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Azzlaer Triviani Vs. Jeranne Triviani


Gahíji
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El haz de la noche había hecho efecto trasladando a @ y a @ hasta el caluroso desierto a pleno mediodía, donde el sol estaba sobre ellos y el calor era sofocante. No había brisa. A lo lejos una tormenta de arena se avecinaba para cubrir aquel lugar sin ningún tipo de misericordia evitando que los aprendices pudieran ver y respirar si no se daban prisa. El oasis más cercano estaba a unos 50 metros de su posición con un pequeño pozo de agua, y algunas palmeras. El área para el duelo estaba rodeada por Crotalus scutulatus conocidas con el nombre de serpiente de cascabel del Mohave, por lo que ninguno de los alumnos podía pasar mas allá de lo permitido o las serpientes se encargarían de morderlos e inyectarles su letal veneno.

 

Estaría observándolo todo, no dejaría nada sin analizar. Se habían pasado de listos en la clase por lo que deseaba comprobar si era verdad que en sus cerebros había entrado algo de al información que les había proporcionado. ¿Quién atacaría primero?, ¿Quién sería lo suficientemente listo como para aprovechar la oportunidad y poner en desventaja a su compañero?

 

Para mí, aquello era un juego de niños, el calor, el ambiente, todo era perfecto. Los observé con mayor detenimiento esperando que pudieran al menos lanzar unos cuantos hechizos antes de caer por la insolación y la deshidratación.

 

 

~ 0 ~ 0 ~ 0 ~ 0 ~ 0 ~

  • No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
  • Duración del duelo: Del 19 de febrero (inclusive) al 27 de febrero.
  • Nos guiaremos por las reglas de duelos existentes.
  • Hechizos: Neutrales, Graduados, y los Libros de Hechizos hasta el Libro del Druida. (Con especial énfasis en este último).
  • Están prohibidos los Off y las ediciones. Consultas, dudas o sugerencias, al topic del Libro del Druida.
Editado por Niko Uzumaki
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Matthew Triviani

 

El guerrero los había transportado a un lugar totalmente diferente, luego de conjurar un Fulgura Nox.

 

No había senderos, más si uno que otro camino producto del paso de viejos magos que seguramente habían vagado en aquel lugar por la eternidad; lamentos eran los que se escuchaban cuando se podía apreciar el vaho en silencio de aquella platea desértica, y uno que otro galope muy a lo lejos. ¿Cascabeles? pensó al dirigir su mirada hacia la derecha, visualizando el circulo que aquellas formaban.

 

El sol se encontraba en su máximo esplendor, los rayos pincelaban toda aquel desértico lugar, había un oasis a unos cincuenta metros de donde ambos brujos estaban ubicados, los cuales, se encontraban a diez metros de distancia uno del otro. Hubiera sido de mucha utilidad aquella habilidad de los hablantes de parsel en esa ocasión, pensó mientras en sus labios surco una sonrisa lúgubre.

 

Gahíji había elegido uno de los tantos escenarios en los cuales podría poner en desventaja a los hermanos. Pero aquella ocasión no era más que una prueba que debían superar ambos satisfactoriamente. ¿Sus planes?, matarlo, no estaba en ellos, pero si divertirse un poco y probar hasta donde llegaban sus habilidades en combate. Tenia mucho tiempo sin disputar aquello con su hermano mayor.

 

Cerca de los Triviani, no se encontraba ninguna roca, ni nada que pudiera servirles como un arma para el combate, solo su instinto más primitivo y sus conocimientos en la batalla. Miro sus manos y su cuello, efectivamente ahí estaban, sus amuletos, que le serian de mucha utilidad.

 

Materializo su varita en mano, lo apuntó y vocifero: Expelliarmus de su varita salio un rayo escarlata, que viajaba con dirección a Jeremy para impactarle de lleno en su pecho. De hacerlo, su varita saldría volando unos cuantos metros hacia atrás.

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Jeremy se encontró a los pocos segundos de un lugar estable climatologicamente a uno sofocante como el infierno y con peligro a la vista. Sabia que los enfrentamientos dueliticos eran parte de la clase, y estaba esperando disfrutar de uno. Sonrió complacido al ver a su hermano. Los separaban unos cuantos metros pero eso no era problema. Disfrutaría ese momento con el joven lobo, siempre seria así. Su vestimenta seguía siendo la misma de la clase, y el calor ya estaba empapando su tela, haciendo que se le pegara al cuerpo. Por otro lado, los amuletos y anillos seguían en su lugar para ayudarlo en aquel intercambio de magia.

 

"Obsistens" Pensó en vampiro, apenas vio el rayo que su hermano le enviaba.

 

Delante de Jeremy un cerco de color amarillo apareció, absorbiendo el rayo de Matthew y protegiendo a su invocador de cualquier tipo de daño. Sin embargo, el Triviani sabia que aun estaba en peligro. Mas le valia empezar a demostrar que sus conocimientos de la magia, estaban a la altura de las circunstancias. ¿Anne no se había cansado de enseñarle duelo? Si. Se habían matado muchas veces ya... con final feliz. Estaba claro. Él continuaba vivo.

 

"Flechas de fuego" Invoco en su mente.

 

Doce filamentos ardientes abandonaron la varita del rubio para ir hacia Matthew. De llegar impactarían en su cuerpo y lograrían derretirle la piel al punto de necesitar ayuda urgente por el incendio y las heridas sangrantes. De no curarse, el castaño podría quedar al borde de la muerte.

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Los voluminosos ojos azabaches del chico se abrieron de par en par en cuanto su hermano reveló aquel hechizo. Eso podría ser bueno, o no mucho, pero aunque sea había captado su atención y eso quería decir solo una cosa... Tenía mucho que aprender sobre él, pero al mismo tiempo no tenía mucha empatía por hacerlo, y preferia dejar que sus emociones fluyeran lejos.

 

Ignea conjuro rápidamente, el polen se extendió por su cuerpo, y ahora sería totalmente inmune al fuego durante un pequeño espacio de tiempo. Los filamentos que su hermano había creado para atacar, serían totalmente inservibles, haciendo que éstos se incineraran por sí solos dejando libre de peligro al gitano.

 

Su rostro surco una sonrisa en sus labios, le gustaba su actitud, y por claro, disfrutaba mucho aquellos breves enfrentamientos, que siempre terminaban con un tirón de pelos por parte de su madre dentro del Castillo, ahora ella no estaba, y podrán disfrutar de eso... ¿Sería capaz de aparecer en medio del desierto? pensó en sus adentros, Candela era capaz de todo, hasta de enviar a Candelita, a por ellos..

 

Sin mediar palabras, el Triviani volvió a hacer uso de su arma mágica esta vez Cantar de Eleboro generó un pequeño canto poco audible, que protegería todos los sentidos del gitano de cualquier ataque proveniente del rubio.

 

 

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Las flechas de fuego se extinguieron por la protección de Matthew. El vampiro disfruto de ver la defensa de su hermano. Venían haciéndolo bien, sin dañarse más que con intenciones. Eso lo llevo a recordar las batallas sangrientas en el castillo Triviani, donde el que quedaba sano sin una magulladura, era mal visto, al borde de sentir el desprecio de toda la familia. Un Triviani conocía y disfrutaba del dolor y la sangre. Era una ley implícita entre los muros del castillo italiano.


-Cantar del Eléboro -Pronuncio sintiendo como sus cinco sentidos recibiendo la protección del conjuro. Ahora estaban de igual a igual y debían medirse con lo que poseían.


-¡Sectusempra! -Gritó el rubio, enviando el rayo verdoso hacia su hermano menor.


El hechizo impactaría en el pecho de Matthew, ocasionandole severos cortes con pérdida de sangre extrema. El joven lobo, estaría al borde de la muerte si no conseguía desviar el rayo, o curarse al instante.


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Obsistens, pensó.

 

Creo un cerco de materia luminosa, violácea, indestructible e inmune a la magia. Protegió al gitano de aquel hostil encantamiento que se dirigía hacia él absorbiendo el tan distintivo rayo verdoso que le causaría heridas profundas en su cuerpo.

 

Habia querido hablar y nada. Puso los ojos en blanco. El truco más viejo del libro. Adelantarse al rival para detener cualquier movimiento siguiente. El Silencius, uno de los hechizos neutrales. Entrecerró los ojos. Tenia ganas de lanzarle un Cinaede en ese instante, pero, no se trataba de un enemigo, si no ya hubiese lanzado los respectivos hechizos. Suspiró. Si dependía de solamente hechizos neutrales estaba un poco preocupado.

 

Morphos

 

Lanzó el hechizo sin necesidad de apuntar, porque no lo necesitaba. Automáticamente el chaleco negro de cuero transfiguro a una avispa marina, que se adhirió a su pecho desnudo e inyectó en él su veneno. Luego, tras unos instantes sin agua, la pobre murió y cayó al suelo, de nuevo en su chaleco. Ahora Jeremy envenenado debía curarse o moriría, aunque en unos minutos.

 

 

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Jeremy estaba sufriendo los efectos del calor. El viento seguía siendo caliente y bastante fuerte,ñ provocando que la visibilidad disminuyera con el correr de los minutos. Aun así ambos duelistas podían verse, oírse y hasta olerse si se concentrarán en ello. Era más que obvio que sus intentos de manejar los nuevos hechizos estaban resultando muy peculiares.

 

-Jo.der -Exclamo cuando su chaleco fue convertido en una avispa marina, que lo envenenó al instante. El ardor de su pecho, lo hizo apretar la mandíbula para no chillar.

 

-Cinaede -Gritó con furia. Sus minutos empezaban a estar contados si no se apuraba.

 

El efecto del hechizo cerraría las vías respiratorias del Matthew por medio de una lluvia de cristales casi invisibles a la vista. Su cuerpo colapsaría por medio del veneno que se extendería a su sangre para matarlo.

 

-Morphos - Exclamó con rapidez, convirtiendo su remera en un bezoar que no dudó en tragar. El efecto fue inmediato, sintió como el veneno desaparecía de su cuerpo, dejándolo dispuesto a seguir peleando.

 

 

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