Libro de la sangre- Mayo 2020

[Badru]

El comunicado de la dirección de Uagadou, si bien no le tomó por sorpresa, tampoco había estado enteramente considerado en sus planes. El libro de la sangre era, sin lugar a dudas, un libro de cuidado en manos inexpertas, así que por el momento,al no tener mayor referencia ni del mago ni de la bruja a los que les impartiría dicho conocimiento, había preferido que el punto de reunión fueran el oasis uzza, un espacio tranquilo, y lo suficientemente alejado, como para que pudiesen practicar sin problemas.

 

Dependiendo de como marchasen las cosas, podía echar mano cuando quisiese del poder del fulgura nox.

 

Su indumentaria era la misma que solía llevar para las clases, incluido el pañuelo amarillo cubriendo la mitad inferior de su rostro. A pesar de las altas temperaturas, que se acentuaban con el brillante sol del mediodía, sus pies transitaban desnudos por la arena, inmunes a cualquier daño, como todas las gentes del desierto, acostumbradas a dicha vida. Intuía que para sus alumnos, por el contrario, aquel calor abrasador les sería una primera dificultad, y se sentía a gusto con ello, pues de su propia estirpe de guerreros le venía la firme creencia de que todo el que quisiese entrenarse con él tenía que probar que merecía dicha oportunidad.

 

Deteniéndose a las orillas del lago, Badru permaneció con la vista fija en sus aguas, incluso cuando el ruido de pisadas tras de él le reveló que ya tenía compañía.

 

— Las palabras y las acciones son manifestaciones de voluntad, de poder— comenzó a decir, plenamente seguro de que los recién llegados estarían escuchándole— si hasta ahora, no han sido conscientes de ello, este libro se los mostrará...y no de buenas maneras— con los ojos rebosantes de soberbia dirigió la mirada a los recién llegados— ¿Están conscientes del tipo de magia que emplearemos? Y más aún ¿están seguros de que podrán asumir todas sus consecuencias?

 

@@Ashura Lestrange

@Arcanus

Editado 1 de Mayo del 2020 por Niko Uzumaki

[Ashura Lestrange]

Era uno de los libros que sin duda estaba esperando realizar, incluso más que el libro anterior. Sabía que no sería una tarea fácil de realizar, pero estaba dispuesta a tomarla y por ende, realizar todo bien, al menos si quería aumentar sus habilidades y conocimientos. Algo que le quitaba un poco de seguridad, era el pensar en quién le impartiría la clase, pero pondría todas sus energías en evitar que eso le causara algún problema. El punto de reunió que había marcado el profesor logró impresionarla, había visto sitios similares, pero nunca alguno como aquel. Seguramente la clase que la esperaba promtería demasiado y esperaba llenar las espectativas que la misma pedía.

 

No pudo evitar colocarse un poco de bloqueador solar para proteger un poco más su piel pálida y blanquecina. Era algo con lo que siempre había tenido que lidiar y seguro aquello representaría un defecto para cualquier situación que tuviera que afrontar. Suspiró y logró dar pasos firmes hacia donde se encontraba su profesor a pesar de la temperatura tan abrasadora que se sentía en el lugar. Aún no lograba comprender del todo cómo es que la gente que vivía cerca de aquel lugar pudiera sobrevivir a tan altas temperaturas. Si bien en la nación del sol naciente solían tener una ola de calor bastante insufribles, esto le pasaba por encima. Se quitó los zapatos y los guardó dentro de un bolso en el que cabían perfectamente. Al menos, era bastante agradable sentir cómo se hundían los pies dentro de la arena. Era inebitable sentirse como una niña pequeña, pero seguramente el gusto, no duraría mucho. Se acercó frente a su profesor para poder dar inicio a la clase.

 

— Antes que nada, buen día profesor — Espetó mientras le dedicaba una pequeña reverencia.

 

— Claro que estoy consciente de todo lo que pueda suceder aquí y de lo que implica el estudio del libro, espero con ansias poder comenzar con ello. — Una pequeña y traviesa sonrisa se apoderó de sus labios mientras esperaba el primer movimiento de su maestro.

[Badru]

—Ya veremos si termina siendo o no un buen día¿ señorita…? —la pregunta quedó en el aire, pues ella no había compartido su nombre, y él como en tantas otras ocasiones, no se había fijado en los nombres de los alumnos— tener la disposición para este aprendizaje ya es un primer paso en la senda para adquirir los conocimientos que posee.

Badru encuentra cuando menos curiosa, las actitudes de la joven desde que ha llegado a la clase. No sabe cómo tomar el hecho de que su primera preocupación haya sido proteger su piel pálida como la de un muerto, al punto de utilizar medicinas muggles para ello. Y luego estaba la forma elegante y delicada como había guardado sus zapatos en su bolso.

—Se nota que no tiene mucha oportunidad de hacer este tipo de cosas— le dijo señalando sus pies, una afirmación más que un cuestionamiento— y esa vestimenta no luce muy cómoda para lo que haremos después. A nadie le gusta tener que lidiar con ropa ensangrentada ¿no le parece?

“A menos que sea la de un enemigo, en ciertos contextos muy específicos” completó en su mente, guiando a la mujer hacia un espacio más amplio, alejándose de a pocos de la orilla. El sol todavía brillaba en lo alto del cielo, pero grandes nubes lentamente se acercaban desde el sur, así que calculaba que en una media hora terminarían por ocultar todo ese brillo, refrescando considerablemente el ambiente con su sombra. Estableciendo dos metros de distancia entre su alumna y él, Badru retomó el diálogo iniciado antes.

—Para entender el libro de la sangre, necesitamos primero comprender en que está fundamentada. De seguro, si ha revisado un poco, habrá notado las enormes diferencias que existen con todo lo que pudo ver en los dos libros anteriores —la copia que Ashura llevaba del libro se materializó entre ambos, flotando en el aire, abriéndose en una página que mostraba una primera lista de hechizos —En todos los pueblos, la sangre es un elemento fundamental, es vida y también muerte, es un poderoso conductor de la magia, poteciándola. Cuénteme señorita Ashura ¿cómo entiende usted este poder? ¿De qué manera en su pueblo han utilizado históricamente la sangre?

Había tratado lo suficiente con gente de poder, a lo largo de sus distintas misiones, para saber ahora, que estaba frente a una, a quien asumía con una persona cultivada, y por eso mismo, esperaba que supiera darle una respuesta acorde a eso.

@@Ashura Lestrange

[Invitado Arcanus]

Si había algo que le gustaba demasiado a Arcanus era dormir. Nada mejor que dejarse caer en un mullido colchón, envuelto por suaves sabanas de seda. Dormir durante horas para despertarse totalmente descansado y rebosante de energía. El problema consistía que, a veces, esas horas eran demasiadas y hacían que el joven llegara tarde a importantes compromisos. Tal como le estaba pasando en ese momento.

 

- Rayos - Exclamó a la vez que saltaba de la cama con brusquedad. La luz del sol que se filtraba por la ventana le hacía ver que otra vez se había quedado dormido. Para colmo, este no era un simple compromiso al que debía asistir, ya que involucraba dinero de por medio. Dinero que le era dificil de conseguir y no tenía demasiado. Ya había perdido una clase del Libro de la Sangre y no quería que se repitiera.

 

El joven se apresuró a vestirse, se colocó una simple túnica de seda, bastante fresca y cómoda y una sandalias. Tomó su varita y desapareció rumbo al lugar donde lo habían citado para comenzar con el aprendizaje. Al llegar se desanimó por completo, el calor era algo que detestaba demasiado y aquel lugar parecía el mismo infierno. A lo lejos divisó dos figuras, una joven y un guerrero bastante extraño.

 

- Siento la tardanza, tuve unos asuntos que atender - Mintió - Mi nombre es Arcanus y estoy aqui para dominar la magia del Libro de la Sangre - Exclamó mirando a Badru. Si bien en verdad no estaba muy entusiasmado por aquellos hechizos, siempre era bueno aprender cosas para mejorar su poder mágico. Él sabía que no tendría dificultad en lograr el objetivo.

[Ashura Lestrange]

Trató de recordar algún acontecimiento que fuera propio de ella responder hacia su mentor, por lo que podía observar parecía ser que él ya tenía alguna idea de el pasado de la asiática, al menos lo básico que se contaba de ella y del papel que desempeñaba dentro del mundo mágico. La llegada de su compañero de clase la distrajo un poco de sus pensamientos, negó un poco la cabeza al ver la expresión de alteración y descuido por parte de su compañero. Ya le había tocado llevar una clase con él hace unos días, no lo conocía del todo, pero no le parecía un personaje tan interesante como aparentaba.

 

— Bueno profesor, mi pueblo del que provengo, mejor conocido como el sol naciente, ha utilizado el poder de la sangre para asuntos meramente políticos y se puede ver inclusive desde que comenzaban a mandar las diferentes dinastías — Se retiró un mechón de cabello de la cara para que no la desconcentrara del tema.

 

— En fin, uno de mis antepasados incluso utilizó ese poder para poder apoderarse del trono de aquel entonces, el pueblo resintió su hambre de poder y debido a ellos perecieron muchos, pero poco a poco, después de una tormenta el pueblo logra reponerse a pesar de las dificultades — Observó de reojo a arcanus.

 

— Al menos en mi conocimiento, se que ha servido más para mal que para bien, pero del lado contrario, como bien mencionó, ha servido para salvar vidas y alguna que otra enfermedad mortal — Espetó

 

— ¿Estoy en lo cierto profesor? — Esperó pacientemente su respuesta, meintras veía como Arcanus se acomodaba para poder prestar atención a la clase.

[Badru]

Mientras Ashura continuaba meditando su respuesta, el otro alumno de la clase se presentó. Badru no podía decidir si era la forma como se había excusado, o su sola tardanza, pero le desagradó que no mostrase tan siquiera un poco de arrepentimiento en sus ojos.

 

— Bien, bien, espero mantenga esa confianza en sus capacidades hasta el final— palmeando su espalda, de modo despreocupado, Badru dejó sobre la piel de la espalda del hombre, una marca de sangre con forma de estrella, de forma que Arcanus caería bajo su control por espacio de unos minutos— ahora escuchemos lo que su compañera tiene para decir.

 

Era inesperado todo lo que la mujer le respondía, de los vínculos con el poder (para tomarlo o mantenerlo) y su balance un tanto negativo del uso, pero que no dejaba de ser vigente. Asintió ante la pregunta con que había cerrado su intervención, y entonces se dispuso a responderle.

 

— Es un muy buen resumen de la utilización que le dan en tu país. Y estaría excelente que el señor Arcanus pudiese explicar también cómo considera que la sangre se emplea para la magia en general, pero pongámosle un poco más difícil el asunto, como que tenga que explicarlo, sostenido por sus brazos y de cabeza.

 

De inmediato, la marca de la sangre en forma de estrella brilló, obligándolo a cumplir la tarea que acababan de encomendarle.

 

— Podemos dividir los hechizos del libro de la sangre en dos tipos: Los que no requieren de la daga del sacrificio y los que si requieren de ella para ejecutarse. Por ejemplo, el señor Arcanus obligado por la marca de sangre que coloqué sobre él tiene que responder a la primera tarea que dejé de forma un poco más difícil que la señorita Lestrange. Pero, como el efecto del hechizo es apenas de minutos luego volverá a recuperar su voluntad.

 

La copia de Ashura había seguido flotando todo ese tiempo, en medio de los tres.

 

— Antes de ponernos a la práctica, necesito que cualquiera de los dos pueda decirme cuáles son los hechizos que requieren de la daga y cuáles no. Y con independencia de quien me responda eso, quiero que ambos me den un ejemplo de cuáles consumen puntos de vida y cuáles no.

 

Badru tenía muy presente que si no reconocían primero las dos formas como la magia de ese libro operaba y los sacrificios que requería, no tendrían luego las capacidades en un duelo de poder construir sus estrategias adecuadamente.

 

¿Quién de los dos respondería primero?

[Invitado Arcanus]

Afortunadamente para el joven, había llegado a tiempo a la clase y no hubo ningún problema para integrarse. Tan solo una palmada en su espalda, por parte de Badru, había bastado para recibirlo. Estaba preparado para aprender aquellos nuevos hechizos lo más rápido posible. La joven comenzó a hablar sobre la sangre. Seguramente Badru le había realizado alguna pregunta sobre eso, después de todo estaban estudiando el Libro de la Sangre. Sin duda la teoría era bastante aburrida y el joven pensaba que las cosas se aprendían con la propia experiencia. Arcanus prestab atención cuando de pronto quedó en posición vertical, pero de cabeza y sostenido por sus brazos. Obviamente no era algo que haría de cuenta propia y menos en esa situación.

 

- Ya veo... - Susurró para si mismo. Entonces se dio cuenta por que había sido palmeado con tanta despreocupación. Sin embargo un gesto de desilusión se dibujó en su rostro. Aquel hechizo parecía útil, pero para realizarlo había que tocar al oponente, cosa que en un duelo era casi imposible. Además la duración era demasiado corta, cosa que lo hacía aún más inútil en un duelo real. Salió de sus pensamientos y dirigió su mirada a Badru.

 

- Supongo que la sangre es una especie de contrato que ejerce un poderoso vínculo. También es usada como sacrificio en diferentes culturas. Sin duda es una fuerza muy poderosa - Le respondió a la vez que volvía a la normalidad. Nunca se había detenido a pensar en esas cosas. Para él, la sangre no era más que el líquido que brotaba del cuerpo de las desafortunadas personas que se atrevían a enfrentársele.

 

- Los hechizos que requieren utilizar la daga del sacrificio son Immolo oppugnare e Immolo ad protegendum. También el juramento de sangre, ya que para utilizarlo se necesita cortar con la daga al objetivo. Los que consumen puntos de vida son Immolo oppugnare y el juramento de sangre siempre y cuando el objetivo incumpla la promesa - Respondió. En general no era un libro tan complicado, tenía un par de cosas interesantes pero no mucho más que eso. Sin duda debía conseguir los que le faltaban, aunque presentía que eso le llevaría bastante tiempo.

 

- Sin faltarle el respeto señor Badru ¿No sería conveniente dejarnos de tanta cháchara e ir directamente a la práctica? - Las palabras salieron solas de su boca. Arcanus no era una persona que se jactara de ser paciente. Le parecía más simple que los dejaran duelear y aprendieran los usos de los hechizos sobre la marcha - Da igual la teoría, lo único que tiene que tener en cuenta es que debe saber algo de primeros auxilios para ayudar a esta joven dama a no morir en su clase cuando nos enfrentemos - Sonrió amistosamente a Ashura.

[Badru]

Badru se permite, aún cuando en clase normalmente no lo hace, que la mirada que le dirige a Arcanus deje traslucir el desdén que siente ante lo que acaba de expresar. Habla del poder como un individuo que está acostumbrado a manejarlo pero que nunca ha entendido -o le ha importado- realmente de dónde proviene ni qué otros usos puede dársele; eso no sería un problema si tiene planeado vivir como un peón asesino en el escalafón más bajo de su sociedad, repleta de políticos astutos y líderes hedonistas, pero no es de las simpatías de Badru, ni tampoco afín al orgullo que los guerreros Uzza sienten por la guerra y las batallas. Para él, ofrecer sus conocimientos a un individuo que no posee resolución alguna en cuanto al conocimiento que va adquiriendo es, por decirlo menos, contraproducente.

Sin embargo, no se apresura a ejecutar aquello que se siente impelido a hacer. Ha habido gente que lo ha sorprendido en el pasado y cabe la posibilidad de que Arcanus no sea más que uno de esos sujetos que disfrazan su capacidad bajo una estela de escepticismo o apatía. También cabe la posibilidad de que haya sido honesto en cuanto a lo que ha voceado y eso lo convierta en un importante prospecto a convertirse en lo que otros denominan bersek y que él llama simplemente enloquecido: una máquina que no es más que la herramienta de otros, ya sea por sentir placer en el sadismo o por simple dejadez. De una forma u otra, tan solo un individuo sin voluntad.

Badru hace uso de su vara de cristal y habla por fin, dirigiéndose a Ashura pero también incluyendo en la procedente explicación a Arcanus:

—Lo expresado por el joven aquí presente es correcto... en su mayoría —cuando la vara de cristal choca contra el suelo, la presión sobre Arcanus se relaja por lo que su cuerpo cae al suelo, ya no sujeto por su voluntad a realizar la "proeza" física a que había estado obligado—. La primera distinción que aprenderán acerca de los hechizos en los libros Uzza, son la índole de la magia que se imbuye a los mismos, es decir, que un mismo hechizo puede tener efectos distintos dependiendo de la velocidad con que se lo aplica.

>>En una batalla, entender esta distinción no solo fundamental, si no bastante obvio. Cuando no existe tiempo para juntar una mayor cantidad de magia, cuando no se tiene un tiempo prudente para realizar el hechizo con mayor concentración, entonces se utiliza la versión rápida y simplificada<< precisa y para ejemplificar lo que acaba de decir, utiliza la vara de cristal una vez más.

—Maldición

El hechizo esta vez no estaba dirigido a Arcanus, si no a Ashura. El efecto, sería inmediato y agobiante. Tendría problemas para pronunciar el hechizo que intentara realizar para la prueba que Badru les pondría a continuación, por lo que sus efectos no serían si no una parodia de lo que el hechizo original habría logrado: ridículo e inefectivo.

El hechizo que echó a Arcanus, sin embargo, fue más complejo. En teoría, el hechizo era el mismo, pero en lugar de pronunciar mal su siguiente hechizo, Arcanus notaría que su suerte empeoraría a cada segundo que pasaba; todos sus intentos para lograr algo acabarían mal. Tendría que redoblar sus esfuerzos para seguir adelante y aún así las cosas se interpondrían a su paso como salidas de la nada, sus pies se trabarían a pesar de encontrarse en perfecto estado físico y su ánimo se vería pinchado una y otra vez sin motivo aparente por situaciones inoportunas.

Badru sonrió. Ashura tendría dificultades también pero no era más que un pequeño bache al inicio. Lo que se hizo visible a continuación, como si fuera una alucinación del desierto, fue una carrera de obstáculos.

 

Era sencilla, de cuatro pasos: en la primera parte tendrían que luchar contra unos pozos de arena movediza. Arcanus no haría más que hundirse en ellos una y otra vez si intentaba pasar con el método convencional y la suerte que poseía en la actualidad, así que tendría que buscar ayuda en los conocimientos sobre la magia Uzza que ya poseía de previas clases. Ashura podría hacer lo mismo o hacerlo con el método convencional y ensuciarse bastante, estaba todo en sus manos (lo que tenía cierta gracia si pensaba en que, apenas llegar se había ocupado más bien de su piel). Después, tendrían que pasar por un espacio plagado de estacas de acero entre las cuáles había hiedra venenosa, creciendo a manera de cerco ¿cómo se las arreglarían para pasar? Badru les había dado una pista ya bastante obvia al respecto, cuando había obligado a Arcanus a escuchar parte de la lección de cabeza, pero tendrían que arribar a esa conclusión por sí mismos pues Badru no agregó más al respecto y ni siquiera les dijo a qué se enfrentarían.

 

En la parte final, aguardaba un mago confundido, que había intentado aprender la magia del libro sin éxito. Estaba allí, controlado por Badru, para enfrentarse a ellos y, gracias a la conexión mental que poseía con el mismo para poder ejercer control sobre él, Badru sabría si ellos empleaban o no los hechizos que él les había señalado en el libro de la señorita Lestrange. Por supuesto, dado que se encontraban en la etapa preliminar de su aprendizaje, él esperaba que intentaran mezclar el aprendizaje de los hechizos de duración "extendida" con los de rápida ejecución, aunque era bastante obvio que, al menos para el último "obstáculo", tendrían que usar esas últimas, pues él mismo se encargaría de controlar los movimientos del muchacho para atacarlos y no se contendría en lo más mínimo.

 

Ellos mientras tanto habían tenido tiempo para evaluar la prueba, así como para darse cuenta de que se trataba de una carrera de obstáculos para ambos e incluso quizá pensar en sus propias estrategias. Tal vez Arcanus podría reformar el concepto que Badru se ha formado de él, pues si bien le ha dado mayores dificultades, cualquier mago con dos dedos de frente se daría cuenta que aprender la magia con todos esos inconvenientes en el camino podría significar hacerse más fuerte a la larga... eso claro, si no se gastaba tan solo estando hundido en el resentimiento, como hacían muchos magos del oeste cuando recibían un mínimo de crudeza que rozaba su arrogancia. En cuanto a Ashura ¿cuál sería su perspectiva al respecto? ¿Estaría feliz de no recibir las atenciones negativas del arcano o se daría cuenta que eso a la larga podría resultar negativo en su aprendizaje? ¿Aprovecharía para salir libre de polvo y paja antes o entendería que eso podría verse como una prueba en equipo, de forma que ella misma, viéndose inmiscuida en las dificultades de Arcanus, aprendería también y le sería de provecho? Ella no lo sabía pero poco antes de la meta, eso significaría una ventaja, cuando enfrentaran al títere confundido...

 

Sí, todo eso se maquinaba ya en la mente de Badru. Éste, en contraposición a sus pensamientos, solo dijo:

 

—Inicien

[Invitado Arcanus]

El joven percibió la mirada de Badru por lo que había dicho y poco le importaba. Realmente no le preocupaba conocer de donde provenía el poder, solo con obtenerlo y poderlo utilizar contra otros, era más que suficiente. Afortunadamente, Badru estaba obligado a impartir su conocimiento sin importar a quién y para que fines lo utilizaría y si él no lo hacía, otro lo haría en su lugar. Escuchó atentamente lo que decía el Arcano y se preparó para la siguiente prueba. Al parecer sería una prueba de obstáculos. Si bien eso no desagradaba a Arcanus, hubiera preferido un simple duelo para aplicar lo aprendido.

 

El hechizo Maldición si le parecía muy útil e interesante. De hecho, era el que más le gustaba de aquel libro. Badru lo lanzó sobre ambos, aunque el joven se había llevado la peor parte. Pero era obvio, los mayores desafíos eran para las personas más fuertes. Sin embargo, no le preocupaba demasiado, tener la suerte a favor siempre era un plus en las batallas, pero los que confiaban en su propios poderes podían sortear cualquier dificultad por más imposible que pareciera. Decidió ponerse manos a la obra y comenzar lo más rápido posible.

 

La primera parte constaba de unos pozos de arenas movedizas, si bien no era complicado sortearlos, lo mejor sería tener mucho cuidado dada su condición en ese momento. No debía intentar cosas arriesgadas e ir por lo seguro ya que no podría confiar en su suerte gracias a la magia que el Arcano había aplicado sobre él. Cerca de él pudo observar a Ashura que tenía las cosas mucho más fáciles y se preguntó que pasaría si las cosas fueran al reves.

 

- Bien... - Susurró el joven. Realmente no estaba muy familiarizado con los diferentes objetos de los libros anteriores, dado que nunca había tenido que utilizarlos salvo para las pruebas cuando los cursó. Por suerte los había llevado y estaba seguro que sabía cual debía usar en aquel momento. Lo primero que hizo fue tomar bastante distancia de los pozos de arena, distancia que le permitiría correr y dar un gran salto. Al hacerlo, activó el poder del amuleto volador cuando se encontraba en el punto más alto y logró planear hacia el otro lado. Cuando casi lo había logrado, el corto efecto del amuleto finalizó y no pudo evitar que una de sus piernas acabara hundida en las arenas movedizas. Sin perder la calma sujetó su varita y realizó el hechizo Tergeo con el cual comenzó a absorber el agua y la arena simplemente volvió a la normalidad. Con un poco de esfuerzo pudo liberar su pierna y continuar.

 

Al llegar a la siguiente etapa se topó con un cerco de estacas de acero y hiedras venenosas. Con los hechizos de los libros, realmente era todo bastante más fácil. Simplemente pensó en el hechizo de Salvaguarda mágica para volverse intangible y corrió a toda velocidad traspasando aquel cerco que no lo afectó en lo más minimo. El joven continuó el recorrido y a lo lejos pudo divisar lo que era la silueta de una persona que al parecer todavía no se había percatado de su presencia. Arcanus se acercó lentamente sin apartar la vista del mago con la varita en alto. Decidió esperar a Ashura, sería más divertido si los tres se encontraran allí.