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Portales de pergamino y tinta


Ellie Moody
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Había una vez un grupo de magos y brujas, pertenecientes a la organización de la Orden del Fénix, que viajaban al atardecer por un camino solitario y sinuoso. No había nadie a la cabeza de la expedición: todos caminaban hombro con hombro, todos tenían voz y voto en la toma de decisiones y habían logrado mantener los conflictos al mínimo. No podía ser de otra forma, ya que juntos habían decidido realizar ese viaje. Ansiaban profundizar en los secretos de la magia que se les había confiado recientemente: la Magia de la Oscuridad, la Magia de la Naturaleza y la Magia Sagrada. Desde hace ya un tiempo pertenecían a la organización y llegaron a la conclusión de que ya era hora de dar un paso adelante y ampliar sus poderes mágicos, tanto para ser más útiles como para crecer personalmente. Ese objetivo los impulsó a hacerse con un mapa que los llevaría al lugar donde, se decía, estaban ocultas las bitácoras de viejos miembros de los clanes; según su razonamiento, hacerse con esas memorias les ayudaría a dominar sus nuevos poderes. El viaje duró un par de días, pero finalmente llegaron a su destino.

El grupo se encuentra en un lago, rodeado de un espeso bosque. Aunque no hay motivos para ello, las aguas del lago están turbias ante su presencia, impidiéndoles navegar en ellas (ya que, según el mapa, es ahí donde está oculto el "tesoro"). Por un momento parece que están atascados, hasta que...

  • Escuchan una voz proveniente del fondo del lago.
  • Descubren que el lago está rodeado por piedras con inscripciones rúnicas.
  • Del bosque se manifiestan de forma agresiva los guardianes mágicos del lugar.

Cualquier miembro del grupo podrá elegir una de las opciones para desarrollar la trama y el resto del grupo debe apegarse a su elección. A partir de una de las breves premisas, deben rolear lo que sigue a continuación, teniendo en cuenta que deben enfocarse en desarrollar la historia propuesta y explorar los poderes del conocimiento que están cursando. Tener en cuenta también que en esta trama, ya están vinculados con la magia del clan y durante la misión aprenderán a manejar y controlar los poderes del conocimiento por sí mismos (aunque hasta que no aprueben la clase y el conocimiento esté debidamente certificado en sus fichas de personaje, no podrán usarlos en otros espacios del foro).

Cabe destacar que el desarrollo de la trama es responsabilidad de los participantes de la misión, el máster aportará ocasionalmente elementos clave para que aprovechen, obstáculos o decisiones que deberán tomar. Sin embargo, si un participante se queda solo contará con apoyo de parte del máster.

Participantes de la misión:

CONOCIMIENTO DE BANDO I

 

Paladines • Herrería sagrada

Dennis Delacour

Tauro M.

Sacerdotes • Sanación y purificación

Lunatica Lupin Evil Black

Lillian Potter Evans

Oscuros • Control de energía interna

Jank Dayne

Darla Potter Black

Goderic Slithering

Zahil Aranel Granger

Emily Karkarov

CONOCIMIENTO DE BANDO II

Paladines • Intelecto sagrado

Hobbamock Graves

Mackenzie Malfoy

Sacerdotes • Conexión espiritual

Dick Grayson

Ela Karoline

Sagitas Potter Blue

Oscuros • Control de energía psíquica

Ellie Moody

Roxanne W.

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Editado por Ellie Moody

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El viaje con mis compañeros de bando era tranquilo y acogedor, eramos un todo que iban a lo mismo, ninguno iba primero o después, todos íbamos a la par esperando poder profundizar en la magia que nos estaban por legar, estaba ansiosa por poder sanar y purificar realmente, porque solo de esa forma me sentiría una sacerdotisa al completo, esperaba que el camino no fuera más complicado de lo que ya era, me había tropezado y caído varias veces y tenia varios raspones en mi pantalón violeta, para aquella empresa me había puesto zapatillas porque no me imaginaba ir con mis zapatos altos, así que había buscado un calzado cómodo que me permitiera ir al ritmo de todos mis familiares.

 

Caminamos por lo que parecieron días, horas y meses, no estaba agotada pero esperaba llegar pronto, porque me estaba poniendo nerviosa andar sin llegar a ningún lado, como si lo hubiera llamado, un lago apareció de la nada delante de mis ojos azules claros, parpadee asombrada y feliz de haber llegado y señale con mi blanca mano, el camino que llevaba hacía allí, caminando rauda y veloz para llegar a mi destino, todo estaba tan calmo y sereno que dudé de que hacer a continuacion, yo que siempre me había lanzado a la acción esta vez fui precavida, caminando despacio hacia el lago, temiendo interrumpir lo que parecía ser un sereno sueño, pero no fue de allí que vino el golpe, de la nada aparecieron del bosque que aún no había llegado a apreciar bien, fuertes guerreros con espadas, lanzas y escudos mágicos con una inscripción con una espada, corazones y un circulo en su ropa, parpadee intentando saber que hacer y me di cuenta que tendría que luchar con ellos, tarde o temprano, así que los señale preparándome para la acción y esperando que mis familiares me siguieran en esta rara empresa que teníamos por delante.

 

 

Cerre los ojos pensando que hacer a continuacion, era una sacerdotisa y podía actuar como tal, así que pensé en como usar mi poder y como si lo hubiera llamado, sentí la luz salir de mis manos sin si quiera ningún esfuerzo,sentí a la Diosa de Avalon dentro mío, como si ella guiará mis pasos y mi accionar, parpadee abriendo mis ojos azules claros justo para ver como iba purificándose y sanándose, aquello que estaba corrompido y era insano, la luz blanca me cegó por un momento, para luego intentando ver bien pude verificar que realmente parecía que estuviera sanando y curandolo todo, me pregunté que harían mis compañeros a continuacion y de que manera me ayudarían, esperaba que supieran que realmente apreciaba su ayuda, esto era lo único que pensaba que se podía hacer, así que esperaba alguna otra idea, porque no sabía que más se podía hacer, era una sacerdotisa y estaba intentando por primera vez actuar como tal, solo esperaba no haber errado en mi idea de que como solucionarlo todo.

 

- ¿Creen que esto funcionara? nunca antes había purificado ni sanado nada, en este caso creo que funciona para purificar lo que esta corrompido ¿no? solo espero que podamos lograrlo ¿que dicen? ¿me ayudan? no creo que pueda lograrlo sola, ya me voy cansando y eso que recién empiezo si quiera - Les dije a mis familiares, esperando su intervención en cualquier momento -

 

No le dije a nadie que estaba nerviosa y entusiasmada, ser una sacerdotisa era aquella que más quería en la vida, ya tenía conocimientos y había utilizado algunos para ayudar a mi amiga Cye en alguna ocasión. Pero aquel era un poder nuevo y recordé eso que decían que todo gran poder conllevaba una gran responsabilidad, así que estaba feliz y entusiasmada, preguntándome si podría aprenderlo bien y de que manera utilizarlo, solo deseaba saber más y poder ser una sacerdotisa al completo y sabía que yendo a aquella empresa podría lograrlo la

mar de bien.

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La noche comienza a asomarse. Bajo la sombra de la capucha de su capa, Madeleine sonríe levemente. Siempre ha preferido viajar en la oscuridad; protegida por las tinieblas y las sombras, se siente a salvo. Si bien los oscuros podrían haber realizado el viaje entero en un muy corto tiempo, el grupo se ha mantenido unido, avanzando a un ritmo considerado con todos; de vez en cuando un miembro de la Orden Oscura activa el poder phantom para adelantarse y estudiar el terreno. La última en hacerlo, antes de llegar al lugar marcado en el mapa, es Madeleine. «Echaré un vistazo», le dijo a Kaori antes de prácticamente esfumarse en el aire. Así, sin esperarlo ni preverlo, descubrió el claro donde estaba el lago. Regresó rápidamente con sus compañeros de bando, sin dar mucha información más que confirmar que estaban tomando el camino correcto. Todos parecieron apresurar la marcha, a pesar de todo. Luego de caminar aproximadamente media milla más, Luna levantó el brazo hacia el lago que estaba ahora frente a ellos y se adelantó a los demás, algo impropio de ella; no obstante, le alegraba ver su vieja compañera Auror comenzaba a mostrar más iniciativa y seguridad, en lugar de esperar indicaciones de alguien más. Quiere pensar que fue algo que aprendió en el Cuartel, pero sería demasiado egocéntrico de su parte; fue una semilla que creció dentro de ella, con el tiempo y la experiencia.

Madeleine se baja la capucha de la capa, dejando que la luna ilumine su pálido rostro, lleno de cicatrices. Por fortuna, no lleva mucho equipaje —todo lo que pensó que podría necesitar, está guardado en su monedero de piel de moke hechizado con un encantamiento de extensión indetectable— y comió hace apenas un par de horas; está preparada para lo que viene. Está a punto de seguirla, cuando percibe algo. Una alteración en el aire.

—Gryffindor —llama suavemente a Luna, con la voz ronca. Sabe que sus sentidos son más agudos que los de ella, por su condición vampírica—. ¿Escuchas...?

Su voz se ahoga, cuando observa a los guerreros salir de las sombras del bosque que los rodea. Reconoce que se tratan de seres sobrenaturales, pero está segura de si son espectros o seres con un auténtico cuerpo. Evidentemente, fueron perturbados por su llegada imprevista. ¿Eso quiere decir que no son bienvenidos o se trata de un simple sistema de defensa? Bueno, ahora mismo no hay tiempo para pensar en eso. Con una velocidad sobrehumana, la mano de Madeleine se va a la empuñadura de la espada que lleva en la vaina colgada a la espalda; de repente, sostiene con ambas manos a Melle, la Espada Susurrante. Es más por reflejo, que por verdadero raciocinio: después de todo, no tiene la menor idea de si Melle sería de ayuda.

 

Se queda inmóvil, mientras observa a Luna intentar usar sus poderes de sacerdotisa. No es algo que Madeleine pueda juzgar, ya que ignora cómo funciona la Magia de la Naturaleza.

—Lo siento, Gryffindor —replica—, pero en eso no puedo ayudarte. Pero ¿acaso percibes cierta corrupción en esas cosas? —quizás por eso los atacan, aunque se repite que no es el mejor momento para sacar conclusiones.

 

»Te puedo ayudar, a mi manera.

 

Madeleine levanta la mano libre, concentrándose en el guerrero que parece correr hacia Luna. Intenta percibir su cuerpo para poder manejarlo, pero casi de inmediato se da cuenta de que no lo hace: es como si no estuviera. Quizás, sí se tratan de espectros pero ¿qué puede hacer contra ellos? Intenta pensar rápidamente; en una situación así, lo mejor es pensar que estar en auténtico peligro a confiarse. De repente, se le ocurre algo. Cierra los ojos y se concentra en controlar su energía interna, habilidad que ha perfeccionado desde el resguardo del Necronomicón en la Fortaleza Errante y su iniciación en el lago oscuro. Ya ha practicado el umbra, así que no se siente preocupada. Cuando su sombra se separa de sí misma, siente algo cercano al dolor, como si la estuvieran despojando de algo importante. Puede ver el contorno de la tenue sombra en el suelo. Ya no puede darle órdenes, pero confía en ella.

 

La sombra de Madeleine se mueve rápidamente hacia Luna. Se mueve en otro plano. Al ubicar al guerrero que piensa atacar a Luna, se lanza hacia él y lo derrumba. El espectro se esfuma, dejando un vaho oscuro que Madeleine reconoce corrupto. La sombra regresa a ella, al cumplir su cometido; es mejor que no estén separadas por mucho tiempo ¿Quizás Luna tenía razón en intentar con un ritual de purificación? Después de todo, por lo que tiene entendido, nadie ha venido en mucho tiempo a ese lugar. No desde el renacimiento, y quizás tampoco desde antes de eso...

Su sombra regresa, pues Madeleine no puede permitir que se aleje por mucho tiempo.

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No sabía bien cuánto tiempo habían viajado, eso no importaba mucho en realidad, salvo por el hecho que le había tenido que decir a Seba que no sabía cuándo iba a regresar. El mago no había estado muy feliz, pero la había entendido y apoyado, ambos tenían sus espejos comunicadores y por las noches, cuando nadie la escuchaba charlarían unos breves instantes.

 

Se habían detenido junto al lago y a su mente venía un recuerdo, una isla en el centro de un lago y un monolito en el centro. Un monolito que daba ingreso a un lugar del cual un leve recuerdo intentaba colarse sin lograr materializarse del todo. Sabía bien por qué era eso, cuando había sido directora del DAMyC había estudiado bien los efectos de los hechizos desmemorizadores y su reversión. En este caso revertirlos no era tan sencillo como hubiera deseado.

 

La brisa trajo una mezcla de aromas a pino y hierba, mientras observaba el lago, pensativa, era raro que el viento viniera del bosque que habían dejado atrás y no del lago que tenían frente así, aunque quizás era bueno que no viniera de aquellas aguas que habían sido “contaminadas” y cuya cristalina esencia estaba opacada.

 

Suspiro mientras volvía a acomodar sus cabellos rojizos con una coleta que sacó del bolsillo de su pantalón cargo. Era bueno haber elegido su equipo preferido de batalla de pantalón cargo, borcegos y una chaqueta sobre una remera oscura. Una vez más los recuerdos vinieron a su mente pero no podía ocuparse de ellos.

 

Varios habían recorrido aquel camino, algunos más ágiles y otros con más torpeza, a ella le recordaba sus días de cacería, pero no necesitaba cazar esos días, había previsto esa contingencia. Una de sus compañeras, una joven que solo conocía de vista había sido la primera en descubrir aquel lago. Todo parecía iba a ir bien, pero no fue así, aquel bosque del cual llegaba ahora un aire placentero no había sido tan pacífico tras su llegada.

 

Los guerreros parecieron surgir de la nada, aunque por una fracción muy leve de segundos casi pudo sentir como el aire reverberaba y ellos estaban ahora allí. Se asombró con las ropas de aquellos guerreros, era ilógico, asombrarse más con eso que con que los estuvieran atacando, pero vamos ¿cuándo había sido fácil obtener el despertar de sus poderes? Recordó ese detalle que siempre le habían hecho notar Saya e Instinto, nada era lo que parecía ni nada era ni tan simple ni tan imposible.

 

La reacción de la Gryffindor, como la había llamado su compañera oscuro, Madeleine, había sido intentar purificar esas almas. Aunque por la forma en que fueron hacia ella resultaba imposible estar seguro si algún efecto habría hecho su purificación pero al menos solo uno la atacó y la sombra de Madeleine la defendió.

 

Darla hizo crujir los huesos de su cuello mientras sentía fluír por su cuerpo el recuerdo de los poderes de la O.O Podía sentir como el antiguo poder retornado a ella vibraba en sus fibras, mordió su labio, los había aprendido tan rápido en su vida anterior, hasta ahora había aplicado solo el phanton, pero entre siete que se turnaban para asegurarse que no hubiera más peligros, frunció el ceño. Aquello podía servir si aquellos guerreros eran tangibles, volvió a observar y le estremeció lo que vio, los corazones en sus ropas, latían.

 

Le fue más que claro cuando uno de ellos se acercó hacia el grupo, había elevado su varita apuntándole con la diestra y elevó la siniestra clavado sus ojos en aquel extraño espectro. Los dedos de su mano izquierda se cerraron, como si hubiera atrapado algo en el aire, mientras se concentraba en el corazón que latía sobre las ropas del guerrero y luego apretó los dedos como si estuviera exprimiéndolo. Era increíble, podía sentir como el corazón se aceleraba y la sangre que en él fluía intensificaba su velocidad por esas venas que parecían conectarle con el guerrero, podía notar su agitación y de pronto tronó los dedos, la presión bajó de repente por debajo del mínimo normal y ese cambio brusco hizo que el guerrero lanzara un rugido extraño y cayera al suelo, inconsciente, desapareciendo como el que había atacado a Luna.

 

—Sí a alguien se le ocurre una manera más rápida de deshacernos de todos éstos sería lo mejor ponerlo en práctica ya —dijo entre dientes mientras pensaba que abrir un portal para lanzarlos dentro de la boca de un volcán, por ejemplo en Pompeya en el año 79, no sería mala idea. ¿Otoño? ¿Invierno? ¿Octubre quizás? Necesitaba los chistes del Zenith.

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Vera

 

 

Aquellos guerreros y sus extraños atuendos le hacían pensar a Vera en los cuentos nórdicos que su mamá le contaba de niña. Al principio, le habían parecido de carne y hueso, con cuerpos fuertes y musculosos, casi como antiguos vikingos cargados con armaduras y petos, portando espadas, lanzas y escudos mágicos. Y sin embargo, la inscripción en su peto era bien extraña y Vera no le encontraba ningún sentido ni le recordaba a nada que hubiera visto antes. Cuando la novicia realizó un ritual de sanación y purificación, Vera advirtió que algo extraño pasaba con aquellas figuras que y, poco después, Madeleine y Darla terminaron de confirmarlo. Eran espectros.

 

Ella no había visto espectros muchas veces antes y tardó en reaccionar. Viendo la celeridad con la que Luna supo qué hacer y con la que Madeleine actuó para proteger a Luna, así como la habilidad de Darla para dejar inconsciente a un espectro, Vera se sentía culpable por no ser tan rápida ni tan hábil. Tampoco sabía muy bien qué responder a la pregunta de Darla. Realmente, no se le ocurría nada demasiado rápido para luchar contra tantos espectros. De todos modos, no hacer nada tampoco era el estilo de la joven, por lo que decidió probar algo que hasta entonces sólo había practicado en los entrenamientos en el Templo Paladín.

 

Los guerreros habían salido de un tupido bosque que rodeaba el lago en el que se encontraban. Habían llegado hasta allí tras caminar varios días en una nueva misión, cuyo objetivo era encontrar las bitácoras de viejos miembros de los clanes y el mapa que los había estado guiando todo el camino, señalaba aquel lago como el lugar donde primero debían buscar. Era un lago de aguas misteriosas y extrañas. Alguien había argumentado, incluso, que eran aguas imposibles de navegar. Tras meditarlo, a Vera le pareció bastante obvio que los espectros y las oscuras aguas eran parte del mismo problema: alguien o algo quería impedirles que encontraran lo que buscaban. Necesitaban una mayor comprensión del problema y se sintió tentada de practicar uno de sus nuevos poderes, al fin y al cabo, otro de los objetivos de la misión era practicar lo que habían aprendido en los entrenamientos. No obstante, la urgencia de la situación, al ver que cada vez eran más y más los espectros que salían del bosque, la hizo decantarse por otro de sus nuevos poderes.

 

Al invocar un Thunder Clone, dos clones surgieron a imagen y semejanza de Vera. Parecían físicamente idénticos a la joven, pero eran dos entes independientes de ella. Ordenó al primero explorar el lago y el bosque, para percibir mejor lo que estaba sucediendo. En cuanto al segundo, lo envió a luchar contra un grupo de espectros, no demasiado numeroso, porque a Vera le interesaba que el clon fuera capaz de durar lo suficiente, matando a unos pocos. La idea era que, cuando el clon desapareciera al cabo de unos minutos, el halo de electricidad en el que estallara fuera capaz de deshacerse de un buen número de espectros. Para eso debía tener cuidado de hacerlo luchar con no más de un espectro a la vez, pero manteniéndose lo suficientemente cerca de un grupo más numeroso, de forma que, cuando se acercara el momento de la explosión, ambos clones pudieran reunirse y explotar juntos, causando el mayor daño posible.

 

Observó de lejos cómo se las apañaba el clon de fuerza sobrehumana y asintió para sí misma satisfecha. Era bastante ágil y no tardó en matar a un espectro, sin atraer demasiado la atención del resto de de ellos. Iba poco a poco, de uno en uno, pero cumplía su papel.

 

El otro clon se había escabullido hacia el bosque, tratando de percibir mejor lo que allí estaba sucediendo. Pero las primeras impresiones que recibió Vera del clon eran bastante confusas.

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Tis not too late to seek a newer world.
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Flashback
En una casa segura de EEUU


Wilkinson, quedarás a cargo durante unos meses ¿alguien tiene alguna queja?

El silencio reinó la sala. Sus subordinados se mantuvieron quietos como si moverse significase la muerte. En realidad, nunca había sido muy estricto pero la disciplina era esencial en un escuadrón como aquel, por lo que no podía permitirse ser blando con ningún miembro del SMS que se mantuviese bajo su mando.

Solo su mano derecha sabía cuál era el motivo de su repentina ausencia aunque no tenía más detalles ¿a dónde iba? ¿cómo habían conseguido el mapa? ¿quién reunió a tal grupo de personas para aquella expedición? Wilkinson temía que hubiera alguna traición o maquinación de por medio en todo aquello no entendía porqué alguien querría compartir aquella experiencia con otros y tan gratuitamente ¿quizás necesitaban a personas que hicieran de carne de cañón para poder sortear las trampas que se encontrasen? No lo sabía pero temía por la seguridad de su líder y amigo.

Goderic se acercó al mago cuando el resto se fueron para afinar los últimos detalles que necesitaban aclararse antes de su partida.

¿Acaso me estás escuchando?— gritó al notar la poca atención de Wilkinson.— ¡Despreocupate voy con buena compañía! No creo que nada salga mal

Actualidad

«Realmente extrañaba esta sensación» pensó cuando sintió que su cuerpo no sólo recuperaba el vigor y velocidad de antaño, sino que lo supera transformándose en una agilidad que se podría considerar como sobrenatural. El efecto de Phantom no le era novedoso, pero si debía reconocer que habían pasado muchos años desde la última vez que lo utilizó. Por un momento cruzaron por su mente su época como Alto Rango en la Orden del Fénix, donde podía utilizar ardius, y podía sentir esa energía recorriendo cada célula de su cuerpo.

Mira como su compañera utiliza una espada para luchar contra estos guardianes, espada que reconoce al instante ya que fue él quien logró conseguir el permiso de su creador para venderla en aquella subasta. Recordaba todo de aquella espada, su material hecho de un meteorito, el sonido precioso que emanaba con cada golpe, su resistencia a las temperaturas extremas, etc. Por un momento piensa en acercarse a la bruja para negociar y conseguir que se lo vendiera pero luego recuerda la ubicación y circunstancias en las que estaban y vuelve a su tarea: defenderse y atacar a los guardianes.

— Siempre quise hacer esto... ¡Vitae! — dijo mientras apuntaba a la moto voladora que acababa de sacar de su monedero de piel de Moke. La motocicleta adquiere una forma más bestial y, siguiendo la instrucciones del mago, se une rápidamente a la lucha embistiendo contra algunos guardianes. «De algo que me sirva» piensa recordando que es la primera vez que utiliza la moto desde la compra años atrás, aunque claramente no era el uso que había planeado al comprarla.

Observa a sus compañeros utilizar los poderes asociados a cada clan, por supuesto durante el viaje ya les había conocido lo suficiente para reconocer qué magia practicaban. Le pareció extraño que a estas alturas y en esos niveles de peligro se decidieran por ocupar solo magia asociada a cada clan. Sí, por supuesto que estaban allí para buscar las bitácoras de los viejos miembros de los clanes pero no por eso se limitarían a utilizar otro tipo de magia ¿no?

Luego de notar que su motocicleta no logra golpear a un par de guerreros, comienza a notar el porqué no habían utilizado magia más destructiva. Muchos espectros eran intangibles aunque habían otros que parecían materializarse, poseer corazón y sangrar. No le gustaba la idea de depender de los sacerdotes para purificar a los espectros intangibles pero ¿qué más podía hacer? esperaba que alguien tuviese una mejor idea de cómo lidiar contra ellos. Por mientras, su moto embestía a lo tangible y atravesaba a los intangibles.

Goderic se mantuvo esquivando gracias a su agilidad y velocidad aumentada, mientras su moto alocaba volaba y embestía a cada espectro que podía aunque podía ver que poco a poco se iba abollando «Espero tener garantía todavía».

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Hay muchas cosas que Emily ha olvidado con el pasar de los años, nombres, compañeros de clase y hasta el rostro de algún compañero de misiones, pero vívido en su memoria se encuentra el momento de su iniciación ante el gélido lago de la Fortaleza Errante, varios años atrás. En algún momento, en situaciones de apremio mientras estuvo lejos, consideró recitar las palabras que revelaban su ubicación. No obstante, si las dice ahora no tendrán ningún efecto. Para ella continúan siendo un verdadero misterio los acontecimientos que rodean los clanes, pero en ese momento, rodeada de otros miembros de la Orden del Fénix, se siente como aquella vez.

 

Es dificil explicar la sensación que le confiere el ser parte de los oscuros. No solo otorga un sentido de pertenencia particular, sino que su magia es muy distinta a otras, más personal, más en sintonía con quien eres y cuanto puedes controlar de ti mismo. Al menos, así es como lo percibe Emily cada que intenta y logra utilizar aquella energía en su interior, o como algunos prefieren llamar a la «magia de la oscuridad». En varias ocasiones imitó a sus compañeros para adentrase más en el bosque desplazándose con ayuda del phantom.

 

El cosquilleo casi imperceptible que le provoca y el sonido del viento mientras se mueve de alguna forma le quitan el nerviosismo propio que le genera ser parte de una misión. Porque, obviamente, no se encontraba en un paseo. Les habían dado un mapa e indicaciones escuetas para recuperar las bitácoras de algunos antiguos miembros de los clanes. Paladines, Sacerdotes y Oscuros estaban involucrados en aquella búsqueda, muchos desconocidos en el grupo para su gusto, aunque sabìa (y debía) confiar en ellos. Porque, desde otra perspectiva, ella era la verdadera desconocida, pues había estado fuera de la organización por mucho tiempo.

 

Esconde las manos en los bolsillos de la chaqueta y por instinto cierra el puño derecho alrededor de su varita mágica cuando Luna señala el camino a seguir. Algo en su interior le dice que nada puede ser tan fácil y no se equivoca cuando llegan al lago. La sucesión de eventos a continuacion solo podrían esclarecerse en su totalidad si pone los recuerdos de todos en un pensadero y se repasa cada momento. Por un lado, Luna, como sacerdotisa, intentó (y de alguna forma logró) realizar una purificación. A Emily la magia de Avalon no le era desconocida y consideraba que de alguna forma era una magia más noble que la simple destrucción.

 

No muy lejos de Luna y Madeleine, vio a una pelirroja enfrentarse a unos ¿guerreros? de una forma que, definitivamente, la impresionó. No quedaba claro si eran espectros, seres corporeos o ambos. Lo único que era innegable es que iban por buen camino, sino, ¿para que esos seres tendrían que atacarlos?

 

—¿Te encuentras bien? —preguntó a Luna, sientiendo su voz un poco agitada.

 

Con su varita mágica se había deshecho de algunos atacantes mientras caminaba para estar un poco más cerca de Luna, tal vez uniendo fuerzas podían acabar todo eso más rápido.

 

«Los sacerdotes van a ser mucho más efectivos contra los espectros y los demás contra los corporeos pero... » Pero sus pensamientos son interrumpidos cuando una moto voladora cae cerca suyo. Ve el origen y encuentra a Goderic también peleando usando métodos poco ortodoxos. Emily, por su parte, prefiere seguir la estrategia de la pelirroja utilizando el control corporal debilitando como puede a quienes la atacan.

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Eso es lo que pensaba mientras contemplaba lo que sucedía a mi alrededor, sumergida en el mutismo que me había acompañado durante toda la travesía hacia aquel lado, junto al resto de compañeros. Cuando se medita no hace falta hablar; cuando se piensa, es mejor estar en silencio. Habían sido un par de días complicados, caminando para llegar a un destino que, al menos para mí, era incierto. ¿Por qué estaba allá? Supongo que por lo mismo que los demás aunque, claramente, el medio que usaron cuando aparecieron aquellos atacantes para llegar al fin no era de mi agrado.

 

¿Qué hacer? ¿Luchar con ellos contra los otros? Era Sacerdotisa, no me importaba pelear y defender al clan, a los amigos, a la familia, al bando. Pero...

 

No. No saqué la varita, a pesar que todos los presentes se pusieron a atacar a diestro y siniestro, a pesar que más de un hechizo estuvo a punto de alcanzarme. Permanecí allá, observando, junto a un tocón seco, preguntándome qué estábamos haciendo. Soy sacerdotisa, hace mucho tiempo que lo soy. En realidad, desde toda la vida; contemplativa y analista de los más mínimos detalles.

 

¿Qué... Estábamos... Haciendo...?

 

Esa pregunta se repetía una y otra vez al ver como aquellos hombres y mujeres de la Orden atacan a aquellos seres espectrales. ¿Quién de ellos se había fijado en los anuncios de runas que rodeaban el lago? ¿Quién se había parado a interpretar el mensaje que salió del fondo de las aguas? ¿Quién se paró a analizar el motivo por el que éramos atacados?

 

"No todo lo que hacen todos es lo correcto."

 

Parpadeé levemente y me apoyé en el tocón. Éste empezó a llenarse de hierba y crecieron algunos vástagos. Volvía a la vida y yo permanecí ajena al poder que mis manos estaban ejerciendo en aquel momento. Yo, con la mano en el pecho, contemplé a los guardianes mágicos del lugar. Sé que es muy difícil hacer una Lectura de Aura pues es un efecto destinado a personas y criaturas y, ante nosotros, aquellos seres eran espectros que asustaban por su fiereza. Sin embargo, yo no soy una sacerdotisa cualquiera. Soy una mujer con mucha experiencia encima y con grandes logros en el mundo espiritual. Soy sacerdotisa ya desde el nacimiento y mis poderes innatos se presentaron cuando aún era un bebé de pañales. Y he llegado muy lejos en conocimientos que ahora estaba reencontrando. No en vano mi marido es un fantasma que habita en el mundo de los vivos. Y aunque últimamente no creía mucho en mí misma, me atreví a extender la mano hacia uno de ellos que se acercaba, sin arma, a pesar que él blandía una directamente a mi cabeza.

 

Y lo sentí. El aura de aquel ser que una vez estuvo vivo me narró una historia en el segundo que mantuvimos aquel contacto. Una historia triste, una historia de Amor y Lealtad, de sufrimiento y de Honor, una historia de defensa de los más altos valores de nuestro bando. Supe enseguida la finalidad de su presencia y de sus acciones. Sonreí levemente y miré a mis compañeros, aún luchando. Rompí el silencio.

 

-- Lealtad. Sacrificio -- y saludé con una leve inclinación de cabeza a aquellos seres que me vigilaban, honrándoles con mi respeto por el trabajo que hacían, que harían, que ya habían hecho.

 

Avancé hacia el lago, los espectros me abrían paso ante mi marcha decidida. No me importó mojarme las zapatillas sencillas que llevaba junto a mi hábito de sacerdotisa. El borde del mismo se empapaba de aquella agua que, poco a poco, dejaba de estar turbia mientras avanzaba. Empecé a leer las piedras con inscripciones rúnicas, resiguiendo las formas con la punta del dedo. Había muchas, prácticamente rodeaban todo el lago. Volví a sonreír.

 

-- Los Registros de nuestros Hermanos de Clan están ahí. Esto es lo que estábamos buscando.

 

Contemplé mis dedos, manchados por el polvo del tiempo. Qué maravilloso atardecer hacía en aquel momento...

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Aun no estaba del todo contenta con la perdida de sus poderes oscuros, pero de lo que si estaba segura era de que haría lo necesario para recuperarlos y con ellos aquella parte de oscuridad que había perdido. Ir a aquella misión era parte de esa recuperación y por eso había aceptado acompañarlos, aunque de entrada pensó en que habría pocos o ningún oscuro y que tendría que convivir con el resto de los clanes casi sola. Darse cuenta que muchos de sus compañeros de la O.O la acompañarían hizo que su ceño fruncido se suavizara un poco aunque poco hablo por el camino.

 

 

Le costaba no usar phantom todo el tiempo, pero era consciente aunque de mala gana que tenia que esperar al resto por lo que al igual que sus compañeros iba y venia hasta que llegaron todos al lago. Los espectros que aparecieron de repente parecían resguardar el lago y lo protegerían de quien fuera aun cuando nuestras intenciones no fueran malas. La vampiro observa a los guerreros que ahora los atacan uno tras otro, y algo en sus ropas llama su atención, tienen una especie de símbolo en sus ropas. Esta tan distraída tratando de reconocerlo en sus ropas raidas que para cuando regresa a la realidad ya tiene a uno encima.

 

Utiliza Phantom para alejarse de este y después usa el Umbra para que su sombra detenga al guerrero que iba sobre de ella y se vuelve a acercar para estudiar el símbolo y entonces lo reconoce con un poco de asombro y terror a la vez. Permite que su sombra regrese y se aleja con rapidez de los espectros

 

- ¡¡Los guerreros tienen simbolos en su ropa, eran parte de los clanes!! - grito mientras se mantenía alejada de los espectros

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Castillo Lockhart

 

No habia pasado mucho tiempo desde que todos estaban en avalon dejando la espada, todos habian sido premiados por la mano gloriosa de la diosa... Bendecidos y bañados de una conexión con la naturaleza que nunca antes habia sentido... pero al parecer esa tranquilidad no habia durado mucho, Dick se habia quedado todo ese tiempo en el castillo Lockhart junto a Ela Karoline, y si bien habian convivido, conocido un poco mas, el principal motivo era para que sus heridas pudieran sanar correctamente... al parecer las heridas hechas por los poderes naturales eran dignas rivales ante los poderes de la marca de caín ya que no cerraban tan rápido como el mago hubiera querido...

 

--Aun hay sangre... es minimo... pero duele...--

 

Se decia Dick mientras se revisaba las heridas en uno de los baños del castillo, por lo que suspirando se cambio las vendas y se volvio a colocar su camisa blanca hasta que de pronto sintio un zumbido en el oido... los tatuajes de los antebrazos comenzaron a dar señales de vida... inclusive la marca tambien parecia que habia desaparecido... por lo que mirandose en el espejo, vio por un instante como cambiaba su reflejó... parecia un lago... del cual unas runas comenzaban a salir... sabia que era... la siguiente prueba de la diosa... pero le sorprendia que fuera tan pronto, por lo que saliendo rápidamente del baño sin mas grito...

 

--KAROOO!!!!! LO SENTISTE!!! LA DIOSA NOS HA VUELTO A LLAMAR!!!..--

 

Sin mas el mago entro a su cuarto para comenzar a tomar sus cosas, habia olvidado el dolor de sus heridas hasta que después de un movimiento brusco mientras se colocaba su chaleco hizo una mueca de dolor en su rostro recordando asi su realidad... pero esto era mas importante... por lo que tomando su sombrero en esta ocasión no llevaría gabardina y saliendo del castillo chiflo dos veces y del bosque salieron dos hipogrifos... sabia que a karo le gustaba su escoba... pero la experiencia de volar en uno sin duda alguna era inigualable... por lo que grito otra vez...

 

--ME ADELANTARE!! PUEDES MONTAR A GRIFO, SABES QUE TE CONOCEE!!.--

 

Y sin mas monto a Ginny donde dandole un conejo esta comenzo el vuelo rapidamente hacia el norte... necesitaba encontrar aquel lago... Grifo era el hipogrifo mas grande y con las alas mas fuerte, por lo que no tardia mucho en alcanzarlos por los mientras ginny se alzaba hacia las nubes rapidamente para emprender el viaje...

 

Lago de la misión...

 

No habia paso mucho tiempo desde el llamado... talvez un par de horas... sabia que ahi tambien encontraria a su tía y tal vez a la prima xell... sera el momento de algun nuevo sacerdote surga... una sonrisa se habia hecho en su rostro, por lo que sonriendo sin mas, el mago miro a lo lejos unas extrañas formaciones de piedra eh inmediatamente habia reconocido el lugar... era la imagen que la diosa le habia mostrado... pero su alegria habia durado poco...

 

--VAMOS GINNY!!! VAMOS!!!...--

 

No sabia si para ese entonces Karo ya los habia alcanzado, pero lo que le importaba era que todos sus compañeros de bando estaba siendo atacados!!! por lo que apresurando el paso de su hipogrifo cayo en picada en medio de la zona de combate... espectros... los mismos que los habian atacado en el bosque... todos sus compañeros demostraban habilidades sumamente grandiosas... hasta una moto habia cobrado vida y se disponia a golpear a todos... entonces aterrizando en el cesped miro como ginny con sus garras se encargada de un par... por lo que acariciandola le indico que se fuera... odiaria si algo le llegara a pasar a su hipogrifo...

 

--Tíaaa!!! Sagitas Potter Blue.--

 

Su pelo era inconfundible... estaba media orden ahi... inclusive nuevas personas... a decir verdad se sentia agobiado... ni siquiera se sentia util... hasta que algo comenzo a sucederle a sus ojos... solo por un momento lo vio... las auras de todos... diferentes colores... azul... verde... rojo... los colores de los clanes... entonces lo comprendio todo... gracias a su entrenamiento mental que habia recibido de su padre podia concentrarse en los tiempos mas dificiles... por lo que al mirar como su tía se acercaba a esas runas con tranquilidad finalmente lo comprendio todo...

 

--ESCUCHEN TODOS!!!, SI LOS ATACAN!! ELLOS ATACARAN!!! DEBEN DE DEMOSTRAR QUE SON DIGNOS..--

 

Decia en voz alta... había olvidado el sonurus... pero aun asi esperaba que al menos uno le escuchara... entonces haciendo acto de presencia un espectro enfrente de el... sencillamente Dick extendio los brazos y cerro los ojos... debia abrir su mente... debia abrir su alma... lo que para muchos era un segundo, para el mago fue una eternidad... aquel espectro... no era malo... la conexión no habia sido duradera debido a que su Lectura de aura no era la mejor... de hecho ni siquiera sabia que podia hacer esa habilidad... era como si una voz le hablaba en la nuca y le aconsejara cosas, por lo que abriendo los ojos sencillamente sonrio y aquel espectro gigante desaparecio...

 

--Tía... eso es lo que la diosa nos dijo que buscaramos?... los registros de los hermanos del clan?... ahora que sigue?--

 

Decia el mago mientras usaba un poco del agua de aquel lago, para limpiar un poco las runas de tanto polvo y mirando de reojo a Lunatica Lupin Evil Black esperaba que entendiera lo que debia de hacer... en aquel lapso que habia podido ver su aura... entendio que ella era una nueva hermana... oh eso estaba por verse...

Editado por Dick Grayson

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