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Libro de los Ancestros - Septiembre


Khufu
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México, ese había sido el destino elegido para realizar los duelos con sus alumnos en aquel mes. Sabía que salir de la monotonía de Londres podría ayudarles a aprender de manera mucho más sencilla, porque de ese modo desconectarían de todo aquello que los agobiaba en Londres y en las nuevas tierras asignadas a su pueblo para la enseñanza de sus antiquísimos poderes. Así que por eso no dudó en conjurar un Fulgura Nox. que lo trasportara hasta la capital del popular país de Latinoamérica que empataba más con los pertenecientes a américa latina y sur américa que con sus vecinos del norte.

 

Pasados algunos minutos, apareció en lo que muchos capitalinos conocían como la plancha del zócalo. La cual se trataba de los cimientos de lo que en la época del porfiriato se planeaba como un palacio legislativo pero que con el comienzo de la revolución mexicana se había quedado en obras. De tal manera, que los habitantes, se habían encargado de darle un uso de plaza cívica en donde se mostraban algunos eventos como exposiciones, muestras o conciertos culturales que ampliaban el pensar y conocimiento de los habitantes de la metrópoli.

 

Asintiendo para sí mismo, se sintió orgulloso de haber elegido la noche para aparecer por allí. Porque la plancha del zócalo era un enorme cuadrado que en su interior únicamente contenía un asta bandera que en ese momento se encontraba vacía y de ahí en fuera hasta muchos metros después, se podían apreciar obras arquitectónicas del periodo de la colonia rodeándola.

 

—Bienvenida, ¿tienes alguna duda? —preguntó observando como aparecía la Potter Black.

 

Disfrutando del poco viento que existía en aquel sitio y del frescor, esperó unos segundos a obtener algún tipo de respuesta y preparó su vara de cristal para usarla en el momento en que lo considerará oportuno.

.....................

  • No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
  • Duración del duelo: Del 08 de septiembre (inclusive) al 23 de septiembre, constando de, al menos, seis rondas.
  • Nos guiaremos por las reglas de duelos existentes.
  • Hechizos: Neutrales, Graduados, y los Libros de Hechizos hasta el Libro de los Ancestros. (Con especial énfasis en este último).
  • Están prohibidos los Off. Consultas, dudas o sugerencias, al topic del Libro de los Ancestros
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La biblioteca personal que tenían Seba y Darla en House of Books era el lugar ideal para poder estudiar el Libro de los Ancestros hasta que el Uzza la invocara para presentarse a tomar la clase. Con sinceridad la bruja prefería la forma anterior en que podías presentarte ante el Uzza a solicitarle que te instruyera. Levantó sus ojos del libro y observó sobre la mesita ratona al lado del sillón los objetos que lo acompañaban: un frasquito conteniendo la arena mágica del desierto, el anillo de la presencia, la daga Kansho cuya fundición y empuñadura le encantaban y el amuleto antirrobo, estaba segura que colocar en el local no sería una mala idea, más en esos tiempos de guerra.

 

El tiempo había pasado y hacía una semana que leía y releía el libro, le parecía más sencillo que el del caos, claro que vamos, el caos era eso precisamente, aunque no le había resultado tan complejo como el de la Sangre, pero eso había sido un tema particular. Se estiró en uno de los cómodos sillones de su biblioteca y observó a Seba leyendo en el sillón continuo a ella, el mago no se había reído y terminado pasándose al sillón contiguo ante cada maniobra de la pelirroja intentando invocar hechizos a diestra y siniestra.

 

Mientras lo observaba con amor y un sonido atrajo su atención hacia la ventana de la habitación, en ella había una lechuza, por lo cual la pelirroja se apresuró a levantarse, dejando el libro abierto sobre el sofá, y abrió la ventana dando paso al ave que depositó en su mano una carta con el logo de la Universidad. Darla convido a la lechuza con un poco de agua y una golosina lechucil que había en su hogar junto a cada ventana para esos casos.

 

—Es de la Universidad —dijo a Seba que la observaba con curiosidad mientras abría el sobre —el Uzza Khufu me espera en México, en el Zócalo —Darla levantó una ceja, había oído mencionar el lugar y alguna vez había buscado información sobre ese rumbo, un sitio muy muggle para un guerrero Uzza.

 

Darla había leído sobre él y la historia de su tatuaje de la vara de cristal y su varita mágica le recordaban las capacidades de Edelweiss, instintivamente acarició su cuello, hacía mucho tiempo que no llevaba su arma alrededor de su cuello simulando un collar de lapislázuli.

 

La pelirroja se obligó a volver al presente mientras se acercaba a Seba y se colocaba el anillo, tomaba la daga para llevarla en la cintura junto a otras que ella poseía y besaba a su prometido antes de cargar el resto de los objetos, libro incluído hasta su habitación. Tenía una gargantilla en la que llevaba los amuletos de todos los libros, en sus dedos lograba gracias a un hechizo cargar con los anillos de sus habilidades y de los libros, pero siempre dejaba solo el anillo de compromiso, no quería que compartiera con otros.

 

Tras una rápida ducha se apresuró a calzar unas zapatillas negras, un pantalón cargo color azul en cuyo cinto acomodó las dagas, el estuche de su varita y su bolso de piel de moke con el hechizo que le permitía cargar en él la mayoría de sus pociones, todos los libros de los uzzas y un par de objetos más que eran secretos para los demás.

 

Tras despedirse con un beso de su prometido, prometiéndole que tendría cuidado, la Potter Black invocó en voz alta un Fulgura Nox que la llevaría hacia el lugar elegido por el guerrero para su iniciación.

 

El lugar era enorme casi doscientos metros, había leído que apenas faltaban cinco metros para ello por unos doscientos cuarenta metros de largo. Había aparecido casi en el centro , a siete metros de la alta y vacía asta de la bandera y a ocho metros de Khufu.

 

—Buenas noches —saludó con una reverencia en señal de respeto al Uzza, — gracias, por ahora solo me pregunto si los muggles no aparecerán en medio de una noche tan veraniega a interrumpirnos —sonrió mientras se materializaba en su diestra la varita.

 

—¿Comenzamos? —dijo con calma y dio un suave y veloz giro con Edelweiss apuntando hacia el mago Arena del hechicero, pensó la Potter Black lanzando al aire la arena creada a partir de los huesos cristalizados de un mago muerto mediante fuego mágico, Khufu quedaría cegado por el efecto y solo podría lanzar invocaciones y efectos que no requirieran puntería.

 

—Con todo respeto ¿No es un libro muy costoso para tener solo dos hechizos y un par de objetos decorativos? ¿O me estoy perdiendo algunos detalles importantes del Libro de los Ancestros? —preguntó la bruja, esperando no ofender al Uzza que enseñaba el libro.

 

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En cuanto llegó Darla una sonrisa se dibujó en sus labios, porque entendía la inquietud que tenía la bruja. Pero estaba confiado en que no, en el Zócalo aquel día los muggles no harían acto de presencia, de eso se había encargado y si se aparecían, no verían absolutamente nada porque un pequeño domo de magia los protegía.

 

—No lo harán, pero si lo hacen no nos verán… tranquila. —respondió en voz alta y le indicó que se colocará en posición.

 

Mirando como las preguntas de la bruja llegaban hasta sus oídos, soltó una risotada. No era la única pupila que había tenido que le había hecho esa pregunta y que tenía esa inquietud, pero ¿quién era él para fijar los precios por la magia que estaba aprendiendo? Nadie y si le preguntaban, eran demasiado bajos, así que no daría su opinión de ese tema, al menos de momento porque no era tan relevante para la práctica.

 

Cineade—soltó sin pensarlo, en cuanto sintió como un fino polvillo ingresaba a sus ojos, y le impedía ver de manera correcta. De tal manera, que su hechizo, consiguió impactar en la Potter Black, causando que una gas incoloro y sin olor, apareciera alrededor de sus fosas nasales, consiguiendo que esta quedará envenenada.

 

Así que una vez que supo que no podría visualizar correctamente durante cierto tiempo, negó con lentitud pero se dispuso a responderle a la peliroja.

 

—No, no es costoso porque es magia sumamente poderosa que otorga ciertos privilegios que solo por aquellos que sean lo suficientemente inteligentes podrán utilizar sabiamente, así que si estás aquí es porque crees poder utilizarlos correctamente, ¿no? —le cuestionó.

 

Esperando un poco más, para realizar su siguiente movimiento, le regaló una sonrisa y levantó su arma mágica.

 

Silencius —siseó, consiguiendo de esa manera, que el siguiente hechizo de la bruja, fuese silenciado y no pudiese articularlo de manera verbal.

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La mirada castaña de la Potter Black se clavó en el Uzza que reía por su pregunta, aunque no le sorprendía, cada uno de los guerreros tenía una forma particular de ser y éste no era la excepción. Había asentido a sus palabras referidas a los muggles pero no podía evitar curiosear a su alrededor, admirando las construcciones que los rodeaban y buscando algún indicio de los no maj.

 

—Qué rápido pasamos ambos al ataque —murmuró divertida antes de agregar — Invoco las fuerzas del caos para disponer del tiempo —sí, acababa de caer bajo las garras del caos en la clase anterior y aún ahora se atrevía a invocarla una vez más.

 

Fue como tener un deja vú, la pelirroja sacudió la cabeza mientras pensaba que en verdad odiaba en algunas ocasiones el libro del caos, aunque no podía negar que no le había sido tan desfavorable en el momento de duelear con Dennis. Sonrió resignada mientras por su mente pasaba un anapneo para comenzar a sanar el multipilicado efecto del cinaede que había sido lanzada contra ella y para poder comenzar a curarse con posterioridad ya que había logrado intercalar el silencius que Kufhu le lanzara podía aprovechar para pensar en una curación para el efecto del cinaede y luego de ser silenciada dejó volar por su mente un episkey para continuar con la sanación que el primer hechizo del Uzza requería.

 

—Tiene razón en que no tiene un valor estimable la magia guerrera que nos enseña y sí, me siento preparada para comenzar a utilizarla, aún cuando el recurrir al caos no ha sido mi movimiento más inteligente.

Sonrió ante la sonrisa que el Uzza le había dedicado con su hechizo y procurando no hacer sonido alguno con su calzado dio dos largos pasos laterales, para cambiar su posición luego de habérsela revelado con sus palabras, la distancia entre ambos no había variado, solo había agregado medio metro a la distancia con el asta bandera.

En verdad debo dejar de intentar jugar con el tiempo, parece no ser mi fuerte o el maldito libro me odia, pensaba la Potter Black mientras esperaba varita en alto el próximo movimiento del Uzza.

 

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Al parecer Darla tenía ciertas ganas de recrear el duelo que le comentó Bakari, había tenido con otra de sus pupilas, así que simplemente le regaló una media sonrisa y asintió al ver cómo la rueda del tiempo no le favorecía y tenía que de todos modos curar sus ataques. Esperaba que en esos momentos, pudiese comprender la bruja que jugar con el Caos era algo que no siempre salía como uno planeaba y podía traer más problemas que bienestar, así que por eso eran poderes que en lo persona al pesar de ser un Guerrero experimentado y de los mejores, pocas ocasiones usaba.

—Entonces, es tu oportunidad para comenzar a usarla. —soltó con tranquilidad, mientras movía su varita mágica— Flechas de fuero —soltó apuntando a la Potter Black.

Los filamentos de fuego, aparecieron segundos después y comenzaron a volar directamente hasta la posición de la bruja, con la intención de causar quemaduras y heridas que sangrarían en su piel Así que era momento para probar que tan lista estaba para la magia de aquel libro al que quería vincularse. Mirandola con tranquilidad, pensó bien su siguiente movimiento y supo que era lo que haría.

—]I]Maldición[/i] —pensó, consiguiendo de esa manera que el siguiente hechizo que lanzara la pelirroja fuese una burla del original, es decir que no resultará dañino para el guerrero.

Era momento de esperar, había lanzado sus hechizos y tendría que ver cuál sería la reacción de su pupila, la cual le estaba dando batalla, no generando un duelo sencillo, como en un inicio hubiese esperado llevar acabo.
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La sonrisa del mago ante su mala suerte con las fuerzas del caos no la ofendió, se notaba que era en parte como la de un padre que ve como su hijo se da contra la pared por su propia estupidez. La Potter Black sacudió la cabeza, tentada de autohechizarse por su torpeza. Más vale que se tomara en serio lo que hacía, porque no podía permitirse fallar en esta prueba.

 

—Sí lo es —asintió ante las palabras del mago e inmediatamente vio venir hacia ella una andanada de filamentos de fuego, disparados uno tras otro y se apresuró a intercalar al guerrero antes de que lanzara su siguiente hechizo.

 

Kansho, pensó, invocando la daga de acero pudiendo sentir en la palma de su mano izquierda el suave roce de la joyería de la empuñadura. Movió rápidamente su zurda y la daga absorvió el ataque mágico que se dirigía hacia ella e inmediatamente con un nuevo giro de su muñeca lanzó de regreso hacia Khufu los filamentos de fuego impactarían en el cuerpo del antiguo guerrero si no se defendía.

 

—¿Está bien así sensei? —preguntó la pelirroja tras lo cual pensó en un episkey para continuar curando los efectos del duplicado cinaede que Khufu le lanzara. No estaba segura qué hechizo habría pensado el mago, pero de momento, al utilizar ella un hechizo no verbal parecía no haber hecho efecto alguno.

 

—¿Me parece a mí o sus ojos mejoraron más rápido de lo pensado? Aunque supongo puede seguir mi voz fácilmente —comentó la pelirroja pensando en que había lanzado demasiado fácilmente las flechas de fuego hacia ella, mientras giraba distraídamente la daga en su zurda, estaría a su lado ayudándola durante un par de turnos más.

 

@Khufu

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