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Idiomas - Aritmancia


Ky.
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El ruso tomó asiento sobre el pasto recién podado en los jardines de Castelobruxo, a su alrededor tenia diferentes pergaminos, plumas y frascos con tinta negra, lo esencial para una clase teórica – práctica. Varios de esos pergaminos estaban llenos de teoría sobre Idiomas y sobre Aritmancia, que esperaba de cierta manera le fuesen útiles a sus alumnos que no tardarían en llegar. Los había citado para cuando el sol se ocultará, no deseaba que el pretexto del sol fuese algún problema para no quedarse ahí en el pasto todo el tiempo posible.

La dirección de Castelobruxo, días antes, le había notificado que tendría tres alumnos, dos de ellos en aritmancia y el tercero en idiomas, busco entre los pergaminos que tenía el nombre escrito de cada uno de ellos para memorizarlos antes de empezar a dirigirse a ellos antes de iniciar la clase, ahora solo tenía que ponerle un rostro a cada uno de los nombres. Los tres chicos pertenecían a familias reconocidas en el mundo mágico, La Ravenclaw, la Weasley y la Tonks, por lo que esperaba demasiado de ellos durante su desenvolvimiento en clase.

Al llegar el primero de ellos le pidió que se sentará frente a él, no le preguntó su nombre, pero trato de adivinar quién era, lo mismo pasó con el segundo que señalo el espacio vacío del lado derecho al primer chico que llegó y al tercero le pidió sentarse al lado izquierdo. Al menos para comenzar la clase teórica, para la practica la situación cambiaria un poco.

Bienvenidos, mi nombre es Lukyan, soy su profesor de idiomas y aritmancia, respectivamente para el idioma al que se hayan inscrito. Me interesaría saber el nombre de ustedes, al menos para ponerle rostro al nombre. —Volkov escuchó con atención el nombre de cada uno de sus alumnos mientras los miraba a cada uno, al término de eso les entregó un pergamino con definiciones a cada uno de los alumnos.

Como pueden leer en sus pergaminos, —el joven de cabellera negra se puso de pie para empezar a hablar sobre los temas que debía dar, —la aritmancia es el estudio que nos permite comprender el comportamiento de la magia en la naturaleza, la mayoría de los magos y muggles la confunden con aritmomancia que es la predicción del futuro mediante los números. —hizo una pausa para saber si alguno de sus alumnos quisiera agregar algo con respecto a lo que él había dicho de la materia. —Para seguir con el tema me gustaría que me dijeran que entienden por Alquimia, en lo que hacen memoria, hablaré de idiomas con su compañero.

Dentro de la comunidad mágica, existen varios idiomas como criaturas mágicas, por lo que me gustaría saber si se quiere especializar en alguno. —dentro del pergamino que también le había aparecido al Tonks, tenía escrito los diferentes idiomas mágicos, más no su definición, le resultaba un tanto tedioso darle una definición a cada uno de los idiomas, a la mayoría tendría que ponerle que se comunicaban mediante chillidos y gruñidos. —Tengo varios amigos, que te ayudarán a perfeccionar cualquier idioma porque es su lengua natal, ¿te interesaría?

 

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@@Anthony Ryvak Dracony
@@Keaton Ravenclaw

Editado por Lysander S.

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El mago paso por un lado de aquel espejo empotrado en el muro, iba y venia cambiando de parecer, desea destacar pero no por usar alguna extravagancia que gritara su poco conocimiento sobre indumentaria, antes no tenía como obtener ropa de calidad, ahora sí pero los comerciantes no suelen ser lo bastantes honestos, cosa que enfada al peliverde, pero trata de guiarse por su tacto, la seda es una tela que le gusta por aquella textura, también ha adquirido trajes con otras telas que le hacen sentirse cómodo, los colores también son de gran importancia, como cuando elige los tubos de pintura óleo para uno de sus cuadros...han de armonizar o...

 

Mira aquel conjunto negro con detalles y chaleco rojo, una camisa blanca con botonadura de nácar., iban bien con su capa negra con ribete dorado que acostumbra a llevar por lo útil que es para llevar en el bolsillo interno, sus objetos mágicos. Incluye en el bolsillo su par de guantes negros, por si llega a necesitarlos, suma sus joyas a sus puños, solapa y cuello, aunque coloca sus amuletos por debajo de su camisa.

 

Toma de la mesita de noche la misiva que le informa del día que principiará su clase, una que no había pensado anteriormente tomar, pero ya que la Arcana Zuluk no le respondió sobre su duda, solo queda investigar por su cuenta. Con calma lee que debe ir al Colegio Castelobruxo, toma con resolución en su mano diestra su varita y abre un portal mágico para llegar a la entrada del Colegio, el que tiene forma cuadrada e impresionante color dorado, el sitio tiene un clima caluroso que se puede apreciar aún a esa tarde hora del día, no se detuvo a explorar las cercanías, a pesar de ver asomar unas pequeñas criaturas peludas entre la vegetación, estas eran desconocidas para el mago pero practicamente lo que más le interesa es llegar a tiempo a la clase de Idiomas.

 

No le costo hallar al Profesor que ya había previsto los materiales para la clase en uno de los jardines, el mago camino hasta llegar frente al Docente que al verle le indicó tomará asiento frente a él, lo cual realizó de inmediato para que el catedratico iniciará la clase, llegaron dos personas más y tomaron el lugar que aquel Profesor pelinegro les designo, luego llevo a cabo su presentación, el Ryvak hizo una leve inclinación como saludo.

 

--Gracias, mi nombre es Ryvak Dracony Anthony, mucho gusto. -- Expreso el muchacho y se giro a ver a cada uno de los compañeros cuando ellos tomaron la palabra para presentarse. Luego el profesor inició con algunas preguntas, lo cual deja claro al Dracony, que es una clase donde se abordan dos conocimientos mágicos, guardo respetuoso silencio mientras explicaba sobre la Aritmancia, les planteo una interesante interrogante y luego se dirigió a él, ya que se matriculo para cursar Idiomas.

 

Ryvak parpadeo un par de veces... se sorprendió de lo sencillo en que se dió la ocasión para expresar sobre el idioma de su interés...

 

-- Ahhh... si, gracias profesor, a decir verdad, si tengo un idioma que me gustaría conocer, no precisamente para especializarme pero tal vez si no es tan complicado me gustaría intentar dominarlo. -- Aún no mencionaba cual Idioma le interesaba pero el Profesor ya le entrego un pergamino con los idiomas y agrego algo que simplemente le pareció maravilloso.

 

Tengo varios amigos, que te ayudarán a perfeccionar cualquier idioma porque es su lengua natal, ¿te interesaría?

 

--Oh, si señor, me interesa el Sirenio. -- Dijo al Profesor con entusiasmo que se puede apreciar en el brillo de su mirada miel que parecía ver algo muy valioso.

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El Weasley era incapaz de recordar la última vez que había sido un estudiante, en el más propio y oficial sentido de la palabra. De hecho, no había puesto pie en ninguna institución educativa desde que abandonó su cargo docente en Hogwarts, y en buena hora lo había hecho teniendo en cuenta los sucesos que rápidamente acontecieron posterior a su renuncia: la caída del Estatuto del Secreto, el ataque a Hogwarts y la inminente guerra civil que amenazaba la comunidad británica, sin mencionar la mágica. Sin embargo, allí estaba: faltaba poco más de diez minutos para su clase. Hacía ya tiempo que estaba listo, y desde entonces se había dedicado a meditar sobre lo frívolo de su comportamiento: ¿era sensato, siquiera, distraer su mente con algo tan mundano, tan normal, como una clase? Bueno, que ya estaba anotado, y ya había pagado la matrícula. ¿Qué alternativa tenía?

 

El sol aún no se había escondido detrás del horizonte para el momento en que se apareció en Castelobruxo, la institución donde se dictaban las clases de conocimiento. Según la lechuza que le había llegado días atrás, su profesor estaría en los jardines al momento de la puesta del sol. Le tomó unos segundos escudriñar la inmensidad de los terrenos aledaños al castillo, hasta que finalmente divisó dos figuras sentadas en la explanada de césped. Emprendió la marcha hacia ellos; vestía unos pantalones de mezclilla y una remera mangas largas, un atuendo por demás muggle pero que se había vuelto una costumbre desde que su apariencia como mago representaba un peligro. De sus hombros colgaba una mochila en la cual traía una pluma y un libro para anotar, mientras que su varita mágica descansaba en uno de sus bolsillos, fácil al acceso.

 

- Buenos días, profesor. - saludó el Weasley, tomando asiento donde el mago le indicó, justo en frente de él y a la derecha de otro mago que al parecer tomaría la clase junto a él. - Mi nombre es Nathan Weasley. Un gusto conocerlo. - agregó, y prestó callada atención mientras sus compañeros se presentaban. Al parecer, sólo uno de ellos tomaría Aritmancia junto a él mientras que el otro (que había llegado primero) estaba estudiando Idiomas. Recordó con una silenciosa sonrisa su propia clase de Idiomas, la cual había sido un completo fiasco dado que no había tenido nada de práctica, pero aún así de alguna manera había aprendido una buena cantidad de lenguas.

 

Alquimia. El Weasley rebuscó en su mente, avergonzado ante la idea de que no tenía muy bien en claro que significaba, siendo una palabra que no escuchaba desde sus épocas de estudiante de Hogwarts. Agradeció el momento para pensar que le dio el mago mientras hablaba de Idiomas con... ¿Ryvak? Sí, eso había dicho. En realidad, lo único que se le venía a la mente cuando pensaba en alquimia era la piedra filosofal, famosa por las desventuras de Lord Voldemort y Harry Potter el siglo pasado, pero una búsqueda más profunda en sus saberes le recordó algo también de semiótica, filosofía y metafísica.

 

- Pues... si mal no recuerdo, la Alquimia es una rama de la... - dijo, cuando fue su turno, y luego dudó por unos segundos - ​del pensamiento. No es una ciencia, porque no puede ser demostrada por métodos empíricos. Pero es una rama de la filosofía que está en la eterna búsqueda de algo lo suficientemente poderoso como para poder transmutar la materia, transformarla en algo más, algo intrínsecamente más valioso de lo que era inicialmente. Por ejemplo, la piedra filosofal, que podía transformar objetos en oro, o dar el elixir de la vida. - aseveró. Estaba seguro de que su definición, sino errónea, era cuanto menos incompleta. Sin embargo, precisamente para eso estaba allí, para completar sus saberes.

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Aritmancia... El ojiverde había tratado de evadir ese conocimiento por demasiado tiempo, y no porque no le llamara la atención, sino porque le daban terror los número. Ni siquiera entendía cómo no había cometido un error garrafal en las finanzas del Concilio cuando formaba parte de él, pero en fin, ahí estaba en Castelobruxo para, al fin, plantarle cara a aquella rama de la magia.

 

La cita que el profesor de apellido ruso les había planteado a sus estudiantes de aquel mes era un poco fuera la habitual, pero estaba seguro que se llevaría mejor con la clase en la tarde-noche que en pleno día, además, el clima solía ser menos desfavorable y comportarse de manera más benevolente. Así pues, su caminata desde la entrada del colegio mágico hasta el punto de encuentro de la clase lo disfrutó enormemente. Al llegar, vio con una notable alegría que disfrutaría la clase con Antoni, aquel condenado mago al que se estaba encontrando en diferentes escenarios; así mismo, miró al profesor y a una tercera persona que no reconoció de momento.

 

—Buenas tardes, mi nombre es Keaton Ravenclaw, un placer —Comentó a la pregunta del profesor después de colocarse a la siniestra de éste. En ese momento les entregó un pergamino y les explicó qué eran la Aritmancia e Idiomas a cada uno, Resultaba que el Ryvak estaba allí para tomar Idiomas, un conocimiento que el ojiverde había cursado hacía ya algunos ayeres.

 

Pronto la clase entró en materia, el otro chico con el que el Mago Oscuro compartiría Aritmancia respondió la pregunta del hombre ruso acerca de la Alquimia y se quedó pensando. Su padre solía hablarle bastante de Alquimia, alegaba que era una de las clases más nefastas de la magia porque había apoyado la envidia de los muggles hacia los magos por dejar ver a esta rama de la magia tan al aire durante la Edad Media.

 

—La alquimia es considerada como una proto-ciencia o una disciplina filosófica que incluye nociones de la química, la física, la astrología, la metalurgia, el espiritualismo y el arte —Respondió el Ravenclaw como si estuviera leyenda un diccionario., sin embargo, aquello era lo que pensaba que era aquella rama de la magia, aunque si bien admiraba a Flamel por todos sus trabajos, la verdad no le tenía demasiado afecto.

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Al parecer el tener que tomar clases con una persona que no fuera él, era lo mejor que le podía pasar a su alumno de idiomas, y la verdad era que sí, él podía dominar todos los idiomas muggles y mágicos existentes, pero no sabía cómo transmitir ese conocimiento a sus alumnos, por lo que asintió ante la efusiva respuesta de su alumno. Aun así, debía prevenirlo, el sirenio era uno de los idiomas más complejos de aprender, más que nada porque los chirridos que soltaban sobre tierra para comunicarse en ocasiones resultaba ser molesto para los oídos.

¿Sirenio? Es uno de los idiomas más complejos. Pero si crees que puedes aprenderlo, adelante… te aconsejaría usar ropa más ligera, al cruzar el portal que voy a crear vas a aparecer al otro lado a la orilla de la playa más cercana. —le comentó mientras miraba a los dos jóvenes que tenía de alumnos en aritmancia, al parecer tenían ya la respuesta a su pregunta sobre la Alquimia, lo que le hizo sonreír, si los ponía a ambos a dialogar sobre la alquimia, aquella clase enfocada en la aritmancia se convertiría en una clase que no habían pedido tomar, por lo que regreso su mirada a Ryvak quien seguía esperando frente a él. —el profesor Norika te va a estar esperando a las orillas de la playa, mucha suerte.

Lukyan abrió un portal para que su alumno fuera al encuentro con Norika, en cuanto Anthony lo cruzó, de nuevo se enfocó en Ravenclaw y Weasley, que no había dicho palabra alguna como si el otro no existiera para conversar sobre lo que conocían sobre Alquimia, situación que le parecía un tanto curiosa, pero al final quizá ninguno estaba ahí para hacer nuevos amigos.

Lamento no tener expertos para ustedes, los únicos expertos en aritmancia que conozco están ocupados cuidando de sus bóvedas. Así que continuemos nosotros con la clase. —sonrió. —Bien, los escucho.

Por minutos escuchó las palabras que cada uno tenían que decirle sobre la alquimia, los dos a su manera estaban en lo correcto, así que él también les compartió la definición que él conocía.

La alquimia es la ley de todo lo existente, es lo que nos dice que las cosas son así y no de otra forma. Así como la alquimia es parte de la naturaleza, los números también son parte de ella. Cada número del uno al nueve tienen propiedades diferentes que han sido descubiertas y estudiadas por magos a lo largo de la Historia. Con los nueve números básicos podemos medir cosas como las proporciones de cada ente en una esencia, o tomar decisiones.

El ruso mientras hablaba caminaba de un lado a otro, se detuvo cuando terminó de hablar para verificar que sus alumnos siguieran el hilo de su conversación, aunque en realidad aquello era más que nada un monólogo ya que no existía participación de sus alumnos, más que nada porque él no paraba de hablar.

Para entrar de lleno con los números y la aritmancia, hablemos de la interpretación de los números con el ser humano. Weasley, podrías decirme el significado del número del amor, de la mente, la voluntad y del día y cómo encontrarlos?. Ravenclaw, por tu parte, podrías decirme el significado del número del destino, de la muerte, del tiempo y de la fuerza de la naturaleza y cómo encontrarlos?.

En lo que sus alumnos realizaban aquella pequeña tarea, el comenzó a escribir en un gran pergamino números del uno al nueve, acompañados a ellos letras del abecedario, estaban por terminar la parte teórica, ahora sólo quedaba hablar de los significados de cada número del uno al nueve para empezar la parte práctica.

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Ryvak llevo sus manos sobre sus rodillas, era un modo de detener aquella efusiva emoción que sentía ante la posibilidad de aprender ese idioma en especial... su interés apareció cinco meses atrás, le agrado mucho hacerse amigo de una tortuga y seis delfines, en esa ocasión fue que se pregunto, si podría también comunicarse con las sirenas, criaturas interesantes que en su clase de encantamientos (en calidad de oyente, sea dicho de paso) les vio haciendo guardia de unas ruinas de un antiguo templo sumergido... en esa aventura no pudieron comunicarse con las sirenas y literalmente abandonaron las ruinas sin poder verlas detenidamente.

 

Ahora el mago podría tener a alguien nativo que le enseñara el idioma y tarde le parecía el momento de iniciar con aquella experiencia tan singular. Vio al profesor Lukyan Volkov asentir, aunque su rostro en unos segundos mostró seriedad al advertirle:

 

¿Sirenio? Es uno de los idiomas más complejos. Pero si crees que puedes aprenderlo, adelante… te aconsejaría usar ropa más ligera, al cruzar el portal que voy a crear vas a aparecer al otro lado a la orilla de la playa más cercana.

 

Anthony trago saliva... ¿Y si no era tan hábil como se requería? ¿Si trataba y no lograba aprenderlo?.... sería catastrófico.... pero no lo sabría a menos que lo intentara... exhalo profundo -- Complejo o no, deseo hacer la prueba. Bien, no será inconveniente ponerme algo más ligero como aconseja. -- El peliverde se puso de pie y camino hacia donde el profesor señalo que abriría el portal, Anthony se comenzó a desabrochar la capa oscura con ribete dorado, la doblo y coloco sobre el césped cuidadosamente recortado, después se despojo de aquel saco y el chaleco rojo, los cuales también doblo con cuidado y agrego encima de su capa, luego fue el turno de quitarse sus joyas, anillos, los gemelos que adornaban los puños de su camisa con botonadura de nácar, el reloj de plata de pulsera, aunque los dos amuletos que lleva debajo de su camisa, decide no quitarselos, se descalza las botas y calcetines, caminar en la arena para él es agradable, piensa que es mejor desaparecer las prendas y objetos que se ha quitado, así que su mano diestra empuña su varita y se ocupa de sus pertenencias, luego echa un vistazo a su camisa, demasiado elegante para ir a la playa, por lo que la transforma en una remera deportiva negra de mangas de tres cuartos y escote en v, una prenda como lo solicito el docente, bastante ligera.

 

 

El profesor ya había abierto el portal que Anthony tendría que cruzar para ir al encuentro de quien sería su profesor de Sirenio, el profesor Volkov le dio un detalle importante:

 

-- El profesor Norika te va a estar esperando a las orillas de la playa, mucha suerte.

 

 

-- ¡De acuerdo!En cuanto lo vea, le mencionaré que usted me envió., muchas gracias. -- Expreso el joven mago, que no espero para dar alguna despedida a los otros alumnos... si no hubiese estado tan emocionado... hubiese actuado más amigable como suele comportarse, solo que el Ryvak no deseaba tener esperando a Norika y creyera que se había arrepentido... que el profesor Lukyan remarcará que fuera complicado, le causa más interés del que ya posee, así que finalmente cruza el portal que se veía muy oscuro con una luz azul arremolinando en el centro.

 

El cielo tan azul como el agua del mar, se veía despejado, un par de nubes a la lejanía eran las únicas en el horizonte, el sol cayendo sobre la arena y el mar, debían ser más de las doce del día, ya está caliente la arena, pero el mago ve a un hombre de cuerpo atlético dentro del agua, aunque parece estar mirando el avanzar de las olas, que van y vienen del mar a la playa, solo medio cuerpo es posible ver. Ryvak camina un poco más rápido, hasta sentir la humedad de la arena a la orilla del sitio donde se aproxima para tener aquel encuentro.

 

-- ¡Hola! Buenas tardes, ¿es usted Norika? El profesor Lukyan Volkov me ha enviado.

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Nathan escuchó atentamente las palabras de su profesor; y procuró no entrometerse mientras éste conversaba con el muchacho que estaba aprendiendo de idiomas. De hecho, tuvo que morderse la lengua en cuanto éste manifestó su interés en aprender sirenio: Nathan recordaba cuando él, en su propia clase de idiomas, había tenido que conversar con algunas de las criaturas debajo del lago de Hogwarts y todavía podía sentir el chirrido que había lastimado sus oídos aquella tarde. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, un portal mágico se abrió de una zanjada en el aire y el estudiante desapareció en el espacio-tiempo hacia otro lugar, donde su propio docente lo aguardaba.

 

El Weasley escuchó atentamente la definición que el profesor les dio, y meditó por unos segundos las últimas palabras: "Con los nueve números básicos podemos medir cosas como las proporciones de cada ente en una esencia, o tomar decisiones." No pudo evitar pensar en los muggles, con quienes había tenido que mezclarse mucho más a menudo últimamente, y quienes hacían un gran uso de aparatos llamados computadoras. Al parecer, muchas de éstas computadoras funcionaban en base a un sistema de codificación binaria, en la cual la colocación del 0 y el 1 en distintos intervalos y secuencias era frecuentemente lo que yacía detrás de las pantallas que los muggles miraban. Consideró, por unos segundos, traer ese ejemplo a colación pero no estaba seguro de si su profesor conocía sobre la cultura muggle.

 

En cuanto tuvieron su próxima tarea, tomó un pedazo de pergamino de su mochila y utilizó su libro de texto para consultar los conceptos que tenía que buscar. Por un momento, lo único que se escuchó fue el ruido del viento y de algunos pájaros cantar antes de dormir, el pasar de las hojas y el roce de las plumas contra los pergaminos. Pasaron unos cuantos minutos hasta que Nathan tuvo todo lo que necesitaba para responder las preguntas del profesor, y tras intercambiar una mirada inquisitiva y un asentimiento, el Weasley procedió a contestar.

 

- Para empezar, el número del amor determina lo intrínseco a la persona: sus deseos, sus miedos, su personalidad; en síntesis, todo lo que hace a esa persona ella misma. Se obtiene sumando los dígitos de la fecha de nacimiento consecuentemente hasta obtener únicamente un número básico. - hizo una pausa, para luego proseguir - El número de la mente refleja cómo deberían ser nuestras aspiraciones y objetivos, es un parámetro a seguir, y lo obtenemos transformando las vocales de nuestros nombres en los números que mejor los representan, para luego sumarlos entre sí hasta, nuevamente, obtener un número básico.

 

Todos aquellos conceptos despertaban dentro de si suma curiosidad. Le parecía fascinante que algo tan sencillo como la determinación de números pudiera brindar tanta información.

 

- El número de la voluntad establece nuestra extroversión, no solo a nivel social pero también en la medida en que nos permite lograr nuestros objetivos y movilizarnos en el mundo. Se determina sumando los números de las consonantes que se encuentran en el nombre y apellido completo hasta, finalmente, obtener un número básico. - se preguntaba en que consistiría la parte práctica; esperaba que incluyese determinar toda esta información sobre ellos mismos, aunque a la vez esperaba que hubiese algo más emocionante también - Por último, el número del día resulta de una suma tripartita, por una parte la fecha de nacimiento, por otra parte la fecha de hoy y por último el número de fuerza de la naturaleza. Se dice que este número es una guía, la luz al final de nuestro camino que debemos seguir para cumplir nuestros objetivos.

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Bien, esperemos unos minutos más a tu compañero.

Lukyan miraba a la dirección donde se encontraba Ravenclaw, al parecer estaba muy concentrado en hacer lo que le habían pedido que decidió no sacarlo de sus propias ideas, por otro lado pensaba que retos podría ponerles a ellos para que la cosa no se quedará solo en este lugar.

Si yo te preguntara sobre qué tan factible es que yo robe Gringotts el día de hoy, y todo me lo tengas que decir de acuerdo a la aritmancia, ¿que datos me preguntarás y qué métodos usarías?

Dependiendo a lo que le dijera le propondría ir a escabullirse a Gringotts, o al Fondo Monetario Mágico Internacional, al final ambos trabajaban en este último y el mercado bursatil era una buena forma de usar aquella materia. ¿En qué empresas debería invertir capital?

He estado pensando que para que el capital no se estanque, el dinero debe fluir. —dijo. No tenía que ver con la clase, pero esperaba que Weasley le entendiera un poco a lo que iba. —Estás listo para calcular lo que te he pedido de Gringotts? Me llamo Lukyan Motka Amaury Volkov Scamander, nací el 9 de junio de 1993... Pero antes, estas son las propiedades de los números.

Le entregó nueve pergaminos con la descripción de lo que significaban los números del 1 al 9 de acuerdo al procedimiento a realizar, esperaba que con eso le resultará más sencillo interpretar la fortuna que podría tener si lograba adentrarse en Gringotts.

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Tu debes ser Anthony, he escuchado que tu animal interior es un ser de agua. —fue aquella la forma en que Norika saludo al mago inglés, estaba un tanto emocionado de conocer un animago que convirtiera en un ser acuático. —Te parece bien si empezamos.

Norika le hizo señas para que se adentran al mar, en un par de minutos lo llevaría hasta altamar para que ningún muggle curioso pudiera verlos practicar el idioma de la gente del agua.

Primero que nada, quiero que sepas que hablar como la gente del agua en la tierra suena como un chirrido espantoso, por lo que esto no te serviría de nada si deseas comunicarte con alguien de tu misma especie. ¿Estás listo?

Norika empezó a soltar lo que parecían ser gritos desgarradores, pero cada uno tenía una fonética diferente, al mismo tiempo le pedía a Anthony que el también lo hiciera, las primeras 5 veces que grito fue para enseñarle las vocales, ahora empezarían con las consonantes y luego a formar oraciones completas.

¿Qué es lo primero que deseas decir en Sirenio?

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Anthony avanza un poco más, realmente no es problema para él dirigirse hacia el agua, además está mejor vestido con la ropa ligera que eligió y es menos pesada y estorbosa. Sus pies descalzos le trasmiten la dicha de sentir la fina arena, pocas caracolas y restos hay en ella, así que no requiere mirar por donde llega al agua, el hombre le responde:

 

Tu debes ser Anthony, he escuchado que tu animal interior es un ser de agua. Te parece bien si empezamos.

 

El Ryvak no pudo definir el acento del profesor, pero dejo de cuestionar su procedencia, lo que en verdad importaba era que el idioma sirenio era la lengua en la que el mago se interesa, y el profesor Lukyan le había asegurado la posibilidad de que la clase de idioma le sea impartida por alguien que la tenga como su lengua natal, así que se siente emocionado.

 

--Si, es verdad, la arcana no me esclareció si podía usar algún idioma tomando fisicamente mi ser de agua... aunque me las arregle con la comunicación mental. ¡Claro! me parece bien, voy a poner todo mi empeño profesor Norika.

 

Anthony está muy animado, con gran alegría ve que el profesor le hace señas para que se adentren más en el mar, Anthony es buen nadador, pero decide usar el control que tiene para transformarse, solo la mitad de su cuerpo de la cintura hacia abajo cambia y con impulso de su cola caudal avanza rápido hasta alejarse kilómetros de la orilla a mar abierto. Cuando ve que el profesor detiene su marcha, el recupera su forma humana completa y atiende a las indicaciones del profesor Norika.

 

Primero que nada, quiero que sepas que hablar como la gente del agua en la tierra suena como un chirrido espantoso, por lo que esto no te serviría de nada si deseas comunicarte con alguien de tu misma especie. ¿Estás listo?

 

Asiente con un movimiento leve de cabeza, después agrega de forma audible para que no se le tome como alguien maleducado -- Si, profesor, estoy listo, cuando usted desee que haga mi parte. -- Y hablaba con la verdad, estaba motivado y decidido a emplear todo el empeño de que es capaz, observo con detenimiento el movimiento de sus labios, el abrir de su boca, sus oídos prestaban especial interés en el timbre, el tono empleado... Anthony primero gesticulo, le parecía lo más lógico, después hizo intentos por repetir aquellos fonemas que Norika pronunciaba, los primeros tres le costaron un tremebundo esfuerzo, pero los últimos gritos los emitió cerrando los ojos e imitando al profesor... estos fueron más parecidos a lo que Norika le mostraba, por ello Anthony sentía que solo sería cuestión de tiempo.

 

La clase apenas está iniciando, pero tiene al peliverde muy atento para aprovechar debidamente y totalmente la clase, sobre todo considerando que el profesor Lukyan le aseguro que el sirenio es un idioma muy difícil y complicado de hablar.

 

Tal vez sea que están en el agua del mar, con su frescura natural y ese olor característico que le hace sentirse de tan buen humor, por lo que el Dracony se empeña en memorizar esos primeros fonemas, Norika hace una pregunta de pronto y el mago se queda un tanto pensativo por un par de minutos...

 

¿Qué es lo primero que deseas decir en Sirenio?

 

--No tengo algo que sea de mi preferencia... tal vez... ¿Cuál es tu nombre? Quiero conocer tu pueblo. -- Respondió el ojimiel, recordaba aquellos sirenios de su clase de encantamientos...¡Que diferente hubiese sido de haber podido hablar su idioma!

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Nathan prestó mucha atención a las palabras del profesor, seguro de que cada vez las tareas se pondrían más difíciles y tendría que estar preparado. Por unos momentos, el mago pareció esperar a que su compañero emitiese su respuesta, más éste parecía estar tan ensimismado en sus quehaceres que pareció haber olvidado que debía dar sus respuestas al profesor. Curiosamente, éste no pareció importarle, y en cambio siguió con la clase prosiguiendo hasta la próxima consigna. Arqueó las cejas curiosamente: ¿acaso su profesor sabía que el Weasley trabajaba en Gringotts? Le parecía demasiada coincidencia, pero al mismo tiempo no veía como el mago podía llegar a saberlo, dado que aunque fuese legilimente, él también lo era y además sus habilidades como oclumente le hubiesen advertido si éste buscaba indagar en sus recuerdos.

 

Recibió los nueve pergaminos de las manos del profesor, y en seguida se puso a hacer los cálculos necesarios. Se apresuró a escribir su nombre en un pergamino y la fecha de nacimiento debajo. Meditó por unos segundos, dado que algo le decía que no necesitaría de todos los números que se podían obtener con aquellos datos sino tan sólo de algunos, unos en particular que tuviesen el poder de inferir cuánto éxito tuviese el mago de querer infiltrarse en Gringotts. Amor, muerte, tiempo, naturaleza, del día. Había tantos números para calcular, más en cuestión de minutos y tras hacer una serie de cálculos aritméticos básicos, obtuvo los que necesitaba.

 

- Nueve, cinco y tres. - susurró, mientras curioseaba sobre los pergaminos que le había dado el profesor. Por un segundo meditó sumar estos números, más el hecho de que se obtuviesen a partir de distintos datos de una misma fuente le indicaba que quizá no era la mejor idea. Pasó un largo rato contemplando los pergaminos y tratando de establecer un patrón elocuente; por un momento, se sorprendió a sí mismo casi esperando que los números le hablasen en lugar de que él buscase la respuesta en ellos.

 

Carraspeó, para luego mirar al profesor.

 

- Según mis cálculos, podrías embarcarte en robar Gringotts con una personalidad esperanzada, quizá no seguro más confiado de que tendrás éxito. - comenzó, haciendo una pausa para ver cuál de los datos presentar a continuación - Tu número de la voluntad indica que tienes una gran capacidad de trabajar en grupo, así que quizá esa es tu mejor opción. - Alzó la vista, mirando al mago, casi arrepintiéndose de haber dicho eso ante la remota posibilidad de que luego le pidiese que el Weasley lo acompañase en tal hazaña. Sin embargo, era imposible... más allá de lo que los números dijeran, robar Gringotts era prácticamente imposible y sólo había ocurrido una vez en la historia de la humanidad mágica.

 

Ignoró aquellos pensamientos y volvió a enfocarse en su monólogo.

 

- Sin embargo, y a pesar de eso, tu número de la muerte indica que aparentemente gustas de hacer cosas por tu cuenta, dado que esa será la causa de tu potencial falla. - Nathan dejó sus pergaminos a un lado, mirando atentamente al profesor. - En resumen, si lo haces, hazlo en equipo... pero haz ese equipo con ganas, que sólo no se llega a ninguna parte.

 

Aguardó en silencio, esperando alguna acotación o corrección por parte de su evaluado.

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