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Guerra mediática


GoshI
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Llevaba cinco minutos sin pestañear frente al espejo del camarín. Aunque no pudiera verse en el reflejo podía imaginar a la perfección su aspecto, ojeras intensas que casi tocaban el suelo, el maquillaje corrido hacia ambos lados, los ojos cansados, los cabellos un poco desordenados, labios en línea recta y la blusa blanca que llevaba puesta manchada de café sobre uno de sus pechos. Podía ver a Warhol y su ejército de esbirros ordenando el estudio detrás de ella, poniendo todo a punto antes que los muggles volvieran a invadir el espacio. El debate había sido intenso, era hora de descansar y pensar en otras cosas, pero...

 

- El Profeta...

 

Susurró. La idea le había quedado dando vueltas en la cabeza. Estaba segura que aquel periódico había desaparecido por completo, sin embargo seguía dando señales de vida. ¿Y cómo habían conseguido la primicia antes que ellas? ¿Acaso tenían un informante directo de la Orden? ¿O el Ministerio nuevamente estaba tejiendo sus hilos para tener un informante oficial antes de que el nuevo Ministro asumiera su mandato?

 

Muchas preguntas.

 

La Black se tronó los dedos y tomó la edición de El Profeta que le acababa de llegar de manos de su elfo. Ninguna nota llevaba firma, sin embargo alguien las estaba redactando y editando. Llenó su vaso con vodka y se empapó los labios.

 

- Maida... ¿estás por ahí?

 

La llamó a la distancia, apenas la vio asomarse desde su propio camarín se acercó con el periódico en una mano y el vaso de vodka en el otro.

 

- Si quieres que tu Vuelapluma sobreviva vamos a tener que pensar el cómo. Estos muchachos, quienes quiera que sean, están volviendo al ruedo. - Le cedió la copia del Profeta y le sonrió de lado.- Si el futuro Ministro está detrás de esto va a querer censurar cualquier otro tipo de publicación.

 

 

 

 

 

 

 

___

 

@@Arya Macnair @ y quien quiera sumarse :D

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- ¿Dónde más exactamente quieres que este? —respondió un poco molesta consigo misma, con el mundo, con Aaron, con todos, se puso colorada de pronto, Goshi nada tenía que ver con todo lo que últimamente le hacían revoloteos en la cabeza— Perdona, ¿en qué puedo ayudarte?

 

Le tomó cinco segundos llegar al lugar desde dónde venía la voz de Goshi y la vio sosteniendo un profeta a medio hacer, no era la edición tradicional al menos. Enarcó una ceja sin querer y se cruzó de brazos. El Ministro, es decir, Aaron no estaba detrás de ninguna publicación, es más, ella misma aún le debía explicaciones acerca de un par de artículos que lo relacionaban de mala manera con sus recién descubiertos hijos. Arrugó el periódico, dejando una fotografía a medio mover cerca de un espejo. ¿Por qué no se había quedado en medio de la Manor? Ah, claro, así, por él.

 

Mira, no quiero sonar pesimista, pero con todo lo que ha pasado, seguro que me cancelan las publicaciones en Corazón de Bruja y mi bóveda no alcanza para la redacción que pueda competir con El Profeta, si ellos deciden regresar —comenzó son una sonrisa que sólo le daba a la Black por su lado—, y segundo, dudo que Aaron esté enterado e incluso interesado en algo de esto, la verdad. No es del tipo que aprecie la publicidad.

 

Se apoyó en una mesita que tenía cerca y largó un sonoro suspiro. Estaba agotada, de todo, pero sabía que el tiempo de descansar estaba aún muy lejano y que, sí ya había comenzado algo más le valía terminar. Tomó uno de sus últimos panfletos y le hizo unos cuantos garabatos antes de mostrárselo a su tía. Entre segundo y segundo, se detenía, pero la pluma continuaba escribiendo, pensó uno que otro titular con el que comenzar todo eso, sin que se viera comprometida su línea de alcance y su intención real, que era, desviar la atención de los mortífagos como grupo de pandilleros que sólo buscaban dañar a la sociedad. Ahora, esa misma sociedad habían escogido a uno de los más radicales magos tenebrosos para encabezar el Ministerio, exhaló fuerte una última vez y giró el panfleto en dirección a Goshi.

 

Listo, hagamos esto, yo escribo todo lo que sé y vaya llegando acerca de la guerra —comenzó— y los enviamos vía volanteo por todo Ottery, es la única forma. No pelearé directamente con una publicación tan grande como El Profeta, pero siendo prima de Aaron supongo que algún paso adelante puedo estar en medio de todo. Será cuestión de convencerlo de tener al pueblo siempre informado, o bueno, informado con lo que él quiera que se sepa.

 

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Sótano de El Sendero

 

El suelo estaba seco al fin. El tarro de tinta hubo volado sin que nadie pudiese hacer nada al respecto y acabó regado por doquier. Los elfos demoraron alrededor de una hora para poder quitar la mancha mientras Arya redactaba cientos y cientos de, hasta entonces, garabatos. Cuando la guerra explotó a nivel social, puesto que aun nadie lo quería gritar, muchas personas decidieron soltar su criatura literata. El Profeta había caído, la Directora llevaba desde mucho tiempo antes desaparecida así como sus compañeras, Mahia y Goshi, aunque ésta última seguía bastante presente en su entorno.

 

Macnair, con la bomba en puerta, ocupó su corto tiempo en la familia y los problemas personales. Iba a casarse, y ya no más. Tenía una niña que criar y el apellido se propagaba al igual que el Croft, luego del nacimiento de los gemelos. Hubiese seguido callada, en el anonimato, disfrutando de sus propios asuntos hasta que a las manos le llegó una edición de El Vuelaplumas y se molestó.

 

¿Qué estaba pasando allí? El periódico de la gente se veía destruido, en decadencia, obsoleto para la comunidad a la que tanto había informado, mientras otro ocupaba su sitio. No podía permitirlo.

 

—¿Estás seguro?

 

Volteó a mirar al Black. Allí abajo hacía muchísimo calor. ambos estaban, de ganas, con una sudadera empapada en la espalda y el pecho, el cabello pegado a la frente y con manchas de tinta entre el índice y el dedo medio. Aaron asintió, se tronaba los dedos, no nervioso pero sí con demasiadas cosas en la cabeza. Ahora, recientemente nombrado Ministro de Londres, las obligaciones se le subían a los hombros y la mujer le sumaba una edición clandestina. ¿El filtro? pues nada menos que el propio Ministro.

 

Más existía un trato entre los dos, si él decía que no, era un no rotundo y nada se publicaba.

 

—Entonces está hecho, dame una hora y se sabrá lo de Rumania

 

Tragó en seco, aquella noticia tocaba muy de cerca a Leah y Luca, dos personajes reconocidos en la comunidad y que tenían tiempo sin asomar las narices ¿Cómo desmentirían los rumores si llevaban meses en plan fantasma?

 

@ @ @GoshI Holi *-*

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- No necesitamos dinero para lo que queremos hacer... - Se acercó a la mesita donde la Yaxley no paraba de dibujar trazos a pesar de su mueca inquieta y dejó el vaso de vodka en una de las esquinas. Apenas realizó una pausa, la Black señaló con su dedo índice el panfleto que estaba garabateando.- Con esto podemos dominar el mainstream de Londres.

 

El mismo dedo índice que acababa de manchar con tinta fresca se lo llevó luego a la sien, dejando una marca negra al lado del rabillo del ojo.

 

- Piénsalo un segundo... - La miró fijo a los ojos.- Estamos en guerra, crisis política, con alguien a nuestro favor en el poder, por suerte. La sociedad descree totalmente de las instituciones, sobretodo desde que aquel dragón irrumpió las oficinas del ministerio sin previo aviso, y hasta que El Profeta vuelva a posicionarse tenemos muchísima ventaja en tiempo. Los rusos en tiempos de guerra no hacían grandes publicaciones sino algo muy similar a esto.

 

Tomó el panfleto entre sus dedos, leyendo lo que Maida acababa de escribir. Realmente creía que era muy buena en lo que hacía.

 

- Y tus ideas son bastante revolucionarias como para mantener a la masa distraída, incluso aunque sea amarillismo, fake news o como quieran llamarlo.- Sonrió de lado.- Nadie va a querer leer información oficial y seria en tiempos de desazón.

 

Le devolvió el panfleto, volvió a levantar el vaso de vodka y le dio un sorbo largo que le provocó comezón en la nariz.

 

- Ajhhh... - Frunció el ceño y sacudió la cabeza.- Además, no te olvides que conozco muy bien cómo funcionan internamente. No van a levantar una sola publicación hasta no tener una fuente oficial.

 

Empezó a caminar en círculos. Eran muchas las ideas que rondaban la cabeza de la Black acerca de posibles responsables de que el Profeta siguiera su curso. El Ministerio, por un lado, algún oportunista, por el otro. Incluso antiguos directores estaban en su lista de posibilidades, o algún reportero. El mismo Jank podría estar detrás de todo esto. ¿Los ex ministros? ¿Sus antiguas compañeras? ¿Mahia? ¿Arya? ¿Gabrielle? ¿Pik?

 

Demasiados nombres, no tenía ningún sentido seguir divagando en el aire.

 

Volvió a tragar su vodka y se acercó nuevamente a la Yaxley tomándola del hombro.

 

- Yo me encargaré de la distribución. - Resopló.- Necesitamos contactar a Aaron urgente, lo tendríamos que haber retenido después del debate. ¿Tienes alguna lechuza directa con él?

 

Hizo una pausa dramática(?.

 

- Necesitamos saber quién es el topo del ministerio que está en trato directo con quien cuernos esté a cargo de ese maldito diario...

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-Sí, estoy seguro. Quiero abrir la polémica de Rumania y de paso sabremos con quién debemos contactarnos para tenerlos de aliados en ésta guerra...- pase el dorso de la diestra por la frente, ¡hacía calor!- ... ¿porqué está tan candente acá abajo?, apuesto con que son estas maquinarias muggles...- sostuve con cierto recelo al tiempo que daba unos golpecitos con mi puño, la maquina comenzó a imprimir y a lanzar papeletas por todo el salón- ¿pero qué le pasó a ésto? ¡se ha vuelto loco!...- saqué la varita pero Arya me detuvo de reventar el artefacto muggle; comprendí que así nada más era el asunto.

 

¿Quién sería el vuelapluma? o ¡la vuelapluma!. Era una pregunta constante en mi cabeza, una que seguí tratando de descifrar mientras enarbolaba mi arma mágica para ordenar las papeletas. Conocían a mis hijos y se rumoreaba sobre otro muchacho al cuál no conocía mucho pero sí le había visto con Matthew... o es que acaso el pequeño Triviani también lo sabía y no me había contado nada. Tomé un ejemplar del noticiero amarillista.

 

-¿Puedes creer que me tildan de alcohólico?...- me reía solo, al menos distraían un poco a la comunidad después de toda la bataola de situaciones que se vivían en el mundo mágico- Los encerraré en Azkaban cuando busque la forma de reabrir la cárcel mágica...¿haz sabido algo de la orden del fénix?...- era una pregunta con un cierto dejo de sarcasmo, pues la bruja había formado filas de esos sangres sucias. Arya me observó molesta- ya ya...-bufé una sonrisa-... sabes que no puedo evitarlo, pero ¿ustedes sienten como el llamado en el corazón y esas payasadas?- volví a soltar una carcajada- ¡tranquila mujer!, ya te lo he dicho, si Castalia confía en ti, yo también lo haré...

 

#rolbienrandom xD

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Sótano de El Sendero

 

Mientras Aaron hablaba terminó de redactar la nota en la que trabajaba, era breve y solo ocupaba una hoja pero para empezar significaba algo. La huella de El Profeta, el eco de que pronto volverían. Luego la firmó y tras parpadear el escritorio improvisado estaba repleto de la edición anterior, con la que se dieron a conocer, y más llovían sin parar. Black no se llevaba absolutamente nada bien con la maquinaria muggle, cosa que a su compañera le causaba muchísima risa. Arya rompió en una sonora carcajada mientras tomaba de su bolso dos botellas de agua fresca y preservada para acercarse a él justo cuando pretendía volar todo por los aires.

 

—¡¡Oye,no!! Es maquinaria muy vieja y difícil de conseguir— Con el puño cerrado dio un golpecito a la impresora y ésta dejó de vomitar hojas.

 

De haber utilizado magia en todo lo que estaba haciendo, de seguro, hubiesen dado con su ubicación rápidamente. Aquello mismo fue lo que le explicó al Mortífago, al nuevo Ministro. Los ojos de la pelirroja brillaron mientras, en silencio, le entregaba el agua. Ya no se odiaban, y en secreto estaba profundamente orgullosa de él, pero no se lo diría jamás. Aaron bebió un poco de agua y se perdió en una edición de Vuelaplumas, se lo notaba molesto por algo y si no fuera porque lo dijo en voz alta, no habría comprendido.

 

Le causaba cierta gracia que le tratasen de borracho pero no pudo expresarlo puesto que su simpático compañero sacó temas a relucir demasiado delicados para ella. Macnair frunció el ceño y rodó los ojos, no tenía por qué saber temas competentes a La Orden del Fénix, aquella parte de su pasado había quedado sepultada de arduo trabajo. Y él siguió al punto de hacerla molestar. La pelirroja se puso en pie y pegó de un puñetazo el panfleto terminado, hizo que el hombre escupiera el último sorbo de agua y diera medio paso atrás, casi ahogado.

 

—No es gracioso, lee eso. Sale en un minuto...

 

...Exactamente un minuto después

El Profeta Clandestino

Se que nos echan de menos. Últimamente las noticias que llegan a sus manos son varias ¿Pero realmente confían en ellas? se preguntarán dónde estuvimos o quiénes de nosotros quedamos, por el momento no podremos dar cara a la situación pero sí volver a quienes más nos necesitaban, ustedes, la inmensa comunidad mágica a la cual le han colocado una venda a los ojos. Despierta señora ¡Deje esa tonta edición sobre la pareja del año! y preste atención, ésto es lo que desde lo más alto del Ministerio de Magia no quieren que sepas.

 

¡Se ha desatado la guerra! ¿Qué, que ya lo sabían? Pues venga, que no es noticia vieja. Escasean los productos en las tiendas, algunos Profesores han renunciado a sus puestos de trabajo ¿Y dónde están los funcionarios públicos? Ingresar al Atrio es como transitar un pueblo fantasma, los Departamentos están completamente vacíos, el frío hace eco en las oficinas.

 

¡¡Que alguien llame a seguridad mágica!! ¿Será el nuevo Ministro la solución a todos nuestros problemas?

 

Espero no crean que están seguros en sus casas, con las conservas en el sótano y los suministros en el altillo, protegiendo sus mansiones y castillos con sortilegios caducos. Porque no, no están seguros, ya no estamos seguros en ninguna parte y cerca de ninguna persona conocida o por conocer. Abran los ojos

 

Desde nuestra fuente más confiable dentro del inestable Ministerio, de quien por obvias razones no revelaremos su identidad, nos ha llegado la noticia de son cada vez más y más los Países que se suman a la contienda, Inglaterra no está sola pero aun así fuertes son las inminencias que nos hacen frente. Una de ellas y la más relevante, además de reciente, es Rumanía ¿Que por qué? Pues su primer Ministro no es nada más ni nada menos nuestra reconocida Warlock estrella, Leah Snegovik.

 

Un dato curioso, Snegovik es su apellido de casada, debido a que contrajo nupcias rompiendo la ley de monogamia con Sísifo y Oniria Snegovik. Por lo tanto, y para quienes no lo sabían, nuestra moralista y valiente bruja de túnica azul porta como apellido Ivashkov. Se rumorea que desciende, directamente de sangre, de familia Rumana, y por lo tanto el título le corresponde, más en este momento se encuentra en disyuntiva con el —antiguo— Ministro actual, Luca Van Halen.

 

Éste último personaje, aparentemente, ocupó el puesto parlamentario sin consenso popular sino impuesto por su prima, Lisa Weasley Delacour. Repito, no estamos seguros, y querrán terminar de entender por qué, pues atentos a mis palabras querido lector: Luca Van Halen pertenece a nuestro cuerpo de seguridad y ocupa el puesto de Jefe ¿Cómo estaremos protegidos si dos eminencias forman parte de un poderoso oponente bélico?

 

¿En quién confiaremos ahora? Pues lo averiguaremos en la siguiente edición, así que por favor, más cuidado donde colocas tus ojos. Quizás e incluso demos con el paradero de una vieja vidente, Sounya.

 

Escrito por: Mister x

 

@ @GoshI @Maida I. Yaxley

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Maida bufó, eso de “tener a alguien a su favor” era realmente muy relativo. Aaron aún no sabía que ella estaba detrás del panfleto que lo sindicaba como un mal padre y, además, alcohólico. Miró a Goshi y se preguntó cómo es que ella le tenía tan fe, ¿por qué ella jamás había sentido eso por sí misma? La escuchaba para, francamente, aprender de ella, era una ex periodista con bastante kilometraje recorrido, y ahora, básicamente fungía de su editora. La bruja frunció la nariz cuando la vio tomarse el trago de vodka como si nada, un talento que también admiraba, aunque no quisiera imitarla.

 

¿Realmente quieres a Aaron a favor de Vuelapluma? Claro que tengo comunicación directa con él —sonreí de lado y tamborileé los dedos sobre la superficie de la mesa—, eso sí, me temo que no se vea tan entusiasmado como tú con la idea. Lo conozco lo suficiente como para saber que detesta el estilo que ha adquirido su primita en los últimos meses.

 

Se cruzó de brazos y se dispuso a hacer diversas muecas con los labios mientras una de sus plumas esperaba atenta alguna indicación. Pero nada de lo que cruzaba por la cabeza de la bruja parecía estar lista para ningún pergamino. Caso contrario a lo que sucedía por la cabeza de Mister X, pues justo en ese momento un pergamino extraño surcó la habitación y se posó frente a la Yaxley.

 

¿Rumania en contra de nosotros? —arrugó el panfleto y lo lanzó a una esquina—, no podemos decirle nada aún a Aaron, antes de eso, necesitaré que me demuestre que puedo confiar en él —aunque se sorprendió de sí misma apenas las palabras salieron de su boca, ella no solía ser tan calculadora—, le pediré que elimine mis registros de inmigrante, va a tener que proteger aunque no le guste a su asistente, aunque tenga que sacar la carta de familia para eso.

 

Maida no tenía absolutamente nada que ver con la declaratoria de guerra, sin embargo, es por demás sabido que en tiempos como los que corrían la gente se ponía siempre nacionalista, y no podía arriesgar su buena posición dentro del Ministerio, al menos por ahora. Hecho esto, sí, quizá podría confiarle su identidad.

 

Gabriele y Mahia Black no están cerca de publicaciones de este tipo, así que velas descartando de su lista de sospechosos —señaló a la esquina dónde estaba el Profeta Clandestino—, me temo que tendremos que lanzar algo al respecto del Debate, ¿lanzo la idea que tuvimos? Esa de la usurpación de uno de los candidatos, era obvio que Sagitas no estaba en sus cabales, ¿multijugos o Imperius? Y antes de eso, pediré al Departamento de Cooperación Mágica Internacional que me facilite los registros de entrada y salida de los últimos empleados del Profeta, claramente es uno de ellos.

 

@@Arya Macnair @ @GoshI

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Casa de Infusiones 'Ill Buon Gusto', cerrada al público.

 

Aquel papel mostraba los primeros signos de deterioro, producto de la fuerza con la que Lucrezia lo sostenía en su mano. Su mirada hacía un rápido recorrido por las palabras, una y otra vez, hasta que contabilizó la tercera oportunidad en la que había llegado a la firma de la primera tirada del periódico clandestino. Aquel no era nada más un ejercicio de lectura: analizaba cada una de las palabras detenidamente y memorizaba los nombres que la imprenta anunciaba sobre la blanca superficie. El concepto de una guerra en un terreno donde resultaría, a los ojos de la mayoría, como una ignota le era interesante.

 

- “Rumania”…Passepartout ¿Crees que podrás rastrear donde se editó este panfleto?- inquirió, apartando su mirada del pergamino para clavarla en su elfo doméstico.

 

Una arista interesante de la guerra era que las instituciones y la sociedad se desorganizaban de tal manera que, para alguien que es ajeno a su desarrollo, era relativamente fácil acomodarse y sacar ventaja, siempre que el ingenio se impusiera en su accionar. El entramado social, las estructuras políticas, las escalas de poder…hasta las relaciones familiares o sentimentales se ponen en juego en medio de un contexto bélico; se arman y se desarman tan súbitamente en medio de la tensión, donde la vida y la propiedad privada penden de un hilo, que infiltrarse en ellas es como quitarle un dulce a un micropuff.

 

La aristócrata relamió su labio inferior como un acto reflejo a las ideas que cruzaban su mente. La red de comunicación que había tejido durante años con las altas esferas de poder del Ministerio Italiano, gracias a su instrucción en diplomacia adquirida durante su juventud con el afán de relanzar el apellido Médici en el mundo exterior, por fin iba a dar sus frutos. El Ministro de Italia tenía la firme intención, motivado por la urgencia de la geopolítica, de participar en una Guerra cuyas garras ya se sentían en el mundo mágico: Funcionarios de dependencias ministeriales inglesas pasaban sus días en celdas minúsculas, de rocosas paredes invadidas por el moho y engañando a su estómago con raciones de alimentos que rozaban lo inhumano.

 

Sin embargo Lucrezia era, a los ojos de gran parte de la comunidad inglesa, una desconocida. Su paso por el Ministerio de la Magia había sido efímero, confirmado por su casi nulo reporte en los puestos de trabajo que había conseguido. Su presencia imponente y altiva, rodeada de un halo de enigma, la hacía sobresalir del promedio de ciudadanos de Reino Unido. Sus formas parecían extraídas de una época que la modernidad se había encargado de aniquilar, relegándolas a los libros de historia y las expresiones artísticas de antaño. Ella era consciente de ello y, aunque no se acostumbraba aun a no tener un séquito de súbditos a su alrededor, aprovecharía para sacarle frutos al desconocimiento sobre su persona.

 

Sus siguientes pasos se habían organizado instintivamente en su fuero interno. Arrugó el panfleto de el falso Profeta en su mano, lo estrujó entre sus dedos cubiertos por blancos guantes de seda, y arrojó aquel bollo al suelo. Di Médici sabía muy bien la importancia de la prensa en el juego de poder y como la información, el nuevo poder del siglo XXI, influía en una población cuya psiquis común estaba sucumbida al miedo de la Guerra. Las verdaderas intenciones de Italia eran ajenas al público; la identidad del nuevo ministro inglés, entendida en la profundidad del concepto, le era desconocida a Lucrezia. Necesitaba alimentar su conocimiento sobre Aaron Black Lestrange y los encargados de aquella extraña editorial podrían servirle,

 

- No están elaborados con magia…rastrea como se distribuye y desde dónde. Deja asentado que sabes de su secreto y recurre a mí. Asegúrate de que puedan llegar hasta aquí.- le indicó a su servil elfo doméstico, que le dedicó una marcada reverencia y desapareció de la sala. La blonda sujetó aun con más fuerza el mango de su blanca varita.

 

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*Alguna zona dentro del Callejón Knockturn*

-Que si no me interesa ayudar en La Síbila Política?

A la bruja se le cayeron los párpados a la mitad de los ojos mientras que veía con bastante incredulidad a las dos mujeres y al muchacho con la marioneta de guante de la Síbila de Cumas en una mano, todos mirándole con expectativas de una respuesta positiva; una enorme gota de sudor cayó por la nuca de la Snape que hasta ese momento había estado pesando ciertos polvos y elementos de dudosa procedencia en una balanza mágica que impedía que lo colocado se saliese del platillo o en el caso de los polvos, que flotase libremente por los alrededores

Cuando aquella mañana había abierto su negocio clandestino, ese que le daba esos galeones extras que sumaban a su cuenta aparte de lo que ya ganaba por el hecho de trabajar en el Ministerio, no se había esperado que los primeros visitantes, fuesen precisamente, un grupo de pequeños periodistasa como ella los llamaba, de los que ya había leído su nombre antes

De hecho (y esto lo pensó con algo de culpa), una de las chicas que la veía era una oriental a la que había poseído hacia poco durante una rueda de prensa del Ministro actual, por lo que le estaba costando verla a la cara; pero la costumbre de tratar con gente atacada y luego pretender que no había sido por ella era más fuerte así que se había aguantado las ganas de apartar la mirada

Tomó un pequeño saquito de cuero que estaba cerca de su alcance y revisó su contenido, para estar segura de que estaba agarrando el ingrediente correcto

-Miren, que en este momento tengo que satisfacer unos cuantos encargos y estoy muy ocupada...

Comenzó a decir finalmente apartando la mirada para poner atención en lo que había estado haciendo anteriormente a aquella visita

-Y tengo que entregar todo esto a tiempo

Resopló

-Porqué piensan que me interesaría participar en ningún periódico del pueblo o des-político, cuando es evidente que hay nombres y empresas muchísimo más grandes? -preguntó sin afán de ofensas pero una fuerte punzada pasó por su pecho al recordar a uno de sus hermanos, que había sido un director muy amado en otro periódico y del que ahora, todavía se hacían pequeños homenajes cada cierto tiempo

Todavía pensar en eso le causaba dolor dentro del pecho

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*Alguna zona dentro del Callejón Knockturn*

La chica había estado yendo con Hayame a sus negocios para intentar ayudarla con sus cosas, le había comentado que a pesar de que sabía que estaba en negocios privados y algo delicados, ella quería formar parte de su vida

Quizá se estuviesen tomando un descanso como pareja porque finalmente, la pelirroja había aceptado que había alguien desde hacía mucho, alguien que Lisette era consciente y ella estaba dispuesta a compartir

Pero primero prefería que Hayame se hiciese la idea y que esa persona también diese el permiso para que la rubia de Westown formase parte de la vida de ambos, aunque del lado quizá un poco más tranquilo

Cuando se hubiese ido a la parte posterior del negocio para recoger unas cuantas cosas y revisar que las reconstrucciones de la última vez estuviesen en pie todavía, se sorprendió al escuchar a alguien que entraba al negocio y algunas voces también

-Que raro, pensé que los últimos clientes de Hayame no les gustaba de hablar tan alto como para que todos los escuchasen

Dijo en tono bajito y bastante contrariada así que fué hacia aquel sitio para asomarse a través de una de las cortinas que separaba el marco de la puerta hacia la tienda principal durante el día y se asomó un poquito

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http://i.imgur.com/7WhajUW.gif ♥ TE AMAMOS SAGITAS ♥

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