La Marca Tenebrosa ~ Mansión Riddle ~

[Thoth]

-Quizás... - Le responde a Wilson, ese ser que se enteraba de todo y era parte de todo en marca tenebrosa. En ello sunmnebte se encontraba deseoso de conocimiento y fue a la biblioteca. - pero tengo asuntos más importantes que atender. - Y se marchó, adquiriendo en cada paso un nuevo poder, al parecer dejó de ser un simple tempestad a ser un mago oscuro, está nueva responsabilidad le adquiría que madurar un poco, al menos ser más sutil o diplomático con sus compañeros, en el trayecto divisó situaciones interesantes pero se limitó a llegar a su destino, igual eso era lo único que le interesaba.

 

Al llegar noto a Alessa Ashyrver Delacour y se quedó petrificado, parecía que fue hace unos segundos cuando este demonio tenía cierta rivalidades contra ella, bajo la mirada y pensó que sí la Gaunt confío en ella, este no tendría remedio que hacer su instancia al menos para los dos algo más llevadera. Y fue por eso que clavando mirada en esa mujer pronuncio.

 

-Delacour.- Sentenció con firmeza. - es posible que fuera brusco con vos hace algunos minutos.- En ello un libro se acercó al demonio y este lo sostuvo. - supongo que nuestro pasado se debe aclarar. - y abrió el libro, desviando la mirada en el tomó de historia de la herbolaria que portaba en las manos. - quizás, te deba una disculpa por ello, pero debo admitir que comenzar de cero, no tiene significado. - suspiro e hizo pausa larga. - sin embargo. - sube la mirada y la observa fijamente. - por el bien de todos, creo que debo ser más amable y me preguntaba como vos eres más... - esto le tocaba admitir. - diestra en ello, me pudieras enseñar a ser más sociable. - le confesó y espero la respuesta de la misma, ya que era verdad, a ese ser le faltaba sutileza en el trato con sus compañeros.

[Matthew Black Triviani]

Las palabras de la bruja le había causado cierto temor, eso estaba claro. Pero había cosas peores que el miedo, organizaciones mucho peores que la MT. Él lo había sentido en carne propia apenas hace unos meses, había visto venir sobre si todo el poder de una agencia mágica rival. Salió con vida apenas y luego colaboró a eliminar aquella organización.

Soltó un pequeño gruñido al sentir los cálidos labios de Hawthorne sobre su nívea piel. Después de Keaton, no pensó que dejaría que alguien más lo tocase o saludase de aquella forma, era reacio a la demostración de sentimientos y momentos afectivos en público. Medio sonrió en la comisura de sus labios y volvió la mirada hacia la bruja que se encontraba frente a ellos.

El trasfondo de la habitación era completamente negro, daba la impresión de que podía consumirse hasta el más mínimo ápice de luz que se pudiera filtrar por la puerta. Por sobre ellos se encontraban las almas de las personas que habían sido asesinadas por miembros de la Marca Tenebrosa, aquellos traidores a la sangre o a la casta mortifaga. Contempló su pipa entre sus dedos, mientras la hacía bailar de un dedo al otro y la llevó hacia su boca, para encenderla y dar una larga calada de ella. Exhalo el humo de los hongos alucinógenos para que fueran directamente hacia la mujer de cabello ceniza.

Hemos venido por dos razones. ladeo su cabeza mirando a Isabella Tengo información privilegiada, información que ningún otro miembro de la Marca podría conocer hasta que se hace pública. añadió.

Transporte de peligrosas pociones, criaturas y los amuletos de cada libro... musitó la mujer misteriosa.
¿O me equivoco en eso, Shostakóvich? interrogó al mago, Jovanka sabía mucho más de lo que pensaban.

La curiosidad se reflejó en su rostro y posteriormente el interés. Cada libro contiene sus artefactos, pero para manejarlos, hace falta mucho poder... No es una magia sencilla de controlar, ni mucho menos de manipular al antojo de cada mago inepto. cuestionó a Jovanka.

Es hora de negociar, Isy. murmuró con una maquiavélica voz, acercándose a su oído, como si intentara seducirla. ¿Quieres poner el precio? ten cuidado, es una gitana, de las más tramposas, no dudara en regatear contigo y observa sus movimientos... Debe esconder una daga entre sus trapos.

 

 

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[Leslie Ashryver PB]

Parecía que la mansión fue cobrando vida, aunque estaba en la biblioteca y el fuego chispeante llenaba el silencio del lugar, los murmullos y ruidos llenaban el lugar, Alessandra seguía arrodillada en el suelo sin preocuparse que alguien la vea observando aquel libro, lo bueno de estar con magos oscuros era que incluso podían ayudarla a conseguir un Mora Miserian, con solo pensar en el objeto sonrió. Le gustaba todo aquello no podía negarlo, un lugar donde ser ella, experimentar sin tener consecuencias.

 

La puerta de la biblioteca se abrió pero la rubia no levanto su cabeza para ver quien era, estaba arrodillara en el suelo y seguramente aquella persona no la divisaría, había mechones de su cabello que le tapaban la cara para incluso ser ella quien viera de reojo al recién llegado.

 

Aquella voz la reconoció enseguida, Demian, aquel mago con el que había tenido muchas disputas en su pasado y no hace mucho cuando la había ignorado mientras hablaba con Antony. Frunció el ceño ante el saludo del Luxure.

 

-Luxure- le devolvió el saludo cerrando el libro.

 

Alessandra se quedo en shock, aquello no se lo esperaba, quería o mas bien algo dentro suyo le decía que debía desconfiar en esas palabras pero no podía, al menos se sentía que algo podía hacer para llevarse mejor con Demian y no estar peleando como perros y gatos cada vez que se encontraban en un lugar.

 

-Bueno...debo admitir que no me esperaba algo así- le confeso aun insegura de como actuar ante aquello -si quieres ser mas sociable puedo ayudarte sin problema en cuanto a tus disculpas las acepto- le dijo acomodando los mechones de su cabello.

 

Suspiro.

 

Aquello era complicado, parecía que le resultaba mas fácil hablar con el con sarcasmo y mordaz que ser amable, aspiro un poco de aire y se sentó mejor en el suelo, tomo el libro que estaba en suelo y lo puso sobre su regazo.

 

-Pero porque quieres ser amable ahora?- le pregunto curiosa.

 

 

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[Isabella Hawthorne R.]

Sus parpados se levantaron con pesadez delatando, al igual que los profundos surcos que se le habían formado debajo de los ojos, lo que el habitual consumo de aquellos hongos estaba haciendo en su sistema y no solamente eran sus ojos los que se habían apagado por completo, sino que también su grado de irritabilidad había incrementado, era una bomba de tiempo andante dispuesta a arremeter toda la frustración contenida en su cuerpo con la primera persona que osara en cuestionar ya sea su acción errante o aquellas locas ideas que se le metía en la cabeza.

 

Desde que los había probado por primera vez en la clase de Primeros Auxilios no había podido parar de consumirlos, a tal punto de apenas alcanzar a percibir la ácida amargura que tanto le había molestado en un principio; pero cada vez que el humo entraba por su boca y viajaba directamente hacia sus pulmones hasta acabar en su torrente sanguíneo para comenzar a experimentar aquella gratificante sensación de estar inmersa en una realidad alterna; en la cual todo se conservaba en suma tranquilidad, juraba haber visto a Drake sentado en la orilla de su cama, con aquella expresión serena en su rostro dedicándole aquella particular sonrisa que ella se desvivía por volver a besar.

 

Suspiró, frotándose los ojos para aferrarse a la idea de que todo aquello no era más que producto de aquellos deslumbramientos que solía tener cada vez que aspiraba el humo de aquellas setas.

 

Había encontrado consuelo en aquello que estaba a punto de destruir su salud mental y quizás ella estaba dispuesta a correr ese riesgo. Sus ojos se movieron en las penumbras de la habitación perdiéndose en ella por un duradero momento; sin pensarlo dos veces y casi por inercia le arrebató la pipa a Triviani de las manos y le dio una profunda calada atreviéndose a catar aquel particular sabor apenas perceptible a causa del acostumbramiento.

 

Escuchó en la lejanía que alguno de los presentes la llamó por su apodo. Matthew, intuyó, ya que era el único que conocía su seudónimo; nuevamente se había sumido a sus tan retorcidos pensamientos que era incapaz de comprender con qué estaba alucinando esta vez. —*****…—masculló tan bajo que a penas tuvo que mover los labios. Se frotó la frente con la yema de los dedos tratando de recordar el hilo de conversación que habían mantenido.

 

Gracias a su formidable memoria logró ponerse al corriente mucho antes de que los presentes se percataran de aquel pequeño colapso mental que acababa de presenciar. Aclaró su garganta enderezándose en aquella incomoda silla de madera para recuperar la postura refinada que siempre portaba. —¡Ochocientos millones de Galeones! — Sentenció golpeado con el puño la mesa, moviendo aquel de pupilas color plomo, tan carentes de compasión que podrían llegar a intimidar a cualquiera. —¡Atrévete a regatear conmigo y te juro que te arrancaré los ojos y se los daré de comer a los cuervos! Y espero que sepas hablar con señas porque también te cortaré la maldita lengua —. La vena que tenía en medio de la frente se había inflamado, aquello era una clara señal de que estaba hablando en serio; ese día en particular no se había levantado con ánimos de jueguitos absurdos que la hacían perder el tiempo, es más, ni siquiera había podido pegar el ojo en sesenta y siete horas.

 

 

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[Arya Macnair]

Año 2019

Aniversario de ingreso al bando

No era correcto, lo tenía bien presente mientras visitaba lo que meses después sería un manojo de escombros, la Mansión Riddle. Emprendería ese fin de semana un largo viaje con final incierto por lo que no podía dejar pasar aquella fecha tan importante para ella. Zoella había ingresado al bando como una pequeña cría de Ashwinder que aún se quitaba trozos de cascarón del cabello, algo tímida e insegura pero con un increíble poder dormitando en su interior. La veía y me reflejaba en su comportamiento, antaño, cuando asomaba la nariz por primera vez al monstruoso mundo, habiendo acabado Hogwarts y la pasantía en Durmstrang.

Eché un vistazo al cielo, tan hermoso como solo un domingo podía serlo y capté el momento exacto en que una lechuza moteada descendía casi en picada hasta mi ubicación. Sonreí. Phebs era el ave más rápida que conocía, y a juzgar por sus pequeñas patas vacías, el mensaje había sido entregado a la más joven de los Triviani, pronto debería verme en las inmediaciones de los jardines traseros.

Cualquiera que nos viene diría que me aprovechaba de mi peso como Nigromante, más cuando estábamos solas o compartíamos algún momento mi mente lo descartaba completamente. Si al principio fue algo por el estilo, lo veía en sus ojos cuando me escuchaba hablar, además de mi insistencia en protegerle incluso de su propia madre, Candela. En misiones, asaltos y demás proyectos de La Marca le tendía la mano para que me siguiera y ella en ningún momento se negó.

¿Quién se negaría a su alto rango? Posiblemente nadie, aunque seguía queriendo creer que lo nuestro era una bonita relación o conexión química, pues yo tenía mis propios problemas y amoríos esporádicos y para entonces Dennis ya formaba parte del corazón de Zoella. Aún así, con esos motivos y demás, seguíamos concordando reuniones clandestinas, como ésta, por ejemplo.

Atravesé el umbral de la Mansión, hice sonar mis botas de tacón por el recibidor y las cocinas, hasta que llegué a la puerta que daba al patio. Me quité la túnica negra que me ayudó a tomar los recaudos necesarios para no ser vista al entrar, aunque a un Macnair no le importaba que le relacionaran con La Marca Tenebrosa, y la dejé en el perchero antes de salir, el clima era agradable y los rayos de sol acariciaron mis hombros desnudos tan rápido como un amante receloso.

Tholav, el pequeño y despistado elfo que me acompañaba desde hacía añares, preparó una sencilla manta en el suelo con unos pocos -muy pocos- aperitivos, una botella de champagne y dos copas flauta. Todo estaba preparado para esfumarse en cuando alguien apareciera y estropease el momento, cosa que dudaba ya que hacía mucho que nadie visitaba el centro de reunión Mortífago. Ambos bandos habían sido silenciados, los lideratos temblaban y el silencio se volvía espina en la palma de cada uno de sus miembros.

Nadie estaría preparado para todo lo que vendría. Guerras, enfrentamientos, traición y nuevas lealtades. Anne para nosotros, quién sabe quién para La Orden del Fénix y una oleada de cosas nuevas, aventuras, tragedias.

Aquello no estaba en mi cabeza, ni remotamente cerca mis pensamientos se acercaban a ello. Por entonces solo planeaba una pequeña y detallista sorpresa para mí Mortífago favorita.

@@Zoella Triviani

[Zoella Triviani]

FLASHBACK.

Año 2019.
Aniversario de ingreso al bando.

La base para aquel entonces se encontraba en el castillo Triviani, observando un par de papeles que tenía en mano con aquellos alumnos de Hogwarts que tenía por tutoreados, de los que a su vez pensaba quién podría ser un adepto para las filas mortifagas, aunque las filas estaban apagadas y nadie daba aviso de presencia, Zoella seguía con su labor de buscar todo posible aspirante para que el bando siguiera en constante crecimiento.

 

Un ruido en su ventana la hizo regresar de sus pensamientos. Sus pasos lentos fueron a atender lo que sea que con insistencia buscaba llamar su atención. Phebs, aquella veloz ave con la que Arya acostumbraba a comunicarse con ella, siempre pautando las tantas quedadas clandestinas que ese par de brujas tienen, Zoella tomó la carta y observó a la lechuza emprender vuelo, seguro avisando a la Macnair sobre la entrega. Leyó su nombre, con aquella elegante caligrafía que poseía la pelirroja que desde hace un par de años confunde su corazón. ¿Desde cuando ella y la Nigromante se hicieron tan íntimas? Aunque cada una guardaba sus relaciones en secreto, fuera de ese circulo, siempre habían tenido una conexión, química, quizás astral, pero una conexión de la que ambas eran conscientes, yb se hacían de ella para así disfrutar de la compañía de la otra.

 

Llevaba algún tiempo sin verla, eso está claro. Recibir aquella carta, la había hecho tener un vuelco en su pecho, al recordar justo la fecha donde la misma bruja llevo a la ahora calva dentro de las filas del bando, emprendiendo aquel viaje como aspirante a la Marca Tenebrosa, la misma que meses después la aceptó como base, otorgándole su tatuaje conferido por la misma mujer que era dueña de un pedazo de su corazón.

 

Pensó un par de segundos en Dennis, su actual pareja, y a quien aún le ocultaba muchas cosas, dentro de las que Arya Macnair estaba, en secreto, no sólo para la Delacour sino para el mundo entero. Leyó hora y lugar, y con una sonrisa de colegiala en su rostro y sin más emprendió el corto viaje con la aparición a lo que sería el pueblo de Hongleton.

 

En silencio salió del callejón, sus tacones de aguja sonaban en el asfalto con cada paso que la joven bruja realizaba. Sus ropas, entre ejecutiva y formal, consistían en una falda color cerúleo junto a una blusa blanca, todo entallado. No había decidido cambiar su vestimenta de oficina antes de ir a la mansión, puesto que la emoción por ver nuevamente a la bruja era mayor que cualquier otra cosa.

 

Observó los terrenos Riddles frente a ella, vacio. Esperaba que a nadie se le ocurriera visitar el lugar donde la Triviani realizó muchas de sus travesuras y aventuras en torno a familiares y amigos. Como indicaba la carta, rodeó la mansión y llevó sus pasos hasta el patio. Se detuvo antes de seguir, asomando su calva cabeza para mirad aquel conocido cuerpo junto a un elfo, que arreglaba un par de cosas en el suelo.

 

Suspiró, nerviosa. Aunque quien diría que años después la pequeña figura de Zoella sería tan enigmática mujer, lugarteniente junto a Anne Gaunt, y tendría, aún a la pelirroja a su lado, apoyandola como desde un principio, quien vió esa chispa de poderío que guardaba.

 

- ¿Llego tarde? - pronunció finalmente, saliendo de donde se ocultaba para llevar sus pasos frente a la Nigromante. Una brillante sonrisa iluminó su rostro, y sin mucho protocolo, sabiendo que solo se encontraban ellas dos solas en el lugar, acercó sus labios a los carmesí de la mujer, uniendolos en un cálido y corto beso.

 

@@Arya Macnair

[Matthew Black Triviani]

Las fuerzas de las tinieblas que se escapaban desde sus altas paredes rocosas, eran insoportables para aquellos seres que no habían recibido la bendición de portar aquel tatuaje en su cuerpo. Ese tatuaje que se comunicaba sin hablar, que les transmitía vida sin respirar, y que era capaz de despertar adrenalina en cada uno de sus miembros con el simple hecho de latir en cualquier momento de sus vidas... Ninguno que no fue capaz de ponerse los ideales sobre sus hombros, podría jamar ver ni las paredes, ni el interior del gran bastión mortífago. Su dedo índice se había transformado en una garra negra, afilada de aproximadamente cinco centímetros de largo, rasgando suavemente la mesa dañada en donde se encontraban haciendo negocios, sus ojos negros estaban posicionados en Jovanka, la anciana gitana que tenía nexos con la mafia Británica. Su paciencia se estaba agotando, y al parecer de la de Isabella también, tercio sus labios, y formó una lúgubre sonrisa en su comisura.

 

Podía notar que Isabella sentía una gran pesadez dentro de ella, cada ser vivo tenía un olor diferente, y emanaba una sustancia con cada sensación que su cuerpo sintiera, ella había cambiado abruptamente, haciendo que eso encendiera su voraz apetito de sangre. ¿Los hongos tenían efecto secundario? cada consumidor era consciente del producto que los Trivianis vendían, y él estaba demasiado lejos de hacerse responsable por sus muertes, después de todo aquello podría servir y culpar al más grande de sus hermanos, para ir así, acabando con cada uno de ellos hasta quedarse solo, ambicioso, así era él.

 

Ladeó su cabeza, la oscuridad se replicaba en toda su corpulencia cual estandarte de las tinieblas pululantes de la fortaleza. Hubiera reído tal como la asesina que era de haber tenido la capacidad de hacerlo. Logró arrebatar la concentración de Jovanka, tras las palabras de Isabella.

 

Quiero que coloques el dinero sobre la mesa. sentenció Matthew, observando como la gitana desconfiaba de ambos presentes , tranquila, no te mataré... se levantó apoyando sus manos en la mesa, girando su cabeza sutilmente para incentivar a la blonda, él no la mataría, pero ella quizás si. Éstos son las rutas de comercio, donde tu gente podrá esperarlos y arrebatar toda su mercancía, no tiene guardias, solo viajan cuatro personas. volvió a tomar asiento y se reclinó en su silla entrelazando los dedos.

 

Murmuró unas palabras y tocó la muñeca de Hawthorne, dejando una pequeña marca de sangre con forma de lobo, la cual le permitirá, sumirse en sus pensamientos y controlarla a su voluntad, pero esa no era su función principal, si no, poder hablar con ella mediante sus pensamientos, así evitando que nadie los escuchara, al igual que activó su Anillo de Salvaguarda contra oídos indiscretos.

 

La pesadez en los ojos de Isabella podían ser un tanto evidentes ante el gitano, nunca se le escapaba el más ínfimo detalle de las situaciones y de las personas en las que él se veía comprometido. Seguramente se ha pasado de copas y por eso tiene el espíritu algo apagado; debía salir con ella por unos tragos al caldero, para enseñarle un pequeño truco de magia que haría que eso nunca le volviera a suceder, no se podía hacer nada con el hedor a etilico, pero si con sus efectos. ¿O eran un efecto secundario de los hongos que él vendía? claramente, no era algo que le importaba si moría, cada consumidor era consciente de lo que compra y de sus efectos a largo plazo.

 

En cuanto deje el dinero sobre la mesa, la asesinas. pensó esperando que la comunicación con ella se estableciera correctamente, dificil seria su tenia ante él a una Oclumante. Luego podemos repartirnos ese dinero.

 

 

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[Thoth]

-Quizás sea por la influencia de mi sobrina... -en ello pensó en Lady, esa bruja que le había pedido ser más sutil con los demás, incluso porque ella le unía sanguíneaneamente con muchos de los que forman parte de la marca tenebrosa. y en cierto sentido creo que somos pariente. pensó un poco esas palabras, ya que en realidad no era un Luxure sino un Licaón, solo que había optando por esa identidad en Gran Bretaña.-Aunque, no digo que seremos lo más afectuoso, pero al menos por ella, puedo intentar ser más diplomático. clavo la mirada con curiosidad por el libro que ella había leído.

 

Ante esa respuesta el demonio le reveló un secreto, ya que al estar vinculado con su sobrina, sus ramas familiares se extendía como las raíces de los árboles, ligandose y pareciendo que todos en menor grado eran familia, sin embargo, el egipcio repudiaba ciertos apellidos con lo cual pudiera estar ligado, entre los cuales sobresalían los Black, Malfoy, Tonks, Dumbledore, Potter Blue y Weasley, y todo por ser reconcoroso con los cabecilla de la familia. Quizás, por eso se mostraba tan repugnante con esos familiares, dado que sólo su presencia le provoca asco y repudio, el podía distinguir algunos de ellos, pues sus rasgos físicos le hacían recordar a esos despreciable magos y brujas.

[Leslie Ashryver PB]

La Delacour se sobresalto ante la mención de "sobrina", quiso golpearse la frente al recordar que su melliza Lady era Luxure, la pelirroja le había comentado ya hace tiempo atrás, palideció al recordar que Alaric era su padre por ende también tenían una relación familiar, un sudor frió le recorrió la espalda al comprender que eran familia también, ¿lo sabría? pareciera que no ya que solo hablaba de Lady como sobrina. Tocio un poco para aclararse la garganta.

 

-Entiendo- le dijo con la vos cortada.

 

Tocio un poco mas para evitar que se le notaba lo nerviosa que estaba, se paso una mano por el cabello, nunca había pensado que podía enseñarle a alguien que podía ser mas sociable, ella era así por naturaleza. Golpeteo la tapa del libro que estaba en su regazo, era oscuro y no tenia nada escrito por ende no podía saber que había ahí.

 

-Bueno...nunca he enseñado esto a nadie pero supongo que para ser mas sociable deberías hablar mas con las personas- le dijo pensando en algo -ya sabes, cuando ves a alguien en un negocio que estas aunque no le conozcas acercarse y hablar de trivialidades al principio después hablar de las familias-

 

Siguió pensando en lo que ella haría, siempre hacia eso o simplemente en la familia, cuando se enteraba de algún nuevo miembro lo invitaba a sus negocios o comer algo en la misma familia, siempre hablaba de como estaban, que quería ser, si había ido a Hogwarts, empleo, negocios y así hasta que su relación iba haciéndose mas estrecha.

 

-Tengo entendido que en la Luxure hay nuevos miembros...podrías invitarles a ellos que son familia a comer o tomar algo-

 

 

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[Thoth]

-Debo admitir que mi atención se la llevas los libros, esas trivialidades de socializar no es algo que pudiera sostener a meno o con agrado, sin embargo, supongo que tiene razón algo en lo que dices. - hizo pausa y medito eso de nuevos Luxure. - Y me genera un poco de curiosidad, como sabes que existen nuevos integrantes en la familia, pudiera pensar que sigues la pista alguien de familia ¿Acaso te gusta un Luxure?- El demonio no lo decía por el, ya que no era su tipo o su género, en fin, sería curioso saber cómo reaccionaria ante ello, pues en ningún momento le quito la mirada a esa bruja, incluso oenetro hasta lo más hondo del alma, quizás no era un gran maestre del arte, pero su nuevos estudios le darían permiso de leer el alma. Aunque su postura se mostraba algo tenaquila, por dentro era un manojo de querer acabarla, pero se contenía.

 

El caos en su pensamiento no le permitió otra cosa, que dejarse llevar por la recomendación de Lady, incluso si existía algún escolar, este suponía que debería darle algo de galeones de sus negocios y de esa forma que se notará que era alguien de alto rango, no podía permitir que un integrante de su familia pudiera verse en la miseria, a pesar que esté se encontraba en la misma, pero eso era más por buscar placeres del mundo y algunos le costaba alguna inversión. Por ello, este trabajaba y desea seguir acomulando saberes. Y aún así aguardo la respuesta de @