Jump to content

Las Encomiendas de Reuben


Ellie Moody
 Compartir

Publicaciones recomendadas

El momento de paz que pudieron dedicar a hablar sobre los clanes fue intenso, gratificante y aleccionador, pero como siempre ocurría en aquel tipo de misiones, la paz apenas duró un par de suspiros. Debería haberlo previsto y quizás hubiera podido prepararse mejor para lo que vino a continuación. Una avalancha de criaturas salió de unas cajas que habían mantenido una apariencia totalmente apacible cuando Vera había examinado el callejón. No les había dado importancia y habían terminado por resultar un peligro. Debería aplicarse más la próxima vez que inspeccionara un terreno.

 

Observó cómo sus compañeros trataban de controlar a las criaturas y no pudo por menos que sorprenderse cuando vio como el nuevo miembro de los sacerdotes apaciguaba a una de las criaturas con lo que a Vera le pareció más una oración que un hechizo. Hubiera querido observar más atentamente a aquel hombre, pero lo cierto era que no había mucho tiempo para pararse a observar o pensar. A duras penas consiguió escuchar la voz de Nathan advirtiéndoles de que corrían peligro realizando magia abiertamente en una zona claramente atestada de muggles. Obviamente tenía razón, pero Vera no sabía qué otra cosa podían hacer. Afortunadamente, no había muchos comensales en el restaurante y el ruido de las máquinas de aire acondicionado que podían verse en algunas de las ventanas opacaba en parte la amalgama de sonidos que provocaban las criaturas y sus propias voces. Vera observó a dos hombres de ojos rasgados, cubiertos con mandiles típicos de cocineros, asomarse por la pequeña puerta junto a la fachada rosa que adornaba el comercio de comida thai. Si lograban salir indemnes de aquel callejón, debería acordarse de desmemorizarlos. Ahora no había tiempo y, sin duda, tampoco era tan relevante. Los magos ya no eran un secreto para los muggles. Aún así, mejor evitar que fueran a la policía muggle a contar quién sabe qué historia sobre ellos.

 

Escuchó el ruido de un motor poniéndose en marcha no muy lejos de allí, lo que le hizo girar la mirada hacia el fondo del callejón. El hombre que buscaban estaba a punto de escapar.

 

Sin pensarlo dos veces, Vera se aplicó un Fortress para fortalecer su cuerpo y su energía y corrió todo lo deprisa que pudo hasta el fondo del callejón. El ruido del motor rugía más cerca, pero no le prestó atención. Le bastó pensar en su Kanskje Sword y la espada se materializó al instante en su mano, como un reflejo del pensamiento, mientras corría para dar alcance al traficante. Apenas lo tenía a un metro de distancia y desde luego no tenía intención de utilizar el arma en combate cuerpo a cuerpo. Sabían muy poco de aquel hombre y los cortes directos con aquel arma podían ser mucho peor que letales. Unió su aliento con el del objetivo y realizó un corte de su aliento vital.

 

El hombre extrajo su varita y debió notar en el acto el efecto del veneno, pues apenas recibió el impacto, aplicó un morphos a su cinturón, transformándolo en un bezoar. Vera le lanzó tres gruesas cuerdas para inmovilizarlo, pero el hombre sonrió al tragarse el antídoto. No parecía preocupado y Vera observó, atónita, que tenía una Kanskje Sword en su mano, idéntica a la de ella. Cuando las cuerdas impactaron e inmovilizaron al hombre, Vera comenzó a notar los efectos del veneno en sí misma. ¿Cómo podía ser? ¿Acaso aquel traficante era un paladín? No había mucho tiempo para preguntas, sabía que el veneno del aliento de las valkyrias, emanado en el Corte de Aliento Vital, era letal si no se actuaba deprisa, por lo que también ella hizo aparecer un bezoar que ingirió al instante, transformando su propio cinturón mediante un morphos. No sería suficiente, necesitaría curarse, pero el hombre ya estaba haciendo desaparecer las cuerdas que lo inmovilizaban y era mejor protegerse.

 

Mientras invocaba un Divine Shield y creaba un muro impenetrable que la volvería invulnerable por un tiempo, observó que el hombre que tenía ante sí parecía más exhausto y desgastado que la propia Vera. Él también necesitaría curarse y parecía que el Corte del Aliento Vital, por alguna razón, le había afectado más que a Vera. Extendió el escudo también hacia sus compañeros, protegiéndolos de los ataques. Algunos de estos ataques rebotaban en el muro transparente del Divine Shield. El escudo tenía también la capacidad de regenerar las heridas de los que permanecieran bajo su protección. Vera notó que empezaba a recuperarse, quizás los episkey no fueran a ser necesarios.

 

El mago la miró con interés un instante y volvió a sonreir de una forma que a Vera le pareció retorcida y maliciosa. No quería matarlo, no era necesario, tan solo tenía que reducirlo, interrogarlo y tomar los cuernos de unicornio para llevárselos a Reuben. Observó con horror que el hombre parecía estar también regenerándose justo en el momento en que concentraba toda su energía en un Divine Force. El golpe marcial chocó contra algo invisible y rebotó en el escudo de Vera con fuerza descomunal. Se alegró de estar protegida por el Divine Shield, pero al mismo tiempo quedó horrorizada al comprender que el traficante también lo estaba.

 

No terminaba de entender lo que estaba sucendiendo. El hombre conocía los poderes más secretos de los paladines, pero Vera estaba segura de que no podía ser uno de ellos.

 

—No queremos hacerte daño. Tan sólo queremos los cuernos de unicornio de Reuben. — Dicen que hablando se entiende la gente, así que tal vez diera resultado. De cualquier manera, Vera necesitaba tiempo para pensar.

yqvll1m.gifO3zbock.gif
firma
iRyEn.gif4ywIp1y.gifXuR0HEb.gifZmW4szS.gif
bfqucW5.gif
Come, my friends,
Tis not too late to seek a newer world.
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Sonreí cuando ve que Rory usa los poderes de su clan para defenderse, entendía que él al ser el predicador de la fe y la palabra de Dios dañar a las criaturas le sentiría mal, algo se revolvió en su estomago cuando se dio cuenta lo que pensaría de ella si supiera que su dieta diaria era alimentarse de las criaturas que ahora intentaba apaciguar, de acuerdo no eran exactamente estas criaturas, pero eran alces así que era más o menos lo mismo, asiente cuando dice que los demás continúen que ellos dos se quedarían allí tranquilizando a esas criaturas, que es evidente que están bajo un hechizo de magia negra, así que temé que estén más lastimados de lo que ve a simple vista, aunque se tranquiliza cuando su compañero logra apaciguar a un par, intenta hacer lo mismo para no dañar a las criaturas que están allí.

 

 

- Purificación Espiritual - Dije fuerte y claro, viendo como un haz de luz rodeaba al caballo, al perro y al gato, liberándolos del hechizo que los hacia dañarnos -

 

Tosí sin poderlo evitar cuando el humo negro me rodeo pero solo fue un minuto que tardo en evaporarse en el aire, aturdida y algo confundida, observé como había más criaturas aún sin poder ser liberadas, teníamos que movernos rápido y hacer que todas las criaturas volvieran a su cauce natural, así que me puse cerca de Rory, mientras pensaba que más hacer acontinuacion imaginé que teníamos que seguir luchando con las criaturas y darles paz y tranquilidad, me pregunté de que forma podríamos hacerlo y si llegarían a tiempo de detener a ese maleante, solo esperaba no arruinar toda la misión, que de por sí se nos había complicado un poquito.

- Rory, tus palabras confortaron a los animales, de veras que eres bueno en esto, ahora sigamos llevándoles tranquilidad y evitemos que algo malo les pasé, solo espero que puedan estar tranquilos pronto, me preguntó a que menté maquiavelica se les habrá ocurrido hacerles daño, de veras que es algo extraño ¿no lo crees? - Le dije pensativa mientras me decía que ayudaría a que las criaturas volvieran en sí, lo mejor que podía -

 

- Solo espero que ese hombre no se escape si será malnacido, ¿por que nos causo tantos problemas? lo que es peor es que es Reuben el que se mete en líos pero nos manda a nosotros a una muerte segura, cuando lo encuentre me va a escuchar, enserio, pero mientras tanto sigamos luchando y dando todo de nosotros - Le pedí a mi compañero mientras volvía a alzar mi varita dispuesta a ayudar como diera lugar -

 

Sentía el poder de la diosa más cerca mío, me pregunté si era una idea mía o si realmente eso era posible, ¿había subido un peldaño más y no me había dado cuenta? sonreí al pensarlo mientras me decía que me sentía mucho más cerca de ella y más tranquila que antes, toda la preocupación se había ido por algún lado de mi mente y sentía una paz extraña, no sabía porque pero en ese momento pensé que nada malo pasaría y que lograríamos llevar acabo esa misión, al fin y al cabo, éramos el mejor grupo de magos y brujas que había por allí y no era la primera vez que arriesgábamos el pellejo así que me imaginé que podríamos hacer que todo nos saliera a pedir de boca.

Luna-Gryffindor-Delacour.png.2b76e3b40e3

LGDdef.gifLEdef.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Scarlet Akane

 

No entiende cómo de una charla tan apaciguada tras la llegada a las cercanías del lugar del evento terminaban en esto. Claro que quizás ese fue el error, convertir en una charla amena una misión que estaba demostrando no ser nada tranquila como la esperaban. Si querían los cuernos para Reuben y que este les diera las pociones tendrían que sortear este nuevo obstáculo.

 

Entiende perfectamente por qué no quieran hacerle daño a las criaturas, en sus ojos se nota que no actúan por su voluntad. Scarlet suspira, eleva sus brazos con la varita en la diestra y se concentra. Frente a ella los ojos del wampus se clavan en los suyos, Scarlet siente como intenta escarbar en su mente y lo rechaza con oclumancia, impidiéndole que lea su mente y ríe al notar el intento de hipnotizar a la vampiro. Sus ojos comienzan a brillar en una tonalidad verde intensa cuando comienza a controlar la presión sanguínea del animal, a medida que utiliza el Control Corporal el efecto va minando al pobre felino, le da pena bajar así su presión arterial hasta desmayarlo, pero eso es preferible a utilizar un método más letal.

 

—Demonios —murmura la bruja cuando nota que es una acromántula lo que se le viene encima ahora, en serio, ¿cómo podía haber tantas criaturas de nuevo atacándoles?, ¿el reino animal acaso tenía algo contra ellos?

 

Esta vez siente que las cosas no serán tan fáciles, pero no quiere volver a usar poderes destructivos como los que utilizó contra las criaturas en el Callejón Knockturn. Quizás… Escendia, susurra para sí mientras que siente que se proyecta a sí misma. De pronto la pelirroja parece desvanecerse de donde está y cuando su cuerpo toma posesión del pichón de Aragog siente que se desequilibra un poco al ver todo en fragmentos de ocho partes y le tiemblan las ocho patas.

 

Pero no se da tiempo a pensar demasiado, observa a Vera al final del callejón y olvidándose del resto comienza a correr hacia donde está ella con un hombre que la ataca. El chasquido que había escuchado antes cuando la acromántula venía hacia ella lo está produciendo ahora la propia Scarlet. Y se sorprende arrojándose a sí misma contra el bandido y comienza a atacar la cúpula que lo protege sin demasiado éxito. Echa el veneno contra la protección que cubre al mago pero el poder que tiene es similar al de los paladines, la cúpula lo defiende y Scarlet, poseyendo a la acromántula demuestra su frustración haciendo sonar las pinzas de la criatura.

 

Quizás si tenga que usar poderes más destructivos después de todo. Por su mente pasa la idea de invocar criaturas de la sombra, a los fantasmas que pudiera haber en el callejón, hasta a la propia Lilith, invocando a la Reina de los demonios. Quizás sí debería dejar el cuerpo de la acromántula y probar cuánto resiste las invocaciones de poder destructivo aquella cúpula.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La rubia observa a su compañera paladin atacar a un hombre al final del callejon. Por un momento duda en ir tras el pero la bruja parece tener problemas serios. Usa el Phantom para llegar en un instante y tras unos segundos nota que el mago parece estar copiando los poderes de Vera. Aquello es peligroso, los poderes paladines y los oscuros son bastantes destructivos y hasta mortales. Si usa un control corporal para detenerlo, el mago podria usarlo en su contra y matarlos. Tiene que pensar que va a hacer, tal vez deben usar algo que no lance la magia directo a el pero que pueda detenerlo. De repente se da cuenta de algo, cada vez que ha imitado el poder de Vera parece tambalearse un poco, como si estuviese haciendo un gran esfuerzo.

 

- Maledico - susurra. Una guadaña aparece en sus manos, es oscura y su hoja es de plata y tiene esta extraña bruma oscura a su alrededor. Sabe que el mago invocara una para si mismo, pero la energía que se requiere para materializar aquella arma es mucha, cualquier intento que haga por usarla contra ella o las otras dos brujas a su lado, causara un daño menor que el que la original haría. Se para frente a ellas para dejarlas fuera del campo y lanza su arma al aire, creando un campo donde dejara encerrado al mago junto a ella. La oscuridad de su guadaña empieza a ocasionar un sentimiento de opresión y ansiedad sobre cualquiera que haya quedado adentro, menos ella, también hace que todo se vea mas oscuro.

 

El mago intenta sonreír fingiendo una fortaleza que no tiene pero aun asi logra invocar una gemela de su guadaña, la cual también lanza al aire como ella lo hizo, pero solo crea un segundo campo, un segundo campo de oscuridad que aunque copia las características del suyo tiene un menor efecto en ella. Ambos campos se rompen y la rubia cae sentada hacia atras, entre la acromantula que tiene controlada Scarlet y Vera.

 

- Vera, Scarlet, cada que nos copia se debilita, me pregunto si será capaz de copiar muchos ataques a la vez y cuanto puede aguantar haciéndolo, creo que debemos atacarlo entre varios - dijo mientras se levanta con su guadaña aun en su mano.

c3cuSMA.gif4dV4RuU.gif

adUnqJb.png

8qIYq5A.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Scarlet Akane

 

Observó cómo Zahil venía en auxilio de Vera y notó lo que el mago hacía, definitivamente se había equivocado, no era un paladín. Un replicador, pensó sorprendida, pero aquello resultaba aún más peligroso. Estudió cada detalle del mago con los ocho ojos, aunque seguía sintiéndose algo mareada por semejante perspectiva de visión. La rubia había aparecido un scythe en su mano para luego convocar una cúpula de oscuridad. Scarlet respira profundo, lo cual hace que la acromántula castañee más sus pinzas ante el reconocimiento de las fuerzas de antaño.

 

Su emoción se convierte en ansiedad y sorpresa al ver la réplica y cómo Zahil vuela entre ella y Vera. Escucha atenta sus palabras y asiente, lo cual hace ver graciosa a la acromántula diciendo que sí con su cabeza. Lentamente se desprende de la acromántula, dejándola en libertad pero sabe que no puede arriesgarse y utiliza el ilusionismo para convencer a la criatura de que es hora de que se duerma en un rincón del callejón y que solo saldrá a defender a Scarlet porque es su “madre” adoptiva.

 

—En ese caso, si él quiere jugar juguemos —pronuncia la pelirroja adelantándose hacia donde el mago ha caído y se encuentra poniéndose de pie con cierta dificultad, la Granger parece no haberse equivocado, no quiere recurrir a lo peor, además necesitan que les diga en dónde están los cuernos y por qué ha traicionado a Reuben . Scarlet extendió los brazos a su costado, en v hacia abajo y concentrándose susurró —zeul —la invocación se repitió provocando aquella onda de viento cortante frente a ella que se dirigió hacia el mago, como lo esperaba él imito su movimiento y Scarlet fue consciente de la onda que se dirigía hacia ella, su mente se había cerrado por completo con la oclumancia y la vampiresa observó la sonrisa del mago manteniendo su gesto frío en el rostro.

 

Los segundos contaban en ese momento, el hombre recibió el golpe y debilitado como estaba cayó hacia atrás lanzando un grito de dolor, estaba segura de que tendría más de un hueso roto y heridas internas. Phanton, susurró la bruja y escapó justo a tiempo de la onda que fue a dar contra la pared del callejón, destrozándola. Scarlet corrió hacia el mago —Expeliarmus… accio varita —casi chillo una palabra tras otra desarmándolo y apuntándole con Edelweiss frunciendo el ceño —no te muevas, ¿quién demonios eres? —él hizo amago de hacer un nuevo movimiento pero la bruja negó con la cabeza —no me obligues a utilizar el berseker contigo, me convertiré en una bestia sin control pero no me va a importar destruirnos a ambos si eso hace que los demás estén a salvo, porque ellos sabrán como contenerme sin destruirme si hace falta, pero tú, a ti no te salvará nadie —y esta vez sí hubo una sonrisa en los labios de la Akane, ella era una bruja que no tenía absolutamente nada que perder y todo por jugarse.

Editado por Darla Potter Black
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

mCoiaAy.png

 

 

 

Por un momento, Vera tuvo la esperanza de que el hombre hablara. Se había quedado en silencio y respiraba agitadamente. La joven esperó unos segundos que se hicieron interminables, pero el hombre estaba decidido a no poner las cosas fáciles. Se sintió muy ingenua cuando comprendió que el mago sólo estaba esperando a regenerarse del todo, bajo los efectos del Divine Shield.

 

Vio llegar a Granger y advirtió con tan solo mirarla que había tenido una idea. No era raro en ella encontrar soluciones rápidas cuando los demás todavía dudaban. Comprendió lo que indudablemente Granger ya había entendido antes, la naturaleza replicadora del mago, cuando la rubia utilizó sus poderes para crear un campo de oscuridad de una tremenda fuerza y el mago replicó el poder, sólo que con mucha menos fuerza.

 

—Tienes razón, cómo no lo vi antes. ¡Es un replicante! —Respondió a Granger y acto seguido se dispuso a probar la teoría que acababa de exponer. Si era como decía, cuanto más poderoso fuera el hechizo, mayor sería la pérdida de energía del mago.

 

Vera pensó en algo que, además de ser poderoso, requiriese una íntima conexión del paladín con la energía. Algo que fuera mucho más que un hechizo, algo que un replicante no pudiera imitar del todo, porque careciera del entendimiento necesario de las fuerzas que originaban el poder.

 

Vio llegar a Scarlet en el momento en que Mjölnir se materializaba en sus manos. El mago también sonrió y trató de invocar la misma arma en las suyas, algo que evidentemente logró, pero la copia era tan burda que esta vez fue Vera la que sonrió. Ella tenía el poder de los cielos en sus manos, las tempestades y los vientos le pertenecían. No porque los dominara -nadie puede dominar a las fuerzas que emanan de los mismísimos dioses, sino porque en aquel momento Vera era la tempestad y era el viento. Su energía estaba unida a la de ellos, era una con ellos.

 

El mago intentó utilizar a Mjölnir, pero Vera esperó viendo que Scarlet estaba lanzando su ataque. La mera invocación del martillo sagrado había debilitado al mago, más aún al no haber podido recuperar la energía tras haber replicado el ataque anterior de Granger. Vio como Scarlet lo reducía con una maniobra digna del mejor estratega.

 

—Bien, hombrecito. Ahora vas a hablar. —Vera le quitó la copia de Mjölnir que aún tenía en sus manos y la hizo desparecer, al mismo tiempo que esgrimía la suya propia, la levantaba hacia los cielos, invocando su poder, y la dirigía luego hacia el mago. —Te aseguro que vas a hablar. Y no sólo porque no quieras ver a mi compañera convertida en bestia, lo cual obviamente no te resultará nada agradable, sino porque estoy segura de que vas a estar deseando contarnos todo lo que sabes antes de que cuente hasta tres.

 

De la réplica del martillo de Thor que Vera tenía en sus manos comenzó a surgir una potente corriente de aire que levantó al mago en volandas. Alrededor del mago sostenido en el aire por los propios vientos se despertaron pequeños rayos, como corrientes eléctricas que descargaban punzantes sobre distintas partes sensibles del cuerpo del mago, con la intensidad suficiente para causarle dolor, pero no llegarían a matarlo.

 

—Vamos habla —apremió Vera. —¿O necesito aumentar la fuerza de los rayos?

 

El mago se revolvió en el aire tratando de escapar a las corrientes eléctricas y de estabilizarse en medio de la tromba de aire, pero sus fuerzas estaban mermadas y su aguante no duró ya demasiado.

 

—Tenía orden de robar los cuernos de unicornio —gimió.

 

—¿Y dónde están ahora esos cuernos? ¿Quién te dio la orden?

 

—Miriam Smith —soltó las palabras como si se le desgarrara algo por dentro. —Me matará, me matará por...

 

No llegó a terminar las palabras. Un rayo rojo impactó en su pecho desde detrás de Vera. La paladín, imbuida todavía por la energía de Mjölnir, se giró con reflejos sobrehumanos hacia la dirección de la que procedía el rayo antes de que éste hubiera impactado en el traficante.

 

Allí estaba una mujer, con una bolsa idéntica a la que habían recogido en el Callejón Knockturn con los cuernos de unicornio falsos. Sin duda era la mercancía que buscaban.

 

—¿Buscáis esto? —Preguntó la mujer señalando la bolsa que portaba con ella.

yqvll1m.gifO3zbock.gif
firma
iRyEn.gif4ywIp1y.gifXuR0HEb.gifZmW4szS.gif
bfqucW5.gif
Come, my friends,
Tis not too late to seek a newer world.
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Scarlet Akane

 

 

Se alejó unos pasos mientras Vera se acercaba al ahora desarmado mago, observó el Mjölnir en la mano del mago, no era nada en comparación con el que su compañera empuñaba. Y quizás eso era más que bueno porque lo que la bruja demostró después hubiera sido más que difícil hacerle frente. Observó la tormenta eléctrica que parecía cobrar vida desde el propio martillo que se alimentaba de él y lo alimentaba, o al menos era la sensación que tenía la vampiresa mientras observaba aquello.

 

El hombre intentó resistirse, pero la burbuja de electricidad que lo atrapó, elevándolo por los aires e inflingiéndole una especie de tortura de picana eléctrica terminó por doblegarle. Scarlet se preguntó qué más salvaje podría haber sido ella. Al fin se acercaban a cumplir el encargo de Reuben y quedarse con los malditos cuernos de unicornio. Malditos en doble sentido, pensaba la pelirroja, por su forma de obtención, de aquellas pobres criaturas muertas, o no, y por lo que les estaba sucediendo a ellos para poder obtenerlos.

 

Un gruñido escapó de los labios de Scarlet cuando se dio cuenta que su concentración en la confesión del mago había hecho que descuidaran su retaguardia. ¿Dónde demonios estaban sus compañeros? Observó a la bruja que había matado al infortunado ladrón y supo que ella no dudaría ni un segundo en eliminarlos.

 

—No te pertenecen Miriam, entréganos esos cuernos —dijo intentando negociar, bueno, más bien había sido una orden. No tenía ni ganas ni tiempo de negociaciones. Una carcajada fue la única respuesta y segundos después un nuevo rayo dirigido a ella. El phanton hizo que la Akane evitara ser historia antigua como había pasado con el anónimo ladrón, pero la furia que se apoderó de ella la hizo saber que ya no importaba nada.

 

La jefa de aquel hombre no tenía intenciones de ceder, había mandado a las criaturas y a su empleado contra ellos y cuando habían fallado ella misma se había hecho cargo de eliminarlo e ir tras los miembros de la Orden. ¿Para qué jugar más a la diplomacia? ¿Para qué esperar a que les devolviera lo que había robado? Más criaturas habían ido apareciendo y no sabía si sus compañeros habían podido o no con ellas. Scarlet recordó su promesa y sus ojos comenzaron a brillar de un verde esmeralda mientras sus colmillos sobresalían en sus labios.

 

—Berseker —susurró extendiendo sus brazos a cada lado, Scarlet sintió que se elevaba en el aire, pero era más bien una sensación, mezcla de los dos poderes, el phanton y el beseker, sus ojos clavados en Miram, sus labios se apretaron mientras sentía la explosión de adrenalina y oscuridad en su interior, un rugido escapó de entre ellos segundos después y fue como una explosión completa mientras que corría hacia la bruja esquivando sus hechizos y lanzándose con furia sobre ella.

 

La mujer había aparecido una katana cuyo corte sintió en su brazo izquierdo y un zarpazo fue la respuesta. Las dos mujeres luchaban mano a mano, el bolso con cuernos había caído a un costado. Miriam intentaba herirla, lográndolo en realidad hasta que los colmillos de Scarlet la obligaron a soltar el arma e intentar seguir defendiéndose con su varita, su rostro había quedado herido por uno de los ataques de la bestia en que la Akane se había convertido, sus colmillos buscaron el cuello mientras sus uñas se clavaban en la muñeca de la mujer, intentando que suelte su varita.

 

No supo cuánto tiempo pasó hasta que logró clavarle los colmillos y bebió su sangre, sin preguntarse siquiera si se trataba de un humano, un demonio o peor aún un licántropo cuya sangre la envenenaría. Cuando sintió que el calor comenzaba a huir de su cuerpo y la sangre corría por la comisura de sus labios, se echó hacia atrás y se desmayó, sintiendo como un pozo oscuro y profundo la tragaba. Todo se sentía a su alrededor como un sueño, susurros, sonidos lejanos, recuerdos, no quedaba nada, era como ver una película desde el paraíso en lo más alto de la sala.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

mCoiaAy.png

 

 

Aunque intuía que no serviría de nada, el intento de Scarlet de tratar de negociar con la mujer le pareció justo. Todo el mundo se merecía una oportunidad de explicarse, por más que todo indicara que la mujer no iba a perder el tiempo con palabras, como así fue. Vera observó el rayo lanzado hacia Scarlet y a éste moverse a velocidad sobrehumana para esquivarlo. Había visto otras veces ese poder en acción y sabía que cuando los Oscuros lo utilizaban su rapidez era de todo punto extraordinaria.

 

Vera reforzó su cuerpo con un Fortress, reuniendo su energía corporal y acumulándola en la piel, que se transformó en el acto en una especie de armadura apenas visible por la tonalidad ligeramente más oscura que adquirió su piel. Estaba pensando en la mejor forma de capturar a la mujer, cuando observó a Scarlet convertirse en una bestia. Aquello no se lo esperaba y menos aún el instinto básico que se apoderó de su compañera. Comenzó a atacar a la mujer con furia descontrolada y aunque recibió algún ataque de vuelta, los daños en su propio cuerpo no parecían preocuparle, era como si no los notara, como si no fuera consciente de ellos.

 

—¡Para Scarlet, para! ¡La vas a matar! —Vera intentó hacerla entrar en razón, pero la bestia en la que se había transformado Scarlet parecía fuera de control . La joven paladín pensó que quizás después de todo aquella fuera la única justicia que merecía la mujer. Ella no había tenido reparos en enviar a criaturas y hombres a matarlos a ellos. Y no hacía sino un breve instante que había intentado matar a Scarlet. Sí, quizás esa era la justicia que merecía. Tranquilizada por tales pensamientos, Vera no perdió un instante más y recogió la bolsa con los cuernos de unicornio que había caído al costado de la mujer.

 

—Episkey —Apuntó a Scarlet con la varita.

 

Hubiera querido hacer algo más para sanar las heridas que tenía Scarlet fruto del ataque en el que se había enzarzado, pero sus poderes curativos eran limitados. Quizás si Scarlet no hubiera estado tan cerca de Miriam Smith, hubiera podido conjurar un Divine Shield, pero tampoco sabía cómo afectaría la regeneración a alguien convertido en bestia, además que corría el riesgo de que se curaran también las heridas de la mujer y no estaba muy segura de desear tal cosa.

 

Se quedó mirando a Darla con los ojos abiertos por la sorpresa cuando ésta comenzó a beber la sangre de la mujer. Había mucho que no veía a un vampiro en acción y tampoco es que los hubiera visto muchas veces.

 

—La has dejado seca. —Comentó Vera a Scarlet cuando ésta se retiró. No sabía si la estaba escuchando, no hubiera podido definir si estaba semi inconsciente o tan solo exhausta por la pelea y por la transformación.

 

Vera activó un Divine Shield alrededor de sí misma y de Scarlet y esperó a que su compañera se recuperara, mientras el escudo iba regenerando sus heridas y recargando su energía. La mujer yacía muerta en el suelo, por lo que ya no sería un problema.

 

—Ésta ya no dará más guerra. Quizás deberíamos llevar los cuernos a Reuben. —Abrió la bolsa y comprobó que esta vez sí eran los cuernos verdaderos.

yqvll1m.gifO3zbock.gif
firma
iRyEn.gif4ywIp1y.gifXuR0HEb.gifZmW4szS.gif
bfqucW5.gif
Come, my friends,
Tis not too late to seek a newer world.
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La vampira miro todo en cámara lenta, desde la muerte del replicador hasta la transformación de Scarlet en el Berseker. Corrió tras ella con un phantom pero se detuvo un poco antes de llegar a las brujas, ella ya había usado aquel recurso una vez y sabia que era inútil intentar detener a la pelirroja. Dejo que esta acabara con la vida de Miriam y dejo que Vera tomara los cuernos, ella quería saber otra cosa, de donde venia aquella mujer. Comenzó a hurgar entre sus ropas para ver si encontraba alguna pista, una dirección que les dijera algo mas, puesto que ella ya no iba a hablar, claramente.

 

- Ojala y Scarlet no se la hubiera comido, no es que me de pena su muerte, pero le hubiese sacado información antes de matarla - dijo mientras continuaba en cuclillas revisando las pertenencias de la muerta.

 

De pronto, por el rabillo del ojo, pudo ver una puerta abrirse, al parecer Miriam no estaba sola en aquel lugar, había mas gente y desde luego no estaban contentos con el desenlace. Desde luego, tanto el replicador como Smith obedecían a alguien mas poderoso y ese alguien estaba por lanzarles al resto de sus esbirros. Sus ojos por un momento se cruzaron con los de ella, porque era una ella, y supo, no sabia como, que no los iba a enfrentar. Pero si que iba a mandar a sus dos últimos "soldados" para poder salir de ahi. Por un momento pensó en perseguirla y dejar que los demás se las arreglaran solos pero algunos de los que iban en a misión no eran tan poderosos. No iba a cometer el mismo error que en la cueva de los campistas, cuando dejo atrás a dos compañeras.

 

- Fusio - dijo en un susurro. Sus ojos cambiaron a negro totalmente, al igual que sus labios y su cabello, de su piel podía verse una bruma oscura que la rodeaba como una especie de capa flotando muy pegada su piel. En su mano formo una especie de cuerda oscura con la que enredo a uno de los esbirros y lo arrojo con fuerza hacia la pared. Su compañero intento atacarla pero rodeo su cuello con aquella cuerda y comenzo a estrangularlo

 

- Vera, tenemos que salir de aquí, no podre mantener esto por mucho tiempo - dijo mientras el amarre comenzaba a aflojarse y ella podía sentir un enorme cansancio que la hacia tambalearse levemente. Aquella magia, la mas poderosa de su clan, agotaba sus energías rápidamente, por eso era tan poderosa y por eso era el ultimo recurso que aprendían. Ahora todo quedaba en manos la Paladin, hasta que ella pudiese recuperarse.

c3cuSMA.gif4dV4RuU.gif

adUnqJb.png

8qIYq5A.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Scarlet Akane

Podía sentir como su cuerpo iba sanando lentamente, no estaba totalmente segura si era gracias a sus propios poderes como miembro de la Orden Oscura y vampiro o si había sido esa especie de escudo o capa protectora que sintió descendía sobre ella y la rodeaba. Seguía escuchando las voces como en un sueño. Sí , la había secado pero no se sentía mejor, se preguntó si la mujer sería un hombre lobo, si era así explicaba aquella sensación de resaca, no quería abrir los ojos, no tenía ganas, no quería.

 

En medio de aquello escuchó una voz familiar, tenía ganas de mandar a Zahil de regreso a por donde había venido. ¿Por qué no hizo algo para que no matara al replicador en vez de quejarse de que se había comido a Miriam? Suspiró, sintiéndose mejor pero aún negada a ponerse en pie, hasta que escuchó el susurro de la rubia. ¿Por qué había invocado un fusio? Había más. Intentó ponerse en pie pero por poco cae de nuevo, se sentía mareada.

 

Y a pesar de ello dos segundos después estaba sosteniendo a Zahill gracias al phanton, la bruja indicaba a Vera que debían irse.

 

—Me parece fantástica la idea de irnos de acá, ¿hay más esbirros? —se mordió el labio ¿Desde cuándo nuestros hechizos son tan drenantes? ¿Acaso el estar en el Necronomiconio nuevas magias nos quitan más nuestras fuerzas? Pensó en expresar en voz alta esas dudas, preguntarle a la Granger pero sentía que al no ser ella Darla la relación entre ambas era inexistente.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.