Aritmancia - Encantamientos.

[Jeremy Triviani]

Jeremy casi pone los ojos en blanco cuando Zoella empezó otra vez con que la hipnotizaba con su voz bla bla. ¿Podía ser siempre igual? La dejo terminar, intentando mantener los ojos sobre los de ella sin bajarlos a sus labios. Cualquiera fuera el movimientos que hicieran, ambos saldrían perdiendo. Aquella historia que habían tenido estaba terminada. Pero era difícil dejar el pasado atrás, cuando había una paternidad pendiente.

 

-Sí, fue una mala idea -Le respondió dándole la razón -Pero no sería la primera vez llevarás a cabo ese tipo de ideas -Sonrió con picardía -Zoe… yo te quiero, y jamás dejare de hacerlo, pero…

 

No, no podía ni darle motivos válidos, porque ella los negaría uno a uno. Así que simplemente se encogió de hombros y señaló su ceja larga, para que ella entendiera el mensaje de lo que debía hacer. Aunque no hizo nada. La bruja estaba muy cerca, con la negación pintada en el rostro.

 

-¿Me acomodas la ceja así pasamos al siguiente hechizo? En serio quiero ayudarte a controlar los encantamientos. Sé que puedes lograrlo. Confío en ti. -Le dijo apartándose de ella unos pasos para que pudieran respirar sin olerse mutuamente - ¡Demuestra que te mereces tus poderes, bruja! -Grito haciendo que unos pájaros emprendieran el vuelo al escucharlo -¡Ahoraa!

 

 

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[Zoella Triviani]

A penas comenzó a hablar levanté la mirada y un pequeño atisbo de esperanza cruzó por mi cuerpo al escuchar esas palabras que hace mucho no pronunciaba para mi "te quiero, y jamás dejare de hacerlo, pero…" Pero, siempre había un pero. Cualquier sentimiento que empezaba a aparecer se esfumó, junto con mis ganas de seguir la clase. Bajé la mirada otra vez al verle señalar su ceja, ¿En serio había sido tan tonta como para llegar a este punto? Me sentí humillada, al haberme expuesto de tal manera y que haya sido tan indiferente.

 

Apreté mi varita, y lo sentí alejarse mientras decía esas palabras que para mi fueron simples. Cerré mis ojos y busqué esa concentración mientras intentaba apartar un poco esa ira que comenzaba a crecer en mi interior, su grito me hizo abrir los ojos, y con la molestia chispeando en ellos y una determinación que no creí tener, levanté mi varita haciendo el mismo movimiento que me había explicado mientras pronunciaba - Crecepelo - en su dirección.

 

Acto seguido su ceja calva creció, y la otra que mantenía su longitud seguía ahí. Señalé la otra, volví a hacer otra floritura y el exceso de vellos desapareció. Sus cejas habían vuelto a la normalidad, pero mi actitud había cambiado. Ya quería culminar con esta clase.

 

- ¿Y ahora que? - Solté, haciendo notar mi ahora mal genio mientras me cruzaba de brazos y le observaba impasible.

 

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[Jeremy Triviani]

Jeremy no sonrió, pero tuvo muchas ganas de hacerlo cuando vio la furia mal disimulada en el rostro de Zoella. Se sintió bien, siempre se sentía bien cuando ella estallaba de furia y cometía errores, que èl rápidamente aprovechaba a su gusto. Esa vez fue diferente, sus cejas volvieron a la normalidad sin ningún pelo de menos ni uno de mas. Lo había hecho bien y eso lo dejo sorprendido. Hasta estaba desafiándolo a mas.

 

-Lo hiciste bien, ahora quiero que vuelva tu cabellera negra como ultima prueba de tu talento, y luego de eso podrás irte -Le guiño un ojo - Mejor dicho, podremos ir a tomar algo a la Posada "Shupi.tos para todes".

 

El vampiro empezó a prestar atención a los movimientos de la bruja con mas detalle. No sabia que era lo que estaba empezando a cambiar entre ellos, pero algo estaba pasando. Como un pequeño bloqueo que se estaba volviendo real como una pared. ¿Porque? Busco en los ojos de la bruja la explicación de lo que estaba pasando. No sabia si era por los niños que el no reconocía o había algo mas... ¿Podía ser que se hubiera unido en sangre a otra persona?

 

-Estoy muerto de calor... -Le dijo para romper el incomodo silencio - Apúrate, así puedo... podemos irnos de una maldita vez. Tenemos que hablar -"Y no sera algo lindo..." Agregó mentalmente.

 

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[Zoella Triviani]

Y sin saberlo, ahí las cosas empezaron a cambiar entre ambos. Me sentí humillada al abrirme de tal forma frente a él. La situación me sobrepasaba y tenía unas inmensas ganas de destruir cosas, apreté fuertemente mi varita y escuché sus palabras. Solté una pequeña risa y me acerqué nuevamente a él - Mi cabellera no volverá, pero mis cejas si. Así que esa será mi ultima prueba de talento - comenté, para alejarme en silencio y hacer el mismo encantamiento de hace unos segundos a mi rostro, a los segundos toqué la parte superior de mis cuencas oculares y ahí estaban, los vellos que conformaban mis cejas.

 

Volví a colocar la varita en el soporte en mi muslo, mientras escuché lo ultimo que decía, ¿ir a un bar, a hablar? Ah, ahora si.... Volví a reírme un poco y me acerqué peligrosamente a su cuerpo, oliendo su perfume y su olor natural. Me le quedé viendo a los ojos, y luego de darle un pequeño beso me alejé un poco - Nosotros ya no tenemos más nada de que hablar, todo me lo haz dejado claro - me alejé de su cuerpo y me di la vuelta comenzando a caminar unos cuantos pasos.

 

Giré mi cabeza por sobre mi hombro, y le dediqué una ultima mirada - Espero si sepas apreciarla a ella, y no la hagas sufrir - finalicé, desapareciendo ahí mismo frente a sus ojos.