Atentado en MACUSA

[Juliens]

A Hobb le gustaría aparecer en el lugar del incidente junto al resto de la Orden del Fénix. Sin embargo no es posible, el MACUSA cuenta con un sin fin de protecciones anti-aparición que impiden que la mayoría de la gente llegue directamente. Por un momento olvida por completo el estatuto del secreto y simplemente aparece entre la multitud, el tropezar entre el gentío probablemente hace que nadie note que sale de la nada (aunque parezca contradictorio). En ese momento no tiene el rostro de Hobbamock Graves pues no es nada prudente.

 

Ingresar al Edificio Woolworth es una tarea bastante sencilla. Todo parece estar en calma, al menos en la zona no-maj, y eso en realidad lo preocupa más que tranquilizarlo. Viste como auror y lleva en el pecho una insignia que lo acredita como parte del cuerpo de protección del presidente del MACUSA. La identidad que utiliza existe desde que comenzó a trabajar como espía, luego cuando Wilhelm fue electro presidente pasó a formar parte de su seguridad para de esa forma poder rendir cuentas de una manera más sencilla.

 

Tampoco le toma mucho tiempo llegar al sitio en dónde se supone que debería estarse llevando a cabo la rueda de prensa. Su apariencia es un poco diferente que la que adopta usando el nombre de Hobbamock. Es un poco más bajo y la piel es un poco más clara. Es cabello lo tiene bien peinado y sus ojos se acercan bastante al azul. Algunos de sus compañeros de la Orden saben como es que debe verse, otros no.

 

—No seas est****o O'Brien, no seas est****o

 

El circulo alrededor de su amigo, y presidente, se cierra cada vez más. Hay muchos aurores y quizá otras personas que están demasiado cerca: peligroso. ¿Qué sigue haciendo en ese lugar? ¿Porqué no se ha largado como se supone que debe hacer? Han pasado ya algunos minutos desde que tomaron un traslador hasta el sótano de la Pastelería. Ya debería haberse ido. Comienza a caminar en dirección de Wilh, debe llegar hacia él.

 

 

Wilhelm O’Brien López, Presidente del MACUSA

 

Lo que en principio debía limitarse a una calmada declaración se sale de control. El sitio comienza a vaciarse en cuanto la orden de evacuación es dada, por un momento hay descontrol, algunos corren y en el camino empujan a otros, los tiran al suelo e inclusivo los pisotean. Y él no puede hacer nada, está cercado por los aurores y demás personal de seguridad. Apenas puede ver por el espacio que dejan entre ellos.

 

Todo parece más sospechoso cuando intenta desaparecer y no puede. Él conoce el protocolo: Los aurores lo ponen a salvo, evitan que el primer ataque se de. Y cuando está rodeado, cuando es imposible que le hagan daño desaparece. Desaparece a algún lugar que nadie más conoce. Pero no puede, lo intenta varias y no puede. Nadie debería, en teoría, poder modificar el hechizo anti-aparición para evitar que el presidente se aparezca desde y hacia el edificio del MACUSA. Incluso intenta aparecer en otro lugar, uno no protegido. Tampoco puede.

 

Está en una posición peligrosa, así que saca la varita mágica: debe estar listo para cualquier cosa. Ha pasado tanto tiempo desde que no tiene un duelo, desde que no intenta siquiera realizar un conjuro poderoso útil en una batalla. Sin embargo, si ese día le pasa algo no morirá con las manos apuntando al suelo. ¿Quién lo traicionó?

[Sophie Elizabeth Granger]

La rubia aparece justo detrás de Matt, con su viejo uniforme autoimpuesto, pantalón negro de piel de dragón, blusa de cuello de tortuga y sin mangas y una gabardina, ademas de traer recogido el cabello en un chongo alto y usar lentes oscuros que cubren sus fríos ojos azules. El parecia conocer a los empleados del MACUSA y ella jamas habia pisado tierras americanas. Por ello no habia cambiado su apareciencia, ahi nadie la iba a reconocer y como ademas nunca se habia revelado porque en los tiempos de aquel susceso era mortifaga, no considero necesario el disfraz.

 

De pronto frente a ellos se detuvo un hombre que parecia a punto de atacarlos, pudo ver la daga de los uzza en su cinturon pero justo cuando saco su varita para defenderse en caso de ser necesario, la recien retornada Madeleine ya habia lanzado un hechizo que el mago habia evadido desvanenciendose con un hechizo de los famosos libros

 

 

- Daga del sacrificio - pronuncio la vampira, en su mano aparece la famosa daga, la levanta y levanta el brazo que corresponde a donde el mago trae la varita y con la que apunta a Madeleine y lo mira mientras pronuncia las palabras - immolo oppugnare - a la vez que se corta la mano, obligando al brujo a soltar la varita.

 

- cuidado con lo que haces desconocido, te superamos en numero - lo increpa mientras invoca curación para sanar su mano herida - no eres el unico con conocimientos Uzza. Yo te hago la misma pregunta, enemigo o aliado

[Lucrezia Di Medici]

- Accio.- susurró Lucrezia, aunque de entre sus labios salió una voz masculina y carrasposa.

 

La credencial del auror que había olvidado atrás dio vuelta a la esquina en el cruce de aquellos vacíos pasillos con un movimiento fugaz y se depositó en su mano libre. La enganchó en la solapa de su túnica negra, que había materializado sobre su cuerpo para cumplimentar con aquel requerimiento de la fuerzas de seguridad de MACUSA. La poción multijugos había hecho un rápido efecto en su organismo, transformando su escultural anatomía femenina por la del joven a quién había desmemorizado unos cuantos metros atrás.

 

Chad Michaels era un hombre de piel rosada, pómulos sobresalientes, quijada marcada y una nariz con fosas extrañamente anchas. Su cabellera negra apenas sobrepasaba el punto que se podía considerar como rapado y una ínfima barba comenzaba a asomar en la parte baja de su mandíbula. Unas llamativas patillas llegaban a la altura de los lóbulos de sus orejas, una de las cuales se veía perforada por un arito diminuto de metal plateado. Sus ojos eran negros y algo apagados, pero transmitían la seriedad necesaria para sobrellevar aquel cargo. Era un hombre de altura media y contextura delgada, con mísera fibra.

 

Algo que le había llamado la atención a la Médici al adoptar aquella identidad era su voz particularmente ruda y tomada por lo que intuía varios años de adicción al cigarro. No en muchas oportunidades Lucrezia se había visto con la necesidad de utilizar la poción multijugos porque era reacia a la idea de adoptar otra personalidad y dejar atrás su actitud soberbia y sobrada con el fin de hacer una buena personificación ¿Jugar el papel de un funcionario medio del gobierno estadounidense? Una pesadilla para su ego. Sin embargo, presta a seguir con su plan para obtener información, decidió seguir adelante.

 

La triangulación con los que se habían construido aquellos pasillos la llevó nuevamente al recinto de prensa ya completamente vaciado de periodistas y curiosos. En el centro del mismo pudo divisar con facilidad al grupo de aurores que habían interrumpido la conferencia para alertar de un posible atentado y exigir la evacuación. Lo que no fue fácil de interpretar fue lo que allí sucedía en ese preciso momento: un grupo había inmovilizado a otra persona, cuyo rostro estaba parcialmente oculto bajo una extensión de su llamativa vestimenta; mucho más complicado de entender era el logo grabado en su capa, el cual no reconocía de ninguna agrupación o familia.

 

- Los pasillos están libres de actividad potencialmente hostil, señor.- exclamó Lucrezia dirigiéndose al Presidente de MACUSA, con una perfecta imitación del acento estadounidense, el cual conocía al dedillo- ¿Este detenido es el agresor?

 

La aristócrata, completamente compenetrada y oculta bajo la identidad y el aspecto varonil de Chad Michaels, acortó distancias con el contingente de aurores y la cabeza de Macusa. Notó algo sospechosamente familiar en aquel atacante de habilidades Uzza, algo que la atmósfera que lo rodeaba; el ritmo camuflado en su voz y hasta su forma de respirar era algo que la italiana ya había presenciado antes. Un aura conocida, podría decir. Al acercarse elevó su blanca varita e imprimió en aquel movimiento una actitud amenazante ¿Qué habría llevado a esa persona a intentar atacar al Presidente de MACUSA en un terreno que le era tan cómodo a su potencial objetivo?

 

- Tú, quieto.

[Thoth]

Este ambiente o tenía eco o este caos me había hecho foco de todas las miradas, quizás a la organización que pertenecía en kas sombras era algo confidencial, quizás esa bruja ( @ ) se encontraba cercano al otro ser donde me encontraba ¿Acaso este grupo que me apunta son del MACUSA o de la Orden del Fénix? Pero su interrogante me causó gracia, ya que nuestra lealtades son compradas y quien pague más tendrá nuestro apoyo, al menos así funcionó la Orden de Nox, cuyo líder seguía entre las sombras.

 

-No soy aliado de nadie. - Hice pausa y creía que sentía la varita de alguien, quizás de @@Lucrezia Di Medici Di Médici - O enemigo, simplemente soy parte de algo más y ésto no tiene intereses políticos o se rigen por un pensamiento, quien desee nuestra lealtad deberá invertir un costo rasonable.- Una sensación de escalofrío recorrió por mi espalda. - Los gobiernos caen, nosotros seguimos y nuestra lealtades cambian. - Finalizaba de hablar, igual iba vestido como parte de los fulguramagos conocidos.

 

Por otro lado, poseía ciertos conocimientos básicos de la arqueomagia, por tal motivo era mi segunda forma de vender mis servicios a los demás, ya que el trabajo en la radio a veces se vuele un poco aburrido, pero por el momento me limite a esperar y ver como evoluciona este predicamento en que me encontraba. Sin embargo, mis compañeros de la Orden solo esperaban una orden mía para atacar o irse, estos se encontraban infiltrados en todas partes. Aunque, en ambas organizaciones que pertenecía era sólo un aprendiz que seguía la sombra de los grandes magos que la lideraba, poco aprendía sus secretos y comprendía mi propia naturaleza.

[Syrius McGonagall]

Por acto de magia todo el contingente de las fuerzas de seguridad y los miembros de la Orden del Fénix recientemente llegados se encontraban ahora en la sala de conferencias del MACUSA.

 

El ataque de luces que recibió desde su espalda lo tomó por completa sorpresa, el brillo de aquellos destellos sumado a la reacción instintiva de querer apartarse de aquello casi le hicieron perder el equilibrio pero la firme mano de Manalang le ahorró la caida.

 

-¿Te encuentras bien? – escuchó preguntarle por encima de personas que daban la voz de alto y discusiones. –Creo que si – contestó Matt mientras se refregaba los ojos en un intento para quitarse la encandilamiento y se erguía. Poco a poco su visión regresaba a la normalidad pero el sentimiento de que se encontraba totalmente vulnerable pese a estar rodeado de sus compañeros no se iría hasta que pudiera volver a ver.

 

Escuchó el intercambio de palabras entre Madeleine y un desconocido ¿su atacante? Impotente trató de distinguir entre las formas borrosas que tenía a unos metros de distancia cuando sintió una mano en su espalda y la voz de la agente Reyes preguntándole si se encontraba bien.

 

-Si – mintió en parte, su visión estaba volviendo poco a poco a la normalidad. Fue cuando sintió la voz de Sofía que por fin pudo ver nuevamente con claridad. Delante de el había un sujeto rodeado por sus dos compañeras de la orden y sus tres compañeros del FBI todos apuntándolo con las varitas.

 

Un nuevo agente de seguridad se acercó hasta ellos ¿Era Chad? Creyó reconocerlo –Al parecer ser no – contestó el hawaiano la duda del recién llegado – Llegó junto con un grupo de aurores – la Orden Nox de Fulguromagos, conocía lo básico de aquel grupo su presencia en América nunca fue notoria pero ahora mismo en plena alerta de atentando contra el MACUSA tenían uno delante.

 

-Escucha amigo, no me importa a quien le debas lealtad, atacaste a un oficial en funciones, ingresaste sin permiso alguno a un edificio totalmente cerrado y estas entorpeciendo un procedimiento de evacuación e investigación sobre un posible atentado contra nuestro gobierno, razones más que suficiente para no considerarte aliado nuestro y un problema extra con el que lidiar –

 

-Agente Willbrook – se volvió hacia Cedric – Agente Reyes sáquenlo del edificio e interróguenlo – tenían que saber cuales eran los motivos reales de la Orden Nox para estar revoloteando como buitres por sobre el Woolworth Building.

 

Levantó la vista hacia donde parte de sus compañeros se encargaban de sacar al presidente de la sala -¿Se logró evacuar a todo el personal del MACUSA? – preguntó a nadie en particular.

 

 

@ @@Lucrezia Di Medici Di Médici @ @

[Sophie Elizabeth Granger]

Mientras los verdaderos agentes del MACUSA se encargaban del desconocido la rubia guardo su varita y miro alrededor para ver si quedaba gente dentro del recinto además de ellos y algunos agentes que aún estaban dentro con ellos. No le agradaba estar en terreno desconocido pero tenía que apoyar a sus compañeros y por sobre todo a sus aliados, ellos podían ser el punto de inflexión que les diera la ventaja en una posible batalla en Londres.

 

-parece que no hay más civiles- dijo acercándose a Matt.

 

- se sabe algo del atentado, algún grupo se ha adjudicado la autoría? - pregunto al personal local que se había quedado con ellos

[Thoth]

-No tengo intenciones en ir al MACUSA- En ello mi pensamiento comenzó a formular una medida de escape. Arena del Hechicero y el polvo de centenares cadáveres de brujas y magos americanos comenzó a cegar rápidamente a esos designados a mi captura, era una lástima que estos seres no conociera mi habilidad. Y al intentar crear uno de mis portales veo que este no funciona, al parecer una medida de seguridad.

 

En el acto se encontraba activa mi Daga de Sacrificio la cual lance contra Syrius McGonagall y comenzaba apuntar mi varita a los presentes. - Aceptó el desafío y sin duda mis colegas opinaron lo mismo. - En ello los integrante que me acompañan comienza a lanzar encantamientos a los presentes. - Informen al líder éste desafio. Fulguramagos defienda el honor. - eleve en voz desafiante. - De nuestra orden, que estos americanos se arrepiente del hecho. - Entre los presentes se encontraba varios Uzza, Egipcios leales a mí.

 

Un silencio en la atmósfera se creó y otro integrante de la Orden con lágrimas en su rostro comenzó hablar. - Hermanos y hermanas. - Grito aquel sujeto. - Detengan el ataque y no se unan a esté traidor. - En ello clave la mirada y lance la maldición en su contra. - Es un traidor. - Comentan algunos. - En contra parte otros afirman. - Ha muerto el traidor, gloria y honor a nuestro maestro. - En eso siento la presencia de un posible arqueomago ¿Acaso nuestra orden hermana se encontraba en aquel lugar? Los seres de luz y oscuridad, del cual sólo era un simple aprendiz de la oscuridad.

Editado 14 de Septiembre del 2019 por Demian Luxure

[Lucrezia Di Medici]

Lucrezia Di Médici, bajo la identidad de Chad Michaels.

Sala de Conferencias, MACUSA.

 

Había algo en su voz; algo mínimo, una pequeña percepción o un atisbo casi imperceptible en su forma de pronunciar las palabras. Definitivamente Lucrezia reconocía la textura en aquella voz, tan familiarmente única ¿Pero de quién se trataba? Mientras apuntaba a aquel sujeto con su varita, tratando de imponer su postura amenazante, escudriñó en su mente tratando de encontrar entre los recuerdos de tantas personas que conocía a quién pertenecía. Aquel identificable espectro de tonos con el que hablaba el detenido la regresaba en el tiempo algunas semanas atrás ¿Tendría que ver con las clases que había tomado?

 

- Me ocuparé del interrogatorio.- sentenció con rigidez, haciendo uso de la voz carrasposa de Chad Michaels- Aun no sabemos que más nos espera.

 

Le sostuvo firme la mirada a Matthew, quien parecía uno de los Aurors al mando pues había reconocido al mago a quién Lucrezia le había robado la identidad minutos atrás. La italiana desconocía si Chad poseía el puesto suficiente para realizar un interrogatorio, pero sin duda arriesgarse para descubrir la identidad del miembro de la Orden de Nox merecía la pena. Fue rápido el balance de opciones que había sopesado Lucrezia al momento de observar al resto de los presentes y detenerse en el Presidente de MACUSA. Sin dudas, las implicancias de aquel hombre serían interesantes de hallar.

 

Sin embargo, Matthew ordenó a otros dos funcionarios que realizaran el interrogatorio en alguna parte del laberíntico edificio que la aristócrata desconocía, dadas las pocas veces que había visitado aquel lugar y teniendo en cuenta que posiblemente estuviese vedado al público común. Aun oculta bajo la fisionomía de Chad Michaels, la Médici intentó alzar la voz para proponerse nuevamente para el proceso de interrogatorio pero fue abruptamente interrumpida; el capturado pronunció unas palabras que no terminó de interpretar y la escena se tornó diferente.

 

- ¿Qué ca…?- vociferó Lucrezia llevándose el antebrazo a la altura de sus ojos, mientras la arena giraba como un furioso torbellino a su alrededor y se pegaba a su cuerpo.

 

Aquello duró apenas unos segundos en los que el sospechoso miembro de la Orden de Nox logró escapar de su custodia. Lucrezia Di Médici tomó una precavida postura de duelo que se fue endureciendo a medida que más miembros de aquella organización aparecían en el lugar. La tensión en el aire se cortaba con el filo de un papel. Los segundos previos a la batalla, en los que el detenido entonó un discurso desafiante, su memoria por fin pudo reconocer la identidad detrás de aquellas palabras: Demian Luxure, quién había sido su instructor de Castelbruxo ¿Qué hacía allí?

 

- ¡Protego!- exclamó airosa mientras se adelantaba un paso.

 

La punta de su varita, que permanecía alzada a la altura de su hombro, proyectó un amplio escudo traslucido y anaranjado que absorbió los numerosos rayos que amenazaban con impactar en su cuerpo. Lucrezia retrocedió a medida que el intercambio de hechizos se hacía más violento y compulsivo, uniéndose al grupo de aurores que había formado un protocolar círculo cerrado, evitando dejar libres flancos que podrían ocasionar daños mortales. Desvió con su varita un Expelliarmus que por pocos centímetros no golpeó su brazo y aprovechó el ínfimo momento de paz para detectar a Demian en el campo de batalla; tardó apenas unos segundos.

 

- Desmaius.- la voz de Chad salió entre sus labios como un rugido feroz, perdiendo en el momento su acento americano.

 

Un haz de luz rojizo salió expulsado de la punta de su blanca varita e impactó en uno de los miembros de la Orden, provocándole la inmediata pérdida de consciencia y que cayera rendido al suelo. Percatándose de que el resto de los aurores centraban toda su atención en defenderse de los hechizos y contraatacar, Lucrezia rompió disimuladamente la formación circular y corrió hasta donde estaba Demian. Bastó apenas el contacto con la yema de sus dedos para que ambos se desvanecieran en medio de los coloridos rayos que cruzaban la sala.

 

En un pasillo de MACUSA.

 

- ¿Me puedes explicar que haces aquí?- espetó la aristócrata, tomando al mago de los hombros con las gruesas y ásperas manos de Chad Michaels- ¿Qué es lo que buscas? Revelio.

 

Con sus fuertes dedos presionó sobre las clavículas de Demian mientras hacía que su varita recorriera el perfil de su rostro, permitiendo descubrir al Luxure su verdadera identidad: los rasgos delicados de la joven Médici se revelaron por unos segundos ante sus ojos hasta que retornó la fisionomía varonil del auror cuyas características físicas había robado. Los gritos de los participantes de la batalla de la sala de prensa llegaban con claridad desde el otro lado del pasillo y la mortífaga sabía que era cuestión de tiempo para que alguien notara la ausencia de ambos. Bufó, renegada.

 

- Trataré de sacarte de ésta porque me caes bien y no te quiero en prisión, pero sígueme el juego cuando sea el momento y no hagas tonterías.- le advirtió sin disimular un ápice su severidad. Presionó con fuerza el frío mango de mármol de su varita y ambos volvieron a desmaterializarse del abandonado pasillo.

 

Sala de Conferencias, MACUSA.

 

Al aparecer nuevamente en medio de la batalla, Lucrezia empujó al Luxure sin ningún reparo en su fuerza y volvió a unirse disimuladamente al círculo de aurores. Se experimentaba allí el fulgor de la improvisada contienda y se tomó unos momentos para contemplar el hecho de que algunos magos yacían en el suelo, heridos o totalmente inconscientes. Aquello debía detenerse porque, de extenderse y potenciarse la peligrosidad de aquel encuentro, el poco probable descubrimiento de su verdadera identidad sería la menor de todas sus preocupaciones.

 

- ¿Qué hacemos? ¿Dónde está el presidente?- preguntó a sus compañeros, tratando de disimular su olvido del cerrado acento norteamericano.

Editado 15 de Septiembre del 2019 por Lucrezia Di Médici

[Niko Uzumaki]

Londres

 

- No intervendremos directamente, como MACUSA, en territorio extranjero. Sin embargo brindaremos asilo a todos quienes lo necesiten. Si sus vidas corren peligro en Inglaterra los recibiremos. Exhortamos a los ciudadanos Americanos que abandones Gran Bretaña puesto que podrían estar en peligro - Las palabras pronunciadas unos minutos antes por el Presidente del MACUSA llegaron hasta los oídos de Niko. El Canciller mágico tenía oídos y ojos en todos los lados del mundo así que no le tomó mucho tiempo conocer la historia.

 

- ¿Alguien le ha informado de esto al Ministro de Magia? - Su elfo y las demás personas que se encontraban alrededor negaron con su cabeza. Los entendía perfectamente porque podía ser considerado como una declaración de guerra ante el gobierno británico. Así que tendrían que hacer algo para solucionar el problema y por supuesto era su deber buscar una solución diplomática y a través del diálogo así que tendría que hablar con el Ministro.

 

Señor Ministro,

 

Me gustaría poder hablar con respecto a las recientes declaraciones del Presidente del MACUSA. Hay un tema interesante que tenemos que discutir.

 

Niko

 

 

El elfo tomó la nota y se la hizo llegar al Ministro de Magia para que pudiera indicarle al Canciller el momento más apropiado para discutir las declaraciones. Sin embargo, a los oídos del Tonks todavía faltaba por llegar más información que no tomaría mucho tiempo en llegarle no solo a él, al mundo entero.

 

@

Editado 17 de Septiembre del 2019 por Niko Uzumaki

[Juliens]

Wilhelm O’Brien López, Presidente del MACUSA

De un momento a otro los hechizos se hacen presentes. La explosión de antes le tomó desprevenido, sin embargo, el intercambio de hechizos si que se lo espera. La tensión comenzó a crecer mucho antes de que el primer conjuro fuese pronunciado. Es cuando Wil decide que debe romper el protocolo e intentar hacer algo para largarse de ese lugar.

 

Sabe perfectamente que su vida está en peligro, no sabe en quién puede confiar y en quién no. Cuando logra ver a Hobbamock entre la multitud se siente un poco más tranquilo, sin embargo no baja la guardia. Sigue siendo peligroso y aún puede suceder cualquier cosa. Por ello utiliza algo de la magia que conoce. Lo primero que hace es esparcir algunas semillas de hielo justo debajo de sus pies.

 

Siendo el lugar en dónde está de pie el epicentro, el hielo se esparce sobre el suelo. Algunas personas tropezarán al no estar preparadas para el suelo resbaladizo y otros tantos seguramente logren mantenerse en pie. Pero él necesita, en ese momento, generar un poco de caos. Posteriormente hace una señal esperando que el líder de la orden del fénix entienda el mensaje. Él reconoce a Hobb pese a que lleva otro rostro. Ha visto tantas veces aquella cara falsa que la distingue igual que a la verdadera.

 

Y cuando el piso desaparece sabe que el mensaje llegó. Debajo de él, y con el tamaño justo para que pase una persona, se abre un portal. Su amigo tiene el tino para que la aparición, junto a él, no cause ningún otro accidente.

 

—No puedo aparecerme, sácame de aquí Graves