Luna de Grecia

[Hades Ragnarok]

Era un anochecer oscuro en Londres, en época de verano, el mes de julio comenzaba y las nubes ocultaban la brillante luna que destellaba imponente en un pequeño espacio de cielo. Se podría decir que era un mundo normal, el tener un trabajo, una familia, unas autoridades en las cuales confiar nuestra tranquilidad.

 

Se acercaba la medianoche y las calles de Londres estaban completamente vacías, una extraña neblina nublaba los cristales de las techadas casas en hilera, las personas estaban aterradas, muchos asesinatos realizados por personas que no dejaban ni mínimo rastro de sus delitos, cada muerte era más inexplicable que la anterior y según muchos rumores eran individuos con algún tipo de poder mágico que solo con pronunciar dos palabras dejaban a la persona desprovista de sus signos vitales, Los días pasaban, la cantidad de asesinatos aumentaba, no habían testigos de los crímenes y lo que alguno llegaba a ver era solo un destello de luz verde que aumentaba y disminuía como un flash de cámara fotográfica, el primer ministro que, a pesar de las amenazas y mentiras del partido opositor, había sido reelecto, ya veía que esto no era un asunto normal y decidió convocar a una reunión con el ya electo desde hace un año ministro de magia,

 

La Reunión fue breve solo hablaron del desastroso caos que afectaba al mundo mágico y al mundo muggle y de que alguien tendría que actuar lo más rápido posible para evitar las muertes, aunque eso desencadenara que el secreto de la magia se descubriera por completo y el mundo muggle se mezclara con el mundo mágico en algo que no tendría regreso.

 

A poca distancia, en los alrededores del caldero chorreante sucedía algo muy extraño, había aurores postrados en la entrada, revisando el correo entrante y saliente, la seguridad era extrema, pero detrás de todo esto había un plan desestabilizador realizado por ese ser despiadado que llaman Cerberos, un asesino tan cruel y despiadado que no habían podido detenerlo, ni siquiera conocían su cara en realidad, solo los rumores de alguien que dijo haber visto algún tipo de sombra entre animal y humano.

 

A varios kilómetros de allí se encontraba La mansión Ragnaventus un lugar tranquilo y tan sereno que se escucharía el zumbido de una mosca a dos kilómetros de distancia, sin embargo, el dueño de aquella mansión y patriarca no podía creer lo que estaba pasando. Observaba aquella cabeza cercenada con 3 rosas negras en ella, saliendo de las cuencas de sus ojos y de su boca. En aquel instante supo que todo se había salido de control. ¿En qué momento se había hecho merecedor de aquel presagio de muerte?

 

@@Lady Luxure Grindelwald

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[Hannity Ollivander Evans]

Tantas muertes que había presenciado en las últimas semanas, ni ella ni su padrino, quien también era medimago, habían podido evitar, y es que, no era que hubieran podido hacer mucho, la maldición asesina no se podía evitar, seguramente era parte de la distracción, el miedo y la insertidumbre que provocaban esos hechos hacía que la población mágica como muggle tuviera miedo y con la guerra en pleno apogeo, era mejor no arriesgarse, o al menos eso era lo que pensaban muchos.

 

Con todos y cada uno de los ataques perpetrados durante aquella insesante guerra, ellos tenían más trabajo, no podía sacar de su mente aquél niño, cuyo brazo se había desprendido de su cuerpo durante la aparición conjunta con su madre, cuyo cuerpo apareció instantes después, víctima de una maldición asesina... Y como ese caso había muchos otros, pero no solo los magos estaban en peligro, ellos también ayudaban a los muggles que habían sido lastimados por medios mágicos.

 

Una figura pequeña y delgada, envuelta por una capa de viaje con capucha, escondía tras de si a una joven, de no más de 20 años, rubia, delgada y de ojos azul pálido, apareció de la nada a unos metros antes de llegar a una imponente mansión, cuyo dueño, era para ella, un tanto indiferente, pero de quién requería su ayuda, ya que él también era medimago.

 

Sabía que aquél hombre tenía un alto cargo en el hospital, pero, por el momento su memoria había sido dañada por una serie de hechizos desmemorizantes tras la salida de la orden del fénix. La fortuna de haber llegado pasada la media noche, era que en ese momento y con lo temerosos que estaban todos, nadie se asomaba por las ventanas, lo cual le facilitó la llegada a aquél lugar que siempre le parecía misterioso y que la última vez había visitado con su hermana Dennis.

 

No sé percató o eso parecía de aquél ¿Craneo? De verdad aquél hombre tenía cosas realmente extrañas, se dirigió a la puerta con sigilo y tocó, esperaba la aparición de un elfo tras la puerta, pero al parecer alguien más era quien la recibiría aquella noche.

 

 

@@Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

El vampiro movió la varita para desaparecer aquella amenaza de muerte que habían hecho para su persona. La verdad es que no deseaba alterar a nadie o que se pudiera sentir incomodo quien pudiera ver aquello, principalmente porque no muchos conocerían aquel presagio. Movió la mano y sintió el peso de su anillo en el dedo anular. Negó con la cabeza y cerró los ojos. “Respiro” profundamente y se movió unos centímetros hasta sentarse en la cómoda silla de su despacho. Miro al techo y jugueteo con sus pulgares intentando pensar el porqué de aquello. ¿Sería por sus actividades en San Mungo?, ¿sería por ser un doble agente en aquella guerra mágica? O ¿seria por alguna otra cosa?

 

Si bien él era un asesino despiadado, alguien que en aquellos momentos estaba causando el terror entre la comunidad mágica, sabía que nadie había descubierto su identidad, ni siquiera su enemiga mortal quien ya había muerto había podido saber en realidad quien era, más aun, él la había matado y así había finalizado aquel juego del gato y del ratón que había durado muchos años. Cerberus había vuelto a ganar y la única persona capaz de detenerlo estaba muchos metros bajo tierra en algún mausoleo perdido.

 

-<<Extraño nuestras batallas, pero tenias que morir>> -pensó para si mismo al recordar a Leafa- <<sin ti todo es más aburrido>> -el brillo de intensa maldad apareció en sus orbes negros como el abismo en aquel momento.

 

La noche había caído mientras revisaba uno de aquellos antiguos libros de su biblioteca. Se levanto y observo el paisaje tras el gran ventanal de su despacho y noto que una extraña figura se adentraba en los jardines de su mansión. Aquello le extraño, era raro recibir visitas, más aun, era mucho más extraño que él estuviera en casa, sin embargo, la curiosidad de saber quién era aquel extraño visitante pudo mas con él. Saco la varita y bajo las escaleras hasta la puerta. Una vez que este toco se quedo observando a aquella rubia que estaba parada frente a él.

 

-vaya, esta sí que es una extraña sorpresa –dijo en todo divertido sabiendo que ella odiaba al vampiro o al menos, él no le caía nada bien a ella- pase adelante – indicó haciéndole una ligera reverencia

 

Una vez que Hannity cruzo las puertas este movió la varita para cerrarla mágicamente y así no ser interrumpidos. Le pidió la capa de viaje y la hizo pasar al hall donde la chimenea podría alumbrarlos y darles calor para hablar y así el poder enterarse de que iba todo aquello.

 

-¿Desea algo de tomar? – pregunto – si lo desea mientras toma algo podría comentarme el motivo de su visita

 

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[Hannity Ollivander Evans]

Sonrió de manera irónica al escuchar el tono casi cantarino del hombre, pero era cierto, era muy extraño, para él, que la pequeña rubia hubiera llegado hasta su casa, sin la compañía de su hermana, quien era la que solía meterla en ese tipo de lugares. -Buenas noches señor Ragnarok, disculpe si soy inoportuna...

 

Por supuesto que lo era, pasaba de la media noche y ella estaba haciendo visitas de trabajo en un lugar cercano al de los ataques que se habían propiciado durante los últimos días, en realidad no recordaba si en algún momento habían declarado toque de queda, para algunos detalles de la memoria a corto plazo, la desmemorización reciente le había afectado bastante, aunque sabía muy bien como evitar que los demás se dieran cuenta, lo había pasado ya un par de veces más, cuando salió del departamento de misterios y en la primer salida de la orden.

 

-Un vaso de agua está bien- dijo la rubia cuando el hombre le ofrecía algo de tomar después de haber entrado en aquella habitación cálida y tras haberse sentado en un mullido sillón junto al fuego -Vera... El motivo de mi visita es metan profesional... Sabía que el hombre lo intuía, puesto que en ninguno de sus encuentros se habían llevado bien -Como la directora de San Mungo nos ha pedido recopilar información con los medimagos acerca de lo que han presenciado en los pacientes (sobrevivientes) de los ataques, usted es uno de los que yo debo visitar.

 

Una de las situaciones que no la hacían sentir muy cómoda, ya que no olvidaba aquella marca de sangre que había puesto en la Delacour y en ella para pbligarlas a atacar y (en su caso) a no defenderse de un ataque de cosquillas.

 

Espero a ver qué era lo que opinaba sobre ello o decía al respecto, ya que él, al tener un rango más elevado al suyo, bien podía negarse a darle la información que ella le solicitaba.

Con el vaso de agua entre las manos, pero sin beber ni un sorbo, espero a que el Ragnarok decidiera si contarle o no, para lo cual a la rubia le parecía que le tomaba bastante tiempo.

 

@@Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

El vampiro estudio atentamente a Hanny mientras Odín, su elfo personal traía el agua que la chica había pedido y un poco de jugo para él. El silencio era un poco incomodo, él sabia que no era del agrado de la mujer y por ello le extrañaba mucho mas que estuviera allí sola, sin embargo, alguna buena razón tendría como para correr aquel riesgo, a esas horas de la noche.

 

Una vez que Odín dejo las bebidas en la mesilla con una bandeja de pasta seca para picar escucho lo que la Ollivander tenía que decir. Aquello le pareció extraño y entrecerró los ojos por un segundo. Una de las reglas, algo importante que sabían todos los que conocían al vampiro era que odiaba que se metieran con sus asuntos de San Mungo o que husmearan donde no debían. Guardo silencio mientras se levaba el vaso a la boca para tomar un buen trago y así pensar lo que debería decir.

 

-Bueno, e estado y trabajado por muchísimos años en san mungo, por lo que deberá ser mas especifica con los casos de los que quiera hablar –dijo tranquilamente ya cambiando de actitud, si había algo que no quisiera decir o contestar simplemente buscaría la forma de no hacerlo- no piense que no quiero contestar o me voy por las ramas, pero he atendido tantos casos de ataques ya sea pro hechizos, como una vez que envenenaron el agua y los pacientes se volvieron zombies, también cuando se escaparon algunos locos peligrosos e intentaron tomar el poder de la institución –comento- por lo que voy a necesitar más información de lo que quiera saber

 

Tomo una galleta y observo nuevamente a la chica mientras el fuego de la chimenea calentaba un poco mas aquella noche fría.

 

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[Hannity Ollivander Evans]

Ya de por si era incómodo estar en aquél lugar, tras los silencios del Ragnarok y la fugaz mirada de molestia que había observado en él antes de contestar, se tardó muchísimo, probablemente escogía sus palabras en caso de que él tuviera que ver con aquellas desapariciones ¿O era por qué ella intuía eso? Si bien el Ragnarok no le inspiraba confianza, no tenía nada que le asegurara que él tenía algo que ver con el caso, así que era mejor no mostrar desconfianza, aunque sabía que el hombre también la tenía de ella.

 

Eran extrañas las reacciones del hombre, lo que hacía que la Ollivander tuviera más sospechas de él, aunque claramente no las demostraba, no quería dar a conocer lo que ella pensaba de él, o de sus sospechas, así que de manera tranquila y como si no pasara nada de aquello en su mente se decidió a hablar de forma que no hubiera cavidad alguna de las dudas que ella tenía. -Me refiero a las desapariciones y asesinatos que han ocurrido, como usted ha de estar informado, aquellas muertes levantan sospechas debido a las causas en las que los cuerpos fueron encontrados.

 

No daba mucha más información, recientemente habían encontrado un niño con un brazo desmembrado y posteriormente al cuerpo de la madre muerta con el brazo del menor y la mayoría de aquellos casos habían ocurrido durante la ausencia del Ragnarok...

 

Es por ello que solícito su ayuda, su experiencia en el hospital podría ayudar en esta clase de casos y salvaría muchas vidas en éstos tiempos difíciles, ya que a esto nos dedicamos.

 

Su voz era calmada, apacible y aunque no era congruente con lo que sentía y pensaba, fue lo suficientemente convincente, aunque sabía que el Ragnarok no era tan fácil de convencer.

 

@@Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

El cainita escucho a la Ollivander y asintió. La verdad es que desde había mucho tiempo había desapariciones y muertes, pero necesitaba mucha más información para saber de que estaba hablando hannity o exactamente de qué quería hablar e investigar. Por lo que tomo un vaso de aquella bebida que su elfo personal le había traído y observo de vuelta a la rubia.

 

-Bueno, usted solo pregunte y yo respondo, como usted ha dicho, han sido muchas desapariciones y asesinatos –comentó el cainita- por lo que si hay un tema o ataque en especifico puede preguntarme, yo intentare ayudarla en lo que pueda, pero debe saber o recordar que han sido muchos, por lo que quizás no recuerde alguno –comento de manera sincera ya que en verdad su memoria era mala para algunas cosas.

 

El cainita sonrió intentando que la rubia se sintiera mas cómoda pero no sabía si aquello en realidad funcionaria o serviría, era obvio que la Ollivander no confiaba en él y por consiguiente no le caía muy bien. Suspiro, al menos Hannity no había aparecido con personal del ministerio o aurores o cualquier mago o bruja quienes quisieran meter su nariz donde no le importaba.

 

-soy todo oídos –dijo- ahora que Bodrik ha desaparecido estoy a cargo de San Mungo, por lo que ahora puedo ver los archivos confidenciales que ella llevaba, por si le interesa algún caso que este allí podríamos revisarlo.-

 

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[Hannity Ollivander Evans]

<<¿Có-cómo?...>> Estaba un tanto impresionada, pero no lo quería demostrar, su cabeza estaba llena de preguntas ¿Así que ese hombre sería el nuevo jefe de San Mungo? ¿Cómo era posible? ¿Que había pasado con Bodrik Lockhart? A buena hora había regresado a trabajar al hospital... Ahora resultaba que el hombre a quien la Ollivander no le tenía confianza, que tenía miles de sospechas en contra de él sería su jefe, solo faltaba que estuviera a cargo del área de pociones, que era donde ella comenzaba a trabajar para saber un poco más de aquél tema, eso sí que sería muy mala suerte.

 

 

Por ahora creía que su trabajo de campo era mucho mejor, pero tenía que saber qué era lo que había pasado con Charlotte Le y con aquella madre del niño desmembrado a quien ella había atendido recientemente.

 

-Antes de llenarlo con mis preguntas, déjeme felicitarlo por este ascenso repentino...- inclinó un poco la cabeza, aunque más bien era como si analizará al caballero que tenía enfrente, sus palabras las había dicho con un poco de sarcasmo imperceptible y una especie de sonrisa sincera apareció en su rostro de mejillas rosadas -he estado más ocupada con algunos casos, de los que quisiera saber un poco más (si puede ayudarme, claro) que en este regreso al hospital estoy desorientada respecto a los cambios que han sucedido a raíz de la guerra.

 

Colocó su vaso de agua que no había sido tocado en la mesita de centro y se dispuso a hablar de lo que ella quería saber, comenzó con lo más simple y posteriormente lo complejo e inexplicable, más inexplicable para ella que las desapariciones o las muertes provocadas por una maldición, el deceso de una jovencita más o menos menor que ella por un año o dos, lo que a ella más le tocaba era que Charlotte iba a ser medimago como ella y no había podido cumplir aquella meta, pero era mejor no dar suficientes detalles.

 

-Mis dudas en primer lugar son simples, saber qué es lo que sucedió con la madre de un chico a quien atendí por desmembramiento, su muerte fue por tortura, por qué tenía algunas marcas, yo misma revise el cuerpo minuciosamente antes de que se lo llevaran y por otro lado...- suspiro, el tema de LeFoche dolía más, se recompuso de inmediato -el caso de una jovencita de unos 17 años, próxima a graduarse de medimago que fué asesinada...

 

No esperaba que Ragnarok respondiera, de hecho no creía que lo hiciera, probablemente se saldría por la tangente al dar una respuesta, pero no descansaría hasta encontrar el cómo y por qué terminaron con la vida de la chica.

 

@@Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

El vampiro guardo silencio mientras observaba a Hannity esperando que la Ollivander comenzara a plantear cada una de las dudas que ella tenía. El iba a cumplir con su parte del trato, iba a ser lo más sincero posible sobre lo que ella deseara saber, siempre y cuando no el involucrará a él o a alguna de sus actividades ilícitas. Al menos aquella primera pregunta no era necesario que se la saltara o la esquivara, en realidad él no sabía nada de ello.

 

-Bueno, con respecto a lo que menciona la verdad es que no sé nada de ese caso, mas bien, en estos momentos es que estoy regresando a San Mungo y me encontré con que Bodrik había desaparecido y al haber sido yo el sub director de la institución fui nombrado director –dijo de manera tranquila y sincera- así que sobre el caso de la madre y el niño desmembrado no tengo idea –la miro a los ojos- pero que clases de marcas tenia?, cree que fue magia oscura? pudo haber sido un animal? –le preguntó interesado por el caso.

 

Luego de aquello hizo una nueva pregunta y como la vez anterior él no sabía nada al respecto y seguiría siendo sincero con la chica ya que en realidad tampoco sabía nada de ese caso.

 

-tampoco se nada sobre esa chica que menciona –le comento- pero el aseguro que como director de la institución hare todo lo posible por ayudarla a develar los misterios de esos casos y que asi tenga algún tipo de respuesta –dijo seguro de si.

 

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[Hannity Ollivander Evans]

Escuchó todo lo que le decía el Ragnarok de una forma tan tranquila, que parecía sincero, aunque probablemente no lo era, así que ella también fue sincero con el cuando le preguntó acerca de las marcas que tenía la mujer -La marcas que tenía esa pobre mujer eran de magia oscura, hechizos muy complejos como para yo dar el nombre, por que en realidad no los sé, pero como sabemos la cualquier tipo de magia deja huella y la de ese tipo para quiénes la conocemos es muy evidente.

 

No le importaba haber revelado que ella conocía las artes oscuras, no importaba lo que pensaran de ella, y menos que si nuevo jefe lo supiera, ya que pasaría al siguiente tema, el que le daba vueltas la cabeza, el que sentía impotencia por no haber podido salvar a aquella chica, que sin duda hubiera podido ser su amiga y una gran ayuda en el hospital, aquella muerte le dolía demasiado, le pesaba y si no encontraba la razón por la que durante la guerra mataban gente a diestra y siniestra, no descansaría hasta encontrar al responsable.

 

-En cuánto al caso de la joven LeFoche, lo último que supe por medio del sanador que la "atendió"- y mi padre que estuvo allí... Era lo que hubiera dicho, pero hubiera tenido que dar explicaciones innecesarias -...es que la joven fue encontrada antes de comenzar sus prácticas en el hospital junto a un collar de ópalo. Disculpe, pero a mí me parece extraño que el ataque de hubiera originado en el hospital y sobretodo a una practicante

 

Su última frase contenía todo el enojo y la furia que tenía dentro y esperaba respuestas, se reflejaba en sus mejillas que se habían encendido en un color rojiz, pero al parecer el Ragnarok no se las daría o no lo veía con la intención de ayudarle.

 

@@Hades Ragnarok