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Libro del Caos ― Abril


Bakari
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La noche cayó, y las palabras de los tres hermanos llegaron para responder las preguntas iniciales planteadas por Bakari. La calva mujer observaba curiosa la mirada del Uzza, sus expresiones y todo movimiento que surcaba su rostro. Por lo poco que entendía la magia del Caos se valía del azar para obtener un resultado beneficioso o riesgoso en batalla. Para la bruja leer tal cosa no fue grato, más conociendo la gran suerte que había tenido con el azar de la vida en sí, la cual siempre le jugaba una mala pasada. Mordió su labio mientras esperaba el siguiente movimiento de la clase, pero las palabras soltadas por el guerrero fueron lo meno que la mujer se imaginaba.

 

Giró el rostro a su hermano, con varita en mano. Aquella idea desagradaba totalmente a la bruja ¿Atacar a su hermano adorado? Sabía que él podría defenderse, sabía que encontraría la forma de voltear el ataque en contra de la ojigris, pero la sorpresa del mandato de Bakari aún se alojaba en su mente. Escuchó las preguntas al rubio y el enojo creció, imaginando los posibles pensamientos entorno a ella, combinados con esa palabra que lograba sacar de quicio a la Triviani. "Usurpadora" se repitió en su mente, con los mil tonos que había usado Jeremy para dirigirse a ella.

 

Invocó la Rueda del Poder, sintiendo el poder crecer en su interior, subir desde sus entrañas y llegar a cada espacio de su cuerpo. Las fuerzas del Caos habían sido invocadas por la Triviani, recibiendo un resultado totalmente positivo. Su capacidad de daño aumentó y supo que hechizo utilizar, hechizo cuyo efecto sería de un rango superior al suyo.

 

- Cinaede - pronunció, un veneno gaseoso, extraído de los pétalos del pensamientos surgió alrededor de su hermano. El gas invisible subió hasta colarse por sus vías respiratorias, cortándolas violenta y profundamente, llegando a su sangre, paralizando su sistema nervioso y circulatorio en el acto. El actuar del mago debía ser de inmediato, realizando un hechizo de emergencia antes de que la letalidad del hechizo provocara su muerte.

 

La bruja se quedó ahí, parada. Su brazo cayó a un costado de su cuerpo y observó como el tiempo pasada lento a su alrededor, esperando el accionar de sus hermanos en torno al hechizo lanzado.

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Matthew invocando la Rueda del Tiempo.

 

No era la edad, era cansancio acumulado lo que le hacía sentir como un anciano. Como el Uzza, Matthew vestía sus cicatrices sin esconderlas bajo ningún encantamiento o con ayuda de su magia. Incluso mostraba el cuello donde podía verse la marca de las tres garras que lo convirtieron en lo que él es hoy. Al contrario de muchos magos y brujas, su cuerpo no era más que carne y huesos, y no sentía la necesidad de los adornos ni los grandes esfuerzos por destacar cualidades que no poseía.

Oh suspiró ante la petición de Bakari. Pero... ¿estás lista para terminar con la vida de tu hermano? ¿sabrás utilizar la nigromancia para devolverme la vida? Matthew sólo sabía que había magos y brujas más hábiles y experimentados que otros, no sabía nada sobre las capacidades que el Libro podía otorgarles en cuanto a su poder, por eso mismo solo se refirió a Zoella como su igual y jugó con la suerte.

 

El caos era una idea contradictoria. Justamente lo que habían buscado los magos durante siglos había sido poner orden en el abrumador y anárquico mundo que los rodeaba. Y, sin embargo, los poderes de ese libro enseñaban a adaptarse al azar, a las probabilidades que podían favorecer a un mago enormemente o no. Era un riesgo, y así era la vida.

 

Su anillo antiveneno le generó un escozor en su dedo, pero no hubo efecto contra el potente ataque de la usurpadora.

 

Aquel gas se coló por sus vías respiratorias rápidamente, a punto de llegar hasta su torrente sanguíneo y luego causarle una muerte súbita, rápidamente. Movió su varita con la diestra y conjuro un Anapneo para lograr destapar sus vías respiratorias, acto seguido pensó en un Curación que había aprendido en los inicios de su carrera con los guerreros y por último cuando logró recuperar el habla, se aplicó un Episkey.

 

Observó a Zoella frunciendo el ceño, esperaría su turno y le devolvería aquel favor. Esperaba que Bakari estuviera satisfecho, el sembrar aquella semilla entre los hermanos parecía ser algo que disfrutaba. Si tuviera la oportunidad, lo decapitaría sin pensarlo dos veces.

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Satisfaccion.

 

Eso fue lo que Bakari sintió al momento en que la bruja dudó sobre atacar a su hermano. Lo que había visto en sus ojos era cierto, completa y verdadera devoción. Y ahora Matthew parecía errático, algo molesto, los Ingleses eran graciosos con toda su magia y parrafraceria, llamándose escépticos a cosas semejantes como el aura de las personas. El Uzza sacó a relucir su varita e invocó, sin necesidad de la misma, al señor del caos para que éste brindara algo de entretenimiento a la clase, más como el caos bien sabía él, era azaroso, el resultado obtenido fue otro.

 

—Dime qué hiciste y cómo lo hiciste.

 

Dijo, mirando a Zoella, justo cuando un Troll del valle aparecía en escena para fastidiarlo. La torpe criatura realizó un mobilicorpus para hacer levitar al guerrero de un lado a otro, como un barrilete, pero sin intenciones de romperle un hueso, todavía. Parecía karma instantáneo por meterse con los hermanos Triviani.

 

—Matthew— le llamó desde donde estaba, intentando ser serio. —¿Cuántas veces se puede invocar a la misma fuerza del caos en un duelo?

 

Con la pregunta aún en el aire, destapó un pequeño frasco que colgaba de su cuello, con los dientes, soplando con fuerza el contenido hacia los ojos del troll. La arena del hechicero lo cegaría durante dos turnos completos y ya no le molestaría demasiado. Aunque conociendo su ubicación, quizás la bestia no fuese tan tonta.

 

—¡Jeremy!— exhaló el nombre, pues por restregarse los ojos el troll le dejó caer al suelo de forma brusca. Por fortuna conservaba sus huesos intactos. —¿Qué otra fuerza del caos existe, además de más empleadas por tus compañeros?

 

Rápidamente se puso en pie, sacudiéndose el polvo de las rodillas y manos.

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El licántropo hizo uso de otro de los poderes del caos, sin éxito, multiplicando la potencia del veneno ipso facto. Las palabras del Triviani se repitieron en su mente "¿estás lista para terminar con la vida de tu hermano?" en definitiva aquello era algo de lo que la bruja poco hablaba, puede que la relación de los Triviani no fuera del todo saludable y buena, pero matarse entre ellos no entraba dentro del trato, al menos no para Zoella. La lealtad era lo primero, por ello habían decidido cursar los libros juntos, para estar a nivel y poder protegerse entre ellos de ser necesario.

 

El mago contrarrestó los efectos del veneno, la bruja frunció el ceño y pensó ¿era la magia del caos una forma de mostrarle a los magos las limitaciones impuestas por su consciente y subconsciente? La invocación del Señor del Caos por parte del Uzza trajo a Zoella nuevamente a la clase, alejándose un par de metros cuando el Troll se materializó frente a ellos. La pregunta llegó a Zoella justo cuando el Troll con torpeza hizo levitar al guerrero, y jugar con él entre sus manos.

 

- Recordé que la Rueda del Poder te da dos opciones a tus hechizos. Invoqué las fuerzas del Caos, aún sabiendo que mis posibilidades eran 50 y 50. Donde podría aumentar la capacidad de daño en mis hechizos o disminuirlas. Solo pensé en ello y sentí las fuerzas del caos recorrer mi cuerpo - contestó con simpleza.

 

Las preguntas cambiaron a Matthew mientras el guerrero despistaba a la enorme criatura invocada. Las arenas lo cegaron, la bestia soltó un grito y empezó a refregar sus llorosos ojos a la par de que las preguntas cambiaban a Jeremy, quien aún no emitía palabra alguna.

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-No haré nada, Guerrero -Respondió con sinceridad el vampiro.

 

Desde que conocía a Matthew y Zoella no había un día que alguno de ellos no intentara matar a los otros dos. Estaba en su ADN. Todos querían el poder que heredarían de la Zingara cuando le llegara la hora, y lo querían todo. Nada de compartir a cada uno su porción. Candela como era habitual se rehusaba a hacerles la vida fácil y les había informado que probablemente uno de ellos recibiera la herencia, si es que dejaba alguna, cosa que seguía en duda para todos los familiares de apellido Triviani.

 

Sin embargo, sintió el hechizo lanzado por Zoella como si le hubiera impactado a él. Inspiro hondo sabiendo que sus pulmones recibían el oxigeno que necesario para la vida, sabia que no eran suyo los órganos que quedarían sin oxigeno y a pesar de eso, odio a la Usurpadora por cometer ese daño a su hermano menor. Se tenso al recordar su casi muerte a manos de Beltis con aquel hechizo que no solo había tapado su garganta, sino que también había hecho mella en su orgullo. Su mano apretó la varita con intensidad, antes de ver como Matthew invocaba los hechizos del libro antes de sanar sus heridas.

 

-¡Bien hecho, cabrón! -Le gritó al lobo para incentivarlo a seguir dando mecha. Mientras que a Zoella no se gasto en echarle ni una mirada.

 

El Guerrero Uzza quiso demostrarle su poderío, pero el caos era caprichoso y formo un Troll que solo lo ataco en respuesta. Era su turno, mientras escuchaba la pregunta del Guerrero, y esquivaba uno de los pies del monstruo hediondo que no paraba de gritar refrejandose los ojos del dolor, Jeremy hizo uso del libro. Dejaría que la suerte del caos marcara su destino para ayudar... o no.

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-¡Sectusempra! -Dijo el vampiro mandando el rayo verdozo al pecho del Troll para desangrarlo con heridas profundas y criticas. Estaba siendo benevolente con el Guerrero aunque él no lo había querido ser con ellos. Pero no había honor en ver aquel ataque, a los propios Trivianis les gustaba ocasionar el dolor y la posterior muerte por sus propios medios.

 

La Rueda del Caos dio su veredicto. Ocasionando el daño mas profundo en el Troll para que muriese o por lo menos, tuviera unos buenos momentos entretenido viendo como la sangre de sus heridas empaparían el suelo arenoso.

 

-Ahora puedo responderle, Guerrero -Respondió el vampiro, siempre manteniendo la distancia con el hombre - Mis hermanos usaron la Rueda de Poder y La Rueda del Tiempo, yo invoque la Rueda del Caos y Usted la Del Señor del Caos. Solo queda una que aun no han sido utilizada y es La Rueda de La Fortuna.

 

Jeremy guardo silencio luego de eso. Estaba tenso, porque el propio Bakari había demostrado que quería dañarlos y se valeria de cualquier cosa para eso. Debían estar en alerta. Cruz mirada con sus hermanos unos segundos, antes de levantar la varita apuntando al propio Guerrero que había demostrado ser una amenaza. No moriría ningún Triviani en ese lugar.

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Matthew observo a Bakari detenidamente mientras hablaba. Los años le habían enseñado que lo mp más adecuado era juzgar a las personas por su verdadera valía y su personalidad, y no por su poder o por el cargo que ostentaran. Sabía que estaba tratando con un guerrero muy importante pero hacía tiempo que los títulos habían dejado de impresionarlo.

Bakari le pareció una persona cansada, insatisfecha con su vida y su trabajo y portador de una amargura que le provoco ciera conmiseracion. Uno debe siempre amar lo que hacía, y dedicarse a ello en cuerpo y alma o dejarlo y dedicarse a otra cosa que realmente significara algo para él. Aquel anciano cansado no parecía disfrutar lo que hacía, y eso era algo que el gitano no podía despreciar.

¿Por qué había invocado un Troll? quiso soltar una sonrisa al ver como lo había levantado para luego tirarlo al suelo de forma brusca. Esperaba que se hubiera roto algún que otro hueso importante en su cuerpo, pero para su infortunio no fue así, estaba bien. Bufó rápidamente al ver los resultados de aquello, las facciones de Zoella se habían transfigurado, era cuestionable y en aquel momento deseaba tener el poder de leer su mente y navegar dentro de sus pensamientos, luego de lo que había hecho, ¿que estaba pensando? Matthew estaba orgulloso de ella, de sus hermanos.

La explicación que le dio fue interesante, algo que él no hubiera pensando, o quizás de una formas más caótica, él era así, inestable. Por un momento osilo sus piernas, creyó que al mover la vara de cristal nuevamente los atacaria, pero no, solo lo hizo con la criatura que había invocado. La pregunta de Bakari para Matthew fue algo que no supo responder con exactitud. No sabia cuantas veces podria invocar al Señor del Caos, pero asumió fervientemente, que una sola, y respondió.

¿Cuántas veces? volvió a preguntar sobre sus palabras Una sola... casi murmuró.

Después de todo, estaba ahí para aprender aquello que aun desconocia.

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