El §antuario de Dragone§

[Lisette Ryddleturn]

La bruja siguió haciendo todo lo posible para curar lo mejor posible a quien alguna vez había sido su novia y que apenas y podía estar consciente

No sabía lo que aquel extranjero le había hecho pero definitivamente podía ver que había aprovechado que estaba en poder más acomodado que la otra

-Siempre dices que no te vas a meter en problemas pero lo primero que haces es todo lo contrario, te pones en riesgo y por ende nos preocupas a todos los demás

La regañó un poco antes de comenzar a pasar la varita por encima del cuerpo de la vampiro y negó varias veces con la cabeza, reprobando lo que había pasado

-Ahora lo que vas a hacer es seguir indicaciones y regresar conmigo al bunker, donde estarás a salvo de cualquier ataque de estas personas

Le ordenó, no quería escuchar réplica alguna

Editado 4 de Diciembre del 2019 por Ini-Herit

[Tauro M.]

Aquella parecía ser una danza que estaba representando en silencio. Recordó algunos de sus varios viajes por diferentes partes del mundo, donde su única misión era rescatar a aquellas criaturas en peligro de extinción, pero lo más difícil de todo eso no fue enfrentarse a magos temibles, o que tuviera que tratar con todo tipo de gente peligrosa que cuando se trataba de galeones no tenía reparos en contratar a los mejores asesinos. No, para Tauro eso había sido prácticamente pan comido, una nimiedad, porque lo más difícil de todo fue lograr que las criaturas confiaran tanto en ella como para atreverse a dejar que ella los transportara a donde creía que estaban a salvo.

 

Conectaron sus miradas y sintió que la dragona la reparaba o más bien intentaba analizarla, ella también hizo lo mismo. Tauro se atrevió a dar un paso más cerca, pero lo hizo lentamente, sin intenciones de invadir su territorio o espacio personal.

 

--Porque yo misma maté a varios para lograr salvar a algunos de ustedes --respondió, como si hubiese entendido la pregunta hecha por la criatura. Ella podía hablar con serpientes, había tomado un curso intensivo con Lawan para poder hacerlo, aunque desde niña había desarrollado la habilidad, pero desde entonces se propuso hacer lo mismo con el resto de criaturas y hasta el momento no sabía si estaba funcionando o no. Esperaba no equivocarse.

 

-- Y lo volvería a hacer. Ahora mismo solo quiero ayudar. Enseñame cómo.

[Hayame Snape Potter Black]

Con Hayame

::::::::::::::::::::::::::::

-Está bien, está bien! -se quejó de mala gana mientras ahora que había descansado lo suficiente (o eso sentía), hacía su mejor esfuerzo para ponerse de pie y emitía un nuevo quejido por el esfuerzo -pero qué carácter!... se supone que los medicos son agradables excepto cuando te amenazan con inyectarte, no?

Dijo mirándola con un poco de recentimiento aunque entendía que la bruja se sentía preocupada por ella; por lo tanto dándo un nuevo gruñido, trató de ponerse de pie pero no sin mirar antes con algo de cautela a los alrededores, como si pudieran atacarlas en cualquier momento

-Hay que tener cuidado, no creo que esto haya terminado tan rápido -le advirtió

:::::::::::::::::::::::::::::::::

Dragones

::::::::::::::::::::::::::::

Los dos dragones se vieron por unos momentos, con dudas.

Ya habían confiado en los magos antes y en aquellos instantes podían ver como les habían fallado, se sentían traicionados; pero bueno, había una forma de probarle en aquel instante ya que un grupo de cinco mpagos extranjeros aparecieron de la nara, comenzando a arrojarles hechizos a los dragones sin reparar en la mujer de cabello azul, lo que hizo que ambas bestias se alzaran y comenzaran a arrojar sus llamas en contra de aquellos magos que habían añadido a dos más

No eran tontos como para tratar de reducir solo siete personas a dos dragones pero al menos, se notaba que solo querían al menos capturar al de color negro, que estaba rabioso

-Ayúdanos maga, veamos si eres aliada! -rugió el opaleye antes de empezar a arrojar más llamaradas en contra de los rivales que se protegían con sus hechizos y trataban de embrujar los ojos de ambos dragones

[Tauro M.]

Cuando creía que lo peor había pasado, el universo se encargó de demostrarle que no, que apenas y habían terminado con la mitad del trabajo y que probablemente más personas regresarían para cubrir sus huellas o bien para completar la misión que les había sido encomendada. Un grupo de cinco magos con un acento que no era de ahí se presentaron y atacaron con violencia y furia a los dragones, sin siquiera reparar en ella. Casi de inmediato dos personas más se les unieron a las cinco ya existentes, completando ahora sí el grupo de siete.

 

Tauro escuchó el rugido y supo lo que debía hacer, ese era su momento de demostrarles que sus palabras no solo eran eso, sino que les iba a demostrar con hechos que iba en serio. Si situó detrás de uno de los dragones aprovechando que nadie la veía y que ellos lanzaban llamaradas a los magos atacantes y sacó la varita --¡Expelliarmus! --rugió al primero que tenía cerca, logrando que su varita saliera disparada y antes de que tuviese tiempo de reaccionar y reparar en ella, le lanzó un --¡Desmaius! --para que cayera al suelo, así sus compañeros podrían pensar que había sido provocado por uno de los ataques del dragón.

 

Pero Tauro no se detuvo ahí, sino que ahora se ubicó detrás del otro dragón y directamente lanzó un --Petrificus Totalus --a dos de ellos. Sacando cuentas ya había logrado tumbar a cuatro de los siete, pero los tres restantes ya habían reparado en la bruja y ahora la estaban atacando.

 

--¡Huyan! --les gritó a los dragones --¡Yo me encargo!

[Hayame Snape Potter Black]

Dragones

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Los dragones apenas y se vieron por unos segundos para entender lo que estaba pasando y se asintieron

A pesar de ello, uno de estos emitió un rugido molesto al sentir como uno de aquellos hechizos de conjuntivitis le rozaba los ojos y eso fué lo decisivo: él sería quien corriese lejos de ahí para tratar de cubrir a sus compañeros dragones en la cueva mientras que el otro se quedaba con aquella bruja para tratar de ayudar

Si iban a tener que confiar los unos en los otros, tendrían que comenzar de aquella manera

-Date prisa!!

Rugió el dragón negro al opaleye que dando tumbos adolorido comenzó a correr hacia la caverna donde se escondían sus compañeros heridos mientras que el dragón negro extendía las alas alrededor de la bruja de cabellos azules, sabiendo que sus escamas resistían mucho mejor a todos aquellos hechizos

-Alguna idea, bruja? -cuestionó el dragón negro a la de cabello azul, ya dando por entendido que de alguna manera estaban comprendiendo el lenguaje ajeno

[Tauro M.]

Uno de los ataques le impactaron, haciendo que empezara a vomitar babosas sin control y ahora no podía hablar, estando así le fue difícil evitar ensuciar al dragón con las babosas, pero lo intentó. El efecto tardaría un poco en pasarse, pero de todos modos era capaz de pensar en uno que otro hechizo, por lo que usó varios Confundus para despistarlos. El problema es que solo era ella en contra de ellos en cuanto a hechizos se tratara, porque eso les daba tiempo de recuperarse y reincorporarse en la batalla. No podía seguir así o se terminaría agotando y eso los pondría en desventaja, además de que entendía la urgencia por proteger a los otros dragones.

 

-- Opino que... --una babosa --que deberíamos --otra más --acabar con ellos de manera definitiva. Sí, ella estaba dispuesta a demostrar que podían confiar en ella, pero sus métodos a veces eran muy extremos y no sentía pena o remordimiento por ello. En el pasado había sido una Mortifaga y seguía conservando ciertas costumbres que no estaba dispuesta a cambiar, porque más allá del mando hacían parte de ella, desde siempre.

 

-- Yo digo que los matemos, no hay otro modo --en su mirada había un brillo asesino previo a la matanza, era normal verlo a través de su antigua máscara plateada, pero ahora que no la tenía era mucho más notorio.

 

-- Sectusempra --dijo lanzando el rayo asesino --Te pediría que los quemes, pero eso sería peor para el Santuario que ya está muy maltratado, es su habitad después de todo y además sería peligroso. Pero eso no quiere decir que no puedan usar los dientes cuando estén con la varita abajo --sonrió, viendo como el rayo había impactado en uno directamente en la cara.

[Hayame Snape Potter Black]

Dragones

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

El dragón resopló pero no por ello no observó con algo de preocupación a la bruja que ahora era víctima de uno de los hechizos de aquellos sujetos que se empeñaban en intentar darle a los ojos; buena fortuna que era de aquellos que poseían alas porque podría cubrirse en parte y lo mismo a la mujer aunque esta se las arreglaba bastante bien para dar pelea incluso herida

Pero de todas maneras, gruñó

-Bruja, somos una raza orgullosa que fué impuesta a encerrarse en lo que ustedes llaman "santuario" debido a que nos han arrebatado nuestros hogares -dijo con resentimiento y odio brillando en sus ojos, mirando a aquellos que les atacaban -usaré mis llamas, que quizás para los magos sean muerte pero para nosotros, representan nuestro hogar y nuestro hogar... siempre renacerá de las cenizas

Resopló y entonces emitió un fuerte rugido alzando la cabeza a pesar de que una maldición consiguió hacer blanco en su hocico, enviándole un calambrazo de dolor

Y aún sabiendo que él mismo se quemaría la herida, expulsó la llamarada más gruesa que podía en dirección de los magos esperando que estos no tuvieran el tiempo suficiente para colocarse sus escudos y que al menos un par de estos se quemasen hasta los huesos

[Tauro M.]

No lo podía culpar, a ella tampoco le hubiese gustado ser encerrada en un lugar que estaba obligada a llamar hogar, por eso ante la determinación del dragón no pudo hacer más que intentar protegerse a sí misma de las llamas aplicándose un --Ignea -- y al mismo tiempo intentó hacer lo mismo por el resto de dragones por si resultaban heridos, que era lo más probable. No, ella no pretendía ofenderlos diciéndoles que ese era su hogar, pero si bien era cierto que era lo único que tenían en esos momentos.

 

--Escucha, lo entiendo, este lugar es un asco en comparación a lo que tenían antes, pero lamentablemente las cosas no son tan sencillas con los humanos, hace mucho que se cruzó ese límite entre respetar a tu raza y entiendo si un día quieren eliminarnos a todos. Pero este Santuario es lo que ha mantenido a la mayoría a salvo y vivos. Bueno, hasta ahora... Pueden irse a cualquier otro lugar si lo consideran seguro, pero piensen en los demás dragones. No me imagino a 20 de ustedes sobrevolando sin llamar la atención.

 

Las babosas habían dejado de ser un problema grande y ahora apenas y salían una cada diez minutos y eso, de tamaño bastante pequeño.

 

-- ¿Qué quieres hacer? Lo que sea capaz que te puedo ayudar --Dijo aquello como una invitación a hacer una alianza con ella, donde el único beneficiado sería él y el resto de su especie.

[Hayame Snape Potter Black]

Dragón Negro

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Por unos momentos la criatura observó los cuerpos chamuscados en el suelo que aún despedían llamas mientras que las varitas, algunas todavía en las manos de los muertos de vez en vez daban sus últimos chispazos de vida, soltando pequeños colores que morían en la negación a una magia que ya no fluía

Qué quería hacer...?

-Si pudieras llevarte lejos a los demás, a un verdadero lugar seguro te estaría completamente agradecido -gruñó aquella bestia después de pensarlo por unos momentos mientras que ondeaba su peligrosa cola -tenemos a los heridos y se tienen que recuperar pero hay otros dosque podrían ayudarme a cubrirlos a ustedes para que puedan pasar a estos hombres y sus pequeñas varitas que solo nos causan fastidio

Dijo para luego, emitir un resoplido cansino

-No puedo creer que para su magia utilicen los restos de mi gente en contra suya... fibras de corazón de dragón en las mismas varitas que nos hieren... qué ironía...

[Tauro M.]

-- Es cierto, los brujas y magos somos un asco --respondió. Miró su varita con cierta nostalgia, la suya no estaba hecha de fibras de dragón pero contenía un pelo de cola de Thestral, que igual no le hacía daño al animal. Los humanos o en general la humanidad era la razón de todas sus desgracias, acostumbrados a destruir todo lo que construían con sus manos eran demasiado egoístas como para no aceptar que ellos eran los invasores, porque la tierra siempre había pertenecido a los animales, ellos en cambio habían hecho tanto daño en su intento de civilización.

 

-- Quizás en las islas de Kómodo, o en un pantano. Ambos son lugares donde estoy segura de que jamás volverán a molestarlos. De todos modos yo estaría vigilando, no todo el tiempo, solo para mantener alejados a los visitantes indeseados.

 

De todos modos para lo que querían hacer se iban a necesitar más de dos viajes y probablemente llevaría un par de días para terminar de adaptar el nuevo lugar, habían hechizos que lanzar, barreras de protección que crear, todas las precauciones que pudieran tomar eran necesarias.

 

-- Hagámoslo. Podemos empezar ahora.