Gala Babys 2019 Santuario de Criaturas Scamander

[Sol Lestrange Black]

Levanté la ceja divertida ante el intento de aquella bruja por amedrentarme ¿Acaso creía que seria tan fácil? Me parecía mas divertida esa faceta suya de irónica malosa, que su inteligencia super dotada que no nos había llevado a ningún lado al fin de cuentas. Negué con la cabeza y solo sonreí conteniendo la risa, no pensaba caer en una absurda discusión cuando teníamos cosas mas importantes que hacer.

 

 

--Si, si lo que tu digas..."mi ciela"-- fue mi única respuesta.

 

 

Tauro intervino y agradecí que aquello me bajara los ánimos y me distrajera para olvidarme de cosas sin importancia, intercambie una mirada con Zoe, no podíamos hablar demasiado, pero Tau parecía tener razón en algo, a estas alturas lo que necesitaban era información para saber a que nos enfrentaríamos.

 

 

Zoe se aparto del grupo para recuperar la llave, al menos ya estaba en sus manos, aunque a decir verdad si la criatura estaba fuera de su contenedor, de nada o poco serviría haberla recuperado. Y después de balbucear un no vayan y que Tau le llevara la contraria, me di cuenta de lo que pretendía. Corrí los pasos que habían logrado adelantarse las brujas, hasta posarme a su lado.

 

 

--¿De verdad crees que vamos a dejar que vayas sola y perdernos de la diversión?-- levanté el dedo indice y lo puse en su nariz en un cariñoso gesto - no eres la única aquí que esta trabajando querida, estoy contigo hasta el final. Demonos prisa y encontremosle antes que el nos encuentre primero.

[Anthony R. Dracony M.]

La rústica y sencilla cabaña continuaba ahí como el peliverde la recordaba, pero entonces recordó un detalle importante, su amigo Alukar no es muy diestro en vuelo en escoba y tal vez era mejor no retar a la suerte...no había mucho tiempo para una clase de vuelo, el ojimiel está seguro que el pelinegro no ha practicado y eso lo sabe por dos sencillas razones: primero, el joven mago delgaducho, no ha comprado una escoba...aún con la donación que generosamente el peliverde le otorgo, solo compro un cromo ¡de un gato!...muy extraño es el amigo vampiro. Segundo, porque el mago deseaba volar usando su "poder" como vampiro... cosa que era verdaderamente difícil sin tener guía de algún otro vampiro...

 

 

Así que el Ryvak se pensó un poco como plantearle al joven que mejor era ir en la misma escoba...solo que era un tanto difícil ocultar la verdadera razón, a menos que...fuese parte de su estrategia de búsqueda.

 

 

Mientras pensaba en aquella supuesta estrategia, el peliverde ingreso a la cabaña donde solo esta una rústica silla frente a una simple mesa y detrás de ella el locker donde tienen guardadas las escobas...el ojimiel lo abrió y rebusco entre la escobas una que estuviese en mejor estado que el resto...le tomo unos minutos hasta que hallo una barredora y la llevó a mostrarsela al ojinegro.

 

 

--Bueno, creo que está nos irá bien, necesito que me ayudes, habrá que volar bajo e ir revisando a ambos lados del camino, mejor si vamos juntos así estaremos seguros de ver al mismo tiempo el terreno, ¿estas de acuerdo?--Mencione al mago mientras clavo la mirada en él.

[Tauro M.]

Le alegró ver que Sol también se les unió, por lo que Tauro llegó a la conclusión -tardía- de que trabajan juntas. Un nuevo rugido que incluso la hizo temblar a ella le erizó los vellos de la nuca y aunque estuviera en contra de la violencia en contra de las criaturas no dudó en sacar su varita oculta en la manga de la blusa en caso tal de que necesitara defenderse. No pretendía hacer daño cualquiera que fuese lo que se encontraran por delante, pero unos buenos hechizos de desarme nunca estaban de más, además de que guardaba la esperanza de que algún maleficio fuera a escapar de forma ''accidental'' en el estirado rostro de Lucrezia.

 

- Ahora que lo pienso .... -meditó por unos segundos - Ese rugido me recuerda al Nundu, aunque es de África, no tendría sentido que estuviera aquí, pero aun así -miró a los presentes -Bueno, no sería la primera vez que viéramos algo que no está donde se supone -añadió en tono divertido. Si Zoella no estaba dispuesta a revelar la identidad de la criatura, Tauro estaba dispuesta a jugar a las adivinanzas, de este modo, sin querer, podía estar averiguando sobre posibles futuros productos por parte del concilio.

 

- ¡Miren! -exclamó, señalando con el dedo hacia dirección oeste - ¿Qué es eso de allá? -lo que fuese había pasado muy rápido como para que el ojo humano pudiera seguirle la pista, pero ella estaba segura de que algo de cuatro patas había pasado corriendo a gran velocidad, incluso creyó haber visto una melena.

[Sol Lestrange Black]

Tau insistía en saber de que se trataba, y tardo poco en llegar a una conclusión, la mire gratamente sorprendida sin negarle que de un Nundu se trataba, le sonreí sin que creyera que hubiera necesidad de reafirmar su conclusión. Simplemente me le acerqué y susurré en su oído...

 

 

--Me has sorprendido querida mía...-- fue mi único comentario mientras miraba hacia donde había indicado que algo se movía. Ya no había ninguna duda, la criatura estaba suelta y en nuestras finas y delicadas manos estaba el contenerla, no podíamos dudar, aunque no me molestaría que la pequeña fiera saciara su hambre con la dama de las camelias que nos seguía acompañando.

 

 

Me reclamé a mi misma aquellos pensamientos en aquel momento de peligro, negué con la cabeza intentando concentrare en lo que era realmente importante mientras miraba a Zoe como esperando una indicación, ella era la que mas información tenia de aquel animal, y tal vez solo ella podía tener la manera de detenerlo sin llegar a hacerle daño.

 

 

Sabia que todas las criaturas mágicas tenían una debilidad, eso era justo lo que necesitábamos saber cual era la del Nundu, esa seria nuestra verdadera arma a usar en aquel momento. apreté mi varita fuertemente sin apenas parpadear.

 

 

--Tau tu conoces de criaturas, dinos que podemos hacer...--supliqué a la bruja, sabía que su experiencia en el tema ahora nos seria de gran ayuda.

Editado 11 de Octubre del 2019 por Sol Lestrange Black

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Investigar, esa era objetivo. Claro si caia algo a lo que hechar mano pues mejor que mejor. Pudiera verse dudasa mi labor pero ahora era padre de familia, habia renunciado a mi trabajo asi que todo lo que pudiera significar adquisicion de galeones era bienvenido. Sabia que podria tener en la labor algo de onjecion de conciencia, pero para eso me aseguraria de vender la mercancia en manos correctas....y que pagara mas. Asi tome mi capa camaleon y mientras daban inicio a todo este 'recorrido" me mantuve atento, al resguardo de la capa. Lo mejor que pudo haber pasado es que desde el inicio ya todo quedase caotico, a saber que llave era esa que se perdio, pero si lo tenia la jefa de todo este santuario..algo importante debia ser.

 

Asi me mantuve suguiendo con esmerado sigilo al grupo, siempre a distancia...sin romper tan siquiera una rama....con cuidado. Era una sombra, un ninja todo un portento en infiltracion y todo hubiese ido bien hasta que algo sobrevolo por encima de las cabeza de las chicas, muy guapas todas...importante decirlo...y despues se dejo oir un rugido. Mmmm esto comenzaba a tomar cariz peligroso. Por suerte confiaba en la magia que podia desplegar y en la punteria de mis hechizos....como siempre apunta a los ojos y tendras ventaja. Sin mas me acomode en mi lugar....siempre podria aparecer como caballero de brillante armadura dada la situacion.

[Zoella Triviani]

Me detuve en medio del bosque, intentando ubicarme en el espacio y saber que camino tomar. Subí la mirada y a mi izquierda noté el relieve de la montaña y cuando me disponía a emprender nuevamente mi camino la voz de Tauro y Sol me hicieron detenerme. Ambas brujas comenzaron a hablarme, diciéndome que no me dejarían sola. Por mi parte, saqué de mi bolsillo esa rana de chocolate que tomé minutos antes de las manos de Lucrezía y me lo comí.

 

Sentía mi cuerpo desfallecer, los nervios carcomían mi interior y mis piernas temblaban bajo mi cuerpo. El miedo, por primera vez luego de hace unos meses revivía en mi pecho, oprimiendo las demás emociones. Sostuve fuertemente mi varita y con la otra mano apreté la llave africana. Ya no me quedaba escapatoria, debía de soltar un poco más sobre la bestia.

 

- Tauro, es una criatura africana - empecé, mostrandole parte de la llave - Lamentablemente no puedo soltarte más información que esa. Aun es un cachorro el que recién nos llegó vienen más en barco y llegan en algunos días más. Podemos detenerlo con un hechizo aturdidor, pero por lo pronto debemos esperar a que nos encuentre, últimamente mi olor es todo lo que reconoce y espero se acerque hasta acá - Finalicé, para girarme.

 

No alcancé a dar más de dos pasos cuando otro rugido sonó cerca. La bestia pasó frente a nosotros velozmente. Nos estaba asechando eso era seguro. Levanté a Mort y giré sobre mi eje mientras agudizaba mis sentidos. Con un dedo les anuncié a ambas mujeres mantuvieran silencio, en cualquier momento podría aparecer frente a nosotras y era mejor mantenernos al margen.

[Tauro M.]

-¡Bingo! -sin querer, había dado con la identidad de la misteriosa criatura, no tuvo que seguir adivinando pues Sol se lo acababa de confirmar -Estuve atando cabos, la verdad. La apariencia de la llave me dio una pista y supe que se trataba de una criatura de África. Entre esas están el Erumpent, Nundu, Fwooper, Runespoor y Streeler y bueno, solo una produce ese rugido -le dijo únicamente a su amiga, respetando la intención de querer seguir manteniendo aquello en secreto.

 

-Un hechizo aturdidor suena a algo bastante conveniente, sí, pero quizás... teniendo en cuenta de que solo reconoce tu olor, podríamos tomar eso a nuestro favor e intentar ser menos drásticos -. Animada por el comentario de Sol, prosiguió -Tenemos suerte de que no sea un Nundu adulto o tendríamos serios problemas, nosotros no bastaríamos para intentar controlarlo, al menos la fuerza de 100 brujas y magos es necesaria para mantenerlo a raya o quién sabe qué enfermedad nos podría contagiar -explicó.

 

-¿Alguien tiene algún pedazo de carne, no? Lo supuse -era una lástima que no tuvieran a alguien a quién pudieran sacrificar como carnada -Bueno, el chocolate, aunque no hace parte de su dieta, servirá -dijo arrebatándole el último trocito de la boca de Zoella, para que no terminara - Si te sigue a ti es porque te tiene confianza y solo a ti responderá, el resto sinceramente estorbamos. Propongo que nos escondamos y esperes a que llegue a ti, si nos ve, a pesar de que aun es cachorro, puede reaccionar. El ver a tantas personas desconocidas podría resultar abrumador.

 

Tauro estaba intentando por todos los medios de evitar que llegaran a tener que aturdirlo. Hubo una época en la que los magos los utilizaban para salvaguardar sus casas, pero eso implicaba a tener que utilizar mínimo un hechizo aturdidor al día para mantenerlo bajo control. Por suerte aquella historia había tenido un final feliz, donde el mago, luego de haber olvidado hacer su rutina con el Nundu, al regresar a casa se encontró con la muerte y la criatura pudo escapar. Su clasificación de XXXXX lo convertían en una de las criaturas más peligrosas e imposibles de domesticar.

[Anthony R. Dracony M.]

El silencio de mi amigo Alukar era intrigante...¿estaba molesto por mi propuesta....o...seguía pensando en lo de comer bebés?...trague saliva nervioso, desconocía si el vampiro ya había comido...¿y si la plática giraba alrededor de la comida por encontrarse con hambre?....era sospechoso, nunca le vi bebiendo sangre, las veces que nos acompaño a comer, lo hacía normalmente, pero uno nunca lo sabe, nunca está completamente seguro, menos si no eres de la misma raza o tener información....debí preguntarle a mi padre adoptivo! él es vampiro de nacimiento, o de linaje porque su madre era una vampiro...así que me lamenté no haber averiguado antes.

 

 

Coloque la escoba sobre la mesa, para hurgar un poco y descubrir si había algo de alimento en las alforjas que lucen colgadas en uno de los muros, revise cada una, hasta que en una de ellas encontré un trozo grande de pan, queso y una botella de vino...--Bueno, pues la providencia nos tiene esto, es mejor que nada, ¿no te parece Alukar? comamos antes de salir en la búsqueda ok?--Era momento de sacar una de mis dagas...muy útil para cortar la gran hogaza de pan, el queso y colocarlos juntos para saborearlos...--Ahora sería muy bueno ese hechizo que Apolo enseño en la clase de encantamientos...espera un poco a ver si lo recuerdo...

[Jeremy Triviani]

Nada lo despertó. Jeremy estaba cansado de tanto trabajo acumulado a los largo de los días. Se sabia que el descanso de los vampiros cuando tocaba era realmente largo, pudiendo durar años. No fue el caso. Él decidió jugar con los animalitos en su corral especial, luego de darles su alimento, que nunca supo cuando paso de estar consciente a quedarse dormido. Un error que les costaría el trabajo a todos, si no lo solucionaban. Los animales eran inteligentes, habiendo encontrado la manera de salir de ahí para recorrer la isla. No solo eso, parecía ser que eran amables y querían soltar a todos los demás animales. El caos ya se podía sentir en el aire.

 

Un rugido poderoso que rompió el aire, despertando por fin al vampiro de su letargo. Se puso automáticamente a la defensiva, mirando hacia todos, sacando la varita para estar listo al ataque. Tardo solo un par de segundos en darse cuenta que estaba solo, y que no había ataque, solo animales fuera de sus habitas. "Nos mataran" Pensó poniéndose de pie de inmediato, mientra buscaba el espejo comunicador para hablar con sus compañeros del Concilio. Jamas lo encontró, pero continuo saliendo de allí sin demorarse en buscarlo. Tenia que avisarles a todos. Dos pasos fuera del corral, se dio cuenta que ya estaban enterados.

 

-¡Mattheww! -Grito, mientras empezaba a correr esquivando a los magos y brujas que se ponían en su camino. ¡No veían que estaba apurado! Ni se fijo las cara de terror de las personas.

 

Sus piernas lo llevaron hacia donde se sentía mas cómodo para rastrear las amenazas. Los limites de la isla. Donde estaba los bosques que le recordaban su crianza. Cuando los arboles lo cubrieron de la vista de curiosos, empezó a fijarse en el suelo para detectar pisadas. Pudo ver algunas muy marcadas pertenecientes a una persona. Las siguió hasta que de lejos pudo ver a un grupo de mujeres. Las reconoció y dudo en acercarse, pero no había tiempo para cuestiones personales.

 

-¡Al fin las encuentro! -Les grito como si hubiera estado horas buscándolas.

[Lucrezia Di Medici]

Las palabras de aquellas impertinentes mujeres que acompañaban a Zoella fueron imposibles de ignorar para la mortífaga, quien había cedido un poco de su andar elegante para tomar velocidad y alcanzar a la Triviani. Por fin sus acompañantes había llegado a una conclusión un tanto obvia: se trataba de un Nundu, una criatura africana que necesitaba del control de decenas de magos y brujas expertos para poder dominarse. Le resulto graciosa, sin embargo, la imagen de quien hubiera tenido la horrible idea de mandar a una Triviani sola a custodiar tamaña criatura.

 

Afianzó su varita entre la delgadez de sus dedos y al alcanzar al resto del grupo frenó súbitamente. El amenazante rugido golpeó de lleno sus tímpanos y la hizo largar el aire que contenía en los pulmones, como si algo la hubiese azotado. El temor no era algo que aceptara para sí misma con mucha facilidad, pero aquel sonido había elevado su adrenalina hasta un punto que no había experimentado hasta ahora. Pese a su conocimiento y experiencia en el trato con criaturas, aquel feroz animal con el que jamás se había cruzado escapaba ampliamente sus capacidades de defensa. Su instinto de precaución y cuidado estaban en un punto alarmante.

 

- De verdad es rápido, interesante. - comentó ante el señalamiento de Taurogirl, imaginándose con extrema crudeza como aquel felino devoraba a la molesta chica. - Para llamarse el rey de las bestias es verdaderamente escurridizo.

 

Le dedicó otra mirada a sus acompañantes y se detuvo en Sol, que por alguna razón que Lucrezia se forzaba a descubrir parecía bastante tranquila ¿Sería también una trabajadora del Concilio? Entrecerró los ojos mientras sopesaba la posibilidad de que todo tuviese algo de auto provocado, pues no sería la primera vez que tal evento se manchara por la codicia de unos pocos. Se acercó unos pasos a ella mientras sostenía la varita en el aire con una postura defensiva similar a la que solía adoptar en los duelos. Su cabeza había elucubrado con anterioridad todos los hechizos que podrían separar la delicadeza de su piel de las filosas garras del animal en un potencial ataque. Acomodó los mechones de su cabello que en la corrida se habían escapado de la parte posterior de sus orejas y notó una nueva presencia en el lugar.

 

- Ah, no Jeremy….no Jeremy. - murmuró, llevándose los dedos a la sien y negando con la cabeza completamente renegada.

 

--

 

wow.

Editado 11 de Octubre del 2019 por Lucrezia Di Médici