Libro de la Sangre

[Khufu]

El clima era helado en la mañana del duelo, la temperatura se encontraba a 5 grados bajo cero después de todo un día y noche de lluvia. Por lo que en el aire se podía olfatear la tierra mojada del lugar en que se llevaría a cabo el duelo entre sus alumnas. Khufu se encontraba de pie en la entrada de una gran gruta, en las montañas cerca del río Níger, camino a su interior cuando sus alumnas se hicieron presentes en aquel sitio.

Caminaron alrededor de unos 10 metros adentrándose por la gruta hasta que el suelo dejo de ser tierra para convertirse en agua, justo a su lado derecho se encontraba una pequeña balsa que las llevaría hasta su destino final sólo siendo guiadas por la corriente tan fuerte del rio. Al llegar a su destino final se toparon con una plataforma cuadrada de 5 metros por lado sin nada que les pudiera servir de ayuda, al menos no tan cerca de ellas.

 

En cada arista de la plataforma a 3 metros de ellas (de las aristas), se hallaban 4 estatuas de los animales de las diferentes casas del colegio de magia y hechicería de Londres, cada una incrustada en la pared de la gruta. El guerrero uzza se quedó de pie al centro de la plataforma y miro a sus alumnas con una sonrisa en el rostro.

 

Soy un hombre algo viejo, su juventud es algo que podría envidiar si no fuera que aquella juventud también indica poca experiencia. Así que he decidido que se deben enfrentar entre ustedes.

 

El hombre regresó a la balsa y se quedó algo alejado de ellas, desde su balsa se volvió a dirigir a ellas para darles una última indicación que era más que nada a diversión propia que un requisito de clase, pero esperaba que no lo supieran.

 

Será un duelo a muerte. La que quede de pie podrá seguir su aprendizaje con los otros Uzzas, y quizás en un futuro nos volveremos a ver cuándo decidan aprender los poderes de los Ancestros.

 

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• No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
• Duración del duelo: Del 21 de enero (inclusive) al 30 de enero.
• Nos guiaremos por las reglas de duelos existentes.
• Hechizos: Neutrales, Graduados, y los Libros de Hechizos hasta el Libro de la Sangre. (Con especial énfasis en este último).
• Están prohibidos los Off. Consultas, dudas o sugerencias, al topic del Libro de la Sangre

@ @@Nicole Evans Crowley Editado 22 de Enero del 2020 por Khufu

[Nicole Evans Crowley]

El llegar al lugar en donde se llevaría a cabo aquel duelo había sido una tarea algo tardada, pues el lugar escogido resultaba de difícil acceso y pasaba desapercibido para aquellos que no dirigieran una segunda mirada a la entrada. Las brujas habían seguido al guerrero Uzza a través del camino sin decir palabra alguna, pero constantemente preguntándose en qué momento llegarían al punto especifico.

 

Llegaron a una plataforma, cada una de las brujas se coloco en uno de los extremos de la superficie, el guerrero les profirió unas cuantas instrucciones para después apartarse de nuevo en la balsa que habia sido el último instrumento utilizado para llegar al lugar destino. La Crowley saco la varita del bolsillo trasero de sus jeans; como siempre que se enfrentaba en un duelo, su atuendo consistía en jeans, blusa sencilla de tirantes y botas, nada de accesorios, no quería que fueran usados en su contra.

 

Miro a su hermana parada en el lado opuesto de la plataforma, estaba igual de lista que ella, lo veía en su postura y la mirada que le dirigía. Las dos darían lo mejor de si, sabiendo que aquello no era personal, tenían que dar lo mejor para pasar la prueba a la que se enfrentaban aquel día.

 

​-Espero que estés lista, hermanita- sin decir más, levanto la varita -Daga del Sacrifico- ante ella apareció una daga de treinta centímetros de largo. La hoja era de doble filo con un surco en el centro. La empuñadura era de plata adornada con estrellas de todos tamaños, como si de una constelación se tratará, en el centro de cada estrella relucía un zafiro azul; la bruja la sujeto en sus manos mientras pronunciaba las palabras -Immolo oppugnare- realizando un corte a lo largo de su antebrazo que causaría una herida profunda y sangrante que la haría desangrarse sino se curaba como era debido. Aquella misma herida se produciría en su hermana, ocasionando las mismas consecuencias.

[Fengari M.]

Estiré mis manos para sujetarme el cabello en una coleta, sin quitarle la mirada a la hechicera, en el fondo de mi corazón podría desear que ese duelo no se diera, por más prácticas que tengamos juntas, aquel duelo en aquella clase me parecía delicado. Mojé mis labios y me quité el abrigo militar que llevaba, lanzándola a mi derecha, cayendo en medio de ambas, al borde del tablero; exhibiendo una camiseta negra ceñida sin mangas, unos pantalones de cargo y botas de combate. Di un último vistazo al guerrero y observé con interés los movimientos de mi hermanita.

 

Entonces, cuando vi que materializaba su daga, no dudé en usar «morphos» transformando la blusa de la Crowley en una avispa marina adhiriéndose a su pecho. El nocivo animal soltaría sus toxinas en la bruja envenenándola, llevándola a la muerte si ésta no se prestaba a si misma los auxilios correspondientes.

 

Abrí la palma de mi surda para materializar mi daga del sacrificio, un puñal perfecto plateado, pequeño y sin adornos a excepción de una piedra lila. Fruncí el ceño, fastidiada por la intención de encantarme con la daga del sacrificio, hastiada con la idea de ser manipulada, así que sentir el filo de la daga me impulsaba a usarla— Immolo oppugnare —clamé haciéndome un corte en el estómago con la daga, la sangre brotó al igual que en mi hermana, hiriéndola con la misma intensidad que a mí.

 

Después pensé «curación» remediando las heridas de mi cuerpo.