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Hospital San Mungo


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Edward y Austin ~ Enfermeros

 

 

Ambos enfermeros miraron preocupados a los que estaban en el suelo, Austin tenia en sus manos dos jeringas con sedantes y el coagulante para inyectarles así evitar del que se llamaba Dick perdiera mas sangre, en cambio el de la muchacha sin duda había sido picada por algo y esta había sido envenenada por el animal o era alérgica. Le sorprendió a Edward que llamaran a la sanadora Delacour, siendo que hace poco había vuelto al hospital.

 

-Si la conoce mejor porque nos puede ayudar a saber si es alergia o por envenenamiento al bicho que la pico- le explico Austin a su amigo.

 

Edward suspiro y acepto a que uno vaya a ver a la sanadora pero primero debían llevarlos a los box y conectarlos, cada enfermero corrió con una camilla a los box que tenían enfrente, fueron quitando le la ropa a los pacientes y ponerles las bata del hospital a la vez que los conectaban a respiradores, y los monitores de presión y ritmo cardíaco. No habían logrado escuchar lo que la joven decía porque era muy bajo y tratar de entender seria perder el tiempo por lo que mover una de las prendas de la joven asiática encontraron una identificación.

 

-Austin encontré algo, dile a Milena si puede buscar el expediente de esta joven Saori- le pidió a su compañero que tomo el gafete y salio corriendo ya que debía también encontrar algo del joven "Dick" que no tenia apellido salvo que se había atropellado en la familia Potter Balck.

 

 

 

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Kaori M.

No, en esa ocasión la pelinegra no estaba dispuesta a dar su brazo a torcer, si fuera otra la circunstancia probablemente aceptaría que su esposo se fuera a ver por el estado de salud de su tío, pero con ella a punto de dar a luz, no era una opción. Tan solo le sostuvo la mirada al Black Lestrange y eso bastó para que el comprendiera que debía quedarse junto a ella.

 

—¿Me ayudas?—Le preguntó a su esposo mientras tomaba la bata, no deseaba pedirle al enfermero que había llegado ya con la epidural que le diera una mano para cambiarse, además que conociendo al rubio no le haría ninguna gracia.

Ya con la bata puesta se recostó en la camilla, su esposo también se puso una serie de prendas que su prima le pidió que se pusiera. Se lo veía gracioso con todo aquello encima y quizá se hubiera burlado de él y su cara de susto si no fuera porque ella también estaba asustada, las contracciones eran cada des mas fuertes, largas, en periodos de tiempo más cortos, lo que le hacía creer que él bebé estaba ansioso por llegar al mundo.

—¿Aun hay tiempo para que me pongas la epidural? —Preguntó sujetando con fuerza la mano de su esposo cuando otra contracción se hizo presente.

 

Con un poco de vergüenza permitió que su prima la revisara pero ella podía sentir como el bebé intentaba abrirse paso para poder salir y ella tenía ganas de pujar para ayudarlo, si no lo hacía era tan solo porque su prima aun no le había indicado que podía hacerlo. Varias gotas de sudor habían empezado a perlar su frente a causa del dolor.

 

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La rambaldi siguió mal, mirando borroso cada rostro que allí se encontraba sus oídos son su única comunicación, tenia el presentimiento de no tener toda su ropa puesta lo cual le daba un poco e venganza pero necesario pues sus arterias se estaban tapando, saori solo quería que acabara todo. En plena oscuridad solo tiene flash back de su vida como si se trata de muerte pero ella sabia que no podía morir aunque así lo quisiera.

 

En un momento de desespero, su cuervo minutos antes había partió a buscar a uno de los elfos de saori para que la pudieran atender después de que acabara toda esa tragedia, tim fue arrastrado por chester hasta llagar al hospital donde el pequeño amigo entro con miedo y pregunta por su ama- Disculpen Saori Rambaldi Ravenclaw ella se encuentra aquí - dice temeroso con su cara de ingenuo pues no era muy claro lo que chester le decía o trataba de comunicar.

 

Tim mira por los pasillos haber si podía escuchar a su dueña pero eran nulos los sonidos hasta que sintió su demonio y se trasporto rápido allí. -Oh por dio.- dice tim mientras mira a los enfermeros

 

-Disculpen, ella es mi ama, al parecer se le olvido lo que su sobrina siempre le alista cuando ella sale .- dice tomando del uniforme al enfermero .- Es un insecto que vive en el bosque prohibido entre los musgos de cada piedra, su nombre es confuso pero es algo mortal y si mi ama es super alérgica.- dice mientras toma sus manos con ansiedad.

 

- la ultima vez, su sobrina y hermanas la sanaron pero alessandra sabe cual es la cura - concluye el pequeño amigo.

 

@ @@Lirio Flores

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Aquel era un día raro...

 

El ojiverde no sabía bien cómo empezar con sus deberes con su reciente puesto de inefable, sabía sus funciones, pero la verdad, ignoraba por completo cómo poder tomar las riendas de su nuevo cargo. Detestaba sentirse nuevo, no era su primer empleo ni tampoco su primera vez en el Departamento de Misterios, pero, si era su primera vez en aquel nuevo sistema. Aquello era un verdadero desastre, no acababa de entender las nuevas medidas tomadas por Aaron y tampoco entendía nada de cómo se estaban llevando los diferentes departamentos del Ministerio.

 

⸺Para valientes autoridades que elegimos... ⸺Dijo al arriba a San Mungo, lugar donde, según había escuchado, había un brote de personas que se habían intoxicado con una poción de amor mal hecha... desconocía si aún quedarían personas en resguardo, pero tenía que hacer el reporte, sobre todo, porque justo el amor era algo que se estudiaba en Misterios y quería ver que no hubiera sido una fuga de información de algún empleado...

 

Se quedó quieto un momento, no sabía dónde dirigirse, no sabía a que planta acudir, además, claro, de que tenía añales de nos ir a aquel sanatorio, porque siendo sinceros, no lo había necesitado. Suspiró, odiaba aquellos lugares, aquel aroma que despedía la gente enferma era nauseabundo para el vampiro, por lo que, sin temor a que los criticaran, se colocó un casco-burbuja para evitar aquel hedor.

 

⸺Buenas tardes, busco el área dónde se encuentran los casos de intoxicación por una poción de amor... ¿sabrá a dónde dirigirme? ⸺Preguntó a una enfermera que pasaba por allí, y tuvo que seguirla, porque esta no dejó de caminar, esperaba al menos que le hubiera escuchado.

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  • 3 semanas más tarde...

Alessandra suspiro, <<aun falta>> pensó al ver que apenas llevaba cinco de dilatación, pero su prima parecía decidida a tener la epidural por los dolores que no pudo evitar que la rubia sonrió al recordar que a ella le había ocurrido eso mismo la primera vez que trajo un hijo al mundo, pero lo valía, aquel dolor era soportable cuando escuchaba el llanto del bebé, tener su calor entre sus brazos mientras gimoteaba entre ellos. Un calor dentro suyo hizo que se enjuagara los ojos ante la emoción que le daba traer bebés al mundo.

 

-Aún no es tiempo que nazca pero te daré la epidural porque estaremos un rato- le aviso tomando la jeringa con la aguja larga.

 

Hizo que se inclinara hacia adelante para correr un poco la bata, paso algodón con alcohol toda en ella para desinfectar todo y saco su anestesia, debía primero adormecerla para después meter la aguja de la epidural en la parte baja, busco un punto del pequeño espacio por fuera de la médula espinal para ingresar el líquido que le calmaría sus dolores y permitiría que pasara mejor las contracciones.

 

-Cómo te sientes?- le preguntó a su prima.

 

Alessandra se colocó frente a la parte baja de su prima para mantener un control de la dilatación y como la epidural iba haciendo efecto al ver el rostro de su prima, eso llevaría su tiempo, todas eran diferentes, lo sabia no por experiencia sino por haber escuchado a su madre ya hace muchos años decirlo.

 

 

 

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  • 1 mes más tarde...

Asrael, sanador llegando al Hospital San Mungo

 

Tomo aire, todo su cuerpo se beneficio de aquella acción, recién regresaba a la Institución Médica, se tomo unas semanas que disfruto en compañía de su amiga Zoella, había noticias sobre los casos referentes a intoxicados con filtros de amor, además de las emergencias habituales pero el pelinegro requería ese tiempo para gozar de la poca vida social que le resta al ser empleado del Hospital. Asrael no le molestaba quedarse todo el día en San Mungo y si era necesario, cubría la guardia nocturna feliz de poder apoyar con sus conocimientos.

 

Ahora que regresaba nuevamente, su gafete ya no decía Aprendiz de sanador, gracias a que curso el conocimiento en la Universidad Mágica, ahora coloco con orgullo sobre su bata blanca el gafete que lo identificaba como sanador, en su mano izquierda lleva el kid médico que le regalo su amigo Ryvak y animado por aquel nuevo comienzo, camino rumbo a la oficina del actual Director de San Mungo. Era posible que también encontrará a la jefa de Enfermeros, así que con pasos firmes se dirigió a aquella oficina para iniciar su labor.

 

No había leído el periódico, pero las personas en todo lugar hablaban de la difícil situación que se estaba sufriendo en el país, la situación es estresante y más aún para los niños, aunque fuesen magos y brujas, la incertidumbre sobre que sucedería con la guerra, era algo que afectaba a infantes y mayores casi por igual, tendría bastante trabajo a partir de hoy.

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