Papas a la Francesa

[Lisette Ryddleturn]

Desde la posición en la que se encontraba, Paul Pinaud solo podía ver que lo que lo rodeaba parecía demasiado desolado y abandonado, sintiéndose bastante desacostumbrado cuando aquellos sitios no solían sentirse así de tranquilos.

Algunos coches muggles se movían por aquella zona hacia un lado y otro pero no estaba tan congestionado como solía verse para aquella hora cuando esos humanos se dirigían al centro de su ciudad, en Lyon.

Él estaba parado en una barranca bastante alta desde la que tenía una buena perspectiva de todos los que iban y venían y era porque tenía que estar muy atento a lo que pasaba.

Muchas historias rondaban a aquel lugar pero tenía más que ver con los magos que intentaban cruzar esa pequeña frontera que bordeaba una de las mansiones mágicas más importantes en Francia en esos momentos.

Y a él le habían encargado la vigilancia después de su última captura, por lo que tenía que ir desapareciendo magos y brujas cada cierto tiempo, cuando se ponían demasiado curiosos acerca de lo que estaba haciendo en solitario en aquel punto.

Si era necesario y por órdenes de su actual empleador, hacía desaparecer a los muggles con todo y sus coches también.

Vaya que estaba aburrido

Su viaje a Inglaterra había sido bastante fastidioso, a esas alturas se conocía una parte de la profecía que había tirado por los suelos el gobierno actual de los ingleses y que los mantenía tambaleándose

Porque ni siquiera los suyos confiaban más en los que los gobernaban con una mano invisible y lo que los franceses consideraban, bastante endeble.

Francia se mantenía neutral por el momento. Solo por el momento.

Necesitaban saber más de esa profecía y por eso, era que lo habían mandado capturar a un inglés, a alguien del ministerio para que les dijese la profecía completa aunque, como él le había dicho al que le pagaba, no era como si fuesen a ser Voldemort intentando atrapar a Harry Potter.

Lo poco que había conseguido aquel hombre con sus esfuerzos, era meterse en la casa de una de las familias ricas y conocidas de ese momento y secuestrar a una niña

Una que usaba ropas muy infantiles que abrazaba a su oso de peluche pareciéndole increíble que esa fuera una persona que trabajaba para el Ministerio.

Pero según la información que había reunido, era una jefa de departamento y eso tenía que significar cualquier cosa para cobrar su paga así que la había tomado y la había entregado como un paquete.

Y de todas maneras se sentía culpable.

Y ahora, con esos pensamientos de culpa esperaba a un contacto que le había pedido que lo esperara en ese punto porque tenía nuevas órdenes para él, al respecto justamente de la captura que había realizado.

[Hayame Snape Potter Black]

No hubo un aviso que advirtiera a esa persona de la aparición que se llevó a cabo por el mago que aquel sujeto estaba esperando, con un destello de luz verde que rompió con la oscuridad de la noche y con el suave sonido de los truenos de una tormenta que amenazaba con empezar a formarse sobre sus cabezas, lo cuál se reflejó en unos pocos charcos de agua ya formados previamente y que se iluminaron de forma extraña y misteriosa; la persona que acababa de llegar, con un movimiento elegante y flotante de su capa nisiquiera espero alguna expresión del mago que, según su punto de vista, era demasiado jóven para tomar ese trabajo y sin embargo así lo había deseado su patrón y él no podía hacer nada para opinar lo contrario, no estaba en su posibilidad.

Aquello ya había sido pactado, una reunión en medio de las sombras y en un sitio que el recién llegado hubiera preferido no pisar tan solo por la mala fama que aquel muchacho ya traía sobre esa tierra pero nuevamente, él solo podía asentir y cumplir órdenes; cada cierto tiempo su jefe le enviaba a él y a otros para comunicarle a aquella persona lo que tuviera que llevarse a cabo en cuanto a trabajos y últimamente, con la guerra encima, comenzaba a ser más y más cotidiano el que se produjesen aquellos encuentros.

Todos eran conscientes de que por muy joven que fuese aquel sujeto, era lo suficientemente mortal y efectivo con cualquier trabajo que le encargasen... y ya lo había dejado más que demostrado con su última misión.

-Oye, mocoso...

 

Aquel hombre le habló pero estaba seguro de que no le respondería, tenía esa altanería de creerse lo suficiente como para no respetar la diferencia de edades de ambos, cosa que al recién llegado irritaba sobremanera

 

-Niñato!!

 

Nuevamente la indiferencia fue la respuesta obviamente recibida y que provocó un nuevo gruñido en el mago francés recién llegado que finalmente terminó por rodar los ojos tragándose la maldición que amenazaba por salir de sus labios, dejando ver sin embargo, una mueca de fastidio. En verdad, odiaba ser enviado a tratar con aquel sujeto.

 

-Monsieur Pinaud...

[Lisette Ryddleturn]

Aquella persona hizo un movimiento con una mano para hacerle saber al otro que finalmente, le estaba escuchando pero al mismo tiempo deseaba que hiciese silencio.

Ese hombre era muy especial para ciertas cosas y sobre todo cuando algo lo mantenía irritado y quizás algo incómodo, mientras mantenía en mente ese trabajo de haber secuestrado a la niña.

Paul Pinaud cerró sus ojos por un momento y separó los labios mientras que su aliento se dejaba ver ante la diferencia de temperaturas que había entre su cuerpo y el ambiente que lo rodeaba

-Todo el tiempo es igual, siempre que necesitas algo de mi o alguien lo hace, vienen y me usan a su antojo y después se olvidan de que existo hasta que otra vez requieren a alguien que haga su trabajo sucio

Su voz era indiferente, seca y bastante dura como si el hecho de tener al otro mago detrás suyo fuera altamente ofensivo, bajando la cabeza un poco para ver lo que sucedía en la parte inferior

-Todo esto ya se ha convertido en una rutina en la que no me das nada nuevo, no veo cuál fué la diferencia esta vez o porqué sienten que estas personas podrían saber alguna información que ustedes necesitan

 

Su voz fue bajando de tono de poco en poco hasta hacerse casi inaudible

 

-Sin embargo a final de cuentas eso no es lo que importa, siempre y cuando me pague a tiempo y la cantidad de dinero que les exija en cada ocasión, cierto?... de esa manera no puedo quejarme

La mirada de ese hombre volvió a mostrarse fría y distante pero a final de cuentas era consciente de que por sus propias palabras estaba atrapado

-No te preocupes, dile que iré inmediatamente...

[Hayame Snape Potter Black]

-Por supuesto, señor

Aquel sujeto no deseaba ni por un momento hacerle creer que estaba feliz de servirle o de seguir sus sugerencias pero no tenía más opciones, le habían ordenado llevar a esa persona consigo para darle más trabajo y el replicar o dar problemas estaba muy por debajo del pago que recibía cada mes; mostró un poco los dientes con molestia, pensando que el otro hombre no podría verle dado que estaba parado a sus espaldas y como quiera movió la cabeza de forma educada mientras retrocedía de poco en poco

Lo que daría por patearle de aquel acantilado y que se matase, pretendiendo que todo había sido un terrible accidente...

Pero le temía más al poder de sus jefes y lo que podrían hacerle a él que el momentáneo placer de acabar con aquella persona a la que detestaba tanto y con la que no gustaba de tratar en lo absoluto. Por lo tanto, comenzó a retroceder lentamente hasta que llegó a un punto donde se sentía bastante cómodo usando su poder de desaparición.

No sin preguntarse, porqué su jefe lo había elegido a él?

Entre todas las personas a las que podía apuntar o seleccionar para un trabajo que en lo personal consieraba por demás innecesario y est****o, como para colarse en la familia potter Blue y secuestrar a uno de sus miembros... porqué ese sujeto? todos sabían que daba demasiados problemas y que era difícil de manejar, entonces, porqué?

Sin más, se esfumó y esperó que aquello en verdad fuera la decisión más sensata para su jefe, solo le faltaría en verdad quedarse sin pago por la muerte de alguno de ellos.

Que los Potter eran bien conocidos por sus venganzas crueles.

[Lisette Ryddleturn]

La voz de ese mago que lo había estado molestando había sonado tan amable que había sido demasiado evidente la falsedad que se escondía detrás de ella

Por supuesto que sabía que a ese mago él no le agradaba en lo mas mínimo y que el hecho de verse obligado a hablarle seguramente iba más allá de lo que estaba dispuesto a hacer para su nivel de ingresos

Sin embargo también sabía no podía negarse a las órdenes que le habían dado puesto que el poder de sus superiores y el de quien lo había estado escuchando era muy superior

Así que apenas girando la cabeza Paul Pinaud vió el punto por el cuál había desaparecido aquel mago con su cara de que esperaba que se matara de alguna manera

Una vez que no hubo más ruido que el de los muggles que circulaban en las calles de abajo de aquel precipicio, el hombre giró su cuerpo completo y avanzó apenas hasta quedar al borde del precipicio para ver nuevamente esos vehículos raros a sus pies

 

No estaba muy seguro de porqué a pesar de los años y de ser reconocido como uno de los hombres más poderosos mágicamente en su país aún había un algo que lo hacía aceptar empleos de personas que solo le pedían cosas est****as, como secuestrar niñas de otros países

 

La lluvia comenzó a caer y luego, lo hizo con fuerza y el hombre tan solo cerró los ojos y sacó la varita para girar en su lugar y poderse desaparecer rumbo a donde tenía que trabajar

Todo y dejando en silencio y en abandono aquella carretera finalmente que era atacada por el aguacero e inclemente con quien quiera que se decidiese a pasar por el lugar.

[Hayame Snape Potter Black]

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Dentro del sitio donde habían capturado a la chica Peverell la noche no podía ser mas diferente que aquella que se presentaba en el sitio del cuál se habían desaparecido los dos magos, a tantos kilómetros lejos de ahí.

 

El interior de aquel lugar gubernamental era inusualmente cálido, similar con el arte y las galerías a la época de las revoluciones francesas con las luces reflejando sus destellos anaranjados sobre las paredes de roca y una variada colección de arte y pinturas que reflejaban a la realeza en una época muy lejana a la actual, reflejando alegría y festividad, algo que el pueblo francés en realidad detestaba por distar mucho de sus verdaderas condiciones de vida y algo con lo que concordaba el dueño de aquel sitio; aquel mago de feroz bigote negro se encontraba en aquellos momentos con una expresión fría y el ceño levemente fruncido, buscando con soltura pero sin prisa a quien había contratado y a quien había llamado de forma tan urgente para esos instantes.

 

Esperaba que no estuviese dejándolo esperando a propósito, especialmente cuando tenían una victoria en el bolsillo… pero de todas formas, quería disfrutar del sabor de esta

 

Le gustaba creer que tenía el poder y la posición para hacerlo cómodamente

 

Con toda la fineza y elegancia francesas

 

Una vez que tuvo al muchacho enfrente se le quedó observando con cuidado y luego, se encaminó en dirección de la habitación que le interesaba y a donde le interesaba colocar a aquella persona en esos momentos

-Has llegado un poco tarde...

[Lisette Ryddleturn]

-Tampoco es como que me avisaras con mucho tiempo de anticipación así que aproveche para dar unas cuantas vueltas por ahí para entretenerme un rato

Era obvio que se trataba de una broma de muy mal gusto pero el hombre no estaba de muy bien humor a pesar de que el interior de aquel sitio era inusualmente cálido

Al menos mucho más cálido que del sitio de donde había venido y donde seguramente en esos momentos la lluvia debía de estar empapando a los pobres incautos que anduvieran por ahí

Y además las miradas de esas pinturas de los antepasados franceses que hubieran gobernado al país le parecía que lo seguían por todas partes y eso le ponía los pelos de punta

Mágicos o no esos retratos

El hombre había caminado por aquellos pasillos intentando no ver los rostros serios que lo vigilaban como si todos sus pecados fueran a ser expuestos de golpe

Y prefirió no detenerse en lo absoluto, ni siquiera a descansar hasta que no se había encontrado otra vez con la persona que le había pagado para secuestrar a la chica Peverell

Y de todas maneras se sentía levemente molesto porque sabía que por estar ahí tal vez estaba ganando dinero pero al mismo tiempo estaba perdiendo muchas horas de sueño

 

Y al menos a ese chico, le gustaba pensar que podía hacerlo.

 

-Entonces, qué se supone que me van a pedir esta vez?

[Hayame Snape Potter Black]

Por donde se viese aquel elegante sujeto francés siempre había sido imponente e inspiraba respeto y temor a todas las personas que lo rodeasen.

Dentro de todos los magos que perteneciesen al actual gobierno y que ostentasen el poder suficiente para presentarse de aquella manera, se podía ser consciente de que dentro de lo que encerraba al círculo de aquel enorme sujeto con su delgado bigote, era que este era increíblemente poderoso; no solo en lo monetario sino también en lo mágico y además, este era conocido por ser lo cruel, frívolo y malicioso algo que se manifestaba de forma demasiado público en todos sus actos y sus pensamientos.

Y era justamente esa maldad la que parecía haber impulsado a ese gobernante francés a buscar al otro hombre, a sabiendas de qué era lo que quería de él y que iba a poder cumplirselo sin hacerle demasiados problemas al respecto; quizá aquella misión no había tenido sentido del todo para la persona a la que había contratado pero al menos no había sido demasiado caro ni le había puesto demasiadas quejas cuando se lo colocó en pergamino sobre una mesa en aquella noche en que le pagase por secuestrar a una bruja de Inglaterra, del Ministerio.

 

Y tampoco se había negado cuando le había dicho que no importaba si tenía que herirla

Él la quería cautiva

 

-Porqué la impaciencia querido amigo?... tienes algo más importante qué hacer aparte de recibir la paga que voy a estar dispuesto a otorgarte? -le preguntó con algo de ánimos y diversión al otro mago

[Lisette Ryddleturn]

Aquel hombre se estaba aguantando grandemente el decirle un montón de cosas a aquel sujeto pero por aquellos momentos, tenía que aguantarse y resoplar el disgusto que sentía

Se metió las manos en los bolsillos y miró de muy mala gana a su empleador, aunque quería decirle un montón de cosas tenía una posición más grande a la suya y tampoco quería perder su trabajo

Todos en su familia siempre sabían su lugar desde que eran niños y estaban dispuestos a aprender la labor porque sabían que eran especiales y que siempre los buscarían

En su familia, hasta su madre trabajaba y eso era lo que les reportaban las ganancias así que para un chico era imposible no apasionarse por ganar lo más posible

A veces incluso si con eso tenían que ignorar todas las palabras desagradables que pudieran darle sus clientes en aquellos momentos o sus jefes de gobierno, como en esos instantes

También aquella situación era cosa de honor y de amor por su país aunque a veces hubiera deseado no tener esas inclinaciones metidas desde tan joven

A veces su trabajo le costaba demasiado

-Tú fuiste el que me hizo llamar

 

Respondió por lo bajo y con un timbre aún más frío si podía, cubriendo su sensación de malestar y al parecer aquello había funcionado ya que parecía que había hecho reír otra vez a quien tenía delante

[Hayame Snape Potter Black]

El hombre sabía que no debía de forzar demasiado a aquella persona porque ese tipo de cosas solo podían significar que se estaría buscando unos problemas que no le estaban interesando atraer a su castillo; él solamente quería que quien tenía delante cumpliera con su trabajo sin dudarlo demasiado y sin hacer preguntas incómodas y entendía que también tenía que estar agradecido por ello ya que de lo contrario, quizás las cosas le rebotarían en contra.

 

-Esas maneras tuyas- intentó distraer con su buen humor y quizás un dejo de cumplidos al hombre que no parecía de buen humor, a veces para que las cosas salieran según lo planeado no tenía nada de malo agasajar el ego de los ajenos o al menos, eso era lo que le venía a la mente en esos momentos- me encantan!

 

Aseguró ensanchando aún más su sonrisa lo que dejó ver un conjunto grande de blancos y relucientes dientes que no podían conseguirse obviamente por otros métodos que no fueran magia; si, la persona que había pedido esos trabajos y que estaba tan interesado en la captura de esa niña tenía un nivel de vanidad impresionante

 

-Y si, debo de decirlo, dado que esto es tan importante para mí te agradezco que hubieras tenido la consideración de acudir tan rápidamente a mi llamamiento cuando más lo necesitaba… hasta pareciera que te pago por ello…