~¤~Copa Mundial de Quidditch 2020 ~¤~

[Ernest Dumbledore Prior]

Llegaba tarde a Salem, por lo que sabia Ernest ya se habia perdido los primeros partidos de la Copa Mundial de Quidditch, sin embargo el joven mago ya lo tenia contemplado esto.

 

El hechicero en si no era muy aficionado al Quidditch, sin embargo nunca diria que no a ver un partido de Quidditch en vivo ya que a diferencia del futbol muggle, este no era un deporte que le faltara acción.

 

Sin embargo no era lo unico por lo que se habia decidido en ir al mundial ese año, en el mundo muggle circulaban leyendas de aparatos y cosas extrañas, sin embargo nunca se habia logrado encontrar nada de ese tipo, y el sabia el motivo por el cual pasaba eso.

 

Las leyendas que relataban estos objetos extraños venian acompañados de preguntas y cosas terrorificas que ningun hombre normal se atreveria a buscar.

 

Ernest sabia algo, ningun hombre que no tuviera garantizado sobrevivir, se atreveria a hacer una de esas misiones que podrian pensar eran "suicidas" mas si tenian un familiar o alguna persona cercana por quien valiera la pena vivir, con los no-maj era casi imposible encontrar uno de estos objetos, entonces indirectamente su mente fue a las personas que en su mayoria son bastante imprudentes en ese sentido y con eso dio en los magos.

 

No pensaba que fueran imprudentes en un mal sentido, si no que muchas veces todo mago se dejaba llevar por la curiosidad y estos al intentar una simple ya se sentian inmortales.

 

Y ese era el principal motivo por el que se encontraba ahora ya entrando a la copa mundial de quidditch, habia logrado saber de un mago que tenia uno de esos objetos extraños, y no era cualquier persona, sino uno de los jugadores de un equipo.

 

Miro que cerca de donde estaba habia un stand de comida mexicana, faltaba poco para el nuevo partido de quidditch asi que tenia tiempo para ir por algo de comida.

 

Sin esperar mucho, fue hacia este stand y pidio un elote, mientras miraba todo el movimiento que se hacia en las carpas vecinas...¿Alguno de ellos llegaria a tener lo que el joven buscaba?

[Dana Gryffindor]

Shelle Radicklaud Gryffindor

con @@Ada Camille Dumbledore

El partido había terminado, podía sentir la victoria de un lado de la cancha y los abucheos del otro lado. Lamentaba que México no haya salido victorioso.

 

-Creo tener en mente quién ese el guardián de francia- dije pensando en el atractivo joven de cabellos dorados y músculos marcados bajo la camiseta -Sería muy amable si me consigue una entrevista- dije con una sonrisa felina -pero debo pagarle esa futura entrevista con una cena, si me permite el atrevimiento.

 

Observé que las gradas se vaciaban, el partido había terminado y el próximo empezaría un poco más adelante. El furor del público se mantenía en pié y pensé que sería divertido darme una vuelta más tarde por las carpas de los equipos ganadores para hacer una nota a la gente que había ido a verlos.

 

-Supongo que es hora de retirarnos, está la carpa principal donde seguro se encuentre el director del evento y pueda compartir sus conocimientos sobre Quidditch- dije con picardía- y podríamos preguntarle porqué se le olvidó Francia para un evento tan importante- le guiñé un ojo a la hermosa dama.

[Nate Weasley]

Nathan había meditado por mucho tiempo acerca de la sensatez de acudir a la Copa Mundial de Quidditch. Había estado esperando aquel evento por tanto tiempo, y sin embargo desde la caída del Estatuto del Secreto, lo había empujado hacia un rincón de su mente. Los últimos meses se habían desvanecido en una sucesión de jornadas de trabajo, redadas con la Orden del Fénix, y escaparse de situaciones complejas. No recordaba la última vez que se había divertido de aquella manera, y francamente le parecía un tanto imprudente que un evento de tal jerarquía tomase lugar en el medio del contexto sociopolítico que los atravesaba. Sin embargo, tras razonarlo y meditarlo por varios días, decidió que no era tan mala idea: había pagado un dineral por las entradas, meses atrás, y ante la mala fortuna de que hubiese un ataque siempre podía desaparecer del lugar.

 

Trató de ignorar la culpa por la frivolidad de su espíritu, mientras se vestía de manera lo suficientemente discreta como para no captar la atención de nadie. Llevaba unos pantalones de mezclilla oscuros con una camisa blanca, su varita mágica escondida en uno de los bolsillos de su pantalón que había sido expandido mágicamente. Tras sopesarlo por unos segundos, guardó también unas bombas de estruendo en su bolsillo, por si era necesario crear una distracción. Había algo dentro de sí que le decía que estaba tomando un riesgo muy grande, pero otra voz hablaba igual de alto y le decía que la Orden del Fénix necesitaba generar presencia entre la multitud, por si pasara algo. Ante aquel pensamiento, el tatuaje de fénix que llevaba sobre su torso ardió un poco más que lo normal, dándole la confianza que necesitaba: acudir, sino lo correcto, era menester.

 

Una hora más tarde, se hizo presente entre un centenar de tiendas de distintos colores y alturas, que se expandían sobre un campo enorme que antecedía el enorme estadio en el cual se celebraban los partidos. El último, según había escuchado el Weasley, había resultado en la derrota de Argentina por parte de Inglaterra, lo cual posicionaba a su equipo nacional un poco más cerca de hacerse con la copa este año. Dios sabe, que necesitamos una alegría este año. >> pensó para sí, mientras se abría paso entre la multitud. Llevaba su rostro cubierto con unas gafas de sol, y su cabello castaño que normalmente lucía achatado hoy estaba despeinado. El Weasley estaba seguro de que nadie lo reconocería así. Comenzó, entonces, a patrullar entre los callejones que se disponían entre las tiendas, familiarizándose con el terreno mientras vigilaba por algo fuera de lo normal.

 

- Alerta permanente. - susurró el Weasley, cuando sabía que nadie lo escuchaba. Sintió, entonces, el peso de su varita en el bolsillo.

 

Estaba a punto de permitirse disfrutar un poco del espectáculo cuando sus ojos captaron una imagen familiar. Arqueó las cejas y bajó un poco sus lentes, apoyando el puente que unía ambos cristales sobre el gancho en el que terminaba su nariz. Allí, sentada en una de las mesas, estaba ella. Con su cuerpo pequeño y delgado, y su cabellera rubia que caía por el respaldo de la silla. Para los ojos de cualquier otro, la bruja lograría su cometido y pasaría desapercibida, pero Nathan sintió un brote de alegría ante la imagen de la bruja. Hacía... ¿tres? ¿cuatro? ¡años! desde que no veía a su amiga. Se acercó a paso acelerado, intentando no llamar demasiado la atención y mirando detrás de su hombro de tanto en tanto.

 

- ¿Me engañan mis ojos, o te encuentro aquí después de siglos? - soltó el Weasley, una vez delante de Sherlyn.

 

@@Sherlyn Stark

[Leslie Ashryver PB]

La rubia miro al castaño al verlo tan silencioso, aun tenia las palabras de Maksim en su memoria, y la preocupación le recorría por su piel como hormigas, su esposa podría llegar en cualquier momento y aunque seguramente no le montaría una escena frente a todos sabía que se molestaria por estar con el mago, su esposa conocía todo su pasado y le había curado sus viejas heridas para comenzar a forjar su futuro juntas con su familia.

 

-Sabes, he sacado turno para revisión de los bebés- le comento pateando una roca para al final suspirar- Kamra no sabe que son tuyos- finalizó llevando su mano libre a su vientre con protección.

 

Amaba a la peli blanca pero también al castaño, <<que lío>> pensó con desánimo, tiro la cabeza hacia atrás para ver la altura de la carpa donde estaban, había tanto que pensar, decisiones, decisiones, debía tomar tantas y eran todos muy delicadas, dependendian de un hilo tan fino que cualquier cosa podría romperla, con eso pensar en eso le hacía doler la cabeza.

 

Unos flashes la cegaron y que la dejó encandilada por unos segundos, separó su mano de la de Kraven para frotarse los ojos, odiaba cuando sacan con flash, la cegaban y más cuando era tan cerca, gruño por lo bajo frustrada.

 

-Deberían prohibir las fotos con flash- se quejo pero se cortó al sentir el olor de Kamra, aquel olor que hacía su corazón latir deprisa, era una esencia a madera, a bosque pero dulce, aunque también estaba mezclado con sangre, arrugó el ceño al percibir la sangre, ¿la habían lastimado? se preguntó con pánico.

 

​-Oye, Kamra está aquí...y creo que esta lastimada- le aviso -te molesta si me ausento unos momentos?- le preguntó con ansiedad.

 

 

 

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@Kraven Von Alexandro

[Ky.]

España – Liechtenstien

Salem, USA.

Elizabeth Malfoy con los hermanos Karkarov.

Por el color de piel característico de la Malfoy, el sonrojo de sus mejillas casi no era notorio, de lo contrario habría tenido que salir corriendo de aquella situación, al escuchar los halagos que el recién llegado le hacía. Se le quedó mirando a Connor y por vez primera no hizo ningún comentario con respecto al aspecto del Karkarov, la verdad es que ella había quedado flechada por el joven de cabellera azul, así que no tenía ojos para nadie más.

—Hola Connor, un placer conocerte. —giro la cabeza para mirar a Kelian —Son los palcos V.I.P. me los consiguió mi ex representante, vienen conmigo. —dijo tras tener un gorro con cascabeles en la cabeza que apoyaba a España.

No pudo dejar de sonreír, al tiempo que los hacía sonar moviendo su cabeza de un lado a otro, aún con la mano tomando la mano del peliazul, al parecer ambos estaban tan cómodos así que ninguno de los dos soltaba al otro.

—¿quieren algo de beber? Pueden tomar cualquier bebida de la barra si gustan. —por vez primera en todo ese momento soltó la mano de Kelian para sacar una manta blanca de metro y medio por 70 centímetros, que enseguida se pinto de los colores de la bandera española, la cual colocó para que ondeara fuera de su palco.

El partido estaba por dar inicio, la primera selección que salió a la cancha fue la de Liechtenstein, todos hombres altos y bien fornidos que parecían ser todos golpeadores, al parecer España no las tenía todas con ellos.

 

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[Eobard Thawne]

Jonah Wright

España v Liechtenstein

El estómago le gruñó, indicándole que se diera prisa en su búsqueda de alimento. Se coló a una carpa bastante concurrida, en la que había diversos stands con comida típica de cada país. El de México estaba bastante concurrido, así que no pudo resistirse y se acercó a hacer su pedido.

-¿Tendrá tacos? -inquirió, dirigiéndose a la tendera, aunque casi estaba seguro de la respuesta. Se adelantó a ésta. -Una orden de pastor y tres de suadero, por favor.

Empuñando su varita, hizo levitar ambos platos a su lado, arremangándose la camisa azul mientras salía de la carpa de comida. El siguiente partido que debía cubrir, era el de la selección española enfrentándose a la escuadra de Liechtenstein. Había expectativa, dado que los españoles jugaban bastante bien, pero aquel mundial estaba resultando en varias sorpresas.

-¿A qué te refieres con qué no estoy en la lista? Por Odín, parece que tengo la placa de adorno.

Blandía la mitad del taco de suadero frente al personal que brindaba acceso a uno de los palcos V.I.P., a los cuales tenía acceso gracias a su pase de prensa. El tipo, que al parecer había olvidado sus lentes, entrecerró los ojos para poder leer la identificación, concediéndole el acceso casi a regañadientes.

-Qué raro, habría esperado más audiencia en estos sitios exclusivos. -comentó, una vez que se aproximó al reducido grupo compuesto por la joven de piel canela y los dos chicos que parecían ser parientes. -Parece que el Quidditch ya no vende tanto como antes.

Finalmente depositó los platos con sus alimentos a ambos lados de la butaca que decidió tomar como suya, a falta de gente que la ocupara. Sentía que hacía un mal tercio, o cuarteto, en todo caso. Se incorporó sobre el asiento, dirigiéndose de nueva cuenta a los jóvenes.

-Me disculpo. Jonah Wright, del Publick Ocurrences de Boston. En teoría debo hacer una nota de este encuentro así que, cuéntenme, ¿quién creen que gane, tienen algún favorito?

Evidentemente no tenía la vuelapluma o el bloc a mano. Igual y hasta lo mandaban al cuerno (?), pero fuera como fuera, haría una pequeña inclusión de la respuesta del público ante los encuentros.

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[Ada Camille Dumbledore]

Copa Mundial de Quidditch - Salem

Saliendo de la rueda de prensa

 

Charlaba de la forma mas amena con la Joven @ Dumbledore, era una bocanada de aire fresco el poder compartir con una bella dama y además disfrutar de su charla. Compartimos opiniones sobre el capitan de la selección Francesa de Quidditch el cual era muy guapo y seria seguro agradable aquella entrevista.

 

-Entonces espero con ansia ese encuentro, aunque tambien si gusta podríamos una de sus noches libres ir a tomar una copa, seguro nos divertiremos

 

Solto la semiveela con una sonrisa cautivadora, fue entonces cuando vio a su @ y se dio cuenta que hablaba con su cuñado Maksim, se animo a ir a saludar a su hermana.

 

-Mademoiselle Shelle debo ir a saludar a alguien, le molestaría si la dejo y nos vemos en la fiesta, me encantaría compartir un agradable momento en su compañía

 

Se despidió dandole un beso en cada mejilla, con paso firme camino hacia donde estaban Alesandra y Maksim, pero los perdió de vista y a quien encontro en su lugar fue a la Reina @ junto a su hermano. Con una gran sonrisa primero fui a hacia @ y le bese las mejillas.

 

-Es un gusto verte querida y a los niños, te vez muy hermosa, no pense verlos aquí...

 

La abrace con gran cariño, era una persona muy dulce y tierna, despeine a los niños mientras me acercaba a los otros dos adultos.

 

-C'est un honneur de la voir, Votre Majesté.- Hizo una reverencia delante de Kamra-No sabía que asistiria, imagino que también fue invitada a la fiesta de inauguración

 

Mire a Maksim de reojo y esta vez lo salude a él

 

-Quel plaisir de vous voir, toujours aussi gentilhomme, monsieur Salvaterre

 

Bese las mejillas del caballero con el típico saludo Francés.

 

-Solo venía a saludarlos y a Alessandra a quien vi hace un momento, Justo me dirigia a Ma tente para vestirme apropiadamente, ¿le molestaría Su majestad si por un momento su hermano me escolta?

 

Esperaba poder hablar a solas con el un momento, era interesante verlo en esta ocasion.

[Balderik Von Alexandros]

Salem, United States

 

 

-- Vaya, crei que sabias a lo que me dedico, si soy el organizador de este "evento", me tarde mucho tiempo en hacerlo realidad, soy el director general de la comision internacional de Quidditch, en pocas palabras soy el de la idea del mundial -- Decía Kraven un poco arrogante en sus palabras ya que el castaño estaba orgulloso por lo realizado en el mundial. Tras tener incertidumbre por la inauguración debido a los ataques en el mundo mágico, un mundial de quidditch requería de la máxima seguridad y de la disposición de los gobiernos mágicos al realizarlo. La encaminó aun mas adentrándose en la carpa que era la fiesta, se veía por los alrededores jugadores de algunos equipos internacionales por doquier hasta famosos musicos.

 

-- ¿Como esperas que les diga eso? Son jugadores de quidditch tienen que volar con sus escobas, tu deberías tener cuidado mejor...-- Con su mano entrelazada con la de la rubia le miró de reojo esperando su reacción. -- Por cierto te ves hermosa embarazada de mi bebe... Bueno andando escojamos una mesa-- Dijo Kraven llevándola a una mesa vacía. Afuera los gritos de emoción y risas no paraban. Hasta que su vista se distrajo por un segundo por un hombre de especto raro. No sabia quien era y no era muy conocido ademas su mirada parecia querer desapercibido. Habia algo en él que no le gustaba al Von Alexandros. Los flashes aturdieron un segundo su mirada y al parecer tambien a la rubia. Una vez sentados en la mesa Alessandra y Kraven, él se acerco a su oido.

 

-- Ves aquel tipo de chaqueta negra, no le ubico de ningún lado, conozco a todos los miembros de seguridad y el porta una credencial de ellos, pero jamas lo habia visto. -- Se podia observar una credencial blanca y azul en su cuello. Simbolo de la seguridad para el mundial. Cuando de pronto su mirada se enfocó en una mujer ( @@Darla Potter Black ) que lo seguia o eso parecia, porque la mirada de la bruja no se desenfocaba del hombre de chaqueta negra.

 

-- Vale entonces Kamra no sabe que el bebe... espera ¿¡QUE?! ¿¡Bebes?! ¿Son dos? Nescesitamos hablar muy bien tu y yo... muy bien entiendo, odiaria tambien hacerte esto, pero como veo que tu tambien deseas irte, no hay problema nescesito también hacer algo... Ve con Kamra con confianza te vere despues-- Y lo pensó mejor Kraven. -- Si nescesitas ayuda puedes pedirmela.-- Le sonrió esperando que Alessandra comprendiera.

 

 

-- Solo le haré unas preguntas aquel hombre, no creo que pase nada malo. -- Dijo Kraven mirandola a los ojos y verse en ellos. Pensando en el bebe que tendrían ellos dos nuevamente. Pero los tiempos que tenían juntos siempre era cortos ya que ella tenia una vida sin él.

 

No pensó mas en eso así que beso la palma de la rubia y se alejo hacia su objetivo. Se acercó al hombre, que confundido por la sorpresa, le miraba con cierto terror pero era experto y después mostró una extraña confianza en su rostro.

 

 

-- ¿Disculpe pero me podría decir a que division de la seguridad pertenece? No sabia que mandarian seguridad de su estilo a esta fiesta.-- Decia Kraven con una sonrisa fingida y con la varita lista a cualquier problema. Pero el hombre no respondió y se alejo rápidamente de el castaño ante la mirada de algunos cuantos presentes. La mujer también lo siguió saliendo ambos de la carpa y Kraven con varita lista tambien los siguió.

 

 

 

 

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Editado 2 de Julio del 2020 por Kraven Von Alexandros

[Leslie Ashryver PB]

Alessandra se ruborizo completamente al escuchar que Kraven se había sorprendido al saber que eran dos, se mordió el labio porque le causo gracia el momento, sonrió de lado al saber en qué trabajaba, la verdad es que no se lo había dicho y ella tampoco le había preguntado, las pocas veces que se habían visto no habían charlado mucho y la única vez que lo hicieron había terminado en pelea, lo miró con diversión ante su actitud.

 

Cuando el Von Alexandro le susurro al oído sobre un tipo con chaqueta negra, la rubia como si se estuviera arreglando el cabello miro a un costado de reojo y lo vio, era el hombre que le había tomado una foto recientemente, su espalda se puso recta y el vello de su nuca se erizó al pensar en ese hombre como un enemigo, sus manos sudaban, no solo por el mago sino también porque Kraven la halagaba sobre los bebés y que se veía bien con sus hijos.

 

Pero rápidamente tanto como ella debía irse él también, suspiro, lo observó a los ojos como él a los suyos y su corazón se estremeció ante la mirada de anhelo de una vida juntos que reflejaban los suyos, le sonrió con cariño a la vez que tomaba su mano y lo apoyaba en su vientre para que sintiera a los bebes, no podia darle mas que eso ya que debía buscar a la peli blanca y a Maksim ya que estaban los niños con ellos.

 

-Cuando estés por Ottery avisame y ve a la mansión Delacour o nos juntamos en la Von Alexandros...si, Jayden ya me contó que fue a verte- le dijo con una sonrisa -dime e iré a verte para que hablemos- susurro.

 

Cuando sintio su beso en la palma de su mano y alejarse, ella se puso de pie y salió de la tienda en busca de Kamra, la vio con Maksim y los niños junto a Ada. La rubia rió y se acerco a el grupo.

 

-Me voy unos segundos y ustedes se descontrolan- se rió acercándose a su esposa para tomarla de la cintura y darle un beso en los labios -te has tardado, donde estabas? y porque hueles a sangre- susurro en el oído de la peliblanca.

 

-Hola enana, acaso estás coqueteando con mi cuñado?-

 

 

 

 

@@Kraven Von Alexandros

@@Ada Camille Dumbledore

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[Sherlyn Stark]

Stand de comida méxicana

 

Con suavidad y utilizando sus dedos tomó la gorra que acababa de adquirir. Su textura era suave en especial en algunas zonas y podía sentir diminutos relieves en los extremos. Su color negro actuaba como hipnotizador, a pesar que éste no era su propósito principal. Le bastaba sólo con que la protegiera de los rayos de sol y que su delgada costura no dañara la piel de su frente.

La dejó sobre la mesa y observó a su alrededor. Había un señor que actuaba como reportero a pocos metros de ella y llevaba tacos; sin embargo, no era lo único que había captado su atención sino el nombre del periódico "Publick Ocurrences". A pesar que esa conversación no le correspondía directamente, sintió algo. Esa extraña sensación que le indicaba que eso ya lo había vivido, además de sentir contraídos los músculos de su cuello, como si significara, a la vez, un mal presagio.

—Sólo es un deja vú —trató de tranquilizarse, al tiempo que dejaba la gorra sobre el extremo de la mesa. Aún así su vista seguía clavada en él.

No podía determinar si habían pasado sólo unos segundos o si había ocurrido todo en un mismo momento, pero algo hizo que saliera de su estado de análisis. Un tono de voz familiar. Ésto produjo que dejara de pensar en el caso del reportero. Y, como si no hubiera ocurrido nada instantes atrás, se permitió que la expresión de su rostro reflejara una expresión de alegría y sorpresa, esbozando una enorme sonrisa.

— ¡Qué sorpresa, Nathan! —exclamó levantándose de la silla para saludar a su amigo con un fugaz pero sincero abrazo.

Su presencia la trasladaba a momentos agradables; como las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas y Herbología, que en más de una ocasión había impartido juntos. Debía admitir que era una persona que admiraba mucho y su didáctica era excelente, hasta el punto que ella misma había podido aprender acerca de nuevos conceptos de las plantas mágicas. Y, claro, también imaginaba que su destreza en otras ramas de la magia también eran buenas.

— ¿Te gustaría sentarte aquí? —invitó a su amigo y miró hacía donde estaban los empleados—. Estoy esperando al camarero.

Al mismo tiempo que se sentaba, dando por hecho que Nathan aceptaría su invitación, recorrió su mirada por el lugar fijándose nuevamente en el reportero. Frunció levemente el ceño e manera inconsciente. No pretendía exponer su preocupación ante su amigo; su vestimenta casual le había dado a entender que había asistido sólo para fines de entretenimiento.

— ¿Sabes algo sobre los resultados? —su intención era que la atención recayera en algo más; porque desde ya, el megáfono le había informado innumerables veces sobre la victoria de Inglaterra.

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