Jump to content

Libro de las Auras


Runihura
 Compartir

Publicaciones recomendadas

La Guerrera Uzza se había tomado su tiempo a la hora de diseñar cómo y dónde serían los duelos de práctica con los que normalmente terminaban las clases que impartían los de su pueblo para ayudar a los magos y brujas a vincularse con los libros de poder.

 

En aquella ocasión, Runihura había dispuesto un lugar al pie de un monte donde el sol apenas las alcanzaría, más aún porque la noche comenzaba a adueñarse de los colores del paisaje. No obstante, al haber luna llena, no había problemas de visión. Por si acaso, había añadido algunas antorchas con fuego mágico que flotaban en el aire y limitaban lo que seria una especie de ring de combate cuyos límites, realmente, no existían.

 

La Uzza se colocó en uno de los laterales, con los brazos cruzados, y esperó a que las dos pupilas que se enfrentarían en él llegasen. Las instrucciones estaban muy claras. De hecho había muy poco que explicar. Pero aguardó el momento, en silencio, sabiendo que era su deber. Cuando las vio llegar, inclinó la cabeza suavemente.

 

Bienvenidas ambas. Colocaos cada una a un extremo y preparadas para iniciar la práctica —les indicó mirándolas alternativamente, con los brazos cruzados sobre el pecho—. Las reglas son sencillas: no es un combate a muerte, y buscamos practicar los hechizos del libro de las auras. Por tanto, nos centraremos en esos a pesar de poder usar todos los demás. Si no hay dudas... podéis comenzar. Y que gane la mejor.

 

Dio un paso atrás y descruzó los brazos, indicándoles así que podía iniciar cuando quisieran. Y luego esperó, ansiosa por saber cómo acabaría el enfrentamiento.

 

 

 

Off:

 

Pautas a tener en cuenta durante el duelo:

  • No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
  • Las Auras cuya duración sea de más de 3 turnos, serán de 2. Sólo por este duelo.
  • Se entiende que, al ser el Libro de las Auras de hechizos grupales, por este duelo se permitirá en 1 vs 1.
  • Duración del duelo: Del 21 de marzo (inclusive) al 30 de marzo.
  • Nos guiaremos por las reglas de duelos existentes.
  • Hechizos: Neutrales, Graduados, y los Libros de Hechizos hasta Auras. (Con especial hincapié en este último).
  • Están prohibidos los Off. Consultas, dudas o sugerencias, al topic correspondiente.

 

 

EDICIÓN: Por ausencia de Runihura, se juntan los dos duelos de la prueba. Serán dos equipos: un equipo npc de criaturas infernales vs el equipo de las integrantes de la prueba.

 

Los hechizos que lancen las criaturas npcs pueden ser roleados por cada jugadora y podría ser interesante rolearlo como si fuera un asedio entre dos equipos enfrentados, aunque no es obligatorio.

 

Menciono por la edición. @@Ellie Moody @Mackenzie Malfoy @

Editado por Mackenzie Malfoy
nHT2lrv.png
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La luna baña todo con su luz pálida. Algunas personas creen que ésta tiene propiedades mágicas; Ellie, aunque es una bruja, no lo cree. No de la forma en que la mayoría de las personas, especialmente los muggles, suelen usar la palabra "magia". Sí, la luna tiene un efecto en los cultivos, en los encantamientos y las pociones; mas no se trata de nada sobrenatural, es pura ciencia. «Pero es hermosa y luce... mágica». Sonríe, imaginando que la luna repone sus energías, mientras su luz se refleja en su cabello plateado y su piel pálida. Sonríe, pues aunque sabe que se trata de una fantasía de vez en cuando es necesario pensar en ese tipo de tonterías. Especialmente cuando está a punto de enfrentarse en duelo.


Ellie muy pocas veces en su vida ha tenido un duelo mágico y absolutamente todos han sido por deporte. Esta ocasión, no es la excepción. No busca ganar ni demostrarle nada a su oponente, a la bruja con la que Runihura ha decidido enfrentarla el lugar de Melrose. «Bueno, se supone que debo demostrarle a Runihura mi dominio de las Auras...».


Aunque está nerviosa, intenta pensar en el Escudo Fantasmal que fue capaz de invocar y mantener, y que además las mantuvo a salvo de la lava. Mientras cuenta del uno al diez, saca la varita mágica del bolsillo de su túnica negra y se ubica en el punto señalado por la guerrera uzza. Bajo sus botas marrones, la hierba cruje débilmente, rompiendo el pesado silencio que está instalado en el campo de enfrentamiento.


Escucha las indicaciones de la guerrera y responde con un asentimiento. Está nerviosa, pero quiere que todo acabe. Y sólo hay una forma de lograrlo.


—En verdad, no quiero que ninguna de nosotras salga lastimada —habla Ellie, obligándose a levantar la voz para hacerse oír a través de la distancia que la separa de Mackenzie—. Ni siquiera entiendo por qué debemos tener un duelo... Así que, ¿podemos tener cuidado, verdad? Ser... Amables... Y eso.


Aunque tiene dudas, levanta la varita mágica. No piensa que esté en un campo de batalla, ni siquiera siente la necesidad de actuar. Sólo lo hace por gusto, porque le gusta manejar la magia, porque le gusta pensar en la teoría de los hechizos y verla actuar. Ese pensamiento la tranquiliza y le ayuda a reunir sus energías. Finalmente, abre los brazos y conjura el encantamiento.


—¡Aura de Confusión! Encantamiento Desecador.


La luminiscencia mágica se convierte en una neblina grisácea que se manifiesta en el campo de batalla, pero sólo afecta a su oponente, Mackenzie. El aura la aturdiría y confundiría, obligándola a usar el encantamiento que Ellie pronunció momentos después de invocar el aura, por lo menos mientras ésta se mantuviera activa. Eso debería mantener el duelo bajo control.

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Mackenzie tenía la extraña sensación de haber olvidado algo. No recordaba haber llegado junto al pie de aquella montaña en la que ahora se encontraban. No recordaba cómo se había ido haciendo de noche. Lo último que recordaba era una batalla en el interior de unas catacumbas. Y ahora estaban allí, Ellie y ella, dispuestas a enfrentarse en un duelo de prácticas, en plena noche y rodeadas por todas partes de sombras. La sombra que proyectaba la enorme montaña, las sombras de la luz de las antorchas, dispuestas alrededor de la zona en la que se encontraban las duelistas. Las sombras que la propia luna llena dibujaba en el paisaje boscoso que las rodeaba. La Malfoy había aprendido a desconfiar de las sombras y de los recuerdos que debería tener y, sin embargo, también estaban cubiertos de sombras.

 

Había algo más que inquietaba a la bruja cuando sacó a Solveig y se dispuso a acatar las órdenes de Runihura y era el hecho de que aquellas órdenes no le gustaban. Las conocía y, por sus tiempos a cargo del Ministerio de Magia, era plenamente consciente de que los Guerreros Uzza rara vez se saltaban las reglas impuestas por las propias Escuelas de Magia. Aquello poco tenía que ver con Runihura y, aunque una parte de Mackenzie, le gritaba con todas sus fuerzas que se templara y aceptara las inútiles reglas, otra parte más fuerte, más acorde con su propia naturaleza, le reclamaba que se opusiera a ellas o, al menos, que verbalizara con toda su vehemencia innata lo absurdo de practicar las auras en un duelo de dos.

 

Se calló. ¿De qué serviría hablar? Ya no tenía el poder de antaño y lo cierto era que tampoco lo quería. Pero aún así, en momentos como aquel, le hacía sentir una impotencia a la que no estaba acostumbrada.

 

—Yo tampoco tengo intención de lastimar a nadie, Ellie —respondió Mackenzie. —Puede que en otra ocasión hubiera disfrutado de un duelo contigo, dando el todo por el todo. De hecho, me suele gustar practicar duelos, aunque suponga tener que pasar luego por la enfermería. Pero ahora mismo... con este libro.... en fin, se trata de practicar las auras más que nada.
Observó a su contrincante levantar la varita, pero justo en aquel momento, un fogonazo, un chisporroteo, una llamarada surgida de las antorchas, desviaron la atención de Mackenzie hacia el círculo que las rodeaba. Una neblina gris comenzó a envolverlo todo y la bruja sintió un momento de confusión. Sus reflejos se aletargaron, incapaces de procesar con nitidez lo que estaba sucediendo. Tardó unos segundos en darse cuenta que, de las llamas de las antorchas habían surgido unas extrañas criaturas que ahora cerraban por completo el ring en el que se encontraban las dos brujas. Tenían cuerpo de hombre, incluso vestían un traje oscuro, siguiendo la moda muggle, pero de su cuello se alzaba una cabeza con forma de antorcha y sus pelos eran llamas iridiscentes que apuntaban en todas las direcciones. Una lengua bífida, larguísima, surgió de pronto de la boca incandescente de una de las criaturas y golpeó a Mackenzie en el brazo que empuñaba la varita. Con horror, la Malfoy observó la herida sangrante, de la que, como si se tratara de unas Flechas de Fuego, comenzaban a extenderse filamentos de fuego, incendiando su piel.
—Aguamenti —se defendió anodada, dándose cuenta de que no estaba respondiendo el duelo, pero comprendiendo que era más urgente curar la herida infligida por aquellas criaturas.
Los filamentos de fuego se apagaron, aunque aún debía curarse la herida, de la que manaba una copiosa sangre. Sintiéndose aún con fuerzas, pensó en levantar un Aura del Escudo Fantasmal para protegerse de aquellos seres.
—Encantamiento desecador.
Sólo al ver el inútil hechizo que salió de su varita, comprendió que el duelo ya había empezado y que la neblina gris que había notado antes no era algo que procediera de las terribles criaturas que las rodeaban, sino de la varita de su contrincante, Ellie. Le había lanzado un Aura de Confusión.
Se preguntó de parte quién estaban aquellas criaturas. ¿Luchaban por su cuenta o eran algo conjurado por Ellie? Las auras funcionaban por equipos. ¿Cuál era su equipo en aquellos momentos?
No lo sabía. Se empezaba a notar débil por culpa de aquella herida abierta, pero las reglas de los duelos no le permitían seguir utilizando su varita. Sabía que había una manera, no obstante, pero prefería reservarse las curaciones extraordinarias. Podía aguantar un poco más.
yqvll1m.gifO3zbock.gif
firma
iRyEn.gif4ywIp1y.gifXuR0HEb.gifZmW4szS.gif
bfqucW5.gif
Come, my friends,
Tis not too late to seek a newer world.
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Ellie parpadea, preguntándose si por un mal manejo de las Auras la confusión la afectó a ella también. Hasta ese momento no había prestado atención especial a las antorchas de fuego mágico, que marcaban la delimitación del campo para el duelo; un error que cometió por querer acabar con aquello lo más pronto posible. No es la primera vez que un Guerrero Uzza prueba su manejo de la magia Uzza, pero rara vez habían sorpresas. Quizás alguien más, alguien más sensible que ella, diría que nota algo raro en el ambiente; cierta tensión... cierta sensación de que hay algo que no está bien. En el caso de Ellie, sólo está segura de que aquello no es algo que debería estar pasando. Y, entonces, recuerda.

 

Entra, desconocido, pero ten cuidado
Con lo que le espera al pecado de la codicia,
Porque aquellos que cogen, pero no se lo han ganado,
Deberán pagar en cambio mucho más,
Así que si buscas por debajo de nuestro suelo
Un tesoro que nunca fue tuyo,
Ladrón, te hemos advertido, ten cuidado
De encontrar aquí algo más que un tesoro.

Runihura las llevó a las catacumbas, Runihura quería recuperar algo. Runihura quería su ayuda... quería que fueran ladronas. Recuerda el suelo colapsar, recuerda el Escudo Fantasmal y el río de lava, pero ¿qué pasó después de todo aquello? Ellie cierra los ojos, intentando recordar, pero hay sombras en su mente; sombras a las que ni siquiera ella, siendo legilimante y oclumante a la vez, puede acceder. Están más allá de su control, más allá de sus poderes. ¿Qué fue lo que pasó en las catacumbas? ¿Llegaron si quiera a salir de las catacumbas? Ni siquiera puede recordar qué día es, qué hizo antes de llegar ahí. Quiere preguntarle a Mackenzie si lo mismo le ocurre a ella, pero se da cuenta de que está herida y no puede evitar sentir una punzada de culpabilidad. Quizás, si no hubiera invocado el Aura de la Confusión ella podría haber hecho algo para defenderse...

 

¡Episkey! —exclama Ellie, agitando la varita mágica hacia Mackenzie para sanar las heridas restantes de las flechas de fuego.

 

A su alrededor, las figuras de fuego parecen ceñirse cada vez más hacia ellas, reduciendo el tamaño de la circunferencia. La ansiedad comienza a crecer en su interior, se le hace difícil respirar y sólo quiere que todo acabe. Por algún motivo, se encuentra pensando en Rhiannon y su forma de describir la maldición que padece. «Es como una sombra que se cierne sobre ti; es pesada, quiere aplastarte, quiere consumirse». Así se siente, mientras observa a aquellos seres de fuego. Y, por su culpa, ella es la única que puede hacer algo ahora, ya que Mackenzie sigue afectada por el Aura de la Confusión. Está jugando con fuego —ja— al intentar conjurar otra Aura, pues necesita usar bastante energía mágica. Sin embargo, es la única forma de que la Aura de Confusión ya no afecte a Mackenzie y quizás puedan hacer algo contra aquellas cosas.

 

Levanta la varita mágica y reúne sus fuerzas para invocar un Aura del Escudo Fantasmal. El suelo se estremece cuando unas figuras fantasmales brotan debajo de ellas. Uno tiene la figura de un Aethonan y el otro de una lechuza, que se colocan delante de Mackenzie y Ellie respectivamente para protegerlas de las figuras de fuego. De... ¿lava?

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Criaturas:

 

Las figuras comienzan a avanzar lentamente hacia el interior de la zona en donde las duelistas están practicando. Algo parece atraerlas con fuerza hacia el centro mismo de aquel lugar, pero no se mueven rápido, avanzan paso a paso, deleitándose en los lentos movimientos de sus cuerpos de lava. Una lava que no quema las ropas muggles que los cubren, pero que se adivina en sus extremidades, cuando alzan las manos en un gesto furioso, cuando se mueven dejando un rastro de fuego líquido tras ellos. Una lava que forma su horrendo rostro con forma de antorcha. Una lava que desprende altas llamaradas dese su cráneo. Son al menos 6 y todas ellas se mueven en dirección a las brujas, mientras Ellie cura a su compañera.

 

Una figura alza su mano de lava en dirección a Mackenzie. Las criaturas no usan varita, pero el ser que está realizando aquella magia sabe que los efectos del hechizos son similares a un Cinaede.

 

Otra figura alza su mano de lava en dirección a Ellie y el rayo de un Sectumsempra se desprende de ella.

 

Las criaturas no tienen una voz humana, pero el viento parece traducir sus sonidos guturales y las brujas son capaces de comprender los hechizos que les han sido lanzados.

 

 

 

 

Mackenzie:

 

 

La bruja miró agradecida a Ellie mientras veía cómo su herida sanaba en el acto, gracias al Episkey que la bruja le había aplicado. Recuperó toda su vitalidad y, por un segundo, se sintió dispuesta a todo otra vez. Iba a descubrir porqué y cómo habían llegado hasta allí. Estaba segura de que aquellas criaturas no eran una casualidad, estaba convencida de que tenían mucho que ver con aquello que la Guerrera Uzza quería recuperar. ¿Quiénes eran las criaturas y qué querían? ¿Porqué estaban allí? ¿Custodiaban algo o deseaban robarlo?

 

En mitad de sus pensamientos observó formarse el Aura del Escudo Fantasmal que había conjurado Ellie. Un aethonan se colocó a su lado para protegerla y una lechuza hizo lo propio con Ellie. Parecía que las tornas del duelo habían cambiado. Ya no eran dos brujas enfrentadas, sino un mismo equipo luchando contra unos extraños seres. Algo en el interior de Mackenzie se alegró, a pesar de que aquella situación era en extremo peligrosa para ambas.

 

Esta vez no se lo pensó dos veces antes de atacar.

 

Cinaede —pronunció, dirigiendo su varita contra una de las criaturas que la estaba mirando fijamente, mientras se desplazaba de forma extraña, moviendo lentamente su cuerpo de lava.

 

El susurro del viento pareció repetir su propio hechizo cuando tradujo el sonido gutural que exhaló una de las criaturas, precísamente aquella que miraba fijamente a Mackenzie. Comprendió que aquella criatura le había lanzado un Cinaede, aunque le resultaba difícil de creer que aquellos seres pudieran utilizar los mismos hechizos que ellas. Hubiera esperado un terremoto o una enorme bola de fuego o un río de lava, pero no un Cinaede. Menos aún teniendo en cuenta que precisamente era el hechizo que le acababa de lanzar a la figura de fuego.

 

El Aura del Escudo Fantasmal funcionó a la perfección y el Aethonan que protegía a Mackenzie abrió la boca para tragarse el gas venenoso antes de que éste pudiera hacerle ningún daño a la bruja. La criatura fantasmal no se vio afectada. Su cuerpo energético no tenía problemas con los venenos que cortan la respiración y atacan al sistema nervioso y circulatorio.

 

Sabiendo que el Aura del Escudo Fantasmal las protegería aún a ambas por algún tiempo, decidió cortarle el paso a otra de las criaturas.

 

Maldición —pensó, sabiendo que el siguiente hechizo de una de las criaturas que se les acercaba sigilosamente por detrás sería mal pronunciado.

 

Tenían que librarse de aquellos seis monstruos de fuego y, aunque lo primero que pensó fue en utilizar agua contra ellos, no estaba segura de que las corrientes de agua fueran a acabar con ellos. Lo que estaba claro es que no iba a utilizar ninguna otra aura mientras durase el efecto del aura que había conjurado Ellie. Aquel Escudo Fantasmal estaba resultando muy útil.

 

 

OFF: La parte de las criaturas es como si fuera un posteo de un miembro del equipo contrario. Entiendo que el aura fantasmal comienza a hacer efecto al principio de mi posteo (durante los siguientes 3 turnos del equipo del invocador) y, como no son intercalables, pues el aura ya me protege del Cinaede. Con este aura se ve claro que debiera consumir acción, dado que te da acciones gratis en los siguiente turnos (defensas). Y bueno, igual me estoy liando, porque es complicado hacerlo así y encima hace mil que no practico un asedio, pero la idea sería hacer un experimento xD para ver cómo debería funcionar este libro si se utiliza para lo que está pensado que son asedios. Sentiros libres de postear hechizos de las criaturas y de experimentar y de dejar vuestras impresiones en OFF, que luego nos serán útiles cuando revisemos el libro para que funcione bien.

yqvll1m.gifO3zbock.gif
firma
iRyEn.gif4ywIp1y.gifXuR0HEb.gifZmW4szS.gif
bfqucW5.gif
Come, my friends,
Tis not too late to seek a newer world.
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Mel no se había retrasado a propósito.

 

Primero, se había encontrado en las arenas con Runihura. La bruja la había estado esperando allí, sentada y Mel había llegado a tiempo y se habían saludado mutuamente. Mel pensaba que aquel enfrentamiento sería como muchos otros que ya había tenido antes, que servían para templar la magia que estaba aprendiendo a utilizar y que, una vez que pudiera probar que era capaz de usarla, podría irse de allí con el beneplácito de la mujer.

 

Sin embargo, las cosas se habían torcido a medio camino de ello. Había pensado en qué aura invocar y en qué momento ponerla en acción, incluso había creído que tendría un mejor desempeño que en otras ocasiones y se había preparado acorde. Nada había resultado de esa forma; pronto, las sombras menguaron, el campo se constreñía, la voz de Runihura se perdía y Mel quedaba de pronto rodeada de seres inverosímiles.

 

Entonces, fue una decisión de apenas segundos ¿desaparecer, lo que implicaba quizá reprobar o morir? Y eligió lo primero. Pensando tan solo en su prima y rogando porque eso fuera suficiente, giró sobre sí misma y... ahí estaba. La magia misma de todo ese lugar extraño parecía hacerlo posible, mas, allí, las cosas tampoco parecían ir suavemente. Aquellas mismas figuras las rodeaban también y si bien Mackenzie también estaba allí no había rastro alguno de Runihura.

 

¿Dónde se había metido aquella mujer? ¿Por qué estaban rodeadas de pronto y por qué esos seres informes parecían ser capaces de atacarlas? No había llegado para apreciar cómo Mackenzie y Ellie la habían pasado mal al inicio pero sí que por poco fue alcanzada por el fuego que aquellas criaturas proyectaban con sus propios cuerpos, colocándose lo más cerca posible de sus compañeras y dándoles la espalda, de forma que creaban un triángulo, observando desde todos los ángulos posibles y abarcadando la completa línea de visión. Era todo ridículo. Ambas brujas estaban protegidas por auras fantasmales y Mel no tenía ese lujo pero decidió usar algo que podría servirles a todas igual.

 

-Aura de poder.

 

Su varita, apuntando hacia el cielo, dejó caer sobre ellas una lluvia de estrellas que desprendió una luz blanca y Melrose pudo sentir sus músculos henchidos de energía: podrían, las tres, invocar hechizos más poderosos de lo habitual, al menos, mientras durara el aura que les permitía acceder a hechizos de un rango superior. A la par, creyó distinguir una figura encapuchada, detrás del pelotón de criaturas repulsivas. Todo gracias a la luz del aura proyectada que por un instante iluminó el terreno.

 

-Aqueora

 

A su vez, el escudo de agua la rodeó por completo como una estela, curando no sólo sus heridas superficiales si no también su cansancio. Melrose podía observar perfectamente a través de la protección que había invocado para sí a causa de la falta de un aura fantasmal, al menos de momento, pero solo se podían ver las formas llameantes y no al otro sujeto. Aún así, ella estaba segura de lo que había apreciado minutos antes así que así se lo dijo a Mackenzie y Ellie. No podía apartar esa idea de las figuras que había visto al interior del lugar, de cuan similares eran. Si ellas estaban allí, capaces de invocar distintas auras en simultáneo eso solo podía significar que Runihura tenía que estar cerca, ejerciendo como "batería" hacia ellas y si Runihura estaba allí.

 

-Tenemos que averiguar la forma de deshacernos de esta basura -acotó con voz clara mientras una de las criaturas se desintegraba en contacto con su barrera de agua.

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—¡Mel... Melrose! —Ellie vuelve el rostro en un arrebato, sin darse cuenta de que justo en aquel momento una maldición Sectumsempra vuela hacia ella y sin darse cuenta de que su Escudo Fantasmal la ha protegido del impacto del hechizo. Quizás, de haber prestado más atención, se habría puesto a pensar en el hecho de que aquellos seres demoníacos fueran capaces de usar los poderes que las brujas dominaban, sin necesidad de varitas mágicas ni un cuerpo de carne. Quizás... pero, ahora, algo más importante capta su atención. Llama a su prima en voz alta, aunque apenas puede respirar por la ansiedad.

 

En la voz de Ellie hay una nota de temor. Le preocupa que aquella imagen no sea más que una ilusión, que una trampa de aquella prueba infernal. Pero, a la vez, le preocupa que su prima hermana se vea en la misma situación que ella y Mackenzie; la desea en casa, a salvo. Sin embargo, al ver cómo levanta la varita mágica y provoca una lluvia de estrellas en el campo de batalla —la invocación del Aura del Poder, que anula su Aura del Escudo Fantasmal— no le quedan dudas de que es Melrose. Sonríe, feliz de tenerla a su lado, pero también tiene ganas de llorar y reclamarle que esté en aquel lugar.

 

El Aura del Poder de Melrose comenzará a incrementar los poderes de las brujas, aunque en Ellie no tiene mucho efecto pues ya es poseedora de un alto poder. Decide no invocar otra aura, para no interrumpir el efecto... Aunque eso la deja enfrentada a las criaturas de fuego. Cierra los ojos e intenta concentrarse.

 

¡Corpus patronus!

 

El cielo se ilumina con los rayos y los truenos estremecen la tierra. Sobre Ellie se materializa un patronus corpóreo con la forma de un Ave del Trueno, capaz de crear tormentas con su vuelo. El clima comienza a cambiar, como si una tormenta se acercara... ¿Acaso una lluvia las ayudaría o sólo entorpecería la batalla? No está segura, pero quiere intentarlo. El aire se hace más húmedo, una lluvia amenaza con caer pronto.

 

Vara de cristal —conjura Ellie. Su varita mágica se transforma en un cayado de madera de sicomoro, con núcleo de fibra de corazón de dragón y en el extremo superior un ópalo negro, que irradia destellos azules. La vara de cristal imbuirá de poder un hechizo de tipo rayo, convirtiéndolo en un efecto para que actúe de forma inmediata— ¡Desmaius! —dirige el hechizo a una de las seis criaturas, dejándola fuera de combate al instante.

 

»¡Quedan cinco! ¡Vamos!

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Oh, mier**...

 

Melrose se había olvidado rápido de las instrucciones de Runihura. Drenada de energía, se da cuenta que el Aqueora (su intento de invocar uno) no había hecho más que hacerla sentir drenada. En realidad, no habría sido posible, quizá, de no ser porque sabe que las cosas no solo dependen de ella y que, así como le cubren las espaldas, también tiene que cubrírselas a ellas.

 

-Aqueora

 

En aquella oportunidad, la oleada de agua sí que sale y la rodea, sirviendo para curarla de las quemaduras que le causaron las criaturas de fuego. No había sido algo grave (al menos al inicio) por lo que realmente habría querido utilizar el hechizo de manera más útil pero siente que no tiene opción. Además, sus compañeras parecen cuidarse mejor ellas mismas que lo que ella podría ofrecerles. Ambas, con grandes poderes. Mel se limita entonces a rebuscar en su morral el libro que quiere para poder seguir al pie de la letra las instrucciones. Conoce el hechizo, es solo que prefiere asegurarse debido al nerviosismo, mientras las criaturas de lava no logran atravesar su defensa.

 

-Semillas de hielo

 

Sus pensamientos se canalizan y de la varita sale el rayo que pronto se convierte en un viento helado, impactando en la criatura -rara- más cercana. Ésta se ve entonces recubierta por una película de hielo, que hace que se veía obligada a detenerse. Mel observa con precaución porque sabe que podría volver a moverse en cualquier momento pero en lugar de eso, se da cuenta que al menos otras tres criaturas parecen estar siendo recubiertas también de hielo (porque ya se habían detenido). La criatura, luce como varios siendo solo una y mucho más grande de lo que aparenta.

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Posteo de la Criatura Infernal 1

Ha visto caer a uno de sus hermanos, pero sigue avanzando como si nada, con el mismo paso lento y parsimonioso, dejando una estela de lava que, unida a la del resto de sus hermanos, comienza a formar un río alrededor del ring de entrenamiento, cercándolo. Las emociones humanas no le afectan, porque él no es humano, no tiene sentimientos. Ha sido creado con un único fin: proteger el objeto sagrado enterrado al pie de la montaña. Esa es su única voluntad, su único cometido. No importa cuantos caigan, mientras el objeto siga estando a salvo.

La bruja llamada Melrose se ha protegido con un Aqueora y ahora de su varita sale un rayo de semillas de hielo. Es hora de detenerla, ya ha caído uno de ellos y, aunque no siente nada por ello, sabe que cuantos más sean, más posibilidades para cumplir su misión.

—Protego.

El hechizo se detiene antes de que pueda terminar de impactar en las criaturas. Por un momento, casi las ha recubierto el hielo, pero ha llegado a tiempo. Realmente, el hielo es un peligro para ellos, si llegara a tocarles. Pero peor aún es ese Aqueora que, afortunadamente, hasta el momento no ha sido utilizado contra las criaturas de fuego.

—Aura de Muerte.

MIentras ve cómo se forma la luminiscencia verde fosforescente alrededor de las brujas, se siente satisfecho al saber que, por un tiempo, nadie podrá conjurar el hechizo que más daño podría hacerles. No más Aqueora. Aún tienen el problema de la lluvia provocada por esa Ave de Trueno, pero es una criatura conjurada, no durará lo suficiente como para apagar las llamas y secar la lava de la que están formados. Al menos, no conseguirá apagar a todas ellas. Quizás más de aquellas aves podrían suponer un peligro mayor. No lo sabe.

—Cinaede. —Pronuncia con un sonido gutural característico con su mano alzada hacia Melrose.


Posteo de la criatura infernal 2:

No es momento de perder el tiempo, el objeto legendario debe seguir durmiendo su sueño eterno.

El Aura de Muerte que ha conjurado su compañero no le afecta, así que decide que es buen momento para limitar la capacidad mágica de la bruja que parece más poderosa.

—Limitate. —Extiende su mano hacia Ellie

No se va a quedar ahí, es momento de atacar.

—Fuego Maldito. —Dos llamaradas surgen de su mano y adquieren la forma de lobos que avanzan en dirección a Mackenzie.



Posteo de Mackenzie


Mackenzie sintió de pronto el Aura de Poder a su alrededor y quiso probar suerte con un Aqueora, pero llegó demasiado tarde. Justo cuando iba a alzar su varita, un Aura de Muerte la cubrió con su verde luminiscencia. ¡Malditos bichos! La bruja sabía que podía interrumpir ese aura, pero no sería inmediatamente.

—Corpus Patronus —De la varita de Mackenzie surgió un patronus corpóreo con la forma de un Augurey. La bruja no tuvo que esforzarse mucho para hacer que cantara, la lluvia caía sobre ellos de forma copiosa, más que suficiente para que la criatura mágica estuviera dispuesta a deleitar con su canto letal a aquellas criaturas, cuyas llamas refulgían ahora con menos fuerza gracias a la lluvia atraída por el Ave de Trueno conjurado por Ellie.

Había sido una corazonada, pero se sintió agradecida al ver que las criaturas dejaban de alzar sus manos y trataban de cubrir con llamaradas sus inexistentes oídos. Aquel canto parecía afectarles incluso más que a los humanos.

No vio a las dos criaturas que estaban más apartadas y les había afectado menos el canto del Augurey. Una había atacado a Melrose y la otra a Ellie, casi al mismo tiempo. Demasiado rápido para que Mackenzie pudiera hacer nada, tan sólo pudo defenderse de las llamaradas de Fuego Maldito que avanzaban hacia ella.

—Ignea.

Una lluvia de polen de lirios de fuego rocía a la bruja haciéndola inmune al Fuego Maldito, que pasa sobre ella y se pierde en el cerco del río de lava que las rodea.

—Aura de Confusión Aqueora. —Durante los siguientes momentos, las criaturas se verían obligadas a cubrirse con un escudo hecho de agua. Tuvo dudas de si el Aura de Muerte que estaba activa le permitiría realizar esa combinación de hechizos, pero decidió que debía intentarlo. La lógica le decía que aquello no era magia blanca, era magia de los libros de hechizos. Esperaba que funcionara.





OFF:
- El Aura de Muerte (lo mismo con la del fénix), al contrario que el Aura del Escudo Fantasmal, sí podrían ir sin consumir acción, dado que simplemente actúan como debuffos.
- Con el Aura de Confusión no está tan claro. Por un lado, no aumenta acciones, pero sí resta acciones al equipo contrario.
- ¿Estaría permitido unir el Aura de Confusión a un hechizo de bando mientras estuviera activa el aura que impide los hechizos de ese bando?

 

yqvll1m.gifO3zbock.gif
firma
iRyEn.gif4ywIp1y.gifXuR0HEb.gifZmW4szS.gif
bfqucW5.gif
Come, my friends,
Tis not too late to seek a newer world.
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.