Jump to content

Runihura vs Tiberius


Runihura
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Runihura tenía los brazos cruzados sobre el pecho y las manos hechas puño. Se permitió bostezar por mero aburrimiento, más que por sueño, pues se encontraba a la espera de la llegada de su alumno, el único al que había citado a ese lugar. La mañana estaba particularmente fresca entonces, con un clima un poco inestable a causa de la altura a la que se encontraba la escuela en las montañas, por lo que, quizás, la elección acostumbrada de vestimenta -falda y blusa de cueros- no debió ser la adecuada. Sin embargo, la guerrera se adaptaba fácilmente a los cambios de tiempo y sabía que, de haber salido más abrigada, se arrepentiría luego.

 

Estaba contenta con el lugar que había elegido para el encuentro: un rincón apartado en los terrenos de Uagadou. Una pequeña selva llena de árboles grandes, troncos caídos alrededor y enredaderas que trepaban en rocas no más grandes que una silla chica. Se acuclilló frente a un diente de león ajeno a los ataques del viento y, tras unos minutos de reflexión, refrenó las ganas de arrancarlo de raíz, por lo que se obligó a ponerse nuevamente de pie. Las rodillas separadas. La espalda recta.

 

Pocos minutos después, apareció un muchacho a unos metros de la guerrera. Ésta lo juzgó su alumno y le hizo señas para que se acercase, no pretendía elevar la voz demasiado para hacerse escuchar. Y tampoco era la idea alterar la quietud del ambiente en el que, sin pensarlo, se había habituado. El ruido de una cascada a pocos metros de donde se encontraban, hizo que la uzza se tentara de abandonar a su alumno y disfrutar del agua del río que, seguramente, tendría.

 

Buenos días. ―saludó, descartando las ideas que había formado en su cabeza― Espero que el viaje no te haya causado mucho dolor de cabeza. ―le había enviado una lechuza con una pluma como traslador, con las instrucciones― Deberás saber que soy Runihura, tu maestra en esta clase. ―se presentó y agregó― Quitando los tradicionalismos de otros tiempos, empezaremos con un duelo corto, ¿vale? Cosa de medir un poco las habilidades que tienes en este libro que, obvio, es nuevo para ti. ―encogió los hombros, a ella sí le parecía obvio.― ¿Lo has leído? ¿Quieres preguntarme algo?

 

Runihura materializó su varita en la mano derecha y la elevó, lista para empezar el encuentro.

 

Espero estés listo. ―dijo, mientras pensaba en una andanada de filamentos de fuego salían de su varita, directo a Tiberius; las flechas de fuego constituían su primer ataque.― Aura de confusión... Lumus. ―sonrió al invocar el aura, sabiendo que el muchacho encendería su varita en su segundo ataque, por los próximos dos turnos.

 

Off:

 

@ Nerón Blackthorn Bienvenido. Algunas pautas a tener en cuenta.

 

  • No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
  • Las Auras cuya duración sea de más de 3 turnos, serán de 2. Sólo por este duelo.
  • Se entiende que, al ser el Libro de las Auras de hechizos grupales, por este duelo se permitirá en 1 vs 1.
  • En el tercer turno, el alumno será atacado por una pantera. Deberá defenderse.
  • Duración del duelo: Del 04 de septiempre (inclusive) al 22 de septiembre, constando de, al menos, seis rondas.
  • Nos guiaremos por las reglas de duelos existentes.
  • Hechizos: Neutrales, Graduados, y los Libros de Hechizos hasta Auras. (Con especial hincapié en este último).
  • Están prohibidos los Off. Consultas, dudas o sugerencias, al topic correspondiente.
nHT2lrv.png
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • Respuestas 7
  • Creado
  • Última Respuesta

Top participantes en este tema

Uagadou. La primera vez que había estado en Uganda cerca de los terrenos de aquella escuela tenía 8 años, en aquel momento estaba seguro que quería ser parte de aquel colegio y aprender a usar su varita en aquel sitio. Aunque a esa edad no estaba del todo seguro que de verdad pudiera tener magia en su sistema. Su familia adoptiva, durante los primeros 11 años de vida, vivió en una de las pequeñas comunidades cerca de la Escuela de Magia y Hechicería, así que al recibir la nota de la Guerrero Uzza sobre tener que regresar ahí, no tenía la necesidad de usar la pluma que ella le había enviado para presentarse en aquel lugar.

 

Recordaba Uganda como un lugar árido, con un clima cálido, pero las personas eran amables y encantadoras, donde toda la comunidad se sentaba a conversar de su día a día al finalizar la jornada, compartiendo su comida con los demás, eso era lo que más extrañaba de aquel lugar, aunque Uagadou estaba en la zona más cercana a la selva, que no llegaba a ser selva, aunque los animales en aquel hábitat parecían estar seguros de que así era, por lo que se preparó para que el clima de aquel lugar no le jugara en contra al momento del duelo.

 

Se presentó ante Runihura con ropa cómoda, una playera hecha de tela de algodón en color azul cielo y unos pantalones cortos de tela tipo mezclilla en color blanco con unos zapatos deportivos en color negro, era obvio que su esposa esta vez no se había dedicado a combinarle la ropa, pero no iba a hacer amigos, iba a enfrentarse a alguien con años de conocimiento en poderes de los libros. Y aunque su actitud no demostraba la gratitud que sentía al ser instruido en aquellas artes, era inevitable que no se volviera irritante cuando no le agradaban los cambios que había hecho el nuevo ministro.

 

Al estar frente a la Uzza de las Auras, le dedicó una media sonrisa, había esperado por unos cuantos minutos en aquel lugar, al grado de haber visto a una leona, cerca de donde él se encontraba, cazando una cebra para su manada. Así que pronto por el lugar aparecería el león y los cachorros de león para disfrutar de su comida el día de hoy, por un momento deseaba no tener que pensar en que si se encontraba frente aquellos felinos estaría más cerca de la muerte si fuera un simple humano, pero no lo era, así que se enfocaría en el duelo que estaba a punto de tener.

 

Vio a Runihura levantar su varita y apuntarle. Un par de flechas de fuego que habían salido de la varita de la uzza se dirigían hacia él, estaban a poco menos de 10 metros de distancia uno del otro, no era buen conversador, así que ignoró su pregunta sobre si había leído el libro, lo había hecho noche tras noche, pero leer un libro de poderes, sobre todo un libro de poderes con uso exclusivo a batallas grupales, no se comparaba con la práctica y eso era lo que iba a hacer entonces, demostrar lo que había entendido al leer. Luego vendría la parte de las preguntas y respuestas.

 

«Salvaguarda Mágica» pensó.

 

Y antes de que los filamentos de fuego tocaran su ropa y piel, el desapareció volviéndose intangible durante varios segundos hasta que logró estar a salvo, estaba pensando la forma de atacarle, cuando sintió la necesidad de apuntar con su varita y sisear:

 

Lumos.

 

Una luz resplandeció de su varita, y entonces lo entendió, estaba bajo la influencia del Aura de la Confusión, así que sonrió ante la demostración de aquel poder por parte de la Uzza, pero era su momento de tener el uso de aquellos poderes, así que se concentró tanto que una luz nacarada salió de su varita con la forma exacta de una sirena que al emitir su canto dejaba a los dos dentro de la Aura de Inmunidad, logrando de esa forma que durante los próximos minutos ninguno de los dos fuera capaz de invocar otra Aura.

 

6ulee7D.gifoPlJzyO.gifM99Ea8K.gif 

vJ4GOyW.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Tiberius había actuado velozmente para defenderse de su hechizo y la guerrera, complacida, le dedicó un asentimiento aprobatorio. Pese a que se enfrentaba a ella y a un conocimiento desconocido, había tenido la rapidez necesaria para evitar el daño de las Flechas de Fuego y tener la posibilidad de realizar un hechizo más, aunque este, involuntariamente, fuese un Lumus. Pero antes de que eso pasara, la mujer acomodó los pies en la tierra y le apuntó nuevamente, captando su atención y dándole a entender que iba a atacarle, antes de que hiciera nada más.

 

Cinaede —su varita vibró y supo que el efecto había hecho su trabajo, pero también pudo verlo.

 

La bruma del veneno se arremolinó entorno a la cabeza de Tiberius, cerrando sus vías respiratorias mientras el Lumus, provocado por el Aura de Confusión, encendía la punta de su varita. Ahora Tiberius debería liberarse del hechizo y curar el daño antes de continuar con el duelo. Sin embargo, atinó a lanzar un Aura antes de que ella pudiera hacer otra cosa. Runihura torció los labios ligeramente.

 

—Las Auras funcionan mejor en duelos múltiples, donde hay equipos y donde cada uno de ellos puede tomar ventaja, dependiendo del Aura. Sin embargo, un mago solo puede invocar un Aura por duelo —alzó las manos, un gesto que parecía cargado de un peso muy grande e invisible—. Es demasiado poder, demasiada responsabilidad física. El Aura de Inmunidad funciona mejor en duelos múltiples, porque impides que otros más puedan realizar un Aura. Ahora mismo, ya yo había lanzado una, no habría podido lanzar otra, así que habrías sacado mayor ventaja con un Aura diferente.

 

En un segundo, sus dedos direccionaron la varita hacia una roca cercana al pie de Tiberius.

 

Morphos —exclamó. La roca se transformó en una viuda negra y empezó a seguir sus órdenes al instante.

 

El plan era subir por su pierna, hallar un espacio de piel libre e inyectar su veneno. Los venenos del Cinaede y una picadura eran distintos, se acumulaban, por lo tanto, si llegaba a picarle tendría que curarse de ambas cosas en un turno y ser capaz de responder a lo que acababa de decirle. Runihura no era un contrincante sencillo, pero era lo bastante buena como para no haberle proporcionado una picadura directa. Ahora tendría que esperar y ver si Tiberius era capaz de solventar la situación.

nHT2lrv.png
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Aries bajo un momento su varita que seguía iluminando aquella parte de Uganda a las afueras de Uagadou, cuando comenzó a sentir una terrible picazón en la garganta producto del gas venenoso que acababa de inhalar por consecuencia del cinaede lanzado por la Guerrero Uzza, eso indicaba que su garganta estaba a punto de cerrarse y dejarlo inconsciente. Levantó la varita mientras la escuchaba de que el aura de la inmunidad era inútil en un duelo normal, pero lo que Black Lestrange había entendido era que en pocas palabras el libro era una bazofia en un encuentro individual y asintió moviendo la cabeza, entendiendo el mensaje.

«Tanto dinero invertido —suspiró como dejando una idea completa en su pensamiento. —Al menos si estuviera mi esposa, esto hubiese valido la pena» pensó.

Al segundo vio como una roca se transformaba en una viuda negra, lo que le recordó a su tío Eobard y su afición por las arañas venenosas, ojalá hubiese puesto atención en las explicaciones que su pariente le daba con respecto a aquellos arácnidos, pero en su lugar siempre se burlaba de su amor por los octópodos. Así que mientras miraba como la araña avanzaba hacia él le apuntó con su varita, un anillo dorado rodeo a la viuda negra dejándola en control del metamorfomago, tras pensar:

«Orbis Bestiarum»

La araña en completo control de Black Lestrange se lanzó en dirección de Runihura para picarle en la pierna derecha encajandole los colmillos de esa forma inyectarle su veneno que le podía provocar la muerte, mientras eso ocurría, el mago apuntó a su varita a punto de quedar desmayado por la falta de oxígeno a su cerebro y pensó «Anapneo.» Su garganta se abrió permitiéndole respirar, ahora sólo quedaba curarse del veneno que recorría su sistema antes de que Kaori quedará viuda y su bebé sin su padre.

Si esto era más divertido en grupo, me hubiese dicho para invitar a otras personas y usted invita a otros Uzzas para armar la fiesta. —soltó con una sonrisa.

6ulee7D.gifoPlJzyO.gifM99Ea8K.gif 

vJ4GOyW.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Runihura se mostró un poco confundida con lo que acababa de pasar. La araña, que estaba a punto de atacar al muchacho, saltó desde su posición y siguió el curso de apenas un metro de distancia; cayó al suelo y continuó la marcha en dirección a ella. Recorrer los poco menos de 10 metros que separaban a la guerrera y a Tiberius, supondría tiempo para el pobre arácnido que hasta le daba cierta lástima que se le haya encargado esa tarea, la de atacar a la Uzza.

 

Ya se ocuparía después de ella, se dijo, después de todo, aún tenía tiempo para darle a la pobre araña lo que necesitaba para dejar de existir. Mientras tanto, invocó la daga del sacrificio materializándola en la mano libre de varita.

 

Pensó antes en Flechas de fuego nuevamente, era una lástima que el primero no haya resultado así que decidió probar una vez más. Los filamentos de fuego manaron de la varita de la guerrera, una tras otra, en dirección a Tiberius. Con el fin, claro, de provocarle quemaduras en la piel. Un problema más del que tendría que ocuparse.

 

Fue entonces cuando notó el alivio en la respiración del chico, su actuación rápida hizo sonreír a Runihura que, hasta entonces, se estaba formando una pésima imagen de Tiberius. Sobre todo porque, como le pasaba muchas veces, empezaba a convencerse de que todos los magos que vivían en Gran Bretaña tenían un problema de ego.

 

Immolo Oppugnare —dijo al cabo, ejecutando un corte en su propio antebrazo. De modo que, en el antebrazo de Tiberius, ocurriría exactamente lo mismo.

 

Sabía que no era la gran cosa, pero ese mismo corte podría serles útil en sus próximos movimientos. Uno de los puntos primordiales en una batalla, decía ella, era la preparación.

 

— Estaba por decirte que no te encontraba muy conversador, pero me retracto de momento. —sonrió ante las palabras de Tiberius— Si te hubiese citado aquí para armar una fiesta, los términos de nuestra práctica serían otros.

 

Runihura bajó la vista a tiempo para ver a la viuda negra que por fin llegaba a su destino. Le bastó levantar el pie y pisarla. De eso le había valido todo el viaje a la araña.

nHT2lrv.png
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Cuando su garganta se sintió despejada de la nada salió una pantera que al momento de correr en su dirección y saltarle encima se interpuso entre él y los filamentos de fuego que salían de la varita del guerrero Uzza Runihura, quedando herido e incendiándose por causa de las flechas de fuego que se le habían incrustado en el lomo del felino color negro que se quedó tirado en el suelo del lugar. A los minutos desapareció del lugar de la misma forma en la que apareció, sin dejar rastro alguno.

Pero mientras Aries miraba como la pantera desaparecía, apuntó la varita a su cuerpo y pensó Episkey, el veneno que estaba en su interior se fue saliendo de él ya que comenzaba a curarse. Empezaba a sentirse un poco mejor, pero una nueva herida estaba en su antebrazo donde se encontraba la marca tenebrosa tatuada, cosa que le comenzó a arder demasiado pero no hizo nada por curarse, aquella herida no era profunda ni vital así que lo iba a posponer.

Obsistens. Pensó y un cerco de materia luminosa color magenta empezó a rodearle, aquel cerco iba a cuidar que nada ni nadie le pasará por encima y lo hiriera un poco más de lo que ya estaba, ahora dentro de ese cerco luminoso se quedó pensando un poco en lo que realmente había aprendido de las auras de ese libro, así que comenzó a enumerar el aprendizaje para dejar las dudas cuando tuvieran la clase en rol.


«No pueden existir dos auras al mismo tiempo. Por lo que un aura cancela a otra.
Las auras no sirven si se hacen en un duelo 1 vs 1, pero suelen ser enriquecedoras cuando de batallas campales se trata.
El aura de la confusión resulta ser muy buena, pero no supe el poder de las otras auras porque sólo se puede invocar una aura en duelo.»

6ulee7D.gifoPlJzyO.gifM99Ea8K.gif 

vJ4GOyW.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Observó su antebrazo, la piel morena manchada de sangre y se sonrió. Hacía bastante tiempo que no usaba la daga para mantenerse unida a alguien como lo hacía con los poderes del Libro de la Sangre. Alguna vez hizo un Juramento de Sangre uno de los Ktam, pero el que lo hizo con ella había pasado a mejor vida muchos años atrás. Mucho antes, incluso, de haber aceptado el tratado que la unía a los antiguos Ministros de Magia. Mucho antes de que hubiese conocido lo que era la antigua Universidad.

 

La guerrera desvió la mirada de su antebrazo a la figura que estaba frente a ella. Tiberius era un alumno mucho más difícil de los que habían llegado alguna vez a su zona, enigmático, sí; pero también poseía ese algo que hacía preguntar a Runihura qué tanto merecía poder aprender de ella. Tanto apreciaba sus propios conocimientos que, ante la poca humildad que mostraba un extranjero, muy a pesar de su tolerancia, le provocaba repulsa.

 

Una pantera salió de su escondite en la selva para atacar al muchacho, se había interpuesto entre Tiberius y las flechas de fuego. Cuando la uzza vio que su alumno apuntaba la varita hacia su propio cuerpo, ella aprovechó a hacer lo mismo y usó un Episkey que le cerró la herida provocada por la daga del sacrificio.

 

Y cuando observó el cerco de materia luminosa que el chico había invocado, llegado a su fin, le lanzó un Embrujo Punzante. Un rayo que le deformaría el rostro y tendría efectos perjudiciales en la visión de Tiberius.

nHT2lrv.png
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La guerrera Uzza había optado a esperar a que el cerco luminoso que rodeaba a Aries se fuera para volverle atacar. Frente al mago cambiaformas se dirigía un rayo de la varita que empuñaba la Guerrera a cargo del libro de las Auras, Así que, sin dudarlo un minuto más, levanto la varita y gritó:

Cantar de Eleboro. —De su varita empezó a sonar una melodía lenta y armoniosa que tenía el motivo de proteger todos sus sentidos, así que para cuando el rayo impactó en su rostro este no hizo efecto, al igual que ningún otro hechizo que recibiera y pusiera en peligro alguno de sus sentidos. Casi de inmediato pensó en curación para terminar de curarse del hechizo del Cinaede lanzado por la Runihura. Ahora sólo quedaba curarse del corte en su antebrazo.

Por lo que de nueva cuenta apuntó su varita hacia el corte y pensó Episkey, la herida comenzó a cerrarse y su brazo quedó completamente sanado. Para ese momento, Aries ya estaba aburrido del duelo, él sólo quería aprender a usar las auras que venían descritas en el libro, pero tras apresurarse a usar una de las auras había perdido el interés por esto en los próximos minutos.

—¿La clase teórica… —hizo una pausa —empezará pronto? Tengo algunas preguntas que hacerle acerca de algunas de las Auras.

6ulee7D.gifoPlJzyO.gifM99Ea8K.gif 

vJ4GOyW.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.