La misión

[Hades Ragnarok]

Aquello había salido mal, muy mal. Había fallado en su primer intento de eliminar al turco y eso era imperdonable, ya que, se suponía que él era uno de los Hassassin más rápidos y letales. Su nombre código, aquel que se manejaba en los bajos fondos se convirtió en sinónimo de muerte en casi todos los países de la tierra y él había fallado.

 

¿Qué hacia la Macnair con aquel hombre?, ¿Qué relación tenían?, ¿él la estaría utilizando o seria al revés?, ¿tendrían algún tipo de amorío?, ¿sería su pareja?, tras cada una de aquellas preguntas que cruzaban por la cabeza del vampiro su molestia iba acrecentándose. Podía sentir como su ira iba acumulándose en el centro de su pecho y aquello no era nada bueno para aquellos que estuvieran cerca del vampiro. No podía creer que después de tantos años, todo lo que había pasado desde el momento que tanto Cissy como él habían dejado de hablar y aquella especie de “ruptura” que habían tenido él podía sentirse aun celoso.

 

Intento quitarse aquellos pensamientos de la cabeza mientras abordaba el avión rumbo a Italia. Debía viajar hasta Roma donde según tenía entendido el turco y su comitiva atendería algunos negocios. Claro estaba, el cainita aprovecharía la oportunidad también de buscar algunos ingredientes necesarios para la fabricación de pociones, por lo que podría entonces matar dos pájaros de un solo tiro o quizás tres, aun no se quitaba a la Macnair de su cabeza.

***************

 

Había pasado todo el viaje pensando innumerables cosas que podría hacer estado haciendo la ex vampiresa con aquel hombre, tanto así que el Ragnarok tenía los labios agrietados de tanto que se había mordico con sus propios colmillos. Su ponzoña aquella vez le sabia mal, no la estaba disfrutando, solo porque la ira iba aumentando. Si en verdad Cissy estaba con el turco o había estado con alguno más, estaba seguro de una cosa, no podría soportarlo y aquella guerra mágica que se estaba llevando a cabo parecería un juego de niños ya que les daría cacería a cada uno de aquellos que pudieron haberse acercado a ella y los mataría lenta y dolorosamente.

 

-<<Vultus remittatur. Vox lenior sit. Gradus lentior. Paulatim cum exterioribus interiora formantur>> -pensó para si mismo. Debía calmarse.

 

@

[Cissy Macnair]

Sybilla Macnair (aclaro porque en realidad estoy roleando con mi pj secundario XD la ex vampiresa, madre de Sean y mejor amiga de Sagitas (?)

 

 

Habían llegado al hotel pasadas las doce del mediodía debido al tráfico que había en aquello hora en la ciudad de Hamburgo y la suite ya estaba lista, pero antes de dejar pasar a su hijo-anciano, Cissy registró el lugar con magia para asegurarse de que todo estuviera bien. Cada segundo que pasaba se preguntaba cuánto tardaría el chino en hacer su siguiente movimiento y la incertidumbre la mataba por dentro. Una vez que se aseguró que todo estaba en orden, Aslan entró en su habitación y con su ayuda, se recostó a descansar. Ya no era joven, los viajes largos hacían mella en su cuerpo maltratado por el tiempo y la operación reciente; las reuniones eran igual de extenuantes aunque fueran cortas.

 

Cissy se retiró, dejando hechizos protectores dentro de la recámara del anciano y luego se dirigió a los guardaespaldas, a quienes organizó para custodiar la habitación a toda hora, procurando guardias que no fueran largas para que ninguno se quedara dormido en el trabajo. Ella personalmente iba a estar despierta el tiempo necesario para asegurarse de que todo estuviera bien.

 

****

 

Veinticuatro horas más tarde tomaron un avión rumbo a Italia, donde sería la siguiente reunión de negocios con un inversionista menor pero importante para Yilmaz. Cissy aprovechó el viaje para enviarle un pergamino a Hades, a quien no había visto desde el Consenso Mágico en Bulgaria. Apenas terminó de escribir, el papel desapareció en una voluta de fuego y humo para reaparecer donde el vampiro estuviese.

 

"Estimado Ragnarok:

 

Tenía pensado en invitarte a una cita este fin de semana pero no estaré en Londres, así que quizás podríamos planear algo para la semana entrante. He tenido que viajar a Italia por negocios, un imprevisto por supuesto.

Llevo tiempo sin verte.

Espero saber de tí.

 

Tuya.

Cissy"

 

A pesar de saber que la carta difícilmente sería interceptada, Macnair temía que la información llegara a manos indeseadas, así que no le había dicho la ubicación exacta a Hades. Por supuesto, el mago tendría sus propios medios para dar con ella de ser necesario. Después de todo, luego de lo acontecido en El Consenso Mágico durante Navidad y la aventura en la montaña donde casi habían muerto por los Gigantes de Hielo, el vampiro le había dicho que siempre la iba a proteger, que nunca la iba a dejar. ¿Seguiría pensando así o sólo habría sido la adrenalina del momento y el miedo a morir? Habían mantenido una cita luego de aquello, claro... y la habían pasado genial... Pero eso había sido todo. ¿Sería todo? Cissy quería creer que no.

[Sagitas E. Potter Blue]

(jo, ya podía saberlo antes, que estuve buscando cómo unirme al rol y no sabía cómo meterme!! A ver si ahora me sale mejor)

 

El desayuno en la "Ojo Loco" se hacía eterno. Si por mí fuera, hubiera olvidado el trámite de la alimentación diurna y hubiera ido directamente al Concilio, aunque no sabía bien la hora de apertura de las oficinas del Mall. Las cosas me obligaron a retrasarme, sin embargo. Harpo me obligo literalmente (creo que me amenazó con atarme a la silla) a sentarme y tomar al menos un zumo de fruta recién exprimida. La conversación en la mesa giraba, ¡cómo no!, en torno a la boda de Sean y de Perenela. Mi estado de ánimo se iba haciendo cada vez más gris y gruñía cada vez que alguien me pasaba una factura de flores, estrados, sillas y mil detallitos para la maldita ceremonia.

 

El niño discutía por llevar los anillos de la pareja pero yo estaba súper segura que eso era un peligro si quería que los novios se casaran con ellos, así que tuve que ofrecerle otras alternativas. Harpo se empeñaba en ponerme un café y una pasta dulce delante de los documentos a firmar y del ejemplar de El Profeta con el que me gustaba amenizar, normalmente, ese momento del día. Hoy, sin embargo, estaba demasiado tensa para ello y para los pormenores de aquella boda que, si por mí fuera, acabaría en sepelio de cierto yerno, tal era mi necesidad de proteger a mi hija del muchacho. No me malinterprete nadie; Sean es bueno en lo suyo, por supuesto, aunque sea un contrabandista ratero donjuan y otros apelativos de dudoso halago. Pero mi hija, díscola, eso sí, era mía y ahora se casaba. Cualquiera de sus pretendientes era candidato al cadalso.

 

Estallé cuando me pusieron delante la lista de los invitados para que decidiera la posición en las mesas de convite. Agarré con fuerza el pergamino, que quedó arrugado en mi mano.

 

-- ¡Dejarme de boberías! ¡Tengo que averiguar dónde está Sybilla Macnair y porqué he soñado con ella! -- Mi grito y el ruido de la silla arrastrada al levantarme estrepitosamente apagó todo comentario en la mesa. Los ojos clavados en mí me hicieron sentir un poco culpable, sentimiento que desapareció cuando mis ojos se posaron en la disposición provisional de la mesa principal. El nombre de Sybil estaba allá escrito, como madre del novio.

 

Me senté de golpe y fruncí el ceño. Después chasqueé los dedos para que mi vuela-pluma verde apareciera y escribiera una nota a Sean. Por supuesto, nada de "Querido Sean" porque mi futuro-casi-puede yerno no se lo creería.

 

De: Sagitas Potter Blue

A: el que va a ser (aún no lo es) marido de Perenela.

Tema:

¡Eh, tú! ¿Sabes dónde si Sybilla Macnair está muerta?

SAGITAS

 

Iba a enviarlo así en busca de @@Sean -Ojo Loco- Linmer cuando me di cuenta que, a pesar de la brusquedad con la que me dirigía al muchacho, tal vez ahora era mejor ser un poco más discreta, así que lo taché y reescribí esa frase.

 

Tema:

¡Eh, tú! ¿Sabes dónde si Sybilla Macnair está muerta? Hola, Sean. Espero que estés disfrutando de tus últimos días de soltero, aunque no demasiado, que te vigilo. Te escribo porque necesitaría encontrar a tu madre Sybil, ya sabes, para ultimar detalles de la boda, y no estoy segura de dónde puede estar. ¿Puedes darme una pista de dónde encontrarla?

No te quiere,

SAGITAS

 

Sonreí. Este estilo sí era más el que él esperaría. La misiva le encontraría pero... ¿se dignaría contestarme? Necesitaba realmente saber que Sybilla estaba bien. Que estaba viva.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

En serio Sybilla es mi madre...y yo creyendo casi tres años que era Cissy... :blink: :blink:

 

En algun momento del pasado.

 

No me gustaba dejar mi excelente apariencia para tomar la del guardaespadas de Zhao Chen, pero habia trabajo que hacer. Ya Zhao se habia enterado de que los Yilmaz pujaban fuerte en lo de Industrias Hendrick S.A, de hecho por alguna razon sus intentos de bloquearlos..incluso ofreciendole mas regaliasa Hendricks, parecian destinados al fracaso. Y esa era la causa de estar en Estambul. Ya no era que le ayudase a "piraterar" y sabotear alguna de las transacciones comerciales de los turcos, sino que el nerviosismo y cierta histeria se habia apoderado del jefe de operacion que llevaba chocando con el muro turco demasiado y comenzaba junto a su jefe a ver factible el quitarse al viejo del medio. "Tal vez su hijo no fuese tan cerrado de miras" decian.

 

Por suerte mis fuentes de informacion, apoyadas con dinero procedente de Dinamarca, me daban la oportunidad de algo sutil. O sea el viejo Yilmaz tenia que someterse a una operacion y es bien sabido que en esos tramites medicos siempre esta presente el riesgo de peder la vida. Un riesgo que en apariencia tenia le encargo de potenciar. Asi que heme aqui en un “Kahvehane” tomando te con un enfermero en apuros. El clasico ludopata que acaba por arruinar una hermosa familia con dos hijos. Lo bueno es que habia sido "recientemente" trasladado a la misma sala donde estaria el objetivo...porque el enfermero titular....se habia indispuesto repentinamente. Claro..me habia asegurado de que nada de antecedentes penales ni otra cosa que activase las alarmas ante una investigacion a su persona.

 

-Aqui te dejo el producto.- dije mientras me reclinaba en el asiento y se lo extendia bajo el periodico. -Solo tendras que pasarlo via suero como medicamento para el dolor...o antibiotico potente. Tu decides.

 

Mire al desdichado que tomo el frasco para guardaro en el bolsillo. Convencerlo no habia sido facil, basicamente porque tenia un sentido de la moral algo elevado, tomo varias sesiones. la culminacion llego cuando anañe una carrera de caballo para que perdiese mas de lo que tenia; no tuvo otra que aceptar.

 

-Sobre el pago no te preocupes. Ya a tu nombre esta abierta una cuenta en Suiza con la mitad del deposito y tu familia pronto se ira a vacacionar alla. Termina el trabajo y te uniras a ellos. Y todos felices.

 

Hasta ahi la version oficial de mi trabajo. Ya que basicamente mi intension no era matar al viejo turco...no. De hecho lo que le habia dado era un poco de filtro de los muertos. Ahora solo faltaba extropear el plan. Y aunque no le habia dicho al enfermero quien lo contrataba si habia dejado en su memoria bien grabado para activarse ante tortura, el nombre de Jian Wang Kang, beneficios de desmemorizador. Llegado el momento alertaria a los guardaespaldas y atraparian al enfermero...puro daño colateral en los negocios. Claro, supongo que mi jefe seguiria mi sugerencia de no ser tan perspicaz y dado que se habia descubierto el pastel ir mas directo....o sea un sicario mas efectivo. Evidentemente los Yilmaz irian tambien en esa direccion. Ver a esos dos barcos chocar merecia la pena.

 

Actualidad.

 

Amaba mis puertas magicas. Eran atravesarlas y hacer negocios y regresar y estar en familia. Todo en un santiamen. Claro el problema radicaba en moverlas de locacion en locacion, pero para eso tenia mis madios. Por lo pronto me estaban sirviendo para mantenerme actualizado de la situacion del juego y mantener activa y fuerte la maldicion Imperius en el guardaespaldas. Con eso ya estaba hecho, mas que estaba pronto a casarme. Y hablando de esto ultimo una pergamino con alas de angelito llego revoloteando para posarse en mis pies. Al abrirlo logre delicidar la letra de especialista en medicina de mi suegri y sonrei solo para responderle.

 

"Estimada casi suegra:

 

Ni idea de donde este Sybilla. Pero dado que es un asunto de urgencia preguntare por ahi a ver si logro saber algo.

 

Tendre en cuenta para proximas bodas el desarrollar un localizador para madres.

 

Attentamente el cucurrucu de Perenela"

 

Habia trabajo por hacer. El principal, colarme en la Mansion Macnair sin que me viese nadie, y buscar pistas. quien sabe y tal vez algun elfo supiera algo. Un rato despues regresaba derrotado a la entrada de la "Ojo Loco", nada, nadie sabia nada. O sea, podria preguntar a la red del bajo mundo y tener informacion en un tiempo prudencialmente corto pero el asunto no lo ameritaba. Era simplemente la boda y quien sabe si lo de Sybilla requeria privacidad. Asi me persone ante Sagitas que me recibio.

 

-Nada suegri....casi diria que se la ha tragado la tierra. -dije tumbandome en un sofa ante las llamas crepitantes de la chimenea. -Pero ya aparecera..siempre lo hace.

 

Y ahi estaba yo presto a disfrutar del calor de la chimenea cuando el bolsillo interno de mi saco se abulto de momento. Si, la importancia de vincular el buzon muggle de mis negocios con el bolsillo del saco algo gastado que asi siempre llevaba. Evidentemente tenia correspondencia, asi pues saque la carta que habia recibido y que con una tinta escarlata y caracteres chinos anunciaba: "Nueva incorporacion al equipo de seguridad de los Yilmaz". Esto ya si eran negocios asi que me apresure a abrirlo y la foto que cayo en mi regazo mi sorprendio...

 

-Pero....si es ella..-dije palido como el sobre de la carta.

 

@@Sagitas Potter Blue

[Sagitas E. Potter Blue]

No me esperaba que Sean respondiera a mi misiva. Él y yo teníamos una relación algo especial entre el odio y el respeto que no incluía ser corteses por carta. Es por ello que abandoné (tras engullir dos pastas y tragar todo el zumo para evitar que mi elfo Harpo se enfadara conmigo) la mesa del almuerzo y me dispuse a ponerme ropa más discreta de la que llevaba encima para acudir al Concilio. No es que me importe mucho lo que piensen los demás de mis ropas llamativas pero hasta yo sé cuándo he de mantener un poco el respeto hacia los lugares más o menos oficiales.

 

No llegué a mi habitación. Apenas di dos pasos cuando recibí la respuesta de mi futuro yerno. Fue una sorpresa aunque mi rostro mudó a estupor y, enseguida, a furia mal contenida.

 

-- ¿Cucurrucu? ¡Será...! -- no dije en voz alta el insulto pues sabía que mi hijo Ithilion estaba cerca y hay vocablos que no debe escuchar aún.

 

Gruñendo, conseguí cumplir mi misión de vestirme y a punto de salir de casa, otra interrupción y de la misma persona. Le miré bien feo. Entraba y salía de aquella casa como si fuera suya. De acuerdo. Lo era, era el ya-casi-pero-aún-no marido de mi hija, aunque eso no bajó ni un poco el enfado que sentía. Supongo que estaba pasando por unos días de extrema tensión con tanta preparativo y la Visión de la noche (no, Sagitas, Visión no. Pesadilla) no me había animado nada.

 

-- ¿No tienes nada mejor que hacer que sentarse en el sofá, a la bartola?

 

Sí, hubiera podido seguir lanzando diatribas sobre su capacidad para mantener a mi hija cuando me interrumpió con algo muy importante: Información sobre Sybilla. O mejor dicho, la no información sobre ella.

 

-- Pues no voy a esperar a que ella aparezca. Me voy a buscarla al Concilio. Seguro que está allá tan tranquila y yo me estoy preocupando por nada.

 

Tercera interrupción, que no sé de dónde vino aunque sí sé qué hizo: mostrar una foto inesperada de la susodicha madre de Sean y amiga mía. Del resto, no me enteré mucho. No sé chino o lo que fueran aquellos trazos en color estridente pero sí noté el desconcierto de Sean al verla. Puedo ser una terrible payasa y parece que todo me lo tomo a broma pero no es cierto. Enseguida interpreté que aquello era malo así que tiré la chaqueta que agarraba en el puño sobre el respaldo de uno de las sillas y me acerqué a él. Tomé la foto y la acerqué a mis ojos como si quisiera encontrar una duda sobre el reconocimiento de la figura pero aquellos ojos no daban lugar a dudas: Sybilla parecía demasiado seria en ella.

 

-- Vale... Dime... ¿En qué lío os habéis metido? ¡Demonios! ¡Vas a casarte y seguro que ya tienen algún asuntillo que va a enturbiar la boda? ¿Te das cuenta de lo que puede significar para Perenela?

 

Y ahora lo que nunca me hubiera imaginado que diría a mi yerno, siempre ocupada yo en intentar matarlo:

 

-- ¿Cómo puedo ayudaros a salir del lío en el que estéis metidos? Porque estoy segura que eso no es una invitación a una fiesta.

[Hades Ragnarok]

No había podido dormir, aunque claro estaba, él no podía hacerlo. Solía encerrarse por horas o días en la biblioteca privada de su mansión, en su despacho de san mungo o en los laboratorios, tirarse en la cama, mirar al techo o voltearse para ver por el ventanal pero dormir no podía.

 

El vampiro mantenía en su mano aquella nota. La leyó varias veces aun poniendo en duda que fuera ella en realidad quien le había escrito aquella carta y que no fuera una trampa, aunque había algo mas, ¿Quién querría ponerle una trampa a un ser tan respetable para ambos bandos, para el ministerio y para la sociedad mágica?, quizás algún enemigo que se había ganado con el pasar de los años o que no quería que él estuviera por allí libremente.

 

Si bien él le había prometido que acudiría cuando le llamara o que la cuidaría siempre, la Macnair siempre había dejado en claro que sabia y podía cuidarse sola, aun así, después de todo lo sucedido en el gran consenso mágico en vísperas de navidad con aquellos dioses locos que habían aparecido, su aventura con los gigantes de hielo y por último, aquel intento de razonar con al reina de las nieves, bueno, la cosa entre ellos no era normal. Después habían salido antes de año nuevo y habían pasado una velada tranquila.

 

Sin pensarlo su mente viajo a aquellos instantes y no pudo evitar sonreír, sin embargo, después de aquel encuentro el vampiro no había vuelto a saber de ella, cada uno había tomado rumbos diferentes, hasta que él la vio con aquel hombre. Apretó los dientes y respiro. Observo por la ventana y dibujo una mueca. Tomo un pedazo de pergamino y escribió.

 

Querida Macnair:

 

Es bueno saber de ti, pensé que me habías abandonado por alguien más sexy.

 

Creo que estas de suerte, por casualidad me encuentro en el país atendiendo unos negocios para San Mungo. Podemos encontrarnos y tomar algo. Yo sabré encontrarte.

 

Hades.

 

 

El Ragnarok leyó aquellas líneas, no daba gran información, simplemente decía una mentira a medias, era cierto que estaba en el país, atendía unos asuntos para san mungo, pero también estaba allí por otra cosa, para eliminar al turco que justamente estaba con la Macnair, quizás, ella podría darle algún tipo de información sobre él, capaz, ni siquiera tocarían el tema. Eso, ya lo descubriría después.

 

Sonrió y observo él lugar, debajo no se movía ningún alma, aun era temprano, ahora solo tenía que pensar donde se podría encontrar con su amiga. Podría secuestrarla si, aunque dudaba que si hacia aquello la Macnair no el diera un buen golpe antes de darse cuenta de que era él.

 

@

[Cissy Macnair]

Sybilla Macnair

 

 

Aterrizaron unas horas más tarde en Roma y fueron directo al hotel donde se iban a quedar unos días mientras Aslan resolvía sus asuntos comerciales. Cissy estaba terriblemente preocupada por la salud del hombre ya que su avanzada edad le estaba pasando factura. La nota de Hades le había llegado momento antes de aterrizar y su corazón se había detenido pensando en las palabras escritas en el pergamino. Él iba a estar en Italia al mismo tiempo que ella... Si bien era cierto que los magos se trasladaban con más facilidad entre países, que estuvieran en el mismo sitio al mismo tiempo no le parecía casualidad, pero no quiso pensar demasiado en eso. ¿Qué otros motivos tenía el vampiro para ir allí? Le había mencionado en la cita que habían tenido que ahora se encargaba de otros asuntos menos legales... Quizá era eso.. Podría ser.

 

-¿En qué piensas?- le preguntó Aslan, acostado en su cama con los ojos cerrados, mientras Cissy hacía girar la varita entre sus dedos sentada en un sofá de un cuerpo junto al enorme ventanal de la suite.

 

-Pensé que estabas dormido- Cissy miró al anciano y sonrió-. No sabía que estabas observándome, sino me hubiera ido para dejarte descansar-.

 

-No te estaba observando, pero tu silencio es más profundo cuando piensas en algo que te preocupa que cuando piensas en otras cosas... Es como...

 

-...¿Si pudieras oírme pensar?- aventuró la mujer, dejando de hacer girar la varita para ponerse en pie-. Conozco la sensación- hizo una pausa prolongada en la que ninguno emitió sonido y por un momento Cissy creyó que se había dormido, pero entonces el hombre abrió los ojos y la observó detenidamente-. Deberías descansar- le dijo finalmente la bruja.

 

Aslan no sonrió, no negó. Sólo se quedó observándola largo y tendido. Cissy se puso en pie y se dispuso a salir cuando el anciano volvió a hablar:

 

-¿Quién es Hades?- preguntó.

 

Había un dejo inquisitivo en la voz, como una orden silenciosa implícita en las palabras que había utilizado. Cissy se giró para observarlo, con una mano en la manilla de la puerta de la habitación y el rostro lleno de una sorpresa muda.

 

-¿Cómo sabes...

 

-Habías desaparecido por tanto tiempo que cuando Yakir te encontró lo hice investigar todo lo que pudiera sobre tí. Quería saber si seguías siendo la misma persona que me había salvado la vida- habló pausado y con cansancio-. Yakir no estaba de acuerdo con que lo hiciera pero... Tenía miedo...

 

Sybilla miró fijo a su hijo adoptivo, al anciano sabio en el que se había convertido, al magnate de la tecnología en medio oriente. Entendió esas palabras aunque no supo cómo ni por qué, pero las entendió. No respondió, no había formulado ninguna pregunta.

 

-Supe que habías muerto. Que habías tenido un enfrentamiento con una bruja y ella te asesinó- los ojos de Cissy no mostraron sorpresa cuando él dijo eso-. Tengo contactos en todos lados, oídos y ojos que velan por los que más amo- eso sacudió el corazón de la bruja, que apretó ligeramente la manilla de la puerta-. Así que cuando me dijeron que te habían visto y Yakir mandó por tí, te investigué. No sé cómo regresaste... Pero lo hiciste.

 

Sybilla miró al suelo un momento y luego volvió a mirar a Aslan.

 

-¿Y cómo estás seguro de que yo soy yo?- quiso saber.

 

Aslan sonrió.

 

-Porque un niño reconoce a su madre siempre. Aunque cambia su rostro, su cabello, su voz... Un niño siempre reconoce el corazón que lo acogió, los brazos que lo acunaron y... Un niño siempre reconoce el olor- se tocó la punta de la nariz al decir aquello y sonrió.

 

Los ojos de la bruja se abrieron con sorpresa, con sorpresa real. Dejó de tocar la manilla de la puerta y se acercó a Aslan, sentándose a su lado en la cama y sosteniendo su mano. La mano de él estaba fría aunque no helada, probablemente producto de la edad. Cissy lo tapó mientras el anciano comenzaba a caer en un profundo sueño, con una ligera sonrisa en el rostro. Macnair se lo quedó mirando mientras la respiración del anciano se volvió profunda y tranquila.

 

<<El olor de una madre>> nunca nadie se lo había dicho, ni siquiera se le ocurrió. Ella era metamorfomaga, podía cambiar todo en ella, desde la punta de un pelo hasta la uña del pie... Pero, acaso, ¿sería el olor lo único que no podían cambiar? Jamás se le había ocurrido que cada uno tuviera un olor propio. Bueno, lo sabía, pero no en el sentido de la magia. ¿Tendría algo que ver con la magia o sólo con lo fisiológico? ¿Y cómo era que Aslan podía "olerla"? Había todo un mar de preguntas que habían comenzado a surgir en su mente cuando al fin abandonó la habitación y se dirigió al escritorio.

 

"Cuándo?"

 

Eso fue lo único que escribió en su misiva a Hades. ¿Cuándo podrían verse? Tenía que contarle algo importante...

[Hades Ragnarok]

Sonrió al ver aquella nota con una simple palabra. Parecía que la ex vampiresa tenia las mismas ganas de ver al vampiro como las que tenia él, por lo que, rápidamente escribió una respuesta a su pregunta.

 

Esta noche, donde el océano se encuentra con los caballos, allí te estaré esperando…

 

 

Esperaba que la Macnair entendiera aquel mensaje ya que claramente estaba haciendo alusión a la estatua de Océano domando a los hipocampos que se encontraba en una de las fuentes más hermosas de todo el mundo. Sin embargo, lo había hecho de aquella forma por si la nota era interceptada por alguien más.

 

*****************

 

Había escogido el sitio quizás porque era uno de sus favoritos, quizás porque deseaba pedir un deseo. El vampiro observaba como caía la moneda que había lanzado en aquella fuente y pedía su deseo. La esplendorosa Fuente de Trevi se alzaba a unos centímetros de donde estaba. Había citado a Cissy allí, en la noche sabiendo que no habría mucha gente, ya los turistas se habrían retirado a comer algo o a descansar, si bien roma se podría decir que no dormía mucho, parecía que el destino quisiera que justo aquel momento la capital italiana fura la ciudad que nunca duerme.

 

El cainita sabía que había un buen café y hasta un restaurant cerca donde podrían comer algo y hablar sin que nadie les molestara. Llevaba si cabello corto y desordenado, no había hecho ningún cambio en su persona, era simplemente él esperando a su “amiga” y estaba ansioso de verla.

 

@

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Hasta ahora habia tenido negocios fructiferos con Cissy en el ambito comercial que manejaba el Concilio de Mercaderes, aun asi siempre habiamos respetado el espacio del otro en cuanto a esas actividades se referia. Cada uno apoyaba al otro pero nada mas. Y justo ahora tenia en medio del fuego cruzado a mi madre adoptiva. No me gustaba llamarle asi porque la consideraba muy atractiva para ese mote y dado que ya comenzaba a parecer mas viejo que ella...pero eso no quitaba que lo fuera y que tuviese un gran sentimiento de afecto por ella, al ser la unica que vio en mi algo como para adoptarme. Estaba palido si, pero las palabras de Sagitas no me ayudaban mucho. Evidentemente queria ayudar pero entre sus frases, principalmente en aquella en que se referia a estar ella mas tranquila una vez viese a Cissy, me dio por pensar que se trataba mas de la rubia que de la boda en si. Resp[ire profundo ordenando mis ideas para responderle a la pelivioleta solo informacion que no revelase nada esta vez tendria que confiar en mi.

 

-Calmate Sagi....que este asunto no tiene que ver directamente con la boda -dije recuperando la compostura, justo en el momento que ofrecia la mano de ayuda algo que acepte inmediatamente- Ya que te ofreces lo primero es encontrar a Cissy, ahora mismo esta en medio de cosas muy peligrosas.

 

La ultima informacion que habia recibido de los magnates del lejano oriente, era que habian contratado a un asesino mas eficaz para el trabajo. Al llegarme el dossier y ver lo que habia en el, pude reconocer que era la decision acertada. Al parecer no era el unico mago que gustaba de jugar con los destinos de los muggles, de una forma tan provocativa. Supuse que ya todo estaria encausado y me podria dedicar a lo de la boda pero me equivocaba. Hades(por la foto me parecio haberlo visto en algun momento de la navidad) finiquitaba al viejo Yilmaz, el hijo de este tomaba represalias....muchos morian...mi mecenas se encargaba de bajar el precio de las acciones de ambas empresas en jugadas financieras y ya estaba....jaque mate.

 

Pero no..ahora con Cissy ahi..el asunto pasaba de ser muggle y a magico...y Cissy...si, ella estaba en peligro. De alguna forma habria que avisarle del peligro que corria. Me levante del sofa y tome la varita.

 

-Te interesaria un viaje en Ford Anglia??? -dije para despues mover la varita haciendo aparecer mi patronus un hermoso mapache. Le susurre algo al oido y desaparecio por una ventana.

 

@@Sagitas Potter Blue

[Sagitas E. Potter Blue]

Sean me había cortado el ímpetu con el que salía a buscar información sobre Sybilla y ahora, con sus palabras, levantaba mi genio, ya alterado. Era curioso que mi pesadilla se estuviera confirmando más en la respuesta no verbal del muchacho antes que en sus palabras.

 

-- ¿Cómo que no tiene nada que ver con la boda? Si la madre del novio no se presenta y el novio tampoco por ir a buscarla, ten por seguro que afectará a la boda. Y cualquier cosa que afecte a mi hija, me afecta a mí. Y yo mato por mi hija -- dije seria, con media amenaza flotando en el aire. Sean me conocía, sabría reconocer lo justo de la verdad o la exageración en mi frase.

 

Mi explosión brilló en un estallido del fuego de la chimenea. Por supuesto, seguro que tuvo más que ver por el movimiento de un leño el que se hubiera visto el refulgor, no por una provocación de mis poderes de sacerdotisa que, a veces, dejaba escapar cuando me enfadaba.

 

-- ¿Qué es eso de "cosas peligrosas"?

 

He de reconocer que mi interés superaba el meramente por la boda. Entre la visión sobre la muerte de mi amiga y la afirmación de Sean de que su madre estaba en peligro, aquello se había convertido en algo personal. No me gusta la Videncia, sobre todo porque entre todas las habilidades que lograba desarrollar, era la que más me disgustaba por imprecisa, por no saber interpretar del todo qué era, podía ser, sería o no será...

 

-- Te acompaño en la búsqueda de tu madre, por supuesto, aunque más para vigilarte a ti que porque crea que ella esté en peligro. En el pasado me demostró más de una vez que podía valerse solita sin ayuda de nadie. -- El recuerdo de una excursión en autobús a Rumanía cruzó rápidamente por mi cabeza, provocando una leve sonrisa que se desvaneció al instante al ser sustituido por la imagen de la lápida con su nombre en un cementerio desconocido. -- Cuenta conmigo.

 

Si sentí curiosidad por el patronus de Sean, en forma de un mapache que me recordaba algo su cara, no lo reflejé, aunque sí me preguntaba qué y para quién sería el mensaje susurrado.

 

-- ¿En tu Anglia o en el mío? -- le contesté. Era curioso... Un Ford Anglia era caro... ¿Cómo lo habría conseguido? Mejor no preguntarlo.