Jump to content

. Mansión Di Médici . (MM B: 113112)


Lucrezia Di Medici
 Compartir

Publicaciones recomendadas

El silencio de Sagitas, que parecía más ocupada en rastrear a su mascota que en cruzar palabras, le permitió escudriñar en ella un poco más. Comenzaba a pensar que su incipiente amistad crecía a pasos agigantados y que sus fortuitos encuentros no eran mera casualidad ¿Había algo subyacente en su relación que las impulsaba casi inconscientemente a cruzarse una y otra vez en su día a día? Sus vanos intentos de enterrar su recurrente interés por visitarla en la “Ojo Loco” Potter Blue creaban en ella una catarata de dudas incómodas ¿Era el escape de su gato una pobre excusa para cruzar hacia su propiedad? ¿Por qué alguien que alguna vez le hubo parecido una mujer ordinaria y deplorable ahora le generaba esa sensación que vagaba entre el interés y un a todas luces inaceptable cariño? ¿Las unía algo más que el amor por Thiago Gryffindor?

 

Sin embargo, una voz la abstrajo bruscamente de sus pensamientos sobre la mujer de cabello violeta. Apenas se valió de girar levemente su cabeza para encontrarse nuevamente con Lex, a quien había abandonado horas atrás en los jardines de la mansión. Le concedió una efímera sonrisa antes de que su mirada se centrase en las facciones de las dos personas que lo acompañaban. Recorrió una y otra vez el rostro de una niña preadolescente de rubios cabellos y piel de porcelana. Al encontrarse con aquellos ojos azules la aristócrata fue invadida por una curiosa sensación de familiaridad mezclada con extrañeza. Nunca se había cruzado con ella pero de su gestualidad entre apacible y escéptica -entendible, dada la situación- surgía la evocación de un profundo lazo preexistente a aquel encuentro. Fue entonces que su intuición halló en su memoria algo que había momentáneamente olvidado: la llegada de Luna Cristal.

 

Se separó de Sagitas sin anticipar sus intenciones de abandonarla y se acercó a su nueva protegida haciendo gala de un contorneo de caderas sutil y vistoso. Frenó apenas unos centímetros frente a ella sin dejar de fulminarla con la mirada ni un segundo, pese a no infundir intimidación en su actitud. Colocó sus delgados dedos desnudos sobre la mejilla de la chica e inclinó con delicadeza su mentón para poder contemplarla con mayor detenimiento. No había en ella el mínimo rasgo físico que delatara la genética que compartía con su padre, Thiago Gryffindor, e incluso cualquier observador casual aventuraría que ambas eran madre e hija. El espíritu jovial en su mirada despertó en Lucrezia un inesperado interés en quien Ariane había delegado a su cuidado. Acarició con la yema de sus dedos la delicada y suave piel de la muchacha antes de separar sus carnosos labios.

 

- Bienvenida, Luna. Soy Lucrezia. Me une con tu madre una amistad y no pude negarme a formarte como una bruja formidable, un nivel que sin dudas eres capaz de alcanzar con tu talento y mi formación. Conmigo aprenderás de los libros, de las prácticas y de la influencia positiva de mi persona. De ahora en más, tú eres una mujer con clase y te instruirás en ello.

 

Le regaló una sonrisa para transmitir a la muchacha comodidad y seguridad en el futuro que la esperaba bajo su cuidado. Separó su mano de su pómulo izquierdo y volvió a retroceder para no resultar invasiva ni imponente en exceso. Si bien su otro pupilo había necesitado de cierta firmeza para aprender, Luna parecía una chica permeable a adoptar nuevas prácticas y formas achacables a la aristocracia. Di Médici ya había diagramado la base con la cual la educaría y la formaría: hacer de la joven alguien a su imagen y semejanza, una persona de alta alcurnia con algo que decir más allá de su fortuna. Buscaría infundir en la pequeña Dumbledore un ego inquebrantable, un sentido de superación constante y la independencia total de toda persona que socavase sus posibilidades. Su objetivo estaba claro y sus métodos serían implacables.

 

La blonda italiana entonces centro su atención en el tercero de los recién llegados: su ahijado Blaise, otro de sus nuevos aprendices. Escudriñó en sus verdes iris tal como había hecho con Luna, adoptando la misma gestualidad seria y solemne para crear en él respeto por su figura más no temor. El arreglo con su padre para aceptarlo como un nuevo morador de su cada vez más habitado hogar había sido cerrado tiempo atrás y su llegada programada en consecuencia. Si bien Lucrezia era consciente que con el vástago Zabini no la unía el mismo lazo que con la hija de Ariane, no le arrogaría a él un papel secundario. Di Médici tenía para ambos planeado el mismo prometedor y exitoso futuro. Se acercó con parsimonia a él y colocó su zurda sobre su hombro, ejerciendo apenas un poco de presión contra su clavícula. Frunció el ceño. Ante la falta de descendencia directa ellos heredarían todos los frutos cosechados y todos los aprendizajes incorporados durante su vida.

 

- Te estaba esperando. Ojalá el camino hasta mi mansión no haya sido complicado. Aplica a ti también lo que le dije a Luna. Sin embargo, los detalles los exploraremos más tarde. Estamos en el aviario de la mansión, un lugar donde les aseguro pasaran varias tardes explorando. - la joven aristócrata se detuvo unos segundos en los que alzó su azul mirada hacia el cielo para observar la posición del sol entre las copas de los árboles: estaba por atardecer - Todos llegaron justo para el baile de los fénix. Recientemente ocurrió algo magnífico y pocas veces presenciado: un fénix de fuego y uno de hielo han tenido una cría, a la cual aún no he nombrado ¿Desean acompañarme?

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No podia negar que Medici tenia una forma muy de ella de actuar. Aunque bella, no apoyaba su fuerza en ello sino en su caracter y la confianza que emanaban de sus ademanes. Algo bastante contrario a mi. Podia tener la educacion y la etiqueta que mi rango social ameritaba pero como ya demostraba mi tutora aun me faltaba mucho por aprender. Tal vez y ahora entendia mas a mi padre por elegirla a ella. Lo bueno de la situacion es que al menos no lo haria solo, sino con alguien de mi edad, asi que si la rubia se antojaba tiranica, ya le bajariamos los humos entre los dos. Ademas de que travesura compartida es mucho mejor. Increible yo saliendo de mi zona de confort (los libros) solo por una sonrisa.

 

-Todo bien en el camino y en cuanto al trato, no espero deferencias. -apunte.

 

Ya dejado a un lado las presentaciones mejor centrarnos en algo unico en su clase como bien habia señalado la Medici. No era muy entusiastas de las criaturas magicas, pero sin dudas los fenix tenian su encanto, y que se unieran y tuvieran crias dos de tipos de estos tan diferente era cuando mucho un milagro. Asi me acerque aun con los ojos como platos para ver bien el fenomeno.

 

-Pues claro que quiero, y ya tienes algun nombre en mente. -dije con total naturalidad mientras me acomodaba entre Luna y Lucrezia, suertudo yo.

 

@@Lucrezia Di Medici@@@Lex Grindelwald

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Luna Cristal Gryffindor Dumbledore

 

La situación no era para nada cómoda para mí, ella era la persona más intimidan te que había conocido, su altivez, sus ademanes, esos ojos escudriñando e y casi juzgando mi ser me hacían sentir muy incomoda, pero jamás cambié mi expresión.

Cuando sus dedos me tocaron fue aún más incómodo, era como si buscará en mi algo más, aún no entendía que. Recordaba que no me parecía a mi padre ni a mi madre, todos siempre decían que mis ojos eran los de mi Abuelo Abeforth y mis facciones a las de mi abuela materna, a ninguno los conocí.

 

Pase saliva y ella empezó a hablar, ¡¿Tenía un amistad con mi madre?! Esa si era una sorpresa, mi mamá nunca había mencionado a Lucrezia cuando estábamos en París, pero bueno creía que era lógico, porque mi padre la amaba a ella.

 

Ya tenía todo un plan educativo para nosotros, se alejo de mi y fue hacia Blaise, el también sería educado por ella. Seguro nos haríamos buena compañía para realizar todas las tareas que nos serían encomendadas por la Tutora.

 

Lucrezia nos invitó a mirar una cría de Fénix, siempre habia escuchado que los fénix estaban unidos a la familia de su madre, así que sonreí ante la idea.

 

Tímidamente me acerque donde tenían las aves, nunca había visto un fénix de cerca, tenían un hermoso plumaje.

 

- podría llamarse Ice

 

Comente suavemente, Blaise también estaba entusiasmado con las magníficas aves

 

@@Lucrezia Di Medici Di Médici @@Blaise Zabini

IMG-20220208-WA0203.jpg

Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Me acerque mas al nido solo para rozarme involuntariamente con el brazo de Luna. Era inquitante la sensacion calida en mi estomago, seria esto lo que llamaban pubertad adolescente. O acaso algun virus de esos que habia por ahi. Claro lo importante eran los fenix, de eso no habia duda. Mi mirada recayo en los plumajes de ambos, bañados en los tenues rayos de sol de un atardecer cada instante mas pronunciado. Uno de un color naranja casi fuego y otro de un gris casi blanco. A saber como saldria el polluelo. Por cierto ahora que veia un fenix de hielo me entraba una duda. Sabia que los tradicionales al morir se prendian en fuego para resurgir de las cenizas siendo polluelos, pero, como lo haria un fenix de hielo?. Acaso

 

-Ice es un buen nombre -apoye a Luna solo para despues dejar mi sugerencia. -aunque de ser yo le pondria Chops

 

Esperaba que no se lo tomasen a mal. O sea, le estaba poniendo el nombre de algo que me gustaba mas que otras cosas, las chuletas. En mi lista de gustos ahora mismo rondaba el tres, aunque antes era el dos. Asi que era muy importante para mi persona.

 

@@@Lucrezia Di Medici

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

< ¿Dónde estás?> Me pregunte por octava vez mientras que mi cuerpo era cubierto por una ráfaga de gotas de agua que caían sobre mi cabello castaño claro, transformándolo en un color más oscuro. Caminar por las calles cuando las grandes tormentas se habían desatado sobre la ciudad, era una costumbre que debía empezar cambiar. No podía. No quería. No era compatible con la rebeldía de mi alma que pugnaba por salir a la luz.

 

<No hay nadie> Quise contradecir ese pensamiento, pero no podía. El refugio Askar brillaba como una cámara mortuoria. Mis pasos eran callados por el césped descuidado, el cual había empezado a reclamar todos los objetos de cerámica. Inesperadamente sentía un vacío en el medio del estómago tan grande como aquella vivienda vacía. La última vez había estado tan rebosante de expectativa, que era difícil ver la contraparte de aquello.

 

Volvía a estar sola en el mundo y me tocaba otra vez buscar refugio en algún lado. Dejando de lado mis negros pensamientos, decidí acercarme al fantasma de Nibiru para que me guíe, una vez más. Las malas costumbres siempre tardan en morir.

 

-Nibiru -Llamé.

 

Unos minutos más tarde, el silencio me dio la respuesta que no quería escuchar. Nibiru estaba de luto. No iba a presentarse y el vacío en mi interior creció tanto que sentí podría engullir al mundo entero en su núcleo. Respire profundo tratando de no entrar en pánico para poder pensar en medio del caos de sentimientos que se estaba desatando en mi interior.

 

La respuesta fue tan súbita en mi mente que sentí un leve mareo que me produjo náuseas. Me agaché tosiendo para despedir todo ese reflujo nervioso que estaba invadiendo mi estómago y me sentí mejor una vez que acabó. <Fregotelo> pensé para limpiar la inmundicia que había creado, y luego desaparecí con rumbo marcado.

 

La mansión Di Medici reflejaba la importancia de dicha familia. Me dispuse a caminar hacia la puerta con paso firme. Tal vez en ese lugar encontrará lo que tanto estaba buscando.

 

 

dpyL4m5.jpg


¡Gracias Rachel Ravenclaw! ♥.♥


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Ante la respuesta positiva de Blaise, la blonda italiana dio media vuelta sobre su pio eje y comenzó a caminar rumbo a las profundidades del aviario para servir de guía a los recién llegados. Sus pasos eran de elegancia supina y la gracia de su caminar denotaba su formación como dama de clase. Al pasar junto a Sagitas le hizo un ligero ademán con la diestra para que se sumase al grupo. Le indicó con una simple mirada, de esas que logran transmitir palabras como si fueran pronunciadas, que en el camino podrían hallar a su felino y así matar dos pájaros de un tiro. Sin embargo, no esperó a que la Potter Blue lo hiciese pues el tiempo apremiaba y la conjunción de los fénix estaba por llevarse a cabo. Aceleró sus pasos una vez la distancia entre los gruesos árboles se redujo y la atmósfera del bosque se volvió más densa. La luz del sol apenas penetraban las espesas copas de los árboles y aquella zona mucho más reparada estaba teñida de sombra.

 

- El fénix de hielo es el ejemplar más extraño de los dos, casi único. Lo obtuve en Escandinavia en mi último viaje allí para un consenso diplomático. Que se apareara con el ejemplar de fuego, uno no menos magnífico que adquirí en el Concilio, fue toda una sorpresa para mí.

 

Lucrezia siguió caminando con su erguida postura altiva sin dejar que las raíces que se entrecruzaban por todo el suelo representaran un obstáculo para sus pies. La caminata duró apenas unos minutos. Frenó cuando sus profundas pupilas captaron a lo lejos como nuevamente la luminosidad del sol lograba abrirse paso entre las ramas de los árboles en una zona más despejada. Sin girarse hacia sus acompañantes alzó su mano diestra y extendió su dedo índice, indicando que aquel era el sitio que habían buscado hasta ese instante. Aquel era el lugar donde los fénix habían conformado su hogar, cambiando eventualmente de copa para adaptarse a las necesidades de su polluelo. Una el grupo hubo atravesado el tramo faltante les indicó que se ubicaran en hilera.

 

- Los fénix necesitan de un atento cuidado y esas será una de sus tareas mientras moren junto a la familia Di Médici. Cada uno - anunció clavando su gélida mirada primero en Luna y luego en Blaise - se hará cargo de una de las aves y ambos lo harán del pequeño bebé. Lex me ayudará con ello y los supervisará. A efectos prácticos, el fénix con quien logren la mayor conexión será suyo y dispondrán de su compañía. Esta es una lección de responsabilidad.

 

La joven aristócrata inclinó la cabeza ligeramente hacia el costado en un gesto indicativo de que podían acercarse al nido. Ambos adolescentes se aproximaron a apreciar bien de cerca a los fénix y aquello provocó cierta satisfacción en una Lucrezia que había entrado de lleno en su nueva faceta docente; sin dudas la curiosidad que sus pupilos mantenían viva era un pilar fundamental para formarlos como sujetos críticos y abiertos al conocimiento. Su desconocimiento de lo que el mundo les depararía una vez convertidos en adultos los hacía un recipiente vacío al cual podía moldear a gusto. Entrelazó sus dedos uniendo sus manos por detrás de su espalda y se acercó a ellos, colocándose un metro por detrás de ambos para contemplar sobre sus cabezas a las aves que en aquel momento alimentaban a su cría de pico a pico.

 

- ¿Ice? Aun no tengo en claro si heredará las cualidades del fuego o del hielo. En el caso de que todo decante por la segunda opción, una vez crecido el fénix se derretirá y se hará agua…de ahí resurgirá, como hace la raza de fuego de las cenizas. Es curioso, muy curioso…- la tonalidad que fluía en sus palabras se volvió más severa cuando se dirigió a Blaise - Chop es un nombre muy ordinario. Sé muy bien que ambos pueden idear un mejor nombre antes de que empiece la danza.

 

Apenas restaban un par de minutos para que las aves se elevaran en el aire y ejecutaran ante los presentes un espectáculo visual y auditivo único en el mundo, que finiquitaba con su magnífico renacimiento. Decidió dejar la supervisión de Luna y Blaise uno momento y se acercó nuevamente a Lex, quien los había acompañado hasta allí sin que de sus labios saliese una sola palabra. Cruzó su mirada hasta que ambos quedaron sumidos en una conexión cómplice. Si bien su llegada a la mansión Di Médici había sido inesperada, algo en el Grindelwald le provocaba una confianza genuina. Tal vez la sangre o tal vez su solemnidad tan característica de la familia…nunca lo sabría.

 

- Lex…- le susurró al hombre que parecía moverse en la misma línea de pensamiento - Puede que nuestros destinos se hayan cruzado muy recientemente, pero confío en ti para que me seas de ayuda con los chicos.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Matthew Triviani

A Matthew se le estaban agotando los lugares para escabullirse de él mismo. La mansión Médeci era quizá uno de sus lugares favoritos porque cuando estaba ahí no tenia necesidad de arrastrarse por las sombras, y no ser visto. Ahí podía disfrutar de tener uso libre de su elfo domestico que hiciera las cosas por él. Agradeció que aún pudiera tener las fuerzas para aparecerse por las afueras de sus terrenos, entre los bosques, menos mal aún tenia una ligera conexión con la dueña, cada vez más implícita que expuesta, ya que, últimamente ella básicamente era una mujer ocupada él también, pero a veces quería ser humilde.

 

Nada más pisar el jardín de la estelar mansión, su elfo le informó que Lucrezia se encontraba dentro del castillo con invitados, por lo que decidió pasar a saludar. A medida que iba acercándose, se sintió un poco nervioso -algo poco común en él para ser sinceros- al punto de tener que acomodarse el sombrero, con su larga túnica que cubría en totalidad su cuerpo y un collar con la estrella de Ishtar en medio, que podría -y seguramente lo haría- desatar mirada inquisitorias. Camino con seguridad, con sus manos entrelazadas apoyadas en su abdomen, ¿Que impresión tendría luego de su ultimo encuentro? esperaba no tener que someterse a cuestionarios, y si lo hacia, le diría la verdad.

 

Un pie tras otro, llego al pórtico donde se encuentra un gran arco donde se encuentra grabado el símbolo familiar, adornado con dos pilares de mármol relucientes, las miro con detalle, dándole un vago recuerdo al castillo, pareciera ser que habían obtenido los materiales del mismo lugar, después de todo, sus familias tenían algo que ver. Lo único que llamo su atención fueron las dos estatuas que detallaban perfectamente la forma de dos figuras masculinas, ¿Acaso los ha petrificado y utilizado como decoración artificial? se preguntaba en sus adentros.

 

A su par, Termidor -su elfo-, siguió camino hasta tocar la puerta, el gitano no se inmuto en mover sus manos de la posición actual, por lo que con una sola mirada le indico que debía hacerlo él y enfrentarse a quien sabe que hechizos ocultos en aquella puerta, era Lucrezia, y sabia de sobra que las cosas no eran como se mostraban a simple vista, las dobles intenciones y la magnifica manera de doblegar las cosas, eran su fuerte.

 

Claramente, no espero, ingresó y esperaba encontrar a la Matriarca, entre tanto aglomeramiento.

 

 

 

 

@@Lucrezia Di Medici Di Medeci, y @todos. (?)

x2YiSbT.png

HdDMuO2.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Los minutos pasaron y no hubo respuesta en la puerta, por más golpes que di. Me estaba dando por perdida, cuando vi a un hombre de aspecto muy particular. Llevaba un sombrero con túnica y la estrella de Ishtar perteneciente a las Askar. Me sentí una ciruja vestida como estaba. En la parte de arriba, una remera top negra con un dibujo de un caldero llena de cabezas de muggles, que dejaba mi delgada panza al aire y por debajo de la cintura, unos shorts cortos deshilachados de tela jeans, con medias en red y botas encharoladas.

 

-Hola, ¿Nos conocemos? ¿sos un Askar? -Pregunté sin poder contenerme. Morderme la lengua nunca había funcionado así que, al soltar las preguntas, me acerque al extraño para mirarlo mejor - La estrella de ocho puntas pertenece a un símbolo que utiliza mi familia.

 

Me quede en silencio al darme cuenta que le estaba dando explicaciones a un hombre que no conocía. Aunque podía darme un poco de luz sobre la vivienda que estaba visitando. No podía ver el color de su cabello por el sombrero, pero sus cejas eran negras como sus ojos, que expresaban inteligencia. Le sonreí inesperadamente. Llevaba tanto tiempo sin hacer ese movimiento facial que mis músculos se sentían tirantes por el antiguo movimiento.

 

-Soy Sasha -Me presente antes de plantarle un beso en el cachete con toda confianza – A mi tampoco me abrieron la puerta, no avise que llegaba. ¿Damos un paseo por el jardín hasta que nos den bola?

 

 

@

dpyL4m5.jpg


¡Gracias Rachel Ravenclaw! ♥.♥


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Matthew Triviani




¿Debía tomarla del cuello como se lo merecía? ¡Como lo confundía con aquel apellido! No pudo evitar el mohín de su nariz al sentirse de aquella manera que no lograba describir. Giró los ojos al aire y le dio un pequeño vistaso justo antes de que volviera a comentarle algo referente a lo mencionado. Intentó arreglarse la capa, mientras oía las órdenes de los presentes y se enderezaba un poco. Le sonrió tratando de entender lo que decía.


No, no pertenezco a la familia Askar... respondió sin mover sus manos de la posición con la cual había entrado.


Sin embargo, para romper el hielo en esa reunión familiar, no haría falta unas palabras del rumano, la afilada lengua que intentaba callar muchas veces le chantó una roca justo donde menos lo espero. ¿Era humanamente normal que sintiera eso con el simple hecho de oír a desconocidos? No pudo sentirlo, pero supuso que su palidez se acentuó y a su vez se acentuó el tono violáceo de sus ojeras. Miro a la bruja que paraba ahí, su vestimenta era algo foránea, tanto que le recordaba a su madre y su extraña moda de vestir cortinas del Castillo.


La estrella fue un regalo de un antiguo alquimista, que radicaba en Babilonia la tomo entre su diestra y se la enseño a más detalle Tiene un pequeño grabado con filamentos de oro, con un hechizo protector que hace efecto en quien lo porta. una pequeña mueca en forma de sonrisa se formo en la comisura de sus delgados labios Ademas me ayuda a retener mis iracundos impulsos. añadió como curiosidad.


Ladeo levemente su cabeza mirándola con sorna, Mi nombre es Matthew, Triviani. extendió su mano para saludarle. ¿Tienes parentesco con los Médeci? preguntó para mantener una conversación amena.




x2YiSbT.png

HdDMuO2.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Noté el cambio del hombre al escuchar que era llamado Askar. Su palidez se acentuó y los ojos parecieron mas negros que nunca. La comisura de mis labios volvieron a sonreirle para corresponderle mientras le respondía. No, no era un Askar y mis ganas de conocerlo aumentaron. Era una buena señal, después de todo, parecía ser que el propio linaje egipcio que corría por sus venas, se había extinguido poco tiempo después de resurgir. No creía que volviera a nacer o mantenerse. Dejo de soñar en cuanto la voz de tono extranjera empezó a contarle de donde provenía la estrella que utilizaba con tanto orgullo.

 

- Entonces puede que algún Askar te lo haya obsequiado, después de todo, descendemos de la antigua babilonia entre otras ramas familiares -Explique con un encogimiento de hombros. No quería que se quedara callado, me interesaba saber mas - Suena muy aterrador -Declaré a lo de los impulsos del mago. Necesitaba uno de esos objetos para que guardara todas las dudas que solían habitar en mi alma -Tienes un bonito nombre, Matthew. Muy desentonante para tu acento ¿De que país vienes? -Pregunté curiosa, mi mano había quedado perdida entre la suya mucho mas amplia y masculina, pero inesperadamente suave en el apretón.

 

El encuentro era al azar, no había planeado encontrarme con el hombre que empezó a resultarme vagamente familiar a los pocos minutos. Lo había visto en algún lado y no podía recordar donde. Intuí que en alguna reunión de la marca tenebrosa nos habíamos cruzado, sin embargo, no podía enfocarlo en algún sitio en particular.

 

-No conozco a ninguno, pero vine a pedir asilo entre sus paredes. Espero tener suerte - Confesé con un poco de temor. No sabia que iba a hacer continuación si no me aceptaban - ¿Vos conoces alguno de ellos? -Estaba disfrutado la pequeña reunión.

 

 

@

dpyL4m5.jpg


¡Gracias Rachel Ravenclaw! ♥.♥


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.