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Historia de la Magia y Conocimiento en Maldiciones


Zoella Triviani
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La Triviani llevaba sus pasos nuevamente al inicio de la pirámide que conforma la escuela Brasileña de Magia y Hechicería. Castelobruxo era ahora el segundo hogar de la calva, quien había comenzado a impartir otra rama de actividades, enseñando los conocimientos que ella con anterioridad había adquirido.

 

Llevaba su cuero cabelludo al descubierto, como acostumbraba. Y su anatomía era cubierta por un conjunto deportivo de color gris. Su varita descansaba en el bolsillo de la maya deportiva y sus pies eran cubiertos por unos tennis. Estaba preparada para la acción, y se había encargado de mandar a sus tres alumnos una nota pidiendo llevaran ropas cómodas.

 

Tenía planeado llevarlos al pasado, justo como había logrado con su clase de las dos mismas materias que impartirá hoy. Escucho pasos acercarse y aguardó a que los tres llegaran. Su madre La Zingara, el Ministro Inglés Aaron Black Lestrange, y Demian Luxure, un compañero del bando que hasta hoy tenía la oportunidad de conocerle.

 

- Historia de la Magia y Conocimiento de Maldiciones. Dos conocimientos que van de la mano a lo largo de todos estos años. A lo largo de la historia hemos encontrado un sin fin de magos y brujas conocedores de una magia en partículas que solo es utilizada, en mayor medida para asesinar o torturar - comenzó a hablar Zoella, observando a los tres mortifagos frente a ella.

 

- He decidido que hoy viajaremos al pasado. Qué mejor forma de conocer la historia que viviendola. Por suerte, nosotros tenemos esa experiencia que se pierden los muggles. Iremos al 3 de Mayo de 1998. Año donde culminó la Segunda Guerra Mágica, y un día después de los acontecimientos. - sacó la varita de su bolsillo y realizó con suavidad un Haz de la Noche.

 

Al otro lado del portal se podía observar un cielo estrellado anunciando que la noche había caído en Hogwarts. El castillo comenzaba a ser reconstruido, y el pionero de los mortifagos había sido derrotado por Harry Potter. Realizó un además con su mano para que sus alumnos cruzaran y una vez todos se encontraron del otro lado ella los acompañó.

 

- Durante estos años de guerra no solo hubo historia, ocurrieron un sin fin de acontecimientos que engloban a los maleficios y maldiciones. Aaron, Madre ¿pueden nombrar algún hecho relevante de la Segunda Guerra? Demian ¿Podrías mencionar dos maleficios? - comenzó a preguntar, mientras a sus espaldas se cerraba el portal.

 

 

 

ALUMNOS:

Historia de la Magia.

@@Candela Triviani

@

Conocimiento de Maldiciones.

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Editado por Zoella Triviani

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Entre Triviani y Black inicio su aprendizaje, a pesar que no le agradaba la idea estar junto a ellos, en particular con el ministro de Magia y Hechicería Británico. El egipcio permaneció con la mirada baja, las manos ocultas dentro sus magas y con la cara casi oculta por su cabellera adornada con joyas.


-Según cuenta Malfoy.- Refiriéndose a Draco. –En un punto de la batalla se conjuró el maleficio conocido como: Fuego Maligno.- hace pausa breve. –es una invocación incendiaria con la capacidad de tomar la forma de criaturas mágicas. Aunque, por desgracia las llamaradas no se pueden controlar, sino darle una direccionalidad.-Explica.


El egipcio toma su tiempo, ya que la brisa golpea su túnica azul perlado con bronce. Asimismo, da unos pasos y clava la mirada en la institución mágica, evocando tristemente su paso por ella, por suerte termino su escolaridad en otra.


-Y a la segunda que me gustaría hacer mención, es el maleficio capaz de petrificar el cuerpo completo, usada por el mismo Señor Tenebroso. – mientras que lo decía baja lentamente la mirada. –la cual sin duda es recordada por Longbottom.- una sonrisa se le dibuja en el rostro. –La cual si no me falla la memoria es: Petrificus Totalus.- en eso piensa. –es practica para hacer sufrir a la víctima terribles pesadillas, o al menos eso dicen.

Editado por Demian Luxure

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Tras aparecerme en los terrenos de Castelbruxo, pude oír idiomas que al menos yo no había escuchado jamás: "¿Oye mi helmano qué destellito aprendiste hoy?- ¿Qué hay broda? ¡vamos por unas partiditas de Quidditch! ¿te apuntas?- Vos sabés que me sacaron del equipo ¡forro!" fueron algunas de las frases que distinguía a lo lejos, en diversas acentuaciones y tonos de la voz de un trío de chicos que pasaban junto a Zoella. Quise hacerle una seña de que no entendía nada de lo que hablaban aquellos niños, pero no me fue tan trascendental.

 

Fue entonces que la bruja se presentó, correspondiendo de mi parte una ligera venia a ojos cerrados; llevaba una vestimenta ligera pero acotada a mi forma de ser: una camisa de lino de un tono claro que arremangaba a tres cuartos, pantalones oscuros y unos suspensores que los sujetaban innecesariamente pues la talla era a la medida. El calzado era el de siempre, unos zapatos oscuros y muy cómodos. La varita la traía envainada en paralelo al cinturón; Triviani abrió un portal y nos ofreció cruzar primero, siendo ella la última para que se cerrara a sus espaldas.

 

El cielo estrellado sombreaba mi rostro, iluminando en forma tenue la cicatriz bajo el párpado inferior izquierdo y parte de la media luna en el cuello tras sonreír al firmamento. Voldemort había caído, la varita de sáuco llevaba su primer día de extravío y la serenidad del ambiente marcaba una paz absoluta. Inspiré y agarré de vuelo la pregunta de Zoe, esperando a su vez, que Demian terminase de responder; aprobé con un genuino gesto de asombro.

 

-¿Relevantes?- musité mientras me cruzaba de brazos y alcanzaba mi barbilla con una de las manos- la muerte de Albus Dumbledore en mil novecientos noventa y seis... ¡miento!, mil novecientos noventa y siete..- corregí inmediatamente para proseguir, llevando ambas manos a los bolsillos mientras daba un par de pasos para apreciar el castillo de Hogwarts-... y la caída del Ministerio de Magia en Agosto del mismo año...- respondí sin mirar a nadie. Me volteé y agregué- aunque no le llamaría una caída o toma, sino más bien una proclamación del poder que nos corresponde ¿no?...Rufus demostró ser muy incompetente en esos entonces.

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El primero en hablar fue Demian, comentando dos de los maleficios usados dentro de la guerra mágica frente a la academia que se encontraba aún en ruina frente a sus ojos. La calva sintió mientras escuchaba sus palabras y observaba al mago mirar con ojos tristes la institución que a muchos de nosotros había alojado por unos cuantos años. Casi de forma inmediata, el Black contestó a las preguntas realizadas.

 

Sus palabras fueron soltadas con el característico tono del que siempre fue poseedor el ministro Inglés, quien al hablar logra endulzar cualquier frase que pronuncié, incluso persuadiendo a los más débiles de mente. La bruja repaso sus palabras y le otorgó un asentimiento en aprobación quizás, en concordancia con lo último dicho posiblemente.

 

- Si, Aaron. Relevantes. Lo que para usted puede ser relevante, para mi quizás no lo sea. La historia es una senda que sigue un recorrido tras otro, marcando los sucesos más importantes que trazarán un cambio a futuro. La segunda guerra mágica dio un cierre para algunos y en nuestro caso, dio una apertura a seguir tras las metas de Voldemort - habló con total calma, mencionando al Señor Oscuro frente a sus compañeros mortifagos sin miedo alguno.

 

La Zingara se mantenía cayada, y Zoella prefirió no atosigarla mucho. Empezó a caminar hacia la entrada del castillo, esperando que sus alumnos la siguieran por el recorrido que harían esa vez, recorrido que formaría parte de la línea de tiempo de los sucesos. Se detuvo en las escaleras y se giró, quedando frente a sus homólogos, con quienes compartía esa sed de poder y la camaradería que el bando les daba.

 

- En efecto, Dumbledore fue asesinado al cierre del año escolar, en junio de 1997. Anteriormente había estado enfermo, esto gracias al anillo de Sorvolo Gaunt, que se sabe estaba maldito por el mismísimo Señor Tenebroso quien convirtió el objeto en uno de sus horrocruxes - comenzó a relatar la calva, agregando información de ambas cátedras sobre lo mencionado por el Black - Dumbledore para el verano de 1996 se colocó el anillo, sintiéndose tentado por una de las reliquias de la muerte que encontró, la Piedra de la Resurrección. Esperando usarla para revivir a su familia y disculparse por su egoísmo en el pasado, Dumbledore perdió su sentido común, olvidando que era un Horrocrux que había sido maldito, y se lo puso en su mano derecha. Casi inmediatamente la maldición se activó, y estuvo muy cerca de matarle - explicó, manteniendo las manos tras su cuerpo.

 

- Dumbledore, a pensar de su incompetencia logró contener la maldición el suficiente tiempo para llegar a Hogwarts y pedirle ayuda a Snape, quien tenía amplios conocimientos en las Artes Oscuras. Impidió que la maldición se propagara por un tiempo, finalmente Dumbledore le pidió a Severus que lo asesinara, cuando el momento llegara - explicó con suavidad, tomo una pausa y se giró, comenzando a caminar al interior del castillo - El asesinato ocurrió en la torre de Astronomía, principalmente iba a ocurrir bajo la mano de Draco Malfoy, pero Snape logró convencerlo de renunciar a sus planes para asesinarlo, el mortifago para aquel entonces y cuatro compañeros de bando llegaron a la escena. Y Snape se hizo cargo de la tarea de matar a Dumbledore- terminó de relatar, mientras se adentraban a las ruinas de lo que fue el Colegio de Magia y Hechicería.

 

- La maldición de ese anillo se extiende rápidamente, causando la muerte a cualquiera que entre en contacto directo con el, aunque hubo varias excepciones donde fue frenada con medios mágicos, como en el caso de Dumbledore; esta maldición causó lesiones en su mano, que resultaron fatales al cabo de un año y finalmente se descubrió que con el tiempo la maldición se fortalece - comentó finalmente.

 

La calva caminó con suavidad entre los escombros y los cuerpos inertes que aún no eran recogidos del suelo. Sabía de la presencia de muchos en el castillo, reconociendo a sus familiares fallecidos y buscando a los jóvenes que se mantenían heridos pero con vida.

 

- ¿Algún otro hecho que haya ocurrido esta noche? o Alguna maldición de la que quieran saber más a fondo - interrogó, mientras cursaba por uno de los pasillos que los llevaría al patio central de la academia.

 

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-Se rumorea.- Expreso el egipcio luego de ingresar a la institución, caminando quizás lado a lado de @ . -Dumbledore y Potter buscaron un Horrocrux del Señor Tenebroso ese día. - Refiriéndose al día de la muerte del director, donde Malffoy tenia que matarlo. -​busco un objeto, resguardado por una pócima, ese brebaje ¿Acaso pudiera contener una maldición? Reconozco maldiciones en objetos sólidos ¿y las sustancias liquidas contienen maldiciones? Admito, que me pudiera equivocar en si ocurrieron en esos tiempos bélicos, ya que la historia no es mi fuerte.- Finalizo.

 

A cada paso su mirada se encontraba observando cada detalle, a penas si se notaba los rastros de las artes oscuras, era débil y sencillo el residuo de magia que dejaba, pero fue un objeto particular que le llama la atención, el mismo contenía filamentos de lo que parecía ser una maldición.

 

-Tengo una duda ¿acaso las maldiciones dejan rastro? Me refiero, no todas son de arte oscuro o quizás si lo sea, pero me pregunto si la misma deja un rastro en el lugar que fue invocado, lanzada o realizada.- Indago y siguió observando, hasta se agacho, pues pensó conseguir un indicio. Esperando que esa mujer (@@Zoella Triviani ) le pudiera dar solución a su pregunta.

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Hogwarts, 1998.

 

La expedición al viejo Hogwarts no debería ser difícil, lo había planeado tantas veces con la única persona en la que depositaba plenamente su confianza. Bueno, eso le gustaba decir a ella. Aunque, en realidad, Candela siempre había pecado de confiada. A pesar de que el descubrimiento de su origen, relativamente, reciente y el hecho de haber elegido seguir un camino que difería mucho de cómo había sido "criada", nada de eso mermaba su "fe" en los demás -claro que no imaginaría jamás lo que sucedería muchos años después-; hacía poco que había terminado sus clases en la Academia y Avril era la persona con la cual había emprendido ese viaje. Aunque, al llegar, tuvieron que separarse y una Candela a años luz de distancia de la Candela actual, se había topado con un trío bastante particular.

 

¡Vaya! ―se había quedado anonadada por la velocidad y la soltura con la que hablaba la mujer, le parecía estar escuchando una radio mágica informativa. La mujer calva parecía haberla notado, a pesar de las molestias que se había tomado por permanecer oculta con el favor de la noche; de modo que le resultó inútil seguir escondida.― Hablas de todo lo que ha pasado como si lo estuvieses leyendo. ¡Anda, lo leíste! ¡Yo sabía!. ―¡También vienes del futuro!>> No lo dijo en voz alta, prefirió guardarse el descubrimiento en caso de que no fuese así y se la lleven por loca. ¡Es que a quién se le ocurre "jugar" con magia experimental, con los peligros que traen!. Sí, sí, lo había escuchado muchas veces de su madre y el resultado de todos esos sermones era evidente.

 

Se distrajo un poco con el hombre de apariencia extravagante, que conocía a varios con ese estilo pero no esperaba encontrarse uno en esa época, mientras hacía mención a los horrocruxes, valga decir que eran objetos que ella también estaba buscando, no porque tuviesen algún valor mágico, sino porque le serviría para descifrar la "fórmula" -como le gustaba llamarlo- para fabricar uno sin perder su esencia.

 

Las sustancias líquidas contienen veneno, no maldiciones. ¿Qué dices? ―opinó como si fuese lo más normal estar allí, de intrusa con un grupo que probablemente la mataría. La superaban en número, aunque Candela podía ser bastante escurridiza. Además, la cantidad de basura en medio de toda esa ruina -además de la gente reparando lo irreparable, claro- ayudaría a su escape de ser necesario. Al otro hombre, alto y con aire arrogante, le guiñó el ojo. Tenía la sospecha de que era uno de esos tipos a los que Avril aprobaría. ¿Dónde estaba Avril?.

 

Miró hacia ambos costados, se suponía que su mejor amiga tenía que encontrarla allí, pero no la veía en ningún lado. Tal vez estuviese tardándose en la Sala de los Menesteres.

 

Dumbledore perdió el sentido común por viejo, achacoso, típico de la edad, ¿vio? ―metió una mano en el bolsillo del pantalón -jean, color gris- y sacó una libreta en la que iba tomando nota de los datos que consideraba relevantes en su búsqueda. Se apoyó sobre un pie para sacar, del interior de uno de sus botines, la varita con la que desencantó la libreta y ésta se abrió a la mitad. Acto seguido, extrajo de otro bolsillo de su pantalón, uno de tomos de Historia robados de la biblioteca de los Triviani.

 

Una vez confirmado el dato que necesitaba confirmar, cerró la libreta y la guardó, esta vez, en el bolsillo de la chaqueta.

 

¿Planean ir a las bóvedas? ―preguntó de repente. La mirada mercurio puesta en los tres, mientras se preguntaba por qué la estarían mirando de ese modo tan raro. > pensó.

Editado por Candela Triviani

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~ Mosquito ~          Ianello 

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Llegaba tarde, bueno, mas tarde de lo que hubiera querido en primera instancia. La velocidad del vampiro aumento cuando vio que ya estaba cerca de castelobruxo. No se había puesto a pensar ni en el calor habitual que siempre odiaba de aquel clima tropical que encerraba esa parte del amazonas. Realmente no pensaba en nada mientras cruzaba la pirámide para ir al aula donde tomaría una clase extra por placer...¿Por placer? Bueno, eso también estaba por verse. La puerta estaba cerca y unas extrañas chispas sobre ella también lo estaba cuando cruzo a la carrera.


-¡Espera! -Gritó en el momento exacto que el portal se cerraba dejándolo en el aula vacía y a los demás en... Nibiru sabia donde. Respiro profundamente intentando pensar donde los podría llevar la calva para estudiar la materia, pero había tantas posibilidades como estrellas en el firmamento. Debía improvisar, y rápido, si quería alcanzarlos. ¿Como? Su mente trabajo a doble velocidad hasta se le ocurrió una idea descabellada que debería de hacer sin perder un segundo.


-¡Fulgura Nox! -Exclamó abriendo un portal diez minutos atrás con destino al propio pasillo detrás de la puerta. Combinar el pasado remoto y el presente en un rango de pocos minutos era una situación muy arriesgada. ¿Que haría el Jeremy del pasado al ver al Jeremy del presente, que seria su propio futuro? Supuso que pensaría en que fuera un impostor y habría dos Jeremys atrapados en el pasado y su futuro estaría comprometido. No, no. No podía perder tiempo, cruzo el portal y se acerco a la puerta mirando al pasillo donde debía de aparecer. Podía escuchar que Zoella hablaba.


-...nosotros tenemos esa experiencia que se pierden los muggles. Iremos al 3 de Mayo de 1998. Año donde culminó la Segunda Guerra Mágica, y un día después de...-Se escucho la voz de calva rebelando la información que el rubio necesitaba. Cruzo el portal al presente y lo cerro al mismo momento que sentía la vibración del aire moverse tal y como lo hacían los vampiros. Sonrió al recordar que esas eran las chispas que habia visto al llegar sobre la puerta. Muy arriesgado.


-¡Fulgura Nox! -Volvió a replicar el encantamiento en el año 1998 día 3 de Mayo y lugar donde ocurrió toda la fiesta. Hogwarts.


Al cruzar el portal, Jeremy se encontró rodeado de escombros y humo. Parecía que aun no habían levantado los cuerpos de los muertos, aun estaban frescos sobre el suelo. Se levanto la capucha de la capa negra y empezó a buscar a Zoella, podía olerla... no estaba lejos... también su padre y su ma... no, no era Candela. Era un olor diferente, similar pero con pequeñas diferencias. Se acerco al grupo con rapidez con la varita en la mano por si se daban cuenta que había mortifagos vivos en el colegio y venían a rematarlos.


-¿De que te disfrazaste? -Le espetó a la Zingara cuando llego hasta al grupo. No había escuchado de que hablaban, pero la vestimenta de la gitana no le gustaba nada. Estaba muy apretado ese pantalón gris y dejaba todo muy sugerente. ¡Por dios! No era momento que cambiara la forma de vestirse. Al observarla con mas detalle pudo notar que parecía más joven, menos sabia y más... ¿Inocente? JA, como si fuera posible -¿Que te paso? -Miró a sus padre con el entrecejo fruncido - ¿Que le hicieron, padre?



PD: Disculpen la tardancia. D: xD

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“Que tierno ver a padre e hijo tomando clases juntos.” Pensó y medito el comentario de la bruja sobre las sustancias liquidas. –Lo máximo seria la Sala de Menesteres o llegar a la Cámara de los secretos. – agrego algo aburrido. -¿De qué bóvedas hablas? ¿Acaso Hogwarts esconde secretos?- Indago.


El egipcio noto un nuevo estudiante, quizás otro Black o Triviani. “Al parecer ando sobrando en este sitio, quizás si me pierdo estudiando los rastros de la magia.” Siguió en lo que andaba, antes que su pregunta fuera respondida por su compañera. “olvide que ando rodeados de seres de baja clase, quizás no sean asquerosos sangre sucias, pero ese aroma pestilente me tiene mareado.” Y baja la mirada en una de las tantas rocas. “En verdad me desagrada socializar, no sé porque tome una clase tan concurrida.”


En ello se levanta y se aleja un poco del grupo. “Y si lanzo una maldición incendiaria ¿Acaso podremos marcharnos?” en ello saca la mano de las mangas y observa el juramento, el cual le prohibía lastimar a ciertos seres, pero aun así sería divertido arriesgar la vida, por eso guardo nuevamente sus manos en las mangas.

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La calva escuchó las palabras pronunciadas por el Luxure, quien particularmente hacía recordar a la calva de años atrás, curiosa por el mundo que la rodeaba y viendo cosas donde quizás no las hay. Se disponía a contestarle cuando Candela habló y ahí supo Zoella que se trataba de su madre pero de otra época. Frunció el ceño ¿cómo había llegado hasta aquí? Pensó que quizás el portal que usó no fue cruzado realmente por La Zingara actual, y en su lugar la misiva había llegado a otro tiempo.

 

Negó suavemente, restándole importancia. Se disponía a contestarle a Demian cuando quien menos esperaba había llegado. Jeremy Triviani, su talón de Aquiles, ese que había pedido ser oyente y la bruja había aceptado ¿la razón? Ni ella misma lo sabía. El mago llegó con ese característico aire de grandeza y comenzó a exigir respuestas sin más.

 

- Callese, Señor Triviani - habló a su hermano - Vino de oyente y como eso estará ¿Ok? - exigió, para llevar su atención a Demian. El mago empezaba a alejarse y Zoella estaba por perder la poca paciencia que le quedaba. Quiso gritar de enojo e irse ¿la despedirán por dejar al ministro de magia con un par de personajes tan característicos en el pasado? Decidió no arriesgarse y elevó la voz para hablarle a Demian.

 

- Maldiciones, todas muy diferentes - el mago detuvo sus pasos escuchando la voz de la pálida mujer - ¿Quieren practicar con ellas? Siganme - finalmente dijo, llevando a sus compañeros al patio central de la academia, donde se podía observar las torres derrumbada y las ruinas de la construcción.

 

- Respondiendo a su pregunta - comenzó a hablar, dirigiéndose al egipcio - Las maldiciones son hechizos lanzados a objetos o personas con el fin de hacer daño, controlar, o incluso matar a la víctima. Las pociones por otro lado no pueden tener maldiciones, pero si venenos potenciados para objetivos similares, pero eso es otra clase que le invitó a tomar - explicó, materializando su varita.

 

Realizó un par de florituras con su mano y convirtió parte de escombros del lugar en diferentes animales.

 

- Parte de la historia de la Guerra Mágica, en especial la segunda. Es el uso de las maldiciones imperdonables. Tres de los hechizos más poderosos y siniestros conocidos - se posicionó frente a la clase y sonrió con suavidad - Aaron como pregunta historia ¿Quien no pudo lanzar la maldición Cruciatus correctamente? - interrogó, señalando al mago en cuestión.

 

Giró su brazo a la joven Zingara, quien miraba con ojos curiosos a su hija - ​¿A quien lanzó McGonagall la maldición imperius? - pasó la mirada por sobre el rubio, deteniéndose pocos minutos. Acercó su dedo a sus labios, indicando que se mantuviera callado y finalmente llevó sus ojos a Demian Luxure.

 

- Señor Luxure, falta una maldición imperdonable ¿Podría decirnos cual es? Tiene permiso de practicar las tres con los animales a mi espalda. Y por último, hay maldiciones que si dejan una estela de su magia oscura, pero dependerá la fortaleza del hechizo usado - dio un paso al costado, quedando frente a su madre y al hombre quien veía como su padre.

 

- Bóvedas de Hogwarts, interesante lugar para recorrer y muchos secretos de los que hablar. Cinco bóvedas que en efecto están malditas y blindadas. ¿Alguna razón en concreto para husmear ese lugar? Iremos a las bóvedas malditas luego de que contesten las preguntas - expresó, cruzándose de brazos. ¿Habría ya esta Candela tenido a sus bebés?

 

 

@ @ @@Candela Triviani @

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Tsss... ―elevó el índice para hacer callar al muchacho que acababa de llegar― Pero si es mi mejor ropa de viaje, idi***. ―(Hay que entender que, en ese entonces, a Candela le preocupaba un poco la moda (?)). Estuvo a punto de agregarle un insulto más, hasta que escuchó lo que le dijo al otro tipo que había estado callado.― ¡¡PADRE!! ―se escandalizó― Pero, ¿cuántos años tienes?¿80, con cara de 30? ―miró de arriba a abajo al que era supuesto progenitor del recién llegado. ¡Vaya!. Largó una carcajada, pues era común, ¿no?. En su época había mucho de esa clase de familia, todos tenían una historia, desde luego. La joven Zíngara tenía la suya.― Errr... La decepción, hermano. ―fingió desilusión y se hizo a un lado.

 

El mago de túnica azul captó su atención nuevamente, preguntándole por las bóvedas, así que se adelantó un poco hasta él, pues éste parecía estar incómodo entre tanta gente.

 

¿Pero es que no lo sabías? ―inquirió, con un gesto incrédulo― Las bóvedas de Hogwarts. ¿Cuáles, sino? ¡Imagina lo que puedes encontrar allí! ―se emocionó, aunque agregó al instante― No es que me interese, claro que no, es sólo para una tarea... ―codeó al egipcio y le guiñó un ojo, cómplice.

 

Sin embargo, la distracción no le duró mucho, pues escuchó su apellido pero no precisamente dirigido hacia ella sino hacia el recién llegado.

 

¿Triviani? ―se giró y contempló al muchacho (aunque se veía tanto más viejo que ella) de cabello rubio.― No hay ningún Triviani rubio en mi familia. Como estés copiando mi apellido para diversión, te arranco los ojos. ―advirtió con una mirada. Detestaba que tomasen su apellido como burla, por muy acostumbrada que debiese estar.

 

Entre tanto, la mujer calva había empezado con las explicaciones y las preguntas. Candela puso los ojos en blanco cuando escuchó la que iba dirigida hacia ella, en el fondo sentía que no tenía por qué responder pues en realidad no era su clase y sólo estaba allí de metida, fiel a su naturaleza curiosa. Le causaba un profundo interés todo ese grupo, quizás hacía horas que debía haberse marchado por su cuenta, mas no podía despegarse de ellos con facilidad.

 

Tire una difícil, señora. ―respondió con aire de suficiencia― McGonagall le lanzó un Imperius a Amycus Carrow pero, en opinión mía, el efecto no fue porque Minerva fuese hábil en Artes Oscuras, sino porque los Carrow han sido, desde siempre, débiles de espíritu y de voluntad. Conozco un par, puedo dar fe de ello. ―cruzó ambos brazos en confirmación― ¡Mira que seguir a un mago tenebroso así, sin más! Tenían que ver las señales, ¿verdad?.

 

Titubeó un poco en cuanto le preguntaron por su interés en las bóvedas.

 

― Ehh... Como dije antes, es un proyecto... Educativo. Eso.

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