San Mungo - Laboratorio de Investigaciones

[Emmet Haughton Gaunt]

 

Tocaban las clases de noviembre y el vampiro se preparaba para ello. No le tocaba dictar Herbología pero, Pociones y Primeros Auxilios estaban muy relacionadas con el estudio de las plantas y sus propiedades.

 

Había apartado, para el día de hoy, el laboratorio que se había inaugurado en San Mungo. Emmet lo visitó varias veces para avanzar en sus estudios de los nuevos usos de la Mandrágora y era un lugar perfecto para llevar a cabo la clase de hoy. Había encargado que se lo equiparan con dos calderos y una camilla de metal porque le serían de utilidad cuando sus alumnos llegasen.

 

Cruzó la calle, con su túnica flameando por el viento que se había levantado y lo acompañaba. Llegó al vestíbulo de San Mungo, saludó a la mujer regordeta de la sala de recepción, le avisó que tres alumnos pasarían al laboratorio a tomar una clase y siguió su camino.

 

La mañana estaba fría y lluviosa. Era el día ideal para el vampiro lo que lo ponía de buen humor.

 

Entró al laboratorio, abrió las ventanas con su varita y las abrió un poco para que el olor a lluvia se colara por el pequeño espacio que quedaba. El lugar era espacioso y conservaba la calidez con la que contaba a pesar de ser un hospital. Toda una pared estaba ocupada por estanterías con frascos, de diversos tamaños y con contenidos distintos, libros y demás materiales de trabajo. En el punto contrario, estaban las mesas de trabajo y allí los dos calderos que había solicitado para la clase. Y, en el medio del salón, la camilla que necesitaba para la atención de los pacientes.

 

Solo quedaba que los alumnos llegaran. Las cartas habían sido enviadas con la hora de la reunión. Ya casi eran las nueve de la mañana por lo que no tenían que tardar en llegar.

[Juliens]

Capturado Emmet Haughton Gaunt

 

Expecto Patronum

[Helike R V PB]

Casi me olvido de pasarme por aquí! maldita gala xDDDD

 

On:

 

Bueno, en ésta ocasión esperaba no fallar tanto como de la última vez. Auque era bien cierto que me llamó la atención. No por el profesor, sino por el lugar escogido. Aunque en cierta medida, tenía su lógica. Evidentemente no nos iban a enseñar primeros auxilios en la selva. Así que, en parte estaba bien, básicamente, por si las cosas se ponían feas... Y eso que, últimamente, lo estaban demasiado.

 

Me alegré de quién me iba a dar clase. La última vez, había sido herbología y de eso unos cuántos meses, pero había aprendido con él y estaba segura de que, seguiría aprendiendo un montón de cosas con ese vampiro. Aunque se me hacía raro que estuviese en un lugar en dónde se realizasen curas. Básicamente, por la sangre. Había que tener mucho aguante para estar en un sitio así y no hincarle el diente (?) a una bolsa de transfusiones.

 

Era una mañana plomiza. Las nubes lo cubrían todo, por momentos caía lluvia torrencial y por otras, llovizna que molestaba a la hora de caminar. En la mansión Potter Black era demasiado temprano. Después del nacimiento de la niña, aunque por supuesto, seguia ocupándome de ella, no dejaba de observar la esfera celeste. Aunque tuve que dejarlo por imposible, en esas condiciones era imposible mirar algo con esas condiciones meteorológicas.

 

Pasaban las siete de la mañana, así que, me apresuré un poco dándome un baño. Al menos el día anterior, Galadriel, había seleccionado la ropa con la que iría a estudiar nuevamente. Tomé el morral de cuero y comprobé que llevase plumas, tinta, pergaminos... Pero esperaba que, en la Clínica Santos Mangos, todo lo aprendido allá me fuera de utilidad.

 

Lo último que quería era llegar tarde así que, secándome con la varita, me puse unos tejanos, botas de piel de dragón, camiseta y una cazadora de cuero negra. El morral lo coloqué en el bolsillo interior y despidiéndome de mi familia con una nota, de un pequeño salto, aterricé con delicadeza en la mullida y mojada hierba de los jardines de la mansión. Con un giro más de mis pies (y gracias a que era mujer del patriarca) me desaparecí para reaparecer en una calle aledaña a S. Mungo.

 

Al menos había tenido suerte y apenas había gente por la calle y eso que, era horario laboral. Guardé la varita en el bolsillo trasero del pantalón y fui caminando, apresuradamente. Lo último que querría era llegar tarde y dar mala impresión. Esquivé unos cuántos pitidos de algún que otro coche al cruzar la calle y me encaminé hasta el hospital mágico. Crucé unas breves palabras con la recepcionista y me indicó el lugar de la clase...

 

A pesar de traspasar la pared fría del cristal el olor a pociones, medicación específica y alcohol, llegaban a mis fosas nasales. No supe porqué pero se me revolvió el estómago y eso que estaba más que acostumbrada a ello. Trabajaba como enfermera en el Callejón Diagón. Apresuré los pasos porque, al ver el reloj en una de las paredes me faltaban diez minutos para llegar...

 

Tuve que serenarme un poco, pero cuando conseguí llegar, llamé a la puerta con tres toques de mis nudillos y me adentré al interior...

 

- ¡Hola profesor! - dije con una sonrisa - menuda mañanita para empezar las clases, ¿verdad? - negué con la cabeza- espero que el día no sea muy accidentado, la verdad, me gustaría tener un día tranquilo - dije con una risilla...

 

@@Emmet Haughton Gaunt

 

Always

[Zoella Triviani]

Me encontraba terminando de guardar las pociones dentro de un pequeño bolso cuando recordé que debía llevar mi varita. Me acerqué hasta la estantería y rebusqué entre las diferentes repisas. Hasta que la encontré guardando la pagina de un libro de historia antigua. Tomé una media y la extendí entre las paginas para nuevamente guardarla. Malario me observó anhelante desde la cama, llevaba meses pidiendo que le entregara una media con el fin de ser liberado pero me negaba rotundamente a dejarle ir.

 

- Malario, me voy. Tengo clases en unos minutos. Anda a golpear Chucks - Le dije, para tomar mi bolso y transportarme hasta la entrada de San Mungo. Las pequeñas gotas comenzaron a caer sobre mi calva, sonreí viendo al cielo y me adentré hasta donde me indicaba la carta. El olor a limpio y medicamentos lleno mi sistema y quise escaparme para tomar alguna de las drogas que le administraban a los enfermos.

 

Los nervios florecieron cuando vi la prominente figura de mi Jefe, Emmet, quien esperaba no estuviera enojado por los sucesos de hace semanas en el Santuario, llevaba días esquivándolo a toda costa, atendiendo aquello que normalmente no hago y tomándome días de descanso para no cruzarle.

 

Pero ya era el momento, debía verle si no deseaba perder la clase - Buenos días - Saludé, manteniendo la vista baja y cruzando hasta quedar sentada sobre la camilla.

 

Morsmordre.

[Matthew Black Triviani]

Una pequeña y débil brisa paso por el rostro de Matthew, una mañana fría y con la lluvia que caracterizaba a Londres presente.

 

Con una floritura de su varita, cambio completamente su atuendo a algo mas cómodo y acorde con la clase que se había inscrito en aquella oportunidad, un delantal blanco (el que saco de su manicomio) y un estetoscopio colgado al rededor de su cuello, para ahorcar al profesor de ser necesario. (?) Y del castillo desapareció a donde la carta le indicaba.

Apareció en un pasillo de San Mungo, y frente a él una puerta que indicaba ser un laboratorio, levanto su diestra y la empujo para adentrarse a ella, ahí, estaban sus colegas y su director... El gitano se sorprendió un poco al ver que Emmet seria quien impartiría la clase, tenia mucho tiempo sin saber sobre él, hasta creyó que estaba secuestrado y abandonado en algún lugar desértico...

Hola... saludo Disculpen la tardanza, tuve algunos imprevistos antes de llegar hasta aquí. añadió mirando a todos y ubicándose en una banca frente a un estante de plantas.

[Helike R V PB]

No había terminado de acomodarme cuando apareció más gente. Al menos me consolaba en que no iba a ser una clase solitaria y eso me gustaba. Llegó una chica a la que no conocía...

 

- Buenos días - le dije con una sonrisa.

 

- Hola - me quedé al muchacho que había entrado al laboratorio. Me sonaba su cara. Pero recordando las últimas compras, recordé que me había atendido en el Concilio de Mercaderes...

 

El profesor todavía estaba en silencio, imaginaba que, quizás llegasen más alumnos, pero la verdad, tenía ganas de aprender a lo que tuviera que enseñarme. O bueno, quizás desenvolverme algo mejor en lo que ya sabía. Pero así al menos, obtendría un título oficial y no me tacharían de farsante y eso, sí que no me gustaba nada...

 

Por los objetos que había encima de una mesa, pude ver que había utensilios de pociones. Quizás fuese una clase compartida. Aunque el chico del concilio venía vestido con una bata y a lo mejor era que asistía a mi propia clase.

 

- ¿Hacía falta traer una bata, profesor? -pregunté en un tono bajo -aunque en la Clínica, todos usamos uniformes... los sanadores son los que las usan - comenté, en un tono confundido- allá soy enfermera -aclaré con una sonrisa...

 

always

[Emmet Haughton Gaunt]

Miró el reloj. Las agujas se habían posado en las nueve en punto cuando sus alumnos ya había arribado a clases. Dos de ellos trabajaban en el Concilio, mientras que la otra chica ya era conocida por el vampiro porque se la había cruzado en varios lugares dentro del mundo mágico.

 

Miró la vestimenta del masculino y no pudo evitar reír.

 

- Triviani, Halloween ya pasó.

 

Bromeó.

 

Se colocó detrás de la camilla de metal.

 

- Bienvenidos a Pociones y Primeros Auxilios. Creo que ya nos conocemos por lo que evitaremos los largos preámbulos de presentación y empezaremos con la clase directamente.

 

Miró a los dos chicos que venían por primeros auxilios. Era la primera vez que le tocaba impartir ese conocimiento por lo que debía recordar el esquema que había armado para no dar ningún paso en falso.

 

- Matt y Heliké. me gustaría saber qué piensan que es lo primero a tener en cuenta o identificar cuando estamos frente a una persona herida, sin tener en cuenta la gravedad del accidente ... por ahora.

 

Cuando soltó la pregunta, dejó que los chicos pensaran mientras iba con la otra chica que se había anotado para pociones.

 

- Zoe, ¿cuál es la propiedad principal del Filtro de Paz?

 

Cuando hubo terminado de dar las indicaciones se puso a explicar las reglas básicas del curso.

 

- Cada uno cursará el conocimiento de manera individual, pero en la prueba final, tendrán que trabajar como equipo para atender una emergencia real. Si la persona muere, fracasarán el curso. Caso contrario, aprobarán con la máxima clasificación - los miró a los tres - Tomen nota de cada aspecto porque, cuando llegue el momento, yo no estaré ahí para guiarlos.

 

Morsmordre

Editado 4 de Noviembre del 2019 por Emmet Haughton Gaunt

[Zoella Triviani]

Segundos luego de que me adentré a la sala, apareció Matthew vestido con una bata. Emmet por su parte e soltó un comentario respecto a Halloween para proseguir a iniciar su clase. Me sentí un tanto nerviosa, esperaba que el director del Concilio no aprovechara esta situación para torturarme por mi despiste en la inauguración del Santuario. Por suerte, mantenía al Nundu bien cuidado y aun tenía la responsabilidad de resguardarlo, y poco a poco la confianza con el animal iba creciendo conforme él maduraba como criatura. Aunque aún o poseía el poder mágico para controlarlo, esperaba algún día poder ser dueña de él, antes de que cualquier otro logre comprarlo.

 

Las palabras del Gaunt me hicieron regresar a la clase y olvidar mis pensamientos. Le realizó una pregunta al otro par de estudiantes antes de dirigirse a mi. Luego de ello, explicó la metodología que utilizaría para evaluarnos y por consiguiente las consecuencias de que dejáramos morir a quien nos tocara atender de emergencia. Por mi parte, me bajé de la camilla y me acerqué al caldero, coloqué mi bolso sobre la mesa puesta a un lado y comencé a sacar las pociones que había comprado en el concilio y uno que otro ingrediente para crear los míos propios.

 

- El filtro de la paz tiene propiedades calmantes y relajantes. Normalmente usada para calmar la ansiedad que provoca alguna herida o situación de peligro. Aunque es una poción un tanto delicada, ya que puede inducir al sueño eterno - comenté, recordando lo que había leído de aquella poción en los libros del concilio.

 

Mosmordre.

[Matthew Black Triviani]

Espero me dejen abrir algún cadáver o sacarle un poco de sangre a un ser vivo al menos sonrió al imaginar todo lo que podría aprender sobre el cuerpo de un ser vivo al abrirlo como si fuera una autopsia.

Él era demasiado adepto para tratar con seres sin vida dentro de las mazmorras del castillo y el sanatorio, no por nada se encargaba de los trabajos sucios con cuerpos mal olientes dentro de aquel manicomio mágico y laboratorio extraño, debajo. Diversas botellitas de varios tamaños y plantas tintinearon al ser rozadas por la yema de los dedos del gitano, sintiendo la toxicidad que emanaba de cada una de ellas.

En mis tiempos libres me gusta jugar al doctor regalo una sonrisa cómplice dejando su estetoscopio sobre la mesa Creo que debemos examinar varias cosas para determinar la gravedad de una persona herida, pero en este caso, como darnos cuenta de ello... levanto su diestra llevando su dedo indice al mentón haciendo una mueca pensativa mientras lo frotaba.

 

Sinceramente no tenia idea como identificar a una persona herida a simple vista -después de todo, estaba ahí para aprenderlo- tal vez, un rastro de sangre, algún quejido o señales de mal estar por lo sucedido y eso podría determinar si se encontraba herido o no. Quería acotar, que él solo ha visto personas heridas por su varita, o muertas por la misma. Esbozo una lóbrega sonrisa en sus labios; ¿Podríamos ver un rastro de sangre sobre su ropaje? inquirió en modo de respuesta ¿Heliké? menciono, esperando que su compañera, ahora de clase lo ayudara... ¿Como sabia su nombre? él sabia todo, gracias a su puesto dentro del Concilio de Mercaderes tenia acceso a información confidencial -registros y direcciones- de los clientes frecuentes, y ella, era uno.

 

 

 

@@Emmet Haughton Gaunt @

 

 

Always

[Helike R V PB]

Reí por lo bajo al escuchar el comentario de Emmet, la verdad es que a mí también me hacía gracia verlo vestido en esa guisa y no como una persona que trabajaba en el Concilio. Sí, su cara me era familiar aunque desconocía cuál era su apellido. Pero enseguida recordé lo que había dicho el profesor, sobre la vestimenta del vendedor del concilio de Mercaderes. Asentí levemente al comentario de las presentaciones, a la hora de la verdad, de atender una urgencia sobraban las trivialidades cómo esa.

 

Aguardé unos instantes antes de que hablara el muchacho. Levanté una ceja y divertida, le contesté.

 

- ¿No va muy deprisa? Primero tiene que aprender lo fundamental - le dije amablemente.

 

El hombre se dirigió a mí y levanté una ceja. En un tono un poco sombrío...

 

- Señora Blackner, si no le importa (xDD) - estaba familiarizada con las costumbres británicas a la hora de casarse y tomar esposo, pero por supuesto, no es que las acatara a primeras de cambio. Siempre que me presentaba, lo hacía con mi apellido familiar de origen paterno (consultar ficha por las dudas). Suspiré. Yo también tenía ganas de hacer una clase práctica, pero primero era que nos enseñara los aspectos más habituales. Aunque para no fallar a mi profesión ni a mis compañeras de la clínica, sonreí ahora más abiertamente... Pareciera mentira en una vampira, pero estaba más que acostumbrada a esas cosas.

 

- Vale, ese es un aspecto importante sí, pero no sólo eso, es evaluar si el mago o bruja está consciente, eso lo primero. Por supuesto, si no está hechizado con una maldición o encantamiento que le impida hablar, entonces realizaríamos el contrahechizo. Si aún así no responde a nuestras señales, comprobaríamos el pulso. Eso puede indicarnos muchas cosas. Además de mirarle las pupilas. Éstas reaccionan a la luz y también nos puede indicar si hay daños en el cerebro. Si es así, en mi caso, el sanador, nos indicaría qué pociones o brebajes darle, si fuese por una hinchazón mágica o un golpe, si hubiese perdido mucha sangre, darle una poción rehabastecedora conjuntamente con un suero para restablecer sus condiciones físicas, lo primero, y si es por supuesto urgente, una evaluación más a fondo. El suero sería para hidratarlo en caso de que viniera bastante mal -me quedé un momento pensativa- si es por roturas de huesos, bastaría que pasara en el lugar unas veinticuatro horas con una poción de crecehuesos. Eso, sino tiene más daños internos que a simple vista... Creo que no me falta nada...

 

Susurré al terminar. La verdad es que me había extendido un poco con la explicación...

 

- Y si son heridas abiertas no provocadas por algún tipo de conjuro, venenos no cicatrizantes, u otra causa, bastaría simplemente con unos pequeños puntos con hilo mágico para cerrar la herida y lo vendaríamos con un apósito...

 

No sé cómo se quedarían los presentes. Seguro que alguno de más sorprendido. Aunque miré con ansia al profesor para ver si estaba en lo correcto. Muchas veces las cosas eran más sencillas de lo que parecía a simple vista. Pero también era verdad, que había dado mi propia visión de trabajo de la clínica.

 

- ¿Está bien lo que dije? -comenté en un tono más bajo y esperé pacientemente a que alguien más hablara.

 

always (maldita protección xDD)

 

@ @@Emmet Haughton Gaunt

Editado 6 de Noviembre del 2019 por Helike Rambaldi Vladimir