Feria Gastronómica Internacional

[Anthony R. Dracony M.]

Las frutas tropicales le agradaron mucho, escucho cuando Tau mencionaba si sería sencillo conseguir esas frutas en el momento que uno deseara...saboreando la carambola, algo vino a su mente: Sagitas...su tía pelivioleta le aseguro que Sean podía conseguirle una criatura con sus "conocidos" pero había que guardar silencio...esa propuesta tenía mucho tiempo, de cuando el tenía unos meses en Londres y deseaba un fénix, algo imposible que le vendieran en la Magic Mall por no tener el nivel mágico necesario para adquirirla...pero ahora pensaba no en criatura mágica....si no en frutas tropicales...una sonrisa aparecio en su semblante y con más entusiasmo probo los nísperos, algunos litchis y el rambután, definitivamente los comería a diario.

 

Ya estaba agradeciendo a sus amigos Alejandro y Ángela, que le convencieron para pasear por la Feria, en compañía de Tau y Ariane, se sentía de lo más a gusto y disfrutando de una tarde maravillosa y por si fuera poco, para pronto se unieron sus queridos amigos Darla y Seba, ambos estaban sonriendo al grupo de amigos que sin proponerselo estaban en la misma grata experiencia de degustar deliciosos platillos...el peliverde se sintió mejor de ánimo, saludo afectuoso a sus amigos y dejo de preocuparse de lo que no "podía hacer" o consumirse en la nostalgia que le provocaba la ausencia de su hermosa castaña...

 

La amable bruja que les obsequio aquellos ricos bocadillos, les llevo hasta unos puestos para que probaran algunas otras delicias y Ryvak tenía que "tomar esa maravillosa oportunidad que le ofrecía la vida" un poco callado comenzó a comer lo que más le atraía...no puede estar echando a perder esos lindos momentos, tiene que tener fe en que muy pronto Cindy y él volverán a pasear, hablar y disfrutar juntos de todo lo que hay en la vida...

[Ela Karoline]

Había pasado de la calle aledaña al centro del festibal gastronómico, Cye caminaba distraida, mirando los stand con tantos platillos que en realidad no sabia que probar, ni en que país detenerse. El caso es que caminaba relajada, despacio sin prisa alguna, tenia todo el día para aquella actividad, ahora se tomaba las cosas más con calma que antes e intentaba disfrutarlas lo más que podía.

 

De cuando en cuando un gorro blanquisimo de shef llamaba su atención y se formaban pequeños remolinos de personas alrededor del stan ya que eran personalidades culinarias destacadas no solo para probar sus creaciones sino también daban autógrafos y entrevistas.

 

En medio de uno de esos remolinos Cye fue empujada y choco contra un grupo de magos y brujas, apenada se giro para pedir disculpas cuando se dio cuenta que eran conocidos, estaba @, su hijo @@Seba Granger junto con su novia @@Darla Potter Black y @Taurogirl

Lavigne, también estaba @ a quien conocía por Ishaya y de la Tonks.

 

--Lo siento mucho, me empujaron, aunque... Me alegra verlos a todos-- dijo cambiando su expresión de pesar por el accidente por una sonrisa entusiasta. --Veo que la gastronomía tiene un gran publico-- dijo riendo al ver que algunos tenían platos en sus manos, mientras que ella aun no se había animado a probar nada.

 

--Como están?-- dijo dedicándose a besar en la mejilla uno por uno y abrazando especialmente a las chicas porque pues eran más cercanas, aunque Seba era un gran amigo.

[Ky.]

-Hace tanto tiempo que deje de prestarme a invocaciones de adolescentes o viejitos que me han dejado de invocar. -dijo en respuesta de lo que el joven Malfoy había comentado con respecto a su naturaleza. -El es empresario de una marca de ropa reconocida entre los muggles. -Elizabeth se quedó callada cuando escuchó que era casado. Aquello no le molestaba para nada, todo lo contrario le intrigaba saber quien era la persona con la que se había casado.

 

Al escuchar que se iba a divorciar le causó un mar de emociones, entre tristeza y alegría, posiblemente aquello iba a significar que en un futuro ellos podrían ser algo más que amigos y eso para nada molestaba a la morena que sonreía cuando él le confesó su orientación sexual. Ella en un pasado también hubiese dicho que era bisexual, ahora estaba segura de que le gustaban los chicos, sólo había sentido una atracción por 2 mujeres que después del tiempo y de casarse con su esposo, descubrió que era admiración.

 

-Por mi no hay problema, eres tan lindo que... -hizo una pausa mientras se acercó a él acariciando su rostro, seguido a eso beso su dedo índice de su mano derecha y lo puso sobre los labios del chico guiñandole el ojo. -¿Cómo se llaman tus hijos?

[Kiyotaka Ayanokouji]

El mago había vuelto a su stand, era un nuevo día, ahora que platillo haría para atraer nuevos clientes?... Un rico pozole?... Mondongo?... Que podría ser más mexicano que eso?... Talvez solo talvez algo más emblemático... Un platillo que representa la bandera misma de México...

 

-- Espero que mi proveedor me pudiera conseguir todo--

 

Decía mientras el mago comenzaba a revisar una caja que aparecía todos los días en su stand con todos los insumos que necesita ese día... Normalmente pedía un estimado ya que el mago no le gustaba desperdiciar nada, pero en esta ocasión decidió incluir un extra... Por lo que comenzó a sacar los ingredientes uno por uno para examinar su calidad...

 

--que bueno las pudo conseguir...--

 

Decía el mago mientras se guardaba esa bolsita con granitos rosas en su filipina... Eran como oro puro y por lo tanto se tenían que guardar como lo más valioso en ese sitio... Por lo que comenzó a sacar los kilos de carne molida para colocarlos sobre la tabla de trabajo y comenzó a salpimentar, y agregar otras especias que no mataban el sabor pero si lo impulsaba como lo era el tomillo inclusive el un poco de stragon...

 

-- de que me habré perdido?--

[Tauro M.]

--Bueno, empecé en un stand muy raro donde creo que tomé sopas o no sé --dijo pensativa, acordándose del chefcito --Luego estuve en el Stand de Francia, fui al de Colombia y ahora estoy aquí, en el de Perú, porque nos supieron vender muy bien no solo la comida, sino la historia --le explicó. Sabía que aun tenían muchos más lugares por visitar y comida por probar, pero por ahora quería descansar y terminar de degustar, luego si ya se plantearía el moverse hacia donde quisiera el grupo.

 

--Se ve extremadamente dulce --. No era precisamente una fan de los dulces, no a ese punto, temía que luego no pudiera comer más, pero se veía tan rico que igual decidió darle una probada, el resto lo compartiría con Ariane por si también estaba interesada. --¿Acabas de llegar? ¿Has visitado algún otro o tienes en mente un destino? Quizás podríamos ir todos juntos, no sé qué piensen --al terminar de hablar, Tauro reparó en el peli-verde, quién había estado callado durante bastante tiempo.

 

--Antoni, ¿estás bien? --En eso alguien les cayó encima, como si hubiese caído del cielo, pero no, alguien al parecer la había empujado, una multitud que corría hacia un lugar en específico porque escucharon que estaban haciendo shows de comida encantada en vivo.

 

--¡Cye! --exclamó sorprendida al ver a la bruja, ayudándola a colocarse de pie. Por suerte el dulce entregado por Fengari no sufrió accidente alguno y casi creyó ver una expresión de alivio en su rostro --Pues hace un momento estábamos hablando sobre seguir visitando otros lugares, es una grata sorpresa encontrarte por aquí, realmente me llena de gusto verte --sintió cierta nostalgia porque no podía evitar pensar en su esposo, pero se recompuso --¿Cómo has estado? --aun no olvidaba a Antoni, esperaba tener la oportunidad de hablar con él si así él lo quería.

 

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[Ela Karoline]

La primera en reaccionar a su presencia fue una chica de cabello celeste, de apellido Lavigne precisamente, a quien conocía a travez de su vinculo universal "Ishaya" la demonio la ayuda después del empujón y pronto están conversando.

 

--El gusto es mio mujer-- le dice animada, pues hacia mucho que no estaba rodeada de tanta gente y que lo social había casi desaparecido de la vida de la Lockhart.

 

--Yo aun no comienzo con nada--

Río un poco nerviosa al reconocer que se había convertido en alguien miedoso después del embarazo de Eirian, con todo lo que tuviera que ver con el paladar. --Pero tendré que empezar en algún momento-- reconoció, y aunque la comida salada no era su fuerte tenia buena disposición para ello, ahora los dulces... Esa era otra historia, era su naturaleza.

 

--Tenia mucho sin verte, ¿Que estas haciendo actualmente?-- pregunto con curiosidad, aun recordaba aquella portada del profeta donde se le mencionaba como persona ínfluyente e Ishaya siempre decía que ella tenia un imán para estar metida en cuanta movida importante se generaba.

 

Por supuesto las orbes celeste de la sacerdotisa captaban al grupo en general, de los cuales no conocía a una chica de apariencia hermosa como si origen tuviera algo que ver con las velas (Fengari Naberrie Black).

[Tauro M.]

--Oh, no te preocupes, tenemos tiempo de sobra para terminar de recorrer este lugar en un solo día --dijo no muy convencida, porque no sabía en qué momento iba a decir ''ya no más'', era una suerte que tuviera una figura tan delgada, porque para todo lo que comía bien podría salir rodando de allí.

 

--Me dedico a lo que siempre me ha apasionado y son las Criaturas Mágicas. Soy Zoologa de profesión, pero no me dedico únicamente a eso --Lo cierto es que el título era para poder trabajar con el Ministerio, porque de lo contrario jamás la habrían contratado ni habría sacado el dinero para solventar los gastos de su investigación --Lo que hago con las criaturas es por supuesto cuidarlas, velar que estén en el hábitat más favorable para su reproducción, cuidar que los estén alimentando bien y esto lo hago a nivel de ministerio y también como particular. De hecho realizo visitas esporádicas a mansiones, castillos y negocios que requieran mis servicios y les enseño a criar de mejor manera a sus mascotas.

 

La parte que omitía es que también estaba realizando experimentos para garantizar la existencia de ciertas especies, así como también quería traer de vuelta a esas ya extintas. Sus conocimientos en pociones eran clave para todo lo que se proponía hacer y por supuesto estaba su sueño de tener una reserva para las criaturas más peligrosas, de esas que los magos no podían ocuparse hasta alanzar cierto nivel de magia.

 

-- ¿Y tú? ¿A qué te dedicas o piensas dedicar? @

[Fengari M.]

—¿sopas? —murmuré mientras escuchaba a la peliazul— oh Colombia! Aun no estuve ahí, pero adoro su café —confesé muy efusiva, guardando la propuesta de ir por ahí después. Asentí de acuerdo con lo que me contaba Tauro, mirando después en el mago que estaba también en la mesa, en todo ese tiempo no había caído en su presencia. Sonreí hacia él, tenía la sensación de haberlo visto antes, aunque no recordaba donde —. Hola.

 

En ese momento, unos bruscos movimientos atrajeron rápidamente mi atención; cuando una mujer cayó sobre la Munter. Temí que los dulces cayeran por todos lados, antes de considerar la salud de los amigos de la mesa, pero no iba a admitir eso en voz alta. Me mordí los labios para acallar los pensamientos, y estiré la mano hacia el platito de los turrones para arrastrarlos lenta e imperceptiblemente hacia otro lugar seguro de la mesa. «¿Están todos bien?» creí decir, aunque posiblemente solo lo haya dicho mentalmente.

 

Levanté la mirada y encontré los ojos celestes de la nueva hechicera que se había integrado a la mesa, miré a Tauro esperando que nos presentara, pero ya estaba concentrada en la conversación que le entablaba. No era una bruja particularmente sociable, después de todo, era más complicada de lo que parecía, y mi apariencia ya era demasiado indescifrable, irreal. Miré un largo mechón plateado caer sobre el dorso de mi surda igual de pálida «perturbadora». Sonreí recordando el accidente y tomé el tenedor de postres y obteniendo una generosa porción, me lo llevé a la boca. Batí mis pestañas y observé a las brujas de un lado a otro, cuando hubo un silencio, me presenté.

 

—¿Qué tal? Soy Fengari —le extendí la mano, esperando regresarla rápidamente al postre.

 

 

 

 

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[Anthony R. Dracony M.]

Detuve todo lo que estaba haciendo y pensando...miré confuso aquella escena que me pareció un parpadeo, una bruja rubia que caía sobre Tau...le recordé más activa y segura de si, como una joven que conocí casi desde que inicie mis estudios mágicos, claro que ese sistema de educación estaba en su último año y lo que paso después fue muy distinto (al menos eso escuchaba del resto que siempre hablaban muy melancólicos por lo que antes tenían: una casa, ceremonias de graduación y cosas que a nosotros no nos toco vivir...pero era casi lo mismo en todas partes, mi empleo en el local café-bar, también llegó a ser de los que cambios que hubo a nivel general, y si deseaba tener galeones, era necesario conseguir empleo en el Ministerio..."todos aquellos buenos tiempos" se fueron, y aunque yo no puedo comparar, puesto que no viví esas dos etapas, si tenía cosas gratas que recordar de mi puesto en el Ministerio y las aventuras que corrí...las muchas coincidencias y encuentros raros para pasar luego a mi noviazgo con Cindy...Cindy...mi querida Cindy...juntos nos conocían como "la mancuerna de oro"...ahora solo soy yo...)

 

Siento que no podré pasar ningún bocado por mi garganta, algo enorme la obstruye, así que comienzo a ordenar las cosas y poner cerca de cada joven una muestra de cada platillo, escucho a Tau hablarme, ese detalle suyo es como un bálsamo a mi alma..."no estoy solo....no me encuentro solo"...me repito en mi mente, por ahora no creo que deba hablar, no cuando me siento con el corazón en la garganta, pestañeo un poco para que desaparezcan de mis ojos las sombras del ayer que me entristecen...una de las grandes amistades me miro curiosa, sentí su mirada sobre mi, ella me dedico un hola muy simpático, como auto reflejo también respondí

 

--Hola...yo tampoco he visto mucho, pero me alegra este grato encuentro...--Mire a todos, Darla, Seba, Tau, Fen, Ariane y ahora Cye...no puedo dejar de pensar que son mis amigos y que son la razón de no dejarme "caer" en está etapa de mi vida...

[Tauro M.]

— ¡Sepan disculpar mis malos modales! No las presenté —expresó Tauro, cayendo en cuenta de que se le había pasado totalmente ese hecho. Por suerte Fengari tomó la iniciativa, no había sido a propósito, pero es que la bruja siempre había sido muy olvidadiza. Recordó el comentario que le hizo sobre el café, así que comentó algo al respecto —De hecho yo tengo mucho de ese café, uno de mis negocios lleva por nombre Juan Valdez, que es bastante popular en Colombia y mi café es directamente importado de ese bello país. Están todos invitados a pasar por el local, yo invito —. El negocio llevaba ya sus años funcionando y aunque en un principio había tenido socios, al final decidió llevar sola las riendas.

 

De nuevo le es inevitable no fijarse en Antoni, que de nuevo aunque esté allí con el grupo, parece ausente. Tauro se empieza a preocupar, jamás lo había visto así sino que todo lo contrario, el peli-verde siempre se mostraba animado, lleno de energía y siempre con un tema para conversar, pero ahora estaba simplemente apagado. Aprovechó que Fengari y Cye estaban en presentaciones para acercarse un poco más a él.

 

—Si quieres luego de que terminemos de recorrer la feria podemos seguir platicando sobre los planes de la reserva y de paso conversar un poco de lo que quieras, siento que te caería bien —. No sabía cómo decirle que quería hablar de él sin que se sintiera invadido, pero sí que estaba preocupada y quería que lo supiera.

 

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