Maestría con escobas + Historia de la Magia

[Sagitas E. Potter Blue]

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"Elixir d'Amore, un perfume para enamorar"

Grabación de un Spot Publicitario

en el Museo de Historia de Antropología de Londres

Era incómodo tener que unir dos clases a la vez en un mismo lugar. Si sólo hubiera sido una, por supuesto, ni me lo hubiera pensado: el sitio más apropiado para estudiar todo el rollo ese de escobas era en el Estadio de Quidditch. O una biblioteca para los estudios sobre la Magia. Pero, en aquel momento, tenía que dar clases de las dos asignaturas completamente opuestas a la vez. Una asignatura al aire libre con una asignatura de escudriñar entre libracos antiguos almacenados en el más secreto scriptorium de la universidad.

Bufé, ¿y si me partía en dos? Así que hice lo mejor que se me da hacer, escabullirme y dejar la solución para más tarde. Así, me largué a un café a tomar un capucchino de esos tan ricos que sólo los muggles saben hacer (que me disculpen los magos pero nadie hace uno de esos con el sabor tan maravilloso como en este lugar donde los dan con vasitos con cara de sirena de doble cola). Y allá, lo vi, un enorme poster de un anuncio de yogures. Vale, no viene al caso el sabor que promocionaba ni la marca pero sí que aquello me dio una idea descabellada para aunar las clases

Así, allá mismo, sobre varias de las servilletas del café (ese que tenía una sirena de doble cola en la esquinita), escribí la cita para mis pobres alumnos:

"Situación: Museo de Historia de Antropología de Londres a las 11 horas de hoy, en la recepción.

Profesor: Sagitas E. Potter Blue

Alumnos:
@@Zoella Triviani
@@Lisette Ryddleturn
@@Arya Macnair

Traigan su propia escoba y ropa de brujas sexis.

No os preocupéis por los muggles. Yo me encargo."

Después de eso, pagué mi buenísimo café y salí a hacer unas gestiones. Necesitaba los permisos para hacer una grabación de publicidad para un nuevo perfume y estaba segurísima que no iba a tener problemas. Conocía a algunos chicos que me debían una, o dos, de situaciones divertidas que algún día contaré y que cerrarían el museo para mi uso particular.

 

No hay nada como ayudar a la gente y que te deban favores. Silbé mientras paraba un taxi, feliz. Hoy iba a ser un gran día.

[Lisette Ryddleturn]

MUSEO

 

Lisette había ido según las indicaciones hasta aquel museo aunque comenzaba a pensar que quizá se había confundido porque no se imaginaba que toda la clase de vuelo fuera a ser en un sitio como aquel

 

En verdad en un museo? se pasó los dedos por la boca, pensaba que se iba a preocupar mucho de romper cosas si acaso se equivocaba y terminaba chocando contra alguna de las paredes

 

Pero la verdad era que no tenía demasiadas habilidades para otras cosas y que le habían estado sugiriendo que quizá no sería tan mala idea que tratara de estudiar un poco más

 

Eso en verdad debía de ser una situación de lo más graciosa, una Ravenclaw que tenia timidez para los estudios y que no solía moverse mucho alrededor de ellos para no equivocarse

 

Además, la carta decía que debían de llevar ropas sexys pero ella solo tenía sus ropas del pueblo mágico donde vivía, realmente lo suyo no era ir enseñando las rodillas

 

Y además sobre una escoba? mucho menos, ya de por si cuando subiera en su escoba seguramente todo iba a salir volando y eso solo la iba a avergonzar muchísimo más

 

Así que intentando no llamar mucho la atención aunque todas las personas que estaban a su alrededor se le quedaban viendo, apretó su escoba favorita contra su pecho y se encaminó al museo

 

-Buenos días! he venido para tomar la clase de maestría en escobas! aunque no se si sea buena idea volar dentro de un museo, profesor, tenemos un seguro en contra de las cosas quebradas?

 

Preguntó mientras tomaba la argolla de las puertas del museo y las abría para meterse despacito, esperando no estar haciendo demasiado ruido y esperando no hacer enojar a nadie

[Zoella Triviani]

La calva hacía un tiempo había adquirido un par de escobas, de esas con las que las brujas volaban en las antiguas historias muggle. Su pequeño departamento al que poco frecuentaba, tenía un pequeño espacio donde había colgado de forma horizontal las diferentes escobas junto al grabado de las descripciones de cada una.

 

Poco volaba sobre ellas, ya que se le dificulta aun cuando tenía su licencia de vuelo. Por ello y para perfeccionar el manejo de las mismas decidió anotarse a tomar la maestría de escobas y así lograr mostrarse como una voladora de escobas perfecta, o lo más cercana posible.

 

Esa mañana decidió acercarse al departamento y desempolvar un poco lo que ahí guardaba. Se colocó unos shorts flojos junto a una camisa algo gastada. Su calva brillante como siempre y en sus pies unos tennis desgastados. Tomó un trapo y empezó a limpiar, pero se vió interrumpida cuando una servilleta voló por su sala.

 

La tomó, y se encontró con la sorpresa de que era citada al Museo de Historia de Antropología de Londres para su clase. Observó el reloj de la encimera y llevaba la hora justa. Corrió a tomar su Nimbus 3000 y materializó su varita en la mano para cambiar sus ropas por las más adecuadas. Siendo así sus piernas cubiertas por un largo pantalón acampanado y sus pies cubiertos por sus preciadas botas roqueras. Y su torso decorado con una blusa entallada vinotinto, sin muchos detalles. Se visualizó frente al espejo de la sala y se sintió sexy, más de lo acostumbrado.

 

Tomó sus lentes de sol y montó su escoba y salió volando por el balcón, rumbo al museo donde la esperaban.

 

--------

 

Poco tiempo transcurrió en lo que sobrevoló el museo, paró en el techo y observó los alrededores. El sol estaba en su máximo punto y Zoella agradeció tener sus lentes que le proporcionaban un poco de sombra a sus iris. Montó nuevamente la escoba y bajó a un costado del edificio hasta el callejón que ahí estaba, tomó la escoba entre sus manos y llevó sus pasos a la entrada del edificio. Saludó al portero con un suave asentimiento y se adentro al inmenso lugar buscando la recepción.

 

la calva caminaba por el lugar como si se tratase de la mismísima dueña, sin importarle que la vieran con una escoba al brazo y vestida con ropas de época pasada. Una silueta con una escoba a su costado se encontraba al fondo, temblorosa y observando ansiosa a todos. La mujer se acercó como si nada y se detuvo a su costado, esperando a que quien fuera a dar la clase hiciera acto de presencia.

 

[Lisette Ryddleturn]

MUSEO

 

La chica dió un enorme salto al ver a aquella mujer que se había acercado tan tranquilamente y como si nada extraño ocurriera sobre ser citadas dentro de un museo muggle

 

Sus ojos se abrían mucho mientras observaba los atuendos que llevaba la que ahora se imaginaba que iba a ser su compañera de clases por la escoba que tenía en una de sus manos

 

Pero si no hubiera sido porque al menos reconocía esa escoba justamente como una de las hechas por el departamento, porque justo ella estaba comprando muchísimas últimamente en la tienda

 

Si no fuera por eso, realmente hubiera creído que la bruja que se había acercado se trataba de una muchacha muggle que estaba yendo por ahí probablemente a hacer travesuras

 

De esas modernas que solían andarse por unos sitios que según había visto en algunos anuncios muggles, se llamaba California o algo así, sí, le parecía que esa mujer se veía californiana

 

Intentó sonreírle aunque tragó pesado dentro de sus mismos nervios, estaba segura de que cuando comenzaran las clases ella iba a chocar contra todo alrededor

 

Pero al menos debía de intentarlo así que le sonrió tímidamente a la mujer con la que ahora iba a estudiar esa materia, preguntándose qué clase de maestro iban a tener y que esperaba que no se fuera a enojar mucho con ella

 

-Hola, mucho gusto, mi nombre es Lisette... también vienes a tomar la clase con escobas?

[Sagitas E. Potter Blue]

Paso decidido, escoba en mano, gorro de bruja de color violeta, vestido violeta, medias violetas y zapatos brillantes en rosa. Sí, ¿y qué? Iba muy molona subiendo las escaleras del Museo, con la cabeza bien alta y con un lindo Micifú bajo el brazo izquierdo, muy dócil él. La gente me miraba y yo, mirada fija en las puertas, altiva a sus aplausos y flashes de los móviles. En la entrada, varios miembros de producción del Spot Publicitario y un enorme cartel con mi imagen (¿Por qué no se veía la cara?, ¿es qué no habían fotos en que el gorro no me tapara?) y el Slogan del producto:

 

 

"Elixir d'Amore, un perfume para enamorar"

 

Por supuesto, me comporté como una artista y no firmé ni un solo autógrafo. Dirigí una sonrisa agradable a todos los que se quedaban allá abajo y no podrían traspasar las puertas del Museo de Historia de Antropología si no pertenecía al equipo de Filmación y Fotografía y después les di la espalda, relajando la sonrisa postiza.

 

-- ¡Ay, Dioses! Que me duele la mandíbula de tanto sonreír. ¿Han llegado las modelos ya?

 

Un algo, no sé qué, pues llevaba un casco con un micrófono e iba dando órdenes a todo el mundo me dijo varias cosas a la vez. La primera, que llegaba tarde.

 

-- ¡No es cierto! Una bruja llega a la hora perfecta. No me obligue a retrasar todos los relojes de Londres para demostrárselo.

 

El hombre pareció tomarse mal mi broma y a punto estuve de hacerlo, pero se lo dejé pasar. Debe de ser muy estressante su trabajo. La segunda, que ya estaba todo listo para la grabación en el enorme patio interior del Museo pero que primero haríamos tomas delante de obras seleccionadas en las alas de pintura rupestre para los fondos.

 

-- ¡Oh, genial! ¿Eso significa que tendremos que enamorar a algún Homo Neanderthalensis con nuestro encanto?

 

El hombre tampoco pareció tomárselo bien esta vez. ¿Qué pasa, que todos los no-sé-qué tipo manager tenían las bromas vetadas? ¿A qué le reanimaba uno de esos esqueletos sólo para verle la cara? "Elixir d'Amore, revive hasta a los muertos". Pero saqué de nuevo la sonrisa falsa y le mostré los dientes. Creo que tampoco le gustó porque lo tercero que me dijo era que las modelos habían llegado y que de dónde las había sacado. Menos mal que el equipo de fotografía le llamó y se pusieron a hablar porque estuve a punto de convertir el micrófono en una lagartija para que le mordiera la nariz.

 

Me di la vuelta y las vi. Eran dos. Me rasqué levemente la cabeza, o no sabía contar o me faltaba una. Me encogí de hombros. Ya se incorporaría cuando llegara.

 

-- ¡¡Lissette, amiga!! ¡Qué... ropa más... interesante! Anda, toma, te presento a Micifú. Vigila que lame mucho, agárralo con fuerza. ¡Hola! Tú eres... -- La miré de arriba a abajo y pensé, "la conozco, la conozco, es... No la conozco" -- Eres una de las chicas de la clase de...

 

Vale, es que las chicas no sabían que haría dos clases, Leyes y Escobas y ahora mismo no la situaba, y eso que estaba segura que le había visto en alguna parte. Ottery no es tan grande...

 

-- Bueno, soy Sagitas, ya lo sabéis, todos me conocen -- dije en tono "humilde" señalando el cartel que anunciaba la fragancia,., -- y nos vamos a mezclar entre muggles para simular que hacemos un spot publicitario que saldrá en sus teles. Nos van a pagar y todo. A ver, todo lo que hagamos ha de ser medio discreto.

 

Sonreí, no sé qué tenía de discreto volar en escoba en medio del Museo.

 

-- Si rompéis algo, hay que pagarlo y creo que estas cositas de aquí dentro son caras, así que espero que sepáis hacer Reparo o que me dejéis a mí, seguro que con un poco de celo mágico, como nuevo. O como viejo, que ésto tiene mucho años. Y si veis que ponen caras de lerdos, vosotras sonrisa y decís: "¡Qué efectos especiales más bien logrados!" A ver, repetir conmigo: "¡Qué efectos especiales más bien logrados!" Perfecto, seguirme.

 

Avancé con ellas dos al interior del Museo y nos dispusimos en manos de todos esos que pintan, decoran, colocan, ponen de un lado, después de otro, te dicen que sonrías... Primero nos paramos delante de una vitrina con una simulación de una cueva pintada con tonos ocres. Nos mandaron ponernos delante con la escoba como si fuéramos a volar y pusieron un enorme ventilador que movía el pelo y el ropaje para generar movimiento. Sonreí un poco maléfica.

 

-- Eso es fácil, es el primer paso de vuelo que toda bruja debe conocer. Un simple "UP" y patadita en el suelo y se eleva uno.

 

Dicho y hecho, empecé a levantarme del suelo y a planear con el aire del ventilador. Unos con caras sorprendidas, otros con un "excelente" en los labios y sacando fotos. Después de un guiño a mis alumnas puse cara de sorpresa y dije una frase ensayada:

 

-- ¡Oh!¡Qué efectos especiales más bien logrados!

[Zoella Triviani]

Elevó los lentes de sol sobre su calva, en lo que escuchaba hablar a la bruja a su costado. Evaluó a la bruja y sus alrededores comenzaron a verse llenos de camarógrafos y personal que parecía grabarían alguna película o vaya usted a saber. Triviani mantuvo la escoba firme a su costado en lo que meditaba si contestar o no, ella no había asistido a socializar a aquella clase pero entendía que no debería ser tan cortante, o quizás sí.

 

- Zoella Triviani, y si - contestó directo, a los segundos una voz llegó a sus oídos junto a la silueta de una bruja pelivioleta que Zoella reconoció al instante, Sagitas Potter Blue, aquella bruja que le enseñó lo que sabía del libro de la sangre, magia Uzza que la calva usa con bastante frecuencia - Zoella Triviani - contestó a la mujer con incredulidad, quien no se acordaba de haberla tenido anteriormente como alumna.

 

Llevó una mano a su rostro, en lo que rascaba su calva al escuchar lo que harían, mezclarse entre muggle. A la Triviani aquello no le salía para nada, quien siempre que se introducía en las tierras no mágicas lograba crear algún problema del que luego otros debían de encargarse, dejando en evidencia la presencia de magia. La caída del estatuto le facilitaba las cosas, y negó con una risa en lo que seguía escuchando lo que la profesora explicaba.

 

Se quedó callada, no pronunciando lo que la mujer pedía ¿En serio creía que podía ocultar lo notable? Que cualquier trabajador sabría que lo que ocurría no era parte de lo planeado. Suspiró, Sagitas sabría lo que hace y ella no se metería en aquello, solo estaba ahí para aprobar su clase. Siguió sus pasos hasta quedar frente al ventilador que segundos después fue encendido. Tomó los lentes que estaban por volar y se los colocó en el rostro nuevamente, la situación en cualquier momento la colapsaría.

 

La escoba había caído con la acción de agarrar los lentes, pretende alzarla por fuerza propia hasta que escuchó una forma más sencilla compartida por la bruja. Imitó la pequeña patada al suelo y pronunció fuerte - Up - para ver como la escoba se levantaba un poco para caer con peso muerto - ¡Up! - comentó más alto para ver como la escoba se alzaba violentamente y chocaba contra su rostro. Soltó una maldición por lo bajo en lo que la bruja que les enseñaba volaba y pronunciaba tan hilarantes palabras.

 

Negó en lo que sobaba su frente para colocar nuevamente la mano en dirección a la escoba - Como vuelvas a golpearme te rompo... - amenaza severa para pronunciar - ¡Up! - logrando su cometido en el instante. Una curva apareció en su rostro mientras pasaba una pierna sobre el palo de madera y comenzar a planear justo como la pelivioleta lo hacía. No giró a ver a la otra alumna y esperó las siguientes indicaciones.

[Lisette Ryddleturn]

MUSEO

 

La bruja se había sonrojado con fuerza y agarró un poco mejor la escoba haciéndose despacito a un lado, le parecía que había incomodado de alguna manera a la otra bruja y no quería hacer eso

 

Su novia le había comentado que en ese pueblo había de todo tipo de magos y brujas pero que no se lo tomara personal, que con el tiempo se daría cuenta de que para el momento de ese estres en realidad, hasta parecían estar felices

 

Ahora que lo pensaba y viéndole la cabeza a la otra bruja... de alguna manera le hacía pensar en la bruja rubia en la película de los muggles donde los convertían en ratones pero pues, era una película muggle

 

Las cosas de las películas muggles no eran reales pero tenía que admitirles que tenían bastante imaginación para sacarse ese tipo de cosas de la cabeza

 

Un fuerte suspiro de alivio y una enorme sonrisa le aparecieron al momento de ver quién les enseñaría, se temía que se fuera a asustar mucho con el profesor que les fuera a tocar

 

Pero no, se trataba de Sagitas y eso significaba que lo único que les esperaba era la locura por delante, cuando se trataba de su cuñada muchas cosas locas podían suceder

 

Ahora todo tenía sentido y por qué había elegido justamente un museo para hacer aquellas acrobacias, parecía que siempre elegía situaciones que estaban fuera de lo normal

 

-Ohhhh!! Pero claro que sí, ven acá precioso... es un gatito hermoso, adoro a los animales

 

Dijo abrazando al pequeño Micifus y riendose de la idea de que pudiera lamerle la cara, como todas las brujas ella también adoraba a los gatos y no pudo evitar frotarle suavemente la mejilla como ellos hacían entre los suyos

 

Era la pequeña cosa que más ronroneaba y más esponjosa que había conocido y lo abrazó con mucho más cariño de lo que lo hacía en realidad con la escoba

 

Pero no, tenía que recordarse que estaba ahí para las clases de mejorar su vuelo en escoba y no para aprender como cuidar y acicalar a los gatitos de otras brujas

 

El movimiento muggle realmente la hacía sentir curiosa así que fué siguiéndolas como les pedían, encontrando interesantes las palabras del porqué estaban ahí y porqué había tantos muggles

 

-Vaya y yo que pensaba que haríamos esto a solas aquí... pero bueno, supongo que para disimular sí, tiene sentido... Micifus no le gruñas a los muggles, tenemos que tenerlos cerca

 

Le susurró al pequeño gato aún abrazándolo mientras que de alguna forma se las arreglaba para arrastrar la escoba por debajo de un brazo hasta donde iban a maquillarlas

La verdad era que no soltaba al gato pero las maquillistas la habían hecho saltar más de una vez y se había visto estornudando mientras cubría el pequeño rostro del gato, no quería que a él también lo llenaran de polvo

 

-Muy bien... entonces es hora de aprender, no te sueltes de mi pequeñito para que podamos hacer bien estas cosas entiendes? tu ama me pidió que no te fuera a soltar

 

Discretamente tomó su varita para hacerse un encantamiento en el cuerpo... el gatito se podría mover por toda ella pero sin bajarse y de esa manera ella podría seguir con la escoba

Dejó que el minino se le acomodara en el hombro mientras que ya dejaba la escoba en su sitio y las seguía hasta donde se harían las primeras tomas, aplaudiendo entusiasta por lo que veía

Pero la verdad era que también ella tenía que hacerlo y olvidarse de que era una grabación de comercial muggle, tenía que manejarse bien en la escoba como era

 

Así que dejado que el gatito se acomodara como se sintiera mejor, se paró al lado de la escoba y puso su mano por arriba de esta mientras recordaba que les habían enseñado algo similar en la escuela

 

Aunque en la escuela la escoba solía saltar para todos los lados excepto en su mano hasta que lo había conseguido, no creía que fuera a ser tan fácil por la diferencia en las clases

 

-Está bien, si puedo con esto... los muggles no tienen por que darse cuenta de que es algo diferente después de todo piensan que todos son efectos... UP!

 

El primer intento no había funcionado del todo ya que la escoba había dado apenas un saltito tan tímido como su dueña que se sentía muy apenada porque le habían cortado las faldas del vestido a la altura de las rodillas

 

Incluso el gato le había gruñido a la escoba pero en el segundo intento ya esta había llegado a su mano y unos momentos después, la bruja rubia se elevaba despacito por detrás de las demás

 

Ni siquiera se atrevía a ver mucho hacia abajo por temor a marearse pero al menos hasta el gatito parecía más cómodo porque volvía a ronronear y se recargaba en su hombro

 

-Vaya! así que por eso lo de los perfumes que encantan, saben? siento que nos estamos pareciendo a las hermanas Sanderson a estas alturas y que nos vamos a poner a cantar

 

Se rió quedito acordándose de esa otra película muggle aunque bueno ellas usaban escobas y no el trapeador y la maquina que se comía el polvo que tenían las brujas muggles

[Sagitas E. Potter Blue]

(No debo reírme, no debo reírme...)

 

Repetí varias veces ese pensamiento al ver cómo la escoba era algo esquiva en la mano de una de mis alumnas, la calva. Y justo cuando lo conseguía, mantener la sonrisa fotogénica para los fotógrafos, recordé quien era. Mi cara fui todo un poema al recordar las flores de sangre en... ¿dónde? Tengo memoria pez pero sí, aquella chica ya había sido alumna mía. Puse tal expresión de sorpresa que tuve que mantener porque a uno de los que hacían "click-click" con la cámara le encantó como quedaba.

 

-- Con suavidad, señorita Triviani. La escoba no es su enemiga, es su compañera...

 

Me extrañaba que no supiera algo tan básico. ¿Es que no se había sacado la licencia de Escoba en Hogwarts? Mal iba que pudiéramos aplicar trucos más duros si no era capaz de hacer los más elementales ejercicios de levitación y equilibrio.

 

-- ¡Muy bien, Lyssette! Estás muy fotogénica con Micifú en el hombro, ¿a qué sí?

 

No me contestaron, bueno, o tal vez sí, si los flashes hacia la estampa de la muchacha rubita era una respuesta.

 

-- Bueno, para calentar, vamos a movernos a lo largo del corredor, en línea recta, al menos la ida, sin coger velocidad. Cuanto más tengamos la punta de la escoba paralela al suelo, más recto será nuestro vuelo. Después, a la vuelta, hemos de bordear las vitrinas de cristal, dejando una a la derecha y la siguiente a la izquierda, haciendo eses. Es fácil, sólo hay que inclinar un poco el cuerpo hacia el lado para que la punta de la escoba se dirija hacia ese lado. Y si os da tiempo, contemplar todas las obras de arte que se exponen en la galería. Un buen montador de escoba es capaz de captar los detalles porque la escoba se domina con la cadera, Imaginaros bailando eso del vientre de las... los... las... las que llevan las gasitas en el vientre y bailan descalzas. Pues así.

 

Me acomodé el sombrero y, disimuladamente, moví la varita hacia aquel hombre del micrófono, quien llevaba el guión de la sesión de fotos y rodaje en su carpeta. El pobre parecía extrañado de ver unas líneas en las que ponía que ahora harían fotos en movimiento por la galería. Juraría que eso no estaba en el folio unos minutos antes. No le dejé reaccionar y puse las dos manos en la punta de la escoba.

 

-- Vamos, chicas, ¡a bailar para los muggles!

 

Y me lancé hacia adelante con la escoba a toda velocidad. Estaba tan feliz que me saqué el gorrito y lo bamboleé en el aire mientras llegaba hacia el final del pasillo y me ponía a zig-zaguear por las vitrinas de cristal. En uno de los giros rocé una de ellas con las cola de la escoba y me puse a reír. Al llegar al final, bajé de un salto y me puse la escoba en la mano derecha, posando con ella para las cámaras. Sonreí descaradamente.

 

-- ¡Pero qué efectos más bien logrados! Hasta me parecía que volaba de verdad. -- Y me giré a mis dos alumnas, guiñándoles el ojo. Ahora les tocaba a ellas.

[Lisette Ryddleturn]

MUSEO

La bruja se ruborizó con fuerza al escuchar la voz de la maestra que tenían en aquellos momentos y movió la cabeza para afirmar y se sostuvo con mayor fuerza de la escoba

La verdad era que estaba muy nerviosa porque no eran lo mismo las clases que tenían para el colegio en sí como lo que estaban llevando en esos momentos, el control era muy diferente

Pero de todas maneras sonreía ahora que sentía al pequeño gato acomodarse mejor y porque su dueña estaba aprobando el que decidiera no soltarlo ni siquiera durante las prácticas

-Es que tenía que ir con la temática del comercial, como usted nos indicó, pensé que tenía que hacer bien las cosas y dado que nos está brindando toda esta ayuda

Aseguró sintiendose con un poco más de confianza aunque luego ya mostraba una cara de desconcierto y de algo de miedo por el hecho de tener que volar por entre todas las vitrinas

Estaba segura de que iba a terminar tumbando una pero por algo se suponía que era la clase de maestría con escobas, para tener mucha más práctica al momento de volar y especializarse de alguna manera

Volvió a mover la cabeza de forma afirmativa y le vino a la cabeza una pregunta aunque no estaba muy segura de si era el lugar más correcto para dejarlo saber

-Pero si tenemos que inclinar nuestros cuerpos hacia delante para hacer avanzar la escoba luego como la vamos a mantener en paralelo con el piso debajo nuestro?

Intentó preguntar en un susurro pero la maestra ya se había movido antes que ellas y se dió cuenta de que para pasar la clase evidentemente ella tenía que hacer lo mismo

Así que sujetó con más fuerza el palo y comenzó a moverse hacia delante aunque su bamboleo era evidentemente muchísimo más torpe que el de las demás personas

Pero trataba de mover la cadera y eso la apenaba más sobre todo cuando dió un pequeño grito sintiendo como si se fuera a caer de la escoba al intentar esquivar una vitrina que se bamboleó un poco

-Vaya! Pero qué buenos efectos especiales!!

Soltó recordando que la maestra les había dictado esa linea porque se suponía que todo eso era la magia del cine de los muggles así que siguió meciéndose aunque no tan fina como quien les enseñaba

Para cuando llegó al suelo todavía se abrazaba a la escoba con mirada de miedo y se empezó a reír tratando de fingir que hacía una pose agradable aún también abrazando al gato

-En verdad, pero que maravilloso ha sido todo, ojalá que pronto inventaran algo que nos permitiera convertir este tipo de cosas en realidad y que no se quedaran solo en la imaginación!

[Zoella Triviani]

La calva resopló ante las palabras de su profesora y negó suavemente, recordaba haber trucado un poco a quien le aprobó su licencia y por ello ese día había decidido tomar dicha clase, queriendo perfeccionar su nula habilidad con el vuelo y así comenzar a usar ese metodo de viaje en algunas ocasiones. Los flashes comenzaron a aparecer, a la par que las mujeres comentaban aquella frase que la irritaba ¿Para que ocultarse si ya era sabido su existencia? Zoella no pronunciaría aquello ni siquiera que le pagaran lo que le pagaran.

 

Se mantuvo callada y escuchó las indicaciones con total atención. Escucho la insinuación al baile del vientre y recordó que aquello era parecido a montar una moto, pan comido. La calva aceleró su escoba luego de ver a ambas brujas perderse entre las vitrinas. Por su parte comenzó a poca velocidad pero con cada metro aumentaba de ello hasta llegar al final y dar una vuelta en lo que inclinaba su cadera a la izquierda.

 

La escoba dió un giro y la Triviani se inclinó para regresar e imitar sus acciones Haciendo eses entre las vitrinas. Callada y sin decir mucho planeo entre cada vitrina y escultura, observando cada detalle de todo lo que el museo protegía. Zoella seguía con los movimientos de cadera y llegó a donde ambas mujeres estaban.

 

En silencio y con tal elegancia también bajó de la escoba cuando sintió un flash apuntarla de cerca, sonrió con sorna mientras posaba para las cámaras, del lado contrario al que se encontraba la rubia compañera. Rió con naturalidad, para retirar los lentes que cubrían sus ojos - Los efectos especiales se hacen a computadora - murmuró a la profesora - Ya debieron de haber notado la singularidad de todo - espetó, dejando parada la escoba para acercarse a la mesa de aperitivos y tomar una botella de agua.