Libro del Equilibrio

[Jeremy Triviani]

Jeremy observó que el hombre al que no conocía estaba un poco alterado con Khufu. Lo acusaba de llevarlos a una trampa, cosa que a él mismo no le parecía. Se centró en su hermano, que lo había prácticamente ignorado cuando le hablo. ¿Seguía enojado porque era el favorito de Amá y de su "nuevo" padre? Parecía ser que si, para su propia diversión.

El vampiro mientras esperaba a que el guerrero, les respondiera con la tranquilidad que lo caracterizaba, se dispuso a pensar que hacer en el mientras tanto. ¿Y si le daba una lección a su hermano? Esa idea le pareció tan genial, que no se puso a pensar que no era el lugar indicado para aquello o que podría tener severas consecuencias. Por lo menos, si algo hacía mal, podrían darle ejemplo de sus movimientos en esos instantes.

"Flechas de Fuego" pensó viendo como los filamentos encendidos que invoco con la varita, salían volando para impactar en el pecho de Matthew. Allí prenderían fuego la piel del gitano, produciendo heridas sangrantes y profundas.

 

 

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[Matthew Black Triviani]

-Uhm- se giro sobre si mismo, su hermano había levantado la varita hacia su dirección y lo ataco, sin motivo aparente, simplemente estaba desquiciado, y bueno, la lucha por el favoritismo de Amá perduraría por los años próximos. Khufu parecía mantenerse con calma, soportando la platica del mago desconocido que lo amenazaba con matarlo nuevamente, por lo que Matthew pensó en un Salvaguarda Mágica y los filamentos de fuego pasaron de él.

 

Tenia la surda libre, por lo que materializo la Daga del Sacrificio, y achico sus ojos mirando al rubio directamente en lo profundo de sus ojos azules. Por un momento deseo teñir su pálida piel con su sangre... ¿Lo mataría nuevamente? -si, por que antes lo mato con una pala- no quería eso, solo se iban a divertir un rato, hasta que el show terminara.

 

Incárcerus salieron disparadas tres cuerdas, con el objetivo de atar sus manos, pies y ahorcarlo para que no pudiera volver a atacarlo.

 

 

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[Jeremy Triviani]

Jeremy observó a su hermano deshacerse de los filamentos que dañarían su piel con mucho estilo. El gitano era rápido, nunca se quedaba quieto mucho tiempo. Los cuatro metros que los separaban bastaba para que el odio/amor que se tenían, se sintiera pesado. No se guardarían nada. Estaban acostumbrados a lanzarse con todo, lastimarse, curarse, defenderse y luego ir a beber alcohol como si nada hubiera pasado. Un rasgo que los Triviani, en su mayoría, compartían además de la sangre.

 

-¿De qué color quieres las flores de la corona en tu entierro, hermano? -Le preguntó socarronamente, viendo como el Triviani invocaba la daga del sacrificio solo para confundirlo - ¡Silencius!

 

Matthew no pudo decir su siguiente hechizo por la intercalación que había aplicado el vampiro. Aun no estaban en desventaja ninguno de los dos, pero ya pasaría en algún momento. Ambos eran aprendices en duelear, y entusiastas, por sobre todo.

 

-¡Morphos! -Uno de los totem de madera puestos para prácticas en la arena, se convirtió en un Simio albino de grandes colmillos filosos y poderosos músculos en los brazos. Rugió bien fuerte cuando Jeremy le dio la orden de atacar el brazo que sostenía la varita Matthew. Debía morderlo e impedir que lance ni un hechizo más.

 

 

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[Khufu]

Asintió cuando escuchó a dos de sus alumnos hablar de sus duelos de prueba. El otro, tenía demasiado orgullo como para ver que él había pisado esa clase de forma voluntaria para aprender unos poderes que eran de un pueblo al que no pertenecía y no entendía. Durante su larga vida Khufu se había topado con guerreros así, incluso guerreros de su propio pueblo. Insolentes, altaneros y, lamentablemente, ciegos. Suspiró cuando lo vio hacer un morphos para utilizar un bezoar como antídoto. Lo maldijo ¿Acaso no entendía?

 

- Te he traído para que aprendas, no te quiero matar -le dijo con suma tranquilidad ante la varita en alto ¿Era orgullo o ingenuidad lo que veían sus ojos?- No sé por qué quieres aprender nuestros poderes, y poco me interesan tus razones, aquí vienes a aprender. Y ese es el fallo de tu duelo, no demostraste que entiendes, solo me demostraste que sabes matar. Todos pueden matar, hasta un niño de diez años puede hacerlo.

 

Había visto a magos inútiles matar a otros. Con magia o sin ella, matar era una cosa sencillísima si se tenía la ocasión.

 

- Jeremy, las semillas de hielo solo afectan a criaturas. Los demonios y vampiros son considerados diferentes razas al igual que los humanos, pero no son criaturas. Si no afecta a humanos, no afecta a las diferentes razas mágicas. Matthew, los hechizos de este libro solo pueden utilizarse tres veces durante una batalla.

 

- El anillo antiveneno sirve para los venenos más comunes, sirve para los pétalos de pensamiento en su menor concentración. El cinaede es un veneno que se ha extraído de los pétalos, por lo tanto es mucho más potente que en su versión sin refinar. El anillo no sirve para evitar sus efectos, que son rápidos y mortales -hizo una pausa y miró su anillo-. La curación va a depender del poder del mago que lance este veneno, si su poder mágico es bajo, solo van a necesitar un Anapeno y un episkey ¿Serviría hacerse una curación en vez de un episkey?

 

Los efectos del veneno que inundaba el aire comenzaban a notarse en las paranoias de Patrick, que no dejaba de inhalarlo, tendría que estar formando permanentemente bezoars, y la locura de sus otros dos alumnos que comenzaron a lanzarse hechizos y a atacarse; tenía la impresión de que los pétalos de pensamiento estaban potenciando lo que realmente eran. Y ninguno llevaba sus anillos antiveneno encima.

 

- Cómo veo que tenéis muchas ganas de seguir luchando ¿Qué pasaría si os digo que solo uno de vosotros puede aprobar la clase? -elevó el mentón y torció la boca-. Quiero ver que usáis y entendéis los hechizos del libro del equilibrio, ese es el motivo por el que estáis aquí y es el motivo por el que soporto vuestras tonterías.

 

Miró a Patrick. Era uno de los uzzas más pacientes, pero incluso su paciencia tenía un límite. Si no demostraba que sabía algo más que el cinaede, no iba a pasar. Desde las estatuas de madera que los rodeaban salieron tres andanadas de Flechas de fuego dirigidas a cada uno de sus alumnos para dar inicio a la última práctica. Las bestias que aguardaban en el bosque salieron de entre la hierba y saltaron para atacar a los tres magos. Khufu se retiró unos pasos para salir de la eran, entre tigres, trolls, hipogrifos. No eran ataques que ninguno de esos magos pudieran considerar graves. Solo quería ver quién quedaba ¿Se aliarían? ¿Sería un todos contra todos?

[Matthew Black Triviani]

Hubo un segundo, un pequeño tiempo antes de que él enviara su ataque, que el mago aprovechó. Maldijo por lo bajo y intento aclarar su garganta, haciendo que su incarcerus no resultara efectivo y quedara por la mitad. Sonrió al ver eso, y ahora uno de los totems de la arena se convirtieron en un gran Simio albino que estaba decidido a atacar al gitano. ¿Por qué todos los Triviani estaban obsesionados con los animales grandes y morrudos? una pregunta para otro momento, pensó.

Semillas de Hielo, apunto a la criatura que había sido creada por su hermano, y de Frida surgió un viento helado que congelo por completo a la criatura, nuevamente dejando a Matthew ileso.

Por un momento se había olvidado de todo a su alrededor, hasta que Khufu parecía haber vuelto a si, y respondió las preguntas que con le habían realizado los magos. Se planteo la pregunta que él le hizo ahora al gitano, creía que el Curación del libro, era equivalente a un Episkey. Por lo que lo miró y mantuvo un Si seco.

Una andada de flechas salieron disparadas de los totems y unos cuantos animales.

Su brazo derecho creó una floritura que partió desde el codo hasta la muñeca, pensando en Orbis Bestiarum, y un anillo dorado se apareció en el cuello de uno de los animales que salieron de los matorrales, un puma africano para ser exactos, Matthew le dio la orden de defendedlo, sacrificarse a recibir el impacto de las Flechas de Fuego que salieron disparadas detrás del Uzza.

Miro a su hermano y eso fue todo lo que necesito para entender el mensaje. Si no era por sus propias manos, este día, no moriría ninguno.

[Patrick Colt]

La calma de Khufu fue determinante para detonar la ira del Mortífago, y no poder usar sus verdaderos poderes resultaba una verdadera dificultad.

 

El asesino mantuvo a Khufu bajo el enfoque de su varita, pero siguió esgrimiendo el lugar con la mirada. Aún mantenía la piedra de la cabra debajo de la lengua, lo que garantizaba que su efecto se mantuviera por unos minutos más, hasta que encontrara una solución. En eso, observó en uno de sus dedos el anillo violáceo. Lo supo inmediatamente y respiró profundo al recordar que había traído consigo todas las indumentarias y accesorios mágicos que activaba cada uno de los poderes contenidos en los Libros de hechizos, y ahí comprendió que contaría con algún tiempo más para lograr resistir al veneno de los Pétalos del Pensamiento.

 

El anillo anti-veneno aún no se había activado, por lo que supo que su cuerpo estaba aún libre de toxinas. Los mortífagos siempre se habían caracterizado por ser magos elitistas, y eso incluía ser muy observadores. Por eso desconocía completamente que los otros dos perteneciesen al Bando de la Marca Tenebrosa; cuán equivocado estaba y qué de mal estaban los estándares de aceptación de nuevos adeptos a sus filas. Y negó con la cabeza cuando Matthew caía muerto al no haberse librado del veneno del Uzza.

 

- Uno menos - pensó Patrick Colt, ahogando una sonrisa dubitativa -, si Khufu solo puede certificar a uno de los tres, Matthew ya no será el elegido.

 

En ese examen también se percató que veinte antorchas esgrimían llamaradas con vestigios centelleantes poco usuales para una fogata común; además del olor tan dulce que se paseaba, con inocencia e incolora por todo el claro, en medio de la selva que por obvias causas, estaba expropiada de poseer cualquier especie de flor aromática. Dicha amenaza seguía acorralando a los presentes entre densos y altísimos árboles. Ese había sido el indicio suficiente para descifrar la maldita trampa.

 

Avanzó a paso aligerado, pues le costó entenderlo.

 

Mantuvo la varita inclinada hacia el Uzza quien lo seguía con la mirada al tiempo en que rodeaba a las antorchas. Patrick Colt nunca llegó al centro de la planicie, y eso le facilitó su andar. Pero, para detenerlo, sintió las llamaradas de unas flechas aproximarse a su cuerpo. El fragor del ardiente hechizo lo alertó inmediatamente. Al regresar la mirada, se percató que el sonido era tan fuerte pues el hechizo estaba triplicado: una horda de flechas contra cada participante del Libro del Equilibrio. En su caso, la estatua de madera que lo atacó se encontraba al frente de Patrick Colt, y el hechizo ocasionó que varias de las veinte antorchas -al menos unas 6- cayeran al piso al ser atravesadas por el encantamiento de ofensiva. Sus llamaradas lentamente empezaron a extinguirse sobre la arena.

 

- Salvaguarda mágica - pensó, contestando al Uzza con una sonrisa malvada, ya que calculó que le faltaban unos 6 metros de distancia del guerrero, y se burló: - ¿Qué más tienes para impedir que llegue a ti?

 

El cuerpo de Patrick Colt pasó a ser traslúcido justo a tiempo para que las flechas de fuego en su contra, lo atravesaran. El encantamiento fue a dar contra unos árboles a cinco metros tras de él para extinguirse, poniendo fin al peligro.

 

Intentó nuevamente emprender el rumbo hacia Khufu, pero unos rugidos le alertaron un nuevo peligro. Había un solo tigre que se dirigía a toda marcha contra él: - Oppugno. Lo susurró con calma, mientras observaba como un puma se comía el cadáver de Matthew. El hechizo controló inmediatamente el tigre, y lo envió a contrarrestar el ataque del puma. Ambos felinos se integraron en una pelea que se extendió hacia el corazón de la selva donde habían salido, dejando libre el cadáver del mortífago novato y dejando una señal menos para evitar que lo asociaran con la Marca Tenebrosa.

 

Y reanudó su carrera, hasta llegar donde el Uzza y lanzarse a la cascada. No había lugar más seguro que aquel para evitar los olores y las llamaradas. El aire no atravesaba el agua y siempre sería repelido por la física de la cascada, pues su caída libre siempre producía ráfagas de viento que se expulsaban contrarias al lugar de la caída. Y por el mismo motivo, el fuego no llegaría hasta ahí.

 

Empapado, se reincorporó y nuevamente apuntó al guerrero con su varita de tejo negra para sonreír.

 

- No hay nada que puedas hacer para matarme, mediocre basura - le indicó con gesto de asco -, para lograrlo tendrías que volver a nacer cien veces.

[Khufu]

- Diosa Guerrera -Se llevó una mano a la frente y apretó los labios desesperanzado-. ¿Es esto una prueba a mi paciencia? ¿Qué quieres de mí?

 

Uno de sus alumnos quería librarse del perfume de los Pétalos con amuletos, no con el anillo correspondiente. Khufu negó con la cabeza. El otro ni siquiera llevaba amuletos ni anillos encima de ese libro, sino de los anteriores... Cada vez estaban más afectados y poco a poco irían cayendo en la locura hasta que les provocara la muerte. El único que tenía más oportunidades ante los efectos de la flor era Patrick, quien fue lo suficientemente listo -o experimentado- como para saber qué hacer en cada momento con el perfume. Aunque solo en ese aspecto. Por lo demás, seguía viendo al uzza como su enemigo.

 

Patrick desapareció para evitar las flechas de fuego, pero el efecto solo duró unos segundos, los suficiente para salvarlo de las quemaduras. ¿A sí que quería llegar a Khufu? ¿Ese era su único deseo? Le había dado muchas oportunidades de atacarlo como también muchas más oportunidades de aprender. El uzza puso los ojos en blanco y suspiró. Con este tipo de magos, soberbios y obtusos, solo quedaba un camino.

 

- Cinaede -murmuró con la varita en alto justo antes de que Patrick utilizara el Oppugno contra una bestia. Era la primera vez que la blandía en esa clase.

 

El fuerte veneno que entró en las vías respiratorias del alumno no podría ser contrarrestado ni con el bezoar ni con el anillo que se había puesto en el último instante. Su garganta se cerró y su cuerpo sucumbió. Si lo que quería era enfrentarse con el uzza, no lo iba a conseguir. Sin embargo, sus compañeros seguían con vida por lo que prefería mantenerse al margen de la pequeña batalla que debían mantener sus alumnos, sus poderes uzzas eran mucho más potentes que los de ese mago. No obstante, debía lanzarle un mensaje claro para que se concentrara en la único que importaba: quién aprobaba y quién no. Acababa de dar una instrucción y aquel estudiante, mayor que los otros, no lograba entender de qué iban las clases de los libros. Después de unos segundos sin poder respirar, hizo un Anapneo a Patrick, el que se escondía bajo el agua de la cascada.

 

Sacó el frasquito de semillas de hielo y las lanzó a la cascada. El agua quedó congelada mientras caía, con Patrick farfullando en su interior.

 

 

 

[Patrick Colt]

Había pasado el tiempo suficiente para que el veneno lograra su cometido en el cuerpo de Matthew, matándolo lentamente. Las arterias del joven habrían de estar llenas de toxinas, ocasionando que sus órganos fallaran y estallaran internamente, liberando secreciones y membranas que perforaron sus pulmones para dañar sus tejidos e interrumpir su función. Más allá del veneno, era la asfixia la que había arrebatado la vida del joven mortífago.

 

Los felinos se revolvieron en una pelea eterna, hasta que se perdieron en las entrañas de la selva para luego que la cascada recibiera al Mortífago quien deseaba evitar que llegara hacia él toda partícula de aire contaminado con los Pétalos del Pensamiento. El oppugno, y ese desplazamiento habían sido los últimos movimientos entre ambos magos.

 

Era esa destreza la que ofuscaba al Uzza, pero también el lenguaje soez y la soberbia de Patrick Colt causaban repelencia. A ello, Khufu respondió con un Cinnaede que alertó al mortífago, quien sentía cómo lentamente su cuerpo estaba siendo intoxicado pues su garganta se volvía pesada y dolorosa.

Apretó el puño y aguzó la mirada, apuntó al anciano y gritó con dificultad: Sectusempra.

 

La orden era clara hacia su arma: fue una explosión de color verde la que inició en la punta de la varita de tejo negra, que expulsó la luminiscencia reluciente del mismo color hacia el pecho de Khufu. Le impactaría y ocasionaría una herida de tal gravedad que requeriría dos episkeys para salvar su vida. Sin embargo, el anciano respondió con un Anapneo que libró al Mortífago de la asfixia.

 

Pero ya era tarde. Luego del anapneo, el sectusempra impactó en el pecho del Uzza y la sangre que fue expulsada de su cuerpo advirtió la certeza del ataque. Mucha sangre le escurría como la cascada que tenía sobre su cabeza, que por un ademán del anciano fue congelada. No había entendido muy bien, pero cuando analizó la escena, entendió que aquellos puntitos que habían saltado desde su mano hasta el agua eran las Semillas de Hielo.

 

Fue testigo inmediatamente de cómo el hielo rodeó su cintura y sus piernas, y aunque el frío era tenaz prefirió rodear su cabeza de un Casco-Burbuja que lo ayudaría a evitar que el aire contaminado entrara nuevamente a su cuerpo. Curación finalizó, para terminar los efectos nocivos del Cinnaede que había sufrido.

 

- Maldito anciano - dijo, hiperventilando sin dejar de apuntarlo con su varita -; si quieres guerra, guerra te voy a dar.

 

Y poco a poco el hielo fue cediendo, porque se pudo haber congelado la cascada pero el río que la alimentaba seguía su cause. Pronto el hielo sería derretido naturalmente por el agua que tenía que seguir corriendo.

 

Patrick Colt sonrió con malicia.

[Jeremy Triviani]

Jeremy observó a su hermano congelar al simio blanco. Fue en esos instantes que Khufu respondió las preguntas y él pudo empezar a notar los olores raros que había en el aire. ¿Eso era lo que le había dado el brote psicótico contra el gitano? Cuando el profesor termino de hablarles a él en particular, Jeremy ya había notado las antorchas con el fuego.

-¡Matthew ponte el anillo que trajo el libro! -Le grito a su hermano, mientras el buscaba en el pantalón el anillo antiveneno y se lo ponía en el dedo.

Luego utilizo el Amuleto Volador para saltar una pequeña distancia y acabar con dos de las cuatro que quedaban. No le resultó difícil sacarlas de la tierra donde estaban clavadas, y pisarlas hasta destruirlas extinguiendo el fuego en el proceso. No tuvo tiempo para seguir con aquello un poco mas, de los tótem de madera salieron volando filamentos de fuego.

-Salvaguarda Mágica- dijo al instante haciéndose intangible para que los pequeños filos lo pasarán de largo y fueran a morir en la tierra roja. Pudo ver que un hipogrifo venía a velocidad para atacarlo - ¡Orbis Bestiarum!

El animal fue envuelto con un halo dorado que le dio el completo control al vampiro. Le ordenó que volará hasta las antorchas que quedaban, las juntara con las patas para lanzarlas a las cascada y siguiera hielo hacia la selva. Donde esperaba se entretuviera con otra cosa. La cascada funcionaria para apagarla las antorchas y liberar el aire de veneno. Jeremy ya no sentía nada más que bienestar en su cuerpo.

En aquellos momentos mientras el ave volaba y lanzaba las antorchas, pudo ver a Khufu atacando a Patrick. "Que cabrón" pensó cuando vio que el hombre seguía en sus trances de querer acusar al guerrero. Fue en ese momento que se acercó a su hermano para ver si estaba bien.

-¿Te pusiste el anillo verdad? -Le pregunto.

[Khufu]

Un homicidio había ocurrido en Londres relacionado con los poderes del Libro del Equilibrio y Zoella tendría que descubrir la causa así como aprender uno de los usos más complejos de la magia del Libro. Una persona había sido envenenada y no sabían a qué veneno dado que no era uno muggle como al que estaban acostumbrados las personas sin magia. Había sido usando un encantamiento pero solo una bruja podría determinarlo.

 

- Quiero que vayas hasta el lugar en el que guardan los cuerpos y hables con la persona - Sí, era en serio lo que estaba indicando el guerrero. Zoella tendría que encontrar la causa de muerte pero también tendría que lograr lo imposible para el mundo mugge: revivir al muerto y tomarle su testimonio para comprender las causas de su muerte y el por qué su vida estaba amenazada y en peligro. Una tarea imposible para un muggle pero que para ella era su primera prueba del Libro del Equilibrio.

 

Posteriormente tendría que buscar a Khufu en el campo de entrenamiento que había diseñado dentro de Uagadou en donde podría experimentar un poco más la magia uzza, en particular la del libro del equilibrio. El guerrero estaba muy concentrado intentando observar lo que la mujer hacía para resolver el caso y cómo se lograba desempeñar en cada una de las cosas que le solicitaba.

 

- Espero no le vaya a tomar mucho tiempo - No quería esperar mucho pero también esperaba que el intento por hablar con el muerto saliera bien porque solo tendría una oportunidad para hacerlo o no podría hacerlo hasta dentro de varios días.

 

 

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Editado 23 de Septiembre del 2019 por Khufu