera de los bandos. Con Rusia de su lado, la balanza de las fuerzas contendientes en la guerra se inclinaría, claramente, de uno de los lados, a no ser que la guerra se extendiera tanto que llegara a involucrar a otros continentes.

 

Londres se había convertido en un campo de batalla que amenazaba con extenderse no sólo al resto de Inglaterra, sino a toda Europa. Lo peor, sin embargo, era que el Estatuto para el Secreto de la Magia empezaba a estar seriamente amenazado. Los hechizos de destrucción masiva, los cuernos de erumpent, los fuegos mágicos, las avalanchas de agua y tierra, las explosiones, empezaban a ser tan frecuentes y devastadoras que sus efectos empezaban a ser incontrolables y advertibles por los muggles. Más aún con un Ministerio semi en ruinas, tras el ataque del dragón, dos altos cargos acusados de traición, todos los funcionarios ministeriales en clara desbandada y, lo que era peor, sin un Ministro de Magia al mando. El vacío de poder era alarmante y las consecuencias de la guerra tan determinantes, que no eran pocos los magos y brujas que propugnaban por extender la guerra al mundo muggle. Provocar una Tercera Guerra Mundial muggle, que pudiera enmascarar la gran batalla mágica que se libraba por toda Europa.

 

Y mientras el mundo se desmoronaba, Toloveus Clearandbrightly, trataba de hacer su trabajo lo mejor que podía. Tras años de reclusión en los archivos secretos ministeriales, durante el gobierno de Crazy y Mackenzie Malfoy, cuando sus servicios se habían considerado del todo prescindibles, el viejo Guardíán de los Votos, debía ahora organizar una elecciones, siguiendo estricta y pulcramente la Mágica Ley Electoral. Pero ya no era tan joven como hacía veinte años ni su memoria tan viva ni sus nervios de acero. Ahora, los años se le habían echado encima, tras múltiples años de inactividad y la vejez se filtraba por cada uno de los poros de su maltrecha osamenta y su arrugada piel.

 

Toloveus tendría unos 98 años, pero aparentaba ser tan viejo como el que más. Era alto, pero su espalda estaba tan encorvada, que a pocos magos se podía decir que les sacase una cabeza. Se apoyaba en un desgastado cayado de madera de álamo que era también una mística varita mágica, símbolo de su cargo y de su responsabilidad, pues aquel cayado pasaba de un Guardián de los Votos al siguiente, cuando se producía la muerte del Guardián predecesor. Era calvo, pero justo detrás de las orejas, le crecía una abultada mata de cabellos blancos, que se juntaba con una poblada y enmarañada barba, que cuando estaba sentado y su espalda no se encorbaba tanto, le llegaba casi hasta el pecho. Su tez era tan agurrada como una uva pasa y sus extremidades eran tan frágiles que parecía que pudieran rompenserse. Unas abultadas y pobladas cejas, también de enmarañadas canas, enmarcaban unos ojos azules que desentonaban con el resto de su cuerpo, pues a pesar de los años, brillaban con una perspicacia y lozanía, tan ardiente como la de la juventud. Vestía un traje de teed raído que quedaba ostentosamente grande en su delgado cuerpo. Quizás hubiera visto tiempos mejores, veinte años atrás, pero actualmente, nadie hubiera podido pensar que Toloveus Clearandbrightly era la persona de la que dependía, en aquellos difíciles momentos, el futuro de Inglaterra.

 

De hecho, tras veinte años encerrado en los archivos secretos, la figura del Guardián de los Votos era desconocía para la mayoría de los habitantes de Gran Bretaña. Tan solo los más viejos recordarían que, una vez, existió aquella figura mística y sagrada, encargada de velar por el cumplimiento de la Mágica Ley Electoral, en cada una de las elecciones de Ministros de Magia.

 

Las papeletas con las postulaciones llegaban a la mesa de Toloveus tan pronto como eran emitidas y se amontonaban ordenadamente en el lado derecho, justo debajo de un sello de oro que las guardaba mágicamente e impedía que ningún hechizo pudiera manipular los resultados. También, cuando el plazo de postulaciones se cerrara, aquel mágico sello dorado, cantaría con voz propia y singular los finalistas que pasarían a las dos siguientes rondas de elecciones.

 

Cada vez que una papeleta se amontonaba junto a las otras, resguardadas por el pesado y diligente sello dorado, Toloveus giraba su cayado y hacía aparecer en las grandes pantallas del atrio ministerial una viva imagen en tres dimensiones de los candidatos postulados. Su biografía y logros se iba mostrando en las grandes pantallas, informando a los ciudadanos que aún acudían al ministerio de quiénes eran los postulados y cuál había sido su trayectoria en la vida para merecer aquel honor. En aquel momento, las pantallas mostraban la biografía de @, un líder político que había surgido en los últimos tiempos, quien sabe si de forma oportunista, tras ser acusado de traición mientras ocupaba su cargo entre los Inquisidores. Era alguien de rancio abolengo y linaje puro, nacido Black y criado entre lujos y algodones. No obstante, el joven se había sabido desenvolver en la vida con bastante independencia y logrado entrar bastante joven en el Cuartel de Aurores. Desde entonces, su carrera había experimentado un ascenso tras otro y, sin duda alguna, era uno de los líderes políticos más destacados del momento.

 

Toloveus también enviaba notas de prensa al Profeta, informando a @ de cada uno de los postulados, para que el Diario mágico informara a toda la comunidad mágica. Aunque no tenía tiempo de elaborar grandes biografías, procuraba enviarle reseñas de cada uno de los candidatos. Toloveus se había convertido en un artista de la papiroflexia durante sus aburridos años de inactividad en los Archivos Secretos. Era muy hábil creando figuritas de papel y, de hecho, su mesa estaba llena de ellas. Cada vez que tenía un momento libre, lo dedicaba a doblar y recortar pergaminos, creando vistosas pajaritas, aviones, barcos, lechuzas, paraguas, carros, patinetes y cualquier cosa que pudiera servirle para grabar sus múltiples mensajes y enviarlos a sus destinatarios. No necesitaba lechuzas, pues él era el Guardián de los Votos, heredero y depositario de la magia electoral y sus misivas llegaban mágicamente de un segundo al siguiente, a sus destinatarios, sin posibilidad de pérdida, robo o manipulación. Los mensajes que enviaba al profeta siempre eran criaturas de papel, a veces pajaritas, otras veces lechuzas, aunque las más de las veces, solían ser esfinges. A Toloveus le parecía gracioso enviarle al profeta los mensajes a través de esfinges de papel, aunque si alguien le hubiera preguntado, porqué lo consideraba gracioso, Toloveus se habría encorvado más y reído aún más, pero no se hubiera molestado en responder sobre los motivos de un chiste que él veía tan claro. Bueno, él era Toloveus Clearandbrightly, así que, realmente, él todo lo veía claro y brillante. Vale, eso era otro mal chiste. Y, desde luego, se alegraba de que no muchos lo pillaran. Afortunadamente, su nombre tenía raíces latinas y su apellido era totalmente inglés, así que no era muy probable que muchos se dieran cuenta de lo gracioso que podía resultar su nombre para un Guardián de los Votos.

 

Para sus 98 años, Toloveus derrochaba actividad en aquellos momentos. Además de las notas al profeta, estaba enviando mensajes a cada uno de los postulados, por si cualquiera de ellos quería ofrecer un discurso a la comunidad. Obvio que también tenía que avisarles, no fuera a ser que algún candidato no quisiera dedicarse a la política y deseara renunciar a ser considerado candidato.

 

El proceso se complicaría cuando comenzara la fase de las votaciones, pero aún así, en aquel momento exigía toda la atención y dedicación de Toloveus. Tomó un barquito de papel y gravó un mensaje para avisar de su candidatura a @, felicitarla y preguntarle si quería dirigir un discurso a la comunidad. Era una de las candidatas más votadas y Toloveus pensó que tenía muchas posibilidades de ser la siguiente Ministra de Magia. ¡Quién lo hubiera dicho, alguien que nunca se había metido en líos políticos! Eran tiempos difíciles y el momento requería sacrificios. O al menos así lo veía Toloveus.

 

Tomó un avión de papel, una lechuza de pergamino, un theastral de cartulina negra y un carro de papel azul y los envió a @, @Mia., @@Dennis Delacour y @. Todos ellos habían sido postulados, por lo que era su deber informarles y ofrecerles la posibilidad de comunicar su programa o realizar un discurso a la comunidad mágica.

 

Y así, uno a uno, fue avisando a todos los que habían sido postulados hasta el momento (@@Amya An, @@Darla Potter Black, @@Hayame Snape Potter Black, @@Jank Dayne, @, @@Leah Snegovik, @@Matt Blackner, @, @@Zack Ivashkov, @, @@Candela Triviani).

 

Cuando acabó, envió mensajes mágicos a toda la comunidad, preparando las papeletas electorales y avisando de que estaban en su derecho de realizar tres postulaciones a candidatos. Todos estaban invitados a votar. Ese era su derecho y también su deber. Inglaterra necesitaba de un líder capaz de unir a los ciudadanos y de afrontar la difícil situación por la que estaban atravesando.

 

Cuando terminó, Toloveus se arrellanó en su silla, esperando la llegada de algún discurso o de una nueva papeleta con el nombre de otro candidato.

 

En el exterior, un cuerno de erumpent explosionó. Éste había sonado demasiado cerca. Toloveus esperaba que las defensas mágicas que había puesto en todo el Ministerio funcionaran. Aún así, afuera seguramente, habría nuevos muertos que recontar. Ese era el precio de toda guerra.

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Come, my friends,
Tis not too late to seek a newer world.
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-Por la madre de todo lo tenebroso... recuérdenme matar al que se le haya ocurrido la bromita de postularme para estas cosas... el que haya hecho ese chistesito me las va a pagar!

La bruja andaba a la zona donde le habían pedido que acudiese, vistiendo sus mejores ropas de la época antigua en la que había nacido; el vestido inglés le picaba por los siglos sin haberlo usado y por estar tan fuera de moda que le cubría lo que no quería y le descubría lo que prefería que estuviese tapado. Pero su elfo había insistido en que "es lo que hubiera deseado el amo Esparta, que en paz descanse y que sentiría muy orgulloso de ver que su nieta había logrado al menos un pequeño reconocimiento dentro de lo político"

Curiosamente, lo político se le daba bien a la Snape, no así que le gustara en lo más mínimo si no era para tirar porras a su familia

Al menos, tenía que admitir que le hacía sentir orgullo el saber que su antiguo jefe y empleador, Matt Blackner la consideraba digna para intentar ocupar un cargo que requería de mucha responsabilidad y horas invertidas

Algo en lo que la Snape a veces podía ser tan obsesiva como su hermana, que iba a la cabeza de las encuestas

-Espera... -dijo a su elfo mientras seguía caminando en ese enorme vestido en ante negro con volantes blancos y plata como la luna -eso significa... que como candidata, aun estando hasta abajo, no voy a poder votar de nuevo??

Sus ojos se abrieron grandemente y emitió un breve y quedo quejido

Su elfo rechistó y luego, hizo un además como si se levantase la barbilla a sí mismo pero como un modo de pedirle a la Snape que hiciera lo propio

-Elegancia... soltura... encanto, ama -pidió Czésar dándole una mirada firme a la vampiro que emitió un suspiro y se hizo hacia atrás el largo cabello, amarrado en una media coleta y, con un gesto un poco acongojado finalmente atravesó puertas y pasillos para llegar a donde la habían requerido

Tenía que admitir, que el estómago le estaba dando un gran vuelco y los ojos rojizos resaltados con el maquillaje, buscaban tanto a su familia para poder sentirse un poco más a gusto y a la persona que le habia llamado para que acudiese a presentarse; qué esperaban que sucediera con los candidatos más bajos en las votaciones? Qué esperaba Ottery de ellos, qué tendrían ellos que ofrecer a la comunidad aparte de su sincero interés por su bienestar como uno más de ellos?

Tan solo le quedaría esperar...

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Escupí el líquido a la taza y me limpié la lengua con la servilleta, con cara de asco. Miré la mesa del desayuno y noté, por primera vez, lo parca que estaba aquel día. Acostumbrada a té, café, mermelada, pastas de chocolate y zumos de naranja, hoy lucía bastante vacía. Enarqué una ceja en un gesto inquisitivo hacia Harpo, quien, entraba con una bandeja de cuatro croissants bastante diminutos comparados con los acostumbrados.

 

-- Hay problemas de reabastecimiento en la ciudad, Ama. Conseguir comida fresca se está volviendo bastante complicado. Las tiendas tienen problemas de saqueos y cada vez es más difícil obtener materia prima. Si quiere, planto árboles frutales en una ala del jardín y podemos dedicar una parte del terreno a productos esenciales como los cereales. Necesitamos trigo, tiene niños en edad de crecimiento. Y el precio se ha quintuplicado, cada vez cuesta más comprar menos comida.

 

Fruncí el ceño y dejé la taza con aquel pseudo líquido que simulaba la leche.

 

-- Sí, claro, y si quieres, ponemos una granja con gallitas y vacas para tener huevos y leche frescos -- comenté, un poco arisca. Aunque si eran ciertos los rumores de que varios países se estaban aliando en contra de Gran Bretaña, tampoco era una idea desdeñable. -- Bueno, hazme una simulación de los terrenos invertidos en ello y de la seguridad de la mansión. Temo que la Guerra nos afecte.

 

Un estruendo sonó cerca, confirmando que la situación anómala se esparcía ya por todos los rincones del país. Harpo se acercó y retiró la taza y me puso otra, esta vez con café. El olor era, al menos, agradable, con una mezcla de vainilla y avellana.

 

-- Veo que el café si se encuentra. Menos mal...

 

-- Dele las gracias a su yerno. @ ha conseguido varias sacas del café que le gusta de... sus contactos.

 

Le miré con los ojos achicados, algo enfadada. No podía permitir que Sean desarrollara su facilidad para el contrabando para abastecer la casa. Es más, si pudiera, no podía permitirle que siguiera en la casa. Si no fuera que no había manera de convencer a mi hija @@Perenela Arya Grindewald Potter Blue que se buscara otro novio más adecuado. Sean era... Sean, ladronzuelo, contrabandista, Don Juan y... un buen amante de mi hija. Ese último era el único factor que aún le permitía permanecer en la "Ojo Loco"; yo era la primera que debía reconocer que el Amor te hace cometer locuras y que éste todo lo puede.

 

Suspiré. El café era bueno, ¿cómo le iba a decir a Sean que no lo trajera? Los gritos de Ithilion distrajeron mi mente de los pormenores de productos de primera necesidad que necesitábamos. Harpo y los elfos de la cocina eran muy buenos reposteros y cocineros y acostumbraban a hornear ellos mismos los productos, no nos fiábamos mucho de los envasados pero... Además (sonreí al pensar en ellos), si queríamos que @@Tamarindo siguiera pasando por la mansión, necesitábamos que ellos pudieran seguir haciendo aquellas galletas de chocolate y canela que tanto le gustaban.

 

El niño apareció a la entrada del cenador donde estaba la mesa. Perseguía una mariposa. Bueno, eso pensaba hasta que se acercaron y noté que era un barquito de papel que parecía flotar en una especie de... nada. ¡Gran magia! Y ministerial, por lo que recordaba... Pero esta comunicación tenía un aire... diferente... personalizado... La curiosidad me pudo y dejé que me alcanzara antes que mi niño pudiera chafarlo entre sus dedos. Agarré a Ithilion y lo senté sobre una de mis rodillas mientra que desdoblaba el barquito.

 

-- ¿Qué demonios...? ¿Ministro? ¿Por qué maldición tuvieron que irse Mack y Crazy? -- gruñí. Ithilion tomó el papel y empezó a arrugarlo, en un burdo intento de rehacer aquella armoniosa forma de barquito inicial.

 

Lo dejé en el suelo y él se sentó, tomando una de las pastas que había traído el elfo. Yo le contemplé, absorta en mis pensamientos, mientras él devoraba todo lo que había a su alcance. Benditos niños... Para ellos no hay guerras ni situaciones especiales....

 

-- Harpo, avisa a la familia. He de hablar con ellos. Diles que me han nominado a Ministressa del Ministerio de Magia y hemos de decidir qué hacemos en estos momentos.

 

Una lechuza gimió al alcanzar la mesa y cayó de lado. Presentaba heridas en una ala. Ithilion se subió y gateó por la mesa hasta alcanzarla, con lástima.

 

-- Ithi, cielo, los pies fuera de la mesa.

 

-- Los tengo en alto, mami.

 

Sonreí, aquel niño también sería funambulista si era capaz de mantener así el equilibrio. Le tomé por la cintura, él sin soltar la paloma, y lo volví a sentar.

 

-- Los pies y el cuerpo que le acompaña también, muchachito. Déjame ver lo que trae. Dale agüita, anda, que parece muy cansada.

 

Antes de que volviera a volar, le curaría; amaba a los animales tanto que los protegía por encima de los humanos maltratadores. Si tuviera que salvar a una bestia o a un hechicero en un momento dado, creo que me lo pensaría mucho.

 

Traía un ejemplar esmirriado de El Profeta. Parecía que el periódico local también tenía problemas de abastecimiento de papel. Arrugué el ceño de nuevo, leyendo las terribles sospechas sobre la alineación de los planetas y su influencia en la situación política del país. Nunca me había gustado del todo la Astronomía pero tenía que reconocer que aquello podía ser una causa. No podía creer que Bulgaria nos amenazara con una guerra sin explicar de qué nos acusaba.

 

Bueno, es que la política y yo como que... La noticia que España parecía apoyar al bloque contrario me produjo una sensación extraña. Yo era española y eso podría originarme problemas.

 

-- Harpo, dile a Sean que no quiero ver que trae nada del estraperlo, sobre todo harina, trigo, los ingredientes que necesitemos para la comida. Bueno, tú sabes más que yo de lo que él no puede traer nada de nada. Agua, leche, huevos... todas esas cosas y sí, algún animal de granja y forraje y... Leñes, necesito ir al circo para comprobar si los animales están bien alimentados. Que ni se le ocurra mirar si en los bajos fondos en los que se mueven hay proveedores de comida especial para Criaturas de alto nivel y, sobre todo, que ni se le ocurra traer nada para abastecer los negocios varios de la familia. Que le pregunte a Amya o Hayame qué no necesitan. Sobre todo, yo no quiero verlo haciendo eso. Y llama a @@Matt Blackner para que nos diga si ya está organizando la mudanza de todos los miembros de las otras familias a ésta; es mejor tener todo centralizado en una donde poder mejorar las defensas y la logística necesaria la subsistencia en estos duros momentos.

 

Tomé otro sorbo de café mientras sentía los chasquidos de varitas usándose en algún lugar del exterior, en la calle. Hoy iba a ser un día muy largo.

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Acababa de ayudar a Sean con un cargamento especial de cosas que podíamos necesitar en casa, que mi futuro marido me incluyera en la parte no peligrosa de su trabajo me enternecía porque se preocupaba por mi y bueno porque con los contactos de mi madre me era fácil vender los "artículos de trafico de alto riesgo" pero por mas que le suplicara que me llevara en sus expediciones no había logrado que diera su brazo a torcer, sin importar que tan buena fuera con las armas blancas para el llevarme con el era un NO rotundo, aun así le ayudaba con lo mas importante, con lo que el no podía estar implicado y bueno sacábamos una buena tajada por ello y en estas épocas de crisis me era fácil pasarle una lista por debajo de cuerda para abastecer la casa. Entré a la mesa del comedor donde mi madre bebía su café mientras despotricaba por lo que sea que tenia el mensaje, sonreí y cargué a Ithilion para darle un beso mientras le daba otro a mi madre en la cabeza:

 

-¿a donde se fue mi abuelo Crazy? - le dije medio distraída mientras dejaba al niño en la silla y robaba la taza de café de mi madre, sonreí al sentir el aroma del café importado por mi cuasimarido y me dirigí a la cocina a buscar una taza para mi y a darle un mensaje bajo al encargado de la cocina de donde podría encontrar los suministros. volví a la mesa a escuchar a mi madre todo lo que no debía decirle a mi prometido y me eché a reir mientras disfrutaba del café, le repliqué:

 

-Los suministros de la casa ya están cubiertos pero olvide por completo los suministros de las criaturas, voy a hacer una incursión con el enano gruñón para que me de una lista y no se la pasare a @ para que se encargue de eso, no demorara en bajar

Siempre seré tu hija... Reiven Grindewald te quiero // NiqQIUZ.gif

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En House of Books antes de salir hacia Gringotts

 

Estaba sentada en medio del comedor, le había dicho a Seba que iría por un nuevo cargamento de libros antes de ir al banco. Intentaba terminar el desayuno y leer las pocas noticias que se publicaban aún. Nada bueno parecía surgir de aquello, las palabras, las historias. En su oportunidad había recibido información sobre el tema, pensó mientras tomaba un sorbo del té que le había servido antes de irse Seba. Aun recordaba cuando todo empezó, parecía tan lejano y sin embargo apenas habían pasado un par de meses.

 

flashback

 

Le molestaba sobre manera tener que volver allí, lo había discutido con Seba, él no quería que lo hiciera si no se sentía cómoda, pero ella le reveló que no era solo por eso, ella no tenía poderes de videncia ni adivinación, pero lo que había llegado oculto en una de las entregas de libros del continente era más que una profecía o una advertencia. Kimberly había recibido también una nota de advertencia, eso explicaba el porqué de que la carta de Darla estuviera dirigida a Scarlet. La vampiresa no sabía cuántas de las guerreras de la Akane continuaban con vida, Kimberly se había sorprendido de que Dana les hubiera escrito y supiera del destino de Scarlet.

 

Aún discutían el tema cuando la campanilla sonó en la planta baja, una voz sonó agitada y una carrera por las escaleras les llamó la atención. Levantó la vista para ver aparecer en el ingreso al departamento a Kimberly, habitualmente prolija sus cabellos rubios estaban revueltos, como si hubiera corrido, tenía restos de hollín en sus ropas.

 

—Ha ocurrido… ha comenzado como había predicho Dana —Darla frente a ella palideció aún más —nos han declarado la guerra…

 

Las ideas de la vampiresa se mezclan, dos voces se entremezclan en su mente mientras fuera de ella Seba interroga a Kimberly sobre lo que sabe, tener tantos hablando fuera y dentro de ella es algo un poco enloquecedor dadas las circunstancias. Scarlet le lanza más información sobre la tal Dana Alekseev, aunque ella no ve el sentido de conocer el por qué la eligió para formar su ejército. Tampoco logra entender cómo alguien metió un dragón en el Ministerio, aunque no sería la primera vez y sospechaba que tampoco la última, la seguridad se había vuelto un desastre y no entendía por causa de quién.

 

—No es lo único —decía en ese momento Kimberly —Tess me ha escrito también, en su país está ocurriendo lo mismo, el Ministerio ha caído una vez más, no es evidente, pero todos lo saben, Gran Bretaña está debilitada y lo sienten, habrá guerra pero no queda claro por parte de quién o si de todos —su mente se saturó una vez más de información, esta vez sobre Tessa Brouwer.

 

Basta, gruñó Darla en su mente intentando acallar a Scarlet pero la vampiresa parecía no dispuesta a dejar de darle toda la información que creía necesitaba para confiar en las palabras de las otras brujas vampiros que había creado a lo largo de su época de venganza. Tenía razón, por lo que lograba entrever en todo aquel berenjenal de información el ejército de la Akane podría llegar a sostener a su propio reino si ella quisiera, como en el pasado.

 

fin del flashback

 

Se echó para atrás en su silla, finalmente se había echado atrás también en la decisión de ir al Ministerio en aquella oportunidad. Kimberly la mantenía al tanto de lo que las del clan Akane le iban informando. Ella aún no podía creer que hasta desde África le llegaran cartas de una tal Nyaring, contándole sobre el regreso de los Uzzas y Arcanos. La bruja había decidido permanecer al margen, sentía que la Akane se desesperaba por intentar salir, pero ella no estaba dispuesta a dejarla tomar el bando por más que la otra se esforzara en decir que estaba más preparada para afrontar lo que parecía que se venía.

 

La verdad era que parecía que sería imposible ignorar una guerra que los rodeaba, a pesar de que habían intentado mantenerse trabajando como si nada, los pagos del último período mostraban el terror de los magos y brujas que ni se presentaban a trabajar ¿a dónde? Si el Ministerio estaba en ruinas.

 

Ya iba a abandonar todo ese tema e ir por el cargamento de libros cuando frente a ella apareció una patineta hecha con un pergamino teñido de añil. Darla frunció el ceño, sabía que existían diversas maneras de enviar mensajes y reconoció de inmediato la de los pequeños origamis. Se preguntó cuál de las guerreras de la Akane sería esta vez, pero para su sorpresa venía dirigido a ella por parte de un tal Toloveus Clearandbrightly. Alguna vez, cuando tenía accesos a los documentos del Wizengamot, había leído sobre él. Pero eso había sido hacía mucho tiempo ya ¿por qué le escribía?

 

Un escalofrío recorrió su espalda, sus ojos se volvieron más rojos que la sangre y sin poder evitarlo sus colmillos salieron por unos segundos. Cuando al fin la calma volvió a ella releyó la nota. Postulada, programa de gobierno, discurso, aquellas palabras sobresalían a su vista. Necesitaba hablar urgente con Seba. La cabeza comenzó a girarle y se obligó a calmarse. Una vorágine de sentimientos mezclados se revolvía en su interior. Mordió un poco su labio y aflojó el apriete. Necesitaba hablar con Seba.

 

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El ojimiel se ajusto un poco más la capa negra, ahora si que se cubrió los hombros y se colocó la capucha, el agua de la torrencial tormenta no le mojaba la ropa debido a un impervius ejecutado justo a tiempo para caminar ladera abajo de aquella montaña, el frío si le calaba el cuerpo pero decidido a encontrar a la mística criatura mágica no se detuvo en ningún momento.

 

Cualquiera que lo pudiera ver, lo juzgaría un loco, alejado del Ministerio, se le dificulta ver a causa de tanta agua que el cielo desplomaba sin misericordia, empieza a caer la noche, la última hora de luz se agota, en la lejanía se ven varios destellos de luz...no, no son relámpagos. El estruendo aquí y allá, sugieren explosiones...¡ni el clima detiene las maniobras de la guerra!

 

Ryvak tiene que caminar con cuidado, al menos @@Shena Cindy de Ryvak M. Cindy le hizo caso de resguardarse con el pequeño Aydin en la cabaña con sus hermanos, eso le da animo a seguir sabiendo los más a salvo que estando con él. El terreno es peligroso de por si, las pocas ocasiones que @Delta le instruyó sobre ir a campo traviesa, le ayudan a manejarse sin tanto problema. El mercenario debe estar muy ocupado, tanto que aún no envía mensaje, pero tal vez eso es indició de que todo no va tan mal...espera que al menos el hermano de guerra se sienta a sus anchas y que tarde @@Reacon en dar la noticia fatal: las huestes del inframundo sumando se a la guerra...

 

Lo último que se entero Ryvak, es de que son varios países en contra de Inglaterra, la situación va mal....y él buscando un unicornio salvaje!

Pero así lo mostró hace unos días el fuego...buscando una lectura sobre el futuro, aquel unicornio de crin blanca brillante, puntas y cascos azules, se le apareció en aquella visión...hacia donde el unicornio apuntaba el cuerno, la devastación se transformaba, así que había que intentar encontrar ese unicornio...Por ahora la lluvia solo hace resbaladizo el suelo, si fuera por él, con gusto hubiera contado a alguien su propósito, pero hasta para él la visión del fuego era muy confusa...

 

Quizás y se estaba tomando muy literal lo del unicornio...¿a quién hubiera sido bueno haber consultado?...¿ A @@Reena Vladimir ?...como sacerdotisa tal vez tenga más experiencia, no sé....la lluvia sigue cayendo, aunque su intensidad a bajado bastante, me comienzo a pensar seriamente en regresar...entonces veo la arbolada de sauces llorones que se tornan de luz danzante...

 

--¡Al fin! ¡No es ninguna figuración mía, en verdad existe!--Grito de alegría y avanzó con más rapidez aunque al llegar mis movimientos son más mesurados, no quiero que se vaya al sentirse amenazado o algo parecido...después de todo, ya soy adulto y podría desconfiar de mi o mis intensiones...con ambas manos aparto las ramas que cuelgan como una cortina...y lo veo en todo su esplendor --¡Es fantástico! tranquilo amigo, no voy a hacerte daño--Voy acercando me a él extiendo mi brazo derecho en su dirección, lo dejo que me olfatee, que me mire...da unos golpes sobre el suelo con sus cascos que hacen saltar chispas, me muevo con lentitud, ganando distancia poco a poco...cuando alcanzo su frente, le acarició suavemente, esta llevandome tiempo pero siento que no debo apresurar mis acciones. La confianza no es fácil de obtener a las prisas, del bolsillo interno de mi capa, saco unos terrones de azúcar y unas lozanas manzanas...

 

El unicornio retrocede unos pasos, pero luego reconoce las manzanas y se aventura a tomarlas con sus dientes...--Así, muy bien! ¿verdad que están jugosas? --Le acarició de nuevo, al parecer también los terrones le agradaron...realmente mi "hermanita" @@Lady Luxure Grindelwald tiene razón...ayuda saber tratar a las criaturas mágicas. Recuerdo la razón por la que me encuentro ahí, entonces le hablo usando un tono suave...--Ey, he venido a buscarte porque en una visión te vi y de alguna manera ayudabas, cosa de humanos, es algo lamentable porque la gente mágica se esta enfrentando y no saldrá nada nuevo de todo esto, incluso ustedes saldrán lastimados, la guerra es la practica más nefasta que se ha creado. Tú eres una criatura mágica pura, tu cuerno tiene cualidades mágicas muy poderosas, no es que te pida luchar, no, solo que leí que un poco de polvo de tu cuerno, puede crear una "imagen" de aquello que se le cuestione, permite que tome un poco ¿de acuerdo?--Con cuidado de no hacer movimientos bruscos, saco un frasco de cristal el cual tiene un hechizo para que sea in-rompible, con calma uso una navaja muy pequeña para raspar suavemente su cuerno y obtener un poco que guardo en el interior del frasco.--Así esta bien, solo necesito un poco, las crónicas dicen que tú especialmente, puedes dar respuesta cuando se quiere modificar el futuro que se cierne implacable...¿puedes mostrarme armas que puedan detener la guerra? son muchos los enemigos, estaría bien conseguir varias...

 

 

El unicornio sacudió violentamente su cabeza...era como si se molestara de mi pregunta, no puedo culpar lo, pero tenía que intentar cualquier posibilidad, algo debe existir, aunque la magia tiene a veces un alto precio que pagar...sostuve mi mirada sobre él y de a poco se calmo, agacho su cabeza, de su cuerno se desprendió una luz, era semejante a un destello de luna y en el vi las imágenes que aparecían y danzaban de varios objetos mágicos, sentí latir con fuerza a mi corazón, uno de ellos era el santo grial, uno a uno se fueron mostrando, aunque no todos mostraban el sitio donde se encontraban...tome nota y luego me despedí, el camino de regreso era más sencillo. Saque mi varita y cree un portal para llegar a mi residencia, me mude de ropa para estar más cómodo, el lugar está silencioso porque ni siquiera hay elfos, ni a ellos quiero poner en peligro, aunque me pregunto ¿en que lugar no hay peligro?

 

 

Habrá que obtener mucho poder para defender a todos los que conozco...un extraño aleteo me alerta ¿qué será? busco con la mirada y veo un thestral de papel oscuro...se acerca y me permite tomarlo, es una misiva, la leo curioso y lo que comunica me sorprende gratamente... ^_^

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La Black buscó las noticias que podía, la guerra parecía estar cerrándoles todas las puertas. Las vampiresas de Akane la mantenían al tanto de los rumores internos en cada país en que se hallaban. Todas estaban dispuestas a dar a la Potter Black y su familia una vía de escape si fuera necesaria. En medio de todo aquel caos la bruja no podía creer que hubiera elecciones, claro que era necesario una mano dura al frente del gobierno, o al menos una mano astuta. Entonces, quizás fuera esa la solución, si Gran Bretaña lograba mostrar una seguridad política a los ojos del resto del mundo mágico quizás los países indecisos se inclinarían hacia ellos, logrando que el equilibrio mundial se restableciera, así más no fuera por temor a una guerra que les produjera más pérdidas que ganancias.

 

Aquel pensamiento le pareció muy loco a Kimberly, de hecho ella sabía que en la guerra siempre se perdía, demasiado. No era un arma para lograr la paz, era la paz el mismo medio. De hecho un muggle ¿o era un mago escondido entre los muggles el que había dicho que no había un camino para la paz sino que la paz era el camino? Como fuere, él tenía razón. Solo había un medio, pero los hombros magos y no maj tenían esa manía de no querer dejar de hacer la guerra, conquistar y dominar.

 

La rubia se puso de pie y se acercó a la ventana del pequeño departamento que alquilaba. Fuera se podía ver los destellos de la magia, ocultos para los muggles, pero fácilmente distinguibles para una bruja como ella. Sin embargo, si seguían así esos destellos se convertirían en algo más fuerte y terminarían siendo visibles para los muggles ¿cómo evitarlo? El secreto de la magia debía mantenerse, a cualquier precio le habían dicho alguna vez. ¿Sería realmente así? Pues no sabía cuánto tiempo duraría ese secreto en medio de una guerra mundial.

 

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Editado por Darla Potter Black
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La bruja estaba cada vez mas nerviosa y solo su elfo estaba a su lado mientras que intentaba por todos los medios fusionarse con la pared que tenía detrás

Aparte de aquella persona que parecía de edad avanzada y que parecía verla con un dejo quizás de desespero porque la Snape no se atrevía a acercarse todavía, ningún otro de sus familiares se había presentado todavía; si en aquel sitio ya estuviesen ofreciendo bocadillos, seguramente la Snape se estaría atascando de estos tan solo para tener algo que hacer y no sentirse con el estómago revuelto como lo sentía en aquellos momentos

Con cada momento que pasaba, seguía sintiendo que la broma de quien la hubiera postulado estaba llegando demasiado lejos...

Ella no estaba hecha ni siquiera para ser considerada a esas cosas!

Una cosa era que reinara en su zona del mundo, entre los de su especie y otra muy diferente que a alguien se le hubiera ocurrido que sería una buena Ministra de Magia

Claro que el puesto tenía sus ventajas porque podría ordenar investigaciones aquí y allá y ordenarse el permiso de acceso al departamento de Misterios, lo cuál conduciría quizás a algunos hallazgos que la ayudasen a traer de vuelta y finalmente al Señor Tenebroso... si lo meditaba adecuadamente, aunque aquel puesto la posicionaría en un escalón demasiado a la vista de la gente, también era una oportunidad única para conseguir algo que la ayudase en su misión de vida y existencia

El simple pensamiento de escuchar nuevamente la voz de su Señor, le hizo destellar los ojos con intensidad a lo que el elfo a su lado negó con la cabeza

Ya sabía lo que era cuando la Snape entraba en aquellos aires de intensidad

Finalmente, la vampiro tomó un poco más de valor, animada por aquel fortuito pensamiento y se fué acercando a la persona que estaba en el lugar, intentando de todas las maneras posibles no verse tan tosca como solía hacerlo de forma normal

-Humm... buenas tardes?

Saludó a aquel señor, tocandose el labio bajo con el dedo índice de su mano enguantada

-Podría ser tan amable de informarme... porqué nos han pedido venir a los postulados para el siguiente gobierno? -inquirió y luego, compuso un gesto preocupado -qué ha pasado con Crazy Malfoy?... él no suele ser de los que se retiro del gobierno tan fácilmente -frunció el ceño con preocupación

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La rubia miro una vez mas la nota en forma de murcielago, vaya sentido del humor del tipo, que le había llegado del Ministerio, alguien había cometido la locura de nominarla y ahora querían escuchar sus palabras. Pues que esperaran sentados, ella no tenia prisa por regresar a esa locura que solia llamarse Ministerio, o al menos lo que quedaba de ello. Le dio otro sorbo a su te y saco su baraja española, necesitaba hacer una lectura sobre lo que estaba pasando y que mejor lugar para atraer la vibración de lo que pasaba que el principal causante de todo aquel lió, el Ministerio y la fallida administración de los Malfoy que había llevado a la otrora grande comunidad Inglesa de Magos a la ruina, ahora todos querían un pedazo del pastel y mientras mas grande mejor. Gracias a los dioses, frente al Ministerio habían puesto una cafetería con mesitas en el exterior así que ahi podía ver muchas cosas sin levantar sospechas ni levantarse ella misma, de ahi se veía todo.

 

Saco las cartas, las revolvió concentrándose en lo que quería ver y comenzó a acomodarlas frente a ella mientras fruncía el ceño, aquello no estaba nada bien, la guerra era inminente y no pintaba buen panorama, las cartas le mostraban sangre, guerra y muerte. La rubia se quedo pensando si aquello le afectaría realmente o era mejor verlo del lado de su raza, aquello era alimento gratis, La vampira se sonrió cinicamente mientras ponía en la balanza su instinto natural o sus creencias fenixianas.

 

- Sera mejor que llame a V, ella tiene la mente mas fria - pensó mientras se terminaba el te y veía lo que formaban las hojas del te, mas mal augurio para Londres. - Sirveme otra taza y traeme galletas, querida.

 

A lo lejos, una explosión resono en sus oidos y la Granger deseo que alguno magos conocidos hubiesen quedado en medio, pero no tenia tanta suerte, se encogió de hombros y acerco la taza a la chica para que le sirviera su te

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Caos, el día en que el dragón irrumpió el atrio con la declaración de guerra de Bulgaria. Esa misma noche Inglaterra había respondido, apostando por el conflicto- ¿había sido yo?, ¿habría sido Arya?, ¿los altos mandatarios que renunciaban a sus cargos?, ¿quién respondió tal declaración?-. Fue una noche larga, en que muchos de los sangre pura que aún nos encontrábamos en pie sentimos el llamado, el ardor en la piel, el tatuaje cobrando vida nuevamente; ¿qué estaba sucediendo en el mundo mágico?, ¿la orden del fénix habría regresado?...Esa noche no pude conciliar el sueño, que fatídica, nos llamaba ingenuamente a luchar por la preservación de la magia ...

 

A la mañana siguiente pude tomar El Profeta en mis manos, en los pocos minutos que pude acercarme hasta el castillo de los Black que como de costumbre, estaba vacío. Dennis, Directora de la oficina del ministro y yo, teníamos orden de captura, pero la cuestión era ¿quién nos tomaría detenidos?; yo aún conservaba el puesto como Director del Cuartel Inquisidor y respecto a los Aurores éstos brillaron por su ausencia. Ni siquiera se habían molestado en aparecer a la reunión que habíamos convocado con la bruja para tomar decisiones y enfrentar lo que se nos venía por delante. Casi nadie sabía de las profecías, de hecho, nosotros desconocíamos gran parte pero ya teníamos algo de terreno en ello. Eileen, Grelliam, Castalia, Arya, Goshi, Matt, Sean, Sagitas, entre otros, habían sido los únicos presentes, los que también habían visto la visión de Grigor, los que conocían de la existencia de tres profecías que hoy nos amenazaban; también estaban al tanto de la desaparición de dos Warlocks, Leah Snegovik y Jank Dayne... Conocieron de primera mano la declaración de los búlgaros.

 

Me había apoyado al borde de la mesa, allí en la tosca cocina de los sangre pura que me vieron crecer cuando de pronto llegó una especie de origami encantado, y justo en el momento que agarraba una manzana para darle un mordisco la portada del noticiero mágico había cambiado, "Elecciones" rezaba en un título donde aparecían varios magos y brujas, entre ellos ¡yo! ¿yo?, ¿porqué?, ¿y la orden de detención? ¡ah sí! ¿quién me detendría?, ¿yo mismo?. Dejé la fruta a un costado y con una floritura de mi varita encerré la figurilla en una especie de esfera cristalina, básico encantamiento en son de desconfianza ¡estábamos en guerra!, cualquier mensaje podía estar maldito...¿estaba siendo paranoico?.

 

- A ver qué tenemos acá...- sostuve en un susurro mientras, como buen conocedor de maldiciones, parafraseé un par de cosas. El avecilla de papel se retorció ¡cómo si tuviese dolor!, más no se incendió como esperaba-... curioso...-solté al cabo que tomaba el origami y lo abría frente a mis ojos. El mensaje del ave era una invitación para entregar un discurso a la comunidad tras haber sido postulado a Ministro de magia.

 

- ¿Se...señor?- mi elfo aparecía frotándose las manos, inquieto y observando todo alrededor. Él sí que era paranoico- no esperaba verlo con vi...vida.

 

-Nius...- el elfo se estremeció, mi voz era áspera, grave y con el sutil acento inglés- ... ven aquí...- la criatura me observó desconcertada, con el miedo expresado en sus orejas gachas, bueno solo una oreja, puesto que la otra estaba siempre caída a la mitad producto de mi temperamento. Cuestiones de adolescente-... ven, no temas...- repetí con una frágil sonrisa bajo la gélida mirada gris que tanto me caracterizaba. Me agaché a su altura y con la varita rocé el contorno izquierdo de su huesudo rostro; temblaba- ¿porqué no esperabas verme vivo?, ¿algo de lo que tenga que enterarme?...

 

-Ni..Nius, vi... vió extraños en el castillo- comenzó a titubear- ellos ...e...ellos ... ellos...

 

-¡Habla ya!- exclamé dando un latigazo a mi varita para que soltara una chispa que disparó por el lado del elfo. Nius sabía que había fallado apropósito.

 

-¡¡¡Ellos hablaban sobre asesinar a los candidatos!!!- gritó de una vez.

 

-Vaya...-cuestioné al cabo que me erguía y rascaba mi barbilla. Siempre guardé la parsimonia tormentosa que me resguardaba- ... ¿hace cuánto fue eso?

 

-Una hora, mi señor...

 

-Está bien Nius, te haz ganado otro día de vida...¡vete!-Dicho tal, el elfo experimentó un escalofrío por su espalda y de un respingo desapareció de la cocina quizás a qué parte. Bufé- criatura es.túp.ida, mira que no confiar en que siga con vida... ¡vah!

 

Tomé la manzana que había dejado en el mesón, le dí un mordisco y con la otra mano tomé el periódico. ¿Quién en su sano juicio convocaba a una elección pública en tiempos de guerra? ¡Solo nos mostraban más débiles! ...

 

Caminé hacia el exterior y me vi envuelto entre flamantes llamas de fuego negro que me consumieron en un vórtice- mero encantamiento de desaparición. Estilo- para llevarme a la cabina que me abriría paso hasta el atrio Ministerial.

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