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El color de la magia


Dana Gryffindor
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Eros

 

No pudo evitar ese molesto movimiento en su ceja derecha, podía sentir cómo palpitaba provocando que su párpado se mueva de forma involuntaria, agradecía que aquél movimiento fuera casi impredecible, aún así disimuló el movimiento llevando su ancha mano al rostro y acomodando su flequillo hacia un costado, presionando un poco con su pulgar en la ceja para que el movimiento se detuviera, sin éxito alguno.

 

Y si su párpado no fuera suficiente, su mano empezó a temblar un poco cuando el muchacho tomó un cigarrillo de su caja de plata, una reliquia que llevaba consigo hacía años. Trató de reprimir el temblor pero tampoco tuvo la fortuna de conseguirlo, tenía el maldito tic tembloroso cada vez que asesinaba de aquella manera: por placer. La adrenalina reaccionaba a su antojo y provocaba un caos en su sistema nervioso, estaba seguro que aquél dolor constante en el pecho tenía algo que ver pero aún así se limitó a mostrarse calmo en su semblante para evitar cualquier inconveniente.

 

Pese a sus pleitos internos, logró percibir una alteración poco común en el gesto de la mano del mago mano al tomar el cigarrillo ¿Sería electricidad estática? Sin embargo le restó importancia mientras observaba cómo el joven incendiaba a otro muggle que encontró entre un par de carruajes. No pudo contener una carcajada que resonó en la oscura calle de adoquines, claramente el jovencito no tenía un ápice de paciencia aunque se notaba el placer en el brillo de sus ojos.

 

Eros se llevó el cigarro a sus labios dando una extensa pitada, observando cómo la punta del pistillo se encendía con más fuerza consumiendo gran parte del tabaco, permitió que el humo llenara sus pulmones antes de exhalar lentamente calmando sus involuntarios tics por completo.

 

-Miedo...- dijo mientras contemplaba cómo la carne del muggle se chamuscaba y empequeñecía mientras que sus gritos era como un canto a la victoria para los oídos del tano -¿Será que el miedo nos librará de esta... especie?

 

Negó con la cabeza gesticulando una cínica sonrisa en sus labios.

 

-Puede que tenga razón- dijo con parsimonia -el miedo despierta respeto y el respeto da poder, pero grandes revoluciones han nacido por subestimar la fuerza del enemigo, no lo olvide. Sin embargo aún creo que podemos hacer grandes cosas si nos lo proponemos, señor...?

 

Era momento de ponerle nombre a aquél peculiar personaje.

 

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Editado por Shelle Dumbledore B.L

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Alec Malfoy

Alec suspiro al ver que sus preguntas eran ignoradas por la joven enmascara pero al parecer Ada confirmo lo que pensaba, apoyaba los ideales de los que seguían al señor tenebroso, para el Malfoy todo venia bien, no seguía ni a uno ni a otro, pensaba en los muggles como simples cucarachas que si te molestaban las matabas y listo.

 

El Malfoy se estremeció ante el beso en el cuello de la Ministra Francesa, tocio un poco porque el calor de su cuerpo comenzó a crecer y volverse incomodo pero rápidamente el cambio de tema le resulto como un soplo de aire fresco.

 

Unos muggles se les acercaron listos para defenderse de ellos, ¿acaso no entendían que ellos eran mejores? con un simple movimiento de su muñeca acababan con sus vidas, los palos y demás armas eran un chiste para ellos que sus defensas eran mejores y poderosas, ellos no temían en usar magia que nadie conocía si eso los hacia inmunes a la muerte. Escucho las palabras de Ada y sonrió, el alcohol de apoco comenzaba a salir de su sistema.

 

-Serpensortia- de la punta de su varita salio una serpiente de un color verde como el césped en verano.

 

El animal le mostró los dientes a unos 10 muggles que gritaron y dieron pasos hacia atrás, Alec quería divertirse con ellos, uno por uno. Aquellas chicas estaban ya divirtiéndose y el necesitaba alimentarse nuevamente a la vez que matar un par de aquellos sin magia que lo único que hacían era poblar el mundo con su ignorancia.

 

-Sectusempra- de la punta de su varita salio otro hechizo pero color verde esmeralda directo al pecho de una mujer joven produciendo le heridas graves en su pecho haciendo que cayera al suelo desangrándose.

 

-No iban a atacar? no por eso se prepararon así?- les pregunto burlo el Malfoy

 

 

 

@@Ada Camille Dumbledore

@@Lady Luxure Grindelwald

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@@Hayame Snape Potter Black

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No se trata tanto de conservar la vida, sino de como merece ser vivida- replicó rápidamente Rory, recibiendo de vuelta la varita de manos de Zahil- pero supongo que eso lo debes saber mejor que yo.


La magia de la orden oscura siempre lo conflictuaba, pero no podía poner en duda su eficacia. Era momento de aprovechar los valiosos minutos que aquel hechizo creado por su compañera de bando había conseguido para ellos. Lo más lógico era llevarla a San Mungo, aun si el hospital no estaba todavía cien por ciento operativo, podrían ayudarla más allá de los primeros auxilios que les habían brindado.


Solos unos segundos dudó frente al portal, pero terminó siguiendo a Shelle que llevaba en brazos a la herida. Había algo en la risa de aquella mujer que lo inquietaba, o quizá era más preciso decir que era la combinación de su risa con su mirada lo que le causaba perturbación. Aun así, ya del otro lado, su atención se desvió ante todo lo que veía: Era la primera vez que visitaba el nosocomio, y por mucho que había visto las noticias e imágenes de los ataques perpetrados al lugar, era el doble de impresionante ver en vivo y en directo los daños que la infraestructura había sufrido, que todavía no habían podido ser restaurados en su totalidad.


Cuando volvió a prestar atención a su alrededor, le fue imposible distinguir a donde había ido el otro mago (@@Kraven Von Alexandros), pero la cabellera de la otra mujer era inconfudible y no tardó en distinguirla junta a una enfermera, que en esos momentos acomodaba a la paciente en una camilla.


— La encontramos en la calle, según la persona que lo encontró sufrió un ataque a manos de muggles— relató Rory , y miró para otro lado cuando la inspección empezó a revelar otras heridas en el cuerpo de la mujer— dígame señorita ¿Hay algo más que podamos hacer?


Si podía ser de ayuda allí, estaba dispuesto a apoyar, pero no podía sacarse de la cabeza el hecho de que ese escuadrón antimagia estuviera fuera. Rory había podido conocer en su labor pastoral a varios miembros de dichos grupos, sabía que muchos se habían metido a la labor convencidos de que hacían un bien a su sociedad, pero otros tantos lo hacían porque al ser un trabajo de riesgo los pagos eran elevados, y eso era una oportunidad de oro especialmente para muchos migrantes, pues les permitía asegurar sustento a sus familias.


También sabía que la acción de aquellos grupos dependía bastante de la cabeza que tuvieran a cargo, y muchos limitaban su acción a magos que mostraban claros signos de agresión a la comunidad no mágica. Él estaba seguro que los habían confundido, y que probablemente el escuadrón estuviese buscando a otro grupo que verdaderamente estaba cometiendo acciones delicitivas afuera.


Probablemente, mortífagos.


Sé que no fui el mejor allá afuera, pero ¿sabes? Me gustaría volver. No sé como explicártelo, pero estoy seguro que ese escuadrón nos confundió y están tratando de rastrear a otro grupo— acomodándose la boina, se animó a ver aquellos ojos que seguían provocándole esa extraña perturbanción en su interior, preguntándose si eso no se debería a la condición vampírica de ella — ¿Tú vas a quedarte aquí? Se suponía que Zahil también nos daría el alcance aquí, pero no la veo, y perdí de vista al otro joven.


@ @ @@Hades Ragnarock

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Nadie debe estar por sobre la ley, excepto él, y quienes se animaran a gozar de un poder tan magnifico como era la libertad.

Sí, la pregunta lo había tomado por desprevenido y de hecho había esperado algo al respecto

¿Miedo, dices? se acomodó a un lado de Eros, algo desconfiado y observó a su derecha, donde se encontraban un par de funcionarios dedicados al control de las calles luego de la revuelta, a quienes había pasado anteriormente. ¿Estaban en Londres? a veces le costaba diferenciar los lugares, todo revuelvo y hundido en cenizas, que pensaría su padre si se enterase que estaba dañando su preciada ciudad. Elevo su diestra para tomar uno de los granos de ceniza que caían del cielo, provenientes del cuerpo calcinado.

Y así, el cuerpo de magos revelados encargados de fomentar el caos y aquellos quienes buscaban la supremacía del poder y la sangre, se enfrentaban en interminables batallas, el mundo había cambiado, las armas de los muggles eran cada vez mas perspicaces y capaces de dañar a los magos y brujas que aun no eran diestros en el arte de la magia.

Tienen miedo y aún no se ha demostrado el verdadero poderío de un ejercito unido, no temen por nuestro poder, temen por lo que podemos hacer y ellos no, temen porque su naturaleza es ridícula, es innatamente nula, carecen de unión, son vasallos siguiendo ordenes de lideres que no anteponen sus deseos, sus necesidades... sus labios se arrugaron y empuño a Frida con fuerza, se giró y disparó a uno de los humanos escondidos en el tejado preparado para dispararles. ¡SECTUSEMPRA! vociferó, indiferente de ocultar su gruesa y distinguida voz. La nova de luz salió rápidamente hacia el objetivo, generando una pequeña explosión al impactar sobre la minucia muralla.

Suspiró... Como si aquello le hubiera dado una satisfacción indescriptible.

Eros... Pensó en sus adentros, que hombre tan peculiarmente encantador. El gitano, con su semblante curiosamente serio, sus ojos negros brillantes por el flujo de adrenalina que corría por su torrente sanguíneo y su delicada forma de generar disturbios.

Jamás se debe subestimar al enemigo, usted mismo lo ha dicho. observó como su mano se movía con el cigarrillo hasta reposarlo en sus finos labios carmín, inhalando el tabaco haciendo que su pecho se inflase por el humo inhalado. Serpens... Serpens Black. apenas lo conocía, y por eso utilizó su apodo, aquel que le otorgaron los Black al acogerlo.

¿Cuál era la posición de Eros?

 

...

 

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En San Mungo

@ @@Rory Despard @@Hades Ragnarok @todos(?)

 

Había pasado tanto tiempo fuera del mundo mágico y en un lugar alejado, que las únicas noticias que tenía del lugar que alguna vez había llamado hogar era por medio de el periódico "El Profeta" y por aquellas noticias había tomado la decisión de regresar a Londres con el único fin de ver qué sus seres queridos se encontraban bien, pero, al ver todo aquello que había pasado con el hospital y la ayuda que esté necesitaba después de todos aquellos ataques, la rubia decidió seguir con su labor allí, a fin de cuentas ayudar a los demás y la medimagia, que prácticamente la llevaba tatuada en las venas, era algo que ella sabía hacer.

 

Esa noche estaba en el sótano del hospital, últimamente se había interesado en el área forense y estaba practicando una especie de autopsia, aunque el ruido procedente de afuera la hacía pensar que debería subir a ayudar si es que había alguna emergencia en la entrada y por aquella razón fuera el alboroto.

 

Con su varita comenzó a elevar los órganos que había sacado con extremo cuidado y cuando todo estaba en su lugar procedió a cerrar el cuerpo, se quitó los guantes y gafas protectoras, tomó su varita y se dirigió a urgencias.

 

Definitivamente el alboroto que había escuchado abajo se debía a lo que se vivía a las afueras del hospital, pero sin pensarlo mucho se acercó a la enfermera principal que había invocado una camilla para colocar a la paciente.

 

Alcanzó a escuchar lo que decía un joven pelirrojo cuya voz le parecía conocida...

 

...La encontramos en la calle, según la persona que lo encontró sufrió un ataque a manos de muggles...

 

-Tendremos que hacer una cirugía, por las heridas y los hematomas que hay en el tórax y abdomen, parece ser una hemorragia interna, señorita Asdala, tendremos un quirófano disponible y más personal para la cirugía o tendremos que interrumpir al director?

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Eros Triviani

 

Estalló a carcajadas mientras observaba la sangre brotar del cuerpo del francotirador. Arrojó la colilla de cigarrillo al suelo y la aplastó con la punta del zapato. Tenía la daga ya envainada en su cinturón y la garganta le molestaba un poco, quizás una buena bebida calmara al mago. Pero la noche empezaba a volverse interesante cuando observó una gran calavera escupiendo por la abertura de su boca una enorme serpiente que se enroscaba en el cielo e iluminaba la oscuridad de la noche opacando el brillo insignificante de las estrellas.

 

Usted habla de líderes nefastos— dijo contemplando la majestuosa serpiente —de la falta de unión—.

 

Una mueca se dibujó en sus labios y escondió ambas manos en los bolsillos.

 

¿Sabe? Se dice que hay muchos magos que pertenecen a bandos muy curiosos, uno de ellos se caracteriza por eso que ahora mismo vemos en el cielo— sacó nuevamente la cajilla de plata y la abrió lentamente con una mano, empujando hacia arriba con su pulgar —¿A caso esa secta no tiene líderes? ¿A caso La Orden del Fénix no los tiene?

 

Tomó un cigarro con la otra mano y guardó la caja, se dedicó a olisquear el agradable aroma a tabaco seco.

 

-He oído muchas cosas sobre estos bandos... y la palabra unión no siempre surge en una conversación- recordó el mandado que la cronista le había pedido que hiciera, no había piedad alguna en sus ojos, esa mujer podía matar a su mejor amigo si era provocada ¿Dónde estaba la unión allí? Sabía que pertenecía al bando de la serpiente, pues la había visto en el cuello de la pelirroja y dudaba que fuera un simple tatuaje, emanaba excesivo poder.

 

Un placer, Serpens— notó cierta necesidad de reafirmar su nombre dos veces ¿Por qué sería?

 

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Editado por Shelle Dumbledore B.L

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La reunión se estaba poniendo interesante, todos estaban ansiosos y divertidos...estaba en mi salsa, no me preocupaba nada pues teníamos la ventaja sobre los muggles, con un movimiento de varita podría desaparecer un par de cientos sin remordimiento alguno, la verdad que se merecían mi odio...no todos claro pero si la mayoría, mis recuerdos de la infancia aún pesaban en mi razonamiento y eso me volvía vengativa más la peligrosidad natural que tenía.

 

-Fiesta!...que empiecen los fuegos de artificio!!!-Con un movimiento elegante de varita. -Incendio!!!- Una llama salió de la punta prendiendo un árbol cercano.

 

Vi una serpiente aparecer luego que Alec (@) la invocará además de atacar a un joven cercana, una risa macabra escapó de mis labios, soñó terriblemente desquiciada y tétrica, esperaba que las chicas mostraran sus habilidades...mientras yo seguía quemando todo a mi paso.

 

-Seres insignificantes no se dan cuenta que a nuestro lado no son nada?!...patéticos...inútiles...no valen nada!- El repudio en mi voz era claramente notable.

 

Mis ojos rojos brillaban divertidos ante la situación, iba a disfrutar mucho esto...ante mi parecían muñequitos que se entregaban a la muerte venida de mi mano, no creía que nadie pudiera detener nuestra sed de sangre, por que una vez encendido el odio es un volcán que libera una lava que lo que no desaparece lo petrifica o lo llena de oscura ceniza.

 

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@Ada Camille Dumbledore

@Ariadna Macnair Gryffindor

@Hayame Snape Potter Black

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Los muggles trataban de huir pero la concentración de mortífagas y el vampiro los teníamos casi rodeados, con placer veíamos como sucumbian a hechizos y ataques. Era como una melodía estar allí viendo cómo aquello miserables seres que se habían atrevido a dañar los pequeños magos habían caído ante la magia de aquellos que buscábamos la venganza por aquellas muertes.

 

El dolor de las imágenes de Hogwarts se había quedado copiada en mis pupilas y solo esperaba limpiar con la sangre nutrida de los muggles el dolor de los niños del colegio de magia y hechicería heridos y sacrificados.

 

Mi varita Anath se movía y lanzaba hechizos a diestra y siniestra acabando con la vida de los impuros. La aparición de una mujer que amaba profundamente me hizo feliz, mi hermana @@Lady Luxure Grindelwald quien mataba con determinación más muggles.

 

Voltee a ver a Alec y sonreí con picardía de la emoción de vernos aquí acabando con los seres que no valían la pena más que como esclavos.

 

@ @ @@Hayame Snape Potter Black

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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Debía admitir que cualquiera que escuchara sus pensamientos, lo encerraría en Azkaban. Pero lo que lo dejaba tranquilo es que nadie de su familia había sufrido aquellas catástrofes que el desgraciado había provocado. Era un genocidio y si de algo estaba seguro, era que el odio generaba mas odio. Algunos magos se habían pasado de listos con los muggles y ahora estaban muertos. Seguía creyendo firmemente que no debían subestimar a su enemigo, por más que hayan demostrado el poder de su magia, lo diestros que eran en las Artes Oscuras y su velocidad al accionar ante las situaciones actuales.

Serpens sopesó la mirada en silencio, mientras que Eros continuaba hablando.

Busco la petaca que tenia escondida entre sus tapujos y recorrió el borde con el dedo índice, donde la Ginebra comenzaba a aparecer sin que haya puesto sus ojos en ella, una de las cualidades que tenia el gitano era el poder preparar su brebaje dentro de aquella cosa encantada, ¡Era su mejor pertenencia!.

Los lideres no son más que títeres de los mandos mágicos lo interrumpió y observo sus atractivo cuello Ellos quieren lo que nosotros poseemos por naturaleza, quieren arrebatarnos lo que nos corresponde por herencia, por derecho... paseo su dedo índice por él, los cuellos eran su debilidad, tan frágiles y seductores ¡Y NO DEBEMOS DEJAR QUE NOS ARREBATEN NUESTRO PODER! vociferó y tomo prestada la daga que estaba envainada en el cinturón de Eros y la lanzó hacia la yugular de una mujer que sollozaba en el suelo por el miedo que le habían infundido aquellos despiadados seres.

La Marca Tenebrosa había sido invocada, ¿por quien, y para qué? algo que seguramente luego averiguaría …

Es curioso mencionó recuperando la faena , también he oído de ellos... ¿Qué objetivos tendrán ambos? siempre tuve la curiosidad de saber quienes eran los que designaban lo bueno y lo malo en la sociedad. limpio los restos de sangre por sobre su ropa y se la guardó en el cinturón, dándole una palmada con una maquiavélica sonrisa. Quizás son niños jugando con cosas que no comprenden, ya lo sabe, Eros. clavó sus gélidos en el fuego del chispero cuando encendió su cigarrillo. La magia es extraordinaria, tiene tanto por descubrir... Y aquellos magos y brujas que se hacen llamar miembros de la Orden del Fénix, temen a ella, y la denominan oscura... comenzó a caminar esperando que lo siguiera, deseaba ir hacia donde LMT los llamaba.

Ojeo su brazo izquierdo, esperando que su tatuaje no se notase.

Claro, ¿Qué se supone que debía decir? «Pertenezco a la noble casta mortifaga, lo que sucede es que llevamos el Secreto bajo una mascara» ¡Jamás!. Black llevaba su marca con orgullo y no temía lucirla... Pero no era el momento de que Eros supiera la verdad, no aún.

La lealtad hace la unión… Y en estos tiempos, la lealtad no existe.

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  • 2 semanas más tarde...

Una joven enfermera atravesó el umbral del hospital acaparando los ojos de la Gryffindor. Aquello sería parte de su boletín semanal, la eficacia de la atención entre los escombros de San Mungo. Mungo Bonham estaría orgulloso por tanta eficacia por parte del cuerpo médico.

El joven pelirrojo también había acudido al encuentro con la enfermera y fue él quien se encargó de explicar la situación.

Contempló cómo una camilla se deslizaba por una rampa en dirección hacia ellos y ayudó a colocar en ella, suavemente, a la mujer inconsciente.

 

–Su vida está en tus manos– dijo con intimidante voz la periodista.

 

Shelle se volvió al pastor quien se observaba con verdadero desasosiego.

 

¿Otro grupo? Recordaba haber visto el cielo oscurecer, y una sensación aprisionó la marca en mi cuello. Seguro que algún grupo de mortífagos se encontraba realizando disturvios en la zona. Una mueca se dibujó en los labios de la pelirroja que intentó disimular tras una fingida tos.

 

¿Está seguro que un hombre de dios puede aventurarse ante el fuego cruzado de dos grupos agresivos?– inquirió la periodista –No es que desconfíe de sus habilidades, pero quizás tanta agresividad altere su compasión.

 

Levantó sus hombros para dejarlos caer nuevamente.

 

Probablemente Zahil detectó más hostiles y se quedó resistiendo para permitir nuestro paso– metió ambas manos en los bolsillos de su capa –¿Cómo prefiere regresar? Con una aparición o quizás sabe realizar aquél lindo portal que realizó Zahil.

 

No terminaba de hablar cuando una jovencita se apareció ante ellos con ánimos de asistir de manera urgente a la padeciente. Realizó una leve inclinación a modo de agradecimiento a la jovencita y regresó los ojos al pastor.

 

@ @@Rory Despard @@Hades Ragnarok

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