El dedo sobre el renglón...

[Anthony R. Dracony M.]

Apareció el peliverde en aquel lugar natural, lo había visitado por las extrañas formaciones rocosas que asemejan a un órgano... él camina por la orilla del río, se agacha para mojar un lienzo de tela que lleva, con el moja su rostro, el agua esta fresca y calma al muchacho.

 

Levanta la vista hacia arriba, es asombroso como la naturaleza forma tantos relieves tan increíbles, arriba se ven esos tubos rocosos, el río está en el fondo, corre libremente entre esas laderas, donde se ven las rocas alargadas, son las paredes de una saliente meseta de una gran cadena de montañas... la meseta es muy amplia, casí cuadrada de treinta y cinco metros de largo y ancho, una superficie bastante adecuada para tomarla como zona de duelo...

 

Si alguien viera al peliverde, se extrañaría bastante de su reciente interés por los duelos, no lo dice, pero esta obsesionado por mejorar a toda costa... esta vez lleva un traje café, con botas altas hasta las rodillas, una camisa de manga larga, debajo usa una musculosa negra ajustada a su esbelto cuerpo que aún le hace lucir como un adolescente, por eso lleva un corbatin de raso negro, del bolsillo saca una nota escrita con antelación, solo le agrega las coordenadas y la envía con su halcón peregrino.

 

Mientras el ave se marcha a entregar la misiva, el mago usa su varita mágica y se concentra para abrir un portal, es para ir a la meseta donde tendrá aquel enfrentamiento con su maestro Elvis, atraviesa sin dudar el portal y ve que se encuentra sobre la meseta cuando termina de cruzar el portal, camina a uno de los bordes y mira al fondo, el río se ve muy pequeño debido a la altura en la que ahora se encuentra.

 

Hay arbustos de moras cercanas a la pared rocosa de la montaña, el mago se pregunta que criaturas se regalan con el dulzor de aquellos frutos silvestres e imagina que serán criaturas aladas para llegar a esa altura. Se aleja de la orilla y va hacia los arbustos al lado contrario de la orilla, no le caerán mal algunas moras mientras aguarda al Gryffindor. Saborea los frutos rojos mientras piensa que ha sido una buena idea poner en su cuello el Amuleto de resurección, y el de curación... aunque no recuerda haber ocupado ninguno de los dos, sería terrible si no funcionaran...

 

Se da cuenta que no tiene realmente hambre, así que se encamina más al centro y aguarda a que llegue Elvis.

Una reverencia ejecuta cuando el mago se aproxima-- Buenas tardes -- Saluda Anthony a su amigo y profesor, quiere platicar un rato pero como lo citó para tener un duelo, considera que no debe malgastar el tiempo de ambos.

 

-- Creo prudente iniciar ya, Floreus-- El siguiente hechizo que quisiera efectuar Elvis con su varita, no saldría, en su lugar saldrían unas bellas flores en su lugar...

 

@

[Mael Blackfyre]

Aquel sitio era magnifico. Y había tenido unos minutos suficientes como para recorrer un poco antes que el joven Anthony llegara. Debía admitir que su carta no me había orientado demasiado. Pero dentro de la magia, había miles de maneras de encontrar a una persona. Y mucho más cuando usabas lo que tocaba a modo de brújula. Respiré todo el oxígeno que pude hasta que Anthony llegó a aquel sitio.

 

Se paró a unos ocho metros y no pude evitar sonreir al verlo tan profesional. Sólo nos habíamos enfrentado dos veces, ésa era la tercera, y tenía que admitir que se veía más confiado y más profesional, lo demostraba hasta su manera de vestir. En cambio yo, portaba una camisa celeste, unos pantalones negros y borcegos color beige, como mi remera debajo de la camisa. Aferré mis dedos a mi varita cuando ésta vibró

 

— Veo que has cambiado tu manera de empezar, muy bien, Anthony —le dije con una sonrisa. Ya sabía que cualquier cosa que hiciera con mi varita, al menos con una intención útil, se vería arruinado con lo que acababa de hacer—. Y siempre digo que una buena defensa es un buen primer golpe —pensé en Semillas de Hielo y sacudí mi varita como si tuviera pegado un kilo de moco de trol. Como si éste estuviera cayendo lentamente de mi varita, como lo hace la miel.

 

En vez de un rayo congelador, salieron algunas flores blancas como la nieve, que rápidamente con una brisa se alejaron por el suelo de aquel lugar y se cayeron a través del precipicio que había a unos cuantos metros.

 

— Pero déjame decir algo, joven pupilo —lo miré fijamente—. Jamás subestimes a tu rival, ¿Si? Cuanto más tiempo le das para pensar, más tiempo sumas en tu contra —le dije.

 

Y no hice nada más.

 

@@Anthony Ryvak Dracony

[Anthony R. Dracony M.]

Ryvak se pensó con mucho interés el lugar donde llevar a cabo el duelo y siempre los lugares naturales le traen mejor recuerdo que los demás, aunque hay nostalgia en su corazón con respecto a los árboles a los que ya no habla como hacia antes... se relaciona con otras personas pero solo superficialmente sin mencionar sus temores, solo platicas ocasionales y de cosas mundanas en las que puede distraer de su verdadero estado. Aquella manera de vivir le ocasiona caer en depresiones y Elvis es uno de los pocos magos con que Anthony se ha sincerado, el Gryffindor para él, es más que un maestro al que respeta, ha tratado de emplear sus consejos lo mejor posible para honrar su dedicación como profesor.

 

Anthony le escucha con atención, guarda con aprecio sus palabras, una sonrisa leve y breve acompaño ese pequeño destello de satisfacción que sintió al recibir reconocimiento por su acierto, el hechizo fue verbal, así que Elvis supo el efecto que tendría sobre su arma mágica, las rosas blancas salieron grácilmente y Anthony se preguntaba que ataque tendría que afrontar. @ le hablo con esa sapiencia de quien domina perfectamente lo que conoce.

 

-Jamás subestimes a tu rival, ¿Si? Cuanto más tiempo le das para pensar, más tiempo sumas en tu contra.

Ryvak lo vio sujetar con firmeza su varita, le mira fijamente, Elvis se le figura como una cobra que está frente a su ingenua presa, el Gryffindor es rápido, astuto, peligroso...sumamente peligroso... Ryvak trago saliva, contuvo aquel impulso de desaparecer.. no desea lastimar ni ser lastimado pero la guerra le orilla a practicar, preparase para cuando en verdad tenga que luchar por su vida.

 

Esta cierto que Elvis sigue con ética aquel encuentro, le ha permitido pensar y Anthony con su varita al ristre, al fin se decide:

 

-- ¡Cinaede!-- Un veneno gaseoso e invisible apareció alrededor de Elvis, con rapidez entro en sus vías respiratorias cortándolas, después paso a su sangre era cuestión de segundos que afectarían su sistema nervioso y circulatorio, requería actuar de inmediato o le causaría la muerte...

[Mael Blackfyre]

“Vamos, vamos, vamos” murmuraba para mis adentros al ver que el joven aprendiz Anthony estaba empezando a formular una táctica en su cabeza. Y se le notaba totalmente concentrado porque no me había respondido a ninguna de mis palabras, aunque sabía que las había escuchado a todas. Movió su varita y me preparé A decir verdad, fue una última vez que pude respirar con normalidad. Sentí ardor en mis fosas nasales y por el pecho. Y luego algo caliente dentro

 

Me había envenenado.

 

Pero no iba a dejar que saliera ileso. Tal vez aprovechaba ése momento para introducirme y provocarle el mismo dolor. Apunté con mi varita. Y me dediqué a pensar en Flechas de Fuego. Tenía dos intenciones. La primera era crear las distracciones necesarias para poder enfocarme en lo que estaba ocurriendo en ése momento. Y de segundo, causarle un mismo daño para que tuviera a qué dedicarse.

 

La fila de filamentos fue directamente contra Anthony una tras otra, para impactar en su pecho y crearle heridas flameantes que debería curar. Aproveché ese momento para hacer dos cosas. Primero pensar en un Anapneo, aquello cerraría las heridas provocadas por el Cinaede. Y segundo en una Curación. Aquellas magias Uzza eran realmente increíble.

 

Un poco mejor y dejando de estar envenenado, me centré en aquel encuentro.

 

 

@@Anthony Ryvak Dracony

[Anthony R. Dracony M.]

.... "Y cada cabeza es un mundo"... algo muy cierto, además hay que agregar, que los ataques son más impactantes cuando te llegan de "sorpresa"... porque es verdad que aguardamos hasta escuchar lo que pretende nuestro rival.. ¿y que ocurre cuando aquel ataque solo está en la mente del oponente? pues toma una ventaja, pequeña o grande, eso depende pero de que toma a uno por sorpresa, lo hace.

 

No le escuche decir nada, pero varios filamentos de fuego llegaron a mi. Los primeros me hirieron el pecho, mi brazo izquierdo lo coloque en diagonal para evitar más heridas sangrantes graves, algunos filamentos dieron sobre mi brazo pero otros dieron en donde Elvis había dirigido aquel ataque sorpresivo que no imagine, las heridas ardían debido aquellos filamentos de fuego, mi varita moví como si se tratará de un látigo hacia el pecho de mi rival:

 

--¡Sectusempra! -- Si, era mi deseo responder ante aquel doloroso ataque efectuado por mi profesor, el rayo salió de mi varita para impactar en el pecho de Elvis, produciendo heridas sangrantes profusas que le producirán la inconsciencia total si el mago no se atendía, yo entendía que me atacaba como si aquel duelo fuese encarnizado, por ello agradecía haber acudido a él, no "jugabamos", estaba empujandome a ser más astuto, @ ya había usado su amuleto de curación y solo podía ocuparse una vez.

 

--Aguamenti -- Con aquel chorro de agua, apague el fuego y al contacto de mi piel con ella, me aliviaba un tanto el ardor , aunque las heridas resultantes eran graves por lo menos evite la muerte por aquel fuego.