Misterios La Inefabilidad del Misterio

[Keaton Ravenclaw]

El Mundo Mágico esta sufriendo una cantidad tremenda de cambios. Primero, la salida del poder de Crazy y Mackenzie, después, el retorno de los Uzzas y Arcanos a sus tierras de origen, solo para finalizar con una terrible confrontación entre varias potencias europeas... Aquello era un verdadero desastre. El nuevo Ministro parecía aún no designar a que serían los directores de los diversos Departamentos de Ministerio, es más, que la gente supiera, no había anunciado aún cambios en las prácticas de gobierno establecidas por su predecesor...

 

Sin embargo, varios de los departamentos seguían funcionando con una aparente normalidad, a excepción, claro, del Departamento de Misterios, lugar donde todas las investigaciones científicas se habían visto afectadas por darle un predominio a los asuntos políticos. La novena planta estaba completamente desierta, solo un par de elfos domésticos se encargaban del aseo y de resguardar, con su propia magia, los secretos que aquel departamento ocultaba a la sociedad mágica, y no por ser o tratarse de algo ilegal, sino que lo que los inefables sabían eran secretos tan delicados que, de llegar a manos equivocadas, provocarían incluso el final de la magia como se conocía.

 

Precisamente por ello, un pequeño grupo de magos y brujas que en su momento habían formado parte de ese departamento, fueron convocados para volver a tomar las riendas del mismo, aunque claro, sin ninguna figura de autoridad aparente. El Ministro sencillamente había pedido un comité para seguir, al fin, con las investigaciones, ya que era de vital importancia dar con algún hechizo nuevo ya fuera para proteger o para atacar si la guerra con las naciones europeas llegaba a estallar. Sin embargo, cuando el comité se reunió a la afueras del Departamento, algunos de los presente no lograron reconocerse, lo cual indicaba que había personas que trabajaban actualmente en otros lados que apoyaría con la causa de seguir darle vida de nuevo a aquella planta.

 

Uno de aquellos magos, era Keaton Ravenclaw, aquel vampiro que había trabajado ya en tantos departamentos y filiales del Ministerio, que muchos pensaban que era una especie de comodín, aunque claro, aquello no estaba para nada cerca de la verdad. Los únicos dos trabajos que el ojiverde siempre disfrutó, fueron uno en Misterios y otro, en el Concilio de Mercaderes, sin embargo, por la gran carga que conllevaba éste último, decidió dedicarse a algo más "tranquilo" y volver a sus épocas de inefable.

 

―De modo que... ¿son el comité elegido por el señor Ministro para darle vida de nuevo a este departamento? ―Dijo a modo de saludo el mortífago, con aquella mirada petulante digna de él.

[Anthony R. Dracony M.]

El peliverde miró de nuevo la vela que se encuentra en la esquina izquierda sobre un candelabro de plata, ver la llama le recuerda a Cindy, su mano se desliza sobre un pergamino, intenta escribir una carta que no ha concluido debido a que sus sentimientos chocan unos con otros, de nuevo toma el pergamino y molesto lo estruja entre sus manos, de ahí lo arroja al cesto junto a su escritorio de caoba...

 

Se reclina sobre el respaldo de aquel sillón, su brazo derecho descansando a un lado y mano izquierda tomando su barbilla en aquel esfuerzo por aclarar su mente... la llama de la vela echa una pequeñas chispas, el pensamiento del peliverde divaga en los recuerdos de los últimos meses, de nuevo se escucha el leve crispar de la flama en la vela, eso hace que el muchacho ponga su mirada miel sobre la llama, entonces está se alarga, crece como si su fuerza fuese aumentada y arroja un trozo de pergamino que instintivamente atrapa el peliverde.

 

Aquella era una convocación que no esperaba, froto sus dedos de su zurda ¿sería prudente acudir? entre sus ocupaciones actuales, le parecía algo que tenía que cavilar, no le parece adecuado comprometerse a demasiadas cosas. Dobló el trozo de papel y lo colocó sobre el escritorio... el año pasado hubiese respondido de inmediato, incluso, él hubiera sido el mago que realizará aquella iniciativa de reunir a los inefables, pero... había dejado el cargo para ser algo muy distinto... pero no puede negar que sus características y su pasión por aquel primer puesto en el Ministerio, sigue vivo en su ser.

 

Aguardo a actuar, pero pensando en que pudiera ser útil de alguna manera, se incorporó y fue a colocarse su capa negra sobre su hombro izquierdo, con aquel bolsillo interno donde guarda objetos mágicos útiles, oculta bajo su camisa verde esmeralda, sus colgantes y amuletos, mejor estar prevenido. Y salió de su propiedad para aparecerse en el callejón aledaño al Ministerio. Le agradaba que la convocatoria fuese como un pase a las instalaciones del Ministerio, seguramente se deseaba que el cómite ayudará favorablemente en la situación de guerra en que se vive por ahora.

 

Con pasos seguros, el ojimiel se encamino a donde se realizaba la reunión, justo a las afueras del Departamento, miró aquel mago de porte seguro, el patriarca de la familia Ravenclaw de la que el peliverde es amigo, marchando varias veces al castillo de visita, igual que le fue a saludar a su local semanas atrás, de una u otra forma, conoce a algunos de los ahí reunidos, pero tal vez halla una sorpresa, no le extrañaría porque ha habido muchos cambios, dio su saludo y espero porque el resto de personal estaban llegando.

 

-- Buenas tardes, supongo que les daremos unos minutos para principiar la reunión, espero que tengamos igual interés porque resulte esta resolución.

[Thoth]

Lucia Riddle

La vampiresa era una de los nuevos inefables, allí se encontraba con un atuendo ajustado al cuerpo de cuero negro, tacones y una capa larga que al caminar arrastraba todo rastro de polvo en ese sitio, esa era apenas una aprendiz, el mundo solo reconocía su apellido, pero al igual que la reputación del mismo, esta le era fiel al único Señor Tenebroso.

 

-Creo que ando perdida. - pasa su mano por su cabellera y se muerde el labio. -Al parecer no he sabido llegar con los inefables.

 

Ella se encoraba en el primer departamento, ella evocaba como su único amor laboro como en ese sitio como director o era Jefe de planta, el hecho es que las cosas andaban movidas, esto era en verdad trágico, esas oficinas que se la veían repletas de tantos tramites de bodas, divorcio y nacimientos eran casi nada, solo funcionaba poco personal.

 

-Quizás...- deja de morderse el labio, de este se desprende una gota de sangre, la cual saborea lentamente, pero con un hechizo mental de sanación se cura, pero unos papeles se le caen y ella con sumo cuidado los recoge. -Que torpe soy.

 

Al pronunciar aquella palabras un empleado de la Oficina del Ministro y SAW se le acerca ayudarle, ella acidentalmente rosa sus dedos con las manos, se le queda mirando con tanta ternura, que sus orbes parecieran trasmitir una enorme paz, luego cae en su memoria que no se ha presentado. -Lucia.- el mago no podia creer que tan angelical voz saliera de ese angel. -Riddle. -- finaliza con una sonrisa en el rostro.

 

-Jaecob Hooch.- menciona el empleado. -¿Acaso buscabas algo?- indaga sin quitarle la vista a esa dama. -Si.- responde apenada la Riddle. -busco el Departamento de Misterios.- El mago le ayuda a levantarse, y carga unos papeles de ella. -este no es, pero con gusto te puedo llevar.

 

Ambos caminan lentamente por el corredor y llegan al elevador, lo toman y van hasta ese departamento. En ello se abre la puerta y la dama sale, el mago se despide con dulzura y la Riddle sigue su camino, llega un poco tarde al escuchar todas las palabras del Ravenclaw ( @@Keaton Ravenclaw ) y al parecer se encontraba oto sujeto ( @@Anthony Ryvak Dracony ), aunque a ese peliverde quizás su mente lo comenzaba a recordar, pero al final no lo hizo. Aunque, si el era el director seguro sabría quien era ella, dado que se encontraría en la nomina ministerial.

[Keaton Ravenclaw]

―Bueno, veo que no hemos llegado demasiados, pero me parece más que pertinente que, debido a lo que está sucediendo en el mundo mágico últimamente, debemos de idear una forma en la cual podamos abatir el problema de que nos quiten nuestra magia ―Sentenció el ojiverde al ver a Antoni, a quien le tenía un cariño muy especial por haber sido parte en algún momento de los Ravenclaw, mientras que la otra chica que llegaba, le era por completo desconocida.

 

La preocupación de que los muggles hubieran dado con un modo de quitar la magia, le preocupaba muchísimo al vampiro, ¿cómo había sido eso posible? Él recordaba que los muggles eran una panda de tontos, vagos, sin ninguna meta en la vida, pero parecía que, después de mucho pensarlo, habían dado con el clavo de hacer crecer su bajo intelecto a uno medianamente más funcional. Bufó, aquello era una locura.

 

―El Departamento de Misterios es y siempre será mi lugar favorito para laborar en Ministerio, pero debemos se cautelosos, desde el cambio de administración que sufrimos, éste quedó varado y las salas sin supervisión, tendremos que ver cómo arreglárnoslas. Díganme, ¿por dónde les gustaría empezar? ―Añadió el Mago Oscuro y sonrió a los presentes ―Si me lo permiten, quizás deberíamos entrar, ¿no? ―Dijo y giró el pomo de aquella puerta negra.

 

Pronto, se toparon con una sala de cientos de puertas giratorias, que por suerte, el metamorfomago sabía emplear a la perfección. Alzó su varita y tras pensar en la sala de reuniones, agitó a Santa Teresa, su varita mágica de cerezo, y la puerta correcta quedó ante ellos. El vampiro volvió a tomar la iniciativa y abrió aquella segunda puerta, dando paso a una sala apacible con una mesa de trabajo larga y rodeada de sillas.

 

―Antoni, según recuerdo, fuiste director de este Departamento antaño, cuéntanos, ¿en qué quedaron las investigaciones? ¿en qué trabajaban? ―Inquirió el Triviani, ya que era prioritrario saber si en esas investigaciones se estudiaba el genoma mágico.

 

@ @@Anthony Ryvak Dracony

[Thoth]

Lucia Riddle

“¿Quién es ese vampiro?” Pensó y le clavo la mirada, “este no parece ser un Dracony, no se, igual ese apellido tan extraño puede significar muchas cosas, es todo un misterio en verdad. Ahora bien, al parecer es quien lleva el rumbo, dado que ha tomado las iniciativas”; esto era un aspecto que la aprendiz valoraba hasta cierto grado. Por ello mostró una postura un poco a la defensiva, ya que algo no le cuadraba en todo ese discurso.

En ello escucho el nombre de Antoni, y se imaginó alguien digno de llevar ese nombre, pero que decepción al ver que se trataba de un simple chiquillo de cabellera verde, al parecer los nombres no corresponde con quien lo porta, a pesar que pudiera llevarse una sorpresa y descubrir que ese sujeto era más poderoso de lo que se podía ver. La bruja, se encontraba aburrida con tanta plática, eso se notó al mirarse ella tanto las uñas, ella era una mujer acción, no de palabras, a pesar de su bajo poder y conocimiento.

“lo que faltaba, escuchar el gran trabajo de los tiempos cuando los Malfoy dominaban el ministerio ¿acaso estos aun le pesa que Aaron sea el ministro de Magia y Hechicería Británico? En verdad, es curioso pero en fin, a ver cómo termina en este lio que me he metido y no es de ropa, eso sí ando segura.” Bajo la mirada, mostrando un poco de negativa como iban los caminos de ese día.

Editado 28 de Junio del 2020 por Demian Luxure