Ministerio Zombie

[Fengari M.]

Con el aliento recuperado, acomodé mejor mi silla y sonreía a la pareja, cambiando la vista de la bruja al mago –que se veía algo ausente- , volviendo nuevamente a la Lavigne, quien por segundos parecía esforzarse por no ahorcar al muchacho de su lado «hmmm creo que huelo el fastidio». Hasta ese entonces no había reparado en la idea de que posiblemente estaba interrumpiendo algún tema importante entre ellos, y me pregunté por qué los seres vivientes se obsesionaban en vivir una vida de pareja, llena de complicaciones y aparentes desacuerdos.

 

Me mojé los labios mirando hacia un lado, intentando hacer nada en especial con mi cabello, tejiendo entre ellos los pensamientos que pocas veces llegaban a ser atendidos. Vivía una vida intentando ignorar los problemas que tenía, intentando encerrarme en una burbuja que aparentemente no existía, y con el tiempo me acostumbre a ello y aprendí a amar esa soledad. Así que no entendía por qué la necesidad de tener pareja. Y para una criatura mezcla de varias razas, con serias complicaciones en comprender a los vivos, aquello no era una prioridad.

 

Suspiré mirando mis manos, buscando entre ellas algún indicio, tal vez un latido en las suaves venas azuladas de mi muñeca «ahí hay una» parpadeé varias veces. Levanté la mirada y chupándome el labio inferior, sonreí mirando nuevamente a los magos— ¿y dónde está la comida?

 

 

 

 

Morsmordre

Editado 4 de Noviembre del 2019 por Fengari Naberrie Black

[Leslie Ashryver PB]

Alessandra puso los ojos en blanco al ver a su primo vestido de ¿murciélago?, ahora entendía porque no había acompañado a Kaoei en un principio.

 

-Hola Aries- saludo al Black Lestrange al ver que se acercaba al vientre de la morena - oye!- se quejó.

 

Bueno el Atrio no era muy bonito pero no tenía que traumar al pobre niño no nato, más cuando pasen las fiestas y la decoración sea retirada. Observó divertida la escena de sus primos para al final decidir salir a la pista a bailar.

 

-Claro yo seguiré por acá- les aviso.

 

para su suerte al cabo de un rato aparecio su abuela, Cye, la bruja estaba con una copa en la mano. Alessandra sonrió con cariño a la bruja.

 

-Hola abuela- saludo sentándose cómoda en la silla -por ahora todo tranquilo- le dijo observando a su alrededor a los guardias de seguridad que había un par bailando y el otro a los alrededores.

 

-y tú? Vienes a divertirte?- le preguntó haciendo un movimiento con la mano para que tomará asiento.

 

A lo lejos observo a sus primos que se acercaron a la mesa de comida, ella después le pediría a un elfo que les trajera algo de comer.

 

 

@

[Lucrezia Di Medici]

@ CAPTURADA

 

Morsmordre

[Ela Karoline]

Las orbes celestes de la Nigromante recorrían todo el atrio que en aquella oportunidad daba la impresión de un gran salón, o más bien un teatro dispuesto para la opera Halloweenesca, aunque en vez de palcos habian mesas. Fue entonces que noto la presencia de aquellos hombres que vestían iguales, como si fueran gemelos, pensó al principio, pero luego vio a más de dos, ladeo la cabeza preguntándose de donde habian salido y cual seria su misión en aquella ocasión.

 

--Estas preciosa-- le aseguro a la organizadora de la velada, al notar su atuendo y la forma en que se había arreglado, se llevo la copa por primera vez a los labios y le dio una probada al ambarino líquido dulzon, no es que lo necesitara, pero la distraia de aquel remolino nervioso que sentía en su estómago.

 

--Bueno supongo que ese es uno de mis objetivos esta noche, divertirme- dejo saber con una media sonrisa --Aunque también queria probar que se sentía volver a la vida social, ya sabes...--

 

La bruja lo decía porque ya casi parecía una ermitaña, aislada de todo y de todos, por su propio bien y por el de su familia debia seguir adelante. --Y tu? Donde esta tu esposa?-- pregunto con genuina curiosidad, porque recordaba que eran inseparables y que sus miradas destilaban puro amor, aunque @ y Kam ya llevaban tiempo casadas.

 

Expecto Patronum

[Leslie Ashryver PB]

Alessandra se ruborizó ante alago de su abuela, era una fiesta de disfraces al estilo gótico victoriano y había sido el vestido más liviano que había visto cuando fue a comprarlo y menos repititivo que las faldas llenas de bolados y corse que las mujeres llevaban.

 

-Gracias, tu tambien muy guapa- alabó después de ver de reojo lo que llevaba puesto la Lockhart.

 

La noche pasaba sin inconveniente como le había asegurado a Holmes y hasta cierto punto se sintió frustrada con el mago, deseo decirle en la cara que nada estaba pasando salvo una simple fiesta como ella lo aseguraba y claro los guardias contratados por ella hacían su trabajo limpiamente.

 

Alessandra le sonrió a su abuela con dulzura, era cosa fácil lo que estaba viviendo, y nadie entendía hasta que se vivía en carne propia y se notaba que la rubia realmente se estaba forzando en volver y no quedarse con los recuerdos atormentandola todo el tiempo del Tonks.

 

-Kam en casa- sonrió al recordar a su esposa -los quintillizos la tienen de un humor de perros que no ha querido salir- le explicó poniéndose de pié.

 

-Quieres bailar?- le preguntó a la Lockhart tendiendole su mano.

 

No quería que su charla se llenará de sílencios incómodos, su abuela había ido para divertirse y salvó el baile a la fuerza de aquél mago desagradable esperaba disfrutar de una mejor compañía el resto de la noche ya que incluso sus primos se la pasaban bien con el pequeño embarazo de Kao.

[Ky.]

Capturada Memi Alessandra

morsmordre

[Tauro M.]

--¿Un museo? Eso sí que suena interesante. Al parecer muchas personas están volviendo, creo que es algo de la época que nos pone un poco melancólicos --le respondió. Ella ya llevaba tiempo rondando por allí, más del esperado, pero desde su regreso se había reencontrado con su familia, conocido nuevas personas, incluso había vierto un nuevo negocio con la persona que menos soportaba en el mundo y tenía más planes que la harían querer permanecer más tiempo allí.

 

--¿Comida? --se quedó pensativa --¡Ah sí! Tienen mucha de ese lado --dijo señalando con la mano, dándose cuenta de que a ella también le estaba dando un poco de hambre --Si quieres te acompaño --era también la excusa perfecta para pensar un poco sobre lo que le acababa de contar a Oliver, además de que el mago también se había quedado en silencio. Seguramente se sentía igual que ella, no sabían cómo reaccionar ante la situación y no era el lugar ni el momento para continuar con aquella conversación --¿Deseas que te traiga algo? --le preguntó --Está bien, te traeré algo que se vea rico.

 

Junto con Fengari caminó hacia la mesa estilo bufet que había sido instalada y para ella tomó un par de postres que se veían deliciosos. Lo puso todo sobre una bandeja, al menos su parte de la comida y la de Oliver, y algo para Fengari también y en caso tal de que quisiera llevar algo más, le ofreció una segunda bandeja.

 

--¿Donde estás viviendo ahora? --le preguntó para hacer conversación.

 

@

[Fengari M.]

—Sí, estuve en muchos museos también mientras vivía en Francia, el Louvre era mi favorito —confesé asintiendo a lo que la Lavigne decía— También lo he notado, al principio me sentí un poco perdida, porque algunos amigos ya no estaban aquí, pero luego noté que habían otros que acababan de volver…

 

Pensé en eso durante unos segundos sintiéndome algo más hambrienta. Extrañaba a mis amigos, pero era totalmente consciente que muchos habían crecido y con eso encontrado su lugar, si no era en Londres, en otros lugares donde se sintieran en casa. Imaginé a algunos trabajando en la comunidad muggles, quizás con familia, incluso con hijos y la sola idea de eso me provocó una sonrisa en el rostro de puro orgullo. Antes de centrarme en el arte, pasé por un periodo oscuro, donde no tenía idea alguna hacer «Aun no estoy segura de ello» pensé sonriendo para mí.

 

Centré la mirada nuevamente en la peliazul, por aviso de mi estómago ante la mención de la comida. Asentí mordiéndome los labios—. Claro, en realidad estoy muerta de cansancio, y de hambre— admití caminando con Tauro hacia el buffet. Tomé la bandeja que me ofreció y me debatí sobre que llevar…

 

—estoy viviendo en un viejo negocio que tenía, está cerrado y aun me debato en reabrirlo, mientras busco donde instalarme —dije sin pensarlo— es decir, podría ir a casa de mi madre, pero, no he arreglado algunos asuntos con ella, y… ella ya no está aquí. Así que, no lo sé, no quisiera hacer eso aun —confesé mordiéndome el labio inferior.

 

Revisando la mesa tomé un par de yogures, algunas frutas rojas y acidas, y varios postrecitos pequeños, entre trufas y galletas de chocolates, estaba complacida con la elección, pero noté que había tomado solo dulces, mordiendo una sonrisa, busqué una ensalada para poner también en la bandeja, «será lo último que coma de esta bandeja, probablemente» pensé sonriendo para mí. No era un secreto que solo comía dulces, pero era muy pronto para mostrarle la imagen de la niña azucarada a la Lavigne.

 

 

@

[Tauro M.]

Tauro escuchó que Fengari vivía en uno de sus negocios y se vio reflejada en ella, no por una situación actual, sino que sabía exactamente cómo se sentía el no pertenecer a ningún lugar, no tener una familia con la cual regresar y sobre todo no saber cómo comenzar, así que un negocio siempre parecía una excelente idea, ella misma lo había hecho cientos de veces y no había funcionado. No, al final comprendió que se necesita al menos una persona que se preocupe genuinamente por ti, que el deseo de querer que le importes a alguien no te hace necesariamente débil porque a veces es solo necesitas a alguien que te de ese empujón que te permita arrancar de nuevo. Le dirigió una mirada suave, sintió cierto deseo de querer hacer algo por ella, como si algo las conectara aunque no entendía el qué.

 

--Sé de asuntos difíciles con las madres, yo misma estoy tratando de solucionar mis problemas con la mía --. Tauro no era del tipo de persona que le gustara hablar de sus sentimientos, mucho menos cuando estos involucraban a su madre, pero algo la impulsó a hacerlo --No es fácil, especialmente cuando hay mucho rencor de por medio, pero estoy aprendiendo a aceptar las cosas, poco a poco. Eso sí, si la llegas a conocer jamás le digas esto que te acabo de decir, porque lo negaré todo --agregó con expresión seria, pero después sonrió. Al echar una mirada hacia la mesa notó que Oliver ya no estaba, sospechaba que se había marchado y quizás era mejor así.

 

--No sé si esto te parece muy apresurado, pero si quieres puedes venir a mi casa, allí tenemos habitaciones de sobra puedes permanecer el tiempo que desees en lo que solucionas las cosas. ¿Qué dices? --. Esperaba que la pregunta no le pareciera demasiado, realmente quería ayudarla así como hicieron con ella cuando lo necesitó. Observó que Fengari solo había puesto cosas dulces y reprimió una risita para no ponerla en evidencia, ella también habría tomado todos los dulces teniendo en cuenta que lo único saludable era una ensalada sin color que no llamaba para nada la atención.

 

Llegaron juntas a la mesa donde colocaron sus bandejas, la peli-azul tomó lo que había puesto para Oliver y lo empezó a comer.

 

--Mi problema con mi madre es que casi no estuvo ahí para mí, al menos no el tiempo suficiente. Suena algo tonto a estas alturas, lo sé, pero ya ves... ¿Qué pasó con la tuya?

 

@

[Ela Karoline]

@ se había sonrojado un poco ante las palabras anteriores de la Lockhart, pero es que era verdad, se veía muy bien, su figura no parecía tener memoria del tiempo ni de los embarazos pasados, algo de lo que muchas brujas no podian presumir a pesar de la magia.

 

--¡Wuao quintillizos! Eso si que es a lo grande-- expreso en tono de admiración, si uno era una experiencia hermosa y difícil no imaginaba como serían cinco al mismo tiempo --Kamra si que es valiente-- afirmo la rubia pensando en la peliblanca que se había quedado en casa.

 

Luego vio como su nieta cambiaba de postura y la miro intrigada, cuando la mano de la Delacour se extendió hacia ella acompañada de la invitación verbal, las orbes celeste de Cye mostraban sorpresa, luego su natural deseo de divertirse la hicieron morderse el labio inferior preguntándose si seria muy osado atreverse a bailar en aquel primer regreso a lo social.

 

La mirada iba de la mano que esperba respuesta al rostro de Alessandra y luego a la pista de baile en que se había convertido parte del atrio. --Ummmmm-- acerco la punta de los dedos a la mano de su nieta pero no la toco, como si esta le fuera a picar, río nerviosa y por fin le dio la mano. --De acuerdo pero no me hago responsable de los pisotones-- bromeo la bruja, pues le gustaba mucho bailar.