DCAO y Adivinacion

[Leslie Ashryver PB]

Alessandra aparecio en el interior de la cabaña del bosque donde llevaria la clase de Adivinacion; fruncio el ceño cuando se entero que debia dar esa clase, seria su primera vez en poner en practica su conocimiento en esa materia, solo esperaba que fueran suficiente para sus alumnos.

Arael la esperaba sentado frente al fuego, su grimorio de su clase con Richard estaba abierto y por eso el zorro la estaba esperando, se le acerco sigiloso para acercarse a su lado sabeedor que estaba para ayudarla. La Delacour camino hasta sentarse en la mesa redonda donde descansaba un maso de Tarot y cinco tazas de te. Tomo asiento y comenzo a escribir las cartas a sus alumnos de Adivinacion que no trajeran nada y que la misma nota era un traslador a la pequeña cabaña donde llevarian la materia; en cambio con para sus alumnos de DCAO ellos estarian en el linde del bosque donde debian defenderse de cinco Actromantulas adultas dispuestos a comerselos para impedir su ingreso al bosque por ende al unico lugar seguro que se encontraba a varios kilometros de donde estaban.

Una carta los esperaria avisandole que solo debian usar sus varitas y un poco mas de informacion.

"Para llegar a la cabaña del bosque deben liberarse de las actromanturas y de las demas criaturas que viven en el bosque".

Una vez que pasaran aquello dementores, hombres lobos y un cancerberro deambulaban al rededor de la cabaña impidiendo el paso a cualquiera. Editado 30 de Agosto del 2019 por Alessandra G. Delacour

[Sophie Elizabeth Granger]

Una carta llego a la mansión y por lo que decía esta comenzaría a brillar en cualquier momento del día, era no solos las instrucciones de la clase sino lo que tenían que llevar que en esta ocasión era nada. Aquello le disgustaba un poco pues le gustaba mas llevar su propio mazo de cartas. Había nacido con el don pero para poder estar en paz con la Ley debía certificarse mediante aquella clase, para que nadie pudiese decir que era un fraude. Un fraude como tantos otros que caminaban por ahi, pero ella era la líder de su gremio y por tanto tenia que poner el ejemplo. Mientras el traslador se activaba comenzó a arreglarse, recogió todo su cabello en una cola de caballo, se maquillo los ojos en color negro, y se pinto los labios a tono, antes que adivina era vampiro y le encantaba vestirse y arreglarse como los muggles imaginaban debía ser uno, por lo que su ropa siempre tenia un estilo gótico.

 

La carta comenzó a brillar y la Granger solo tuvo que poner su delicada mano sobre ella para ser arrastrada a una cabaña donde la profesora la esperaba frente a 5 tazas de te y un mazo de cartas. Miro por la ventana y supo donde estaban, el bosque, parecía que los profesores últimamente le tenían terror a los salones de clases y tenían el bosque como su lugar favorito.

 

- Hola, soy una de tus alumnas, no estoy segura si me conoces, pero tu cara me es familiar, por tu apellido creo que eres familiar de Dennis y Mei, mi nombre es Zahil Aranel Granger, aunque ahora que lo pienso, tal vez nos cruzamos en Grimmauld?, como sea, es un gusto tomar tu clase, veras soy adivina y medium por nacimiento pero jamas he tomado clases formales, así que esto sera muy emocionante para mi - dijo a manera de presentación, tras lo cual se sento en una de las sillas

[Ky.]

—Lo siento Kaori, pero veo poco útil el certificarme en defensa contra las artes oscuras.

Aquellas eran las palabras que había dicho antes de hacerse el dormido y no tener que escuchar a su esposa que llevaba días insistiendo que todas las certificaciones de conocimientos eran necesarias o debían serlo, si no para que las estaba ofreciendo la institución de Castelobruxo. Sabía que llevaba toda la razón, pero no deseaba ir a morirse de calor, de nuevo, en una clase a la mitad de la Selva del Amazonas.

Aun así, aquella mañana se encontraba con una ropa más adecuada a la que había llevado con Emmet Haughton Gaunt, profesor que le había dado la certificación de Herbología y con el que llevaba una gran relación de amor-odio. Vestía unos pantalones de tela de algodón en color caqui y una playera de tirantes de color blanco. A su lado, se encontraba Kaori, a la que ya se le notaba un poco el embarazo, razón por la que no la dejaba sola y por lo que tuvo que acompañarlo para que se presentará frente a una de las primas de la Delacour.

—Bien, emprendamos el viaje, recuerda que yo debo hacer todo lo complicado, estás aquí, porque no quiero perder un minuto sin ti… ¿de acuerdo?

Se le quedó mirando a los ojos como esperando una respuesta de su parte, cuando la primera acromántula se hizo presente frente a él. En su mano derecha materializó su varita y sin dejar de ver a su mujer, apuntó a la araña que se acercaba al lugar donde ambos magos se quedaron quietos sin apartar su mirada uno de otro.

Confundus, pensó

La acromántula quedó desorientada por un momento, el tiempo suficiente para moverse de aquel lugar, no podían ir demasiado rápido por el embarazo de la bruja, aun así, cuando Black Lestrange había podido lanzarle una maldición asesina a la criatura no lo hizo.

—Debemos movernos con más cuidado.

[Patrick Colt]

En todo lo alto estaba la luna, coronando una espesa niebla y coposas nubes rodeadas de unas estrellas muy voluminosas.

A sus pies, una imagen densa, sobre una superficie cristalina e inestable. Enmarcado por la luz nocturna que desde la luna se descubría encapuchado al pie del lago negro, centellando una mirada color oro que se devolvía desde la profundidad.

Debía estar pensando en las elecciones que se habían realizado de una manera poco normal, mucho menos autónoma y empañadas; a todas luces por los intereses de más de cuatro poderosos. La Dinastía Malfoy derrotada para unos, para otros fuertemente amenazados, o cansados para el resto. Para él, ninguna de las tres.

Seguramente ellos emprenderían nuevas guías para monopolizar otros sectores y expandir su pseudo poder.

El chasquido que nació detrás de si lo hizo voltear la cabeza para ver a sus espaldas, revelando que un paquete pequeño esperaba detrás de él. Frunció el ceño y torció sus labios, no había momento más inoportuno que aquel. Extrajo su varita y la atrajo sin tocarla, también en medio de la levitación sus lazos fueron deshilándose y cayendo hacia el suelo al tiempo en que ascendía continuamente hacia sus manos.

Era un pegamino, sonrió. No había nada más inteligente que algo cliché, al que seguramente tocaría y trasladaría a su próximo destino. Vio el sello y lo supo inmediatamente, Adivinación en Brasil. El colegio mágico de la Amazonas sería el nuevo receptor del Cardenal de la Muerte…

La estancia era excéntricamente innecesaria, mazo de tarot y tazas de té sobre un mesón redondo. Nada más.

-Me cuesta entender porque insisten en decirme qué hacer-, dijo a un lado de la mesa – por eso traje mi varita.

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Off rapidito:
Agradezco se esfuercen un poquito más en los roles, sino me desmotivaré.

Editado 2 de Septiembre del 2019 por Patrick Colt

[Valky]

Kaori M.

Ya había perdido la cuenta de las veces que la pelinegra llevaba insistiéndole a su esposo que debía aprobar las certificaciones que ofrecía Castelobruxo. Ella pensaba que eran necesarias pues siempre era importante mantener activa la mente y el cuerpo, además, hacer un repaso de lo que sabían nunca estaba de más. Cuando Aries se dio la vuelta y fingió quedarse dormido, la bruja movió la cabeza en forma negativa, odiaba cuando se ponía así de terco.

Dejó en la mesita de noche el libró que estaba leyendo y apagó la luz, no tenía caso seguir insistiendo. El sueño no tardó en llegar, sin embargó, ya casi al amanecer fue interrumpido. Se despertó asustada a causa de una pesadilla muy vivida que involucraba varias criaturas que parecían salidas del mismísimo inframundo. A su lado su esposo estaba durmiendo tan plácidamente que incluso había empezado a roncar, lo miro con algo de deleite pues llevaba ya varios días que no dormía bien.

Cuando Black Lestrange apareció en el comedor, Kaori ya tenía preparado el desayuno. Luego de una charla en donde no le había quedado más remedio que aceptar acompañarlo a su clase, la pareja de magos se preparó para emprender el viaje hasta la Selva del Amazonas. La bruja optó por ponerse unos shots de mezclilla que en realidad fueron los únicos que le quedaron lo suficientemente cómodos, una blusa blanca con rayas negras, sin magas, que a pesar de que le quedaba un poco holgada, dejaba notar su pequeña pancita de embarazo.

—Cuando regresemos tenemos hablar de tu paranoia y de lo sobreprotector que te estas volviendo —respondió la pelinegra sin apartar la mirada de su esposo. Habían aparecido en un bosque cuyos arboles eran tan altos y frondosos que impedían que la luz del sol lo iluminara, dándole un aspecto muy lúgubre.

—No prometo nada mi amor...sabes que el quedarme quieta no es lo mío—Añadió justo en el momento en que una acromántula de gran tamaño se acercaba al lugar en donde ellos se encontraban — Conjuntivitis— pensó la pelinegra sin apartar la mirada de su esposo y un rayo salió de su varita impactando de lleno en la araña que momentos antes pareció algo confundida.

—¿Te dieron un mapa o algo de hacia donde debemos ir? —Preguntó la bruja que sin dudar siguió a su esposo.

No sabía en que habían estado pensando cuando decidieron que era buena idea que ella estuviera ahí, esa clase al parecer iba a ser peligrosa pues estaba segura de que habría más arañas gigantes rondado y quien sabe que peligros más se podrían encontrar. Entonces vio a su apuesto esposo, que en esa ocasión llevaba el cabello en color violeta y sus miedos se disiparon, estaba segura de que él no dejaría que nada malo les pasara.

[Mackenzie Malfoy]

La bruja se encontraba tumbada en el suelo de su habitación en la Mansión Malfoy, con un montón de mapas desparramados a su alrededor. Apenas había salido de la habitación aquella mañana y, absorta en sus pesquisas, su aspecto, habitualmente elegante y regio, era lo que menos la preocupaba en aquellos momentos. Se había enfundado sus vaqueros más gastados y raídos, pero también más cómodos para estar por casa y, más que peinarse, se había atado el pelo a la nuca de forma descuidada, simplemente para que no la molestara.

 

Estaba señalando con su varita distintos puntos en los mapas a su alrededor cuando Hamilton se apareció junto a ella con un mensaje en la mano.

 

- De Castlobruxo, mi ama. Y lleva traslador incluido. -Dijo el elfo.

 

Mackenzie enarcó una ceja. Esperaba aquel aviso, pero no el traslador. Y, desde luego, hubiera sido un detalle que se retrasara un poco. Precísamente en aquel momento, tenia cosas más interesantes entre manos, que ocuparse de un mortífago, por más que ese mortífago pudiera tener cierta información que la Malfoy necesitaba saber y teniendo en cuenta que para encontrarse casualmente con él, Mackenzie tendría que mantener un fingido interés por un conocimiento que no le interesaba en lo más mínimo. Adivinación. Ni siquiera comprendía por qué en sus muchos años como aburrida Viceministra no había hecho algo tan divertido y satisfactorio como sacar aquella absurda superchería de la lista de conocimientos.

 

- Bueno, Hamilton. Parece que se acabó el placer. -Respondió la Malfoy, apuntando con su varita a los mapas a su alrededor y guardándolos en lugar seguro. Después se incorporó y realizó un sencillo encantamiento para averiguar si el traslador era seguro y no una trampa para necios. Una vez que se aseguró, le dedicó una sonrisa cínica a su elfo de confianza y dejó que la nube de colores la envolviera.

 

El viaje finalizó en una cabaña en medio de un bosque. El mortífago ya estaba allí. Y no era el único. Parecía que ella no llegaba de las primeras. Observó a una joven compañera de la Orden del Fénix y la saludó con una ligera inclinación de cabeza. La profesora se encontraba también allí.

 

- Hola -saludó la Malfoy. Mi nombre es Mackenzie y me siento agradecida de poder estudiar adivinación. Siempre me atrajeron las hojas de te, el tarot y todas esas cosas.... tan... tan -¿qué podía decir para hacer bien la pelota sin parecer una cursi irreprimible? - tan... interesantes.

 

Mackenzie observó a Patrick Colt. El verdadero motivo que la había llevado hasta allí.

 

- Creo que no tengo el gusto de conocer a todos. ¿Usted es...? -Sonrió a Patrick Colt de manera educada y serena, tendiéndole la mano y a la espera de que él se presentara.

[Patrick Colt]

La cabaña estaba impregnada por ese olor a madera húmeda que a él le molestaba tanto, por lo que cada cierto tiempo resoplaba su nariz como si intentase sacar dos pelotas de tenis desde adentro.

 

Mantenía el ceño fruncido por que no le causaba gracia la pequeña reunión, tan alejada de todo lo que él conocía y dentro de ese lugar lleno de sortilegios y cachivaches baratejos. Era parecido al intento de cualquier enemigo por extraerlo de su zona de confort, tomando en cuenta que parte de la esencia del encuentro era asistir bajo la orden de no traer nada. Él era incapaz de sobrevivir sin su varita de tejo negro.

 

Brasil era un país suramericano, de tierras extensas y famosos jolgorios. Fiestas que se permitían gracias a la temperatura tropical que se batía como insignia por toda su extensión. Negó con la cabeza recordando todos aquellos datos de forma tardía, pues una gota de sudor que recorrió sus hombros hasta su espalda baja, le recordó que la túnica negra no había sido una muy buena opción. Aún peor si quería disimular su eterna participación entre el grupo de mortífagos.

 

Entre todo aquel mar de lamentaciones abstractas, los retumbos de una bruja recién llegada lo distrajeron.

 

Mackenzie Malfoy, exviceministra del gobierno Londinense. La conocía, pero no solo por su cargo, sino por que también militaba entre los ideales de la Marca Tenebrosa. Sin embargo, tenía mucho tiempo sin verla por los bastiones del bando. Y ya que lo pensaba, era algo extraño que desaparecida del poder, también de la legión mortífaga. Ladeó la cabeza en desconfianza y aguzó su mirada, y más por que lo primero que hizo la mujer fue repararlo a su llegada.

 

Acto seguido se presentó. Le prestó atención pero sin dedicarle postura, seguía mirando fijamente su varita, con el ceño fruncido, intentando hilar todos los acontecimientos que se hilvanaban en su cabeza. Porqué aquella bruja no había regresado a la fortaleza oscura.

 

Nuevamente sintió que ella lo observaba, pero esta vez sí levantó el rostro para cruzar miradas con la Malfoy. Nuevamente se interrogó a sí mismo, por qué tanta atención hacia él. Le resultaba extraño. ¿Era una especie de trampa aquel encuentro con la excusa de una clase de Adivinación?

 

Ella le extendió su mano a modo de saludo. Él la dejó con la mano extendida. Otra interrogante asaltó su mente, ¿por qué se hacía la que no lo conocía? Eran mortífagos, compartían consentimientos a través de Alex Zenith y Boss Elessar, los dos magos que le habían dado caza eternamente.

 

- Patrick - dijo secamente -, me llamo Patrick Colt, sra. Ex-Viceministra.

[Sophie Elizabeth Granger]

Tras ella llegaron dos brujos mas, un hombre que estaba segura que había visto alguna vez cuando fue mortifaga y la otra, pues seria raro que no la conociera, si era la mismísima ex viceministra. No entendía la presencia de la Malfoy en aquella clase, como podía andar por la vida tan tranquila cuando ella y Crazy los habían metido a una guerra y después se habían largado como si cualquier cosa, dejándolos a todos en peligro. Por un momento pensó en decirle algo pero después recordó que a su pesar, eran compañeras de bando y no podía decir todo lo que pensaba, se mordió la lengua y se volteo mientras esta se presentaba con el otro mago, del cual ahora sabia su nombre pues se lo acababa de dar a la Malfoy. Ahora lo recordaba, si no estaba equivocada, era la entidad que se había adueñado del cuerpo de Godric. Se encogio de hombros y se volteo a otro lado, hacia la profesora.

 

- ¿que tipo de cartas vamos a usar, y el te? ¿tiene que ser de algun tipo o sirve cualquiera? - pregunto a la bruja que estaba a cargo - no me especializo en lectura del te, solo uso mis cartas y la bola de cristal y a veces canalizo muertos

 

La rubia se acomodo mejor en su asiento y tomo la taza para perrcibir su aroma, olia a limon y algo dulce que no atinaba a identificar. Tenia entendido que lo que se leia en esos casos eran las figuras que formaban los asentamientos al fondo de la taza una vez que hubiese tomado pero no estaba segura.

[Ky.]

—¿Crees que tu prima me anexo un mapa? No, creo que tu prima lo que quiere es verme muerto. Es obvio que jamás imaginó que ibas a venir conmigo a esta clase ya que seguro la prepara de otra manera. Ya que obvio le dijiste que estabas embarazada, ¿no es así? —preguntó mientras miraba detrás de ella.

 

Se dio cuenta que había otras cuatro acromantulas a varios metros detrás de ellos, por lo que con calma la tomo del brazo y comenzaron a avanzar para alejarse de ellas. Una de las acromantulas brinco hasta ellos, por lo que con un movimiento rápido de su varita pronunció el encantamiento con el que las arañas se alejaban de ellos gracias a un rayo de luz, pero tener que hacer eso cada vez que las arañas les brincaran iba a resultar agotador, así que empezó a recordar sus clases de CCM en Hogwarts, ya que aún no tomaba la clase para certificarse, así que seguramente esa iba a ser su siguiente curso.

 

—¿Qué piensas de la creación de un basilisco? Para alejar a las arañas. —preguntó de forma traviesa mientras avanzaban a lo que parecía ser el siguiente reto, a varios metros de aquel lugar se encontraba un túnel hecho de lianas, ramas y árboles que estaba infestado de lo que parecía ser un par de Dementores. —Creo que tenemos que ir por aquel lugar, sé que aún tenemos una charla pendiente sobre mi forma de ser contigo y con nuestro bebé, pero tengo miedo de perderlos.

 

Aun recordaba como la había encontrado en el Shadowhunters, su serpiente, una mamba negra albina la había atacado de una forma sanguinaria y aunque le tenía mucho cariño a aquella mascota, regalo de su madre, le había apuntado con su varita y un rayo de luz verde había salido de su varita acabando con la vida de Meiylina. Situación de la cual había pasado ya varias semanas, pero aún se sentía culpable de que su propia mascota fuera capaz de acabar con la vida de la mujer que más amaba.

 

—Sabes, sé que con un encantamiento patronus podemos quitar del camino aquellos dementores, pero te tengo una mala noticia, jamás he invocado uno. ¿quieres ser mi maestra para la invocación de patronus?

[Leslie Ashryver PB]

Su primera alumna aparecio frente suyo y parecia muy emocionada por su forma de hablar, le recordo a Luna, su tia que hablaba mucho todo el tiempo, sonrio apenas pero se estremecio al oir el nombre se Mei.

 

-Hola Zahil, si soy sobrina y nieta de las chicas- le hablo haciendole un gesto con las manos para que tomara asiento - Grimmauld Place? Pues no, no me suena ese lugar pero espero que la clasea sea de tu interes porque no es mi fuerte- le dijo con una sonrisa de disculpa ante su falta de practica e interes en esa materia.

 

<<-Y y que pense que seria una clase tranquila->> penso con un suspiro cuando llego su unico alumno varon en Adivinacion y lo siguio su ultima alumna.

 

Alessandra miro de reojo a Arael que se estiro para salir rumbo al bosque de Brasil en busca de los alumnos de Defensa Contra las Artes Oscuras, el zorro guiaria a sus primos hasta ella ademas de ayudarles a que llegaran a salvo, lo ultimo que queria era ser demandada por andar matando a su familia.

 

-Bienvenidos a Adivinacion, Soy Alessandra Delacour y sere su profesora este mes- se presento y les indico a los recien llegados a sentarse - como sabran la adivinación es la habilidad de quienes afirman poder predecir hechos venideros por sí mismos o mediante el uso de sortilegios-

 

-Aunque tomen esta clase no significa que seran videntes ni nada ya que para eso esta Mahoutokoro- les explico tomando las cartas - Zahil usaremos las cartas de Marsella, esta practica seguro te resultara conocida pero quiero que todos se concentren en un problema reciente del que necesiten una respuesta-

 

-Señorita Mackenzie tome el mazo y mezclelas cuando acabe saque tres cartas boca abajo y pasesela a su compañero- le pidio dandole el mazo de 78 cartas.

 

Mientras observaba a sus acompañantes penso en Kaori y Aries y si ya abrian logrado desacerse de los dementores y a los dos boggart que estaban listos para convertirse en sus peores miedos.