Jump to content

Cuando la sangre llama.


 Compartir

Publicaciones recomendadas

dZPjykQ.png

Piero Azzinari.

Ministro de Magia de Italia.

8:55 PM.

Ni el zumbido de una mosca lograba alzarse frente al silencio sepulcral característico de aquel estrecho pasillo, delimitado por paredes de azulejos negros y brillantes. La aparente calma solo era interrumpida por los firmes y sonoros pasos de Piero Azzinari, cuyo eco replicaba en el curvo techo de perfecta acústica. El cabeza del glorioso Ministerio italiano era escoltado de cerca por su secretaria personal, una risueña bruja de mediana edad, entrecano cabello y anteojos de marco redondo. La mujer centraba su atención en no dejar caer los papeles que llevaba abrazados contra su pecho, mientras que la hosca mirada del Ministro permanecía clavada en la puerta ubicada al final del pasillo.

 

- ¿Los trasladores?- inquirió.

 

- Entregados, señor.

 

En los días previos a aquel intercambio pequeñas réplicas del coliseo romano, talladas en piedra hasta el más minucioso detalle por las manos de los más hábiles artesanos, habían aparecido en los pórticos de las más importantes personalidades de origen italiano residentes en Reino Unido. Solo un limitado número de personas y familias habían pasado el corte, diagramado por las oficinas ligadas al Ministro, en base a su influencia y conexión con las altas esferas del poder británico.

 

- ¿Las notificaciones?

 

- Entregadas, señor.

 

Días después a la distribución de los trasladores, una bandada de carracas europeas había emprendido vuelo en toda la extensión del territorio inglés. Las pequeñas aves de característico plumaje de tonalidades azules se habían vuelto de uso confidencial en el envío de correspondencia oficial, dada la dificultad para detectarlas e interceptarlas por las fuerzas enemigas. Estas simpáticas criaturas habían sido entrenadas en tiempo record por los magizoologos y la metodología de mensajería se había adaptado a ellas: los pergaminos se achicaban para ser cargadas con facilidad y volvían a recuperar su tamaño una vez el receptor los recibía.

 

Aquel mensaje consistía en un pergamino amarillento cuidadosamente enrollado, sosteniendo aquella forma con el intercalado de tres pequeñas cintas: una blanca, una verde, una roja. El escueto mensaje en su interior no compartía espacio con ningún sello oficial ni ninguna firma reconocible, pero su contenido escrito en lenguaje italiano transmitía de alguna forma cierta seriedad y transcendencia. La letra era pulcra, sellada en la superficie del papel con tinta negra.

 

Oficinas Privadas del Ministerio de Magia. Bajo el Vaticano. Traslador activado a las 9 PM, dentro de tres noches. Se solicita reserva.

 

- ¿El señor Conte?- consultó, sin alterar su semblante serio.

 

- Dimitido, señor.

 

El Ministro se refería a su par muggle, que atravesaba una crisis política que parecía armoniosa al lado de la que Piero resistía. Siempre había mantenido una fluida conversación con su par y le tenía cierta estima, aunque sus ideales solían encontrarse en las antípodas del otro. El líder mágico había heredado en su llegada al poder la tradición del Estado Italiano de acordar políticas conjuntas, hacer coincidir los períodos electorales y apoyar dentro de lo posible las decisiones exteriores. Habían llegado de mutua acuerdo a la conclusión de que la Guerra que se cernía sobre la Comunidad Mágica Internacional no podía afectar a la población no mágica ¿Pero sería eso posible, con las profecías que anunciaban el fin de la magia?

 

Para ese momento ambos personajes ya había llegado a la entrada de la sala de reuniones. No estaban solos: la puerta de hierro era custodiada por dos funcionarios ministeriales apostados a ambos lados de esta, varita en mano. Ambos sujetos, pertenecientes cuerpo de seguridad del Ministerio afamado por su crudo accionar, superaban el metro noventa de altura y vestían largas túnicas negras, en cuya solapa se distinguía una pequeña réplica de la bandera de Italia. Sus semblantes serios y soberbios transmitían un dejo de peligrosidad y violencia contenida mediante años de entrenamiento. Piero los saludó inclinando levemente la cabeza e ingresó al lugar, cerrando la puerta tras el ingreso de su secretaria.

 

La sala era relativamente pequeña teniendo en cuenta los lujosos y amplios espacios que conformaban el Ministerio de Magia italiano en su magnífica infraestructura. Se trataba más bien de una oficina privada para el uso de unas pocas almas de la cúpula del poder gubernamental, un anexo del edificio principal al que se llegaba mediante una conexión de intrincados pasillos a los que solo tenían acceso personal con autorización expresa del Ministro. A éste no le gustaba admitirlo en público, pero bien sabía el objetivo del oculto sitio: funcionar como un perfecto bunker en medio de la Guerra Mágica que atravesaba el mundo.

 

En el centro de la sala se presentaba una moderna mesa de color negro y forma ovalada, sobre la cual solo se habían dispuesto vasos y jarras rellenas de agua; el juego de sillas que la acompañaban eran modestas, careciendo de cualquier indicativo de que solían ser ocupadas por poderosas personalidades del orden mundial, y se adherían al suelo mediante un mecanismo de acero para evitar la réplica de potenciales temblores. Del lado derecho, a la altura media de la pared, se ubicaban dos ventanas encantadas que simulaban las vistas a las grises calles de Roma. Las finas gotas de la falsa lluvia golpeaban el cristal y se deslizaban sobre éste, formando infinidad de caminos que empañaban las vistas a los antiguos edificios.

 

El Ministro se detuvo un momento a observar las vistas antes de dejar caer su carpeta sobre la mesa. En ella portaba la hoja de ruta con los próximos pasos institucionales del Ministerio de Magia italiano, detallados meticulosamente. Los movimientos encarados por Piero se habían efectuado bajo el más custodiado secretismo pero la velocidad con el que el contingente de noticias bélicas había alcanzado a los ciudadanos que exigían, mediante solicitadas en la prensa, que Piero tomara cartas en el asunto no podía ignorarse. Se le exigía firmeza, algo que había caracterizado su planteamiento de la política hasta el momento. El pueblo tenía mucha estima por su gobernante pero bien sabía él que la volatilidad generada por una Guerra de cada vez mayor magnitud podría hacer tambalear su posición de poder.

 

Solo bastó un zigzagueante movimiento de su mano para que su varita proyectara, sobre el centro de la mesa, una réplica semi traslucida del planeta. Un holograma, así lo llamarían los muggles. Sobre el globo, que respetaba el relieve de los distintos territorios, se podían apreciar con más intensidad la presencias de puntos rojos sobre el continente europeo, señalando puntos estratégicos: Bucarest, la capital de Rumania; Londres; las tierras altas de Escocia, donde se localizaba Hogwarts; Ottery St. Catchpole, uno de los nichos principales de la comunidad mágica inglesa; Ámsterdam y una infinidad de otras localizaciones geográficas. La misma Roma se encontraba señalada en aquel esférico mapa con un punto que se distinguía de los demás por su color verde.

 

- Triviani, Médici, Santoro, Rambaldi…- enumeró el ministro, leyendo los primeros apellidos anotados en el pergamino donde habían asentado a los invitados a la reunión.- Buen material para empezar. Ya es la hora.- finalizó, dando una rápida ojeada el reloj de su muñeca.

 

--

 

Link al topic organizativo: Traslador.

Editado por Lucrezia Di Médici
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Vaticano - Archivos Secretos de la Comunidad Internacional de la Magia.

8:00 pm

 

Alexander Di Médici

Cardenal.

 

-Azzinari, Piero. - Murmuró y camino por el largo pasillo. - ¿Cuando vas a comprender que su santidad puede ayudar a la causa? Y como era de esperarse apresura en tu accionar, al parecer el banco Médici oculto al mundo y a simple vista, tendrá que costear una nueva guerra, Lucrezia seguro tendrá noticia de Gran Bretaña y así sabremos invertir en el futuro de nuestra comunidad. - Y en ello cruzó a la derecha y me adentró en los expedientes Mágicos de @ - Y así que éste hombre es el nuevo ministro británico, el cual es sucesor del Malfoy. - Suspire y ojeada el expediente. - Un mago adepto a la organización de los Mortífagos. - Eleve la mirada y postre en el crucifijo. - Otro chivo expiatorio y cordero al matadero. - Lo cerré y guarde.

 

-Monseñor.- Me comenta un sacerdote quien iba con su varita en mano e iluminaba el camino. - Ya es hora de la reunión con su santidad. - Me gire y comenzaba a caminar rumbo al salón donde sería llevada la reunión. - Tiempo es muy efímero. - Le comenté. - ¿Acaso el seminario de la congregación para la demonología no consigue vocaciones? - En ello me niega y lamento su respuesta. - Quizás el mundo se ha perdido su fe, ahora que necesitamos a tantos jóvenes virtuosos para defendernos de tanto mal. - Seguía caminando y saliamos por el pasaje secreto, el cual nos dejó salir por el monumento a Don Juan Bosco, allí en ese paraje existían muchos visitantes y con encantamientos no se daba cuenta, igual la arquitectura los cegada para que se perdiera de ciertos detalles.

 

-Hijo. - Le comenté al sacerdote. - No ha pasado ni un minuto y ya nos encontramos cerca, mejor avisale a Azzinari que le envió mis bendiciones. - Este se marchó y me voy a la casa de los Jesuitas, allí su santidad quería llevar a cabo la reunión, me extraño que no fuera en el salón de San Pablo ¿Pero quién era yo para contradecir a su santidad?

 

Al cabo de unos minutos llegó, saludo a cada uno los integrantes de la compañía y voy al salon, al parecer sería una reunión monotoma y por ello considere oportuno escribir una carta a @@Lucrezia Di Medici Di Médici que nuestra familia necesitaba con urgencia que viajará regresó a Roma y allí se tomará la desiciones respecto al futuro apoyo de nuestra casa, estaba seguro que ella tendría una opinión más claro lo que ocurría en ese pais.

 

°`°`°`°`°

 

8:59

 

La reunión se encontraba en su auge y las discusión respecto al culto se apoderaba, entre documentos que revisamos veo una notificación del Ministro y me causa cierta curiosidad, al parecer deseaba convocar una reunión extraordinaria ¿Pero como escaparme de mis deberes? ¿Acaso deseaba contar con el apoyo del gobierno civil y eclesial? En verdad este asunto debería ser discutido con la comunidad religiosa internacional, pero era algo que luego convocaría, al menos todas las comunidades vinculadas a la sociedad mágica internacional se encontraba en el Vaticano o cercano a éste.

7VZGWBY.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Mansión Di Médici.

8:55 PM

 

- ¿Alexander? Demasiado anglosajón.- aquella palabra resonó con un dejo de desprecio- Es increíble como el apellido se extendió con el tiempo. Creo que lo he visto, a lo sumo, una o dos veces en mi vida. Pero la familia es la familia y las raíces son las raíces…

 

La mano derecha de Lucrezia se sujetaba con fuerza de la punta del brazo de la silla, rasgando con sus uñas la avejentada madera de roble; la izquierda sostenía de su base una copa de vino medio llena. La violácea bebida reflejaba en su superficie el distorsionado reflejo del rostro de la aristócrata, joven y blanco. En su mirada, clavada en su interlocutor, se intuía una actitud soberbia. Bien sabía que se encontraba en una encrucijada, donde entraba en juego su papel en la Guerra Mágica que amenazaba con los primeros ribetes de su crueldad.

 

- ¿Sabes? Estoy en una posición muy compleja. Mi fidelidad está con Piero y con los intereses de Italia, pero comparto filas en la Marca con el actual ministro inglés. Las cosas se complican cuando te debes a ambas partes de una contienda. Lo he meditado en esta hora y seré lo suficientemente cauta para no dar un paso en falso que pueda perjudicarme.

 

Lucrezia se figuraba a sí misma como una pieza gris en un juego de ajedrez que se había precipitado sin anunciarse. Ni blanco ni negro. Estaba en el medio del tablero. Ella era su propio peón, su propio caballo y su propia reina. Los Estados y los bandos hacían sus primeros movimientos y allí estaba la joven italiana, expectante de saber cómo replicar y hacer un jaque mate en su propio beneficio. La Médici solo proyectaba una imagen en su cabeza: ella, más poderosa y más acaudalada una vez la Guerra finalizara.

 

- El banco Médici, sin embargo, no tiene estas contradicciones que emergen de la fidelidad.- frenó su fraseo para beber un sorbo del añejo vino- Los intereses de la banca son algo superior a nosotros. Esta empresa familiar sobrevivió y creció bajo la sombra de tantos eventos históricos, tantas eras de paz y de violencia, que es imposible que no persiga su propio beneficio. Lo hizo siempre y lo hará ahora.

 

La aristócrata era consciente que la influencia que poseía no era mera portación de apellido. Lucrezia era la apoderada de todas las propiedades, bienes y negocios que los Médici administraban en Gran Bretaña. Las variadas ramificaciones de la familia que se generaron a su quiebre durante finales del siglo XV no solo tenían en Lucrezia un modelo a seguir, sino una figura a la cual temer; por todos era conocida su gestión, a golpe de talonario, para acrecentar la riqueza familiar y acrecentar su influencia en Europa. Ni los resabios del linaje Médici que aun habitaban el Vaticano ignoraban su valía.

 

El día previo, la regente Médici había enviado mediante correspondencia urgente a la sede romana del banco familiar la firma con la que autorizaba a mover fondos en favor del Ministerio de la Magia italiano: decidió prescindir de dinero propio al donar las grandes sumas acumuladas en las cajas chicas de la institución y permitió la negociación de créditos blandos a largo plazo. Lucrezia había concebido aquel movimiento con una clara premisa en su mente: un muerto no paga las deudas. Si el ministro italiano decidiese dejar atrás su postura silenciosa frente a la guerra e ir a una confrontación directa con Gran Bretaña, como preveía ella, una victoria le permitiría una mayor ganancia al Banco Médici.

 

- Piero fue más críptico en su carta que lo que suele ser conmigo ¿Acaso las transacciones que tuve que habilitar para que tuviera el colchón financiero para su reelección no vale a la hora de confiar en mí en una situación de tal magnitud?- preguntó en claro tono retórico, pues sabía que su interlocutor no emitiría palabra- Me reuniré con él junto a personas que deben apenas haber tenido contacto con él. Como una más. Y sin embargo, allí me tendrá.

 

Sus últimas palabras apenas fueron audibles en la sala, pues el estruendoso retumbar del reloj pendular se alzó con el protagonismo, quebrando la serena atmósfera que allí reinaba. Lucrezia bebió de un largo sorbo el último rastro de vino en la copa y la dejó reposar en la mesita a su lado. Apoyó sus manos, enfundadas en dos blancos guantes de seda, en los brazos de la silla y tomó en ellos impulso para levantarse. Era hora de acudir al encuentro con Piero Azzinari, Ministro de Magia italiano, y con Alexander, aquel cardenal que había acudido a ella para discutir la posición de los Médici que ella se había encargado de tomar unilateralmente ¿Qué tendría para decirle? Aquella reunión sería, para Lucrezia, cuanto menos interesante.

 

Tomó entre sus delgados dedos el traslador, aquella pintoresca réplica del Coliseo Romano que la tomó por sorpresa tres días antes. Se dirigió hacia donde se encontraba su inmutable interlocutor y, esbozando una media sonrisa que iluminó sus delicadas facciones, acarició el contorno de su rostro. El frío del vidrio atravesó la delgada tela de sus guantes. Aquel retrato de Thiago Gryffindor, su desaparecido primo y confidente, hacía las veces de alguien con quien Lucrezia podía plantear sus más profundas inquietudes o confiar sus más oscuros secretos; confesar sus más crueles pecados y relatar sus más vívidos sueños.

 

- Suelo decir que la suerte es para mediocres, pero deseala igual.- le pidió aquel sonriente recuerdo de Thiago, dejando fluir en su voz una vulnerabilidad que se negaba a demostrar frente a otros.

 

El reloj marcó las 9 y un súbito silencio inundó la sala, anticipando la activación del traslador. La imponente figura de Lucrezia, resaltando siempre con uno de sus vestidos de corte renacentista, desapareció de un segundo para el otro.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El Heraldo

 

°°°°°°°°

 

PRESIDENTE DEL MACUSA APOYA A LA ORDEN DEL FÉNIX.

 

Hoy en rueda de prensa el presidente del Congreso afirma declaraciones neutral ante el conflicto bélico entre Gran Bretaña y Bulgaria. Además de mostrar su apoyo a la organización criminal conocida como la Orden del Fénix. De igual informa a los ciudadanos americano abandonar el pais ante las declaraciones xenofobica del Ministro Británico (@ ) y contraposición y minutos más tarde el Regente del Ministerio Egipto se pronuncia como un acto hipócria de parte del Presidente ¿Acaso existe una conspiración contra Gran Bretaña?

 

°°°°°°

 

XCIII ASAMBLEA ECUMENICA INTERNACIONAL

 

Su santidad el P. A. P. A invoca tras la apariencia de la reunión ecuménica para tratar temas ambientales y el daño del medio ambiente en el amazona una reunión en secreto sobre la posición sobre el conflicto que aqueja a mucha comunidad mágica, el cual habla sobre la exhortación apostólica SACERDOTALIS: ORA PRONOBIS PECATORIS. De igual forma, el Maestro del Shintoismo promete en participar por primera vez, asi como en impulsar en el occidente una participación jamás vista. Por otro lado, los Rabinos exhortan al diálogo y encuentro a un bien mayor.

 

°°°°°°°°

 

¿AUGE O CAÍDA DE GRAN BRETAÑA?

 

Luego de la proclama del nombramiento del nuevo ministro británico a nivel internacional se habla de la crisis humanitaria que viven los ciudadanos, la violación de los Derechos Humanos y el ataque de xenofobia dado a los que no son nacidos en Gran Bretaña ¿Acaso el futuro es la caída de ésta comunidad?

7VZGWBY.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Matthew Triviani

Arreglando su camisa, bajo la tenue luz de una veladora.


La habitación estaba casi oscura y llena de polvo; como si nunca hubiese pasado nada, como si el extraño episodio de hace unas semanas, se hubiese elucubrado solo en su mente. Las palabras de Patricia, estaban gravadas en su memoria, jamas comprendió como fue capaz de soportar el acercamiento con una persona desconocida, y mas aun, permitir que lo tocara y consolara, pero el sentimiento que cimbro su ser en ese momento fue sobrecogedor; similar únicamente al tipo de sentimiento que se siente con una madre.

De pie y en medio de la oscura habitación, hizo un recuento de los hechos, recorrió con sus ojos azabache acostumbrados ya a la semi oscuridad, que únicamente era rota por el amarillo az de luz de la hermosa mañana, su atención estaba ahí, en el lugar donde ambos cayeron presos del dolor al recibir el impacto de la noticia que su país natal estaba siendo amenazado por el pueblo Británico. ¿O fue al revés, quien declaro la guerra? estaba la prueba de que había ido a buscar, se acerco lentamente hacia una mesa y tomo el pequeño trozo de pergamino que estaba al lado de las huellas de un par de manos.

 

CC: Famiglia Triviani

È richiesta la presenza della Famiglia Tribbiani per vendicare le viti comuni

Oficinas Privadas del Ministerio de Magia. Bajo el Vaticano. Traslador activado a las 9 PM, dentro de tres noches. Se solicita reserva.

 


Era lo que estaba escrito en el trozo de papel, con una letra imprenta perfecta y escrita con aparente delicadeza, en Italiano, la lengua que se hablaba la mayor parte del tiempo dentro de las paredes del imponente Castillo Triviani. Lo guardo con sumo cuidado dentro de su bolsillo, salio de allí y al llegar a la planta baja y como siempre, lo primero que percibió fue el humo y el olor a tabaco y alcohol, los murmullos de conversaciones apagadas, risas estridentes y alguno que otro ebrio balbuceando cosas ininteligibles; pero como también era costumbre, no presto atención y se dirigió a la salida, donde se encontraba Termidor -su elfo- al cual le indico, y entrego una copia de los pergaminos creados con magia que salio de Frida, para sus hermanos. El mismo funcionaria como un traslador al tocarlo con la punta de sus varitas y viajarían hacia donde él se encontraba.

Ministerio de Magia 09 PM.



El gitano llegó hasta donde fueron citados, recorriendo con sus ojos azabache su actitud. Lentamente llevo su mano izquierda al interior de su bolsillo y extrajo una pequeña caja de madera, misma que deposito sobre la mesa donde estaban ubicados varios de los, suponía, invitados. Su voz se tornó un susurro y sus ojos negros se entrecerraron, debía comprender que aquel accionar descabellado podría atraer personas indeseadas al sitio donde la mayoría plantearía un posición diferente, quizás, carentes de interés, y otras, todo lo contrario.

Hola... soltó con soslayo dirigiendo su mirada a la blonda, quien parecía tener recuerdos con aquel joven del retrato, haciendo un ademan con su mano, para saludar al los demás.

Reviso el reloj de mano que traía decorando su lujoso traje Italiano. Chistó y dio un leve suspiro; esperaba que los demás llegasen a tiempo.

 

 

 

@@Candela Triviani @ @

x2YiSbT.png

HdDMuO2.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

CASTILLO TRIVIANI. 8:10PM HORA INGLATERRA



Me parecía extraño, que a estas alturas el Ministro Italiano Piero Azzinari, en la comunidad mágica internacional era muy conocido por aparecer en cada escándalo ministerial de cualquier país, y más cuando se trataba de los magos italianos en esos países, esperaba que llamara a una reunión, hacía tanto que no visitaba el vaticano y más aún que no pisaba suelo ministerial Italiano. Aún tenía pendiente negocios con pares italianos en el concilio.

Malario se encontraba acostado en mi cama, balbuceando unas cuantas cosas mientras hacía que leía un libro, digo hacía porque estaba de cabeza. Cada que lo observaba soltar una historia sin sentido me reía - ​Mira, sabandija - llamé su atención desde mi escritorio, donde e encontraba repleta de pergaminos - ¿Te enseño a leer? - el pequeño elfo que había levantado la mirada en mi dirección se quedó callado, pensando que era alguna clase de trampa, pero cuando vio que hablaba en serio tomó el libro y corrió hasta montarse en mi escritorio - Quiero saber la verdadera historia lombriz - me dijo, mientras me tendía el libro.

Por mi parte, alejé los pergaminos que usaba y cuando iba a comenzar a explicarle cuando Termidor, el elfo de Matthew entró a mi habitación y sin emitir palabra alguna me entregó una nota, nota que me hizo polvo para trasladarme a quien sabe donde.

MINISTERIO DE MAGIA ITALIANO. 9:15PM HORA ITALIA.


Me dolía el estomago, la nota era un traslador. La tomé bien entre mis manos para leerla.

 

CC: Famiglia Triviani


È richiesta la presenza della Famiglia Tribbiani per vendicare le viti comuni


Oficinas Privadas del Ministerio de Magia. Bajo el Vaticano. Traslador activado a las 9 PM, dentro de tres noches. Se solicita reserva.

 



Levanté la mirada y efectivamente, estaba bajo el vaticano en uno de los tantos salones de reunión del ministerio Italiano, sentado ya estaba Matthew, quien me observaba con su típica expresión, en la punta de la mesa central estaba sentado Piero, el ministro y junto a el su fiel secretaria, quien sospechaba desde siempre el hecho de que tenían un lío de amantes. Alejando ese pensamiento, vi sus ropas y al ver la mía, me percaté de que me encontraba en pijama. Me reí y hablé en uso de mi idioma materno - Buenas noches, si me dan un minuto me puedo cambiar acorde a la reunión - solté caminando al bañó a un costado. Saqué mi varita del bolsillo del pijama y con una floritura lo pasé por todo mi cuerpo, haciendo aparecer mi larga y lisa peluca negra en mi calva, junto a un blazer vinotinto que cubría una camisa blanca de escote en V, el mono de pingüino fue cambiado por una falda tubo hasta las rodillas del mismo color del blazer junto a unos tacones de aguja negros.

Salí del baño, ya lista y corriendo la silla del lado derecho de Matthew me senté - Hola Piero, tanto tiempo sin saber de ti - saludé, mientras una sonrisa picara aparecía en mis labios.



@ @@Candela Triviani @ @@Lucrezia Di Medici Di Médici Editado por Zoella Triviani Yaxley

jIQcN5u.gif

5QDA0A5.png

YwzoyWt.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Piero Azzinari.

Ministro de Magia de Italia.

9:20 PM.

 

Los invitados a aquella reunión de carácter confidencial comenzaban a aparecer en la oficina, traídos por los trasladores que sus funcionarios habían repartido secretamente por Gran Bretaña. Eran las personalidades italianas más destacadas en territorio rival, eran quienes más influencia o acceso al poder tenían. Piero se había ubicado en la punta de la mesa y con la yema de sus dedos acariciaba los vellos de su prominente bigote, de dentro hacia afuera, en un gesto típico de su comportamiento. En su fuero interno repetía una y otra vez, como mecánicamente, la misma frase pronunciada por su secretaria en la intimidad de sus encuentros: “La Banca, La Mafia, La Religión, La Fuerza”.

 

- Suponía que serías la primera en aparecer.- le dijo a la mujer cuya figura de materializo ubicada en la silla más próxima, del lado derecho.

 

La primera en llegar fue Lucrezia Di Médici, cuya alianza era pan comido. El banco de la aristócrata familia era quien había financiado su campaña electoral para escalar hacia el máximo poder del Ministerio y habían llevado a cabo varios negocios juntos. Aunque normalmente las relaciones comerciales entre ambas instituciones se realizaban mediante emisarios, siempre era un placer para Piero presenciar la refinada belleza de la joven rubia. Siempre le había llamado su capacidad para mantener su impronta altanera incluso frente a un Ministro de la Magia de primera línea mundial. Le regaló a ésta una media sonrisa cómplice, que Lucrezia respondió de igual manera. La banca.

 

- Siempre es un gusto Zoella, gracias por venir, incluso en pijama y tarde.- respondió con cordialidad al saludo de la mujer, permitiéndose destilar cierta confianza que consideraba esencial en esas situaciones.

 

Los Triviani, como aquella bruja, eran la gran incógnita de la velada, un cheque en blanco sobre el cual podría escribirse cualquier cosa; eran inevitablemente impredecibles. Durante su gestión Piero mantuvo el status quo que heredó de quienes lo precedieron en su despacho: hacer la vista gorda a los oscuros tratos que la familia llevaba a cabo pero teniéndolos siempre vigilados, recordándoles quien tenía el poder de policía. Incluso existieron ocasiones en la historia reciente en las que Azzinari se vio a si mismo obligado a requerir de los servicios de la Mafia Italiana para obtener artículos que las leyes internacionales de magia prohibían. El equilibrio en la relación mutua era fino y tenso ¿Acaso se rompería entre esas cuatro paredes?

 

Lo cierto es que había una vuelta de tuerca a toda la situación. Los Servicios de Inteligencia le habían informado a Piero de la relación cercana que existía entre miembros de los Triviani y Aaron Black Lestrange, sobre quien giraría aquella secreta reunión de almas italianas ¿Acaso la lealtad de aquella familia estaba en duda? ¿Prevalecería una relación personal sobre los intereses del país que los había visto nacer y los acobijaba bajo su ala para que se beneficien del mercado negro? Bien consciente era que sería necesaria la presencia de la Matriarca para apaciguar y guiar los ánimos del resto de los Triviani, cuya cuestionable salud mental era de público conocimiento. Observó ambos lados de la ovalada mesa e interrumpió los disimulados murmullos que teñían de poco serio el ambiente. La mafia.

 

- No me sorprende de Candela Triviani que llegue tarde pero el efecto del traslador persistirá unos momentos más. No creo que le moleste que comencemos…Nuestros valiosos amigos religiosos también se nos unirán más tarde.

 

El hilo conductor que llevaba la relación entre Piero y el sector mágico del Vaticano permanecía registrada en los archivos de más difícil acceso de toda la estructura Ministerial. Las reuniones entre el Papa, sus cardenales y el Ministro de la Magia de Italia se realizaban bajo el más estricto secretismo, guardado bajo siete literales llaves. Los encuentros para tratar temas que atañaban a ambas instituciones como la demonología, la regulación legal de los vampiros, las extraordinariamente fiables profecías divinas y las estrategias comunicacionales para sumar feligreses se llevaban a cabo en una dependencia ministerial aun más apartada de la estructura central de Ministerio, tras una puerta con siete cerraduras mágicas. Luego del lógico debate interno entre las autoridades vaticanas un emisario papal se uniría a la reunión según le habían informado. La religión.

 

Dio un ligero golpe a la tabla de la mesa con la punta de su varita y tal acto produjo que sendas carpetas negras aparecieran frente al asiento de cada uno de los invitados. Los documentos que contenían, enmarcados bajo el vistoso logo del Ministerio de la Magia, plasmaban las más variadas cuestiones en papel: extractos de artículos periódicos de diversos orígenes que relataban hechos referidos a la guerra; la editorial de El Profeta dedicada a la elección y asunción de Aaron Black Lestrange, acompañada de una imagen dinámica del flamante nuevo Ministro; una fotografía del fragmento de libro de Thot que había sido robado de la galería florentina Degli Uffizi y otra de los destrozos efectuados al edificio, en donde destacaba por su impronta el escudo del Ministerio Inglés.

 

- Antes de que esto tome status público en las próximas horas, quería que fuesen ustedes quienes primero se enterasen del próximo movimiento del gobierno.- frenó un momento y en el ínterin colocó ambas manos sobre la mesa, apoyándose en ellas- En los principales medios se va a replicar la declaración formal bélica contra Gran Bretaña, dado que no podemos escapar de la Guerra. Han atacado bienes importantes de nuestro país y el Estatuto Para El Secreto de La Magia está en juego.

 

Su oscura mirada, que había clavado durante el curso de sus palabras en los azules ojos de Di Médici, se paseó uno por uno por cada miembro de la familia Triviani. Se detuvo en Zoella y en Matthew, a quienes observo carente de disimulo. Sabía que en circunstancias como esa debía ser directo, pues las mil y una vueltas discursivas que podía permitirse en un discurso para sus admiradores eran contraproducentes frente a quienes podían oponerse. Realizó un disimulado ademán con su zurda como una indicación a su fiel secretaria de que permitiera el ingreso de los custodios de aquella oficina. Se incorporó nuevamente y se acercó despacio a la silla donde se acomodaba Zoella, queriendo mantener cierta expectativa flotando en el aire.

 

- Sabemos que la noble familia Triviani mantiene un lazo con Aaron Black Lestrange. No estoy aquí para juzgar.- aclaró con cierta condescendencia, manteniendo su tono conciliador y serio- Vamos a ofrecerle a él un salvoconducto para que salga ileso y sin problemas de la guerra, lo hemos negociado con Bulgaria. Incluso puede dimitir antes. La única condición es que la lealtad de los Triviani esté con Italia. No solo estaremos salvando a nuestra sociedad y nuestra magia con ello sino también a nuestro gobierno y a sus negocios. Necesitamos aliados en territorio británico y necesitamos su...talento para conseguir las cosas.

 

Cuando la última palabra se filtró entre sus carnosos labios los dos imponentes custodios se colocaron a ambos lados de Piero, con sus mirada dirigidas de manera completamente horizontal al otro lado de la sala. Sus cuadrados rostros de mandíbula marcada y su prominente altura infundían inminente respeto. Su contextura corporal y su posicionamiento estratégico para sofocar cualquier contingencia delataban su entrenamiento, al igual de las varitas gemelas que portaban ambos en su mano derecha y que apretaban con rudeza entre el grosor de sus dedos. Azzinari tenía una mente prodigiosa para llevar adelante sus planes pero solía limitarse a planteamientos obvios: vigilados y encerrados en aquel bunker, sin la posibilidad de desaparecer, nadie tendría el atrevimiento de alzar demasiado la voz o utilizar su varita. El poder que le confería su puesto era carnalmente placentero de experimentar. La fuerza.

 

- De negarse no solo se arriesgan a sufrir las consecuencias de la guerra y de la caída del Ministerio británico, tanto personales como de negocios. Perderán su nacionalidad italiana, romperán lazos con nuestro país y se pondrán toda nuestro aparato estatal en contra.- advirtió para dibujar en su severo rostro una satisfactoria sonrisa, consciente que de su firma emanaba el poder para sellar su fatal destino- Como se dice coloquialmente, no podrán "repartirse el botín". Les recomiendo que sigan la estela de Di Médici, que ya ha puesto a su disposición su dinero para la compra de dragones.

Editado por Lucrezia Di Médici
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El vampiro se vistió con un traje de etiqueta negro, zapatos bien lustrados y una corbata de color azul que combinaba con el color de sus ojos. Era la primera vez que iría a una cita con su novia, después de la locura que se hubiera impuesto como Líder de la Marca Tenebrosa. Al fin, tendrían una noche placentera en donde solo conversarían de trivialidades en una cena, antes de perderse entre las sábanas.

 

Era lo que más deseaba, tenía que contarle el nuevo negocio que estaba montando con ayuda extranjera, para importar materiales prohibidos por ley dentro del país. Creía que con la ayuda adecuada esta red, podría expandirse en diferentes lugares comandada por los mortios, lo que beneficiaría a todos por igual. Ese era el plan, o por lo menos lo que tenía para contarle entre otras cosas más personales.

 

No llego ni a ir a decir hola, cuando estaba acomodando sus amuletos, anillos mágicos y acomodando su varita, un Chuck le trajo una nota que jamás llego a leer. Ni bien la toco se trasporto del Castillo triviani hacía ni quien sabía dónde. Mantuvo el equilibrio apenas tocó suelo firme, observó de reojo con la varita en mano, las estructuras del lugar y ahí se dio cuenta donde estaba. El Vaticano. Nibiru lo salve. La patria Italiana llamaba.

 

-Candela no llegara de ninguna forma -Se hizo notar elevando apenas la voz gruesa que tenía, paseaba la mirada por los integrantes de la mesa ovalada. Inclinando la cabeza en modo de saludo a los que conocía, sus hermanos, claro y a la señorita Di Medici - Como Patriarca de la familia Triviani y heredero de La Zingara, los represento.

 

Tomó asiento entre sus dos hermanos, una vez que ellos lo hicieron. No tenía idea cual era el tema a tratar, pero no lo demostró. Apenas cruzó mirada con Matthew, para que entendiera que se comería una paliza en el castillo. ¡Volver la carta un traslador! Sólo podía ocurrírsele a él. El hombre que manejaría la reunión tomó la palabras entregando carpetas negras con detalles sobre los últimos acontecimientos vividos en el Londres Mágico.

 

-Si nos disculpa un momento, tengo que hablar con mis hermanos sobre esto -Dijo cerrando la carpeta con más fuerza de la necesaria, mientras se ponía de pie -Siganme

 

Jeremy no se fue lejos, solo a un extremo de la habitación y activo el anillo para oídos indiscretos para que nadie pudiera escuchar las palabras que les diría a sus hermanos.

 

-Nos están amenazando, poniéndonos entre la varita y la pared -Les dijo apenas mirando a sus hermanos, pero sin dejar de espiar a los demás que cotilleaban en la mesa -No podemos entregar a nuestro padre. ¿Quieres hacerlo? -Preguntó al licántropo, quien tenía la conexión más fuerte con el Yaxley - Tenía una cita en una hora. Anne va a matarme.

 

 

@ Matthew Triviani

Editado por Jeremy Askar Triviani

Afm5XYH.gif         Team Caldero 2bRpcep.gif

12.png

cc6JooJ.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

MINISTERIO DE MAGIA ITALIANO. 9:22PM HORA ITALIA.

Y así, entre los pocos en la sala, comenzó la reunión, donde el ministro dio a relucir su relación con el vaticano, siempre había dado de que hablar en las calles italianas, más entre los magos y brujas del país, aunque para mi ya no era tanta la sorpresa, y menos cuando cada año debía visitarlo y poner al tanto sobre mi situación de raza, entre los feligreses y el papa mi nombre era conocido desde hace mucho, por mi constancia en cuando a la asistencia a estos tramites se trataba. La mirada tensa del ministro ante la presencia de los Triviani se hizo más dura, y más cuando se dispuso a comenzar a hablar y él llegó, llegó el mayor de los hijos de Candela, Jeremy quien vestido elegantemente y sin un atisbo alguno de duda saludó con un asentimiento de cabeza a todos y se sentó en medio de Matthew y yo, para observar al ministro italiano de una manera impasible.

 

Carpetas aparecieron frente a cada uno de los presentes, incluso de Lucrezia, en quien recién me daba cuenta de su presencia. Las palabras de Piero no se hicieron esperar junto a las amenazas contra nosotros, los Triviani, los que siempre daban de que hablar en cuanto a familias Italianas se trataba. Fue preciso al hablar, amenazando con cada palabra que soltaba y siendo claro con su postura ante la situación. Cuando lo vi quedarse para a mi lado, observando los rostros de los tres, supe que esta reunión sería bastante turbia.

 

Reviré mis ojos en cuanto el rubio pidió hablar con nosotros, ignorando las claras señales de que Piero no jugaba con nada mientras y sólo esperaba nuestra respuesta de forma afirmativa. Levantándome lentamente de la silla me incliné un poco en su dirección - Espero luego podamos tomarnos unas copas, tengo unos asuntos que hablar contigo - guiñé un ojo y camine hasta la esquina donde el rubio se encontraba, lo vi activar su anillo y me tranquilicé un poco, al menos podríamos mantener la privacidad de nuestro debate. Tomé una postura algo defensiva, cruzando mis brazos y esperando a que dijera lo que tuviera que decir.

 

- A ver, ¿Es que no entiendes? Yo, no puedo perder mi nacionalidad y menos por alguien que no es mi padre. Juraré lealtad a mi patria quieras o no, ustedes porque no tienen nada que perder ante Piero, pero yo si, mi pellejo está en juego aquí, el mio y el de nuestra madre. Así que espero que tú, como Patriarca - hice comillas con los dedos a la ultima palabra pronunciada - Tomes una decisión sensata que no nos haga perder nuestras fichas, porque sí, perderemos más de lo que crees - Y me callé, manteniendo con mi rostro sereno, sin querer demostrar lo tanto que quería ahorcar al rubio por semejantes palabras.

 

 

@ @@Lucrezia Di Medici Di Médici @

jIQcN5u.gif

5QDA0A5.png

YwzoyWt.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Matthew Triviani

 

Ministerio de Magia - 09:23 PM

Tomo la mano de la calva y solamente la apretó, sutilmente como manera de saludo, sin emitir sonido de su boca.

La idea había surgido una noche de conversación con sus hermanos, hace tantos meses que ya no podía recordar con exactitud cuando había sido. Solo que habían sido ellos quienes concurrieron con la propuesta, y con la meticulosidad que lo caracterizaba cuando se trataba de una cosa que le interesaba, le dejaron un documento de varias paginas donde desarrollaba la idea e incluso yendo más allá, hasta lo más recóndito de todo ese asunto que tanto parecía preocuparle al Ministro Italiano. Piero...

Jugueteo con sus dedos mientras escuchaba con gran asiduidad las palabras de aquel hombre, ¿Pero estaba dispuesto a entregar a su padre? una decisión difícil y que no estaba seguro de poner en discusión. El tono amenazante que podría manejar el ministro no era del todo agradable, ni algo que Matthew soportara de nadie, ni de su propia familia -recordando cuando intento matar a su tía Alyssa- Enarco una ceja al ver que tan cerca se puso de Zoella y bajo las manos para acomodarlas al rededor de la caja de madera que había traído y depositado sobre la mesa momentos antes.

Aaron Black Yaxley sentencio en un tono gélido. Ofendes a mi familia, mezclando aquel desabrido apellido añadió.

Las carpetas que aparecieron frente a los presentes, selladas con el logo del Ministerio de la Magia. Levanto su diestra y apoyo la yema de sus dedos sobre ella, levantando la mirada azabache y clavando la en Piero sin disimulo, nuevamente. Un poco de magia sin el uso de su varita, fue el mover la mano y que la carpeta se abriera sin necesidad de tocarla, para ver su contenido. Aun así, no dejaba de escuchar todo en su entorno.

Su actitud coqueta no tardo en relucir, la mejor de los Triviani -Zoella- siempre traía planes entre sus pantaletas y ahora mismo algo tramaba con el Ministro de Italia, el cual sus amenazas parecían ser genuinas y no un juego de chicos; por lo que debían tomar el asunto con mayor seriedad y no algo tan a la ligera... Saco una petaca de oro -robada por supuesto- con su nombre inscrito en ella y bebió su contenido, aclaro la garganta y siguió a Jeremy a un rincón de la sala, Matthew tomo por la espalda a ambos y los adentro a una especie de trastienda dentro del lugar.

Activo su Anillo de Salvaguarda contra oídos indiscretos luego de que Jeremy hiciera lo mismo, para mayor seguridad. Actualmente no sabia el rango de poder que podría o no manejar el hombre en cuestión, por lo que estar preparados para todo, era lo mejor.

Yo no traicionare a mi sangre. Ademas, ni siquiera soy Italiano... acotó, luego de escuchar a ambos. Pero eso no quiere decir que no podremos participar de la susodicha guerra, mi lealtad no esta con los Británicos, por mi, deberíamos matarlos a todos, siempre seré fiel a mi país natal; Rumania añadió y toco el hombro de ambos con media sonrisa, sin denotar emociones.

 

 

 

@ @ @@Lucrezia Di Medici Di Médici

x2YiSbT.png

HdDMuO2.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.