Leyes Mágicas y Runas Antiguas. ⚖️➰

[Matthew Black Triviani]

Leyes Mágicas

@@Hayame Snape Potter Black

Runas Antiguas

@@Vincent Mériadec, @@Syrius McGonagall

Con pocos días de su regreso de Rumanía, el joven gitano había recibido la misiva de que impartiría dos clases del mes corriente, un pequeño bufido y cargo sobre sus hombros la túnica negra, con mil recovecos, que utilizaba como pequeños almacenes para sus amuletos, entre ellos, una bolsa de Runas, que Beltis le obsequio aquella vez... La saco de su bolsillo interior y la golpeo un par de veces recordando.

Apareció bajo de un puente, a las afueras del pequeño Pueblo de Salem.

Unos cuantos movimientos de su varita y limpio el lugar de las telarañas que yacían ahí. Acaricio con la palma de su diestra la gran mesa irregularmente circular, quitando el polvo que estaba cubriendo el Circulo Rúnico. Zarandeo a Frida, recitando unas cortas palabras en romaní -lengua gitana- e hizo aparecer un gran libro, similar a un grimorio de brujos, que contenía las Leyes, antiguas y actuales del Mundo Mágico.

Lucifer... musitó Justo a tiempo, hazme el favor de hacer llegar éste pequeño recado a mis alumnos. le ordenó, a su serpiente y coloco tres sobres cerrados con sello de vela en azul.

El mismo contenía el siguiente mensaje:

Estimados alumnos,

Mañana durante el albor, su asistencia sera requerida a las afueras de Castelobruxo, para ser más especifico, bajo del puente negro, ubicado en el bosque, a las afueras del Pueblo de Salem. Importante que recuerden traer el material de su clase preseleccionada. De no contar con el, se les prestará lo necesario.

Atte: Matthew, vuestro profesor en esta oportunidad.

Tan solo esperaba que no se perdieran por el camino, a veces el bosque se comportaba extraño y jugaba de formas extrañas con sus invitados.

Editado 5 de Enero del 2020 por Niko Uzumaki

[Hayame Snape Potter Black]

Ya era hora

Revisó la nota que había recibido en su hogar acerca de la nueva clase que estaba por iniciar y suspiró un poco, ya que tristemente su sobrina no había tenido tiempo de apuntarse como había querido; la iba a extrañar bastante, Xell había tenido la brillante idea de que su siguiente clase fuera la de Leyes Mágicas y ella había estado totalmente de acuerdo debido a que justamente ella regentaba un negocio de abogados y bueno, nunca estaba de más dar un repaso

Iba a ser interesante pero al mismo tiempo algo triste, estudiar aquella materia a solas

-Buenas tardes

No esperaba que la clase fuera a ser por debajo de un puente

No le molestaba en lo absoluto, a veces ella misma iba debajo de los puentes en sitios tranquilos para pensar y meditar sin que nadie interrumpiese; aún así, recibir justamente una clase de Leyes Mágicas en uno de los sitios que normalmente el resto de personas diria que se utilizaría para evadirlas

Y aquel profesor definitivamente lucía completamente misterioso, ahí, de pie, esperando para enseñar una clase de Leyes.

Que bueno que llevaba unos cuántos libros de Leyes Mágicas Inglesas con ella

Solo por si acaso

[Matthew Black Triviani]

Escucho un sonoro crack, de una rama seca romperse. Cerro el libro de pronto y levanto su vista.

 

La primer alumna había llegado al lugar, satisfactoriamente a decir verdad, una pequeña mueca de lado al ver que estaba intacta y su vestimenta no se veía dañada por los peligros que el bosque proponía, al parecer se encontraba de buen humor o ella supo sortear su suerte muy bien. Dio un pequeño suspiro con unos cortos pasos para ponerse al otro lado de la redonda piedra.

 

Buenas tardes, Hayame. él sabia el nombre de los tres, y quienes eran.

Bienvenida a tu clase de Leyes, mi nombre es Matthew, puedes llamarme Matt. sonrió ¿Haz traído algunos libros sobre Leyes? no necesariamente deben ser las de Inglaterra, podemos basarnos en las de tu país originario. añadió al notar su acento Rumani en sus escasas palabras.

 

Una pequeña floritura de su varita y el libro que había cerrado momentos atrás, se abrió girando sus paginas con suma rapidez, posicionando en la sección de hechizos prohibidos, y penados por el Consenso Mágico de Inglaterra. Aunque debía dudar, con el nuevo Ministro de Magia, quizás esas cosas cambien y ahora lo prohibido, sea legal.

 

Levanto su etérea mirada azabache, al rostro jovial de la bruja, esperando una respuesta positiva sobre los materiales.

 

@@Hayame Snape Potter Black

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja dió un leve respingo, parpadeando porque el profesor se notaba mucho más enérgico y animado de lo que había esperado, realmente esperaba escuchar una voz mucho más cavernosa y oscura; por lo tanto por unos segundos pareció confundida entre el sitio donde estaba y si no estaba bajo algún tipo de visión (ya otros de sus profesores la habían hecho pasar por alucinaciones como parte de sus estudios aunque en aquel caso, no debían de aplicar, verdad?)

Volvió a inclinar la cabeza suavemente para luego, alzar los brazos levemente para mostrar lo que había llevado con ella

-Traje estos -dijo mostrándoselos al profesor que tenía en aquel momento, sintiéndose un poco más tranquila y con el aliciente de hablar con tranquilidad -mas que nada, acerca de las leyes mágicas inglesas y un par sobre las leyes muggles, sobre todo por si llegaran a contraponerse la una a la otra

Dijo parpadeando un poco

-Regento un negocio de abogados justamente así que me traje unos pocos volúmenes de los que tenía ahí, incluído el de Teoría General de las Obligaciones Mágicas y el Compendio de Derecho Mágico Universal de Geebling -dijo

[Melrose Moody]

Melrose Moody~

 

—Me parece que deberías irte ya.

 

La voz de Eileen le llegaba desde la cocina, donde mantenía abierta la refri con un pie, mientras sacaba una bandeja de piernitas de pollo broaster. Había sido el último pedido que habían hecho con polvos flú, en ese ilegal e irrisorio sistema que Richard había inventado. Mel observaba el sobre lacrado, ya abierto, sin muchas ganas de acudir. Era la citación a su clase pero había empezado a arrepentirse.

 

—¿Segura que no es posible que vengas?

 

>>Ya te dije que no, no quiero morir<<.

 

Mel suspiró y subió al piso de arriba con el sobre lacrado en la mano, vestida y ya lista con el morral para partir. Solo le quedaba una cosa que, a pesar de haber intentado encontrarla con el encantamiento convocador, no había conseguido: la bolsita de Runas de Richard Moody. Él dormía en su habitación y fue un desastre pedírsela. Él dormía hasta muy tarde y detestaba ser despertado. Para cuando llegó a Salem, tenía el cabello revuelto y expresión de sorpresa pero no le había atinado al lugar preciso debido a los nervios. A pesar de eso, no le costó dar con su profesor y compañera a pesar de que estaban debajo de...

 

—Buen día —anunció, para llamar su atención sin ser grosera mientras se acomodaba el morral—. Melrose Moody —dijo a modo de presentación, para que comprendieran que ese era su nombre.

 

Llevaba ropa muggle, adecuada al clima. Sus ojos grandes y curiosos, se fijaron entonces en ambos presentes con concentración, aguardando instrucciones.

[Syrius McGonagall]

Matt Ironwood.

 

 

-Lastima que estos días libres que me pedí no fueran para pasarlos surfeando – suspiró mientras sonreía y clavaba su tabla sobre la arena.

 

-Podría ser peor…. Podrías no tenerlos – su mejor amigo Alan contesto a su lado mientras también dejaba su tabla sobre la arena.

 

-Pasaras tú tiempo en Brasil, mientras nosotros tenemos que volver dentro de una hora a la oficina hacer papeleo – Jessica Lee también compañera de trabajo acotó mientras se sentaba sobre la arena y apretaba sus cabello para secarlo.

 

La playa de arenas blancas se extendía a lo largo de la costa donde varias olas rompían sobre la orilla, el sonido del océano era el mal dulce sonido de fondo que Matt pudiera desear. Se giró para observar las aguas del Océano Pacífico y llenarse los pulmones del airea salado.

 

Adora North Shore a pesar de que podía volverse abarrotado de personas en ciertas ocasiones (no era el caso aquel día), aquel lugar de la isla siempre tendría un espacio especial en su memoria, muchos momentos importantes y que recordaba con cariño sucedieron en aquel lugar donde las olas del Pacifico se batían en la orilla arenosa bajo la atenta mirada de las montañas exuberantemente cubiertas por el verdor de la selva detrás. Allí aprendió a surfear por ejemplo.

 

-Bueno será mejor que me cambie y me vaya, ¿Alan puedes llevarte mi tabla a tu casa? – preguntó el castaño antes de enfilar sus pasos hacia uno de los cambiadores que había en la playa.

 

-No hay problema hermano, suerte –

 

-Suerte Matt – le despidió Jessica con una hermosa sonrisa.

 

Cinco minutos más tarde ya se encontraba vestido para la ocasión, bermudas color caqui con varios bolsillos, un buen calzado para poder moverse con facilidad por cualquier ambiente y una simple camiseta manga corta blanca. Llevó su mano derecha hacia un bolsillo de su bermuda y sintió su varita, repitió lo mismo con otro bolsillo y sintió su placa de agente del FBI. División de Asuntos Mágicos, pese a que tenía días libres no podía dejar su placa.

 

Matt no tenía ningún tipo de runa y sus conocimientos sobre la mismas era muy básico, es más tuvo que pedir prestado un libro sobre Runas para no caer con las manos vacías a la clase. Toco el trasalador (una pequeña lata de refresco) y apareció en el pequeño pueblo de Salem en las afueras de Castelobruxo en la inmensa selva amazónica.

 

Llegó hasta el punto de reunión debajo de un puente y se encontró que ya habían llegado otras dos alumnas, una la reconoció al instante era Melrose. –Buenas tardes, Matt Ironwood – se presentó a la clase.

 

-No sabía que compartiría clase contigo – comentó a la bruja.

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja emitió un breve suspiro al ver que comenzaban a llegar más personas

Obviamente irían en diferentes clases por lo que era obvio que se agruparan según lo que iban a estudiar y lo que les interesaba más; a ella no le molestaba en lo personal, al menos a uno de ellos ya le había visto antes y sabía que la clase que estaban tomando era una que ella misma ya había llevado. Todavía recordaba las pequeñas rocas rúnicas que tenía en casa y la copia de estas que le había regalado a su sobrina Xell cuando habían tomado aquella clase

Aunque todavía le daba migraña recordarla, había decidido que nunca más entraría a ninguna clase que incluyera antros y alcohol de por medio

-Buenos días

Saludó en general a aquellos compañeros de clase más que de materia y dejó que siguieran hablando entre ellos mientras que la vampiro se acomodaba mejor y al miso tiempo, comenzaba a acomodar sus libros; se imaginaba que si su profesor le había preguntado por estos y acerca de que si los había llevado, era por que de alguna manera iba a necesitar utilizarlos y lo mejor era tenerlos a la mano y tan rápido como los fuera a requerir

[Melrose Moody]

—Yo tampoco —masculló Mel de vuelta, todavía sorprendida—. Acabo de llegar.

 

El profesor no se había manifestado y era verdad que apenas acababa de encontrarlos. El lugar era húmedo y espeso, hacía calor. Mel no estaba acostumbrada a esa clase de clima pero intentó que no se notara. Al fin y al cabo, parecía que sería interesante, como siempre resultaban las cosas en Castelobruxo.

 

Miró con disimulado interés el libro que Matt llevaba en los manos y cayó en cuenta de que no había revisado nada, ni siquiera un minúsculo artículo, acerca del tema que iban a tocar. Usualmente, como llevaba clases con Ellie, era su prima quien se encargaba de documentarse de bibliografía al respecto, prepararse y acudir. Entonces, a Mel solo le tocaba la cómoda tarea de preguntarle al respecto y esperar a que el resumen llegara directo a su cerebro de labios de su prima. Ahora era distinto y se dio cuenta de que ni siquiera se había tomado el trabajo de preguntar a Richard por las runas que había tomado prestadas. También, habría sido difícil hacerlo mientras huía de las descargas eléctricas que le había lanzado.

 

Richard.

 

Eso le trajo a la memoria el día siguiente de la fiesta en el castillo de los Evans McGonagall, que en realidad, prefería no recordar, así que terminó por alzar la vista hacia el profesor de nuevo, luego de mascullar en dirección a Matt por la comisura de la boca:

 

>>Si me duplicas tu libro, yo te duplico mis runas<<.

[Matthew Black Triviani]

Observo los libros que la mujer había puesto sobre la piedra, sorprendido ante tal afirmación, debía aceptar que a él también le daban curiosidad las leyes Muggles y el que pasaría si estas se lograsen interponer con las del Mundo Mágico en general.

 

Un mago puede atacar a otro con magia y creer que se librara del peso de la ley. Puede que este en lo correcto, si no ha empleado mágica oscura o hechizos que estén implicados con ella directamente o indirectamente, es como lanzar un Avada en medio de una plaza repleta de Muggles. comentó ¿Como afectaría tal cosa a ambos mundos, que Leyes se estarían quebrantando, Hayame? pregunto, ladeando su cabeza.

 

Minutos atrás, el libro que cargaba y donde se habían abierto las paginas, es donde estaba la respuesta que él necesitaba. Claro, la alumna podría hacer uso de los libros que hubiera traído, y los que Matthew disponía también.

 

Puedes analizar la pregunta, y si deseas, buscar la información en cualquiera de estos libros abrió las palmas de su mano, estirando ambos brazos para enseñarle la mesa.

 

Giro su cabeza y observo los otros dos alumnos llegando al lugar, quizás no fuera de su agrado, pero a él le gustaba este lugar repleto de historia, magia y energía canalizada para llevar a cabo sus experimentos sociales, clases. No seria como la ultima vez, que obligo a sus pupilos a colgar cadáveres del pequeño paso, seria algo más decente, y sutil.

 

Mel, Matt dijo con un tono infame. Sean bienvenidos a su clase de Runas, espero que la disfruten y puedan sacarle provecho a ellas los saludo y saco su pequeña bolsa de Runas, que Malfoy le había obsequiado aquella vez. ¿Tienen sus propias Runas? inquirió Puedo darles unas para la clase, si las requieren.

 

Una floritura de su varita, y la mesa de piedra semi circular, se extendió. Haciendo que el circulo vikingo que yacía en ella, se moviera hasta unos quince centímetros de distancia de donde se ubicaban ambos.

 

En esta oportunidad, tendrán una compañera, no compartirán la misma clase, pero si el espacio. Hasta podrían luego, practicar con ella su tirada de Runas, y ella explicarles los pro y contras de hacerlo, si así desean. añadió como comentario.

 

 

@@Hayame Snape Potter Black @@Vincent Mériadec @@Syrius McGonagall

 

Nota: Disculpen la tardanza, tengo familiares de visita y respondo tarde, pero respondo siempre +.+ ¡Saludos!

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja sonrió cada vez más animada con aquella clase... le estaban proporcionando material, oportunidades de investigar, de pensar en las posibilidades que tenía aquella pregunta; le gustaba cuando le pedían pensar en las cosas, en cómo resolver las situaciones que podían aparecer justamente en un negocio que muchas veces, necesitaba de escuchar a los clientes y de pensar en todo lo que convenía más o menos para sus clientes

Y ahora bien que hasta ese momento no le había llegado nadie que cometiera un crimen mágico (o muggle) pero nunca podía decir que sería imposible en algún momento

Por eso era que le estaba gustando tanto aquella clase

-Muy bien entonces... veamos... -dijo a lo que su maestro le planteaba, frotándose las manos con emoción para acercarse a los libros y revisarlos pero entonces escuchó lo otro que decía y por unos instantes sintió confusion... se refería a ella, como compañera de los que estudiaban runas en ese momento?

No quería equivocarse pero si no estaba malentendiendo, comenzaba a sentirse emocionada y halagada al mismo tiempo

Le encantaría participar en la otra clase también, habiéndola llevado con anterioridad!

Agradecía y mucho, si no malentendía, que el maestro no dejara a nadie afuera y los impulsara a explorar y a investigar un poco más; finalmente volvió a concentrarse en los libros y a hojearlos, pensando en la respuesta que quería dar. Igual podría ser una respuesta equivocada pero algo le decía que el maestro estaba más que dispuesto a corregirla si lo necesitaba

-Para empezar se rompería gravemente el Estatuto del Secreto, puesto que un Avada no es precisamente discreto o poco visible por lo que aunque no supieran que es magia como tal, uno nunca sabe quien pueda ser quien vea y la voz se correría... el mago podría intentar borrar memorias pero en un sitio repleto, muchos podrían escapar de igual manera...

Razonó y sacó la varita para sacar una silla alta y acomodarse mejor revisando los libros

-También la restricción acerca de Daños y Perjuicios causados a los Muggles con el Uso de la Magia de forma Injustificada tendría que entrar ahí, ya que incluso si el tal mago dijese que era una situación de vida o muerte, hay varias otras formas discretas de retener a un muggle sin llamar la atención, incluso en situaciones peligrosas

Frunció el ceño pensativa

-Tendría que ser una excusa demasiado precisa para justificar ese tipo de situación en una explanada con tantos testigos y para matar a alguien...